viernes, 15 de marzo de 2024

Historia de España (Tercera parte: La España Visigoda)

 


La historia de los visigodos en la península ibérica es un fascinante relato de migración, conquista y convivencia entre distintas culturas y pueblos. Desde su llegada a la región como federados del Imperio Romano hasta su establecimiento como una entidad política independiente, los visigodos dejaron una marca indeleble en la historia de la península. Este análisis examina su ascenso al poder, su interacción con la sociedad hispano-romana, sus contribuciones políticas y culturales, así como los eventos que eventualmente condujeron a su desaparición como entidad política autónoma. A través de esta exploración, se revela la complejidad y la riqueza de este período crucial en la historia de España.

HISTORIA DE ESPAÑA:

LOS VISIGODOS

Antecedentes

Tribus germánicas

Existen muchos precedentes a las grandes invasiones de las tribus germánicas al comienzo del siglo V; por ejemplo, están las invasiones de los cambrianos y teutones, los francos y los ostrogodos. Por otro lado, la entrada pacífica de los bárbaros al imperio trajo la barbarización del imperio en todos los niveles, incluyendo en sus altos comandos. 

En el año 401, bajo Alarico, cruzó los Alpes, llegando a Italia, y en 410 atacó Roma. Otras tribus compuestas de suevos, alanos y vándalos habían cruzado los Pirineos el año anterior. Después de dos años de tumulto y anarquía, finalmente cesaron sus movimientos, firmando un tratado de alianza con Roma que concedía asentamientos militares dentro del imperio.

Los suevos y vándalos asdingos se asentaron en Galicia, los vándalos silingos en Bética (Vandalucía que sería más adelante Andalucía), y los alanos en Lusitania y Carthaginesis. Tarraconense fue ocupada solamente después de que Ataúlfo había sido nombrado rey de los visigodos y que había invadido la provincia, donde el murió el mismo año. La ocupación de la península por las tribus germánicas se había completado.

Visigodos

Walia (415-419) y sus sucesores

Walia, rey de los visigodos, llegó a un acuerdo con Honorio y fundaron el reino de Tolosa en federación con Roma. Con este acuerdo, Walia atacó a los vándalos y los alanos de Andalucía inmediatamente y los derrotó. Los vándalos que habían sobrevivido se reunieron con sus hermanos galicios y conquistaron Cartagena y Sevilla, y después de zarpar de Tarifa, cruzaron el estrecho de Gibraltar bajo el comando de Genserico y llegaron al Norte de áfrica en el año 429. 

Los suevos, ahora en exclusivo control de Galicia, construyeron un reino independiente, después dividieron la región oeste de la península entre tropas de elite y extendieron sus dominios hasta el río Tajo. El reino de Galicia como tal desapareció en el año 585.

Eurico (466-484)

Con Eurico, rey de los visigodos y sucesor de Teodorico, el reino de Tolosa se unificó e independizo de Roma. Los poderes de este reino se extendieron desde Galias y a través de Hispania (excepto por Galicia). Eurico fue en ese tiempo el rey más poderoso del oeste. Promuló las primeras leyes , las cuales, a causa de la continuación de la cultura latina, estaban escritas en latín, redactadas por juristas romanos, y que fueron fuertemente influenciados por la ley romana (475). 

Con los alanos y los vándalos silingos que derrotaron a Walia y otros vándalos que vivían en África, los únicos poderes en la península eran los suevos en el noroeste y los visigodos. Demográficamente y étnicamente, ellos estuvieron por muy poco tiempo, siendo 250.000 comparados con los hispano-romanos que eran 7.000.000 en la península. Vivieron en armonía con los hispanos, principalmente gracias a dos grandes líderes: Orosio y Hidacio, quienes lucharon por una España unificada bajo protección visigoda. 

Cuando los suevos y visigodos habían llegado a Hispania, estos fueron en gran medida romanizados.; entonces, no había una gran diferencia cultural entre invasores e invadidos. Además, por muchos años los visigodos fueron considerados aliados y colaboradores con el imperio, y en cierta medida, sus protectores. Con el pacto del año 418, los visigodos acordaron reconocer la suprema autoridad del emperador para tener una administración y política romana. 

Los visigodos, al llegar a Roma, ya ostentaban su organización social y política, aunque es verdad que muchos aspectos de estas cosas involucran cambios importantes. Trajeron con ellos una monarquía electiva que fue asistida por una asamblea popular compuesta de hombres libres que era elegibles para ir a la guerra. La población de la Hispania visigoda, sin embargo, estaba compuesta de distintas sociedades. 

Por un lado, la población hispano-romana con sus propias leyes, su cultura latina y la cristiandad católica; y por el otro lado, los visigodos arrianos invasores, aunque eran una minoría, sostenían un fuerte poder militar. Fueron gobernados por un soberano que, en teoría, tenía autoridad solamente sobre su propia gente y no sobre los hispanos romanos, a causa de que existía un derecho romano, para estos nativos y una tradición de derecho común para los visigodos invasores. 

Dos tercios de la tierra que fue distribuida en manos de los visigodos, aunque quedara un vasto territorio desocupado a causa de los escasos números de los nuevos colonistas. 

La prohibición de matrimonio entre visigodos e hispano romanos se sostuvo hasta la llegada de Leovigildo (568-586) al poder. La capital visigoda se trasladó desde Tolosa hasta Toledo. 

El Reino Visigodo

Dada sus leyes distintivas y costumbres y su profesión a la cristiandad arriana, la absorción de los visigodos por parte de la población hispano-romana de aproximadamente 6.000.000 no fue fácil. El control visigodo de la península permaneció incompleto tanto como los suevos mantuvieron un reino independiente en Galicia, y cuando los vascos rechazaron la sumisión a cualquier autoridad externa. Por otro lado, los hispano-romanos en el sureste dieron la bienvenida a la restauración de la ley bizantina en el siglo XVI.

Leovigildo (568-586)

Leovigildo, el más capaz de los reyes visigodos, quien pidió prestado los símbolos romanos y gobernó desde una posición  central en Toledo, hizo significativas acciones a favor de la península y su unificación conquistando a los suevos y subyugando vascos. El intento de Leovigildo de convertir a los hispano-romanos al arrianismo, sin embargo, provocó una revuelta en la provincia oriental de Bética bajo el liderazgo de su hijo, Hermenegildo, que había aceptado la religión católica. Sin embargo, la revuelta fue aplacada. 

Recaredo (586-601)

La futilidad de la política religiosa de Leovigildo dio pie a que su hijo, Recaredo, se convierta a la fe cristiana profesada por la mayoría de la población. Su conversión, junto con los nobles y obispos góticos, removieron una de las grandes barreras de la conversión a los dos tipos de poblaciones. De aquí en adelante, los hispano-romanos con menos razón para cautivarse por los bizantinos, desarrollaron una nueva y fuerte lealtad a la monarquía visigoda. Esto facilitó la conquista del último bastión bizantino en la península durante el reino de Swinthila (621-631). Desde ese momento, los visigodos gobernarán toda Hispania.

La conversión también simbolizó el triunfo de la civilización hispano-romana sobre los bárbaros, y esto ayudó a forjar una alianza entre la corona y la iglesia. Dándose cuenta que los obispos eran los líderes y las voces de la mayoría, Los Reyes asumieron el derecho a señalarlos y convocarlos al Concilio de Toledo. Aquellas asambleas, aunque primariamente eclesiásticas, tenía una extraordinaria influencia en la vida política del reino. Después de escuchar el mensaje real describiendo los problemas de las grandes preocupaciones, los prelados promulgaron una legislación canónica apropiada así como también decretos relacionados al negocio secular, tales como la elección de los Reyes y los casos de traición. Los obispos, en su concilios, se volvieron un soporte principal de la monarquía, pero en su búsqueda por un régimen político ordenado, perdieron algo de su independencia . 

La monarquía era electa, particularmente a causa de una oposición aristocrática a una sucesión hereditaria, y particularmente a causa de una falta de herederos naturales. Conociendo la tendencia gótica para asesinar al rey, los obispos introdujeron una ceremonia para darle un carácter sagrado y hacerlo conocido a todos los que estaban bajo la protección de Dios. Para cortar con los desórdenes sobre la elección real, elaboraron un procedimiento electoral. El rey mandó con la ayuda de un conde palatino, basado en el antiguo modelo romano y cuando un importante negocio era requerido, él tomaba Consejo con la asamblea de los magnates y otras prominentes personas; la aula regia.

La administración territorial fue confiada a los duques, condes o jueces. Ellos fueron también responsables por las ciudades donde el autogobierno había decaído hace mucho. Las provincias y otros distritos administrativos eran esencialmente los sobrevivientes de la era romana. La economía era principalmente agraria, y había escasa evidencia de alguna actividad industrial o comercial.

El Liber Judiciorum 

La influencia de la civilización romana puede también ser notada es la constante subordinación de la ley germánica a la ley hispano romana de la mayoría. El Liber Judiciorum, que era un código de leyes promulgadas alrededor del año 654 por el rey Recesvinto (649-672) tanto en su estructura como en su sustancia lo que da sustancia al testimonio de la influencia romana. Se intentó que este texto tuviera una aplicación territorial más que personal (cómo era el caso de la costumbre de la ley de los bárbaros) lo que refleja una persistente aceptación de los principios legales romanos. Sin embargo hay elementos germánicos en el código cómo la ordalía del agua fría.

El Liber Judiciorum fue uno de los grandes legados de la era visigoda y un tributo a los hispanos romanos que fueron responsables por crearla.

La persistencia de la tradición romana es también evidente el remarcable estallido de la actividad cultural en el siglo VII. San Isidoro de Sevilla, amigo y consejero de los reyes fue un voluminoso autor que dejó su marca en toda la Edad Media. Su trabajo incluye una historia de los visigodos, hoy una regla monástica, tratados teológicos, y sobre todo, su gran obra llamada etimologías; una enciclopedia que intentaba su marizar la sabiduría del mundo antiguo.

A finales del siglo VI, la monarquía visigoda entró en un momento crítico. La exposición a través de artimañas del rey Wamba (672-680) un competente gobernador que trató de reformar la organización militar, indicó la tendencia de los eventos. Numerosas conspiraciones amenazaron a sus sucesores, quienes culparon sin descanso a los judíos, a quienes intentaron convertir al cristianismo o reducirlos a esclavitud. El faccionalismo alcanzó un clímax cuando Witiza (700-710) murió, esperando dejar el trono a su hijo; pero Roderick; duque de bética (710-711) fue aclamado como rey. La familia de Witiza aparentemente apeló a los musulmanes en el norte de África para ayudarlos a destronar a Roderick. En respuesta, Tarik ibn Ziyad, el gobernador musulmán de Tánger, llegó a Gibraltar en el año 711 y defendió al rey Roderick y lo visigodo cerca del río Guadalete en julio 19. La conquista del resto de España deja sin líderes por la muerte del Rey, siguieron rápidamente. El Reino visigodo pereció, pero su memoria sobrevivió para inspirar a los Reyes de Asturias-León para intentar reconquistar España.

Conclusión

El ascenso y caída del Reino Visigodo en la península ibérica representan un período complejo de interacción entre diversas culturas y sistemas políticos. Desde sus primeros contactos con el imperio romano hasta su consolidación como poder regional, los visigodos influyeron y fueron influenciados por la sociedad hispano-romana. La convergencia gradual hacia el cristianismo católico y la adopción de instituciones romanas, como la monarquía electiva y el código de leyes, ilustran este proceso de adaptación cultural. Sin embargo, las tensiones internas y las presiones externas, como las incursiones musulmanas, finalmente llevaron al colapso del reino visigodo, aunque su legado perduraría como un estímulo para futuras empresas de reconquista en la península ibérica

martes, 5 de marzo de 2024

Historia de España (Segunda parte: España romana)

 

La España romana, un periodo histórico que abarca desde la llegada de los romanos a la península ibérica en el siglo III a.C. hasta la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C., marcó un profundo cambio en la historia y la cultura de la región. Este período se caracterizó por la influencia política, social, económica y cultural que ejercieron los romanos sobre la península, dejando un legado que perduró durante siglos. Desde la romanización de las instituciones hasta la construcción de monumentos emblemáticos, la España romana experimentó transformaciones significativas que moldearon su identidad y su relación con el mundo mediterráneo. En esta introducción, exploraremos los principales aspectos de este fascinante período histórico y su impacto en la configuración de la España antigua.

HISTORIA DE ESPAÑA

PERÍODO ROMANO

La Hispania

Cuando los romanos tomaron control de la península ibérica alrededor del siglo III a.C., la nombraron "Hispania", y este nombre llegó a ser ampliamente usado en el mundo latino para referirse a toda la península. La influencia romana trajo consigo el uso generalizado del latín, y "Hispania" se convirtió en el término oficial para denominar la región. 

Sin embargo, existen fuentes que consideran que la palabra ''Hispania'' no es latina. 

Algunos sostienen que proviene del fenicio y que significaría ''Tierra de Conejos'', esto por el término ''I-spn-ya''. Otros dicen que en el lenguaje fenicio, ''span-ya'' significa ''isla del norte'' y como los fenicios habrían llegado al norte de África y habrían visto esta isla, entonces la llamaron Span-ya (isla del norte). 

La Conquista

Alzamientos nativos

El período de la España romana comenzó con la llegada de Escipión a Emporia el año 218, durante la Segunda Guerra Púnica. Los cartagineses fueron expulsados el año 206, y así los romanos extendieron su hegemonía en la península. El mismo día que Cádiz cayó Italica, el primer asentamiento romano, fue establecido allí. 

La conquista provocó que los lusitanos y los celtíberos se alzaran contra esta hegemonía, y con el pasar del tiempo los romanos fueron los vencedores. Principalmente se ocuparon del líder rebelde Viriato en el año 139,  y luego con el sitio a Numancia, la cual cayó después de una larga resistencia que hizo que Roma utilizara 60.000 hombres contra una ciudad de 4000. 

La presencia de Escipión Emiliano fue requerida incluso antes de que la ciudad cayera. En el año 138, los romanos llegaron a  Galicia, en 121 llegaron a Baleares, y en el 105 expulsaron a los cimbros y teutones , quienes habían hecho su propio camino a la península. 

A principios del siglo I, las guerras políticas entre Mario y Sila llevaron la revuelta de Sertorio, los cuales estaban a punto de crear un Estado independiente en Hispania. Éste había organizado a las poblaciones nativas entre las líneas romanas y luchó con éxito contra Metelo y Pompeyo. Sin embargo, la guerra se prolongó mucho y las rivalidades comenzaron a acabar con el entusiasmo original de la causa. Finalmente, el asesinato de Sertorio permitió obtener la victoria a Pompeyo en el año 72. 

Las guerras entre César y Pompeyo también tuvieron repercusiones en Hispania. La batalla de Lérida, en el año 49, dio a César una victoria decisiva que puso a toda Hispania bajo su poder. No obstante, la causa de Pompeyo tenía muchos seguidores en Bética, y los hijos de Pompeyo: Sexto y Cneo tomaron refugio en la derrota de Tapso en el año 46. Con los soldados y aliados que quedaron de las derrotas, fueron capaces de construir una armada poderosa. Sin embargo, la llegada de César de manera sorpresiva puso fin a esta facción que amenazaba su gobierno en la Batalla de Munda en el 45. 

Cneo murió mientras escapaba mientras que Sexto logró escapar de Hispania. Las tropas que lucharon en estas guerras civiles fueron hechas por la mayoría de los españoles fueran legionarios o tropas auxiliares. Este hecho, junto con el gran sello entre los adherentes de uno u otro lado de los problemas, era la evidente intensidad de la romanización que había tomado lugar en el país.

La Guerra de Cantabria (29 - 19 a. C.)

La primera etapa de la conquista romana fue la Guerra Cantabria iniciada por el emperador Augusto. El asalto en las montañas cantábricas fue llevado a cabo por medio de tres bases de operaciones:

  • Sesigama
  • Asturica
  • Bracara Augusta

Participaron siete legiones que junto con las tropas auxiliares fomraron una cantidad de 70.000 hombres. El emperador acompañó estas fuerzas ayudadas por el general Agripa, Carisius y Antisius, mientras un escuadron naval se mantuvo observando la costa. Después de la guerra cantabria, Hispania entera estaba bajo la dominación romana y la paz fue interrumpida solamente por los eventos ocurrieron fuera del país.

Un hecho importante fue la revuelta de Galba contra Nerón en el año 68 después de Cristo. El levantamiento fue comenzado por Vindex en Galia, pero la figura central fue Galba. Después de esta contienda, las legiones romanas tomaron mas responsabilidad que el senado para nombrar al emperador, sin tomar en cuenta el ligar de nacimiento el emperador o su clase social. El segundo siglo de emperadores romanos como Trajano y Adriano, ambo nacidos en Hispania, fueron los dos primeros emperadores de la provincia de origen elegido por el Senado. 

Un evento de gran importancia durante este tiempo fue la invasión de los moros del año 172-175 . Las armadas de los moros cruzaron el estrecho de Gibraltar, invadieron Bactica y Lusitania. Al final del siglo II, la lucha toma lugar por la sucesión al trono luego de la muerte de Cómodo. Los que apoyaban a Albino se apresuraron a formar parte de las tropas auxiliares de la Legión del séptimo Gentina,y luego en lo que es ahora León, contra Séptimo Severo.

Alrededor del siglo III, los francos entraron a Hispania, tomaron Tarraco, y, después cruzaron el estrecho de Gibraltar, se dirigieron a Mauritania, donde ellos fueron eventualmente dispersados. 

Administración

Los romanos dividieron la Hispania provincial en dos secciones: Ulterior y Citerior, pero Augusto alteró este arreglo, creando tres provincias:

  • Hispania Tarraconensis (Tarraco)
  • Hispania Bética (Corduba)
  • Hispania Lusitania (Emertia Augusta)

A finales del siglo tercero, Diocleciano dividió a Hispania en una sola diocesis y subdividió a Tarraconensis entres nuevas provincias:

  • Tarraconensis
  • Carthaginiensis
  • Gallaecia

De las tres provincias augustas, Bética , la cual es considerada pacífica, tenía un estatus senatorial y fue administrada por el Estado romano a través de un procónsul. No hay tropas ocupacionales en tal provincia; pues las otras eran provincias imperiales y eran gobernadas a través de delegados que eran asignados por el emperador y eran controladas por la tropas de ocupación. 

Fuerzas romanas en Hispania

La justicia era administrada a través del conventus juridici, que eran cada uno de los tribunales donde los pueblos resolvían sus pleitos. Bética tenía cuatro distritos administrativos:

  1. Astigitano
  2. Cordubensis
  3. Gaditanus
  4. Hispalensis

Tarraconensis tenía siete distritos:

  1. Tarraconensis
  2. Caesaragustanus
  3. Carthaginesis
  4. Cluniesis
  5. Asturicensis
  6. Lucensis
  7. Bracaraugustanus

Lusitania tenía tres:

  1. Emeritensis
  2. Scalbitanus
  3. Pacensis

Hubo 14 de estos conventos jurídicos que hoy se asemejarían a los que se conoce como ''audiencias''.

En tanto a las tropas, la información completa no ha sobrevivido en números exactos sobre cuantas de estas fueron enviadas. Se habla de 30.000 hombres, excluyendo a los nativos auxiliares, que tomaron parte de la batalla de Viriathus y Numancia. En el reino de Augusto los registros son más precisos. En la Guerra de Cantabria fueron usados alrededor de 40.000 legionarios, que unidos con las tripas auxiliares llegaron a 70.000. Cuando la guerra terminó, las legiones se retiraron lentamente, haciendo que en el siglo I d. C., solo una legión quedó. Más tarde fue reemplazada por otra que tenía una base permanente en León. 

La península abasteció a la armada romana con un gran número de tropas auxiliares en el primer siglo del imperio. Algo más de 100 unidades, alaes y cohortes, eran compuestos de hombres reclutados de las ultimas regiones romanas de Hispania.

Ciudades

El facto decisivo de la romanización de Hispania fue la extensión de la ciudadanía romana. Los primeros colonistas de origen romano o italiano que vivieron en colonias romanas eran considerados ciudadanos. Estas colonias fueron establecidas cronológicamente de la siguiente manera:

  • Siete fueron creadas antes de Julio César
  • Seis durante su reino
  • Tres entre César y Augusto

En la época de Augusto fueron fundadas 14 colonias y 4 entre Augusto y Flavio. Geográficamente, las colonias fueron distribuidas de las siguiente manera:

  • 12 en Bética
  • 16 en Tarraconensis
  • 5 en Lusitania

Esto daba un total de 33 asientos de colonias de gobierno, incluyendo aquellas que no recibían el estatus de ''colonia''. Se debe destacar que la colonización no tenía un plan altamente estudiado, pero era determinado a una gran extensión por la capacidad que tenían los territorios. El área en que había más conflictos, las acciones tomadas por los romanos eran más severas, y en consecuencia, en estos lugares habían más ager publicus (tierra pública), a ser distribuidas a las legiones romanadas. 

El total de número de colonistas romanos pueden haber alcanzado 60.000. Sin embargo, a causa de los nativos transitorios de la península podrían haber obtenido ciudadanía romana, el total podría haber sido mayor. 

En el comienzo del imperio hubo alrededor de 24 municipalidades de los ciudadanos romanos y 48 ciudades bajo el jus latii (derecho latino. Cuando estas figuras fueron añadidas a las 33 colonias, hubo un total de  142 ciudadades bajo el Derecho Romano, con una población que podría haber alcanzado 250.000 o 300.000. 

No obstante, también habían 300 ciudades y un gran número de ciudadanos que no eran romanos sin ser contabilizados. La romanización del territorio hispánico no se dio hasta el Edicto de Vespasiano (74), el cual extendió los derechos del imperio, a aquellos hispanos que no habían tenido. El resto del imperio tuvo que esperar hasta el Edicto de Caracalla(212), el cual hizo romanos a todas las personas del Imperio. 

Estos avances políticos fueron acompañados por grandes pasos en cuanto al proceso de urbanización. En Tarraconensis, los límites occidentales de los cuales muy pocos fueron urbanizados en los tiempos de Augusto, hubo 293 asentamientos, de los cuales 179 tenían capital y 114 que eran rurales. Un siglo y medio después, el número de ciudades se elevaría a 248, un incremento de 69; y el número de localidades rurale había caído a 27, un incremento de 87.

Sociedad y Cultura

Idiomas

Los idiomas nativos (íbero y celta), los griegos y los fenicios que aún hablaban en lo que habían sido sus colonias, habían virtualmente desaparecido a finales del siglo I a. C., al menos en Bética y en las principales provincias romanas. Uno de los idiomas sobrevivientes fue el vasco, ya que este se mantuvo en la centralidad de las provincias. Sin embargo, como es evidente, el latín era el idioma universal para todos aquellos ciudadanos cultivados de la península. 

Religiones paganas

Con respecto a la religión, las deidades del panteón romano tenía relación muy cercana con aquellos dioses que de los hispanos. Los hispanos eran adherentes a las religiones de Persia, Asia menor, Egipto y Norte de África. La práctica religión más común era adorar al dios Isis, seguido por la oración a la Magna Mater. 

Muchas de estas creencias fueron llevadas a Hispania antes de la conquista romana, y la mayoría de las restantes fueron introducidas durante el imperio. 

Cristianismo

No hay evidencia de cómo la cristiandad fue introducida por primera vez en Hispania. Pero es posible que San Pablo visitara Hispania entre los años 63 y 67, pero es difícil distinguir los hechos históricos de la leyenda que concierne a los ''siete apóstoles''. Lo que si es cierto es que entre el siglo II y III d. C., hubo comunidades cristianas a lo largo de toda la península. Los documentos más confiables sobre esto son aquellos de las persecuciones cristianas en varias localidades bajo el mando de Prudencio. 

Poco ante, el Edicto de Milán (313) llamó al Concilio de Iliberri (Granada), en el cual asistieron 19 obispos y 24 presbíteros. El Concilio de Nicea (325) fue dirigido por Osio, el obispo de Corduba. El Emperador Teodosio I (379-395), un hispano, hizo que el cristianismo fuera la única religión tolerada en el Imperio. 

Prisciliano, un monje asceta, propagó el maniqueísmo a través de toda la parte occidental de la península durante la segunda mitad del siglo IV, y la herejía persistió hasta el siglo VI.  

Vestigios romanos

Construcciones 

La arqueología ha llevado luz a numerosos monumentos de esta era. Basílicas, anfiteatros, acueductos y baños. 

La construcción de monumentos romanos se mantiene en muchos lugares de al península. Los muros romanos han sido encontrados en Barcelona, Tarragona, Zaragoza, Ihdanha, Evora, entre otros lugares. Puentes en Alcántara, Mérida, Piedras Albas, Alconétar, Chaves, Villa Formosa, Bibey, Salamanca y Villa del Río, y acueductos en Segovia, Mérida y Tarragona. 

La península entera es atravesada por caminos romanos, cuyo principal es Cádiz, la vía Augusta, alrededor del río Guadalquivir  y continuando a lo largo de la costa Levantina, desde el norte de Cartagena, a través de Valencia y Tarragona a Narbonensis. Otro camino fluye el Ebro de Tarragona a Galicia. Los faros romanos çhan sido encontrados en la Coruña y Caepionis Turris. Los sitios de campamentos militares están en León, Numantia, entre otros. 

Los castillos fueron construidos en Lousa y Benavente. En Carmona se encuentra una necrópolis, mausoleos en Tarragona, Fabara Sabara, Zalamaea, La Real y Jumilia. Lugares romanos y villas, muchos con mosaicos, han sido encontrados en Clunia, Milreu, Itálica y muchos otros sitios. 

Arte

El arte romano es también abundante a lo largo de toda la península. Los centros principales que tienen escultura se encuentran en Barcelona, Tarragona, Mérida, Itálica, Córdoba y Cádiz. Aún existen alrededor de 40 esculturas paganas, sarcófagos, originariamente en el sur, la costa de Levantina y la región central. El trabajo de mosaicos es común en la península, con la excepción del norte y el noroeste. 

Escritores

Los escritores de esta época fueron Séneca, Lucan, Mela, Marcial, Quintiliano, Columela, Cano Rufo, Deciano y Moderatus. 

Conclusión

La España romana representa un capítulo crucial en la historia de la península ibérica, donde la influencia romana dejó una huella indeleble en todos los aspectos de la vida. Desde la administración política hasta la infraestructura urbana, pasando por la difusión del idioma y la cultura, el legado romano perduró a lo largo de los siglos y contribuyó significativamente a la identidad y desarrollo de la región. Aunque el período estuvo marcado por conflictos y cambios sociales, la España romana fue testigo de una expansión económica, social y cultural sin precedentes que contribuyó a conformar el carácter distintivo del territorio y su legado perdura hasta nuestros días.

lunes, 4 de marzo de 2024

Bartolomé de Las Casas - Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias (1552)

Escrita por Bartolomé de las Casas, la siguiente obra no se considera una obra histórica en el sentido estricto, sino más bien un alegato denunciatorio que expone las atrocidades cometidas durante la conquista de América, con el propósito de argumentar la necesidad de detener dichas acciones, como las guerras, repartimientos y encomiendas. Una obra que cambiará la visión que tenemos de los indios, aunque también podremos apreciar sus contradicciones.

Referencias:

(1) Hoy, la parte occidental de Haití.

(2) Esta es una de las exageraciones que hablábamos en la biografía. Sin embargo, de acuerdo con Sherburne F. Cook y Woodrow Borah, en su obra Ensayos sobre Historia de la Población: México y el Caribe, la estimación es de 3.700.000 en el año 1496

(3) Esto solo nos puede quedar a la especulación, pues no se explica quién.

(4) Sin embargo, hoy sabemos que Hernando de Soto murió el año 1542


BREVÍSIMA RELACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN DE LAS INDIAS


Descripción de la Situación

Las Indias se descubrieron en 1492 y al año siguiente se pobló de cristianos. El principal lugar que poblaron fue la isla Española(1). Sus características son las siguientes:

  • La isla tiene un perímetro de 600 leguas.
  • Tiene otras islas grandes alrededor, las cuales estaban pobladas y llenas de nativos
  •  La masa continental, que está a unas 250 leguas de distancia de esta isla en su punto más cercano, tiene más de 10.000 leguas de costa marítima descubierta y cada día se descubren más
  • Hasta el año 41, parece que Dios ha colocado en esas tierras la mayor parte o la mayor cantidad de toda la humanidad

Las Casas nos dice que todas estas gentes eran obedientes, fieles a los de su gente y a sus señores cristianos. Son delicados, frágiles que incluso pueden morir con cualquier enfermedad. Son las que menos poseen, pero tampoco quieren poseer bienes temporales lo que los hace gentes que no tienen soberbia, avaricia o codicia. Sus comidas son tal como la de los Padres del Desierto. Sus vestidos son de cuero, sus camas son encima de una estera y cuando mucho duermen en unas redes colgadas que en lengua de la isla Española llamaban hamacas. Por sobre todo, dice Las Casas, son personas inteligentes que son aptas para recibir la fe y nos dice que en la isla se encontraban 3 cuentos, es decir, 3.000.000 de indios, y que ahora no hay más de 200(2)

La isla de Cuba tiene la misma distancia que de Valladolid hasta Roma, la cual está casi toda despoblada. 

La situación de otras islas no es alentadora. Existe una desolación de la isla de San Juan y Jamaica: Se indica que estas islas están en un estado de abandono o ruina. Se describen las islas Lucayas como fértiles y hermosas, se resalta la belleza y la fertilidad de estas islas.

En los primeros cuarenta años que estuvieron los españoles, debido a sus tiranías y acciones injustas, han muerto más de doce millones almas, hombres, mujeres y niños; y sinceramente creo, sin creer que me equivoco, que son más de quince millones.

Esto lo hacen de dos maneras:

  1. Por medio de la guerra
  2. Por la servidumbre

Las razones para acometer tales actos es simplemente conseguir oro y llenarse de riquezas a costa del trabajo de los indios. Las Casas hace recalcar que el hecho de que los indios nunca han hecho algo malo a los cristianos, todo lo contrario, los consideraron venidos del cielo. 

La Isla Española

De acuerdo con Las Casas, fue en esta isla donde se dieron las mayores destrucciones y despoblaciones. Los cristianos tomaron a las mujeres e hijos de los indios aprovechándose de ellos; robaban sus comidas y los golpeaban. Cuando esta acción fue vista por los indios, estos comenzaron a ocultar a sus mujeres, hijos y las comidas que conseguían con esfuerzo. El caso más terrible fue que uno de los capitanes cristianos había violado a la mujer de uno de los indios(3)

A partir de estos hechos, los indios se enfrentaron a los cristianos con sus armas, las cuales no provocaban grandes daños y su defensa no era muy efectiva. Los cristianos respondieron con una ofensiva desproporcionada; los azotaban, les cortaban sus cabezas, les abrían las entrañas, los quemaban vivos, los atacaban con perros y les cortaban las manos.

Por cada 100 indios que los cristianos mataban, los indios lograban matar a un cristiano. 

Los Reinos que había en la Isla Española

En la Isla Española habían 4 reinos y 5 reyes, a los cuales casi todos obedecían debido a que algunos hombres estaban muy alejados de esos reinos. Los reinos eran los siguientes:

  1. Maguá: cuya última sílaba quería decir reino de la Vega. Entran muchos ríos (miles dice Las Casas) entre los que se cuentan Ebro, Duero y Guadalquevir. El rey de ese reino se llama Guarionex; pacífico y obediente a los reyes de Castilla, se ofrecía a realizar trabajos para Castilla sin ningún problema. 

    Todo esto terminaría cuando un ''mal cristiano'' llamado Francisco Roldán, mayordomo de Cristóbal Colón que luego se rebelaría contra él, violara a su mujer. Guarionex se refugió con los Ciguayos, una tribu del norte de La Española, pero los españoles lo encontraron y se lo llevaron en una nave que naufragó en 1502. 

  2. Marién: que después cambiarían el nombre a Puerto Real, lugar poblado y con muchos recursos como el oro y el cobre. Su rey se llamaba Guacanagarí. Recibió a Colón de una forma verdaderamente cordial, que el mismo Colón describiría. Escapó del lugar cuando los cristianos comenzaron a destruir, matar, y poner en servidumbre a los suyos. 

  3. Maguana: tierra sana y fértil, donde se hacía la mejor azúcar del territorio. Su rey se llamó Caonabó y fue capturado por los españoles para llevarlo a Castilla. Sin embargo, el barco donde lo llevaban naufragó y Caonabó moriría en el mismo. Sus hermanos se pusieron en armas y atacaron a los cristianos. 

  4. Jaraguá: el rey se llamaba Behechio, quien tenía una hermana llamada Anacaona. Ayudaron enormemente al reino de Castilla, sirviéndoles diligentemente, y alejando a los cristianos de los peligros de la isla. Una vez que Behechio murió, su hermana Anacaona se hizo cargo del reino. De acuerdo con Las Casas, Nicolás de Ovando, con un fuerte contingente militar, mató a los indios con espadas y lanzas, así como también los quemó dentro de una casa de paja. Anacaona sería ahorcada en 1503. Los que pudieron escapar de esta matanza fueron a la isla Guanabo. 

  5. Higuey: la reina se llamaba Higuanamá. Esta reina fue ahorcada y los pobladores fueron quemados vivos, además de aplicarles otro tipo de torturas. 

Bartolomé nos dice que aunque los indios pudieron ser violentos con los españoles luego de ser ofendidos y destruidos, esta violencia jamás pudo compararse con la de los cristianos. Considera que los indios tuvieron una Guerra Justa contra los cristianos, más no los cristianos con ellos. 

Otro elemento fue también la repartición que se hicieron de esclavos luego de violentar los reinos. Esta repartición se hizo con la venia del gobernador de cada provincia. Los hombres morían en las minas de trabajo, mientras que las mujeres en las estancias o granjas de las mismas. Los usaban prácticamente como bestias de carga. 

Todas estas cruentas prácticas se le ocultaron a la Reina Isabel, la Católica, quien estaba preocupada por la salvación de los indios.

De Las Islas de San Juan y Jamaica

Sobre las islas de San Juan y Jamaica, Bartolomé es muy breve. Señaló que en 1509 llegaron las expediciones de Juan Ponce de León a Puerto Rico y de Juan Esquivel a Jamaica, quienes también habían cometido grandes atrocidades en dichas islas. Una de las que se destaca más era el uso de perros bravos y trabajos forzados en las minas. De hecho, de Juan Ponce de León se conocería la historia de Becerrillo, un perro alano español que se destacaba por ser implacable con el enemigo, y fiel con los aliados. Se decía que podía distinguir perfectamente entre los indios amigos y enemigos de los españoles.

Las Casas contabiliza más de 600.000 personas en las islas, y que incluso habrían 1.000.000 de ellas (un cuento). Después de esa destrucción, de acuerdo con Las Casas, no quedaron ni 200 personas. 

De la Isla de Cuba

La Isla de Cuba no estaría exenta de las atrocidades. Hatuey, el cacique de la isla, había pasado de La Española a la Isla de Cuba, escapando de las violentas masacres de los españoles. Las Casas describe una conversación que tuvo Hatuey con los de la isla de Cuba:

Ya sabéis cómo se dice que los cristianos pasan acá, y tenéis experiencia qué les han parado a los señores fulano y fulano y fulano y a aquellas gentes de Haití (que es la Española). Lo mesmo vienen a hacer acá. ¿Sabéis quizá por qué lo hacen?

No, sino porque son de su natura crueles y malos

No lo hacen por sólo eso, sino porque tienen un dios a quien ellos adoran y quieren mucho, y por habello de nosotros para lo adorar nos trabajan de sojuzgar y nos matan

Luego, el cacique les mostraría una cesta de oro y joyas

Veis aquí el dios de los cristianos; hagámosle, si os parece, areítos (que son bailes y danzas) y quizá le agradaremos y les mandará que no nos hagan mal

Le contestaron: Bien es, bien es

Luego Hatuey dijoMira, como quiera que sea, si lo guardamos, para sacárnoslo al fin nos han de matar: echémoslo en este río

Acto seguido, arrojaron todo el oro a un río grande.

Sin embargo, a pesar de todas estas cosas, Hatuey fue quemado vivo en Baracoa. Cuando se le puso en la hoguera, el padre Olmedo fue quien lo asistió explicándole que de creer en el Dios que ellos creían iría al cielo y sino al infierno. Hatuey preguntó ''¿Y los cristianos van al cielo? a lo que el padre Olmedo dijo que sí. Luego Hatuey dijo que preferiría ir al infierno para no encontrarse con los cristianos.

De acuerdo con Las Casas, 3.000 indios fueron muertos en esta isla en su presencia. Esta fue la conocida Matanza de Caonao llevada a cabo por Pánfilo de Narváez. La relación entre Las Casas y Narváez se agudizaría, porque Las Casas hacía que los indios se presentaran ante Pánfilo, pero este los quemó diciendo que alguna vez los indios se les volverían en contra en el futuro. 


En Tierra Firme

El año 1514 llegó a Tierra Firme un gobernador llamado Pedrarías Dávila, quien fue uno de los tiranos más crueles de acuerdo con Bartolomé de Las Casas. Mató 140.000 almas con orden de su superior. 

En Tierra Firme se aplicó el procedimiento jurídico del requerimiento, que consistía básicamente en decirle a los indios que si no se convertían al cristianismo, serían muertos por los cristianos, pues toda negativa al requerimiento sería causal de guerra justa. Bartolomé siempre criticó este instrumento señalándolo como absurdamente ineficaz, toda vez que el evangelio dice:

''Pronto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo''
(Mateo 28:19)

En cambio, el requerimiento que debían leer los conquistadores en Tierra Firme era el siguiente:

''Caciques e indios desta tierra firme de tal pueblo, hacemos os saber que hay un Dios y un Papa y un rey de Castilla que es señor de estas tierras: venid luego a le dar la obediencia, etc. Y si no, sabed que os haremos guerra y mataremos y cativaremos, etc''

Acto seguido, al tener los indios la negativa los atacaban ferozmente. Estos indios consideraban que atacar a las mujeres (llamadas ''iras'') era una práctica bestial y abominable.

Provincia de Nicaragua

En el año 1522, Pedrarías Dávila pasó a la Provincia de Nicaragua. Era una tierra de gentes alegres y de características llanas por lo que la gente no podía esconderse en caso de guerra. Nadie pudo escapar de los caballos que tenía Dávila que fue persiguiendo a las gentes de aquella tierra. Realizaba reparticiones con el objeto de que no se trabajara en la tierra, enviando a los indios hombres a las minas y dejar abandonada la agricultura. El resto de indios morían de hambre por no poder trabajar la tierra y sembrar maíz. Una mujer tuvo que comer a su propio hijo para no morir de hambre. 

De la Nueva España

Desde el descubrimiento de la Nueva España en 1517, los eventos han estado marcados por escándalos, muertes y atrocidades cometidas por los llamados cristianos. La injusticia y la violencia han alcanzado su punto máximo desde entonces, con innumerables actos de crueldad, matanzas y tiranía perpetradas por los colonizadores españoles en las Indias. Durante doce años, desde 1518 hasta 1530, se llevaron a cabo masacres y destrucciones en un área de aproximadamente 450 leguas alrededor de la ciudad de México, superando en población a las ciudades más grandes de España. Los españoles causaron la muerte de millones de personas, incluyendo mujeres, niños, jóvenes y ancianos, en lo que ellos llamaron "conquistas", pero que fueron condenadas como invasiones violentas por la ley divina y humana. Además, continúan las opresiones y vejaciones en la tiránica servidumbre impuesta sobre los indígenas. Algo parecido ocurriría en la región de Cholula. 

Los quemaron a todos y entre las voces de los indios se escuchó:

''¡Oh, malos hombres! ¿Qué os hemos hecho?, ¿por qué nos matáis? Andad, que a México iréis, donde nuestro universal señor Moctezuma de vosotros nos hará venganza''


Los conquistadores españoles perpetraron otra masacre en la ciudad de Tepeaca, donde mataron a una gran cantidad de personas de manera cruel. Luego, procedieron hacia México, donde fueron recibidos con regalos y celebraciones por el rey Moctezuma. Sin embargo, los españoles lo capturaron, lo encadenaron y luego cometieron una atrocidad aún mayor al matar a miles de nobles y personas importantes de la ciudad mientras participaban en bailes y festividades. Este acto dejó a todo el imperio sumido en el dolor y la aflicción, marcando una tragedia que será recordada por generaciones.

Después de presenciar la injusticia y crueldad de los conquistadores, los indios de la ciudad se levantaron en armas contra ellos. Heridos muchos españoles, lograron escapar y pusieron al rey Moctezuma a dirigirse a los indígenas para calmar la situación. Sin embargo, los indios, insatisfechos, decidieron elegir a otro líder y continuar la lucha. Cuando regresó el capitán español con refuerzos, se reanudaron los combates, durando varios días. Ante el temor de la derrota, los españoles decidieron abandonar la ciudad. Los indios, al enterarse, llevaron a cabo una guerra justa, matando a muchos cristianos en los puentes de la laguna. Posteriormente, en el combate de la ciudad, los españoles reformados infligieron estragos en los indios, causando una gran cantidad de muertes y la quema de muchos líderes indígenas.

De Cholula se dirigieron a México, el gran rey Moctezuma los recibió en persona. Los españoles, liderados por el capitán, también llegaron a México desde Cholula, donde fueron recibidos con grandes honores por el rey Moctezuma y su corte. Sin embargo, los conquistadores tramaron un acto cruel durante una celebración nocturna, conocida como "mitote", donde masacraron a miles de nobles indígenas, sembrando el terror en la ciudad. Esta atrocidad provocó la revuelta de los nativos, quienes se levantaron contra los invasores españoles. A pesar de un intento de pacificación por parte de Moctezuma, la situación se agravó cuando otro grupo de conquistadores regresó con refuerzos. Finalmente, tras intensos combates, los españoles lograron imponerse, causando una devastación masiva en México y extendiendo su tiranía a otras regiones como Pánuco, Tututepeque, Ipilcingo y Colima, donde cometieron atrocidades similares. La crueldad de los conquistadores dejó un rastro de destrucción y muerte que marcó profundamente a las poblaciones indígenas.


Provincia y reino de Guatemala

Los españoles también entraron en los territorios de Guatemala donde fueron recibidos por Tecum, capitán del reino de los quichés. Nuevamente, los españoles fueron recibidos muy bien por el capitán, pero esa noche quisieron quedarse a dormir afuera porque sería muy peligroso dormir adentro con ellos. Cuando menos se lo esperaron, los españoles atacaron y les pidieron todo el oro que guardaban, pero al señalar los indios que no era una tierra de oro, los españoles los tomaron y los quemaron vivos. 

Los indios trataron de escapar y de idear estrategias como las de cavar agujeros con estacas para detener a los españoles, aunque no fueron tan efectivas como ellos creían. Los españoles se vengaron de esto y echaron a los mismos indios dentro de estas fosas. 

También se causaron atrocidades en la provincia de Cuzcatán, donde los cristianos le dijeron a los indios que les entregaran todo el oro. Los indios les entregaron hachas de cobre que por encima tenían oro. Al enterarse los españoles que eran de cobre, los atacaron y los hicieron esclavos. 


Nueva España, Panúco y Jalisco

En el año 1525, uno de los tiranos más crueles de Nueva España y Panúco fue Ñuño de Guzmán. Fue llamado a gobernar Nueva España y México como presidente. Ñuño de Guzmán, tras enterarse de la llegada de la Real Audiencia, emprende una expedición al interior del país en busca de riquezas. En el proceso, somete a miles de indígenas de la provincia de México para que les sirvan como porteadores, resultando en la muerte de la mayoría de ellos. Luego, llega a la provincia de Mechuacán, donde captura al rey local bajo la falsa acusación de ser rico en oro y plata. Utiliza métodos de tortura brutal para intentar extraer información sobre supuestos tesoros, resultando en la muerte del rey y de otros líderes locales que también son sometidos a estos tormentos en busca de riquezas. Cosa parecida harían en Jalisco, aunque de ahí recibieron una fuerte ofensiva de parte de los indios. Sin embargo, todo terminó mal para estos últimos. 

Reino de Yucatán

En el año 1520, el gobernador Francisco de Monejo estaría a cargo de la provincia de Yucatán. Esta tierra tenía como recursos la miel y la cera más que en ninguna otra parte de las Indias. Este gobernador fue, así como los anteriores, cruel y despiadado. A los indios que no mataba los convertía en esclavos y agotó todos los recursos de la provincia. 

Muchos casos se dieron en ese tiempo. El gobernador mandó a matar indios por medio del uso de perros, y una india, al ver que no podía escapar, se ahorcó para no ser alcanzada. A un niño le cortó las orejas y la nariz porque no quería irse de su tierra. A otro niño le cortaron los brazos y las piernas para dar de comer a los perros.

Sin embargo, a pesar de todas estas crueldades, tiempo después llegó a esas tierras el Fray Jacobo de Tastera quien visitó el territorio con algunos frailes para predicar el evangelio. Los religiosos les prometieron a los indios que ningún español entraría, excepto ellos. Estuvieron 40 días y eso bastó para que los indios del lugar entregaren todos sus ídolos para que los quemasen. Posteriormente, en un hecho inédito según Las Casas, los indios rindieron honores y se sujetaron como vasallos al rey de España.

No obstante, al territorio entraron unos españoles cargados de ídolos, traídos de otras provincias, para venderles a los españoles por esclavos indios. Si los indios no les compraban estos ídolos por medio de esclavos, entonces estos treinta hombres les harían la guerra.  

Los indios, decepcionados preguntaron a los frailes:

''¿Por qué nos habéis mentido, engañándonos que no habían de entrar en esta tierra cristianos? ¿Y por qué nos habéis quemado nuestros dioses, pues nos traen a vender otros dioses de otras provincias vuestros cristianos? ¿Por ventura no eran mejores nuestros dioses que los de las otras naciones?''

Los religiosos no sabían qué decir y hablaron con estos españoles para que se fueran; sin embargo, estos no se fueron y les dijeron a los indios que los mismos frailes les habían dicho que vinieran. Los indios se lo tomaron a mal y huyeron del lugar. Los frailes también, pero fueron guiados por los indios que creían en ellos y les dieron mil servicios. 

De la provincia de Santa María

Esta era una de las provincias donde se podía encontrar mucho oro, lo que hacía que muchos españoles fueran a esa provincia a extraer oro. Muchos tiranos se sucedieron el uno al otro hasta acabar completamente con la provincia, matando indios y extrayendo oro. Uno de los obispos de la provincia decía en una carta:

''Digo, sagrado César, que el medio para remediar esta tierra es que Vuestra Majestad la saque ya de poder de padrastros y le dé marido que la trate como es razón y ella merece, y éste con toda brevedad, porque de otra manera, según la aquejan y fatigan estos tiranos que tienen encargamiento della, tengo por cierto que muy aína dejará de ser, etc.''

''Donde conocerá Vuestra Majestad claramente cómo los que gobiernan por estas partes merecen ser desgobernados para que las repúblicas se aliviasen. Y si esto no se hace, a mi ver no tienen cura sus enfermedades. Y conocerá también cómo en estas partes no hay cristianos, sino demonios, ni hay servidores de Dios ni de rey, sino traidores a su ley y a su rey, porque en verdad que el mayor inconviniente que yo hallo para traer los indios de guerra y hacellos de paz y a los de paz al conocimiento de nuestra fe es el áspero y cruel tratamiento que los de paz reciben de los cristianos, por lo cual están tan escabrosos y tan avispados, que ninguna cosa les puede ser más odiosa ni aborrecible que el nombre de cristianos, a los cuales ellos en toda esta tierra llaman en su lengua yares, que quiere decir demonios; y sin duda ellos tienen razón, porque las obras que acá obran ni son de cristianos ni de hombres que tienen uso de razón, sino de demonios, de donde nace que como los indios ven este obrar mal y tan sin piedad generalmente, así en las cabezas como en los miembros, piensan que los cristianos lo tienen por ley y es autor dello su dios y su rey. Y trabajar de persuadirles otra cosa es querer agotar la mar y darles materia de reír y hacer burla y escarnio de Jesucristo y su ley. Y como los indios de guerra vean este tratamiento que se hace a los de paz, tienen por mejor morir de una vez que no de muchas en poder de españoles. Sélo esto, invictísimo César, por experiencia, etc.'' 

''Vuestra Majestad tiene más servidores por acá de los que piensa, porque no hay soldado de cuantos acá están que no ose decir públicamente que si saltea, o roba, o destruye o mata o quema los vasallos de Vuestra Majestad porque le den oro, sirve a Vuestra Majestad a título que dizque de allí le viene su parte a Vuestra Majestad. Y por tanto, sería bien, cristianísimo César, que Vuestra Majestad diese a entender, castigando algunos rigurosamente, que no recibe servicio en cosa que Dios es deservido''

Los indios que sobrevivía a las matanzas eran llevados a servir de animales de carga, y cuando estaban cansados y caían al suelo, pedían que los mataran ahí mismo.


De la provincia de Cartagena

Esta región de Cartagena se encuentra ubicada aproximadamente a cincuenta leguas al sur de la provincia de Santa Marta, en dirección hacia el Poniente. Junto con Santa Marta se extiende la provincia del Cenú hasta el golfo de Urabá, abarcando alrededor de cien leguas de costa marítima y una considerable extensión de tierra hacia el sur. Desde el año 1498 o 1499 hasta la actualidad, estas provincias han sufrido incontables calamidades: han sido sometidas, angustiadas, diezmadas, despobladas y arrasadas.

Durante este periodo, los habitantes de estas tierras han experimentado una serie de atrocidades a manos de los españoles, que han perpetrado crueles actos de violencia, muerte y saqueo. Sin embargo, por brevedad, no entraré en detalles específicos sobre los horrores que han ocurrido, pues mi intención es concluir esta breve exposición sin detenerme en relatos detallados de las maldades que se han cometido aquí, así como en otras partes en la actualidad.


De las costas de Perla, de Paria y la isla Trinidad

La isla Trinidad era otra de las islas frondosas y poblada de indios, pero un hombre llamado Juan Bono de Quejo con 60 o 70 hombres entraron a la isla para causar violencia. 

En un comienzo, los indios los recibieron sin problemas, de hecho, les hicieron una casa. Los españoles, sin embargo, traicionaron a los nativos, encerrándolos en una casa y quemándolos vivos. Luego vendieron a los sobrevivientes como esclavos en otras islas. El capitán responsable justificó sus acciones diciendo que había seguido órdenes de tomar a los indígenas por "paz" si no podían ser capturados por la fuerza. Esta práctica de capturar y esclavizar a los indígenas fue común en la región, llevada a cabo en nombre del colonialismo español.

Los frailes de Santo Domingo enviaron a dos religiosos a predicar y convertir a los indígenas (Fray Francisco de Córdoba y Fray Juan Garcés) en una tierra sin enseñanza cristiana. Los nativos los recibieron con alegría y atención, pero fueron traicionados por españoles que se llevaron al líder local y otros indígenas como esclavos. Los frailes prometieron ayudar, pero las autoridades no hicieron nada. Los religiosos, viendo la injusticia, se prepararon para morir. Los indígenas, creyendo que los frailes eran cómplices, los mataron injustamente. Los frailes fueron considerados mártires por su intento de predicar la fe cristiana y sufrir por ello.

En una provincia cercana a la Codera, existía un pueblo liderado por Higoroto, conocido por su hospitalidad hacia los españoles. Sin embargo, un tirano decidió traicionar su confianza, llevándose a muchos de ellos como esclavos. Este acto fue condenado por otros españoles, quienes lamentaron la pérdida de un refugio seguro en aquel pueblo.

Una de las prácticas más abusivas era la pesca de perlas. Obligados a bucear durante horas, nadando sin descanso y arriesgando sus vidas, los indígenas son golpeados y maltratados por los verdugos españoles. El método consistía en poner a indios en unas barcazas para que arrancaran las ostias donde se criaban las perlas. Eran vigilados por los españoles que estaba en barcazas, y si los indios se demoraban los españoles los golpeaban. Su comida es escasa y su descanso mínimo, siendo confinados en precarias condiciones. Muchos mueren ahogados o devorados por tiburones debido al agotamiento y la exposición prolongada al agua. Esta explotación viola los preceptos divinos del amor al prójimo y expone a los indígenas al peligro de muerte, tanto física como espiritual. La vida de los indígenas se consume rápidamente bajo estas condiciones inhumanas, mientras los españoles buscan su beneficio personal, incluso cuando las autoridades intentan prohibir estas prácticas.


Sobre el río Yuyapari

En la provincia de Paria, un río llamado Yuyapari se extiende por más de doscientas leguas tierra adentro. En el año 1529, un tirano despiadado ascendió por este río con un gran contingente de hombres, perpetrando atrocidades como quemar vivos y asesinar a inocentes que no habían hecho daño a nadie. Su violencia dejó la tierra en ruinas y aterrorizada. A pesar de su muerte y la derrota de su ejército, otros tiranos continuaron con la misma brutalidad en la región, causando destrucción y sufrimiento, una afrenta a las almas que, según se menciona, fueron redimidas por la sangre de Cristo.


Reino de Venezuela

En el año 1526, mediante engaños al rey de España, se concedió el reino de Venezuela a mercaderes alemanes, quienes llegaron con un contingente de trescientos hombres o más. Estos mercaderes, más crueles que otros conquistadores, devastaron la región con una avaricia desmedida por oro y plata, sin respeto por Dios ni el Rey. Arrasaron más de cuatrocientas leguas de tierras, exterminando poblaciones enteras y lenguas, causando la muerte de millones de personas de formas crueles e inhumanas. Sus acciones continúan hasta hoy, perpetrando injusticias y estragos sin cesar.

Los españoles capturaron al líder supremo de una provincia sin motivo aparente más que para obtener oro mediante torturas. La población se dispersó en los montes por miedo, pero los españoles los buscaban y realizaban crueles matanzas, vendiendo a los sobrevivientes como esclavos. En un acto atroz, un tirano alemán ordenó encerrar a muchas personas en una casa de paja y luego prenderle fuego, quemando vivos a los que quedaron dentro. Esta atrocidad llevó al despoblamiento de numerosos pueblos, con la gente huyendo a las montañas para salvarse.

En otra provincia, los indígenas recibieron a los españoles pacíficamente en sus casas y haciendas, pero fueron explotados y maltratados durante mucho tiempo. Cuando los españoles decidieron irse, el tirano alemán ordenó encerrar a los indígenas con sus familias en un corral y exigirles oro como rescate para ser liberados. Aquellos que no podían pagar fueron dejados morir de hambre en el corral, lo que llevó a la ruina de una provincia rica en oro y población.

El tirano mencionado, con la ambición de encontrar el oro del Perú, emprendió un viaje por la tierra adentro, llevando consigo a numerosos indígenas esclavizados para transportar cargas. Si alguno se cansaba o desfallecía, le cortaban la cabeza sin piedad para no perder tiempo en desenredar las cadenas. Arrasó provincias, quemó ciudades y causó matanzas horrendas en su camino, dejando una estela de destrucción en su ruta.

Otros tiranos que siguieron su estela quedaron atónitos al ver la devastación que había dejado. El daño causado por estos tiranos alemanes es inmenso, ya que han impedido al rey de España obtener enormes cantidades de oro y han arruinado una de las tierras más ricas y prósperas del mundo. Han enviado a más de un millón de indígenas como esclavos a otras partes del mundo para satisfacer su insaciable codicia, con el desafortunado consentimiento de las autoridades coloniales. Todos estos actos atroces muestran la ferocidad y maldad de estos tiranos, que han causado incontables sufrimientos a las poblaciones indígenas y han deshonrado a Dios y a su ley con sus acciones inhumanas y codiciosas.


De la provincia de Tierra Firme que se le llama Florida

En estas provincias se destacaron tres tiranos, de acuerdo a Las Casas; Ponce de León, Álvarez Pineda y Pánfilo de Narváez. Si bien los tres dejaron desastrosas consecuencias en las Indias, también tuvieron finales trágicos con respecto a su muerte. Las Casas nos dice que afortunadamente Dios no permitió que hicieran más daño. Un cuarto tirano llamado Hernando de Soto, de quien se dice que cometió muchas atrocidades y que luego desapareció(4)


Del Río de la Plata

En el año 1531, otro tirano llegó a los reinos del Perú con la misma intención y crueldad que sus predecesores. Cometió atrocidades, robos y matanzas, causando grandes males en la región. Quemó pueblos y saqueó una isla llamada Pugna, dejándola casi despoblada. Después se dirigió a la provincia de Tumbala, donde continuó con sus actos de violencia. Más tarde, el rey Atabaliba se enfrentó a los españoles, ofreciendo oro como rescate, pero fue traicionado y ejecutado. Un fraile franciscano testificó sobre las atrocidades presenciadas en la región, incluyendo mutilaciones, quema de pueblos y personas, y engaños a los indígenas. Las acciones de los españoles provocaron la rebelión de los indígenas, y las crueldades cometidas en el Perú superan con creces las de otras regiones conquistadas.


Del Reino de Granada

Los españoles llegaron al Nuevo Reino de Granada en 1539, donde sometieron a las poblaciones locales a atrocidades, saqueos y torturas en busca de oro y esmeraldas. Los tiranos, liderados por un capitán principal, cometen actos inhumanos como la tortura y ejecución de líderes indígenas, la quema de pueblos enteros y el uso de perros para despedazar a los nativos. La crueldad alcanza niveles extremos, incluyendo la quema de indígenas vivos y la matanza indiscriminada de hombres, mujeres y niños. La narrativa denuncia la falta de justicia y compasión de los españoles hacia los indígenas, así como su negligencia en la propagación de la fe cristiana entre ellos.

Bartolomé de las Casas testifica la brutalidad de los conquistadores y su impacto devastador en las poblaciones nativas, advirtiendo que si no se detiene esta violencia, pronto no quedará ningún indígena vivo en la región. Las leyes y ordenanzas promulgadas por el rey para detener estos abusos no logran detener la ola de atrocidades, ya que los conquistadores continúan ignorando las normativas y perpetuando su reinado de terror. La narrativa concluye con un llamado a la compasión y a la intervención divina para detener esta tragedia humanitaria en las Indias.

Conclusión

Este es el texto más famoso y el más importante de la obra de Bartolomé de Las Casas. Es una obra fundamental que expone las atrocidades cometidas contra los pueblos indígenas durante la colonización de América por parte de los españoles. Las Casas denuncia la violencia, la explotación y el genocidio perpetrados en nombre de la conquista y la expansión del imperio español. A través de su testimonio, busca concienciar a sus contemporáneos sobre la brutalidad de la empresa colonial y abogar por la justicia y la protección de los derechos humanos de los indígenas. La obra de Las Casas es un llamado a la reflexión sobre la naturaleza de la conquista y sus consecuencias devastadoras, así como un recordatorio de la necesidad de respetar la dignidad y la humanidad de todos los pueblos.

Es importante tener en cuenta que la obra de Bartolomé de las Casas, "Brevísima relación de la Destrucción de las Indias", ha sido objeto de debate en relación con la interpretación de la historia colonial española y la denominada "Leyenda Negra". Algunos críticos señalan que Las Casas, aunque denunció la brutalidad de la conquista y defendió los derechos de los indígenas, también contribuyó a perpetuar ciertos estereotipos negativos sobre los españoles y su papel en la colonización. En sus escritos, Las Casas a menudo contrasta la supuesta crueldad de los conquistadores españoles con la bondad y humanidad de los indígenas, lo que ha llevado a algunas interpretaciones sesgadas de la historia y a la perpetuación de la "Leyenda Negra", que retrata a los españoles como los únicos responsables de los abusos coloniales en América. Sin embargo, es importante analizar su obra en contexto y reconocer tanto sus críticas válidas como las posibles imprecisiones o exageraciones en sus descripciones. Las Casas fue un personaje complejo cuya obra sigue siendo fundamental para comprender la historia colonial de América y las luchas por la justicia y los derechos humanos.