Mostrando entradas con la etiqueta Demócrito y Empédocles. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Demócrito y Empédocles. Mostrar todas las entradas

jueves, 9 de noviembre de 2017

Avicena - La Física de la Curación (Física) (Libro I: Causas y principios en la naturaleza).

Las influencias que tiene el presente libro a demostrar es inagotable. Desde Aristóteles hasta los más destacados filósofos árabes han servido de inspiración para la creación del trabajo que veremos a continuación. A pesar de que el libro tenga como título ''Curación'', la verdad es que mucho más que esto veremos una cantidad de ciencias distintas que Avicena nos quiere dar a conocer. Debemos advertir que es un libro de gran tamaño que podrá tomarnos algún tiempo. Sin más contratiempo, entremos en el libro.

Referencias:

(1) La descripción de la facultad imaginativa es elaborada en la obra de Al-Farabi - La Ciudad Ideal.  
(2) Simple significa que no se modifica, mientras que Compuesto significa todo lo contrario. 
(3) El principio natural eficiente al que se refiere seguramente es Dios. No son los padres como pudiera haber referido Aristóteles
(4) Por supuesto, esta idea es de Aristóteles quien postulaba que cada objeto tenía su movimiento natural. Obviamente, Aristóteles no conoció el concepto de gravedad (al igual que Avicena).


La Física de la Curación

LIBRO I: CAUSAS Y PRINCIPIOS EN LA NATURALEZA

Capítulo I: Los principios de las cosas naturales

Para definir los principios de las cosas naturales, es preciso que entendamos los conceptos de accidente y sustancia. Una vez que los tengamos entendidos, debemos enfocarnos en revelar todas las cosas pertenecientes a los accidentes para luego pasar a la esencia (sustancia). 

La única forma para entender los principios naturales de las cosas es acudir al entendimiento de la física, tal como lo hizo Aristóteles. Algunos seres tienen principios en común y otros no tienen dichos principios en común. Por supuesto, hay quienes comparten el género y otros comparten la especie; por lo tanto, lo más correcto sería aprender de los principios de las cosas de lo general a lo específico. 

Para esto, debemos analizar el concepto de ''Definición'' ¿por qué? porque la definición es lo que caracteriza al ser, identifica su esencia. Luego de conocer el concepto de definición será apropiado revisar las cosas más específicas. 

El género común 

Primero debemos investigar las cosas que son comunes en nuestro intelecto, pues aunque no las conozcamos físicamente el intelecto nos permite conocer su esencia de igual manera. Todo lo general de una naturaleza se completa con sus singularidades, por lo tanto, tenemos que la perfección y el fin universal son la naturaleza.

Una vez que el hombre alcanza a entender todo sobre el género común, su investigación acabará cuando sepa todo lo de la especie; por ejemplo, el hombre descubre que es un animal y en el desarrollo de su investigación va descubriendo que es humano; ahí termina su investigación. A modo de resumen, deberíamos decir que el género es todo lo común.

Lo específico

Cuando se trata de hacer una comparación entre los seres en cuanto a las cosas comunes que tienen, será necesario entonces recurrir al intelecto. Por otro lado, para averiguar la especie de cada ser será necesario recurrir a lo que se conoce por naturaleza. 


  • Para conocer lo común: intelecto
  • Para conocer lo específico: naturaleza

Puede ser que las cosas específicas las podamos entender por medio del entendimiento a través de la facultad imaginativa(1). Sólo en este caso sería posible que lo específico nos es mejor conocer que los universales, puesto que la imaginación nos permite realizar (no siempre) mejores entendimientos de lo más general.

Aunque puede ser cierto que lo específico (sensación, percepción e imaginación) puede conceptualizar muy bien a un individuo, mucho mejor siempre será la noción común. Un ejemplo de esto sería hablar del ''cuerpo'' en general, y de cómo es que sería lo específico. De manera similar, muy bien se podría decir que ''animal'' es mucho más general que ''cuerpo'', y una vez que se individualizan estos conceptos entonces tenemos tal o cual animal (lo que sería específico). 

Percepción de lo general y de lo específico

De hecho, Avicena nos dice que es imposible imaginar al hombre específico sin hablar de un hombre en general, por ejemplo, no podemos hablar de Sócrates sin antes saber si es un animal racional o no. En este sentido, parece más sensato guiarse siempre por lo general más que lo particular a la hora de definir a un ser. 

Sin embargo, cuando hablamos de los niños podríamos decir que ellos conocen a su madre y a su padre por ser mujer y hombre, más que por ser madre y padre. Esto quiere decir que los niños conocen los individuales primeros y eventualmente conoce lo universal.

Cuando sólo se conocen los individuales surge el concepto de vaguedad que aparece sólo cuando tenemos datos generales. A medida que pasa el tiempo, el hombre comienza a caer en conceptos más generales como los de animal, racional, uno, etc. A este proceso, Avicena lo llama vaguedad individual intermedia

  • Vaguedad: humano (individual o general porque se puede entender de dos maneras) (también llamada vaguedad metafísica)
  • Vaguedad individual intermedia: animal racional o irracional (aún no tiene un concepto total del sujeto) (epistemológica)

Para interiorizar un poco más, podríamos decir que el concepto de vaguedad nos habla de aquel concepto que no conocemos antes de entenderlo, es decir, que sólo lo podemos imaginar. Luego, tenemos el entendimiento del concepto Vaguedad individual intermedia, cuando vemos a un hombre particular que se ve desde muy lejos (la forma de Sócrates por ejemplo). 

La causa y el efecto

La causa y el efecto suelen tener una correlación como en el ejemplo de que la madera es causa material de la cama, donde su relación se refiere a las partes. Por otro lado, hay causas que no tienen correlación como por ejemplo, el carpintero que hace la cama ya que este no es parte de la cama sino más bien su causa eficiente.

Naturalmente, las causas pueden saberse antes de los efectos como la predicción de un eclipse, o cuando una mala sustancia ha entrado en el cuerpo del hombre este ya sabe que tendrá alguna dolencia. Sin embargo, también hay casos donde sabemos primeros los efectos y luego las causas. 

En todas las cosas que son experimentadas por la naturaleza, siempre se experimenta desde lo compuesto hasta lo simple, mientras que las cosas que se toman por intelección son de lo simple a lo compuesto(2). Por lo tanto, las cosas del intelecto son mejores conocidas cuando se toman por género y las cosas de la naturaleza son mejores conocidas por especie. 

Capítulo II: Enumerando los principios de las cosas naturales por certeza y suposición

Constitución de los seres

Todo lo que se material está en constante cambio porque las dimensiones de las cosas cambian. Recordemos que las tres dimensiones son largo, ancho y profundidad y que la mayoría de los objetos tienen estas dimensiones. De esta manera podríamos fundar los principios de los seres en la materia y en la forma. 

Se supone que ninguna materia puede concebirse sin forma, pero es perfectamente pensable que pudiera pasar algo así. Avicena dice que parecieran existir dos tipos de género; uno para las cosas en sí (materia o forma) y para las cosas juntas (materia y forma inseparables). Por ejemplo, un cuerpo tiene un principio que es materia y otro principio que es forma.

Ahora, toda materia es receptiva de tener forma por lo que formaría el material de la forma, es decir, la materia es el material de la forma. Luego tenemos que la forma misma sería el sujeto de la materia, mientras que la composición de los dos formaría lo que llamamos elemento, que sería la parte más simple del objeto. 

Además, un cuerpo tiene dos principios adicionales: el agente y el fin. El agente es quien imprime la forma en la materia mientras que el fin es el objetivo por el cual esas formas están impresas.

El orden natural

Lo que es común puede entenderse de dos formas: una por un agente común y otra por medio de los conceptos de agente y forma. La primera puede entenderse del siguiente modo, los niños tienen un agente común que son sus padres, nadie puede ser niño si no vino de un padre. La segunda puede entenderse de que los niños serán agentes de algo, mientras que al mismo tiempo son un fin en sí mismos. 

Consecuentemente, la causa eficiente no es satisfactoria para describir el principio de los seres, puesto que todo tiene su propio agente y fin. La causa eficiente no es parte del orden natural porque las cosas que tienen orden natural tienen un agente (o son agente) y un fin (o son un fin) determinado, mientras que la causa eficiente no lo tiene. Si existiera un principio común eficiente, el orden natural iría después de este. Ahora, si este principio perteneciera al orden natural sería absurdo porque la causa eficiente sólo es principio de sí misma, y las cosas que pertenecen al orden natural no son causas de sí misma(3)

De acuerdo con Avicena, los presocráticos no tienen ningún punto cuando aducen el nacimiento de las cosas a un elemento natural (como lo hacía Tales, Heráclito o Anaxímenes), pues la causa eficiente no tiene nada que ver con la física. 

Las certezas

La investigación de las certezas está justamente en el agente de cada cosa. Primero se debe investigar el agente de las cosas naturales y luego tiene que investigar el fin de las cosas naturales, además de analizar otras dos que serían las causas aristotélicas: causa material y causa formal

Sin embargo, Avicena añade otro principio a las cosas naturales que sería el cambio, en efecto, las características de una cosa cesan de existir para luego dar existencia a otras (atributos). Bajo este respecto se desprenden otros factores a conocer:


  1. Lo que permanece y somete al cambio.
  2. Lo que existe y luego deja de existir.
  3. Lo que no existe y luego existe.

Por lo tanto, de todo esto necesitamos un objeto que sea susceptible de cambios además de que tenga cosas que dejen de existir en el, y por otro lado, que las cosas existan también en el (24). 

Perfección en un cuerpo

Cuando se habla de perfección en un cuerpo se habla de que éste se modifica, adquiere cosas que no le existían sin perder lo que ya existía en él. Podría establecerse como ejemplo, un cuerpo cualquiera que está en reposo que luego se mueve; es decir, en reposo estaba privado de movimiento, pero luego de moverse adquiere la existencia del movimiento sin perder sus otras facultades inherentes. 


La privación es necesaria para que un cuerpo obtenga la perfección, siendo que todos los cuerpos van cambiando constantemente, quiere decir que todos tienen privación de alguna cosa. Por otro lado, todos los cuerpos tienen privación y éste antecede a todo cambio. En consecuencia, la privación es un principio que existe para que luego otra cosa exista por lo que el cuerpo necesitará de tres cosas para alcanzar la perfección: 


  1. Que sea susceptible a cambio o perfección.
  2. Que tenga privación.
  3. Que tenga forma. 

En relación con esto, es preciso hacer notar lo que Aristóteles pensaba sobre la privación, pues decía, al igual que Avicena, que era un principio de los accidentes de los cuerpos. 

Siendo la privación una potencia (existe y luego no), la privación existe entonces en la materia. Pueden darse algunos ejemplos de que la privación puede darse tanto en la materia como en la forma. Por ejemplo:

Cama:

Materia: Madera → Cama
Forma: No-cama → Cama

Ahora, hay ciertos casos donde no se puede decir que algo proviene de la privación de algo; por ejemplo, no podemos decir que el escritor proviene del hombre, sino más bien que el hombre era escritor. Esto se dice porque hombre y escritor pertenecen a una misma materia, no pasa de una materia a otra por lo tanto no es privación. Lo que sí podríamos decir es lo siguiente:

Hombre:

Materia: Semen → Hombre
Forma: No-hombre → Hombre

El semen sería tal cual es la madera en la cama y el no-hombre sería tal cual la no-cama. 

No obstante, el semen y la cama no son lo mismo. No podemos decir que el hombre era semen, pero sí podemos decir que la madera era cama ya que el grado de corrupción que tiene el semen no es el mismo que de la madera. La madera persiste en su naturaleza y estado, aún teniendo la forma de una cama, mientras que el semen se transforma completamente en otra cosa. 

El problema del deseo de la materia

¿Cómo es que la materia llega a ser forma? ¿Será que acaso la materia desea ser forma? Si este fuera el caso, entonces la materia necesitaría de una forma para llegar a la forma. De acuerdo con Avicena, ninguna materia está desprovista de toda forma, pero sería ridículo pensar que la materia quiere unirse con la forma, así como un alma desea algo, ya que la materia no tiene esta propiedad.

Además, Avicena reprocha a los peripatéticos (alumnos de Aristóteles) no haber caído en cuenta de que si la materia desea ser forma, entonces desea ser algo que no es; y, a pesar de juntarse con la forma (que es lo que realmente pasa) la materia sigue subsistiendo. ¿Cómo es posible que la materia desee ser algo que no es, y luego, cuando se encuentra con la forma subsiste de todas maneras?

Avicena deja esta solución inconclusa declarándola demasiado mística como para poder solucionarla. Reconoce que no puede hacerlo diciendo que otros hombres podrían encargarse mejor de estos aspectos.


Capítulo III: Como los principios son comunes

Sobre cómo la materia, la forma y la privación son comunes

Muchos de los cuerpos existen en generación y corrupción, mientras otros no son generados ni son corrompidos por lo que su creación es atemporal. Los cuerpos que no tienen corrupción dentro son aquellos que su forma no les permite tener corrupción y todos ellos tienen un principio formal común, así como todos los que no se corrompen tienen otro principio. 

Tenemos que la materia y la forma son principios comunes a los seres. La privación, si bien es un principio, realmente no es común a todos los seres si se tiene en cuenta que es algo que parte de la generación, es decir, viene después de la materia o después de la forma. 

Los cuatro elementos no están sometidos a la generación o corrupción, o, en realidad, la materia prima no está sujeta a corrupción. Pongamos el ejemplo de la cama. La madera es la materia prima de la cama, y aunque esta se transforme (sometida a generación y corrupción) la madera en sí, la sustancia de la madera, no es corruptible, pues en ese caso dejaría de ser madera. Para pensar esto sería mejor decir ¿Cuándo la madera deja de ser madera? ¿Cuándo es cama? ¿Cuándo se destruye?

La materia es un principio que es susceptible de cambio y de adquirir otra forma que antes no tenía. Muchas veces las materias con compuestas (como la mayoría de los cuerpos) y otras son simples (como los cuatro elementos).

La forma es todo aquello que es predicado como disposición que ha sido adquirida por un instante previo de la materia, y juntos forman lo que realmente existe (una cama, una estatua, etc.) como un resultado de compuesto (materia y forma).

La privación es todo lo que se predica de la no-existencia de lo que llamamos forma la cual la materia es capaz de adquirir. 


Capítulo IV: Sobre lo que Parménides y Meliso consideraban los principios de los seres

Recordemos que las ideas de Parménides, filósofo presocrático, fue que la unidad máxima tenía que ser y todo su contrario era el no-ser. Además, Parménides agregaba que el Uno era un ser finito. 

Meliso de Samos concordaba con Parménides, pero en contraste de este decía que el Uno era infinito. 

Otros filósofos postulaban lo que se denomina como arjé entendido como la unidad creadora de todo el mundo (agua, fuego, tierra o aire). Otros decían que el mundo se había creado de múltiples principios que se encuentran en lo que ellos denominaban ''átomos''.

Parménides

Primeramente, el filósofo Parménides decía que la existencia es algo necesario, infinito, inmóvil y poderoso. Por otra parte, Meliso dice que puede un ser ser finito debido a que todo tiene término porque todo tiene un fin y si lo alcanza termina. 

La humanidad no tiene una existencia en sí misma, puesto que el concepto de existencia está fuera de la humanidad, pero es concomitante a ella. La existencia es inseparable del sujeto pero al sujeto le viene externamente. 

Átomos

Avicena refuta fácilmente el postulado de que existen infinitos principios como lo declaraban los atomistas. Dice, Avicena, que a partir de que los principios son infinitos, es imposible explicar el principio de la doctrina; los mismos atomistas reconocen no tener mayor explicación sobre los átomos puesto que el tema los supera.

Capítulo V: La definición de la naturaleza

Movimiento en los cuerpos

Muchos de los movimientos de las cosas provienen fuera de las cosas, como por ejemplo, que el agua sea calentada, el levantamiento de una piedra, etc. Sin embargo, también pueden tener un movimiento propio, por ejemplo, el agua vuelve a enfriarse después de calentarse, así como la piedra vuelve a caer si se le deja después de levantada. Todo tiene su propia naturaleza y por lo tanto, su propio movimiento. 

Por otro lado, hay objetos que si bien tienen su movimiento natural (como la piedra que siempre tiende a ir hacia abajo(4)), hay otros objetos que tienen un movimiento desviado. Avicena observaba el fenómeno que tenían los magnetos con otros magnetos, los cuales, si se ponían juntos se atraían. Más que un movimiento voluntario, es una especie de ''poder'' que Avicena de hecho designa como involuntario. 

Volición (voluntad) en los objetos

El movimiento de los objetos se puede dar de cuatro formas:

  1. Sin volición (la piedra que cae)
  2. Con volición (el movimiento del sol).
  3. Sin volición pero con distinta variación y poder (crecimiento de las plantas, los imanes).
  4. Con volición pero con distinta variación y poder (todos los animales).

Distintas opiniones hay de la naturaleza; mucho se dice que la naturaleza es un poder que ocurre sin volición como la desarrollo de las plantas. Por otro lado, también se dice que es una acción que se comete sin deliberación como la araña que teje una telaraña por naturaleza.

Lo que busca la naturaleza 

Aristóteles definía la naturaleza con la siguiente frase:


''El primer principio del movimiento y del reposo es esencial más que accidental''
(Aristóteles, Física)


El primer movimiento puede deberse al alma, del cual no existe ningún intermedio, es decir, entre el alma y el cuerpo no existe un intermedio para que el cuerpo se mueva; es un contacto directo. El alma ordena un movimiento que está acorde con la naturaleza; no le es extraño; al contrario, el alma y la naturaleza se entienden. 

La inclinación a moverse no produce el movimiento, sino que el ''movedor'' (que en este caso sería el alma) es el que produce el movimiento para que el cuerpo se incline. 

La esencia a la cual se refería Aristóteles está en dos cosas: en el que mueve (el alma) y el que es movido (el cuerpo). La naturaleza no es forzada a moverse por un agente externo, pues esta se mueve así misma. Un ejemplo de esto sería la cicatrización que inmediatamente ocurre cuando es cortada una parte del cuerpo. 

Finalmente, sabemos que todos los cuerpos tienen una naturaleza de movimiento: el fuego va hacia arriba, la tierra y el agua van hacia abajo y el aire por muchas direcciones. También tiene que ver con  el cambio cualitativo (atributos) y cuantitativo (generación) que tiene cada objeto en la naturaleza.  

En conclusión para Avicena la naturaleza sería lo siguiente:

''Un poder que afecta el movimiento y el cambio, y donde la acción que sigue un sólo curso lo hace sin volición''

Por lo tanto, las acciones voluntarias quedarán después de conocer los movimientos sin volición. 

Capítulo VI: La naturaleza con respecto a la materia y la forma

La forma como esencia

La forma es la esencia de las cosas mientras que la materia es lo que soporta la forma. Los accidentes ocurren cuando la forma da contorno (figura) a la materia para completar su naturaleza.

En algunos casos, la naturaleza de las cosas puede ser solamente la forma, mientras que en otros no. Los elementos (agua, tierra, aire y fuego) tienen como naturaleza la forma. El agua, por ejemplo, tiene un poder en la forma que le permite hacer que su materia siga subsistiendo. La naturaleza del movimiento del agua es imperceptible, pero los efectos que el agua recibe de él sí lo son; por ejemplo, el calentamiento del agua es un efecto de la naturaleza (del agua). En este sentido, en el ejemplo del agua, tendríamos que llamar su calentamiento o su enfriamiento, como algo que es parte de su naturaleza porque no hay impedimento entre que fuera caliente y que luego vuelva a ser fría. 

En fin, la forma, dice Avicena, es la naturaleza de cada cosa. 

Los modos de los accidentes

Los accidentes pueden ocurrir tanto por un agente externo, como también pueden ocurrir por el movimiento propio de cada cosa. Muchos accidentes están más cerca de la forma (como estar despierto) y otros cerca de la materia (estar dormido).

Considerando todas estas cosas, Avicena da a la definición de naturaleza otras características:

  1. Cuando la sustancia de un objeto subsiste.
  2. Cuando se habla del ser propiamente tal.

Muchas opiniones y divergencias existen con respecto a la subsistencia de las sustancias. Antifón insistía que lo que hace a la naturaleza es la materia porque esta hace subsistir a la sustancia sin necesidad de la forma. 

Sobre la forma como naturaleza(25)

Este filósofo decía que si la forma fuera la naturaleza de las cosas, entonces una vez que la madera de la cama es destruida, los pocos pedazos de madera tendrían que convertirse en cama lo cual es ridículo porque una vez que la madera de la cama se descompone, la madera sólo es madera. Es decir, si la forma fuera la naturaleza, entonces la madera no podría empezar a ser madera, sino que al contrario sería cama. Como la madera es la existencia que persiste en la cama, entonces la materia sería la naturaleza de la cama, dice Antifón.

Sin embargo, Avicena critica este punto de manera muy fácil. La materia no da la existencia a las cosas, pues la materia es pura potencia y la forma es su verdadera existencia. Además, si la cama se destrozara y sólo quedara la madera, ésta sólo podría existir por medio de la forma, porque, por más destruida que esté la madera esta no cesa de tener forma (que es lo que le da la existencia).

Capítulo VII: La naturaleza y sus diferentes estados

Cuando se habla de naturaleza se siguen varios términos:

Naturaleza

Esto ya se ha definido pero no está demás recordarlo:

''Un poder que afecta el movimiento y el cambio, y donde la acción que sigue un sólo curso lo hace sin volición''

Podríamos decir que esta es la definición propia de Avicena

Natural

Todo lo que es relacionado con la naturaleza.

Lo que tiene naturaleza

Aquello que es informado por la naturaleza, o lo que es naturaleza por la forma. También podría decirse que es todo aquello que tiene movimiento, lugar, tiempo y disposición. 

Lo que es por naturaleza

Todo aquello cuya existencia proviene de la naturaleza, ya sea existiendo como un primer ser (particular) o como un ser secundario (caracterización de un particular). 

Lo que es naturalmente

Todo aquello que es natural y que su existencia se debe a la materia (accidentes) y a la forma (esencia).

Lo que sigue el curso de la naturaleza


Todo lo relacionado con el movimiento y el reposo sigue el curso de la naturaleza. Ahora, puede ocurrir que aparezcan cosas que no van con el curso de la naturaleza, ya sea excediendo la naturaleza o disminuyéndola. Por ejemplo, la adición de un dedo más en la mano no sigue el curso de la naturaleza, y sin embargo ocurre naturalmente y por accidente. 

La naturaleza es predicada tanto de manera particular como universal. Cuando hablamos de cosas universales las entendemos de manera particular y general, siendo la primera una conceptualización sobre los seres y la segunda es una conceptualización del universo. 

Sin embargo, contraria a las opiniones de los neoplatónicos como Plotino y otros, Avicena dice que la naturaleza no pertenece a los primeros principios. Recordemos que Plotino hablaba sobre el Uno del cual nada podía ser predicado ni atribuido, emanaba de él mismo la naturaleza que daría ser a todos los otros seres. No obstante, Avicena nos dice que si del Uno no se puede predicar nada, entonces no puede tampoco existir naturaleza en él.

Avicena nos dice que finalmente, no existe una sola esencia de una naturaleza que además penetre a todos los seres que son diferentes.

Todo ocurre por naturaleza, y si el alma deja el cuerpo es sólo porque se quiere liberar de él. Como se dijo, existe una naturaleza universal y particular siendo la primera la naturaleza en sí, mientras que la otra podría ser una naturaleza de lo cotidiano. Por ejemplo, el fenómeno de un sexto dedo al nacer se debería tomar como una naturaleza universal, pero en la naturaleza particular es algo que se supone fuera de lugar. Sin embargo, no por eso debe ser despreciado porque cumple con la naturaleza universal (considerada mejor que la particular). 

Capítulo VIII: La ciencia de la física y otras ciencias

Luego que la naturaleza ha sido definida, ahora resta abordar el concepto de física. 

Todas las cosas tienen magnitud desde que todas tienen las tres dimensiones conocidas. Y si la magnitud es algo natural en todas las cosas, así también lo son las figuras de cada objeto. El estudio de las figuras estaría estrechamente vinculado con el concepto de geometría, ya que la geometría es la que estudia las figuras de un determinado cuerpo. No obstante, hay cosas que la geometría pura y la ciencia natural no comparten todo el tiempo. 

Antes que la aritmética o la geometría tuvieran algo que ver con las ciencias naturales, mucho más tienen que ver el peso, la música y la astronomía. De hecho, estas tres ciencias tienen que ver tanto con las ciencias naturales como en la aritmética y en la geometría. 

Sin embargo, lo que tiene que ver mucho más con las ciencias físicas es la astronomía, además de también tener que ver con la geometría. Las premisas matemáticas se involucran en la observación astronómica, mientras que la óptica y la geometría son especialidades que ayudan a entender la naturaleza de los cuerpos de la astronomía.

La existencia de los números

Avicena afirma que los números tienen una existencia en los seres, debido a que de todos los seres se puede predicar una unidad. También se puede encontrar en los seres que no existen en la naturaleza, pues los números son naturalmente abstractos. 

Ahora, que existan en los seres no quiere decir que estén en la naturaleza de la física. De hecho, podemos ver que el número no existe en los accidentes y como no existe en ellos entonces no es parte de la física. 

El número no depende de nada. Es absolutamente abstracto y sin embargo, su abstracción es extraída a través de la materia, pero no depende de la materia. Los números son cosas estrictamente matemáticas y no físicas. 

Las magnitudes

La magnitud es común a todas las cosas que tienen materia, pero es distinta de ella. La magnitud está mucho más del lado de la forma que de la materia, y así cada ser tiene su propia forma. El ser humano no puede tener la misma forma que la madera, así como el agua no puede tener la misma forma que la piedra.

Avicena dice que el color es una cierta forma, al contrario de lo que decía Aristóteles quien postulaba que ''color'' podría parecer a la categoría de cualidad de los accidentes. Cuando el concepto de ''humanidad'' se viene a la cabeza inmediatamente imaginamos algo con forma humana, cuando nos dicen un color (blanco por ejemplo), es inevitable también imaginarse algo con color blanco y que además tenga forma (cualquiera que esta sea).

¿Puede concebirse la magnitud sólo en la materia? No. De hecho, cuando pensamos en materia es imposible no pensar en una magnitud sea grande o pequeña, pero esta magnitud se piensa a través de la forma.


Capítulo XIX: Las opiniones sobre la materia


Ya habíamos hablado de Antifón quien defendía la prominencia de la materia sin considerar la forma. Por supuesto, quien no considera la forma de las cosas no está considerando el fin de cada una de ellas. De hecho, nos sería imposible investigar la materia si no tuviéramos la forma que la envuelve, pues si no estuviera la forma, la materia sería un objeto bidimensional (e infinito) del cual jamás podríamos predicar nada (a excepción de que es sólo materia). En fin, sin forma es imposible empezar una investigación. 


Capítulo X: Las cuatro causas (de Aristóteles)

Repasemos las causas que Aristóteles definía en cada ser.

Causa material

Esta causa se refiere a lo que está hecha una cosa y por la que sigue siendo. Por ejemplo, el bronce de una estatua y la plata de una copa.

Causa formal

Se entiende como lo que un objeto es. En otras palabras, es la definición de un objeto. Por ejemplo, tal animal es un caballo. 

Causa eficiente

Se refiera a la verdadera fuente de cambio o de reposo de un objeto. Por ejemplo, la causa eficiente de un niño es el hombre, la causa de una mesa es el carpintero.

Causa final

Esta causa se refiere a la existencia de un objeto o para lo cual llegará a ser. Por ejemplo, la causa final de una mesa es para comer sobre ella.

Avicena nos dice que estas causas son inherentes a los seres, pues solamente con estas se debe su existencia. Veamos la forma en que Avicena ve las cuatro causas:


  • Causa eficiente: también llamada causa agente porque produce el movimiento para que el otro ser se mueva. También se dice de ese agente que puede hacer que las cosas pasen de potencia a acto. En este sentido, si para la causa eficiente se necesita movimiento, entonces la causa eficiente esencial de un ser es justamente la física ya que sin esta no se da el movimiento.
  • Causa material: la esencia de la causa material es lo compuesto. Sin embargo, ¿cómo es que la materia puede subsistir? Avicena nombra al menos tres formas en las que está puede hacerlo.
    1.-A través de la forma, ya que la materia necesita algo simple. Las cosas simples dan existencia a la materia.


    2.-A través de la materia misma, es decir, no puede ser llamada materia si no tiene materia en sí.
    3.-La materia puede existir y mantenerse en el tiempo a través de los accidentes (atributos).

    Si nos damos cuenta, una cosa es que la materia se da subsistencia por ser materia y las otras dos necesitara algo o posterior o anterior para subsistir (forma o accidente). Avicena está mucho más de acuerdo con que la materia es dependiente de la forma ya sea anteriormente (con la forma) o posteriormente (con los accidentes).
  • Causa formal: se dice muchas cosas sobre la forma; por ejemplo, que es lo que hace subsistir a la materia, que es el contorno de un objeto, que es una disposición y finalmente, también puede encontrarse tanto en el género como en la especie (desde que la forma es lo que da subsistencia a todo).
  • Causa final: se dice del fin de cada cosa sea un fin bueno o un fin aparente. Todo lo que ocurre esencialmente hacia un fin es bueno, mientras que lo que ocurre accidentalmente hacia un fin es aparente.

Esta es la opinión de Avicena frente a las causas aristotélicas que por supuesto, se basa en ellas para dejar un aporte a cada una. 

Capítulo XI: La interrelación de las causas

Avicena dice que el agente es una causa del fin ya que es el mismo agente el que hace que el fin exista. Sin embargo, también puede decirse que el fin es el creador del agente porque éste último se mueve por el fin. Tengamos un ejemplo: el ejercicio se hace por salud, la salud es el fin pero el ejercicio también ya que para tener salud necesitamos ejercicio. 

El agente y el fin no son seres próximos a la materia. Bien podría decirse que el agente es el que prepara la materia para luego dar existencia a través de la forma. En resumen, el agente crea la materia y la forma de un ser. Podríamos decir que los principios de una cosa subyacen en la materia y la forma sin ningún intermediario, y tampoco hay intermediario entre la materia y la forma.

Avicena nos dice que el agente, la esencia y el fin son tres cosas inseparables, o en otras palabras, son una sola cosa. Un ejemplo de esto podría ser el padre (agente), quien a través del semen (esencia) forma al hijo (fin) y a su vez el hijo es el fin del padre.


Capítulo XII: División de los estados causales

El primer estado de la causa que Avicena quiere analizar es el de la causa eficiente. Tengamos a un doctor que cura una herida, el doctor sería la causa eficiente, así como el fuego sería la causa eficiente del calentamiento. 

Causa eficiente accidental

Avicena dice que además hay una causa eficiente accidental que trata sobre aquel agente (porque la causa eficiente tiene que ver con el agente) que remueve algo de un ser a través de un contrario. Por ejemplo, cuando el agua (agente) enfría remueve el calor de una parte del cuerpo. 

El agente de esta causa puede actuar de manera voluntaria o natural dependiendo del fin que tenga. 

La materia próxima y lejana

La materia se entiende de muchos sentidos cuando hablamos de potencia, pues un niño es potencialmente hombre, así como un hombre ya es potencialmente un cadáver. Sin embargo, también tenemos materias potenciales que nos son más próximas y otras más esenciales; por ejemplo, el cuerpo es una materia próxima mientras que el semen es una materia lejana pues todo lo que es lejano podría considerarse como ''materia prima''. También podríamos entenderlo con otro ejemplo, para la cama la materia próxima es la madera, pero la sustancia de la madera es la materia lejana. 

La forma próxima y lejana

Avicena no cree tan estrictamente como Aristóteles que la forma no pertenezca a los accidentes. Por ejemplo, la dureza de la silla es una forma de la misma silla. De esto se desplegarían formas próximas y formas lejanas tal cual como hablamos de la materia. 

La cuadratura de un cuadrado representaría la forma próxima, mientras que la forma lejana se considera que son los ángulos de dicho cuadrado. 

Fines accidentales y esenciales

El fin esencial es ese que ocurre por un movimiento natural o voluntario, mientras que el fin accidental es el que ocurre por el movimiento de un agente.

A veces, los fines accidentales y esenciales se encuentran. Por ejemplo, cuando hace ejercicio con el fin de estar saludable, al mismo tiempo puede alcanzar el fin de estar bello; en este caso, el fin de ser bello sería un fin accidental, mientras que la salud sería el fin esencial. 

Capítulo XIII: La suerte y el azar

¿Cómo podríamos establecer la causa de la suerte y el azar? Tengamos un ejemplo: un hombre va al mercado a comprar y por suerte se encuentra monedas. ¿Cuál es la causa de esa suerte? podríamos decir en primera instancia que dirigirse al mercado fue la causa de que se encontrara las monedas, pero esto aún nos es desconocido. 

Muchos otros dicen que la suerte es algo que tiene una causa desconocida, o que es Dios quien la permite por medio de alabanzas que se le hacen. 

Demócrito

Demócrito y sus seguidores establecían las siguientes características del mundo:


  1. El principio del Universo son los átomos
  2. Los átomos son infinitos y están por todo el Universo. 
  3. Son en general similares, pero difieren un poco en la forma.
  4. Siempre se están moviendo en el vacío.
  5. Hay infinidad de mundos, así como hay infinidad de átomos.
  6. El azar está ordenado por los diferentes átomos. 

Recordemos que las teorías de Demócrito fueron desplazadas por las teorías de Aristóteles quien fue considerado autoridad intelectual de ese tiempo.

Empédocles

Para Empédocles las cosas eran diferentes pues él sí creía que el Universo fue creado por azar; de hecho, la generación nace por suerte. Sin embargo, esta generación posteriormente surge de los elementos naturales (agua, fuego, tierra y aire), por originalmente se dan por suerte. 

Sus seguidores decían que muchas de las cosas que se originan luego de que los elementos se desarrollen pasan por suerte. Por ejemplo, decían que el filo de un colmillo no tiene una causa, sino que se forma sólo por azar. En otras palabras, decían que los detalles de una cosa se originan por suerte. 

Aristóteles

Por otra parte, también tendríamos que hablar sobre lo que llega a ser y lo que no llega a ser. Los peripatéticos de los tiempos de Avicena dicen que la suerte y el azar son cosas que pasan raramente. Como seguidores de Aristóteles, los peripatéticos admitían la teoría de la causalidad de su maestro, y el azar era cuestión de un evento que raramente ocurría. 

Avicena

Para entender esto de mejor manera, Avicena comienza hablando sobre la frecuencia de una acción. Hay cosas que pasan siempre y otras que pasan en mayor parte. Por ejemplo, la mayor parte del tiempo el fuego quema una parte de la madera cuando esta entra en contacto. 

Las cosas que siempre pasan no tiene ningún obstáculo en su ''rutina'', mientras que las que ocurren la mayor parte del tiempo sí tienen oposición. Ninguna de estas frecuencias tiene que ver con la suerte, pues es entendido que lo que pasa por suerte no ocurre siempre, ni la mayor parte del tiempo.

Sin embargo, Avicena da un punto clave en cuanto al concepto de necesidad. Las cosas que son necesarias tienen causa directa, es decir, las causas son cosas necesarias. Si un evento, aunque este ocurriera de manera rara, ver las probabilidades y las causas de tal evento transformarían esa suerte en probabilidad, y por lo tanto en algo natural. Avicena pone el ejemplo de un sexto dedo, el cual es un evento muy raro, pero al ser parte de la naturaleza tiene explicación y probabilidad. Por lo tanto, podríamos decir que Avicena no relaciona la suerte con la frecuencia sino más bien con el tipo de evento. 

Por otro lado, Avicena también dice que la suerte o el azar no se produce por voluntad sino que por dos eventos que ocurren de igual manera; por ejemplo, que mientras estaba caminando tú estabas comiendo. Otro ejemplo sería el de un hombre que va al mercado y sin saberlo se encuentra con alguien a quien debía dinero; si el motivo de ir al mercado era sólo el de comprar, entonces que se encontrara con el deudor sería la suerte. Por lo tanto, la causa de la suerte sería a partir de acciones accidentales y voluntarias que ocurren dentro de un momento.

Finalmente Avicena trata de establecer una diferencia entre el azar y la suerte. La suerte está dentro del azar, pero el azar no está dentro de la suerte. La suerte es más bien algo fortuito que va en contra de los deseos o a favor de ellos según dependa el caso. El azar sería aún más complejo involucrando uno o más eventos. 

Capítulo XIV: El azar y la suerte bajo la mirada de otros pensadores

Refutación a Demócrito

Decíamos que Demócrito postulaba que el mundo se originó por azar. Para partir a analizar la visión de Demócrito debemos analizar si el azar ocurre por estas cosas a saber:


  • Naturalidad
  • Volición (voluntad)
  • Fuerza

Si fuera forzado, tendríamos que decir que hay cierta naturalidad y volición. Si para Demócrito fuera esto así, entonces habrían infinitas causas forzosas (porque los átomos según Demócrito son infinitos). Por otro lado, Demócrito dice que los átomos son sólidos, que se mueven en el vacío y que cada uno tiene un movimiento diferente. Si esto es así,  como cada uno tiene un movimiento y esto o se hace por naturaleza o se hace por volición, entonces no podríamos decir que el azar existe pues su movimiento yace en lo natural (lo que debería ser) o en la volición (voluntad del ser). 

Refutación a Empédocles

En el caso de Empédocles, éste decía que el azar sólo ocurre en los detalles. Sin embargo, pareciera ser que Empédocles confunde azar con necesidad. Por ejemplo, que un colmillo sea filoso es por azar (decían los seguidores), pero quizás sería bueno decir que como tiene la naturaleza de ser filoso, simplemente lo es.

Sus seguidores se preguntaban ¿cómo puede existir azar si la naturaleza no tiene voluntad? si la naturaleza tuviera voluntad, todo sería perfecto pues ella manipularía todos los estados indeseados (muerte, deformación, daño, etc.) ¿Se podría pasar del trigo al agua? ¿Acaso el agua entra en el cereal de manera casual? No, este es un evento que ocurre de manera natural, y por lo tanto, ocurre o siempre o la mayoría de las veces. 

Naturaleza y fin

De acuerdo con Avicena, todo tiene un fin en cuanto a que todo sea natural. La naturaleza no se mueve por una voluntad propiamente tal, pero sí podríamos decir que se mueve por un fin. ¿Será que la deformación también es un fin, es decir, que alguien tenga 6 dedos en vez de 5? Esto también es naturaleza y también tiene un fin, aunque sea parte de lo que no ocurre a menudo. 

Ahora podría preguntarse ¿por qué la naturaleza actúa por fines? aunque esta no parezca una pregunta apropiada pues es observable que todo tiene un fin. Por ejemplo, el fuego que quema las ropas de un hombre ¿será que fue sólo suerte o azar que las quemara? No, el fuego tiene la propiedad de quemar porque esa es naturaleza y fin. No podemos llamar suerte a un acción que es natural. 

Capítulo XV: Cómo responder a las preguntas del porqué

Para responder a las preguntas del porqué necesitamos siempre ir a la causa eficiente de todo. Por ejemplo, la pregunta ¿Por qué la madera se convirtió en cama? si respondemos esta pregunta a través de la materia y decimos ''porque la materia es susceptible de convertirse en cama'' no será una respuesta apropiada, pues se podría preguntar ¿y por qué no se convirtió en algo más? 

Por lo tanto, la respuestas a estas preguntas deben ser por lo esencial, o por la forma; por ejemplo, responder ''porque el hombre necesitaba dormir en un lugar cómodo'' a la pregunta ''¿Por qué necesitaba dormir cómodo? será tremendamente innecesaria pues todos buscan la comodidad como un bien.

Conclusión

Un libro que nos recuerda toda la obra aristotélica de Física donde se discutían temas como el movimiento, la causalidad o el azar. Nos queda una especie de crítica sobre todo en relación con lo que llamamos suerte, pues Avicena más que en lo que pase probabilísticamente,  se enfoca en las acciones en sí, es decir, si las acciones son azar o suerte. Vemos que no queda contento con ninguna explicación dada por los antiguos e incluso por los mismos peripatéticos que eran los alumnos de Aristóteles. Sin embargo, hay cosas que aún no pudo refutar como son la teoría de la materia y la forma, el accidente y la sustancia.