domingo, 11 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Sobre los beneficios (59 d. C.).

Este puede ser el segundo libro más largo del compendio de tratados de Lucio Anneo Séneca. Los beneficios son algo que siempre vamos persiguiendo. En nuestra sociedad contemporánea sería ilógico perseguir los daños y las cosas que nos hacen mal, aunque pareciera ser que en estas también están los beneficios de manera implícita. ¿Cómo podría ser moral obtener los beneficios? ¿Sería inmoral que un filósofo tenga más beneficios que otros? Veamos lo que nos tiene el maestro espiritual y el inspirador del cristianismo de la Edad Media.

Referencias:

(1) En efecto, si no tenemos castidad ni siquiera existiríamos y si no tuviéramos buena conciencia no podríamos vivir bien. 

SOBRE LOS BENEFICIOS


Entrega y recepción de beneficios

Muchas personas desperdician los beneficios que tienen y otros los desprecian. Sin embargo, lo más perverso de alguien que tiene beneficios es justamente no compartirlos, cuando comienzan por medio de muchos artificios no hacer entrega de ellos. Para vivir tranquilo con los otros y con los mismos beneficios, es preciso que no se espere nada a cambio. 

Debemos dar y no demorarnos mucho con dar nuestros beneficios (en el sentido de ayudar a la gente), porque la demora significa que la persona no está muy dispuesta a compartir sus cosas. Los beneficios se deben dar incluso a las personas más despreciables, pues incluso las personas que no creen en los dioses son beneficiadas por los dioses. Esto demuestra que los beneficios no deben estar impregnados de interés, sino de bondad. 

Un hombre podría decir que ha perdido un beneficio, pero la verdad es que tener uno también significa perderlo. Si yo acepto que tengo riqueza y digo que ''he perdido riqueza'', la verdad es que no he perdido nada, pues se sabe que la riqueza se pierde. Un beneficio no se puede ver como una inversión, al contrario, quien lo ve de esa manera está cometiendo usura.  

Tres tipos de benefactores

Existen algunos pensadores que nos hablan de tres tipos de benefactores.

  1. Quien otorga beneficios
  2. Quien recibe beneficios
  3. Quien regresa beneficios


En realidad, los beneficios pasan de mano en mano entre estos tres tipos de benefactores. Si una de las tres acciones falla, entonces se romperá el circulo del beneficio lo que significa es que no podríamos hablar de un benefactor. Esto quiere decir que siempre tenemos que otorgar, recibir y regresar beneficios. 

Por otra parte, todos somos deudores en el sentido de que los beneficios entregados debemos regresarlos para ayudar a otros. Por ejemplo, cuando a un profesor se le otorga un puesto de trabajo, luego ese puesto de trabajo lo tomará otro; en ese sentido, el profesor le debe su puesto de trabajo al próximo profesor que llegue. 

No obstante, Séneca nos dice que el beneficio tomada del ejemplo anterior no es un verdadero beneficio. El filósofos nos dice que el beneficio está solamente en la mente del ser humano ¿por qué? porque el beneficio yace en la voluntad del hombre para dar lo que tiene.  

Cómo entregar los beneficios

Antes de comenzar a analizar esta parte de los beneficios, primero se debe hablar sobre lo necesario, luego sobre lo útil y finalmente sobre lo placentero

Necesario: beneficios que no podemos vivir sin ellos. 
Útil: beneficios con los cuales deberíamos vivir.
Placentero: beneficios con los cuales no deberíamos preocuparnos. 

Las necesarias serían evidentemente la libertad, la castidad y la buena conciencia(1). Luego tenemos las cosas útiles que sería el dinero el que es de mucha utilidad tener pero siempre y cuando sea con moderación. Lo placentero será todo lo superfluo, es decir todos aquellos placeres que se extinguen luego de un tiempo. 

Tipo de beneficios a dar

Los beneficios que entreguemos deben ser siempre los más duraderos, para que los efectos de esta entrega sean duraderos. La idea es que los puedan recordar mucho incluso cuando no los vean. Esto hará que incluso hasta el más ingrato pueda recordar el beneficio que le dimos.  

De preferencia, los beneficios no deben ser consumidos (debido a su corta duración) porque deben tener una existencia duradera. Mucho mejor será dar cosas que nadie tiene o que nunca le habían dado en la vida. La frecuencia para dar los beneficios debe ser de rara vez; es de mal gusto regalar cosas muchas veces. 

Maneras de otorgar

Como se dijo hace algunas líneas atrás, es preferible que no se dude mucho en dar un regalo. La espera destruye todo rastro de gratitud, por muy sincero que este sea. 

Por lo demás, el regalo o beneficio debe ser también algo que nosotros queremos. Siempre será mucho más fácil dar un beneficios cuando se quiere que cuando es algo alterno. También, el tiempo para dar el beneficio debe ser anticipado, es decir, adelantarnos al deseo de a quien daremos el beneficio. De esta manera, el beneficio jamás será olvidado. 

El semblante también es importante, pues no sería de agrado dar un beneficio diciendo ''sí'', pero con una cara diciendo que ''no''. Se debe evitar cualquier mala apariencia cuando se otorgue el beneficio. 

Beneficios y cargas
Se debe tener sumo cuidado de que nuestro beneficio, en vez de que sea algo bueno, sea una carga. Para evitar que sea una carga, debemos pensar primero en la utilidad del beneficio más que pensar en quien recibe el beneficio. Tampoco nos dejemos llevar por nuestros sentimientos, pues ellos están sesgados. 



Los receptores del beneficio

Cada persona en el asunto de los beneficios tiene un rol; el que da y el que recibe. ¿A qué tipo de receptor deberíamos dar? a aquel que ya nos otorgó su beneficio. El beneficio no puede ser otorgado a alguien que busca otra cosa interesadamente, tampoco puede ser entregado a quien no quiere (cuando se da de manera obligada).


De manera privada


Existen hombres que no les gusta recibir beneficios de manera pública. Estos hombres según Séneca no tienen buenas intenciones con los que otorgan los beneficios. De hecho, quienes no reciben los beneficios públicamente se justifican diciendo que parecerían siervos al darles beneficios. Si bien esto es cierto y sensato, es por eso que se ha dicho que se debe conocer a quien da el beneficio. 

Causas de la ingratitud

Cuando damos un beneficio y dicho hombre no lo recibe de buena manera; las causas para no hacerlo tienen que ver con la envidia, los celos y la ambición. 

La ambición y la envidia pueden entenderse, pero creo que hay que explicar un poco más lo de los celos. Esto es puede entender por la propia expresión ''El me dio esto, pero a esa otra persona le dio algo mejor''. Hay quienes son muy ingratos pues desprecian los beneficios pequeños, pero cuando ellos tengan que otorgar ¿qué especie de beneficios darán?

Séneca cree en los dioses y nos dice que son aquellos quienes nos han dado todo. El hombre que no es agradecido de dios y se queja de tener una vida de pobreza es porque no conoce el esfuerzo del trabajo. Esta es la única forma de devolver los beneficios entregados por dios. 

En todo caso, entre los hombres, el signo de gratitud más claro siempre será cuando el que recibe se alegra y agradece el beneficio. El beneficio no debe tomarse en cuenta como un préstamo. 

La ingratitud

La ingratitud es tan mala que incluso los hombres ingratos no la quieren consigo. Hay dos tipos de hombres ingratos; unos son lso que niegan que han recibido un beneficio y otros son los que olvidan lo que se les dió. 

La memoria es un aspecto fundamental en la gratitud. La juventud no hace ejercicio del pasado porque en realidad, en ese período no hay cosas interesantes que recordar. El hombre ingrato adopta esta misma aptitud de adolescente y no agradece lo que sus maestros y padres le enseñaron. De ahí que se diga que el pasado no sólo no se recuerda, sino que se considera que nunca pasó; ahí está el ingrato. 

Castigo para el ingrato

En realidad, sería muy difícil castigar a un ingrato, no hay ley o castigos que existan en la constitución sobre los ingratos. Séneca dice que incluso para un juez sería difícil e innecesario determinar y castigar a alguien que fuera ingrato. Incluso, hay veces que un hombre es ingrato solo de manera verbal; por lo que sería mucho más difícil estimar en qué grado fue ingrato ¿se podría estimar el castigo del ingrato por las cosas que tiene? quizás esto sea innecesario de indagar.


Conclusión

Esto fue en general el tratado de los beneficios los cuales también se pueden tomar como ''regalos''. Sin duda que el tema de la ingratitud ha llegado hasta nosotros sin algún posible cambio. Todos somos de alguna manera ingratos con lo que tenemos, pues siempre queremos tener más; nunca es suficiente. Me parece que la importancia de mirar el pasado para quitarnos la ingratitud es excelente porque es la memoria la que nos recuerda lo que tenemos. Si miramos el presente, o peor aún el futuro, nunca podremos ser gratos con quienes nos dan.

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