sábado, 23 de diciembre de 2017

Al-Ghazali - El Balance Justo (Libro I - IV: Razonamientos deductivos).

Probablemente este sea uno de los textos de Al-Ghazali que más se acerca a la razón más que a la religión. Veremos muchas cosas que nos puedan recordar a San Agustín de Hipona (como lo han hecho los demás textos), sin perder la originalidad de Islam. Quizás por Al-Ghazali no sea correcto llamar a este libro ''un desarrollo de la razón'', pero si un desarrollo de la ''ciencia religiosa''. Veamos otros de los intentos por Al-Ghazali de engrandecer la religión por sobre la filosofía.

Referencias:

(1) Algo muy platónico para alguien que decía estar en contra de los filósofos. En todo caso, debemos decir que a lo largo de la vida de Al-Ghazali, este se acercó bastante al platonismo en un comienzo. Luego se desprendió de todo. 
(2) Entre ellos Aristóteles.



El Justo Balance

Capítulo I: Las reglas del conocimiento

Las disputas

Lo que nos presente Al-Ghazali en esta primera parte del libro es enfocarse al conocimiento puro, y dejar de lado la posición de la opinión. La opinión es el orígen de la disputa y es por eso que Al-Ghazali dice que se debe tener un punto en común donde se alcance el verdadero conocimiento. 

Para alcanzarlo, la discusión no puede estar basada en la destrucción del otro. En palabras del Corán, Al-Ghazali trata de ilustrar este punto con la discusión que el rey Nemrod (nieto de Noé) tiene con Abraham (Descendiente de Sem)

Abraham: Mi sustentador es quien da la vida y la muerte (refiriéndose a Dios).

Nemrod: Yo también doy la vida o la muerte.

Abraham: ¡En verdad! Dios hace que el sol salga por el este, hazlo tu, salir por el oeste.

De acuerdo con Al-Ghazali, la intención de Abraham no era destruir a Nemrod, sino que más bien darle vida y salvación. Cuando un argumento es tan irrebatible como el que presenta Abraham en esta obra, entonces no se pueden tener dudas y al mismo tiempo se rescata a la personas que ha dudado. 

Seguir al iluminado

No hay que transgredir en la discusión, todo debe hacerse con el justo balance del conocimiento. Sin embargo ¿como se alcanza ese justo balance? Al-Ghazali nos dice que entre los hombres racionales no puede haber acuerdo, ya que estos siempre difieren entre sí. 

Seguramente, Al-Ghazali se refiere a Platón, Aristóteles, San Agustín, Plotino, que si bien compartían algunas cosas esenciales, también diferían enormemente el uno con el otro. Por eso, Al-Ghazali dice que los hombres deben guiarse por un Imam, es decir, por un iluminado que tenga su mente más allá del conocimiento: en la iluminación. 

¿Quién será este iluminado? el mismo Mahoma quien fue iluminado por el arcángel Gabriel para ser el mensajero de Dios. 

Blance y justicia innata

Al-Ghazali se hace una pregunta interesante ¿cómo sabemos que existe balance? poniendo un ejemplo en un bazar, Al-Ghazali nos dice que siempre que se va a comprar se debe entregar el dinero y recibir un producto a cambio. Este es el balance natural de las relaciones comerciales que corresponde a cierto balance. ¿De dónde viene este concepto de balance? su principio es difícil de determinar pues tendríamos que escudriñar en los misterios de la mente. 

Pareciera ser que el sentido de justicia y balance en todas las relaciones (y estos conceptos son siempre los más deseados) son innatos en la mente humana. El ser humano siempre busca la justicia para él o para los suyos. 

Otro ejemplo sería decir ¿cómo sabemos que una piedra es más pesada que otra? si respondemos que lo sabemos por experiencia o por sentidos, la respuesta sería insuficiente; sería como decir ''porque así se ve'', ''porque así es'' y todas estas frases denotan opinión, no conocimiento. 

Discernimiento entre la opinión y el conocimiento

Bien podría decir un hombre: 


''No necesito saber la definición de balance para saber que una piedra es más pesada que otra. No necesito saber de música para disfrutar una bella sonoridad. No se necesita consultar a los grandes maestros para saber sobre el balance. Además, sería muy engorroso saber el balance de cada cosa''.

En este caso, Al Ghazali respondería de la siguiente manera:

''Si te muestro el balance que concierne a estos temas  y explica cada uno de los balances que existen en este mundo, como usarlos y aún mejor que esa sonoridad que sientes ¿podrías creer en aquello?''

A lo que el hombre contestaría:


''¡Por supuesto que sí! ¿Cómo podría no creerlo si es tan claro como lo dices?''

Al Ghazali responde: 


''Veo en tí, amigo mío, una señal de inteligencia. Creeme y te mostraré las reglas del justo balance, es decir, del verdadero conocimiento''

Lo que quiere decir el filósofo con esto (aparte de dar la introducción el segundo libro) es que los conocimientos sensibles no son tan importantes como los esenciales(1)

Capítulo II: La gran regla de la equivalencia


Entre los balances que existen en el mundo, el más grande de ellos es el que se realizará el día del juicio. 

La gran equivalencia es aquella que está de acuerdo con las con dos cosas sean de la misma materia o no. Es una distribución espiritual que se cierne en las cosas. 

Análisis del debate entre Abraham y Nemrod

Volvamos al debate entre Abraham y Nemrod. Recordemos que Nemrod quiso hacer ver a Abraham que él es muchísimo más poderoso que su Dios, porque da y quita la vida a los hombres. Sin embargo, Abraham revierte la situación diciendo que si él no es capaz de hacer que el sol aparezca por el Este, entonces Dios es más poderoso que él. Veámoslo lógicamente:

Primera Premisa: Quien quiera que haga al sol levantarse...
Segunda Premisa: Mi Dios puede hacerlo 

Por supuesto, la conclusión está claro por medio de estas dos premisas. Como no solo Nemrod sino que ningún humano puede levantar el sol, entonces es sabido que Dios es el único que puede hacerlo. 

Al-Ghazali nos dice que se le puede reprochar que se le diga que en otras materias Nemrod puede ser perfectamente comparable a Dios. Sin embargo, veamos el silogismo completamente

Primera Premisa: Quien haga al sol levantarse es Dios.
Segunda Premisa: Mi Señor puede hacerlo.
Conclusión: Mi Señor es Dios

Por supuesto, la habilidad de hacer levantarse al sol no es un atributo que pertenezca a los hombres, y como Nemrod es hombre éste no puede levantar el sol y por lo tanto no es una divinidad. Aquí quedaría más que claro que Nemrod no es Dios. 

De todas maneras, Al-Ghazali insiste en que de esto puede dudarse, sobre todo si se trata de hombres escépticos. Sin embargo, nada se puede dudar de los sentidos cuando van unidos del conocimiento. Debemos aceptar la primera premisa como algo general e imposible para el ser humano. 

Todo lo que es posible tiene una causa

Por supuesto, todo lo que es posible de existir tiene una causa y todo esto lo vemos día a día en los animales. Para hablar de causa siempre debemos tener en cuenta que la causa es cognoscible, en otras palabras, el agente de la existencia debe ser cognoscible. 

El cuerpo del hombre está diseñado con un orden tal que de estar en desorden se muere. Su organización no tolera la desorganización y cuando esta ocurre enferma, perjudica, daña o muere. Como Dios es entendible a través de las premisas, entonces bien es la causa cognoscible del hombre. 

Capítulo III: La regla media de la medición

Deducción

Se tenía una antigua creencia de que los astros eran más divinos que los hombres y que el resto de los seres(2). Por supuesto, de acuerdo a las Sagradas Escrituras nada puede ser más divino que Dios. 

Al-Ghazali nos quiere dar más ejemplos sobre este tipo de razonamientos que están basados en el Método Deductivo, que dominaba en esta época. 

Premisa 1: Los hijos de Dios no son castigados.
Premisa 2: Tú eres castigado.
Conclusión: Tú no eres hijo de Dios.

Tal como lo dirían los estoicos con el razonamiento anapodíctico, las dos primeras premisas ya están dando la conclusión obvia. La P1 nos habla sobre algo conocido por experiencia. La P2 nos habla sobre lo que es particular a la vista (yo veo que eres castigado). Por lo tanto, la demostración en la C. se hace obvia. 

Otro ejemplo de deducción se da en el siguiente ejemplo:

Premisa 1: Todo amigo desea conocer a su maestro
Premisa 2: Los judíos no desean conocer a Dios
Conclusión: Los judíos no son amigos de Dios

Esta premisa tiene un componente negativo que le quita una característica esencial a una definición que en este caso serían los judíos. 

Otro ejemplo se puede ver en la esencia de Dios. Para Al-Ghazali, Dios no es una sustancia que se puede encontrar en un lugar, pues Dios es increado. Todas las otras cosas que existen tienen causa y por eso todo aquello es particular y no universal. De aquí, Al-Ghazali afirma incluso que Dios no es una sustancia:

Premisa 1: Dios no es accidente porque un accidente no vive y no conoce.
Premisa 2: Dios es viviente y conocedor.
Conclusión: Dios no es un accidente.

En contraste con el otro silogismo, este parte con una premisa negativa y luego con otra afirmativa, añadiendo una conclusión que se puede deducir de las dos premisas anteriores. 


Capítulo IV: La pequeña regla de la medición

Hay un silogismo en el Corán que es algo confuso de entender.

''Ellos no alaban a Dios en su verdadero valor cuando dicen: Dios nunca ha revelado algo a un mortal. Sin embargo ¿quién llevó el libro a Moisés, una luz y una guía al hombre?''

Veamos este pasaje del Corán como un pasaje:

Premisa 1: Moisés es un hombre.
Premisa 2: A Moisés le fue dada la Escritura.

La premisa es más particular que universal, pue a sólo un hombre se le fue dada la Escritura. Sin embargo, hay algunas cosas que pueden inducir a error si se toman las premisas pequeñas. Veamos el siguiente ejemplo:

Premisa 1: Sólo los animales con patas se desplazan
Premisa 2: Las serpientes no tienen patas
Conclusión: Las serpientes no se desplazan 

Como vemos, las premisas llevan a una conclusión errónea. 

Hay otro ejemplo que es mucho más complicado y oscuro que involucra la lógica y la moral. Veamoslo. 

Premisa 1: Toda mentira es mala en sí misma.
Premisa 2: Un hombre dijo una mentira.
Conclusión: Ese hombre está mal en sí mismo.

Al-Ghazali nos dice evidentemente que la mentira es algo malo en sí mismo, pero se deben considerar ciertos casos. Si un tirano quiere matar a un ciudadano y te pregunta: ''¿Dónde está tu amigo?'' y el amigo dice ''No sé'' entonces le estaría haciendo un bien a un amigo, a través de una mentira. 

Es en este caso que hay algo que va mucho más allá de las premisas y esta es la experiencia que tenga el ser humano. Se debe poner mucha atención a los silogismos que envuelven estas premisas particulares (oscuras como las llama Al-Ghazali). 

Conclusión

Al fin vemos algo de lógica en los libros de Al-Ghazali. Ciertamente, cuando escuché que Al-Ghazali era un hombre que estaba en contra de los filósofos, no pensé que pudiera realizar semejante trabajo de lógica en base al razonamiento deductivo. Sin duda que las curiosidades que nos presenta al filósofo son considerables, pues ponen a prueba racional los versículos del Corán. Este libro no termina aquí, aún faltan muchos libros de ver. 

Método deductivo en la Antigua Grecia.

Método deductivo

Aristóteles, gracias a la descripción que daba de los silogismos, pudo dar también la explicación de un tipo de razonamiento llamado razonamiento deductivo

Platón y la deducción 

Básicamente, la definición de un razonamiento deductivo es también parecida a la definición del silogismo.

''Toda conclusión que es que resulta de una o más premisas'' 

Podríamos decir que uno de los primeros en realizar el método deductivo fue Platón en sus diferentes obras. Platón desarrollaba sus razonamientos a partir de las cosas más conocidas para luego afirmar las específicas, es decir, partir de lo general a lo particular.

Veamos un ejemplo:

Premisa 1: Todos los humanos son mortales
Premisa 2: Sócrates es humano
Conclusión: Sócrates es mortal

El razonamiento deductivo puede partir por tres cosas esenciales:

  1. Cuando es clara la sustancia o esencia de lo que se habla.
  2. Cuando se tiene evidencia sensible de lo que se habla.
  3. Cuando se debe proceder de lo general a lo particular.


Si bien podemos ver muchos ejemplos de deducción en Platón, quien describe sistemáticamente el método deductivo (y el inductivo) es Aristóteles

Aristóteles y la deducción

Aristóteles pone un punto muy importante entre la deducción y la demostración, pues se puede pensar inmediatamente que una deducción es una demostración, pero no es así. La deducción siempre va a ser más general, mientras que la demostración es específica; se fija en una premisa particular. 

La deducción debe ser siempre perfecta para que tenga sentido. Se debe partir de una generalidad, o como la llama Aristóteles, una universalidad. Por lo tanto, la universalidad de las premisas es el fundamento de la deducción.

Los estoicos y la deducción 

Los estoicos siempre diferían entre Platón y Aristóteles cuando se hablaba de lógica. Los estoicos dividían los razonamientos en dos:

  • Demostrativos
  • Apodícticos

Estos razonamientos o bien demuestran una cosa nueva o anapodíctica (sin lugar a duda o discusión). Veamos un ejemplo de este razonamiento de los estoicos:

Premisa 1:Si hay luz es de día. 
Premisa 2: Hay luz.
Conclusión: Es de día.

Las dos primeras premisas se demuestran por sí misma y por lo tanto, la conclusión es innecesaria: aquí tenemos un razonamiento anapodíctico. 

Conclusión

El método deductivo es usado hasta el día de hoy sobre todo en los períodos finales de estudios formales; por ejemplo, en el proceso de tesis. Hoy en día existen muchas formas de ver el método deductivo, así como también el inductivo (y a veces se combinan en las líneas de investigación) No está demás saber las distintas visiones de la deducción en los temas de lógica y el razonamiento silogístico. 

domingo, 17 de diciembre de 2017

Al-Ghazali - El Nicho de las Luces

¿A qué se refiere Al-Ghazali cuando habla de ''El Nicho de las Luces''? la luz siempre ha sido símbolo del razonamiento. Hemos dicho reiteradamente que Al-Ghazali es muy parecido a San Agustín en el sentido que ambos filósofos unen la fe con la razón. En este respecto, Al-Ghazali enfatiza mucho más la razón en el ser humano no en el sentido de darl autonomía al hombre, sino que en el sentido de que esta razón es guiada por Dios. Veamos que nos ofrece Al-Ghazali con esta brevísima obra.

Referencias:

(1) Aunque en la cultura musulmana se decía que era Ismael. 


El Nicho de las Luces

Parte I: Estudios preliminares de la luz

Los diversos conceptos de luz

De acuerdo con Al-Ghazali, el concepto de ''luz'' se divide de tres formas:

La luz sensible o física: es aquella luz que podemos ver normalmente en nuestra vida cotidiana. Esa luz que aparta la oscuridad y nos permite claramente apreciar los objetos. Como una definición clara, Al-Ghazali define a la luz diciendo: ''Aquello que es claro por sí mismo y ayuda a hacer clara otras cosas''.

La luz del ojo normal: tenemos dos cosas importantes: la luz en sí misma (qua) y la percepción de quien la recibe (espíritu). El ojo sensible que está en el cuerpo del ser humano es imperfecto y defectuoso. Muchas veces puede ver lo que está cerca lejos, o lo que está lejos cerca, y otras muchas no puede ver. 

Existen 7 defectos que la luz del ojo contiene:

  1. Primer defecto: el ojo no se percibe a sí mismo.
  2. Segundo defecto: el ojo no puede ver lo que está muy cerca suyo ni lo que está muy lejos suyo. 
  3. Tercer defecto: el ojo no puede ver lo que está más allá de los cielos. Sólo la inteligencia puede saber lo que está más allá de los cielos que es el Reino de Dios. 
  4. Cuarto defecto: el ojo no puede ver el contenido de las cosas cuando están cubiertas; por ejemplo, el ojo no puede ver los interiores de una casa que está cerrada por fuera. 
  5. Quinto defecto: el ojo sólo puede ver una fracción de las cosas que existen. Por ejemplo, no ve la totalidad del color blanco que un objeto puede tener, al igual que los otros colores. 
  6. Sexto defecto: el ojo sólo puede ver lo que es finito y no lo que es infinito. 
  7. Séptimo defecto: el ojo puede confundir lo que es alto con lo que en realidad es bajo. 

Como podemos ver, el ojo tiene inmensos defectos con los cuales no podríamos fiarnos de una realidad total, sino que de una realidad parcial. 


La luz de la inteligencia: esta es la única que merece ser llamada luz porque es la más importante. Su razón es muy simple, la inteligencia puede superar todos los defectos del ojo. Por ejemplo, el ojo no puede ver algo infinito, pero la inteligencia si nos lo permite. Lo mismo que una casa que está completamente cerrada; la inteligencia nos permite saber que puede haber adentro. 

El Corán como el sol de la inteligencia

Siguiendo el mismo patrón de Parménides, Al-Ghazali comienza explicando el principio de no contradicción para decir que lo que existe no puede no existir, y lo que no existe no puede existir.  

El Corán (para Al-Ghazali) es la luz instrumental que el hombre necesita para conocer los misterios del más allá. Solamente aquel que es inteligente podrá comprender el Corán, por lo que la razón es siempre requerida. 

Las luces del mundo visible y del mundo invisible 

Por supuesto, existe un mundo visible y otro invisible (comparado con el mundo sensible e inteligible de Platón) donde existe en cada uno una luz. La luz del mundo visible es por supuesto el sol, mientras que el sol del mundo invisible es el mismo Dios. 

Sin embargo, estos mundos no están separados pues el mundo invisible (o también Mundo Celestial) está por sobre el Mundo visible (o Mundo Terrenal), es decir, el Mundo Celestial es de alguna manera trascendente y no abandona el Mundo Terrenal, mas el mundo terrenal no trasciende al Mundo Celestial. 

La prueba de que el Mundo Celestial está presente en el Mundo Terrenal es la existencia de los profetas, pues ellos son llamados ''iluminados''. Esta iluminación se otorga por la luz del Mundo Celestial. 

La fuente de la luz celestial

Todo lo que viene a la existencia viene por algo que existe, es decir, nada puede venir de la no-existencia. El hijo viene del hombre y los dos son seres existentes. No porque el hijo no haya existido en un determinado tiempo y luego exista, se entiende que el hijo vino del no-ser, pues su existencia exige un ser que le pueda dar existencia; un ser que sea (valga la redundancia). 

El aspecto de la luz de Allah

La luz ya sea del cielo o la tierra es perteneciente a Allah y no existe luz aparte de esta. Esta es una luz que trasciende los dos mundos y además es la principal, es decir, aquella que da vida a todos los seres sean terrenales o celestiales. 

La luz también está presente en el Mundo Terrenal. Muchos hombres dicen que la luz es solo una combinación de colores, pero si lo analizamos de la siguiente manera veremos que es más que aquello. 

Sabemos que de día podemos observar todos los objetos, sin embargo, cuando el sol se va y llega la oscuridad el color que predomina es el negro, a pesar de que las cosas tengan un color definido. No obstante, pese a que no se ven los colores, en la oscuridad podemos distinguir cierta claridad. Dicha claridad parece ser impregnada a las cosas incluso cuando está oscuro. Esa es la luz que sólo puede dar Allah. 

Parte II: La ciencia del Simbolismo

Los simbolismos a los que Al-Ghazali se refiere son el nicho, la lámpara, el vidrio, el árbol, el aceite y el fuego. Sin embargo, antes de empezar el filósofo propone dos métodos de investigación: 

Primera investigación: la relación que el simbolismo tiene en sí misma, en el mundo sensible y en el mundo espiritual. 

Segunda investigación: los grados de los espíritus hechos del barro y el grado de luz que poseen. 

Los dos mundos

La manera de llegar al Mundo Celestial debe hacerse a través del Mundo Terrenal. Para llegar a él se debe traspasar lo que Al-Ghazali llama ''El Santo Valle''. Aquí tenemos el primer simbolismo entre los dos mundos. Una especie de camino que nos lleva a contemplar el mundo inteligible que se nos promete en el Corán. Dicho valle representaría al Árbol.

Simbolismo en la biblia

La historia de Abraham contiene ciertos simbolismos que provienen de los mismos ángeles. Recordemos que Abraham estuvo a punto de matar a su propio hijo Isaac(1) y un arcángel fue quien lo detuvo. Por supuesto, el simbolismo es la mismísima fe en que Abraham confió su hijo al designio de Dios. 

Si queremos observar el simbolismo de Dios en el mundo circundante lo podemos ver a través del sol, de las estrellas y de la luna. Si ese es el símbolo de Dios, entonces el símbolo para los profetas es la Lámpara pues ellos son las luminarias de este mundo. La inspiración que tienen estos hombres es representada por el Fuego de una lámpara, pues esa es la fuente de la luz que emite. El Aceite con que se prende el fuego sería la sustancia de la iluminación.

Tenemos también el simbolismo del Vidrio que Al-Ghazali asocia con la trasparencia del conocimiento. Para los profetas e iluminados el mundo es como un vidrio transparente ya que estos conocen todos los secretos por medio de la luz. 

Las 5 facultades del espíritu

En el Corán se pueden apreciar 5 clases de espíritus:


  1. Espíritu sensorial: es el recipiente de la información extraída de los sentidos. 
  2. Espíritu de imaginación: es el recuerdo guardado que se ha recibido a través de los sentidos. Pertenece a algunos animales; por ejemplo, la polilla no tiene la facultad de imaginar debido a que se acerca a la luz sin importar cuantas veces se queme. El caso del perro es distinto. 
  3. Espíritu inteligente: aprende las ideas más allá de la imaginación y los sentidos. Es propia de los seres humanos y no de los animales irracionales. 
  4. Espíritu discursivo: toma la información de la razón pura para luego informar al conocimiento de tales razonamientos. 
  5. Espíritu trascendente profético: propio de los profetas y algunos santos, este espíritu trata sobre las profecías dictadas en la Torah y sobrepasa la imaginación y la razón. Un ejemplo de esto por supuesto son la profecía y la poesía, que son consideradas inspiraciones divinas. 

Tal y como lo diría Al-Farabi (y Avicena) al parecer Al-Ghazali acuerda con estos filósofos diciendo que el conocimiento está por sobre la fe, pero que la experiencia mística está por sobre el conocimiento. Si lo pusieramos en nivel de superioridad sería algo así:

  1. Experiencia mística
  2. Conocimiento
  3. Fe
La experiencia mística está por sobre el conocimiento y la fe porque los contiene a los dos. 

Parte III: La aplicación de la luz

Las clases de espíritus descritos anteriormente tienen que ver con los 5 símbolos que también habíamos mencionado. 

Espíritus y símbolos

El primero de los espíritus fue el sensorial y este tiene que ver con el nicho, pues el nicho es el contenedor tanto del cuerpo. Luego tenemos la facultad imaginativa que tiene que ver con el vidrio. El espíritu inteligente tiene que ver con la lámpara, pues está en aquellos que llevan la profecía. El espíritu discursivo tiene que ver con el símbolo del aceite, pues este es la sustancia de lo dicho por el profeta. Finalmente, el espíritu profético guarda relación con la misma luz/fuego.

Así tendríamos la relación:

  • Espíritu sensible: Nicho
  • Espíritu imaginativo: Vidrio
  • Espíritu inteligente: Lámpara
  • Espíritu discursivo: Aceite
  • Espíritu profético: Fuego/Luz


Epílogo: el verso oscuro

Con todo lo anterior dicho, vemos que la formación del alma es algo progresivo, pues los bebés no pueden tener la inteligencia en primera instancia. Sin embargo, el hombre puede ensuciar su alma con la oscuridad y volverse tan vil como una bestia. 

Ya sabemos que el nicho de las luces termina en el espíritu profético y lo único que detendría esta progresión sería la oscuridad que está representada en las cosas viciosas del mundo visible (los pecados).

Entre estos que no acatan la progresión del nicho de las luces están los ateos. Los ateos son definidos por Al-Ghazali como aquellos que se centran en el presente y no en el futuro que les espera después de la muerte. Los ateos se rebajan a ser como las bestias, pues el placer es el que siempre se manifiesta en el presente; y, como las bestias sólo actúan por placeres (y aversiones).

Existe otro tipo de no creyentes que son aquellos que combinan (o confunden) la luz con la oscuridad. Existen de tres tipos:


  1. Aquellos que se crean un propio Dios que cumple sus placeres. Así estos tienen la excusa de justificar sus placeres cualesquiera que estos sean. 
  2. Aquellos que confunden las cosas sensibles con las espirituales. Al-Ghazali se refiere específicamente a los turcos que tenían por divinidades a ciertos animales. Por lo tanto, ellos confunden lo sensible (animales) con la espiritualidad (elevarlos a dioses).
  3. Aquellos que exigen que Dios debe ser entendible a la percepción sensible, de lo contrario no se podría creer. 
  4. Aquellos que dicen que la divinidad debe ser algo insuperable y que esté por encima de los hombres. Estos no creyentes adoran a los planetas y a la astrología. 

Estos son más menos los tipos de ateos y no creyentes que existen, y que según la opinión de Al-Ghazali, son aquellos que están sumidos en la oscuridad. 

Conclusión

Me sorprendió el giro que dio el término de este tratado. Primero se habló de todo lo que se describe como las luces, pero no contaba con que se hablara también del ateísmo o de la no creencia en los dioses. Esto podría ser un elemento que San Agustín no abordó de manera tan clara y concisa como Al-Ghazali lo hizo en este pequeño libro. 

sábado, 16 de diciembre de 2017

Concepto de Memoria en San Agustín de Hipona

Concepto de Memoria en San Agustín de Hipona


El concepto de memoria

La memoria, como habíamos dicho, es una de las facultades más importantes del alma. Todas las cosas exteriores como el sonido, las imágenes, los movimientos son almacenados en la mente, así como también son almacenados los movimientos interiores (sentimientos, emociones). Cada uno tiene su propia entrada, pero sus ''puertas'' son distintas entre las exteriores e interiores. 

Misterios de la memoria

Para Agustín, los procesos de almacenamiento de la memoria son un total misterio ¿cómo es que la memoria almacena el contenido? en efecto, uno puede evocar el color blanco estando en la oscuridad absoluta. No sólo eso, su administración es mucho más increíble porque si el hombre almacena todas los estímulos del exterior ¿cómo es que podemos evocar correctamente todas las imágenes, todos los sonidos sin confundir o mezclar (aunque también podemos mezclarlos a voluntad)? De hecho, el recuerdo puede ser muy bueno incluso cuando no movemos nuestra lengua o cerramos completamente los ojos. 

Lo otro que es fascinante es que la memoria me permite extraer todos los recuerdos de las cosas que más me agradaron, distinguiendo muy bien una cosa de otra (sabores, sonidos, olores). También se guardan las habilidades de las artes o disciplinas que se aprenden durante la vida, pero la diferencia con esto es que las disciplinas no están guardadas como imágenes, es decir, las matemáticas, la gramática o la dialéctica no son imágenes. 

El proceso de recordar

Pero ¿cómo entra esta información? a través de los sentidos, luego, la memoria los almacena en la mente. Por otro lado, todas las cosas que sentimos tienen una especie de validez en la memoria, es decir, no sabemos qué es lo dulce hasta que lo probamos, pero pareciera ser que es el alma quien sabe mucho antes qué es lo dulce antes de que nosotros pudiéramos decir ''esto es dulce''. Este recuerdo de las cosas debe ser constante; por ejemplo, el hombre debe rememorar las cosas una y otra vez para que no se le olvide. De ahí que la palabra pensar en latín sea ''cogitare'' que significa ''recoger'', por lo tanto, podríamos decir que se ''recogen'' los recuerdos. Esto podría recordarnos justamente la teoría de Platón donde aprender significa efectivamente recordar

¿Cómo podemos recordar los números? el latín y el griego tienen su propios números, pero en los dos lenguajes los números tienen algo en común. Es decir, los números se entienden en los dos lenguajes, pero no es necesario saber latín o griego para tener la noción del número. Esa noción del número es común a todas las personas sin necesariamente saber el nombre de cada número (uno, dos, tres...). Quizás a lo que se refiere San Agustín es justamente el concepto de unidad, en efecto, no hay que tener un aprendizaje especial para saber qué es la unidad(1)

Ahora, hay muchas cosa que gracias a las imágenes que tenemos de ellas podremos recordarlas; por ejemplo, si yo recuerdo las palabras piedra o sol, no me servirán de nada si no tengo la imagen de ellas. Si no es por las imágenes no podríamos saber ni recordar que es cada cosa. 

La memoria también puede recordar hechos que nos hicieron alegres y tristes, sin que necesariamente nos pongamos tristes o alegres. Hay algo similar entre el alma y la memoria, pues mucho se dice que quien guarda algo en el alma lo guarda en la memoria. Sin embargo ¿cómo se explica que el alma esté alegre y luego se recuerda algo triste? De aquí se resuelve que son entes separados.

La teoría del olvido

El olvido es obviamente la privación de la memoria, pero ¿cómo es posible que pueda recordar el olvido? el olvido está dentro de la memoria, dice Agustín porque de otra manera no podríamos saber lo que es el olvido. 

No obstante, queda mucho por resolver en el tema del olvido, pues ¿cómo se puede recordar algo que consiste en omitir el recuerdo? Agustín asume que es un tema difícil, pero a la vez también dice que debería saberlo pues en sus palabras ''no hay nada más cerca de mí que yo mismo'' y aún así ''no puedo saber qué es la memoria que en efecto, es algo mío''. 

Además, cuando recordamos el olvido ¿recordamos el olvido mismo o una imagen del olvido? Agustín dice que el olvido no está retenido en sí mismo en la memoria, sino que está retenido como una imagen. En efecto, recordamos la cosa olvidada y no el olvido mismo, pero ¿cómo la memoria nos puede dar una imagen del olvido? Agustín nos dice finalmente que sólo podemos tener una imagen del olvido por más misterioso e increíble que parezca este fenómeno del olvido. 

¿Trascender la memoria?

El fin último de San Agustín es encontrar a Dios sea por el medio que sea. Ya sabemos que por el cuerpo es imposible, por lo que lo más cercano que existe para acercarse a Dios sería el alma. El mismo Agustín dice que se debe trascender la memoria para encontrar a Dios, pero esto trae un problema. Todo lo que está fuera de la memoria es el olvido; ¿cómo podemos trascender la memoria si fuera de ella no recordamos? ¿cómo podremos recordar a Dios (y más aún llegar a él)? 

Suele pasar que quien pierde una cosa, por medio de un método de descartes mental encuentra lo que perdió. ¿Qué nos ayuda a encontrar lo perdido? justamente la imagen de esa cosa y he aquí que la memoria es importante. Ahora, ¿podemos olvidar algo absolutamente? No, nada se olvida completamente. 

La felicidad y la memoria

Todos quieren una vida feliz, o al menos ese es el fin al que aspiran la mayoría de los hombres. ¿De dónde viene este recuerdo de la felicidad? ¿cómo los hombres pueden saber de la felicidad sin nunca haberla tenido? Agustín nos dice que la felicidad está en el hombre de una forma misteriosa. Si el hombre reconoce la felicidad, entonces esta debe estar en la memoria, pero si la reconoce significa también que ya la obtuvo.

¿Recordamos la felicidad así como recordamos un número? ¿Recordamos la felicidad como si fuera una especie de país donde todos están alegres? De ninguna de estas formas porque la felicidad no es corporal. El único, gozo, la única felicidad es Dios porque Dios no es corporal o elemental.

Ahora, ¿qué pasa con la felicidad? ¿acaso se elige o se tiene por fortuna? Dios es la felicidad, pero ¿por qué no todos tienen la felicidad? simplemente porque por voluntad no quieren escogerla, aunque también hay una presión por parte de la carne, es decir, la carne hace que el ser humano sienta una felicidad ''falsa'' y se conforme con aquella. Sin embargo, habíamos dicho que la felicidad era un concepto que el hombre ya tenía incorporado dentro de su memoria. ¿Cómo es que el hombre, sabiendo que es la felicidad, escoge otros caminos para obtenerla? Es simplemente porque esas cosas que no es la felicidad divina los detienen y deleitan, haciéndoles querer que esa sea la verdadera felicidad.

Por otro lado, ¿cómo puede el hombre conocer a Dios? ¿Acaso lo tenía en la memoria así como también tenía la felicidad? San Agustín se preguntaba cómo era posible que tuviera noción o memoria de Dios sin haberlo nunca conocido. La respuesta es que Dios está en las cosas verdaderas y que por lo tanto, como todas las cosas que existen son verdad, entre el hombre y Dios no hay espacio, por lo que se deduce que Dios siempre ha estado con el hombre. 

Conclusión


Nunca el tema de la memoria había sido tratado con tanta verdad en algún filósofo antiguo, de hecho, esta teoría pasará a la historia para ser tratada por otros filósofos, científicos e incluso psicólogos que tomarán todos estos conceptos para describir lo que es la memoria. Aunque hay muchas cosas explicadas sobre ellas, también es increíble reflexionar sobre los grandes misterios de la memoria. San Agustín fue muy humilde al reconocer las limitantes del por qué no se puede conocer todo sobre la memoria. 

Concepto de Tiempo en San Agustín de Hipona.

Concepto de Tiempo en San Agustín de Hipona

Antes de ver el concepto de Dios en San Agustín de Hipona, veamos lo que pensaban cada uno de los filósofos antiguos sobre el tiempo. 

Consideraciones del tiempo por otros filósofos

Pitagóricos

En tiempos más antiguos, los pitagóricos fueron unos de los primeros filósofos en establecer una teoría formal en cuanto al tiempo. Estos decían que era ''la esfera que abraza todo'' y que por lo tanto, el tiempo se identificaba con el movimiento, es decir, el tiempo se debe al movimiento

Platón

El mismo Platón en el Timeo definía el tiempo como ''la imagen de la eternidad'' y además añadía que el Universo y el tiempo se hicieron juntos y perecerán juntos. Platón considera que el tiempo es el que imprime el movimiento, y este a su vez crea las demás cosas del mundo como el sol y la luna.


El estagirita definía al tiempo no como un movimiento, sino como algo que va mucho más allá, algo que subyace al movimiento. Nos decía también que el presente es el intermediario entre el pasado y el futuro, es decir, si no existiera el presente, entonces el pasado y el futuro se solaparían lo cual es ridículo. Así como esta explicación es verosímil, Aristóteles nos da la primera definición de tiempo: ''Numero de movimientos según el antes y después'', ahora, ¿por qué Aristóteles se refería al tiempo como ''número''? Porque el pasado, el presente y el futuro, según Aristóteles, se miden por magnitudes y las magnitudes son números. 


Cicerón también tenía su propia concepción del tiempo escrita en un libro llamado ''De Fato'' (o del destino), donde nos dice que tanto el pasado como el futuro son tiempos inmutables, es decir, que existen en sí mismos sin la necesidad del presente. 

En efecto, hay un futuro inmutable como sería decir que todos vamos a perecer, así como hay un pasado inmutable como es decir que todos los seres vivientes nacimos. 

Estas han sidos las teorías que por lo menos hemos visto en este blog con respecto al tiempo. Veamos lo que nos dice San Agustín sobre estas cosas.  

El concepto de Tiempo

Uno de los errores típicos de los maniqueos (y en parte también de Marco Tulio Cicerón)(2) era preguntarse ¿qué hacía Dios antes del tiempo? ¿Acaso estaba ocioso cuando de repente se le ocurrió crear la humanidad? En el libro sobre la interpretación del Génesis contra los maniqueosAgustín respondía que sería ridículo decir que Dios estaba de ocioso antes del tiempo, pues entonces se tendría que hablar de otro tiempo donde Dios estuvo ocioso. De ahí que además pueda hablarse de las hipóstasis de Plotino, para decir que la creación debió darse fuera de las hipóstasis cognoscibles para el ser humano. 

¿Qué hacía Dios antes del tiempo?

Sin embargo, aún queda la pregunta ¿qué hizo Dios antes del tiempo? el tiempo es medible y tiene intervalos, para que éste fuera hecho se necesitaría algo sin movimiento y que permanezca siempre, en otras palabras, Dios creó el tiempo en la eternidad porque la eternidad no es tiempo(3)

Eternidad: presente perpetuo.
Tiempo: pasado, presente y futuro.

Pero ¿cómo puede crear el tiempo si para crearlo necesita movimiento y en la eternidad no lo hay? Es una de las preguntas cruciales de San Agustín quien humildemente contesta ''no lo sé''. 

Muchos decían en al época de Agustín que antes del tiempo, ''Dios preparaba el infierno para aquellos que se atrevían en escudriñar en los misterios más altos''. Esta frase era hecha en forma de broma o metáfora para que los niños no preguntaran cosas tan extrañas, cosa que a San Agustín molestaba profundamente(4)

Finalmente, San Agustín dice que no cabe preguntarse qué hacía Dios antes del tiempo porque antes del tiempo no había tiempo para realizar algo. En efecto, ¿cómo vamos a hablar de la creación del tiempo cuando no había tiempo? la pregunta es ridícula al razonamiento de San Agustín. En la nada no puede haber movimiento, así como tampoco puede haber creación. No obstante todo esto, Dios es el gran creador del tiempo.

¿Qué es el tiempo?


El mismo Agustín admite la dificultad de la respuesta diciendo:

''Sé bien lo que es, si no se me pregunta. Pero cuando quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé''

Para tratar de resolver esta duda, Agustín parte diciendo que si el presente no tuviera ni pasado ni futuro entonces sería eternidad, y por lo tanto no podríamos hablar de tiempo. Así, el presente necesita del pasado para ser tiempo, pues de otra forma sería eternidad. Ahora, el presente deja de ser una vez que es pasado; lo que significa, que el presente para existir debe tener tendencia a no-ser (de otro modo sería eternidad).

Pasado:

Hablado esto, San Agustín se propone analizar el pasado y el futuro. El pasado ya no existe y el futuro no existe todavía, pero ¿cómo podemos referirnos a ellos como si fuera un tiempo presente si no existen? No podemos referirnos al pasado de ninguna forma, ni siquier diciendo que ''fue larga la estancia'', pues dicha estancia ya no existe. 

Además, pensemos en lo siguiente: para haber dicho ''fue larga la estancia'' debimos haber dicho primero ''es larga la estancia''. Por otro lado, algo es largo cuando está colocado en el presente, cuando ya es parte del pasado ya no existe; por lo tanto, las cosas tienen magnitud cuando están en el presente y dejan de tenerla cuando están en el pasado (por eso, la estancia larga ya no existe). 

¿Cómo se debería decir algo que ''fue largo''? de la siguiente manera según San Agustín: ''Largo fue aquel tiempo mientras fue presente''. 

Forma incorrecta de referirse al pasado: ''fue larga la estancia'' es una forma incorrecta porque nada que pertenezca al pasado puede tener magnitud.

Forma correcta de referirse al pasado: ''Fue larga la estancia mientras fue presente'' es la correcta porque la magnitud existe mientras está en el presente. Es decir, la única forma de referirse al pasado, es refiriéndose al presente. 

Veamos ahora si el alma puede reconocer este tiempo presente con referencia en el pasado.

Presente:

Para entender el presente, San Agustín recurre a un pequeño símil de los cien años. Imaginemos a un hombre dentro de un intervalo de 100 años:

  • Cuando está en el primer año, el hombre tiene 99 días futuros.
  • Cuando está en el segundo año, el hombre tiene 98 días futuros y un día en el pasado. 

Bajo este razonamiento, podemos determinar que el presente nunca podrá estar en los 100 años simultáneamente, sino que sólamente en uno de ellos. Lo mismo pasaría si llevaramos el símil a un año, el hombre en el primer mes tendría 11 meses futuros y cuando pase al segundo tendrá 10 futuros y 1 pasado.

Lo mismo pasaría incluso si reducimos dichos años y el año en un día. El día tiene horas y minutos que tendrían la referencia de ser pasado o futuro según en qué hora o minuto nos encontremos; así, ni el día puede ser presente todo. 

De este modo, San Agustín define el presente como ''un instante'', pero entonces ¿a qué podemos llamar largo? ¿cómo es que el presente puede ser largo o puede ''durar'' ciertos minutos o ciertas horas si es un instante? 

Futuro:

Mucho menos podríamos decir que el futuro tiene un intervalo largo, pues aún no existe. Y si existe, es gracias al presente porque el futuro pasa a ser presente una vez que pasa por él. 

Conclusión:

¿Qué diremos pues de estos tres tiempos: pasado, presente y futuro? ¿Acaso tendremos que decir que el pasado y el futuro no existen por sí solos a menos que pasen por el presente?

Al menos en el pasado, todo lo que tenemos de él nos queda en la memoria. Ahora, si nos queda en la memoria, entonces está en el presente porque a medida que lo podemos evocar en la memoria estarán presentes; lo mismo ocurre con el futuro. 

Todas las cosas que existen se ven en el presente, pero es la memoria la que también las tiene. Por ejemplo, podemos ver una aurora y podemos predecir que el sol saldrá. La imagen que tenemos del sol saliendo, es una imagen presente en nuestra mente y la predicción sería decir ''el sol va a salir''. Por lo tanto, podemos retener el pasado y el futuro llevándolos al presente por medio de la memoria, como ya habíamos dicho, el pasado y el futuro sólo pueden existir por medio del presente. De hecho, podría decirse con justa razón que el pasado y el futuro no existen. 

Así, la referencia correcta al presente y al pasado sería de la siguiente forma:

Pasado: Presente de las cosas pasadas
Presente: Presente de las cosas presentes
Futuro: Presente de las cosas futuras

Volvemos a repetir, es el presente el que da existencia al pasado y al futuro. 

Este es un tema que ya se hablado entre los antiguos, sobre todo por Aristóteles quien decía que el pasado y el futuro tienen como límites al presente, pero nunca aseguró algo tal como decir que el pasado y el futuro no existen. Cicerón también tenía su opinión con respecto al tiempo, diciendo que el futuro y el pasado son inmutables, es decir, cada uno tiene su propia existencia.

En todo caso, Agustín acepta que los demás puedan decir que existe un pasado o un futuro, siempre y cuando se entienda que es con referencia al presente pero se debe estar consciente que la única forma correcta de referirse al pasado y al futuro es la descrita por San Agustín

Tiempo y espacio

¿Cómo podemos medir el tiempo si el presente es un instante? difícil respuesta tiene esta pregunta, pero lo que sí es claro es que podemos percibir que el tiempo cambia, que tiene intervalos y que esos intervalos ''pasan''.

Es una paradoja porque de acuerdo con Agustín, el pasado y el futuro no existen y sin embargo son medibles cuando pasan por el presente. ¿Cómo pueden existir y no-existir al mismo tiempo? en el lenguaje cotidiano podemos hablar perfectamente del pasado y el futuro diciendo (erróneamente) que tal período fue largo o tal período fue corto.

Los tiempos y los cuerpos

Muchos dicen que el tiempo no es más que el giro que da el sol y la luna para marcar los días, pero San Agustín no está en absoluto de acuerdo con eso. En efecto, si fuera así, entonces, el movimiento del sol sería el creador del tiempo; sin embargo, recordemos que el movimiento es posible gracias al tiempo. Por lo tanto, el tiempo es algo que va más allá de los cuerpos, como dijimos, el tiempo es el contenedor de los cuerpos. 

El movimiento no determina el tiempo, pues es posible que el sol se detenga pero el tiempo seguiría contando. Al contrario el movimiento se mueve gracias al tiempo y si es así, el tiempo va primero que todas las cosas. Por otro lado, otra cosa tan importante como el movimiento es el reposo de los cuerpos, porque este también tiene tiempo. De ahí que el movimiento de un cuerpo no es el tiempo mismo. 

La incógnita del fenómeno

Agustín acepta no saber la esencia del tiempo porque de hecho, asume que cuando mide un intervalo ''no sabe lo que mide'', y en efecto, no sabe qué se mide siendo que el instante (que es el presente) no puede tener una extensión precisa. Así definiría San Agustín el tiempo:

''Por ello, me parece que el tiempo no es otra cosa que una cierta extensión. Pero no sé de qué cosa''

Agustín se pregunta ¿Qué mido Dios cuando digo que este tiempo es más largo que otro? ¿Cómo se puede medir si el futuro no existe y el pasado aún no existe? Bien se sabe que el tiempo se mide, pero no el pasado ni el futuro, y, obviamente, tampoco el presente porque este no tiene extensión. Finalmente Agustín concluye lo dicho un poco antes, se mide el tiempo que ya ''pasa''. 

El tiempo y el alma

Nada puede ser medido a menos que se acabe, por lo tanto, la tendencia al no-ser (en cuanto al pasado y al futuro) es la que determina la duración de una cosa. ¿Con qué cosa el hombre mide el tiempo?  naturalmente que el hombre mide el tiempo con el alma, pues es allí donde quedan impresas las percepciones del tiempo.  

Por otro lado, tenemos un fenómeno aún más fuera de toda lógica que sería la extensión del futuro y del pasado que no tienen ninguna existencia. ¿Cómo podemos decir que el futuro tiene extensión si aún no existe? ¿cómo podemos decir que el pasado fue largo o fue corto si ya no existe? simplemente porque esta sensación queda en el alma y es ella la que nos deja la impresión de que fue larga y corta. El alma tiene tres funciones con respecto al tiempo: espera, atiende y recuerda. Estas tres acciones representan los tres tiempos de los que estamos hablando:

Espera: Futuro
Atiende: Presente
Recuerda: Pasado

Esta acción del alma sucede sobre todo cuando queremos cantar una canción que no conocemos. Esperamos como va a ser, prestamos atención a la letra y a la música y finalmente la volvemos a cantar cuando la recordamos. 

Finalmente, esta sería la solución a la cuestión del tiempo según San Agustín, es el alma la que puede retener todo pensamiento futuro y pasado. 

Conclusión

Con muchas más dudas que respuestas (como lo es la filosofía) nos deja este texto dificilísimo de San Agustín. El tiempo ha sido un tema de oscuros pasajes en la vida de los filósofos pero también en la vida de los científicos más grandes de la historia. Por supuesto, los precursores de estas ideas preciosas fueron los filósofos a lo que posteriormente los científicos soportaron con teorías que van renovándose por cada período. Si bien no hay una solución cierta para la medición del presente (más que del tiempo porque este comprendería pasado, presente y futuro), las pistas que nos deja San Agustín no son de menor tamaño; al contrario, queda mucho más ánimo para averiguar qué es realmente el tiempo. 

Al-Ghazali - La Alquimia de la Felicidad (Libro V: Amor a Dios).

Por supuesto no podía faltar entre todos los tipos de conocimientos formales y espirituales, el amor a Dios. Basándonos en los libros precedentes ¿Será necesaria tanta rigurosidad con respecto al recuerdo de Dios en todos los aspectos de la vida? si consideramos que el precio del olvido de Dios es el tormento eterno del alma, bueno, quizás debemos replantear la existencia del alma y todas sus consecuencias. Veamos el último libro sobre la exhortación al amor a Dios. 

La Alquimia de la Felicidad


Capítulo V: Amor a Dios


Donde está la felicidad está la perfección

La razón más evidente de que el hombre busca el amor a Dios es porque el hombre tiene amor a lo que es perfecto. Si aceptamos que Dios es la perfección máxima, entonces no hay porqué buscar nada más porque la felicidad misma es la perfección misma. No habrá porqué volcarse a las cosas del mundo que son inferiores en todos los aspectos frente a la perfección de Dios. 

La perfección del cuerpo no existe puesto que lo perfecto no pertenece a este mundo. Lo que sí, los cuerpos tienen una especie de hermosura o de cuasi perfección que llama la atención, pero eso no es comparable con la perfección del alma. Por lo tanto, el hombre ya sabe lo que debe alcanzar y adorar. 

¿Cómo es que un hombre ignorante puede alcanzar esta felicidad sin poder conocer a Dios? es posible que exista un hombre de tales características. Por lo tanto, en el mundo existen dos clases de ayudantes de Dios: uno es el profeta y otro es el predicador. Podrá nombrarse a un tercero que sería el doctor de la ley, quien prescribe las conductas.. 

Bajo este respecto, el hombre ignorante deberá acercarse a los hombres conocedores, y estos hombres están en el deber de enseñarle.

Los infieles

Por otro lado, tenemos a aquellos hombres que no reconocen el poder de Dios y que pasan inadvertidos por sobre todas las consecuencias que existen en el otro mundo. Estos hombres tienen su propio lugar excluídos del Paraíso, pero aún más lo tienen aquellos que  reconociendo a Dios no hacen lo que manda. A estos se les denomina ''infieles''. 

Amor a Dios

Los fieles a Dios no tienen miedo a la muerte, y al contrario, la esperan pacientemente; este sería el primer amor a Dios. Sin embargo, no se consideraría un infiel si dicho hombre se previene de la muerte, pues esta es otra muestra de amor a Dios (la segunda muestra de amor). Este segundo hombre quiere actuar bajo todos los preceptos de Dios para conservar la vida. 

También hay un tercer tipo de amor hacia Dios que tiene que ver con el pensamiento de Dios todo el tiempo. Las cosas que usan los musulmanes vestidos objetos, etc., son los que ayudan a tener este recuerdo de Dios todo el tiempo. 

Un cuarto amor a Dios sería el respeto incondicional a la Sagrada Escritura del Corán. De hecho, el Corán es el escrito que une a los hombres a un solo amor que es el amor a Dios. 

El quinto amor a Dios requiere tanto de la oración en secreto como en público. Seguido de este amor tenemos el sexto que refiere a la costumbre de orar a Dios, al orden innato que el hombre tiene una vez que acepta a Dios en su corazón. 

Por último tenemos la séptima muestra de amor a Dios que consiste en acercarse a los amigos de Dios. El hombre debe ser obediente a Dios así como también a los amigos de Dios. 




Conclusión

Todos esto gira en torno al recuerdo de Dios por donde quiera que se lea este apunte (y los demás que han sido desarrollados). Estas son las muestras de amor a Dios que todo musulmán debiera recordar. Estos textos parecen ser bastante prudentes y sabios en contraste a lo que se ve hoy en día en televisión, donde se muestran a los árabes siempre beligerantes con otras naciones y con otras religiones. Al parecer debemos quitarnos los prejuicios y ver (y leer) por nosotros mismos cómo es esta religión del Medio Oriente. 

viernes, 15 de diciembre de 2017

Al-Ghazali - La Alquimia de la Felicidad (Libro IV: El conocimiento del Mundo Futuro).

Nadie puede saber lo que toca en el futuro, a excepción de que sabemos que a todos nos toca la muerte. ¿Cómo podemos saber que nos toca en un futuro cercano? es imposible saberlo, pero de acuerdo con Al-Ghazali, a esta interrogante solo nos toca realizar el bien para tener los beneficios del Reino de los Cielos. De alguna forma, las cosas buenas que hacemos en este mundo se verán reflejadas y recompensadas con Dios, pero estas deben ser acompañados con la aceptación de Dios y con la cultura que éste otorgó al hombre; cultura de adoración.


La Alquimia de la Felicidad


Capítulo IV: El conocimiento del Mundo futuro

Para entender el futuro del mundo es necesario conocer lo que es la muerte, y para conocer la muerte se debe conocer la vida, y para conocer la vida se debe conocer el espíritu. 

Espíritu animal y espíritu humano

Si queremos entender el conocimiento del mundo primero debemos partir por el espíritu animal y el espíritu humano. El primero tiene que ver con el órgano vital de todo animal que es el corazón. La función del corazón es otorgar sangre al cerebro y que este último pueda distribuir las funciones de cada miembro; que el ojo pueda ver, que el oído pueda oír, que la lengua pueda saborear, etc. 

El cuerpo está en balance cuando estas funciones tienen cierto equilibrio, cuando estas caen en exceso, entonces el ángel de la muerte viene a apoderarse del cuerpo, que por cierto, es una criatura creada por Dios. 

El otro espíritu es indestructible, pues no se trata de ningún cuerpo sino que de una entidad invisible pero presente. Todas las cosas del espíritu animal dígase hambre o sed son perecederas con el cuerpo, pero cuando el hombre muere, las cualidades del espíritu se mantienen, por ejemplo, la sumisión, el conocimiento de Dios y el amor a Dios. Por lo tanto, el espíritu animal pertenece al mundo ordinario y el espíritu humano pertenece al mundo celestial; de hecho, Al-Ghazali dice que este último espíritu tiene la sustancia de los ángeles. 

La entrada al Paraíso

Ningún cuerpo se vuelve no-existente, es decir, nada pasa de existir a no existir. Pareciera ser que Al-Ghazali nos trae un antiguo modo de pensar que era el de Parménides. Recordemos que Parménides estableció el principio de no-contradicción, es decir:


  1. Lo que existe, es, puede pensarse y no puede no-ser
  2. Lo que no existe, no es, no puede pensarse y no puede ser

Si esto es así, entonces lo que es no puede llegar a no-ser (contradiciendo la potencia de Aristóteles), pues quien muere no deja de ser porque su alma se va al Paraíso o al Infierno eternamente. El hombre debe estar consciente de que el paso al Paraíso se debe entender de la siguiente forma, tal y como el profeta lo dijo:

''El mundo es la prisión para el creyente y el Paraíso para el infiel''
(Mahoma)

Uno de los modos erróneos (o de los erroristas) para ir al Paraíso es decir que Dios existe, pero no practicar ninguno de sus mandamientos. De aquí que se ocurran los tormentos del espíritu humano, pues los tormentos de la carne son el hambre, la ira y la necesidad. 

Ahora ¿cuáles tormentos son los peores? por supuesto que son aquellos del alma. Los tormentos del alma son los que duran para siempre (pues todo lo que es del alma dura para siempre), mientras que los tormentos del cuerpo son pasajeros y pertenecientes a este mundo. 

De esto se puede sacar por conclusión que la felicidad del hombre no depende de sí mismo sino que del mismo Dios. 

Conclusión


Nada más claro podemos tener en este breve capítulo IV de La Alquimia de la Felicidad.  La rigurosidad religiosa se deja entrever de manera inexorable en sus palabras, pues la felicidad no puede alcanzarse en este mundo si no es con Dios. El hombre sólo puede estar preocupado de los tormentos del alma más que de los tormentos del cuerpo, lo cual me recuerda lo que dice el mismo Nuevo Testamento:

''No temáis a los que matan por el cuerpo, pero no pueden matar el alma''
(Mateo 10:28)

En efecto, los tormentos del alma serán tormentos perenne por lo que obviamente, el creyente debe preocuparse mucho m,ás de estos que de los tormentos del cuerpo.