domingo, 11 de septiembre de 2022

Al-Amiri (العامري) - Vida y obra (??? - 992)

 

Imagen extraída de www.saednews.com

Heredero de las filosofías de al-Farabi y al-Kindi, Abu al-Hassan al-Amiri fue un filósofo prominente en la Edad Media. Proveniente de Jorasán, al-Amiri fue uno de los tantos discípulos de al-Kindi como también lo fue al-Balkhi del cual no tenemos mucha más información. También fue contemporáneo de otro filósofo llamado Ibn Miskawayh. Sus pretensiones desde un comienzo eran reconciliar la filosofía con la religión, y el sufismo con el islam, y por otro lado ensalzar las figuras tanto de quien consideraba su maestro, al-Kindi; y su otro discípulo, al-Balkhi, en contraposición, de acuerdo a Seyyed Hossein Nasr, los ''delirios'' de al-Razi. Veamos la interesante vida del filósofo.


AL-AMIRI

Vida y obra

Estudios

Como dijimos en la introducción, al-Amiri nació en Jorasán en la ciudad de Nishapur, Irán, en los tiempos del imperio Samánida viviendo la mayor parte de su vida en la región, además de viajar algunas veces a Bagdad. De acuerdo a algunas fuentes, al-Amiri se dirigió la ciudad de Balj para estudiar con Abu Zayd al-Balkhi, quien sabemos fue un estudiante de al-Kindi. 

Alrededor del año 964 se mudó a la ciudad persa de Rayy que estaba en control de los buyidas, por lo que se presume que también haya aprendido de Miskawayh. 

En los años 970 y 975 viajó a Bagdad pero no fue bien recibido por las autoridades, sin embargo, la segunda ida fue mucho más acogedora ya que pudo participar de una sesión de debates donde su contendor fue Abu Said al-Sirafi el cual aparentemente no terminó bien. En el año 980 volvería a Jorasán decepcionado con su experiencia en Bagdad.


Pensamiento

En primera instancia, al-Amiri trató de dar cabida tanto a la filosofía como a la religión estableciendo que tanto las ciencias de aquellos tiempos trivium y quadrivium, y las ciencias religiosas, tradición ley y teología, revisten utilidades esenciales para el conocimiento. 

Tuvo numerosas discusiones contra los musulmanes ''esotéricos'', quienes estaban dentro de los círculos del ismailismo y los pseudo sofisticados. Sin embargo, a pesar de que quería reconciliar las dos posturas, filosofía y religión, la verdad es que al-Amiri creía en la superioridad de la religión, de la superioridad del profeta contra el sabio. 

Al-Amiri intentó responder a las preguntas teológicas por medio de la filosofía como se puede ver en su obra ''Sobre la vida después de la muerte'', que descansa completamente en una visión enteramente neoplatónica del Fedro. En consecuencia, combina la inmortalidad del alma de Platón, incorpora la psicología del alma y la moral de Aristóteles, y añade la resurrección del cuerpo desde la perspectiva musulmana. 

Sin ninguna duda, al-Amiri es kindiano, seguidor de las teorías de al-Kindi. Su visión de la causalidad es la misma, por lo que tiene la creencia ex-nihilo de la creación del mundo, cuya superioridad es mucho más alta que las cuatro causalidades aristotélicas. 

Influencia

Lamentablemente, la influencia de al-Amiri se vio altamente sombreada por la filosofía de Avicena, aunque ciertos filósofos musulmanes posteriores lo citarían como el mismo Mulla Sadra. 

Obras

A pesar de haber escrito un gran número de obras, lamentablemente no tenemos ninguna disponible para analizar en particular. Solo mencionaremos las más importantes:


  • Una exposición sobre los méritos en el islam
  • Libro de sobre la vida después de la muerte

En total, los expertos en la obra del filósofo han dicho que escribió más de 20 libros. 

Conclusión

Las posturas de los filósofos se vuelven cada vez más estrechas. En al-Amiri, por ejemplo, comenzamos a ver una posición determinante en cuánto a los filósofos predecesores porque como pudimos ver, al-Amiri es Kindiano y en contraposición estará la doctrina al-Razi y sus seguidores así como también a los mutazilitas y los asharitas. Es lamentable que no podamos tener ninguna obra del filósofo para profundizar en ella. Sin embargo podremos ver en los filósofos posteriores que su influencia dejó frutos en las mentes musulmanas contemporáneas y sucesorias.

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