martes, 20 de junio de 2023

Avempace - Sobre el alma

Este tratado sobre el alma está entendido por Avempace dentro de la Física de Aristóteles, siendo la última obra sobre el estagirita que Avempace realizaría. Ya habíamos visto los Comentarios a la Física de Aristóteles anteriormente, pero ahora nos enfrentamos a una obra original del mismo filósofo, ya no un mero comentario. Esta obra será un punto crucial entre la filosofía de Aristóteles y Averroes, En todo caso, aunque la obra tiene la originalidad del mismo Avempace, no se puede negar la gran influencia aristotélica que tiene. Veamos cómo se aborda el concepto de alma.

Referencias:

(1) Este es uno de los pasajes más oscuros debido a su ilegibilidad y en consecuencia, difícil traducción.

(2) Los grados de existencia era una discusión que tenía Avempace con Badajoz

(3) Nadie sabe a qué cosa se refiere en este caso Avempace. Quizás sea la materia. 


SOBRE EL ALMA


Capítulo I: Sobre el alma


Existen dos tipos de cuerpos:

  • Naturales: generados y corruptibles
  • Artificiales: existen por un acto de voluntad (una silla o una cama)

De acuerdo con Aristóteles, todas ellas están hechas de materia y forma. La materia puede existir con forma o sin forma; si queremos entender la materia sin forma tendremos que remitirnos a los cuatro elementos sublunares; de hecho, estos son los cuerpos naturales. 

El ser simple puede transformarse y de él comienza a salir un ser compuesto; por ejemplo, del agua proviene el aire y la tierra, esto sucede cuando este ser simple se mezcla con otro ser y juntos hacen una composición diferente a las que tenían. Por eso, todas las especies compuestas tienen más de un elemento.

Los cuerpos artificiales tienen como primer motor el arte, y en este caso, los cuerpos naturales serían los instrumentos de los mismos. En consecuencia, estos cuerpos pueden ser creados esencial o accidentalmente. Es fácil ver entonces que existen dos motores primeros; el de la naturaleza, llamado motor natural; y el del arte, llamado motor artificial. 

Lo mismo ocurre con las formas: estas pueden ser naturales o artificiales. Las formas son perfecciones firmemente establecidas en los cuerpos que se encuentran. Cuando la forma se da de este modo se le llama entelequia; en consecuencia, las formas son entelequias que los cuerpos poseen en potencia.

Los cuerpos naturales tienen su motor en su interior, pero los cuerpos artificiales tienen un motor fuera de ellos mismos. Los cuerpos naturales se dirigen hacia su lugar natural (la tierra hacia abajo, el agua hacia abajo, el aire hacia arriba y el fuego hacia arriba), y se desvían solo por accidente. Por lo tanto, tienen una potencia dentro de ellos: cuando un obstáculo se lo impide, pero luego vuelve a su lugar natural si cesa dicho movimiento. Por esto se dice que el motor de estos cuerpos está en su interior, pero esto no es así. La piedra tiene potencia para dirigirse hacia abajo, pero su motor es la pesadez.

  • Potencia: dirigirse hacia abajo
  • Motor: pesadez

Pero en los seres dotados de alma, el móvil no es más que su potencia y el motor mueve según la naturaleza o contrario a la naturaleza. Por ejemplo, el movimiento de la mano, que si bien tiende hacia abajo, puede levantarse.

  • Potencia: su móvil
  • Motor: moverse de acuerdo a la naturaleza o no

Por otro lado, la forma es de dos clases:

  • Entelequia de un cuerpo natural donde motor y móvil no se unen (llamada naturaleza)
  • Entelequia de un cuerpo natural que se mueve por instrumento (llamada alma)

El alma es una entelequia de un cuerpo natural orgánico. A su vez, la entelequia puede ser primera y última, y en consecuencia, es un cuerpo vivo. 

De la misma forma, está claro que la palabra ''alma'' es una palabra convencional, debido a que ''entelequia'' puede entenderse de muchas formas (es ambigua). De ahí se entienden los tipos de alma, es decir, de las mismas formas que las entelequias:

  • Alma nutritiva: entelequia del cuerpo orgánico que se nutre
  • Alma sensitiva: entelequia del cuerpo orgánico que siente
  • Alma imaginativa: entelequia del cuerpo orgánico que imagina

Al alma racional se la llama alma en cuanto participación, pero de forma más clara que en estos casos. 

Toda ciencia, como diría Aristóteles es buena y bella, y sin embargo, unas son más bellas que otras. El estudio de las almas es el que precede el estudio de todas las demás cosas, en consecuencia, todas las ciencias necesitan la ciencia del alma, a excepción de aquella ciencia que estudia los primeros principios: la metafísica. Ahora bien, la mejor manera de conocer los primeros principios se realiza a través del alma, por lo tanto, el estudio del alma sigue siendo fundamental. 

Así, la primera de las ciencias es aquella que estudia ''qué es la cosa''. Esta puede ser completa o incompleta, que es cuando se conoce solamente una parte de la definición, o bien se puede saber completamente. Una definición se divide por anterioridad y posterioridad. 

  • Anterioridad: compuesta de causas y varios géneros. Es la más idónea de las definiciones y se compone de causas próximas y remotas
  • Posterioridad: posterioridad con respecto de aquello de lo que se componen las cosas con las que no se constituye algo. Se componen únicamente de accidentes

Avempace nos habla de las causas que están en la definición por anterioridad. 

  • Causas próximas: las cuatro causas aristotélicas (material, formal, eficiente y final). Pueden ser particulares o generales
  • Causas remotas: las que se pueden deducir de las cuatro causas aristotélicas

El signo es algo accidental y solo le proporcionan partes a la definición. 

El alma como ciencia

El alma no está en la definición axiomática como las otras ciencias, porque es evidente por sí misma, se deduce. Aunque sea difícil de definir, no es imposible de hacerlo. 

Si hay algo que el alma puede hacer al margen del cuerpo, este será la separación. De acuerdo con Avempace, esto complica todo en los textos de Física de Aristóteles. Ahora bien, con todo esto explicado, necesitamos verificar a qué tipo de ciencia pertenece el alma, a la del cuerpo, a la de las cualidades del cuerpo o alguna otra. 

En primer lugar, se debe buscar el género del alma para así encontrar su definición. Para obtener la definición se deben conseguir tres cosas:

  1. Análisis
  2. Síntesis
  3. Demostración

No puede investigarse por medio del análisis, ya que su género no es conocido. Tampoco puede ser la demostración porque el alma no se entiende de una sola forma. En consecuencia, lo único que nos queda como método es la síntesis. 

La síntesis se ocupa para aquello cuya existencia se conoce previamente. La existencia del alma es obvia y su demostración sería parecido a buscar la demostración de la existencia de la naturaleza; lo cual es propio del que no conoce la diferencia entre lo conocido por sí mismo y lo conocido por otro. 

Todo animal es un cuerpo compuesto de partes no homogéneas y discontinua, de partes separadas dentro de límites que le son propios, además de ser móviles y sensibles. Pertenece al género de los seres que tienen cuerpo y forma. 

El alma es entelequia de un cuerpo material que tiene ciertas facultades. Pero no hay una sola naturaleza que abarque a todas las almas, de hecho, si fuesen del mismo género, todos sus actos serian de igual género. Sus facultades pueden predicarse de forma posterior, anterior, analógica o simultáneamente; en efecto, la alimentación será una facultad anterior a la de las sensaciones. 

Esto hace que el alma sea aún más difícil de estudiar por la ambigüedad que presenta, y su evidente falta de demostración. Esto dificultó mucho a los antiguos en el descubrimiento del alma, lo que finalmente los lleva a determinar al alma como una sustancia, de esta opinión era Platón y Aristóteles. Luego tenían que distinguir qué potencia del alma sería primero. 

Capítulo II: Tratado sobre la potencia nutritiva

Lo opuesto al ser es el no-ser. 

El no-ser puede ser, lo que no existe puede existir. Lo que puede existir es de dos clases:

  1. Necesario: no puede no-ser
  2. Contingente: lo que existe en un momento cualquiera, que no existió antes en otro momento

Avempace dice que es necesario que sea inexistente por un tiempo indefinido, pero esto solo puede ser por accidente. Para Avempace, no existe la privación absoluta como había aclarado en los comentarios a la Física de Aristóteles. 

Recordemos un ejemplo: Si Zaid está enfermo y es posible que sane o que no sane, lo opuesto a que sane no será la privación de salud contenida en la posibilidad de sanar, sino la ausencia de salud. 

Lo posible y lo que está en potencia son una cosa en el sujeto, pero en sí mismas son distintas: 

Por ejemplo, lo posible precede al acto en el tiempo (la luna es eclipsable), pero también puede que esta posibilidad sea necesaria (no así en el caso del enfermo).

Lo que está en potencia: no llega a ser acto hasta que el ser no sufre un cambio de manera necesaria. 

El modo en que se da el cambio está entre algunas de las categorías:

  1. Substancia: potencia cambiante
  2. Cantidad: potencia cambiante
  3. Cualidad: potencia cambiante
  4. Lugar: potencia cambiante
  5. Pasión: potencia pasiva (pero proceden de un cambio)
  6. Perfección: potencia pasiva (pero proceden de un cambio)
  7. Relación: no pertenece a ninguna categoría de cambio
  8. Posesión: potencia cambiante
  9. Posición: potencia cambiante

Los que tienen relación en sus definiciones son la posición, la posesión, el lugar, el tiempo y la pasión. 

Ahora veamos lo relativo al acto.

Lo que actúa, en cuanto que actúa (entendido como esencia), es un ser en acto, mientras lo que padece es un ser en potencia. ''Lo que actúa'' acompaña en el ser a ''lo que padece''. De ahí que se deriven también los motores los cuales unos son necesarios (eternos) y otros potenciales (contingentes). 

El alma

El alma de los cuerpos celestes no es potencia bajo ningún concepto, a menos que se les relacione con el Intelecto Agente, y ahí se les llamaría potencias motrices. Pero esto no es debido a que se parezca esencialmente al Intelecto Agente, sino que su potencia se asemeja al Intelecto Agente de forma accidental. 

El alimento

Al alimento se le llama carne con respecto a la fiera y también al alimento último que luego se convierte en sangre. En consecuencia, la potencia nutritiva es una potencia por la que el cuerpo llega a moverse.

El alimento que está en potencia es un alimento remoto y por lo tanto, tiene un motor que lo hace cambiar a alimento en acto. Lo que se alimenta es o una planta o un animal, lo que hace pensar que la fuerza motriz para alimentar está en el cuerpo. 

La alimentación se da por medio de una facultad nutritiva, y en consecuencia la potencia nutritiva es un alma. Se produce un movimiento en la sustancia. 

El alimento próximo tiene varios niveles:

  • El que está dentro del animal
  • La humedad que está en las raíces de la planta
  • La sangre
  • La savia
  • La sangre que se convierte en carne
  • La savia que se convierte en ramas

El alimento, en cierto modo, es parte de la generación y la corrupción, pues todo ser generable y corruptible tiene un generante que puede ser de su misma especie o bien puede ser del género. 

Potencia motriz

La potencia motriz lleva a cabo sus acciones de la siguiente manera:

  1. Acciones propias de su especie
  2. Por accidente
  3. Según la materia en que actúa

Todos estos movimientos tienen algo en común con su moviente, sobre todo cuando se trata de los elementos naturales: el agua proviene del agua, el aire del aire, la tierra de la tierra y el fuego del fuego, aunque este también puede existir por el choque de cuerpos. 

El modo en que las partes constitutivas de cuerpo pasen a conformar, en efecto, un cuerpo, se debe realizar por medio del calor y no del frío. 

Facultad de aumento

Todo cuerpo tiene una magnitud que le es característica y con la cual adquiere la perfección de su ser. Esta cantidad no le fue dada en el principio, es decir, en su generación. De aquí se deriva otra facultad que es el alma aumentativa y está intrínsecamente ligada con el alma nutritiva. 

La diferencia entre estas dos potencias, generativa y nutritiva es que esta última realiza cada una de las partes en potencia, o regenerándolas. Por otro lado, la generativa realiza la especie que es en potencia confeccionando un cuerpo perteneciente a aquella especie y no empleando en ello las partes de la facultad nutritiva. La facultad generativa se encuentra en el intelecto en acto y no en el cuerpo, mientras que la potencia nutritiva sí se encuentra en el cuerpo. 

Esta generación ocurre de manera accidental en los cuerpos naturales, ya que estos solo recibieron existencia que es la ínfima de las jerarquías del ser necesario. En otras palabras, los seres para existir necesitan al menos los elementos naturales. Ahora bien, lo que se les da a los cuerpos materiales no es una existencia necesaria, sino que más bien la reproducción con el objeto de perpetuar la especie. 

Potencia reproductiva

Esta es la última meta del crecimiento, donde se alcanza la perfección del movimiento de los seres. Si pudiéramos colocar estas potencias en jerarquías sería de la siguiente forma:

  1. Potencia nutritiva: materia
  2. Potencia generativa: introducción
  3. Potencia reproductiva: fin

La potencia nutritiva siempre hace más alimentos de los que exige la conservación del cuerpo. Este exceso se orienta al crecimiento y cuando éste alcanza su perfección, proviene de él lo que conocemos como semen. En efecto, cuando el cuerpo se vuelve decrépito, la única facultad que existe en el alma nutritiva es la de conservar el cuerpo, dejando de existir aquella que se orienta al crecimiento.

Capítulo III(1): Tratado sobre las potencias sensibles

Todo cuerpo se compone de materia y forma, pero estas no son el cuerpo propiamente tal y sin embargo, vive por ellas. La materia es receptora de la forma, y la forma nunca está en acto sino una vez en la materia al igual que la materia. No obstante, estas pueden ser separadas en un cuerpo solamente en potencia, lo que es evidente en los cuerpos generables y corruptibles. La explicación de esto es que la materia sí se separa de la forma, pero solamente para coincidir con otra forma. Por ejemplo, cuando el agua se convierte en vapor; el agua es la materia y la forma es el vapor, pero no es que el vapor tenga su propia forma, sino que el agua está siempre unida a la forma del vapor.

Tanto la materia como la forma son seres de un sujeto. Pero existen contrariedades en la forma; por ejemplo, la materia puede tener muchas formas contrarias, aunque en sí es una sola para todas. Esto es un corolario indispensable para la existencia de la materia: que tenga formas contrarias.

Por ejemplo, una estructura de madera tiene, en efecto, una forma, pero bien puede que esta pueda modificarse y recibir una forma contraria a la que se había hecho primeramente. Esto también se entiende porque la materia tiene un motor móvil que le hace adquirir formas. 

El motor puede ser de dos clases:

  • No homogéneo: el de los cuerpos celestes
  • Homogéneo: el de los demás cuerpos

Para explicar el motor de los cuerpos homogéneos Avempace nos da el siguiente ejemplo:

  • Sea AB agua, siendo B su forma
  • El agua está fría, es decir, tiene frío en acto
  • Es aire en potencia
  • Sea D la potencia del aire
  • Por lo tanto, en AB estará D
  • En cuanto que es AB moverá y en cuanto a que es D será movido
  • Sea AH el calor y una forma
  • El calor está en A (en el agua) que es su ser en potencia
  • El cuerpo AH estará en reposo por medio de D
  • Ambos, AD (agua y aire) serán motores, mientras que B y H (forma del agua y forma del calor) existen
  • La potencia D será necesariamente movida por B y la potencia A será movida por H

En cuanto a la potencia del frío y al calor. Cuando existe calor, este mismo es causa del frío en potencia porque la potencia en cada una de las cosas es una sola en la materia. La materia, ya sea remota o próxima necesita de la forma para existir, y claro, la materia se nos presenta en la mente como si rehuyera de la forma (como diría Platón), pero ¿qué pasa cuando la materia es desprovista de forma?

La diferencia surge por un lado de la forma y por otro de la potencia. La forma no puede ser divisible a menos que se la comprenda como una división accidental ¿Cómo es esto posible? entendiendo que no hay nada que sea inútil en la naturaleza (idea de Aristóteles), la forma está de forma accidental en la materia, que llamaremos forma material. Esta forma material, al ser material siempre está en un otro porque la naturaleza no hace nada en vano. De este modo, la forma de los elementos está en la materia. 

Ahora bien, la forma material es inteligible en virtud del intelecto que la puso ahí. Son inteligibles cuando se unen con el cuerpo. Toda cosa exenta de materia (inteligible) es una forma separable como lo es el intelecto adquirido, pueden ser sensibles e imaginables siendo asimismo motores del apetito. 

Sin embargo, también se podría preguntar si los inteligibles en ellos existen de algún modo o bien no existen. Avempace nos dice que esta duda debe responderse considerando la existencia de ellos en el mundo y la relación que tienen en él. Esto porque no es lo mismo decir que un inteligible es causado por otro (existencia inteligible) a que su existencia material se deba a otro, porque ambas existencias son opuestas. 

  • Existencia inteligible ≠ Existencia material

Como todo lo material está sujeto a cambio y lo inteligible no lo está (además de ser indivisible), la existencia material está en un sujeto, es decir, es un cambio que va a llegar a ser. 

Todo lo material tiene tres maneras de cambiar:

  1. Cualitativamente
  2. Cuantitativamente
  3. Lugar

Algunos dicen que el cambio en la existencia se da por medio de los grados de existencia porque cada uno de ellos tiene una diferencia(2), pero de acuerdo a Avempace esto no es posible ya que el único ser que merece la existencia es el ser material que está mezclado de elementos (sublunares), es movido por los móviles, cuerpos celestes y otros animales. 

La existencia del inteligible en acto no es posible en la materia hasta que se cumplan ciertas condiciones, por ejemplo, la alimentación que finalmente constituiría un ser como el hombre. 

La potencia racional precede a todas las otras potencias en el alma, incluso de la imaginación, pues hay quienes dicen que la imaginación se da de modo casual con el conjunto de elementos en el ser. 

Las formas tienen distintos grados:

  1. Existencia material (no tiene cambios en absoluto, y extremo último de la existencia)
  2. Existencia inteligible

Ninguna de estas dos existencias puede estar sin la otra. Si la existencia inteligible no tiene materia sería una falsa invención. De ahí que la teórica natural (o la ciencia natural) identifique necesariamente la materia y la forma unidas. En todo caso, cuando la forma está separada de la materia (sea que estén abstraídas) esta recibe el nombre de percepción. Cuando está unida con la materia se le llama intelecto y a la percepción también se le llama intelecto en potencia. 

Dicha abstracción tiene varios grados:

  1. Sensación
  2. Imaginación
  3. Razón

En cuanto al sentido, este puede estar en acto o en potencia, atendiendo si esta es próxima o remota. Es remota como por ejemplo, el feto que después de un tiempo podrá sentir, y es próxima como cuando se ''huele'' algo que todavía no está frente al olfato. Luego se deriva la imaginación a partir de los sentidos.

En cuanto a la razón tenemos el intelecto que es creador por el principio que subyace en él. Este principio tiene dos géneros:

  1. El que está unido a su propio instrumento; por ejemplo, el semen del animal que reproduce. En este caso, es el calor del semen el que actúa en él para lograr la generación del ser
  2. Sus instrumentos depende de algo exterior; por ejemplo aquellos animales que nacen de generación espontánea. En este caso, podría ser el calor que se genera de la putrefacción que crea moscas o gusanos

A través de una mezcla, el alma recibe la forma y finalmente se completa todo el proceso. 

Con respecto a la forma, ya sabemos que está no cambia porque es indivisible. Por lo tanto, lo que cambia es ''otra cosa'' y la forma se amolda a ese cambio(3)

Capítulo IV: Tratado sobre la vista

El alma es una entelequia como habíamos dicho anteriormente, siendo su primera materia la mezcla humoral del cuerpo. Esto se puede llevar perfectamente al sentido de la vista, diciendo que ésta es la entelequia del ojo. 

El primer sensible de la vista es el color, ya que no puede percibirse con ningún otro sentido. La facultad que permite al ojo ver es el humor vítreo, cosa que es evidente cuando se tratan las cataratas en los ojos. Por lo tanto, podemos decir que el humor vítreo es el que permite que podamos ver los colores. 

Colores

El color solo puede percibirse por medio del aire. Por eso, cuando el color se pone sobre el ojo, el ojo no lo percibe inmediatamente. Además del aire, la visión necesitará del color para ser percibida.

Para continuar con el estudio del color, Avempace estudia dos conceptos:
  • Luminoso: lo que proporciona luz
  • Iluminado: aquello donde hay luz

Lo luminoso se dice de dos formas:

  • Anterioridad: creemos que el sol es común con el fuego
  • Posterioridad: lo que ilumina al ser iluminado, como el reflejo de la luna y los cuerpos bruñidos

Lo luminoso con respecto a lo iluminado tiene una posición relativa. Los cuerpos solo tienen posición que sería una condición absoluta y en consecuencia, lo iluminado recibe una posición con respecto a lo iluminante, que se da por medio de la categoría de relación. 

El color es un motor que mueve a lo transparente en acto, siempre y cuando sea iluminado. Su primer receptor es la superficie.

Capítulo VI: Tratado sobre el olfato

El olfato es la percepción de lo olido. Lo primero que es olido es el olor. Todo lo que tiene olor está mezclado, pues la mezcla precede al olor en el cuerpo por naturaleza.

Entre los animales, el hombre racional no necesita tanto este sentido, y por eso su percepción es débil; al contrario, en el animal irracional el olfato es motivo de subsistencia, en consecuencia es mas fuerte.

El olor tiene una especie de velo que es levantado por la respiración. No se percibe el olor hasta que se respira por largo tiempo, pero de lo contrario no se percibe. El olor resulta al lavar la humedad a la sequedad o por alguna cocción por el calor. 

Capítulo VII: Tratado sobre el gusto

El gusto no puede existir en lo seco ni en lo húmedo, por lo cual el gusto no se da en la ceniza, en el agua ni en el aire, pero sí se da en el agua de mar y en los pantanos, en virtud de la sequedad que se produce en aquellas aguas. La materia del gusto es la humedad porque cuando no hay humedad no hay sentido del gusto. Necesita humedad para existir y para ser sentido. El gusto es necesario en el animal, salvo en los moluscos y en las esponjas de mar. 

Así, el gusto será más o menos desagradable mientras más o menos húmedo sea. 

Capítulo VIII: Tratado sobre el tacto

Todos los animales tienen este sentido, y si lo perdieran ya no serían animales porque ningún sentido carece de tacto. Si es generable y corruptible, necesariamente es tangible. 

¿Qué hay del alma? se dice que el alma tiene frialdad, pero que al mismo tiempo se mezcla con el calor innato. En este sentido, tenemos dos órganos encargados del flujo de los fluidos que son tanto fríos como calientes. El cerebro se encarga de lo frío y el corazón de lo caliente.

No se sabe si el sentido del tacto está en la carne o no, pero Avempace nos dice que al menos es una de las cosas de las que está constituida la carne. 

Capítulo IX: Sobre el sentido común

Existe una facultad común que percibe los sentidos y este es el sentido común. En el quedan impresas aquellas sensaciones percibidas anteriormente y que luego se pueden evocar sin la presencia de la cosa, esto se llama el efecto de lo sensible tras la ausencia de la cosa. Cuando estas sensaciones quedan de manera continua, a esto se le llama retención o memoria. 

De acuerdo con Avempace, el sentido común es, por una parte, alma porque en definitiva el sentido común es una entelequia. Es parte del cuerpo a través de la materia que le es propia porque está conectado con el cuerpo. Es una facultad entre el alma y las cosas que no son alma.

Capítulo X: Tratado sobre la facultad imaginativa

La imaginación es aquella facultad por la cual se perciben las imágenes de las cosas sensibles.

Los intelectuales han dicho que la imaginación puede ser de tres formas; opinión, sensación o ambas. Avempace nos aclarará estos tres puntos:

  1. Opinión: no puede ser opinión porque de otro modo no podríamos establecer con claridad cómo es la imaginación. Alguien puede tener la opinión de cierto animal y otro puede tener otra.
  2. Sensación: lo sensible de cada sensación existe al percibirlo, pero no toda cosa imaginada es así, porque puede imaginarse lo que no está presente. 
  3. Ambas: si no es opinión ni tampoco sensación no será ninguna de las dos

Es evidente que la imaginación es una potencia que en la mayoría de las veces proyecta imágenes falsas, aunque cuando son verdaderas es porque se esta utilizando la potencia sensible. Sin embrago, las cosas percibidas por esta potencia no son cosas sensibles. No puede percibir las cosas por esencia sino que por accidente. 

Habíamos hablado que en el sentido común teníamos una facultad parecida, es decir, hay un efecto que queda en el sentido, pero en la imaginación esto se da de otra manera. 

Antes de todo debemos entender qué es la imagen. En primer lugar, las imágenes son entelequias que están en la potencia imaginativa, así como las sensaciones están en el sentido común. En consecuencia, la potencia imaginativa está ubicada dentro de las potencias materiales, y por esto su efecto es más potente en el sueño. En este estado, el sentido común es solo accidental, pero la potencia imaginativa está subordinada al sentido común. 

De todas formas, la potencia imaginativa estimula la parte apetitiva del alma. Algunos animales como las hormigas solamente tienen esta facultad como la más noble. La potencia imaginativa es la entelequia del cuerpo. Las sensaciones vienen a la existencia porque tienen una facultad por la que son puestas en movimiento, y ellas, a su vez, mueven a la facultad imaginativa, donde necesariamente se da la imaginación. 



Capítulo XI: Tratado sobre la facultad racional

La facultad racional no está siempre en acto y esto es evidente; pues de ser así su aprendizaje sería solamente recuerdo, y además no necesitaría de los sentidos. Sin embargo, tampoco está siempre en potencia porque las ciencias vienen al hombre por medio del aprendizaje. En consecuencia, esta facultad oscila entre estar en potencia y en acto. 

La potencia racional es aquella por lo que el hombre indica lo semejante, según lo que ocurre en su interior. ¿Qué es lo que sucede en su interior? Avempace lo explica en distintos pasos:

  1. Preguntar es pedir información
  2. Información es enseñanza
  3. Preguntar, entonces, es aprender

Por esta potencia es que el hombre conoce o aprende. El hablar razonado notifica a los demás de modo convencional aquellas ideas que se le ocurre al alma del que razona. 

El principal instrumento que tiene esta potencia es el habla, y de ahí se construye lo que conocemos como discurso. ¿De dónde proviene el discurso? para analizar esto desde el comienzo, debemos pensar que la información y la interrogación solo se dan por medio de la proposición categórica.

En el hombre hay dos acciones:

  1. Existencia de nociones separadas (conceptos simples)
  2. Síntesis de las dos nociones separadas (juicio de dos conceptos simples)

A su vez, las nociones significadas por palabras son de dos clases:

  • Universales: predicable a muchos, son nociones inteligibles
  • Particulares: predicable a uno

El intelecto no percibe la realidad de las cosas, sino que más bien su esencia, mientras que el sentido y la imaginación capturan la cosa individual de manera concreta. 

La única acción propia del intelecto es captar la esencia de algo, pues si trata de captar una cosa concreta, el sentido de intelecto sería tratado de forma equívoca. Los inteligibles se hacen seres a través de la materia y se hacen inteligible mediante la abstracción de ellas. 

Conclusión

El alma sensible es responsable de la percepción sensorial y el procesamiento de la información proveniente de los sentidos, mientras que el intelecto es una facultad superior que trasciende la experiencia sensorial y es capaz de alcanzar un conocimiento más elevado. Podemos ver claramente la influencia de Aristóteles y cómo es que Avempace nos trata de explicar el alma con términos aristotélicos. Es un libro que explica la visión de Avempace sobre el alma, pero también es un propedéutico a Aristóteles. 

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