Quod scripsi,scripsi
(Lo escrito, escrito está)
Esta frase es una de las más famosas de la historia bíblica y tiene su contexto cuando Poncio Pilato ordenó elaborar una tablilla en la cruz de Jesús. Esta tenía el acrónimo de INRI que significa Iesus Nazarenus Rex Iudæorvm (Jesús de Nazaret, rey de los judíos). Los judíos, naturalmente, se molestaron con esta denominación pero Poncio Pilato les dijo ''quod scripsi, scripsi'', que significa ''lo escrito, escrito está''.
Esta frase latina se utiliza muchas veces para indicar que no se puede retractar de aquello que está escrito. En ese caso, es lo contrario al concepto de equidad que hemos estado estudiando donde la norma puede ser quebrantada si hay una circunstancia mayor que impide su ejecución, o que indica que la realización del sumo derecho es la suma injuria (summun ius, summa iniuria) como diría Marco Tulio Cicerón).
Es muy frecuente que obedezcamos aquello que está escrito y sobre todo si proviene de una autoridad importante. Sin embargo, la pregunta o la objeción hacia esta frase latina es si debemos aceptar aquello que está escrito literalmente, o existe la posibilidad de interpretarlo.
Naturalmente, en muchos textos jurídicos existen ambas opciones. Por ejemplo, en nuestro Código Civil chileno tenemos el artículo 19º, inciso 1º que dice
''Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu''
Sin embargo, en el mismo texto encontramos otras reglas de interpretación como la del artículo 22:
''El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía.
Los pasajes obscuros de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan sobre el mismo asunto''
En todo caso, en el derecho siempre estará el criterio de la equidad como la precaución que nos daba Cicerón, pero también está el lado literal y mandatorio de los preceptos, como se dijo anteriormente, cuando el sentido es claro.
La literalidad ha estado presente en muchas cosas, así en la República de Platón, donde todos los hombres tenían su destino marcado por una profesión, es decir, todos nacieron para alguna actividad, quien viniera de una tierra extranjera mostrando que en efecto un hombre o mujer se podía dedicar a más de alguna actividad, el filósofo ateniense decía que a esos hombres no se les debería tomar en cuenta pues la noción de una verdadera república era tal como la planteaba: todos estaban destinados a una actividad, aunque se demostrara lo contrario.
Este principio de ''lo escrito, escrito está'' puede tener relación con otro aforismo que hemos desarrollado que nos proviene de la filosofía renacentista, específicamente de los tiempos de Nicolás Maquiavelo: ''Cosa fatta capo ha'' (lo que está hecho, hecho está), en el sentido que las acciones que se realizan en un determinado momento, no son posibles de deshacer una vez hechas. Por ejemplo, la celebración de un matrimonio que, si bien se puede deshacer por medio del divorcio, el hecho del matrimonio es imposible resarcirlo por medio de los hechos (contrario a lo que pasa en el derecho con respecto a la nulidad que retrotrae a las partes al estado anterior a la celebración.
Otro dicho que se nos presenta en el mundo antiguo espartano: ''una vez que la lluvia cae, nada puede volverla hacia arriba'', teniendo un significado muy parecido al cosa fatta capo ha.
Conclusión
Puede ser uno de los aforismos menos conocido de Pilatos, a parte de otros que hemos mencionado como el ''quod es veritas?'' (¿qué es la verdad?). Sin duda que esta es una discusión de mucha controversia, pero me parece que la visión ecléctica del derecho es la más apropiada porque incorpora las dos alternativas frente a la oscuridad de una ley, teniendo en cuenta que las leyes deben ser lo más efectivas posibles ya que no son perfectas.
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