martes, 4 de julio de 2023

Avicena - Metafísica de la Curación (Libro II: Sobre la Sustancia)

 


No podemos hablar de Metafísica si no hablamos de sustancia. En la Metafísica de Avicena, este concepto cobra fundamental importancia no solo por el legado de Aristóteles, sino que por el estudio propio del filósofo persa sobre la existencia y la constitución de los seres. Este es un libro corto, pero importante, pues no podremos avanzar en las otras materias sin entender lo que entiende Avicena por este concepto. 

La Metafísica de la Curación

LIBRO II: SOBRE LA SUSTANCIA

Capítulo I: Sobre hacer conocida la sustancia y sus divisiones de forma universal

Avicena dice:

''La existencia puede pertenecer a una cosa en sí misma, por ejemplo, la existencia de un humano como humano; y puede pertenecer a una cosa accidentalmente; por ejemplo, la existencia de Zayd como blanco''


Lo primario en la división de la existencia es la sustancia. Esto es porque justamente la existencia tiene dos divisiones:

  • Existente en otra cosa: subsiste y es especie en sí misma, es parte de un otro pero su separación no se lleva a cabo. También se llama existente en un sujeto. 
  • Existente que no inhiere en ninguna cosa: no es sujeto de nada. También se le llama sustancia propiamente tal

Ahora, si lo que fue referido a la primera división existe en un sujeto, entonces ese sujeto no es desprovisto de una de las siguientes descripciones:

  1. Si el sujeto es una sustancia, entonces la subsistencia del accidente sería en una sustancia
  2. Si no es una sustancia, entonces también estaría en un sujeto, en cuyo caso, la investigación vuelve al punto inicial

Es imposible regresar al infinito y en consecuencia, aquello que existe en otra cosa termina en la sustancia. De esta forma, la sustancia es anterior al accidente en cuanto a existencia. 

Los mutazilitas establecían que un accidente no podía adherir a un accidente. Pero de acuerdo a Avicena, la velocidad inhiere al movimiento, lo derecho a la línea y la forma plana a la superficie. También los accidentes son atribuidos a la unidad y la pluralidad, como se demostrará más adelante. Pero si un accidente existe en otro accidente, entonces los dos existen en una sustancia. 

Por otro lado, hay quienes señalan que una cosa puede ser sustancia y accidente con respecto a dos cosas. Esto es lo que dicen:

''Si esto es así, entonces el calor es un accidente en algo más que el fuego, pero el fuego es un accidente porque existe en sí mismo  como una parte. En otras palabras, no es posible quitar el calor al fuego y que el fuego siga siendo fuego. Por lo tanto, la existencia del calor en el fuego no es la existencia de un accidente que inhiere en él. Y si su existencia en el fuego, no es la existencia de un accidente, entonces la existencia del calor es la existencia de una sustancia''

Para Avicena, esto es un grave error. Hay una diferencia entre el receptáculo y el sujeto. El sujeto es aquello que es subsistente en sí mismo, y en términos de ser de las especies, y así se vuelve lo que causa la subsistencia en algo, pero no como una parte de este. 

Por tanto, no es extraño que una cosa exista en un receptáculo y que ese receptáculo no sea por sí mismo una especie perfectamente subsistente en acto, sino que tenga su subsistencia realizada por lo que ha venido a residir en ella por sí mismo, o con otra cosa, o con otras cosas combinadas, haciendo así al receptáculo un existente en la actualidad o volviéndolo una especie específica.

En consecuencia, hay tres formas de sustancia:

  • Sujeto: donde inhieren los accidentes en una especie y subsiste por sí mismo
  • Receptáculo: donde es recibida la especie y tiene cierta subsistencia por sí mismo
  • Forma: lo que da actualidad al sujeto

En este sentido, el receptáculo es mucho más general que el sujeto, sugiriendo que puede estar más relacionado con la materia que con la forma. Sin embargo, las cosas existen en un sujeto existen en un receptáculo, pero no puede ser el caso de modo contrario, es decir, que una cosa que este en el receptáculo esté en el sujeto. 

Capítulo II: Al determinar la sustancia corpórea y lo que se compone de ella

El cuerpo es una sustancia continua no compuesta de partes indivisibles. Es una sustancia que tiene tres dimensiones. Sin embargo, estas tres dimensiones pueden entenderse de diversas formas:

  • Longitud: a veces se dice "longitud" de una línea de cualquier manera que sea; A veces se dice "longitud" de la magnitud mayor de las dos líneas que abarcan una superficie; A veces, se dice "longitud" de las dimensiones extendidas de varias más extendidas de cualquier manera que sean, independientemente de si son líneas o no; a veces se dice "longitud" de la supuesta distancia entre la cabeza y su opuesto
  • Ancho: se dice de la superficie misma y de la magnitud menor de dos distancias, y de la dimensión que se conecta a la derecha y a la izquierda
  • Profundidad: una cosa como la dimensión que conecta dos superficies, que se denomina así cuando uno lo toma desde la parte superior, mientras se inicia desde la parte inferior, se denomina "altura". Estos, entonces, son las perspectivas populares que todos conocen

No es necesario que en cada cuerpo deba existir una línea en acto. Lo mismo sería para una esfera, la cual tampoco tiene líneas y en consecuencia no es necesario que sea un cuerpo. La finitud tampoco es necesaria en los cuerpos, pues no es difícil concebir un cuerpo infinito. Como dice el mismo Avicena:

''Quien concibe un cuerpo infinito, no concibe un no-cuerpo''

Ahora bien, tampoco es necesario que el cuerpo tenga las tres dimensiones con medidas exactamente iguales. El cuerpo puede tener distintas medidas dentro de esas tres dimensiones; por lo tanto, se entiende que las dimensiones no son la sustancia de los cuerpos sino que sus accidentes. De ahí que Avicena defina cuerpo de la siguiente manera:

''La sustancia que tiene su forma en virtud de lo que es cuyo límite son sus dimensiones, su forma y su posición, que en verdad no son subsistentes''

Sin embargo, puede ser que algunos cuerpos tengan estas características como algo necesario. 

Ejemplo de la cera

Para ejemplificar lo anteriormente dicho, Avicena nos enseña el conocido ejemplo de la cera. 

Si se tomara un pedazo de cera y se le diera una forma determinada, esta manipulación le daría una forma a la cera dentro de ciertos límites numerados como son las dimensiones. Luego, si se cambiaran las dimensiones, entonces las primeras dejarían de existir y se tendrían nuevas dimensiones. Estas pertenecerán a la categoría de la cantidad. 

Si esto pasa  aun cuerpo que tiene sus dimensiones como un necesario concomitante, esto no sería a causa de su cuerpo sino que sería por virtud de otra naturaleza que preserva su segunda perfección. Y en todo caso, estas características no difieren de otro cuerpo, pues todos los cuerpos tienen las mismas características en cuanto a sus dimensiones. 

El cuerpo y su división

En consecuencia, el cuerpo natural es una sustancia y sus dimensiones son accidentes. 

Ahora bien, es de la naturaleza del cuerpo ser dividido, pero las observaciones no están claras como para establecer esto. Eso porque alguien puede decir:

''Nada entre los cuerpos observados es un cuerpo que es puramente uno. Más bien, los cuerpos son compuestos. Los cuerpos unitarios no son percibidos por los sentidos y no puede ser divididos de ninguna manera''


Por supuesto, esta frase pertenecería a los atomistas islámicos quienes naturalmente apoyan la existencia de los átomos. Avicena nos dice que la existencia de los átomos ya fue refutada en su ''Física de la Curación'', y en consecuencia no se refiere a ella. 

Sin embargo, alguien podría decir lo siguiente:

''Sus naturalezas y sus formas son similares''

Avicena les responde que si un cuerpo se hace divisible hasta alcanzar partes indivisibles muy pequeñas potencialmente o actualmente, de ser así, estas partes serían puntos, o sea, cuerpos indivisibles y estarían gobernadas por las mismas reglas de los puntos en un cuerpo compuesto. La única forma en que esto puede ser entendido es a través de la facultad imaginativa.

En realidad, para Avicena, todo está hecho tanto de potencia como forma, es decir, adhiere a la teoría hilemórfica. No obstante, alguien puede decir: 

''El hilemorfismo también es compuesto. Es materia potencialmente y sustancia actualmente, y sin embargo está dispuesta a recibir forma'' 

Sin embargo, la materia y la sustancia están comprendidas dentro del hilemorfismo, no son cosas compuestas sino que todas se entienden juntas. 

Si la corporeidad difiere de otra corporalidad es solamente porque una cosa o es una, o es muchas, o es celeste o es terrestre. Esto es distinto de las medidas las cuales son una en sí mismas y en consecuencia, no tienen especies. Por ejemplo, no hay el número 1 no tiene especies de número 1, el número 2 no tiene especies de número 2 y así. Ahora bien, si se pregunta por la naturaleza del número 2 (dualidad) se tendrá que decir que es ''el-ser-número'' y que es propio de dicho numero. Lo mismo se dirá de la longitud cuya naturaleza es la medida. 

Si a la corporeidad se añade otra forma que la forma del hilemorfismo, sería otra cosa que sí misma y tendría que existir otra diferencia. Pero la corporeidad solo tiene una forma y no un género. Avicena nos dice que esto se explica mucho mejor en ''El Libro de la Demostración''. 

La corporeidad que se está discutiendo es en sí misma es una naturaleza realizada, cuyo tipo específico no es realizado a través de algo que se le une, de este modo, podemos imaginar, que ningún significado se une a la corporeidad, sino que solamente es corporeidad. 

En consecuencia, la corporeidad es un aspecto común a todas las cosas que tengan materia, en otras palabras, todas las corporeidades necesitan materia, no existen aquellas que no las tengan. 

Es importante que veamos la diferencia entre la corporeidad y la materia. 

La materia es la base de todas las sustancias corpóreas. La materia se convierte en sustancia mediante la forma, que es la actualización de la materia. La forma es lo que da a una sustancia sus propiedades y características específicas.

La corporeidad, por otro lado, se refiere a la presencia física y material de las cosas en el mundo. Incluye no solo la materia y la forma, sino también las propiedades y características que resultan de su interacción en el mundo físico.


Capítulo III: La materia corporal no está privada de forma

La materia corporal no puede estar desprovista de forma en acto. Lo que clarifica esto ya fue dicho anteriormente. Principalmente, que toda existencia tiene algo que subsiste y que está dispuesto a recibir otra cosa y tal existencia está compuesta de materia y forma. 

Ahora bien, la última materia (materia prima o materia remota) está desprovista de forma, pues no está compuesta de forma ni de materia (corporal). Lo que nos da como conclusión que la materia sin forma es pura potencia, pero esto solamente puede existir en la facultad estimativa. 

Si la materia corporal fuera separada de la forma corporal, entonces existiría un vacío que debiera separarlas, y así la forma tendría medida (formal) lo cual habíamos dicho que no era posible.

Ejemplo del terrón de arcilla

Ahora, Avicena nos respalda el concepto de materia por medio del ejemplo del terrón de arcilla. Nos pide primero que usemos la facultad estimativa para pensar en un terrón de arcilla. Imaginemos que se reduce gradualmente hasta ser una pequeña esfera. La pregunta que Avicena se hace es: 

''¿En qué punto un terrón de arcilla deja de ser un terrón de arcilla?''

 
La respuesta es que el terrón de arcilla nunca deja de ser terrón de arcilla y por lo tanto, su naturaleza no reside en la forma, sino que en la materia. En consecuencia, la forma nunca está separada de la materia cuando ésta última está en acto. 

Capítulo IV: Sobre poner a la forma antes de la materia en el rango de existencia

Ha sido mostrado ser cierto que la materia corporal subsiste en la actualidad solamente con la existencia de la forma. En consecuencia, la forma no existe separada de la materia.

En este sentido hay dos alternativas:

  1. Debe haber una conexión entre ellos en la categoría de relación y la quididad de una es solamente concebida como predicado con respecto a la otra
  2. No hay una conexión entre ellos en la categoría de la relación

De acuerdo con Avicena, la primera alternativa no es el caso. Esto porque muchas cosas intelectuales las aprehendemos de las formas corporales, pero se hace un gran esfuerzo para establecerlas en una materia. De la materia solo aprehendemos la disposición a recibir la forma. La disposición no necesita una conexión con algo que realmente exista.

Entonces ¿será que la conexión entre la forma y la materia sea la de causa y efecto, o es de dos cosas que existen igualmente? Una verdad es que la una no puede existir sin la otra. 

Pero veamos qué pasa cuando no son causa de la una y la otra. Estas dos oraciones y la diferencia de ellas nos guiarán.

  • La remoción es la causa de la remoción de otra cosa
  • Es inevitable que, con esta remoción, la remoción de la cosa tome lugar

Si fuera como la última, entonces no habría causa de la una con la otra y sin embargo, es inevitable que la remoción de una haga posible la remoción de la otra. 

Si esto es así, el razonamiento es el siguiente:

  • Que la remoción de una de las dos cosas removidas necesitaría la remoción de una tercera, distinta a la naturaleza de las dos
  • Que la remoción de solo una de las cosas removidas sea necesariamente removida por este tercero de tal modo que la remoción de esta tercera no ocurra. 
  • Ninguna de estas cosas tome lugar

La primer alternativa sería la correcta, la forma y la materia necesitan un mediador para que existan. Sin embargo, necesariamente una va antes que la otra. De acuerdo con Avicena nos da tres razones para decirnos que la forma va antes que la materia:

  1. La materia solo es materia porque tiene potencia para recibir y estar dispuesta a recibir. La disposición a recibir no es causa de nada y si así fuera, entonces la disposición a recibir debería existir permanentemente lo que es falso. 
  2. Es imposible que la esencia de una cosa sea la potencia, como lo es en el caso de la materia, y que esta sea la causa del acto. De hecho su causa debe volverse actual para dejar de estar en potencia. Si la materia fuera anterior a la forma, entonces necesitaría una esencia que es anterior a la forma. 
  3. Si la materia fuera anterior a la forma, entonces los seres que existen no debieran tener ninguna alteración con respecto a su materia. 

En conclusión, se llega a que la forma precede a la materia en el rango de existencia. 

Conclusión

Me parece que este libro, antes de hablar de la sustancia, creo que lo que mejor relata es la relación entre la forma y la materia. En el libro posterior y en el comienzo de este libro parece que Avicena da prioridad a la materia, pero luego vemos que esto no es así. En todo caso, sigue siendo bastante aristotélico en sus planteamientos. 

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