Una de las figuras más impactantes e inspiradoras de la historia de la República Romana: la figura de Espartaco. La rebelión que Espartaco llevó acabo no tuvo precedentes en la incipiente historia de Roma, por lo que fue todo una sorpresa cuando ocurrió. Nada más terrible para un gobernador de aquellos tiempos que una revuelta de esclavos se vaya en contra del territorio, propagando el temor y la liberación de aquellos que vivieron atados toda la vida. Veamos la historia de Espartaco.
ESPARTACO
Primeros años
De acuerdo con el historiador Plutarco, Espartaco pertenecía a la tribu de los tracios. No se supo nada de sus padres ni de su infancia, pero sí de que tenía un hermano que lo acompañó en su larga lucha.
Esclavitud
Espartaco fue tomado por las legiones al no ser un ciudadano romano, posteriormente se le hizo esclavo junto con su hermano y ambos estuvieron en trabajos forzados. No obstante, un mercader vio la impresionante fuerza que tenía Espartaco y lo sacó de allí para hacerlo gladiador, en la escuela de gladiadores de Capua.
Gladiador
Al poco tiempo, Espartaco conseguía el título de murmillo que era un tipo de gladiador que usaba escudo oblongo y una espada ancha. Se decía que este gladiador remplazaba al gladiador Gallus que recibía su nombre de Galia. Con el tiempo, el nombre de Gallus fue reemplazado por murmillo, ya que Galia fue anexada a Roma. Para ser murmillo se tenía que ser muy fuerte y Espartaco alcanzaría la característica de ''peso pesado'' en esta disciplina.
Rebelión
Liberación
En el año 73 a. C., Espartaco, hastiado de las torturas y vejamenes que sufrían los esclavos, comenzó a liderar una rebelión. Aproximadamente 70 esclavos hicieron parte de este complot, quienes aprendieron técnicas de combate junto con los gladiadores.
En el año 73 a. C., Espartaco, hastiado de las torturas y vejamenes que sufrían los esclavos, comenzó a liderar una rebelión. Aproximadamente 70 esclavos hicieron parte de este complot, quienes aprendieron técnicas de combate junto con los gladiadores.
En el mismo año, Espartaco se escapó de la escuela de gladiadores en Capua y tomó refugio en el Monte Vesuvius, donde además muchos otros esclavos se unieron. El número de esclavos para rebelión llegó a ser de 90.000.
Una vez libres, los gladiadores nombraron oficialmente a Espartaco como su líder junto a otros dos hombres llamados Crixo y Enomao.
Batalla de Monte Vesuvius (73 a. C.)
El pretor Gayo Claudio Glabro confió en que la falta de suministros pusiera hambrientos a los esclavos, y estos ser verían obligados a rendirse. La fortificación romana estaba bajo las faldas del Monte Vesuvius, por lo que en un momento determinado, los esclavos bajaron hacia la falda del Monte para asesinar la mayoría de los que se encontraban en la fortificación. En una segunda expedición, Espartaco y su ejército derrotaron a la armada de Claudio Glabro casi asesinandolo a él también.
En la primavera del año 72 a. C., los rebeldes dejaban sus campamentos para dirigirse al Norte. Los romanos se alarmaron ante esta situación y los cónsules Lucio Gelio Publícola y Gnaeus Cornelio Léntulo Clodiano enviaron tropas para detenerlos. Las tropas de los cónsules pudieron derrotar a las tropas de Crixo en el Monte Gargano donde 30.000 rebeldes murieron. Sin embargo, de todas maneras fueron derrotados por Espartaco.
Contra el general Marco Licinio Craso
El Senado romano estaba preocupados por las victorias consecutivas de Espartaco, por lo que pusieron a cargo al general Marco Licinio Craso. Este general pudo ser el más cruel de los generales con aproximadamente 40.000 soldados romanos dispuestos a atacar.
En el año 71 a. C., por razones no muy claras, los rebeldes se encontraban en el sur de Italia y posteriormente se dirigieron al norte. Las tropas de Craso se posicionaron detrás de las de Espartaco, esto hizo que los rebeldes se vieran obligados a dirigirse más al sur. Espartaco trató de negociar con unos piratas para transportarse en barco; no obstante, los piratas lo traicionaron y los dejaron a merced de Craso.
Espartaco trató de llegar a un acuerdo con Craso, pero este se negó. La nueva orden del Senado romano era que Pompeyo auxiliara a las tropas de Craso. Las fuerzas de Espartaco se iban debilitando y dividiendo cada vez más. Finalmente, Craso logra atrapar a Espartaco y a su hombres a los cuales crucificó como era la costumbre en la República de Roma.
Una vez libres, los gladiadores nombraron oficialmente a Espartaco como su líder junto a otros dos hombres llamados Crixo y Enomao.
Tercera Guerra Servil
El pretor Gayo Claudio Glabro confió en que la falta de suministros pusiera hambrientos a los esclavos, y estos ser verían obligados a rendirse. La fortificación romana estaba bajo las faldas del Monte Vesuvius, por lo que en un momento determinado, los esclavos bajaron hacia la falda del Monte para asesinar la mayoría de los que se encontraban en la fortificación. En una segunda expedición, Espartaco y su ejército derrotaron a la armada de Claudio Glabro casi asesinandolo a él también.
En la primavera del año 72 a. C., los rebeldes dejaban sus campamentos para dirigirse al Norte. Los romanos se alarmaron ante esta situación y los cónsules Lucio Gelio Publícola y Gnaeus Cornelio Léntulo Clodiano enviaron tropas para detenerlos. Las tropas de los cónsules pudieron derrotar a las tropas de Crixo en el Monte Gargano donde 30.000 rebeldes murieron. Sin embargo, de todas maneras fueron derrotados por Espartaco.
Contra el general Marco Licinio Craso
El Senado romano estaba preocupados por las victorias consecutivas de Espartaco, por lo que pusieron a cargo al general Marco Licinio Craso. Este general pudo ser el más cruel de los generales con aproximadamente 40.000 soldados romanos dispuestos a atacar.
En el año 71 a. C., por razones no muy claras, los rebeldes se encontraban en el sur de Italia y posteriormente se dirigieron al norte. Las tropas de Craso se posicionaron detrás de las de Espartaco, esto hizo que los rebeldes se vieran obligados a dirigirse más al sur. Espartaco trató de negociar con unos piratas para transportarse en barco; no obstante, los piratas lo traicionaron y los dejaron a merced de Craso.
Espartaco trató de llegar a un acuerdo con Craso, pero este se negó. La nueva orden del Senado romano era que Pompeyo auxiliara a las tropas de Craso. Las fuerzas de Espartaco se iban debilitando y dividiendo cada vez más. Finalmente, Craso logra atrapar a Espartaco y a su hombres a los cuales crucificó como era la costumbre en la República de Roma.
Muerte
Se dice que Espartaco muere el año 71 a. C. durante la batalla con Craso, pero la verdad es que su cuerpo jamás fue encontrado. Muchas teorías se especulan sobre la muerte del rebelde, pero no hay mucho más que decir. El lugar de lucha fue Senerchia y donde fue la última vez que se vio a Espartaco.
Conclusión
Sin duda, una vida llena de dificultades, aunque aún se esconden misterios en la vida de Espartaco. Tendremos que esperar a ver qué más nos puede decir la arqueología sobre la vida del rebelde. Por mientras, contentemonos con tener su figura presente en la historia de Roma, así como su valentía al enfrentar a uno de los ejércitos más poderosos de la historia.
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