lunes, 19 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Cartas morales a Lucilio el menor (Epístola IV: Los filósofos) (??)

La filosofía es la madre de todas las ciencias, pero también nos ayuda a entender a la humanidad en toda su complejidad. Sin embargo, ¿a quién podemos llamar un buen filósofo? ¿Acaso han pasado tantas generaciones de filósofos que aún no podemos definir bien el concepto? Lucio Anneo Séneca nos trae algunas características del filósofo ideal que estamos buscando encontrar. Quizás, la idea ya nos la podemos figurar con los libros precedentes del filósofo, y por supuesto, con su vida personal tratada al principio. 

Cartas a Lucilio el menor

EPÍSTOLA IV: LOS FILÓSOFOS

Serenidad ante la muerte

Uno de los ejemplos de la serenidad ante la muerte ha sido Aufidio Baso; un historiador de la antigua Roma. De hecho, casi parecía que Baso estaba feliz de que le llegara la muerte y bueno, quien está feliz de esto es porque ya hizo todo lo que debió haber hecho en vida. 

Menosprecio a los bienes externos

Ninguna confianza debe darse a los bienes externos, siempre será mejor confiar en uno mismo, pues al mismo tiempo podremos manejar bien esos bienes externos (si es que los llegáramos a necesitar). ¿Porque concentrarse en los bienes externos cuando podemos concentrarnos en lo que tenemos de divino que es el alma?

La vida perfecta

Antes de todo, una vida filosófica es una vida perfecta; en otras palabras, una vida donde no se necesite de muchas cosas. Séneca le dice a Lucilio que se olvide de lo que los padres querían para él, que les diga que no le den más cosas, pues le bastará con su espíritu para tener una vida buena. Mientras menos necesitemos, más felices seremos en la vida. 

La importancia de los antiguos

Es importante escuchar las máximas de los antiguos, pero tampoco hay que seguirlos al pie de la letra o ciegamente, pues lo más importante es cómo nosotros nos apropiamos de esas teorías y reflexiones para hacerlas nuestras. 

Rehuir de la prosperidad

Nadie debería estudiar para tener muchas cosas, sino más bien para ser mejores en sí mismos. No nos hacemos mejores para estar en un lecho de rosas y descansando tranquilamente; al contrario, nos educamos y nos formamos para servir a los demás y porque esta acción es buena en sí misma. 


Moderación y elocuencia

Sólo los grandes filósofos prefieren la mesura y el ordenamiento antes que el vicio y los extremos. Así el hombre siempre debe menospreciar las cosas extremas y abrazar el punto medio de las cosas; incluso la felicidad sería un vicio si se le toma de forma desmesurada. 

El discurso de los filósofos debe ser claro y sencillo, no podemos entregar a la gente cosas confusas ni ambiguas sobre cualquier tema. Tampoco hay que hablar rápidamente de modo que el interlocutor no entienda nada, al contrario, la rapidez denota que el emisor del mensaje oculta algo. La mejor manera de hablar es la lenta y mesurada. 


El alma del filósofo

Nada hay que buscar excepto el bienestar del alma, no necesitamos los bienes externos; sólo mejorar cada vez más nuestra alma. Como buen filósofo estoico, Séneca nos dice que el mayor bien para el alma es acercarse a la naturaleza, y es justamente la razón y la virtud las que nos llevarán a ella. 


Conclusión

Más que un manual o consejos para ser filósofo o pensador, estas epístolas sirven para la conversión de un hombre a filósofo estoico. Me sigue llamando la atención la consideración hacia el alma (está bien, el tema del alma no se dejó hasta mucho tiempo más), pero ¿qué? ¿acaso Séneca ya conocía el cristianismo? no quiero decir con esto que Séneca recién esté conociendo el tema del alma, pues ya varios hablaron de ella, sino que lo hace desde una perspectiva cristiana. Como sea que fuese, esta es la perspectiva de Séneca

sábado, 17 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Cartas morales a Lucilio el menor (Epístola III: Labores antes de la muerte) (??).

Lucilio está en edad de descansar y preparar su vida para un período adecuado. Es normal entre los estoicos leerla frase ''preparar la muerte'', en efecto,  esto significa que durante nuestra vida debemos guiarnos por la naturaleza y por la concientización de que moriremos en cualquier momento podremos morir, ya sea por naturaleza (enfermedad) o por asesinato. Veamos que nos tiene en esta tercera epístola, el filósofo espiritual de la Antigua Roma (y de la ''futura'' edad media).

Cartas a Lucilio el menor

EPÍSTOLA III: LABORES ANTES DE LA MUERTE

Cargos públicos

Lo primordial del sabio es evitar los embrollos y los estragos que muchas veces produce la estancia en los cargos públicos. Más aún, si uno se dedica a un trabajo debe permanecer el mayor tiempo posible en el mismo. 

Esto implica que también se sea consciente de que tal trabajo lo podrá perder eventualmente. No debemos tener un especial apego a las cosas; si las tenemos, entonces seremos hombres y mujeres que están al servicio de sus deseos, y por lo tanto, no son dueños de sí mismos. 

El placer y el bien 

Séneca plantea algo que puede resultar algo confuso: la risa y la alegría no son parte del placer. De hecho, los tipos de ''placeres'' con los que se deleite el vulgo son superfluas y poco duraderas; en cambio, las del alma siempre serán duraderas e importantes. El trabajo y el estudio serán los placeres que necesita el alma y por lo tanto el ser humano. 

Miedo a la muerte

Nada hay que temer a la muerte y esto ya lo hemos dicho un par de veces. La muerte es la extinción de todas las cosas malas y buenas ¿cómo podremos sentirnos tristes con una cosa que no nos dará dolor? 

La muerte va poco a poco consumiendo la vida, en efecto, desde que somos niños el tiempo nos arrebata algo de nuestro cuerpo o memoria, luego cuando somos adolescentes, luego cuando somos adultos y finalmente cuando somos ancianos. ¿De qué hay que temer si la muerte está siempre con nosotros? 

Amigos

Con los amigos hay que ser moderado y condescendiente; no hay que reprenderlos pero sí hay que mostrarles el camino. Sin embargo, cuando ya sepamos estar con nosotros mismos y ser autosuficientes, una opción es dejar la amistad o continuar con ella sin necesitarla del todo. 

La vejez

En la vejez el alma empieza a dejar el cuerpo paulatinamente. Séneca dice estar satisfecho con el trabajo que él ha hecho sobre su alma. En todo caso, ya en la vejez nada puede sorprender, así como tampoco puede afectar. 

El esfuerzo

Era muy típico en la antigua roma que los pseudointelectuales contrataran poetas o filósofos para que los ayudaran a decir y entender ciertas frases. No debemos ser perezosos y dejar que hagan por nosotros el estudio, sino más bien estudiar nosotros los preceptos de los antiguos. Que alguien lo haga por nosotros no implica ningún mérito y esfuerzo. ¿Cómo podremos llegar a la muerte siendo que nada hicimos por nosotros? 

Séneca lo dice así:


''La sabiduría no se presta ni se compra''

Incluso, si se vendiera, Séneca dice que nadie la compraría porque eso sería insensatez. 

La salud

Se piensa que el viaje puede curar las dolencias del alma, pero la verdad es que la curación debe concentrarse en el alma misma,más que en los viajes. Si no te resulta grato un lugar es porque es el alma la que está mal; cuando el alma está buena, entonces ningún lugar le puede molestar. 

Reprimendas

El regaño en realidad no es recomendable para la vida, así como tampoco el irritarse con los hombres. Séneca recomienda alejarse de quienes no entienden lo que se dice y acercarse a aquellos que estén dispuestos a escuchar.

Conclusión

La vida es toda una preparación para luego morir. Estos no son consejos que sirvan para una ocasión, o que sea para presumir ante los demás sino que sirven para el entrenamiento de uno mismo. La idea de esto es no derrochar el tiempo en prestaciones inútiles, como tampoco en cosas como sentirnos miserables porque se aproxima la muerte. En fin, una vida sin quejas ni pasiones es lo ideal para llegar a esa etapa en que todo se extingue. 

viernes, 16 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Cartas morales a Lucilio el menor (Epístola II: Felicidad y fortaleza) (??).

No pòdía faltar entremedio de sus epístolas a Lucilio, el concepto de felicidad que tenía Lucio Anneo Séneca en el Imperio Romano. ¿Cuál será el modo de vivir de la manera más feliz posible? Tendremos que analizar primeramente qué significa felicidad para el filósofo, para luego pavimentar un camino recto hacia el conocimiento de este concepto.En todo caso, podemos hacernos una idea principal con las epístolas anteriores donde el sabio era una persona que era inquebrantable ante todo. ¿Podrá ser la feliz el estoico? ¿Se hablará de la misma manera en que conocemos nosotros la felicidad en la sociedad contemporánea?

Referencias:

(1) En efecto, el futuro es puro azar y nada seguro según Séneca

Cartas a Lucilio el menor

EPÍSTOLA II: FELICIDAD Y FORTALEZA

Fortuna

El ser humano teme mucho a los acontecimientos desastrosos  que le da la fortuna, sin embargo, ¿cómo podemos temer a lo que todavía no pasa? Cuando nos sentimos mal por una contecimiento que se viene acercando, nosotros tenemos el control de sentirnos miserables y tristes por eso. 

Para Séneca es totalmente absurdo adelantarse al dolor. El único dolor que es entendible que duela y hiera, es el que pasa en la realidad y no el venidero. No hay que olvidar que el futuro y por lo tanto la fortuna tiene sus caprichos; las cosas pueden pasar como también pueden que no(1).

Participación en política

Es importante tener un control del cuerpo, está bien, todos queremos nuestro cuerpo y le tenemos mucho amor. Sin embargo, este amor excesivo se vuelve malo. Para no caer en esto es importante tener el control de nuestro cuerpo, si lo tenemos entonces nada podrá controlarnos. 


Podremos participar de la política siempre y cuando evitemos los problemas que esta conlleva. Séneca propone un cierto decoro en cuanto a hacer enfadar a los poderosos. Otra de las ideas de Séneca es no tener cosas que puedan sernos arrebatadas. Que nuestras vidas representen el mínimo botín posible. 

Cuerpo y alma

No hay que despreciar por nada el cuidado del cuerpo; de hecho, si este está enfermo el alma periódicamente se enfermará. El mismo Séneca sufría de varias enfermedades, siendo la más significativa el asma. Esta forma de filosofía lo ayudó a tener una vida saludable. Unos de los ejercicios que nos recomienda son:

Pesas
Saltos (de cualquier tipo)

También es necesario entrenar el alma a través de los estudios de los antiguos filósofos. Este estudio no puede ser algo extremo, sino moderado. Esto llevará a tener una vida mucho más tranquila y sensata, de ahí que Séneca ocupe la máxima griega:


''La vida del necio es ingrata, intranquila; toda ella se proyecta hacia el futuro''.

Siempre nos debemos poner límites, pero también al mismo tiempo hay que sobrepasarlos; más bien, hay que saber cuando sobrepasarlos. 

Filosofía y felicidad

La filosofía no debe estar concentrada totalmente en las palabras sino en las obras. Tampoco nos debemos dedicar demasiado tiempo al estudio, no obstante, sin este estudio moderado no se puede alcanzar la felicidad. 

Se criticará naturalmente que la filosofía no es necesaria, pues finalmente el destino es inmutable y sólo dios sabe lo que puede venirnos en el futuro. Séneca responde a que es la mismísima filosofía la que nos ayudará a encontrar a dios y saber lo que él quiere para nosotros. 

Lo otro que nos ayudará a alcanzar la felicidad es vivir conforme a la naturaleza. La naturaleza siempre nos exige poco, pues es solo lo necesario lo que nos pide; si vivimos por la opinión del vulgo, entonces siempre tendremos necesidades y cambios. 

La pobreza

La pobreza no es algo malo en cuanto a que nos hace querer las cosas que solamente son necesarias. Esta situación nos ayuda a soportar cualquier tipo de escasez y por supuesto, no estaremos exentos de hacer filosofía. 

El sabio se acomodará a la situación de la pobreza, porque la misma pobreza es parte de la naturaleza. 

Austeridad

Este concepto es muy parecido al de la pobreza. La austeridad sigue los mismos principios descritos anteriormente; como por ejemplo, no tener cosas que nos puedan arrebatar. 

Constancia y sabiduría

Lo importante del filósofo es ser constante y seguir un sólo tipo de camino en la vida. Hay hombres que, por supuesto, no son constantes y pasan de una cosa a otra de una manera muy rápida. Esto ocurre porque dichos hombres no tienen un objetivo claro en al vida y comienzan a ser errantes. 

Es necesario aprender a convivir con la pobreza. El ser humano no está exento de estar pobre, y por eso se debe aprender de ella. Recordemos que la naturaleza nos preparó para los mínimo recursos posibles. Si podremos resistir y convivir en pobreza, entonces seremos los más constantes. 


Conclusiones

Ser fuertes frente a las adversidades que la fortuna nos puede traer es la tónica que Séneca nos ofrece en esta epístola. Difícil sería abrazar la pobreza en nuestra sociedad contemporánea, pues todos consideramos nuestros bienes como necesarios. El internet, por ejemplo, se ha vuelto una herramienta totalmente necesaria ¿Podríamos volver a ser pobres sin extrañar las cosas que ya tenemos? Me parece difícil. Este mismo blog no podría estar a la luz sin internet, pero, por otro lado, Séneca tiene razón, la naturaleza nos dio todo lo necesario.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Cartas morales a Lucilio el menor (Epístola I: El sabio y los demás) (??).

Este libro es un conjunto de cartas que Lucio Anneo Séneca escribió cuando tuvo correspondencia con Lucilio el menor; un naturalista que vivió en el siglo I d. C. Si pensamos que la moral de Séneca acababa con los diálogos que vimos precedentemente, entonces caemos en un error. Este puede ser el último escrito de Séneca sobre la moral antes de escribir Cuestiones Naturales. La verdad este libro es un tanto largo y está dividido en otros libros más; por lo tanto, veremos cada uno de los libros por separado. 

Cartas morales a Lucilio el menor

EPÍSTOLA I: EL SABIO Y LOS DEMÁS

El tiempo

Como ya hemos visto en libros como la brevedad de la vida, el tiempo es fundamental y debemos cuidarlo por sobre todas las cosas. El Tiempo no se devuelve para que podamos disfrutarlos y es necesario que no derrochemos este en cosas superfluas e inútiles. 

Lecturas y viajes

Séneca aconseja a Lucilio no ser ávido en los viajes y más bien le aconseja mantener residencia. La tranquilidad del espíritu debe prevalecer por sobre todo en la filosofía estoica y es por eso que la urgencia de viajar deberá reflexionarse sobre la tranquilidad. 

Las lecturas deben ser selectivas y deben ser de autores reconocidos. Es claro que cuando los conceptos quedan en el alma, estos serán mucho mejor para el hombre, y qué mejor que se nos quede en el alma el estudio de los grandes hombres. 

Elección de los amigos

La elección de los amigos no es una cosa tomada a la ligera por Séneca; al contrario, la amistad debe también ser selectiva. Luego de un largo tiempo podemos hablar de amigos y confianza, antes sería demasiado prematuro y lo que se convertiría en amistad puede resultar en algo malo. 

Miedo a la muerte

No hay porqué temer a la muerte. Este es un proceso como cualquier otro; por ejemplo, Séneca le recuerda a Lucilio el proceso de dejar la toga praetexta para adquirir la toga viril. Además, el último de los males por sufrir no debería ser razón para sentirse mal. 

Nadie que tenga una vida demasiado prolongada puede vivir realmente feliz. De hecho, todos vivimos con una sentencia de muerte constantemente, pues quien nos pueda dar muerte puede ser cualquiera. 

Limitar los deseos

Para  limitar los deseos superfluos necesitamos regirnos por las leyes de la naturaleza. Ella nos ha dado todo lo necesario para vivir y por eso no necesitamos nada más. La limpieza es necesaria, pero que una toga sea ya no brillante sino que deslumbrante peca de placer. 

La verdadera amistad

Sólo se sabrá de una verdadera amistad cuando dos amigos puedan convivir juntos. Esa es la única manera para saber que tan bien pueden convivir; de hecho, esto ya lo había hablado Aristóteles en el octavo libro de la Ética a Nicómaco donde el filósofo nos decía que era necesario pasar mucho tiempo con las personas para considerarlas amigas. 

La multitud

Séneca recomienda a Lucilio alejarse de la multitud, pues es esta misma la que nos llena de peligros. Mientras más estemos inmersos en la multitud, más peligros estarán presentes en nuestra cotidianidad. 

Un ejemplo de lo anterior es la asistencia al teatro, sobre todo a los actos de lucha. En roma existían unos actos en el anfiteatro donde los gladiadores se enfrentaban entre sí o contra bestias sin ningún tipo de protección. Esto es justamente lo que alienta el ánimo de sangre entre los hombre, y es por eso que se vuelven peligrosos. Lo único que hacen estos espectáculos es dar un mal ejemplo a los jóvenes quienes admiran a estos hombres. Mientras más sangre, más bueno es el espectáculo.  

Es importantísimo mantener a los niños alejados de estos espectáculos, porque su influencia es muy impulsiva. Se dejan llevar por estos actos pensando que son el bien. 

El sabio como persona útil

En efecto, una vez que el sabio ha vivido correctamente su vida, éste debe mostrar lo que se debe hacer a los otros. De ahí que provenga la utilidad del sabio. 

Amistad desinteresada

El sabio es una persona que se basta a sí mismo, pero incluso si se basta a sí mismo de igual manera quiere estar con amigos. No es que necesite un amigo, al contrario, el sabio sabe que ese amigo puede perderlo eventualmente. 

En algún sentido, para el sabio nada es necesario. Claro, se sirve de algunas cosas indispensables para vivir como su cuerpo y su alma, pero de los demás no necesita; solo se necesita a sí mismo. La amistad sería algo así como un impulso natural, pero no una necesidad del sabio, quien se puede bastar a sí mismo. 

Imitar un modelo a seguir

El modelo a seguir obviamente será el hombre más virtuoso de todos. El alma necesita de alguien a quien venerar y por eso mismo, para actuar bien debemos hacer como si ese hombre virtuoso nos estuviera mirando. 

La senectud

La senectud hay que abrazarla como si fuera la última copa de vino, que a juicio de Séneca es la que más se disfruta. Debemos prepararnos para la muerte, así como el joven debe prepararse para ser viejo.


Conclusión

Estas son las primeras vistas morales de Séneca para guiar el camino de Lucilio. En realidad, esto sería más de lo que Séneca nos ha dicho en otros libros, me parece de hecho que es el resumen de su filosofía (o quizás parte del resumen de su filosofía). Aún nos faltan varias epístolas por analizar y descubrir. Probablemente, en estas cartas se encontrarán las perspectivas personales de Séneca con la vida y la filosofía. 

lunes, 12 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Sobre la providencia (63 d. C.).

Pareciera ser que a estas alturas el tema de dios es un tópico ineludible, imposible de escapara y de pensar. Podríamos decir que ningún filósofo a prescindido de dios en sus teorías, y mucho menos va a ser Lucio Anneo Séneca quien lo haga en la antigüedad. ¿Acaso no hay una pregunta más inmensa que preguntarse por el mal? es decir, si dios existe ¿por qué sigue habiendo mal en la tierra? ¿Qué posturas nos dará el gran filósofo? Veámoslo en este otro breve libro de Séneca.

SOBRE LA PROVIDENCIA


La providencia y los hombres

La pregunta es típica ¿cómo es que existe tanto mal en el mundo si existe dios? En efecto es una pregunta difícil de responder, pero Séneca tiene una desde su filosofía estoica. 

Dios no tiene dificultad en establecer confianza con los hombres, sobre todo con los hombres buenos y virtuosos. Los hombres malos están estancados en la molicie y en las fiestas, mientras que los hombres buenos están trabajando y colaborando con el prójimo; dios ayuda a estos últimos poniéndolos a prueba cada día. 

Al hombre bueno no pueden pasarle cosas malas porque los contrarios no se mezclan; de hecho, si se mezclaran entonces ¿qué diferencia existiría entre el bien y el mal? Es necesario establecer dicha diferencia. Cuando le ocurren ''desgracias'' al hombre bueno, estas en realidad son pruebas que lo endurecen y forman para la vida ¿cómo eso podría ser malo? Así lo diría Séneca:

''No es importante lo que resistas, sino de qué manera lo hagas''

Dios es el equivalente a los padres para con los hombres. Los educa, los corrige y les da las posibilidades para que se desarrollen en plenitud. 

Lo que miran los dioses

Nada habría de sorprender que dios mirara a los hombres tratando de controlar un desastre natural o humano. Los mismos hombres se complacen en observar a los adolescentes peleando con fieras y otros gladiadores. 

Séneca sigue la máxima del filósofo Cínico llamado Demetrio:

''Ningún hombre me parece más desdichado que aquel a quien nada ha pasado''. 

Nadie podrá saber de qué es capaz ese hombre si nunca se ha enfrentado a nada. El desastre es una oportunidad que dios da a los hombres para que muestren su valentía y virtud. ¿Cómo podríamos hablar de un buen padre de familia si no pasa por las duras penas que suelen pasa las familias? ¿y que encima de esto salga victorioso? 

El pasar por una desgracia es el modo exacto de conocerse a uno mismo, de probarse que puede hacer las cosas en la vida. De hecho, la única forma de despreciar el sufrimiento es estar inmerso en el y conocerlo. 

Las quejas constantes de los hombres

¿De qué se quejan los hombres si saben muy bien que este mundo es imperfecto? Entre las condiciones de la vida, una es la conocida muerte que nos llega sin aviso alguno, pero que sabemos que llegará. Entonces ¿para qué nos quejamos si sabemos que moriremos y que los bienes que tengamos perecerán? 

Recordemos que la naturaleza es la que está exenta de mal y nosotros somos los que recibimos el dolor y nos lamentamos por el. Sin embargo, nuestra queja no sería racional porque cuando nos quejamos del dolor, es porque al mismo tiempo estamos olvidando las reglas de la vida.  

Conclusión

Este es el último ''diálogo'' de Séneca donde no deja nunca de lado su filosofía estoica. El entronamiento de la naturaleza es inevitable en este tipo de filosofía, y nosotros los hombres debemos acostumbrarnos a las condiciones de la vida. En efecto, si no lo hiciéramos así caeríamos constantemente en las pasiones (pathos) y no haríamos caso a la razón (logos), que es la que nos ayuda a evitar los sufrimientos. Podemos poner un ejemplo de esta filosofía. Imaginemos que nos contratan en una empresa, dicha empresa te ofrece un trabajo con poco salario; si tu lo aceptas, entonces no tienes por qué quejarte del bajo salario, ya que lo sabías de antemano. 

domingo, 11 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Sobre el ocio (50 d. C.).

El ocio ha sido denostado y despreciado por la sociedad contemporánea, ya que es el trabajo y la productividad lo que hace a los hombres ser buenos. Sin embargo, en la antigüedad, el ocio era una cuestión fundamental para pensar y meditar sobre todas las cosas de la vida. Este tipo de actividad no era en vano, pues todos los grandes filósofos necesitaron del ocio para formar sus grandes teorías que hasta el día de hoy nos son visibles (y algunas no). Creo que debemos tomar el concepto en latín de Marco Tulio Cicerón. ''otium cum dignitate''. Veamos lo que nos quiere mostrar Lucio Anneo Séneca en este interesante y corto libro. 

SOBRE EL OCIO

Los preceptos de los estoicos y los epicúreos

Séneca demuestra indirectamente su independencia ideológica, aunque en palabras dice ser un seguidor de los estoicos, más que de los epicúreos. El filósofo se propone analizar el ocio desde estos dos puntos de vista: Estoicos y Epicúreos. 

Antes de comenzar, veamos las frases que los mismos representantes de dichas escuelas dijeron en cuanto al ocio. 

Epicúreo: ''No intervendrá en la política el sabio, a no ser que algo le sobrevenga''.

Zenón de Citio: ''Intervendrá en la política, a no ser que algo se lo impida''

Epicúreo enfoca el ocio desde un proyecto de vida para el cual se deberá vivir en paz. Según Epicuro, la política sólo puede afectar de mala manera al hombre, por eso debe alejarse. De hecho, el mismo Séneca nos dice que si la política está tremendamente corrompida, el sabio no debe servir a la política en esas condiciones. En efecto, nadie se navega en un barco que está roto e innavegable. 

Por otro lado, tenemos a los estoicos diciendo que hay que actuar por medio de un motivo. Claro, entrar a la política es acción es decir, hacer algo por los demás lo cual es muy importante. Necesitamos tanto la vida contemplativa como la vida de actividades. Recordemos que los  mismos filósofos estoicos nos decían que el hombre debe entregarse de lleno a la naturaleza. 

Los dos conceptos

El ocio es una actividad que debe unirse con la acción, ninguna puede existir sin la otra. Es como si pensaramos la dicotomía pensar/actuar. La acción está vinculada con la virtud, y por lo tanto, las dos (ocio y acción) serían virtudes; de lo contrario, la elección aislada del ocio sería un vicio, tanto como la opción aislada de la acción. 

Finalmente, éste sería el concepto de ocio planteado por Séneca. de alguna manera, ni siquiera una acción debería ejecutarse sin pensar y ningún pensar sin ninguna acción. 


Tipos de vida

Con Aristóteles en el libro séptimo de La Política veíamos que existían dos tipos de vida: La vida contemplativa y la vida política. En palabras de Séneca, podríamos decir que la vida contemplativa es la vida dirigida al ocio y la política es dirigida a la vida activa. No obstante, Séneca añade una tercera llamada vida placentera que seguramente es la vida mostrada por los epicúreos. 

Más allá de todas las diferencias que se pueden tener, las tres escuelas pueden servirse la una a la otra con conceptos; es decir, los epicúreos pueden ser contemplativos, los estoicos placenteros y los académicos activos. En este sentido, podríamos decir que ninguna escuela puede vivir sin la otra, pues las tres no pueden vivir sin contemplación, así como tampoco pueden vivir sin placer ni acción. 

Conclusión

Qué lamentable que este libro haya sido tan corto (un poco más de 10 páginas). Ahora, lo que sí me llama la atención es la reconciliación que hace Séneca entre una escuela y otra, luego de criticar fuertemente a los hedonistas con su maestro Epicuro. El abrupto final del libro nos deja con la duda de si en realidad Séneca hace una reunión de las filosofías propuestas, o al final aboga por el estoicismo de Zenón de Citio. 

Lucio Anneo Séneca - Sobre los beneficios (59 d. C.).

Este puede ser el segundo libro más largo del compendio de tratados de Lucio Anneo Séneca. Los beneficios son algo que siempre vamos persiguiendo. En nuestra sociedad contemporánea sería ilógico perseguir los daños y las cosas que nos hacen mal, aunque pareciera ser que en estas también están los beneficios de manera implícita. ¿Cómo podría ser moral obtener los beneficios? ¿Sería inmoral que un filósofo tenga más beneficios que otros? Veamos lo que nos tiene el maestro espiritual y el inspirador del cristianismo de la Edad Media.

Referencias:

(1) En efecto, si no tenemos castidad ni siquiera existiríamos y si no tuviéramos buena conciencia no podríamos vivir bien. 

SOBRE LOS BENEFICIOS


Entrega y recepción de beneficios

Muchas personas desperdician los beneficios que tienen y otros los desprecian. Sin embargo, lo más perverso de alguien que tiene beneficios es justamente no compartirlos, cuando comienzan por medio de muchos artificios no hacer entrega de ellos. Para vivir tranquilo con los otros y con los mismos beneficios, es preciso que no se espere nada a cambio. 

Debemos dar y no demorarnos mucho con dar nuestros beneficios (en el sentido de ayudar a la gente), porque la demora significa que la persona no está muy dispuesta a compartir sus cosas. Los beneficios se deben dar incluso a las personas más despreciables, pues incluso las personas que no creen en los dioses son beneficiadas por los dioses. Esto demuestra que los beneficios no deben estar impregnados de interés, sino de bondad. 

Un hombre podría decir que ha perdido un beneficio, pero la verdad es que tener uno también significa perderlo. Si yo acepto que tengo riqueza y digo que ''he perdido riqueza'', la verdad es que no he perdido nada, pues se sabe que la riqueza se pierde. Un beneficio no se puede ver como una inversión, al contrario, quien lo ve de esa manera está cometiendo usura.  

Tres tipos de benefactores

Existen algunos pensadores que nos hablan de tres tipos de benefactores.

  1. Quien otorga beneficios
  2. Quien recibe beneficios
  3. Quien regresa beneficios


En realidad, los beneficios pasan de mano en mano entre estos tres tipos de benefactores. Si una de las tres acciones falla, entonces se romperá el circulo del beneficio lo que significa es que no podríamos hablar de un benefactor. Esto quiere decir que siempre tenemos que otorgar, recibir y regresar beneficios. 

Por otra parte, todos somos deudores en el sentido de que los beneficios entregados debemos regresarlos para ayudar a otros. Por ejemplo, cuando a un profesor se le otorga un puesto de trabajo, luego ese puesto de trabajo lo tomará otro; en ese sentido, el profesor le debe su puesto de trabajo al próximo profesor que llegue. 

No obstante, Séneca nos dice que el beneficio tomada del ejemplo anterior no es un verdadero beneficio. El filósofos nos dice que el beneficio está solamente en la mente del ser humano ¿por qué? porque el beneficio yace en la voluntad del hombre para dar lo que tiene.  

Cómo entregar los beneficios

Antes de comenzar a analizar esta parte de los beneficios, primero se debe hablar sobre lo necesario, luego sobre lo útil y finalmente sobre lo placentero

Necesario: beneficios que no podemos vivir sin ellos. 
Útil: beneficios con los cuales deberíamos vivir.
Placentero: beneficios con los cuales no deberíamos preocuparnos. 

Las necesarias serían evidentemente la libertad, la castidad y la buena conciencia(1). Luego tenemos las cosas útiles que sería el dinero el que es de mucha utilidad tener pero siempre y cuando sea con moderación. Lo placentero será todo lo superfluo, es decir todos aquellos placeres que se extinguen luego de un tiempo. 

Tipo de beneficios a dar

Los beneficios que entreguemos deben ser siempre los más duraderos, para que los efectos de esta entrega sean duraderos. La idea es que los puedan recordar mucho incluso cuando no los vean. Esto hará que incluso hasta el más ingrato pueda recordar el beneficio que le dimos.  

De preferencia, los beneficios no deben ser consumidos (debido a su corta duración) porque deben tener una existencia duradera. Mucho mejor será dar cosas que nadie tiene o que nunca le habían dado en la vida. La frecuencia para dar los beneficios debe ser de rara vez; es de mal gusto regalar cosas muchas veces. 

Maneras de otorgar

Como se dijo hace algunas líneas atrás, es preferible que no se dude mucho en dar un regalo. La espera destruye todo rastro de gratitud, por muy sincero que este sea. 

Por lo demás, el regalo o beneficio debe ser también algo que nosotros queremos. Siempre será mucho más fácil dar un beneficios cuando se quiere que cuando es algo alterno. También, el tiempo para dar el beneficio debe ser anticipado, es decir, adelantarnos al deseo de a quien daremos el beneficio. De esta manera, el beneficio jamás será olvidado. 

El semblante también es importante, pues no sería de agrado dar un beneficio diciendo ''sí'', pero con una cara diciendo que ''no''. Se debe evitar cualquier mala apariencia cuando se otorgue el beneficio. 

Beneficios y cargas
Se debe tener sumo cuidado de que nuestro beneficio, en vez de que sea algo bueno, sea una carga. Para evitar que sea una carga, debemos pensar primero en la utilidad del beneficio más que pensar en quien recibe el beneficio. Tampoco nos dejemos llevar por nuestros sentimientos, pues ellos están sesgados. 



Los receptores del beneficio

Cada persona en el asunto de los beneficios tiene un rol; el que da y el que recibe. ¿A qué tipo de receptor deberíamos dar? a aquel que ya nos otorgó su beneficio. El beneficio no puede ser otorgado a alguien que busca otra cosa interesadamente, tampoco puede ser entregado a quien no quiere (cuando se da de manera obligada).


De manera privada


Existen hombres que no les gusta recibir beneficios de manera pública. Estos hombres según Séneca no tienen buenas intenciones con los que otorgan los beneficios. De hecho, quienes no reciben los beneficios públicamente se justifican diciendo que parecerían siervos al darles beneficios. Si bien esto es cierto y sensato, es por eso que se ha dicho que se debe conocer a quien da el beneficio. 

Causas de la ingratitud

Cuando damos un beneficio y dicho hombre no lo recibe de buena manera; las causas para no hacerlo tienen que ver con la envidia, los celos y la ambición. 

La ambición y la envidia pueden entenderse, pero creo que hay que explicar un poco más lo de los celos. Esto es puede entender por la propia expresión ''El me dio esto, pero a esa otra persona le dio algo mejor''. Hay quienes son muy ingratos pues desprecian los beneficios pequeños, pero cuando ellos tengan que otorgar ¿qué especie de beneficios darán?

Séneca cree en los dioses y nos dice que son aquellos quienes nos han dado todo. El hombre que no es agradecido de dios y se queja de tener una vida de pobreza es porque no conoce el esfuerzo del trabajo. Esta es la única forma de devolver los beneficios entregados por dios. 

En todo caso, entre los hombres, el signo de gratitud más claro siempre será cuando el que recibe se alegra y agradece el beneficio. El beneficio no debe tomarse en cuenta como un préstamo. 

La ingratitud

La ingratitud es tan mala que incluso los hombres ingratos no la quieren consigo. Hay dos tipos de hombres ingratos; unos son lso que niegan que han recibido un beneficio y otros son los que olvidan lo que se les dió. 

La memoria es un aspecto fundamental en la gratitud. La juventud no hace ejercicio del pasado porque en realidad, en ese período no hay cosas interesantes que recordar. El hombre ingrato adopta esta misma aptitud de adolescente y no agradece lo que sus maestros y padres le enseñaron. De ahí que se diga que el pasado no sólo no se recuerda, sino que se considera que nunca pasó; ahí está el ingrato. 

Castigo para el ingrato

En realidad, sería muy difícil castigar a un ingrato, no hay ley o castigos que existan en la constitución sobre los ingratos. Séneca dice que incluso para un juez sería difícil e innecesario determinar y castigar a alguien que fuera ingrato. Incluso, hay veces que un hombre es ingrato solo de manera verbal; por lo que sería mucho más difícil estimar en qué grado fue ingrato ¿se podría estimar el castigo del ingrato por las cosas que tiene? quizás esto sea innecesario de indagar.


Conclusión

Esto fue en general el tratado de los beneficios los cuales también se pueden tomar como ''regalos''. Sin duda que el tema de la ingratitud ha llegado hasta nosotros sin algún posible cambio. Todos somos de alguna manera ingratos con lo que tenemos, pues siempre queremos tener más; nunca es suficiente. Me parece que la importancia de mirar el pasado para quitarnos la ingratitud es excelente porque es la memoria la que nos recuerda lo que tenemos. Si miramos el presente, o peor aún el futuro, nunca podremos ser gratos con quienes nos dan.