No solamente fue un importante político, sino que también fue un gran escritor. Personaje importantísimo para la antigua Roma, Julio César quedará proclamado en la historia como uno de los mejores generales jamás vistos de la era precristiana. Cientos de obras han sido escritas inspiradas en este emperador, e incluso el mismo título de ''César'' es ocupado hoy en día para referirnos a una persona que tiene el dominio sobre algo. Hoy aprenderemos la vida de este general que vivió la transición de Roma, pasando de una República a un Imperio. Por cierto, no veremos las obras de Julio César, sino solamente su biografía.
Referencias:
(1) Véase el apartado de Mitología Romana.
(2) Por eso que en las monedas romanas, en la imagen del César aparece la imagen de Venus.
(3) Vestimenta que usaban los niños en la Antigua Roma.
(4) Vestimenta que usaban los adolescentes en la Antigua Roma.
(5) Cargo correspondiente a un alto sacerdote.
(6) Habitantes de los Alpes.
(7) Para más información véase el Imperio Romano.
(8) Recordemos que el consulado constaba de dos personas, para que una mitigara la ambición de la otra.
(9) La frase ''La suerte está echada'' que se pronuncia en latín ''Alea iacta est''.
(10) Conocida como la batalla de Zela.
(11) La frase en latín era ''Veni, vidi et vici''.
(6) Habitantes de los Alpes.
(7) Para más información véase el Imperio Romano.
(8) Recordemos que el consulado constaba de dos personas, para que una mitigara la ambición de la otra.
(9) La frase ''La suerte está echada'' que se pronuncia en latín ''Alea iacta est''.
(10) Conocida como la batalla de Zela.
(11) La frase en latín era ''Veni, vidi et vici''.
GAIVS IVLIVS CAESAR
Años de infancia y juventud
Descendencia
Nacido el día 13 de Julio del año 100 a. C., Julio César proviene de una de las familias más nobles de toda Roma, la gens Julia. Su hogar estaba situado al oeste del Foro (en la actual Vía Cavour). Su descendencia provenía de los mismos dioses, específicamente del dios Junio(1) de ahí su apellido ''Julio''; y por otro lado, su descendencia de madre era por parte de Venus(2). A César le encantaba hablar sobre su descendencia.
Dicen que el significado de su apellido proviene de la palabra cartaginesa ''caesar'' que significa elefante. Cuentan las fuentes que César peleó con un elefante y lo venció, de ahí su apelativo de ''César''.
Su familia nunca tuvo mucho privilegio y por ese motivo, siempre intentaron que algún miembro se casara con alguien que proviniera de alguna familia influyente. El abuelo de César se casó con una mujer perteneciente a la gens Marcia y de ese matrimonio nació Julia, quien se casó con Cayo Mario que a su vez dieron nacimiento a los padres de César.
Educación
Aurelia, la madre de César, era una mujer muy influyente en política y ayudó mucho a César a ingresar a este mundo. Su educación fue dirigida por Marco Antonio Gnifón, quien era experto en literatura griega y romana. Asistía muy regularmente al Foro para escuchar a los grandes oradores.
Su infancia terminó cuando tuvo que dejar su toga pretexta(3) para ponerse su toga viril(4), que en la cultura romana era la transición de la infancia a la adolescencia (generalmente era una ceremonia). El día 15 de Marzo del año 85 a. C. Julio César viste su toga virilis, que era la vestimenta que representaba la adultez.
Su padre muere cuando Julio César cumplía los 16 años de edad (84 a. C.). El padre alcanzó el segundo cargo más alto del Estado, la pretura. En ese mismo año, Lucio Cornelio Cinna nombra a César como sacerdote de Júpiter, cargo que recibe el nombre de flamen dialis(5).
Situación de su familia y amigos
Al mismo tiempo de recibir el cargo de flamen dialis, César se separa de su primera esposa llamada Cosucia y se casó con Cornelia, que a su vez era hija de Cinna. De este matrimonio nace su hija Julia en el año 83 a. C.
En esos años, César soportaba el gobierno del partido opositor donde Lucio Cornelio Sila era el jefe. Éste obligó a César que se divorciara de Cornelia, a la cual César se negó. Inmediatamente, el dictador le confiscó todos sus bienes además de retirarle el cargo de flamen dialis.
César que estaba enfermo huyó a las montañas, pero rápidamente fue capturado por Cornelio Phagis, quien era un secuaz de Sila. César compró su libertad por dos talentos (cantidad superior a lo que se pedía), pero aún así César siguió huyendo de sus enemigos, hasta que sus familiares (quienes ya estaban adscritos al partido de Sila para salvarse) pidieron que fuera indultado y lo consiguieron gracias a las sacerdotisas de Vesta (diosa del hogar).
Sila aceptó a regañadientes el indulto de César diciendo:
Luego de esto, César no quiso quedarse en Roma y trabajo con Minucio Termes en una provincia de Asia. Combatió en el asedio de Mitilene, que era una ciudad aliada de Mitrídates, luego lo enviaron a la corte de Nicomedes IV, rey de Bitinia. Trabó amistad con Nicomedes, ayudando al mismo tiempo a la ciudad de Bitinia. Una vez que el rey Nicomedes falleció, la ciudad de Bitinia quedó incorporada a la República, como él mismo había dicho que sería heredera.
Justamente cuando deja su consulado en el año 58 a.C., César es convocado para iniciar una guerra contra los galos (actual Francia). César se enfrentó a los galos con dos legiones con su mano derecha Tito Labieno que era su compañero de lucha política en Italia.
La población de la Galia la constituían los celtas que además habitaban en el sur de Germania, en la llanura del Po y en Britannia. En la parte central de la Galia, Roma había derrotado a los arvernos e instauró la provincia Narbonense. Sin embargo, la Galia central se tomó nuevamente por los eduos, aunque estos finalmente se aliaron con los romanos.
Mientras las cosas se desarrollaban de esa manera, los helvecios que eran pueblos que vivían cerca del Rin planeaban tomarse nuevamente la Galia. Este plan era llevado por Orgetorix que tenía un pacto con los eduos para derrotar a Ariovisto, un líder del pueblo germánico que mantenía la alianza con los romanos. Sin embargo, Orgetorix quería quedarse con todo el poder, dejando fuera a los helvecios, pero no le resultó pues los helvecios supieron de dicho plan.
Julio César trató de obstaculizar el camino a los helvecios para mantener la paz en la Galia. Los helvecios le pedían autorización a Julio César para atravesar el Rin, pero el dictador no se los dio. Finalmente, el dictador pudo dispersar a los helvecios y obligarlos a retirarse.
Derrotaron a los helvecios, lo que significó la hegemonía de Roma sobre la Galia central. César quería aún más porque intentó negociar el territorio con las otras tribus germánicas, pero, al ver que estas se negaban, César luchó con ellas para hacerse con el territorio. Ahora, Ariovisto y César serían rivales a muerte. Es ahí cuando Ariovisto le pide a César que deje tranquilo a las tierras germánicas pues ningún daño les ha hecho; han cuidado la tierra yla han defendido ¿por qué se la quitan ahora los romanos? César responde a esa pregunta diciendo que esa tierra no le pertenecía del todo a él, sino que más bien al Imperio Romano.
No obstante, nuevos enemigos se aproximaban como amenaza para Roma: los belgas. Entre ellos estaban los conocidos nervios al norte de la Galia. Estas tribus no eran del todo poderosas, César podía dispersarlos fácilmente cuando finalmente los derrotaron. Los últimos belgas poderosos eran los llamados atuatucos, quienes fueron derrotados por César cuando éste decidió usar toda una artillería contra ellos; no tuvieron opción.
Esto le significó fama y prestigio, tanto así, que cuando Craso se enfrentó a los belgas de la costa de Bretaña, estos últimos se entregaron sin resistencia alguna. El Senado hizo una fiesta de acción de gracias por este acontecimiento; César se había ganado la confianza de estos.
Expediciones a Britania
Una vez reforzada y controlada las amenazas en la Galia, César pretende dirigirse a la conquista de Britannia. ¿Por qué dirigirse hasta aquí? porque sus habitantes eran enemigos de la República romana.
La primera expedición fue realmente breve por las condiciones climáticas y por la dificultad que significaba atravesar el canal de la Mancha, en el año 55 a. C. De hecho, podríamos decir que la primera expedición de César en Britania fue de reconocimiento militar.
La segunda expedición fue más fuerte aún que la primera. Preparó cinco legiones y dos mil jinetes. En esta tuvo más éxito, pues se pudo abrir pasó por Britania hasta llegar al Támesis. Su expedición terminó cuando pudo exportar el estaño a Galia, materia prima importantísima. Esto sucedió exactamente en el año 54 a. C., donde lamentablemente muere su hija Julia, hermana de Pompeyo.
Los galos aprovecharon esta ocasión para volverse a revelar, pero nuevamente la rebelión fue sofocada por Julio César, aunque esta vez le costó mucho más. Tuvo que formar más legiones además de pedirle a Pompeyo algunas otras.
La batalla de Alesia
Una de las rebeliones decisivas y más difíciles de enfrentar para Julio César fue la rebelión de Vercingétorix en el año 52 a. C. Este militar estaba a favor de los galos y dieron la batalla contra Julio César.
En ese momento, Comio, quien era un rey galo aliado de César se cambió de bando en esta misma rebelión. Vercingetorix estaba aprovechando la difícil situación que pasaba Roma, pues uno de los miembros del triunvirato había muerto, Marco Licinio Craso. Pompeyo, por su parte, comenzaba a unirse al bando conservador traicionando así a Julio César.
César lo persiguió y lo enfrentó encarnizadamente para destruirlo de una vez por todas. Vercingétorix perdía batalla tras batalla llegando a la suma de 40 aproximadamente, siendo la causa principal la falta de abastecimiento para sus propias tropas. Vercingétorix trató de reanudar los ánimos infructuosamente; se vistió con ropas excéntricas para llamar la atención, pero finalmente, cuando se enfrentó prácticamente sólo a César, se quedó en silencio y ordenó que se lo llevaran.
Para sembrar el terror, Julio César corto los brazos de todos los que consideraba enemigos y los galos nunca más volvieron a rebelarse, Galia se pacificó. Ya para el año 50 a. C. la Galia dejó de ser considerada zona en conflicto y pasó a ser una provincia romana.
César seguía intentando escalar entre los cargos políticos de Roma, pero cada vez se le hacía más difícil, por no decir imposible. La única forma para proclamarse gobernador de toda Roma era la revolución.
Tenía una legión asentada de Rávena y de ahí cruzó el Rubicón: un pequeño río que representaba la frontera entre Rávena e Italia. Inmediatamente, César ocupó la localidad de Rimini, donde se encontró con los tribunos a quienes les presentó sus soldados. César había declarado la guerra a Italia.
Dicen que cuando estaba a punto de invadir Italia, César se detuvo unos momentos a pensar la consecuencia de sus actos. Atravesar el Rubicón significaría que no hay vuelta atrás, y por lo tanto la toma del poder. Es ahí donde Julio César pronuncia su gran frase:
La fecha de la guerra está situada en el año 49 a. C., específicamente en el mes de Enero.
Intentos de negociación
El pánico se dejó desatar en Roma y Pompeyo necesitaba despegar sus tropas para atacar a César. Si bien César tenía planeado atacar toda Italia, también quería llegar a algún arreglo con Pompeyo, pero Pompeyo no quería ninguna negociación. Una de las estrategias de Pompeyo era quedarse en Grecia, para desde ahí combatir a César; sin embargo, César insistía en sus negociaciones diciendo que si Pompeyo se acercaba a Italia podrían restablecer el gobierno en Roma; no obstante, Pompeyo dijo que era César quien debía paralizar sus tropas.
El mismo Cicerón trató de reconciliar a los dos bélicos personajes, pero sus esfuerzo fueron infructuosos y, siendo su amigo Pompeyo, Cicerón se retiró hacia Grecia. Pompeyo reunía tropas mayormente asiáticas para protegerse de un eventual ataque de César, mientras que para César lo mejor era apoyarse en sus tropas galas.
La guerra
Dada las circunstancias, César y Pompeyo se enfrentan desplegando sus tropas. Cabe destacar que el general de Pompeyo es el mismo Bíbulo, quien fuera compañero de César como cónsul. Julio César sufrío grande pérdidas primeramente, incluso se pensaba que César iba a perder irremediablemente, sin embargo, las tropas de Pompeyo demoraban mucho sus ataques.
La segunda derrota de César fue una lección de vida y de estrategia, pues en la batalla siguiente (y en cierto sentido la definitiva), César aprendería de sus derrotas.
La batalla de Farsalia
Pompeyo se vio con mucha ventaja después de dos derrotas por parte de César y confiado, aceptó encontrarse con César para combatir en Farsalia. Un factor del cual Pompeyo dependía fuertemente era su superioridad numérica, por lo cual pensaba que sería fácil derrotar a César.
Unas de las cosas más favorables para César era que tenía un ejército muy fiel, mientras que para Pompeyo, sus soldados no eran muy leales. Por otro lado, el espacio de Farsalia era muy reducido y las tropas de Pompeyo eran muy numerosas, por lo que no pudieron desplegarse muy bien.
Pompeyo había perdido irremediablemente y huyendo a su tienda se despojó de todos sus distintivos y arrancó hacia Chipre. Desde ahí quiso huir hacia Egipto y ahí fue asesinado frente a su esposa por el rey Ptolomeo XIII.
A pesar de la muerte de Pompeyo, César siempre en el fondo quiso reconciliarse con él. Sin embargo, la negativa constante de Pompeyo obligó a que estos hechos ocurrieran.
Otras batallas
César pasó el invierno en Alejandría, y aunque toda Roma estuviera gobernada y tranquilizada por él mismo, Farnaces II del Ponto quiso derrotarlo. La batalla(10) fue sorprendentemente breve concluyendo con la huida de Farnaces, aunque luego fue asesinado en su propia patria.
Es aquí donde César escribe a un viejo amigo suyo de Roma otra de sus frases conocidas:
Julio César hizo varias reformas que ayudaron a establecer para la posteridad la cultura romana. Aumentó los días del año en 365 con la ayuda de Sosígenes de Alejandría en el año 46 a. C., y cambió el nombre del mes Quintilis (quinto mes del año) a Julius, que en efecto era su mismo nombre.
En esos años, César soportaba el gobierno del partido opositor donde Lucio Cornelio Sila era el jefe. Éste obligó a César que se divorciara de Cornelia, a la cual César se negó. Inmediatamente, el dictador le confiscó todos sus bienes además de retirarle el cargo de flamen dialis.
César que estaba enfermo huyó a las montañas, pero rápidamente fue capturado por Cornelio Phagis, quien era un secuaz de Sila. César compró su libertad por dos talentos (cantidad superior a lo que se pedía), pero aún así César siguió huyendo de sus enemigos, hasta que sus familiares (quienes ya estaban adscritos al partido de Sila para salvarse) pidieron que fuera indultado y lo consiguieron gracias a las sacerdotisas de Vesta (diosa del hogar).
Sila aceptó a regañadientes el indulto de César diciendo:
''¡Guardaos del muchacho de toga suelta! Os haré caso, pero recordad que este hombre por el que interceden pondrá en peligro nuestra hegemonía''.
Luego de esto, César no quiso quedarse en Roma y trabajo con Minucio Termes en una provincia de Asia. Combatió en el asedio de Mitilene, que era una ciudad aliada de Mitrídates, luego lo enviaron a la corte de Nicomedes IV, rey de Bitinia. Trabó amistad con Nicomedes, ayudando al mismo tiempo a la ciudad de Bitinia. Una vez que el rey Nicomedes falleció, la ciudad de Bitinia quedó incorporada a la República, como él mismo había dicho que sería heredera.
Carrera política
Termes le concedió a César la corona cívica confeccionada con hojas de roble por haber combatido en Mitilene. Luego se dirigió a la costa sur de la Asia Menor en el año 78 a.C. Fue ahí donde se enteró de la muerte de Sila, lo que lo obligó a dirigirse inmediatamente a Roma.
César, quien estaba adscrito al partido popular de Roma, pensó que esta sería la oportunidad para emprender su carrera política, ya que Sila pertenecía al partido opositor, los optimates. Sin embargo, el dictador Sila había dejado muy sólidos algunos preceptos para mantener a los optimates en el poder. Julio César hizo esfuerzos para hacerse la popularidad de a poco, introduciéndose en el Estado haciendo cosas administrativas.
Aprovechando ciertas agitaciones, César acusó de rapiña a un partidario de Sila llamado Cneo Cornelio Dolabela en el año 77 a. C., enfrentándose a uno de los abogados más férreos a Sila, Quinto Hortensio. Lamentablemente, César perdió en su acusación (lo que era esperable) pero así se granjeó su prestigio como orador, abogado y político.
Anécdota con los piratas
Luego de esta fallida acusación se dirigió a Oriente, específicamente a Rodas para estudiar oratoria a manos del orador Molón. No obstante, nuevamente hubo una desgracia para César, pues en el Mediterráneo existían piratas que lo capturaron inmediatamente. La República romana estaba obligada a rescatar a sus ciudadanos cuando eran capturados por piratas.
César se comportó como un rey frente a los piratas, jamás se vio como un esclavo entre ellos e incluso se daba el lujo de insultarlos. Los piratas le tenían respeto y finalmente le dejaron en libertad. Pero César había jurado, en broma, asesinarlos y así fue una vez que estuvo en tierra firme.
De vuelta al sacerdocio
Debido a esta anécdota, César no permaneció mucho tiempo en Rodas, pero por otro lado, Roma pasaba otra crisis pues Mitrídates no reconoció el testamento de Nicomedes IV de Bitinia inició una guerra contra Roma. César decidió enfrentarse con él formando tropas en Asia Menor, lo que fue un éxito rotundo.
Pasó el tiempo y César se entera que su tío Aurelio Cota había muerto repentinamente. Su puesto como sacerdote máximo (pontífice) de Roma fue dejado a su sobrino Julio César en el colegio de Pontífices. Esto le dió una sólida posición para quedarse en Roma.
Desde ese momento, César pudo entrar más en política teniendo una masa popular asegurada, pero el fantasma y las cosas impuestas por Sila quien ya había muerto hace mucho, aún era u nobstáculo importante.
La cuestura
Las reformas populares de Craso y Pompeyo fueron apoyadas totalmente por Julio César, aunque de este no se sabrá hasta el año 68 a.C., donde se convertirá en cuestor. Los cuestores tenían un trabajo asistencial en la administración de la hacienda y, si se hacía un esfuerzo, el cuestor podría llegar al Senado. Fue asignado al propretor de la Hispania Ulterior (la que actualmente conocemos como Andalucia). Lamentablemente, su esposa Cornelia muere aquel año.
César se lamentaba mucho, pues a su edad, Alejandro Magno ya estaba en un escalafón más avanzado.
''A una edad en la que Alejandro Magno había conquistado el mundo, yo sigo siendo un desconocido''.
Para hacerse más exitoso, César defendió a los ciudadanos de segunda clase llamados transpadanos(6). César no paró de defender el derecho a la ciudadanía a esta clase de ciudadanos, hasta que en el año 49 a.C., esta se hizo efectiva.
Edil curul y pontifex maximus
En el año 65 a. C., César fue asignado Edil Curul, cargo que consistía en la supervisión de los mercados y de algunos aspectos políticos. El años siguiente fue nombrado juez en un tribunal y en el subsiguiente, cuando falleció el presidente del colegio sacerdotal fue nombrado pontifex maximus, y al mismo tiempo se casa con Pompeya Sila (nieta del dictador Sila).
Con todos estos nombramientos, César ya era un personaje controversial. Un contrincante suyo del partido Optimate quiso sobornarlo, a lo que César le dijo:
¡Pediré prestado para luchar aún más contra ti!
En todo caso, César sabía que estaba en una posición difícil, pues sus opositores harían de todo para acabar con él.
Pasaba el tiempo y ocurrió la conocida conspiración de Catilina en el año 63 a. C. Cuando se descubrió dicha conspiración, Julio César quería que los acusados tuvieran un castigo más piadoso que lo que proponía Marco Tulio Cicerón, que era la ejecución. Para sorpresa de César, la propuesta de Cicerón fue acatada.
La pretura
En ese mismo año, César fue elegido pretor el cual era un cargo inmediatamente por debajo de Consul. En su pretura, César presenció algunos hechos controversiales como el de Publio Clodio con la casa Bona Dea(7). También se separa de su esposa Pompeya, debido a que Publio Clodio entró en su casa vestido de mujer para yacer con ella.
Al mismo tiempo seguía de gobernador de Hispania Ulterior, donde sus deudas aumentaron considerablemente. Sus superiores querían quitarlo del cargo, pero Craso lo ayudó a pagar la deuda (830 talentos).
Al mismo tiempo seguía de gobernador de Hispania Ulterior, donde sus deudas aumentaron considerablemente. Sus superiores querían quitarlo del cargo, pero Craso lo ayudó a pagar la deuda (830 talentos).
Cónsul de Roma
El consulado fue una posición dificilísima para César en el año 59 a. C., pues el Senado quería mantenerlo alejado. Ya no querían que César siguiera escalando y le pusieron al mando de la administración de los montes y pastos de Italia, junto con Marco Calpurnio Bíbulo(8).
Pompeyo se encontraba en circunstancias similares porque el Senado tampoco lo quería. César y Pompeyo sabían que a única forma de seguir adelante era uniéndose, e integrando a Craso para enfrentar al partido opositor. De hecho, César quería integrar a su bando a Cicerón, pero este se rehusó.
El primer triunvirato
La alianza de Craso, César y Pompeyo formaría lo que más tarde se conocería como ''el primer triunvirato''. Este constaba de un gobierno de tres personas, amigas del mismo partido que gobernaban solidariamente entre sí.
Al principio, el triunvirato estaba oculto al pueblo pero, para afianzar las alianzas, Pompeyo se casó con la hija de César, Julia. Luego, el mismo César se casó con Calpurnia, hija de Lucio Calpurnio Pisón. En el año 58 a. C., Calpurnio junto con Aulo Gabinio sucedió a César y Bíbulo.
Para César, a pesar de pertenecer al triunvirato, el Senado le hacía la vida imposible. Prácticamente no prestaban atención a lo que decía y hacían de todo para impedir cualquier acción. César emprendió algunas campañas propagandísticas, pero que no dieron resultado.
La guerra de las galias
El primer triunvirato
La alianza de Craso, César y Pompeyo formaría lo que más tarde se conocería como ''el primer triunvirato''. Este constaba de un gobierno de tres personas, amigas del mismo partido que gobernaban solidariamente entre sí.
Al principio, el triunvirato estaba oculto al pueblo pero, para afianzar las alianzas, Pompeyo se casó con la hija de César, Julia. Luego, el mismo César se casó con Calpurnia, hija de Lucio Calpurnio Pisón. En el año 58 a. C., Calpurnio junto con Aulo Gabinio sucedió a César y Bíbulo.
Para César, a pesar de pertenecer al triunvirato, el Senado le hacía la vida imposible. Prácticamente no prestaban atención a lo que decía y hacían de todo para impedir cualquier acción. César emprendió algunas campañas propagandísticas, pero que no dieron resultado.
Guerras exteriores
La guerra de las galias
La población de la Galia la constituían los celtas que además habitaban en el sur de Germania, en la llanura del Po y en Britannia. En la parte central de la Galia, Roma había derrotado a los arvernos e instauró la provincia Narbonense. Sin embargo, la Galia central se tomó nuevamente por los eduos, aunque estos finalmente se aliaron con los romanos.
Mientras las cosas se desarrollaban de esa manera, los helvecios que eran pueblos que vivían cerca del Rin planeaban tomarse nuevamente la Galia. Este plan era llevado por Orgetorix que tenía un pacto con los eduos para derrotar a Ariovisto, un líder del pueblo germánico que mantenía la alianza con los romanos. Sin embargo, Orgetorix quería quedarse con todo el poder, dejando fuera a los helvecios, pero no le resultó pues los helvecios supieron de dicho plan.
Julio César trató de obstaculizar el camino a los helvecios para mantener la paz en la Galia. Los helvecios le pedían autorización a Julio César para atravesar el Rin, pero el dictador no se los dio. Finalmente, el dictador pudo dispersar a los helvecios y obligarlos a retirarse.
Derrotaron a los helvecios, lo que significó la hegemonía de Roma sobre la Galia central. César quería aún más porque intentó negociar el territorio con las otras tribus germánicas, pero, al ver que estas se negaban, César luchó con ellas para hacerse con el territorio. Ahora, Ariovisto y César serían rivales a muerte. Es ahí cuando Ariovisto le pide a César que deje tranquilo a las tierras germánicas pues ningún daño les ha hecho; han cuidado la tierra yla han defendido ¿por qué se la quitan ahora los romanos? César responde a esa pregunta diciendo que esa tierra no le pertenecía del todo a él, sino que más bien al Imperio Romano.
No obstante, nuevos enemigos se aproximaban como amenaza para Roma: los belgas. Entre ellos estaban los conocidos nervios al norte de la Galia. Estas tribus no eran del todo poderosas, César podía dispersarlos fácilmente cuando finalmente los derrotaron. Los últimos belgas poderosos eran los llamados atuatucos, quienes fueron derrotados por César cuando éste decidió usar toda una artillería contra ellos; no tuvieron opción.
Esto le significó fama y prestigio, tanto así, que cuando Craso se enfrentó a los belgas de la costa de Bretaña, estos últimos se entregaron sin resistencia alguna. El Senado hizo una fiesta de acción de gracias por este acontecimiento; César se había ganado la confianza de estos.
Expediciones a Britania
Una vez reforzada y controlada las amenazas en la Galia, César pretende dirigirse a la conquista de Britannia. ¿Por qué dirigirse hasta aquí? porque sus habitantes eran enemigos de la República romana.
La primera expedición fue realmente breve por las condiciones climáticas y por la dificultad que significaba atravesar el canal de la Mancha, en el año 55 a. C. De hecho, podríamos decir que la primera expedición de César en Britania fue de reconocimiento militar.
La segunda expedición fue más fuerte aún que la primera. Preparó cinco legiones y dos mil jinetes. En esta tuvo más éxito, pues se pudo abrir pasó por Britania hasta llegar al Támesis. Su expedición terminó cuando pudo exportar el estaño a Galia, materia prima importantísima. Esto sucedió exactamente en el año 54 a. C., donde lamentablemente muere su hija Julia, hermana de Pompeyo.
Los galos aprovecharon esta ocasión para volverse a revelar, pero nuevamente la rebelión fue sofocada por Julio César, aunque esta vez le costó mucho más. Tuvo que formar más legiones además de pedirle a Pompeyo algunas otras.
La batalla de Alesia
Una de las rebeliones decisivas y más difíciles de enfrentar para Julio César fue la rebelión de Vercingétorix en el año 52 a. C. Este militar estaba a favor de los galos y dieron la batalla contra Julio César.
En ese momento, Comio, quien era un rey galo aliado de César se cambió de bando en esta misma rebelión. Vercingetorix estaba aprovechando la difícil situación que pasaba Roma, pues uno de los miembros del triunvirato había muerto, Marco Licinio Craso. Pompeyo, por su parte, comenzaba a unirse al bando conservador traicionando así a Julio César.
César lo persiguió y lo enfrentó encarnizadamente para destruirlo de una vez por todas. Vercingétorix perdía batalla tras batalla llegando a la suma de 40 aproximadamente, siendo la causa principal la falta de abastecimiento para sus propias tropas. Vercingétorix trató de reanudar los ánimos infructuosamente; se vistió con ropas excéntricas para llamar la atención, pero finalmente, cuando se enfrentó prácticamente sólo a César, se quedó en silencio y ordenó que se lo llevaran.
Para sembrar el terror, Julio César corto los brazos de todos los que consideraba enemigos y los galos nunca más volvieron a rebelarse, Galia se pacificó. Ya para el año 50 a. C. la Galia dejó de ser considerada zona en conflicto y pasó a ser una provincia romana.
Guerra civil
César seguía intentando escalar entre los cargos políticos de Roma, pero cada vez se le hacía más difícil, por no decir imposible. La única forma para proclamarse gobernador de toda Roma era la revolución.
Tenía una legión asentada de Rávena y de ahí cruzó el Rubicón: un pequeño río que representaba la frontera entre Rávena e Italia. Inmediatamente, César ocupó la localidad de Rimini, donde se encontró con los tribunos a quienes les presentó sus soldados. César había declarado la guerra a Italia.
Dicen que cuando estaba a punto de invadir Italia, César se detuvo unos momentos a pensar la consecuencia de sus actos. Atravesar el Rubicón significaría que no hay vuelta atrás, y por lo tanto la toma del poder. Es ahí donde Julio César pronuncia su gran frase:
''Sigamos el camino al que nos empujan los dioses y la injusticia de nuestros enemigos, la suerte está echada(9)''
La fecha de la guerra está situada en el año 49 a. C., específicamente en el mes de Enero.
Intentos de negociación
El pánico se dejó desatar en Roma y Pompeyo necesitaba despegar sus tropas para atacar a César. Si bien César tenía planeado atacar toda Italia, también quería llegar a algún arreglo con Pompeyo, pero Pompeyo no quería ninguna negociación. Una de las estrategias de Pompeyo era quedarse en Grecia, para desde ahí combatir a César; sin embargo, César insistía en sus negociaciones diciendo que si Pompeyo se acercaba a Italia podrían restablecer el gobierno en Roma; no obstante, Pompeyo dijo que era César quien debía paralizar sus tropas.
El mismo Cicerón trató de reconciliar a los dos bélicos personajes, pero sus esfuerzo fueron infructuosos y, siendo su amigo Pompeyo, Cicerón se retiró hacia Grecia. Pompeyo reunía tropas mayormente asiáticas para protegerse de un eventual ataque de César, mientras que para César lo mejor era apoyarse en sus tropas galas.
La guerra
Dada las circunstancias, César y Pompeyo se enfrentan desplegando sus tropas. Cabe destacar que el general de Pompeyo es el mismo Bíbulo, quien fuera compañero de César como cónsul. Julio César sufrío grande pérdidas primeramente, incluso se pensaba que César iba a perder irremediablemente, sin embargo, las tropas de Pompeyo demoraban mucho sus ataques.
La segunda derrota de César fue una lección de vida y de estrategia, pues en la batalla siguiente (y en cierto sentido la definitiva), César aprendería de sus derrotas.
La batalla de Farsalia
Pompeyo se vio con mucha ventaja después de dos derrotas por parte de César y confiado, aceptó encontrarse con César para combatir en Farsalia. Un factor del cual Pompeyo dependía fuertemente era su superioridad numérica, por lo cual pensaba que sería fácil derrotar a César.
Unas de las cosas más favorables para César era que tenía un ejército muy fiel, mientras que para Pompeyo, sus soldados no eran muy leales. Por otro lado, el espacio de Farsalia era muy reducido y las tropas de Pompeyo eran muy numerosas, por lo que no pudieron desplegarse muy bien.
Pompeyo había perdido irremediablemente y huyendo a su tienda se despojó de todos sus distintivos y arrancó hacia Chipre. Desde ahí quiso huir hacia Egipto y ahí fue asesinado frente a su esposa por el rey Ptolomeo XIII.
A pesar de la muerte de Pompeyo, César siempre en el fondo quiso reconciliarse con él. Sin embargo, la negativa constante de Pompeyo obligó a que estos hechos ocurrieran.
Otras batallas
César pasó el invierno en Alejandría, y aunque toda Roma estuviera gobernada y tranquilizada por él mismo, Farnaces II del Ponto quiso derrotarlo. La batalla(10) fue sorprendentemente breve concluyendo con la huida de Farnaces, aunque luego fue asesinado en su propia patria.
Es aquí donde César escribe a un viejo amigo suyo de Roma otra de sus frases conocidas:
''Llegué, vi y vencí(11)''
Todo esto ocurrió aproximadamente en el año 48 a.C., donde en Roma se hicieron grandes fiestas y, que en el año 46 a. C. muchos homenajes se harían a quien se proclamaría dictador de Roma.
Otra victoria ocurrió al norte de África que también fue muy breve terminando con la victoria de Julio César.
Otra victoria ocurrió al norte de África que también fue muy breve terminando con la victoria de Julio César.
Época como dictador
Julio César hizo varias reformas que ayudaron a establecer para la posteridad la cultura romana. Aumentó los días del año en 365 con la ayuda de Sosígenes de Alejandría en el año 46 a. C., y cambió el nombre del mes Quintilis (quinto mes del año) a Julius, que en efecto era su mismo nombre.
Consecutivamente, luego triunfó con la batalla de Tapso donde derrotó a los Pompeyanos: Catón el joven y Quinto metelo Escipión.
Finalmente, ya en el año 45 a.C., Julio César derrota a los hijos de Pompeyo: Pompeyo el grande, Cneo y Sexto en Munda (de hecho, así se llamó la batalla).
Reorganización en Roma
Luego de estas batallas, César se empezó a reconciliar con la gente incluso con Cicerón, quien, a pesar de estar a favor de Pompeyo, fue tratado con mucho respeto por el dictador.
Hubieron algunas molestias por parte de legiones de Roma, pero César lo solucionaba fácilmente.
Muerte
Su muerte se debió en parte a la clemencia que tenía con sus enemigos. Tenía sobre todo clemencia con los Pompeyanos, quienes eran sus principales contrincantes. De hecho, César les dio derechos y posiciones en su régimen. Este tipo de clemencia se explicaba quizás porque los Pompeyanos eran parte de Roma, en cambio, César fue implacable con sus enemigos extranjeros (contra los galos por ejemplo). Por supuesto, estas cosas hicieron enojar a sus enemigos, añadiendo también el estado actual de la República
Un grupo de 60 conspiradores liderados por Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino asesinaron a César en el teatro Pompeyano en el año 44 a. C. Cabe decir que un arúspice le dijo a César que se cuidara del día 15 de Marzo, porque ahí terminaría su reinado, y justamente, así fue.
Cuando lo asesinaron, César en su agonía vio al mismísimo Bruto quien fuera su amigo y compañero y le dijo:
''¿Y tú también Brutus?''
Muchos dicen que esta frase no fue dicha en latín (Et tu Brutus?), sino más bien en griego y además añadiendo que le dijo ''hijo mío''.
Personalidad
Cuando su padre falleció y tuvo que deshacerse de su toga pretexta, César era considerado una persona que no le gustaba las obligaciones sociales. Tenía un aspecto un tanto afeminado, pues no le gustaba llevar la toga muy apretada, contrario al prototipo de hombre de la antigua Roma. Por otro lado, César era siempre preocupado de su apariencia física, haciendo mucho deporte para mantenerse en forma.
Le gustaba andar bien vestido y su calva le molestaba enormemente, tanto, que se peinaba hacia adelante para ocultarla. De ahí que la corona de laurel lo hiciera muy feliz al esconder aún más su calvicie.
En la política era muy hábil, nunca desaprovechó un momento para escalar posiciones. Tenía un compromiso inquebrantable a su partido,pero también buscaba satisfacción personal. Siempre era muy cuidadoso de tener estas dos cosas en cuenta: la satisfacción personal y la lealtad al partido.
Literatura
Literatura
Otra de sus aficiones era el gran amor que tenía a la lectura y la escritura. Su escritos sobre la guerra de las Galias, si bien era propagandístico, tienen un mérito literario increíble. Esta experiencia de las Galias resultó sublimada en aproximadamente 60 libros.
Vitalidad
Mucho se decía de su incontinencia sexual, de hecho, se decía que en su viaje al Este tuvo relaciones con el rey Nicomedes de Bitinia. El hecho no es probado, pero los expertos dicen que sí es probable, aunque para César esas cosas significarían temas superfluos.
Conclusión
Sin duda, una de las figuras más increíbles del mundo romano. Su paso por la historia significó el conocimiento de las guerras más importantes de Europa y de su organización política. Costará a la historia que aparezca un personaje que se le iguale en ambición y que al mismo tiempo tenga cierta clemencia con sus enemigos. Quizás, uno de los personajes de la historia que se le podría igualar sería Napoleón, aunque más por las tácticas que por personalidad. Necesitábamos mostrar la figura de Julio César quien no puede pasar desapercibido en estos apuntes.