jueves, 10 de diciembre de 2020

Marsilio Ficino - Vida y obra (1433 - 1499)

 

Marsilio de Ficino

Fue un destacado intelectual, sacerdote y filósofo italiano en el mundo del renacimiento. Fue un astrólogo y un pensador que volvió a revivir el neoplatonismo, además de ser un protegido de los Médici, específicamente de Cosme de Medici. Su impresionante interés por la filosofía de Platón lo llevó a crear una academia platónica renacentista, claro, con la ayuda de los mecenas quienes insistieron en crear una escuela filosófica que promoviera la doctrina. Traductor, pensador, sacerdote, filósofo y mago, Marsilio Ficino nos entrega también una mitrada innovadora y distinta de la filosofía tradicional. 


Marsilio Ficino


VIDA PERSONAL

Nacido en Figline Valdarno el año 1433, Marsilio Ficino vivía bajo la tutela de los Médici, pues su padre, Diotifeci d'Agnolo, era amigo de Cósimo de Medici. Luego de la muerte de su padre, Marsilio fue aceptado a la tutela de Cósimo sin ningún problema. 

El primer profesor de filosofía de Ficino fue Niccolò Tignosi de Foligno, un médico aristotélico que escribió obras como De anima y De ideis. Bajo la influencia de estas enseñanzas, Ficino creó la Summa philosophiae, un conjunto de escritos en latín dedicados a Michele Mercati alrededor de 1454, donde aborda temas de física, lógica, Dios y otras cuestiones filosóficas. En la dedicatoria a su amigo, Ficino menciona que desea iniciarlo en estudios que deben ser relevantes para su época, siguiendo la regla de Platón.

Antes de cumplir los 25 años, Ficino atravesó una profunda crisis espiritual debido al contraste entre su inclinación por el neoplatonismo y las expectativas de su familia y el arzobispo de Florencia, que preferían que se orientara hacia temáticas más ortodoxas. Esto unido a su temperamento inquieto y personales tensiones religiosas marcaron un momento difícil en su vida.

Durante su estancia en Florencia, los Cósimo y su círculo de intelectuales habían conocido al neoplatonista Pletón, cuyos discursos atraían a todos aquellos que vivían en Florencia. Tanto fue así que a Ficino lo llamaron el ''segundo Platón''. Fue en esa época en que Marsilio se hizo pupilo de Juan Argirópuloen el año 1459.

Ficino estudió a Epicuro y Lucrecio y, hacia 1457, escribió el Commentariola in Lucretium, que destruiría en 1492. También escribió obras como De voluptate ad Antonium Calisianum, De virtutibus moralibus, y De quattuor sectis philosophorum, donde aborda cuestiones morales y del alma, explorando las opiniones platónicas, aristotélicas, epicúreas y estoicas, además de realizar ejercicios mnemotécnicos sin pretensiones sistemáticas. 

En 1456, Ficino escribió varios libros titulados Institutionum ad platonicam disciplinam, que se han perdido y que fueron tomados de fuentes latinas; sin embargo, sentía la necesidad de "beber" de la fuente griega directa. Su interés por el platonismo fue tal que llevó al arzobispo florentino Antonino Pierozzi a recomendarle que estudiara medicina en Bolonia y las obras de Tomás de Aquino para evitar posibles desviaciones heréticas. Aunque hay menciones de su estancia en Bolonia entre 1457 y 1458 por Zanobi Acciaiuoli, no está documentada, y Ficino continuó con su interés constante en la filosofía platónica y neoplatónica.

Cuando Cósimo quiso refundar la Academia de Platón que había sido destruida los primeros siglos antes de Cristo, puso inmediatamente a Ficino como su cabeza. De hecho, para ese tiempo, Ficino ya era preceptor de Lorenzo el Magnífico. En el año 1462, Cósimo consiguió manuscritos griegos a Ficino para que éste los pudiera traducir, además de otros encargos a otras lenguas como traductor. En verdad, Ficino sería el gran encargado de llevar la transición de la recuperación de la filosofía platonista en el renacimiento, Florencia sería el lugar ideal.  

En el año 1473, a pesar de tener estudios como médico, Marsilio Ficino se vuelve sacerdote, cuyas características le parecieron iguales a la del filósofo, ser filósofo y ser sacerdote, para Ficino era lo mismo. Esto, porque para Ficino la religión no puede estar fundada en supuestos sencillos, pues para derrotar la incredulidad y el ateísmo se requería de una religión docta que sintetizara filosofía platónica y el mensaje evangélico.  Recibió luego dos comunidades a modo de prebendas por parte de Lorenzo de Médici y fue nombrado canónigo de la catedral de Florencia. A pesar de su ordenación, Ficino siempre tuvo una relación conflictiva con la filosofía y teología escolásticas tradicionales. 

En 1484, Ficino escribe la obra De Amore  y aunque "De amore" se centra principalmente en el amor platónico y su interpretación del diálogo "El Banquete" de Platón, Ficino también explora conceptos que más tarde se asociarían con la magia. Por ejemplo, discute la idea de que el amor es una fuerza cósmica que une el alma humana con el alma del mundo, una creencia que se alinea con las prácticas mágicas de atraer influencias celestiales para afectar el mundo terrenal.

Algunos años más tarde, su obra ''De Vita'' será la que amplíe el concepto de magia donde Ficino sugiere que la armonía cósmica y la astrología pueden influir en la vitalidad y la longevidad, recomendando prácticas que en la actualidad se considerarían mágicas, como el uso de talismanes y piedras preciosas para canalizar energías astrológicas.

Problemas con la iglesia

La Iglesia criticó ciertos aspectos de la filosofía neoplatónica de Ficino por considerarlos incompatibles con la doctrina cristiana ortodoxa. En particular, la idea de una sabiduría antigua y universal que se encontraba en Platón y otros filósofos paganos fue vista con escepticismo por algunos sectores eclesiásticos. Ficino intentó reconciliar el pensamiento platónico con el cristianismo, pero sus intentos no siempre fueron bien recibidos. En todo caso, Ficino siempre fue bien protegido por Lorenzo el Magnífico, aunque de todas maneras se guardó varias obras que compartiría con Giovanni Pico della Mirandola, por el justo temor que consiguieran condenarlo. De todas maneras, Ficino destruyó algunas de sus obras para evitar problemas serios. 

La preocupación por las influencias paganas en el pensamiento de Ficino era notable. A pesar de sus esfuerzos por integrar el platonismo en una visión cristiana, los críticos veían la veneración de los filósofos paganos y los textos no cristianos como un riesgo para la ortodoxia.

La Academia

En el año 1460, Ficino tradujo obras de Alcínoo, Espeusipo, versos atribuidos a Pitágoras, y el Axioco atribuido a Jenócrates. Tras traducir los himnos de Orfeo, Homero, Proclo y la Teogonía de Hesíodo, Cosme de' Medici le regaló un códice platónico y una villa en Careggi, donde en 1462 fundó la Academia platónica para estudiar y difundir las obras de Platón.

El proyecto de la Academia en Florencia comenzó a tomar forma con Cosme de Medici, inspirado tras conocer a Gemisto Pletón durante el Concilio de la unión de las dos Iglesias en 1439. Pletón, crítico de ambas iglesias y defensor de un sistema político-religioso alternativo basado en un platonismo heterodoxo, influyó en Cosme, quien soñó con un Estado platónico en Florencia. Aunque inicialmente el pensamiento platónico perdió protagonismo frente al aristotelismo, Cosme, en sus últimos años, comenzó a apoyar el interés por Platón a través de figuras como Marsilio Ficino. Ficino, respaldado por Cosme y posteriormente por Lorenzo de Medici, consolidó la Academia en la villa de Careggi, asociando el auge del neoplatonismo con el esplendor cultural del período laurenciano y la renovación humanista de Florencia.

En abril de 1463, comenzó la traducción de los Libros herméticos (Corpus hermeticum), los cuales influirían en el pensamiento renacentista europeo. Ficino veía en esta antigua sabiduría una revelación divina que se integró en el cristianismo, y consideraba a Hermes Trismegisto como el primer teólogo, seguido por Orfeo, Pitágoras, y Platón, quienes compartían una tradición teológica consistente. Esta "filosofía piadosa", opuesta a las corrientes ateas y materialistas, buscaba elevar el alma hacia el entendimiento divino y compartir esa iluminación con la humanidad. Su traducción latina del Corpus hermeticum se imprimió en 1471, y continuó traduciendo y comentando los diálogos platónicos, completando algunos trabajos clave entre 1474 y 1494.

Luego de la muerte de Cosme, Piero y Lorenzo siguieron apoyando el trabajo intelectual de Marsilio. 

Entre los principales exponentes de la Academia Neoplatónica estaban, además de Ficino, Pico della Mirandola, Poliziano, Nicolás de Cusa, Leon Battista Alberti, Bartolomeo Scala y Cristoforo Landino, así como miembros de la familia Medici, como Giuliano de' Medici y Lorenzo el Magnífico. Inicialmente se reunían en Villa le Fontanelle, y cuando el número de estudiantes creció, la academia se trasladó a la cercana Villa Medicea de Careggi, en los alrededores de Florencia, hoy parte del Hospital de Careggi, y en la loggia anexa.

Tras la muerte del Magnífico (1492), la Academia se trasladó a la villa de Bernardo Rucellai, en los Orti Oricellai. En esta "segunda generación" participaron Niccolò Machiavelli, el Trissino, Jacopo da Diacceto, Luigi Alamanni y muchos otros. Durante este período, la Academia se destacó por sus posiciones favorables a la República y, por ende, anti-mediceas, lo que trajo varios problemas a los académicos. La Academia Neoplatónica fue disuelta en 1523, como consecuencia de la conspiración contra el cardenal Giulio de' Medici orquestada por algunos de sus miembros.

Según Ficino, existía una tradición filosófica antiquísima, un sustrato de sabiduría común a todas las épocas y lugares, que se extendía sin interrupción desde Pitágoras y el orfismo, pasando por Sócrates, Platón y Aristóteles, hasta llegar al neoplatonismo. Las ideas de Ficino, que tuvieron una influencia extraordinaria en la cultura de su tiempo, también fueron retomadas posteriormente, especialmente por aquellos filósofos con fuertes intereses religiosos, y tuvieron una notable difusión incluso fuera de las escuelas o academias.

El hombre, como ya se había teorizado durante el humanismo de la primera mitad del siglo, era visto como la "copula mundi", es decir, una armoniosa interacción entre alma y cuerpo en la que cada uno es dueño de su propio destino. Los académicos consideraban que la máxima aspiración humana era la felicidad, pero no la veían como un resultado natural de la acción, y en particular de la política, sino más bien de la especulación filosófica. Gracias a esta práctica, los espíritus más nobles y elegidos pueden experimentar la felicidad y alcanzar el conocimiento del verdadero después de la muerte.

Según los neoplatónicos, el mundo estaba organizado en esferas concéntricas, cuyos extremos eran el Iperuranio, entendido como el mundo divino, y la materia, entendida como el mundo animal. El hombre era el único ser en la naturaleza dotado de razón, que le permite elegir conscientemente si elevarse hacia el mundo divino, descender hacia el mundo animal o mantener una distancia equilibrada. Esta elección se realiza a través de la mediación fundamental del amor y la belleza. Ficino escribía que «Amor es deseo de belleza» y es el amor, en sus diversas formas de bestial, humano o divino, el que guía al hombre en su camino de ascenso hacia Dios, considerado la fuente de la belleza verdadera y perfecta.

Un aspecto fundamental en la historia del pensamiento fue el vínculo que el neoplatonismo renacentista, particularmente en Florencia, estableció entre la filosofía clásica y el cristianismo. Una de las obras más importantes en este sentido es la Theologia Platonica, también de Ficino, en la que se realizó el mejor intento hasta entonces de revalorar el pensamiento clásico desde una perspectiva religiosa cristiana.

Con el tiempo, el carácter elitista de la Academia desarrolló corrientes herméticas, mágicas y esotéricas, sin embargo, sin perder su estructura lógica fundamental, basada en el método crítico de la teología negativa.

Muerte

Ficino dejó inconcluso un Comentario sobre San Pablo antes de su muerte a los sesenta y seis años en 1499. Está enterrado en la catedral de Santa María del Fiore, donde un monumento lo honra como el mayor filósofo florentino.

Tras la muerte de Ficino en 1499, el grupo, que anteriormente se reunía en Careggi, continuó sus encuentros en los Orti Oricellari (los jardines del Palazzo Rucellai), gracias al patrocinio de Bernardo Rucellai.

El momento de la disolución del grupo es algo discutido. Algunas fuentes sugieren que el grupo se disolvió en 1522, después del complot para asesinar a Giulio de' Medici. Sin embargo, otras fuentes proponen una disolución más temprana, entre 1492 y 1494, lo que implicaría que las reuniones en los Orti Oricellari no estaban directamente relacionadas con las actividades originales del grupo. A pesar de estas discrepancias, se observa que muchas de las mismas personas continuaron participando en las reuniones de los Orti Oricellari.



OBRAS Y PENSAMIENTO

Arte

Su contribución al arte la podemos ver en la obra de Sandro Boticelli en su pintura: El Nacimiento de Venus. La interpretación de la obra está estrechamente ligada a la Academia Platónica Florentina (ese círculo respaldado por la familia Medici) que influyó en la filosofía, la literatura y las artes. En esta obra, se refleja la visión neoplatónica de Marsilio Ficino sobre el amor, que divide a Venus en dos aspectos complementarios: Venus celeste, que representa el amor espiritual, y Venus terrenal, que simboliza el amor material. Esta dualidad se inspira en El banquete de Platón.

La figura de Ficino también fue representada en el arte. Por ejemplo, se cree que su retrato aparece en el fresco de Benozzo Gozzoli en la Capilla de los Reyes Magos, donde se le muestra en un contexto que celebra la cultura y el pensamiento florentino. Esta representación subraya su estatus como figura central en la vida cultural de la época. Se cree que la figura de Marsilio Ficino aparece en la segunda fila, vistiendo un traje rojo y un tocado azul-gris, mirando hacia abajo. Si esta identificación es correcta, sería probablemente el homenaje más antiguo a Ficino, ya que la capilla fue pintada al fresco cuando el humanista tenía poco menos de treinta años

Astrología

En el año 1474, Ficino había completado su obra sobre la inmortalidad del alma, que en verdad era un tratado de teología platónica, un trabajo de 18 libros aproximadamente. En su entusiasmo sobre las ciencias antiguas, Ficino también descubrió la astrología la que le provocó un profundo interés, y, en efecto, lo llevó también a tener problemas con la Iglesia Católica. De hecho en el año 1489 es acusado de herejía por el papa Inocencio VIII. 

En el año 1492 Ficino escribiría:

''Este siglo, como en la Edad de oro, ha restaurado la luz a las artes liberales las cuales estaban casi extintas: la gramática, la poesía, la retórica, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música... Este siglo parece haber perfeccionado la astrología''

Ficino estaba convencido que los astros jugaban un rol muy importante en la conducta del hombre. Por lo tanto, su filosofía comprendía desde la astrología hasta el neoplatonismo, el cual se juntaba para formar referirse finalmente a una misma cosa. Su amigo, Giovanni Pico della Mirándola no estaría de acuerdo con esta posición. 

Platonismo

La Teología Platónica es una obra de dieciocho libros escrita por Marsilio Ficino. Ficino la elaboró entre 1469 y 1474, y fue publicada en 1482. Se considera una de las obras maestras de la filosofía de Ficino.

La obra se centra en presentar un argumento racional para la inmortalidad del alma humana. Ficino sitúa al alma en una posición intermedia entre Dios y los seres angélicos por un lado, y las cualidades y los cuerpos por el otro. Consideraba que el platonismo era compatible con el cristianismo, a diferencia del aristotelismo, que había predominado filosóficamente desde el siglo XIII.

La obra de Ficino también buscaba competir con la antigua Teología Platónica de Proclo, que estaba disponible para los eruditos occidentales gracias a las traducciones del dominico flamenco Guillermo de Moerbeke en el siglo XIII. Ficino veía a Proclo como un platonista no cristiano, derivado de la teología platónica de Dionisio el Areopagita. Ficino pretendía ofrecer una filosofía platonista similar, pero que confirmara la creencia cristiana.

Amor platónico

Notablemente, Ficino acuñó el término ''amor platónico'' el cual aparece en su carta a Alamanno Donnati en 1476. Sin embargo, se volvió aún más popular el término en las cartas que enviaba a Giovanni Cavalcanti. Éste último vivió durante muchos años con Ficino en su villa, y Marsilio dedicó su ensayo De amore (1484) a Cavalcanti, quien le había instado a componerlo. Ficino dirigió muchas cartas a su Giovanni amico mio perfettisimo ("Giovanni, mi amigo más perfecto"). Pero Ficino añade: este amor es espiritual, no de algo en específico, sino que más bien abraza un amor por la totalidad de las cosas. 

En consecuencia, Ficino une el concepto de amor de Platón con el amor cristiano que en realidad es el verdadero amor. Lo que realmente se ama no son los cuerpos, sino que a Dios que está en todos nuestros cuerpos. 

Magia

Curiosamente, Marsilio Ficino fue atraído por el concepto de magia. Para Ficino existían dos tipos de magia:

Magia natural: la culminación de la filosofía de la naturaleza. Por ejemplo, el modo en que el agricultor cosecha guiándose por los astros o como el doctor trata de buscar el modo de fortalecer nuestra naturaleza.

Por otro lado, Ficino nos dice que la magia también está en los objetos naturales como las piedras o las plantas, pues estas también tienen un efecto sanador

Magia demoníaca: la ayuda que recibe el hombre de parte de los demonios. 

Por lo tanto, para Ficino existiría una interrelación entre lo divino y lo terrenal que es llevada por los ''espíritus'' o demonios. Es así que esto también se vincula con el concepto de astrología. Por lo tanto, Ficino insiste en conexión entre lo terrenal y lo espiritual.

Por cierto que nada esto lo veía como contrario al cristianismo, en efecto, Jesús también había sido un sanador.

Teología

Uno de los que se vio muy influenciado por las teorías de Ficino fue Giordano Bruno. Bruno expande las ideas de Marsilio Ficino, quien, al igual que San Agustín, distingue tres niveles de existencia: el material, el divino y el espiritual. Según esta visión, el espíritu sirve como puente entre el alma y el cuerpo. En el ámbito del espíritu, se generan ideas y percepciones que configuran la sensibilidad del individuo. El alma interactúa con el mundo material a través de imágenes creadas por el espíritu, mientras que el cuerpo se conecta con la inteligencia a través de fantasías reflejadas. 

Bruno, al igual que Ficino, considera que el espíritu no es exclusivo de los humanos, sino una entidad autónoma, un universo en sí mismo. En la teología de Ficino, se diferencia entre "imaginación", que da forma a nuestras percepciones, y "fantasía", que evalúa esas percepciones. La fantasía se enfoca en lo particular, transformando lo universal en específico, mientras que el intelecto abarca lo universal. La habilidad del mago para influir en el mundo radica en su comprensión de la conexión entre todas las cosas, utilizando el lenguaje corporal y los sentidos para canalizar percepciones a través de la imaginación y la fantasía, y elevarse hacia el intelecto.

Prisca Teología y filosofía perenne

En el siglo IV, el obispo neoplatónico Agustín de Hipona sostenía que el cristianismo era la revelación explícita de los antiguos misterios, celebrados desde los inicios de la humanidad. Según Agustín, la religión cristiana ya existía en forma implícita antes de la llegada de Cristo.

El término "prisca theologia" (teología antigua) aparece explícitamente por primera vez en los escritos de Marsilio Ficino en el siglo XV. Ficino y Pico della Mirandola centraron sus esfuerzos en la reforma de la Iglesia católica mediante la búsqueda de esta antigua teología, que consideraban reflejada en diversas disciplinas esotéricas a lo largo de los siglos: neoplatonismo, hermetismo, pitagorismo, qabbalah hebrea, Oráculos caldaicos, y otras tradiciones sapienciales, todas vinculadas a la figura de Zoroastro a través de la traditio simbolizada por la adoración de los Magos a Jesús (Mt.2, 10-11).

Para Ficino, todas estas formas de religiosidad compartían el propósito de elevar el alma más allá de los engaños sensoriales y la superstición hacia el espíritu. Por lo tanto, existía una sola "prisca theologia" que, como depositaria de verdades eternas y trascendentes, era válida en todas las épocas. Contraria a los movimientos ateos y materialistas, así como a la credulidad y la ignorancia de la sociedad cristiana de su tiempo, Ficino la llamaba también «pia filosofía» para subrayar la conexión entre religión y filosofía.

El concepto de prisca theologia es también afín al de filosofía perenne, por lo que a veces se utilizan de manera casi intercambiable. Sin embargo, una de las diferencias más marcadas es que la prisca theologia se entiende como existente en forma pura solo en épocas muy antiguas, habiendo sufrido un proceso de declinación y dilución a lo largo de los tiempos modernos y las diversas disciplinas en las que ha pasado. Ficino y Pico consideraban que las formas y fenómenos religiosos más antiguos eran más puros, al estar más cerca de la forma religiosa original dada por Dios, mientras que las formas y fenómenos más modernos eran menos puros debido a los accidentes de la historia. Por otro lado, la teoría de la filosofía perenne no hace esta distinción, sino que afirma que la "verdadera religión" se manifiesta periódicamente en diferentes lugares, tiempos y formas.


Conclusión

Ficino muere en el año 1499 dejando un fuerte legado platónico que seguirán sus discípulos como Giovanni Pico della Mirandola, quien continuaría la misma filosofía platónica, además de dar continuidad también a la astrología y al concepto de magia. Esto le valió a Ficino ser condenado por la Iglesia Católica, pero de todos modos sería considerado en la historia de la filosofía como un gran neoplatónico. 

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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Erasmo de Róterdam - Sobre el libre albedrío (1524)

 


El concepto de Libre albedrío ha sido postulado desde San Agustín de Hipona como un término innegable e irrefutable. Es así que Erasmo de Róterdam reivindica el texto del santo de Hipona en contra de las pretensiones del texto de Martín Lutero, el cual niega que exista un libre albedrío. En verdad el tema de la libertad es apasionante para los pensadores, y mucho más para aquellos que lo afirman desde la fe cristiana. Este será el último texto que analizaremos de Erasmo de Róterdam.

Referencias:

(1) Para ver la refutación siga esta entrada


Vocabulario:

(1) Preciencia: tener la ciencia o conocimiento de un hecho o cosa.


El Libre Albedrío

Prefacio

En las primeras líneas del texto, Erasmo de Róterdam quiere calmar los ánimos con respecto a la disputa reciente entre él y Martín Lutero. Se dice que Martín Lutero es aún más grande que el propio Erasmo, pero nuestro filósofo no quiere refutarlo en cuanto a su persona o a su obra en general, sino más bien refutar a una materia específica: el libre albedrío. El mismo Erasmo hacía la comparación entre una mosca con un elefante. 

Lo dicho por Martín Lutero pertenece a su obra ''En defensa de todos los artículos de Martín Lutero, equivocadamente condenados en la bula papal (1521)'', donde se discute un artículo que hablaba sobre el libre albedrío. 

Erasmo aclara también que nunca juró lealtad a Lutero, pero tampoco le tiene total aversión, de hecho, hasta siente simpatía por su contendor. 

Por lo demás, el tema del libre albedrío es otro de aquellos temas difíciles de resolver y de los cuales solo se han dado interpretaciones. Ejemplo de estos son el misterio de la Trinidad o la Virgen como madre de Dios. Pero ¿qué se ha logrado con estas discusiones? ciertamente en ellas existe una verdad, pero no tienen una concreción en la realidad. 

En este punto, Erasmo cita el siguiente versículo de Pablo:

''¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!''

(Romanos 11:33)

Erasmo nos dice que muchas de las cosas que no sabemos nos están reservadas para cuando contemplemos la gloria del Señor con toda claridad. 

El filósofo señala que hay discusiones que son intelectuales, y que esas pertenecen a los entendidos, y otras que son del vulgo, pero que no deben ser mostradas a ellos para no causar conmoción. Es lícito decir la verdad, pero no conviene la verdad a cualquiera ni en cualquier momento ni de cualquier modo. En este sentido, Erasmo pone el ejemplo de las enfermedades; existen enfermedades que es mejor padecer que extirpar; por ejemplo, en cuanto a la lepra y su solución que, de acuerdo a una creencia popular, se quita por la sangre de niños degollados. 

Para esto, Erasmo da otro ejemplo. Wycliff decía que el libre albedrío no existía y que todo sucede por necesidad. Luego, Lutero divulga esta idea al mundo.

Decía Lutero:

''Todo cuanto hacemos, lo hacemos no por libre albedrío, sino por mera necesidad''

¿Es esta acción necesaria? Ninguna, de hecho, es absolutamente pernicioso, pues la mente mortal es estúpida y carnal, e interpretan todo con blasfemia.

De este modo, Erasmo nos dice que si un hombre ya se encuentra en el camino de la piedad, es mejor que siga encaminándose en él olvidándose de aquellas cosas que quedaron atrás. Por otro lado, tanto la confesión como la satisfacción, que son cosas que, de acuerdo con Lutero, no están en las Sagradas Escrituras (Erasmo no está de acuerdo con esto) no sería prudente hacerlas saber al vulgo, pues si se ponen en duda, los criminales no tendrían instituciones que al menos frenaran sus acciones; en otras palabras, tanto la confesión como la satisfacción los cohíben de hacer aquellas cosas. Ahora bien, si en un sínodo o concilio se ha llegado a una resolución incorrecta, no sería bueno hacerlo público porque se daría ocasión de menoscabar a los santos Padres. 

Hay que reconocer el dictamen de Dios por buena o mala que sea la situación, pues Dios es absolutamente justo, aunque pensemos que nuestras situaciones son injustas. 



Primera parte: Estado de la cuestión

En primer lugar, lo primero que dice Erasmo es que Lutero no acepta ninguna autoridad ni ningún escritor excepto las escrituras canónicas, lo que en realidad, de acuerdo con Erasmo, viene muy bien porque lo considera como un ''recorte'' en la tarea de refutar el libre albedrío. 

Sin embargo, de todos modos Erasmo nos dice que tengamos presentes a los grandes autores que han hablado sobre le libre albedrío. 

Por ejemplo:

  • Orígenes
  • Basilio
  • Crisóstomo
  • Cirilo
  • Juan Damasceno
  • Teofilacto
  • Tertuliano
  • Cipriano
  • Harnobio
  • Hilario
  • Ambrosio
  • Jerónimo
  • Agustín
  • Santo Tomás de Aquino
  • Juan Duns Escoto
  • Durando 
  • Capreolo
  • Gabriel
  • Egidio

Todos estos hombres han reafirmado la realidad del libre albedrío poniendo distintas posiciones y características. Sin embargo, concuerdan en que es una realidad.

Mani y Wycliff

Recordemos que Mani es el creador de la secta de los ''maniqueos'' (de ahí su nombre) y este autor no creía en el libre albedrío. En efecto, Mani decía que el bien se debe a Dios y el mal al Diablo, por lo que el hombre no tendría libre albedrío sino que las obras son de Dios. Erasmo nos dice que esta teoría ya fue refutada por San Agustín de Hipona(1).

Wycliff por su parte nos dice que las obras dependen a una necesidad porque son proyectadas al futuro. Sin embargo, ¿para qué sirven entonces los rezos y las oraciones?

Ahora bien, Erasmo de Róterdam no pretende que el libre albedrío se establezca por mayoría, sino que más bien por los mejores argumentos. 

Se dice que las Sagradas Escrituras son muy claras en sus respectos y que por lo tanto no necesitan interpretación, pero ¿cómo es entonces que muchos hombres no están claros sobre las Sagradas Escrituras? Pareciera ser entonces que las Sagrada Escrituras no son muy claras y por lo tanto, requieren de interpretación. Es por esto que al interpretar, muchos hombres creen tener la verdad y se la imponen a otros como verdaderos profetas. 

Por esto, no es probable que la interpretación de las Sagradas Escrituras, hayan sido dadas a cualquiera, sino que a solamente a algunas almas ordenadas que el Espíritu Santo ha designado.

Pablo decía:

''¿Acaso buscáis una prueba de que Cristo vive en mi?''

(2 Corintios 13:3)

A los santos no se les creyó hasta que produjeron milagros junto con la doctrina. En estos tiempos, de acuerdo a Erasmo, todos se creen poseedores del Espíritu Santo. Todos los santos fueron creídos por sus obras y no por plantear paradojas como lo hacen aquellos que atacan el Libre Albedrío que no son capaces de curar a un caballo cojo. 

Cuando a estos se les pide la verdadera interpretación de las escrituras contestan: por medio del Espíritu Santo. ¿Cómo comprobar que tienen al Espíritu Santo? ellos dicen que por medio de la fe, no por sus obras. Si es les piden milagros, esto dicen que los milagros cesaron hace tiempo y en consecuencia no son necesarios con la claridad de las Escrituras. Sin embargo, estos dicen también que muchos varones intelectuales encuentran oscuras dichas escrituras. 

Finalmente, ¿cómo se podrá saber que una persona tiene el Espíritu Santo y que luego llegue otra diciendo que también lo tiene? ¿a quién podremos creer si el Espíritu Santo podría hacer errar a cualquiera?

Sin embargo, parece muy difícil que el Espíritu Santo no haya enviado una señal si el libre albedrío fuera un error grave en la cristiandad. 


Segunda parte: a favor del libre albedrío

De acuerdo con Erasmo de Róterdam el libre albedrío se ve claramente en las Sagradas Escrituras. Es por eso que se propone empezar desde el Antiguo al Nuevo Testamento para analizar el concepto del libre albedrío. 

Antiguo Testamento

En el texto Eclesiásticos podemos ver uno de los primeros ejemplos de libre albedrío. 

''En el principio Dios hizo al hombre y lo dejó en manos de su propia decisión''

(Eclesiásticos 15:14)


Es en este sentido, podemos ver que el primer hombre, Adán, fue hecho con voluntad para discernir entre el mal y el bien. Su voluntad era recta y libre, así como también la de los ángeles que optaron por retirarse con lucifer. 

Sin embargo, podemos ver que esta voluntad se vio corrompida por su excesivo amor a su esposa, así como también Eva que se vio seducida por el planteamiento de la serpiente. Luego de todos estos sucesos, ambos volvieron al camino correcto, libre con el señor. 

Esta fuerza del alma, ya provenga de la inteligencia o de la razón, es oscurecida por el pecado cuando el hombre hace el mal, pero no vencida. 

Erasmo nos dice que con el pecado no somos libres, pero cuando tenemos la gracia sí somos libres. Por lo tanto, la gracia mitiga el pecado hasta hacerlo desaparecer, pero hay algunos que aún con esto, no tienen la gracia. Pero si bien no tienen la gracia, estos tienen la voluntad para volver a ser libres. En efecto, el hombre tiene una lux nativa que lo guía y lo endereza por el camino.

''Haz que la luz de tu rostro resplandezca sobre nosotros''

(Salmo 4:6)

En este sentido, aparecen tres leyes según Erasmo

Ley de la naturaleza: en la mente de todos. En efecto, tanto los escitas como los griegos tenían principios muy similares a los de los evangelios; por ejemplo, no hacer lo que no quieres que te hagan. Los filósofos que sin la luz de la fe, sin el instrumento de las Sagradas Escrituras, conocieron la virtud de la vida sempiterna y la divinidad de Dios. Sin embargo, esto no era suficiente para conseguir la salvación, es decir, necesitaron de la Gracia para ser salvos. 

Ley de las obras: la que ordena el castigo y el perdón

Ley de la fe: enseña que hasta las cosas aún más imposibles se pueden realizar. 

Si la voluntad no hubiese sido libre, entonces el pecado deja de ser pecado, pues si yo hice algo con una intención pura, entonces no he pecado. 

El pasaje del Eclesiástico no solo sirve de ejemplo para comprender el libre albedrío de Adán, sino que también el del resto de los hombres. Sin embargo, el pecado ha sido más poderoso que la mantención del bien, pues el hombre en su libre albedrío está más inclinado al mal. 

Por otro lado, hombres como Pelagio decían que no hacía falta que el hombre que cometiera pecado se bautizara nuevamente después de obtenida la gracia de la sanación, pues su mismo libre albedrío lo llevaría a conducirse nuevamente por el bien. De alguna manera, Erasmo entiende que cuando se hace el bien es cuando se usa el libre albedrío. En efecto, esto también lo sostiene San Agustín de Hipona 

El libre albedrío fue dado para vivir rectamente, no para pecar. ¿Pero cómo? ¿Acaso no es debido a la libertad del libre albedrío que podemos pecar? No, el libre albedrío no fue hecho para que el hombre pueda pecar; fue dado para hacer el bien porque de otro modo ¿cómo podría castigarse a un hombre por pecar si el libre albedrío le da esa capacidad? por lo tanto, el libre albedrío se ha hecho para hacer el bien. 

Cuando un hombre peca Dios le dice: 

''¿Por qué no usaste del libre albedrío para hacer el bien?''

Por otro lado, sin el libre albedrío ¿cómo sería el hombre capaz de obrar bien? Sin el libre albedrío no habría obra buena ni mala en el mundo, pues la voluntad es lo que hace el bien y el mal. 

Por otro lado, Juan Duns Escoto nos hablaba sobre la importancia del libre albedrío incluso antes de bautizarse, o recibir la gracia. De acuerdo con el filósofo, el hombre es capaz de realizar buenas obras a voluntad, incluso cuando no tiene la gracia.

A este respecto, entonces existen cuatro tipos de gracia, por las cuales el hombre hace una buena obra:

  1. Gracia dada por naturaleza: también llamada ''influjo natural''. Por un lado hay quienes dicen que esta si bien es una gracia, no da la vida eterna. Por el otro, hay quienes dicen que Dios en su infinita misericordia, sí la otorga pues es una preparación para la gracia divina.
  2. Gracia particular: también llamada gracia operante, dada por Dios a aquel pecador arrepentido para que tenga la disposición a enmendar su pecado.
  3. Gracia cooperante: aquella gracia que hace efectiva la voluntad de aquel pecador para que se sane.

En este sentido, vemos que la gracia que se supone se algo dado por Dios, es en verdad algo que depende también de nuestra voluntad. Sin embargo, hay quienes dicen que la gracia guía el camino del hombre y por lo tanto, no existiría el libre albedrío de ninguna manera. 

Luego de esto, Erasmo menciona una serie de versículos que establecen sin duda el libre albedrío

¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él
(Génesis 4:6)

''Puse ante tu rostro el camino de la vida y el camino de la muerte. Elige lo que es bueno y avanza por él''
(Deuteronomio 30:19)

''Si queréis preguntar, preguntad: convertíos y venid''
(Isaías 21:12)

''Este mandamiento que yo te prescribo no está por encima de ti ni está lejos del cielo...''
(Deuteronomio 30:11-14)

''No quiero la muerte del pecador, convertíos y volved''

(Ezequiel 33:11)

Con respecto a este pasaje, Erasmo se pregunta "¿Deplora acaso el justo Señor la muerte de su pueblo, muerte de la cual él mismo es el autor?" Dios no quiere la muerte (pecado), pero si el hombre muere de todos modos, entonces se entiende que esto estaba en nuestra voluntad. Esta oración no tendría sentido si el hombre estuviera forzado por hacer lo bueno o lo malo. 

La necesidad luterana haría inútil todas las promesas, amenazas, demandas, reprensiones, súplicas, bendiciones y maldiciones, tantísimos mandamientos forzosamente quedarán invalidados si nadie tiene la capacidad de guardar lo que se mandó.

Por supuesto, Erasmo nombra otros versículos que indican la libertad que se le da al hombre para elegir su propio destino. 

Nuevo Testamento

Erasmo nuevamente comienza con un versículo de la biblia para respaldar el libre albedrío, esta vez en el Nuevo Testamento.

¡Jerusalén, Jerusalén! que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados. Cuantas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas y no quisiste

(Mateo 23:37)

Erasmo nos dice con esto que el mismo Jesús dice: ''y no quisiste'' es decir, la voluntad de Jerusalén no era en absoluto forzada ni producto de un sino, sino que fue su propia elección ser así.

Existen otros en donde se expresa la voluntad de los hombres:

''Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos''
(Mateo 19:17)

''Si me amáis, cumplid mis mandamientos''
(Mateo 5:22)

''Si permanecéis en mí, mis palabras también permanecerán en vosotros''
(Mateo 19:21)

En efecto, la conjunción ''si'' es inútil si aquí no se hablara de voluntad. Dicha conjunción representa en sí misma una opción entre dos cosas. 

Por otro lado, no solo se expresa en la biblia que los hombres tienen voluntad, sino que también se les exhorta a realizar el bien, en efecto, si no tuvieran voluntad sería inútil exhortarlos a alguna cosa. 

''Venid a mi los que están agobiados''
(Marcos 8:15)

En todo caso, se debe añadir que no solo las exhortaciones serían inútiles sino que también serían inútiles los sermones. 

''Por sus frutos los conoceréis''
(Mateo 23:33)

Por necesidad, y entiéndase necesidad por aquello que es imposible hacer de otra manera, no sería posible que al hombre se le reprochara por las acciones que hace. Es por la tenencia de su libre albedrío que se puede objetar las malas conductas. Por necesidad no podría objetarse nada. 

Los frutos son las obras y las llama nuestras, pero si fueran realizadas por necesidad estas no podrían ser nuestras. También se dice:

"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"
(Lucas 23:24)

¿Cómo excusarlos si no tuviesen la voluntad de hacer lo contrario de lo que están haciendo?

Por otro lado, también se dice:

"Les dio potestad de ser hechos hijos de Dios"

(Juan 1:12)

Erasmo la describe diciendo "¿Cómo se les da a ellos la potestad de ser hijos de Dios, si no existe ninguna libertad de nuestra voluntad?"

Nada se establece por la necesidad, ni siquiera Dios pues ya decía la Carta de Santiago:

''Dios no tienta a nadie, sino que cada uno es tentado, cuando es arrancado y seducido por su concupiscencia, cuando da a luz, genera el pecado''
(Carta de Santiago 1:13-15)



Sin embargo, a pesar de que estos numerosos pasajes lo demuestran, Martín Lutero no cree en el concepto del libre albedrío.

Tercera parte: Argumentación en contra del libre albedrío

Por supuesto, existen argumentos en contra del libre albedrío y estos se basan en versículos bíblicos. 

''El señor endureció el corazón del Faraón, quien no los escuchó''
(Éxodo 9:12)

''Por esto te puse aquí, a fin de que yo muestre en ti mi fuerza y se hable de mi nombre en toda la tierra''
(???)

''Me compadeceré de quien me compadezco y tendré piedad de quien tengo piedad. En efecto, no depende de los que quieren, o los que se esfuerzan, sino de la misericordia de Dios''
(Éxodo 33:17)

En cuanto al primer pasaje, pareciera ser que el destino está determinado por Dios, pero la verdad es que, de acuerdo con Erasmo, esto solo sería una influencia en el corazón del faraón, es decir, Dios solamente influye cuando el hombre teniendo la oportunidad de arrepentirse no se arrepiente. Por lo tanto, la influencia de Dios realmente quedaría en la voluntad del hombre.

Otro pasaje que sugiere la inexistencia del libre albedrío es Isaías:

''¿Por qué nos hiciste errar Señor fuera de tus caminos y endureciste nuestro corazón a fin de que no te temiéramos?''
(Isaías 63:17)

Sin embargo, el mismo argumento se puede esbozar, es decir, que Dios influye en las decisiones de otros mientras estos no se arrepientan. En otras palabras, si alguien insiste en su mal actuar, entonces será castigado severamente. Por lo tanto, nuevamente se ve el libre albedrío, es decir, el hombre tiene la oportunidad de no insistir en su mal actuar. 

Conocimiento de Dios

La presciencia(1) de los hombres no es un concepto que pueda decirnos que no existe el libre albedrío. Quizás es más difícil cuando este concepto se aplica a Dios, en efecto, para Dios presciencia y querer son lo mismo. 

De hecho, pareciera haber una necesidad en nuestra voluntad la cual es dada por Dios. 

''¿Quien se resiste a su voluntad, si se compadece del que quiere, si endurece a quien quiere?''
(Carta a los romanos 9:19)


A continuación, Erasmo nos dice: "Sin embargo, Pablo no resuelve esta cuestión, sino que dice en son de reproche al que así arguye: Oh hombre, ¿quién eres tú para que alterques con Dios ?"

Sin embargo, si un rey mortal hiciera lo que quisiese, entonces lo tendríamos a él como un verdadero Dios. En el caso del faraón (que es el mismo caso de esta cita) estuvo bien que Dios lo hiciera perecer, pero no fue por Dios que el faraón actuara de modo impío.

Erasmo lo ejemplifica con un siervo y su amo:

  • El amo sabe que el siervo va a pecar
  • Deja que peque para luego reprenderlo
  • El amo sabía que el siervo se dejaría llevar por sus emociones y por eso deja todo a su decisión
  • Sin embargo, bien el siervo podría haberse abstenido de su comportamiento

Por otro lado, también debemos hablar de estos milagros que son hechos excepcionales contra la naturaleza de lo que normalmente conocemos. A estas voluntades extraordinarias, o milagros, nadie puede resistirse. Sin embargo, a la voluntad significada, es decir, aquella voluntad de Dios que es conocida para el hombre, el hombre se resiste a menudo. 

Dios entrega a aquellos que tienen malos pensamientos, entrega a aquellos que vuelcan su voluntad al mal, pero si estos son capaces de cambiar sus actitudes, Dios les tiende una mano. No es por necesidad que los hombres cometan el mal, sino que más bien por su propia voluntad. 

Ahora bien, no toda necesidad excluye la libre voluntad: puede ocurrir a la manera como Dios Padre engendra al Hijo por necesidad, y no obstante lo engendra espontánea y libremente, por cuanto no obra por coacción. Otro ejemplo es la infalible presciencia de Dios,  en que Judas necesariamente tenía que llegar a ser traidor; y no obstante, Judas pudo cambiar su voluntad. ¿Y qué pasa si hubiese cambiado su voluntad? nada, pues Dios ya habría sabido eso de antemano. 

Para probar la necesidad también se cita este pasaje:

''El mayor servirá al menor''
(Génesis 25:23)

Ciertamente, este pasaje no tiene que ver con la salvación. Dios puede querer que el hombre sea libre o esclavo, pero eso no quiere decir que deba ser excluido de la salvación.


Amor de Dios

Hay otros pasajes referentes al odio y al amor que sugieren la inexistencia del libre albedrío:

''Preferí a Jacob, pero tuve odio por Esaú''
(Malaquías capítulo 1)

Erasmo dice que se necesita superar el tenor literal de las palabras y ver que el odio de Dios aquí fue temporal y no eterno. Por lo tanto, este odio o amor que tiene Dios por el hombre no incide en nada en el libre albedrío, porque como dijimos en la voluntad del hombre esta realizar las conductas reprochables y dignas de reconocimiento. El amor y odio de Dios procede siempre de causas justas

Con tal lenguaje figurado se obtiene como resultado que este testimonio no es concluyente para probar la existencia de una necesidad, sino que sirve más bien para reprimir la arrogancia de los judíos.

Sin embargo, también odia a los que no han nacido porque sabe de antemano que actuarán de un modo digno de odio. Siguiendo con lo mismo, este es el caso de los judíos quienes fueron cortados merecidamente del olivo a causa de su incredulidad, y los gentiles fueron injertados merecidamente a causa de su fe, conforme al testimonio de Pablo; y a los cortados les infunde la esperanza de ser nuevamente injertados, a los injertados en cambio el temor de ser cortados.

Otra de los versículos que prueba la existencia del Libro Albedrío son los siguientes:

"Dice acaso el barro al que lo labra: ¿qué haces?"
(Isaías 45:9)

"Como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en la mano mía"
(Jeremías 18:6)

De acuerdo con Erasmo, estos textos tienen más fuerza en Pablo que en los profetas, pues es el mismo Pablo quien los interpreta: ¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario? En este caso, lo que los profetas aducen es una cuestión temporal, pero Pablo es quien da la connotación de eterna salvación.

Existe un planteamiento de Orígenes que tal vez sea problemático:


''Les cambiaré el corazón de piedra y les pondré un corazón de carne''

(Ezequiel 36:26)

Esto pareciera sugerir en gran medida que es una necesariedad, que Dios está actuando necesariamente y no está dando paso al libre albedrío. 

Erasmo nos dice que un corazón indócil es un corazón que es persistente en la malicia, y es por eso que el maestro, en este caso Dios, no está coaccionando sino que está ayudando al hombre a que no persista en esa conducta. Ya dependerá de él si persiste en él o no. 

Crítica en la interpretación y los argumentos de Martín Lutero

Los interpretes de las Sagradas Escrituras no son del beneplácito de aquellos que critican el libre albedrío. De hecho, puede verse en sus declaraciones que estos no aceptan ni siquiera las interpretaciones de los padres de la iglesia, a menos que estas ideas comulguen con las suyas. Ahí es entonces que ellos mismos deben aceptar el libre albedrío:

''Extiende tu mano hacia lo que deseas''

(Eclesiásticos 15:16)


Por otro lado, Martín Lutero arguye algunos versículos que sugieren enormemente la existencia del libre albedrío.

''Mi espíritu no permanecerá eternamente en el ser humano, puesto que es carne''

(Génesis 6:3)

"No permanecerá mi espíritu en el hombre, porque éste es carne"

(Génesis 9:3)


Este dicho de la carne en Génesis no se refiere a la carne como deseo, sino que más bien como enfermedad de la naturaleza proclive al pecado. Además, esto no es una generalización porque si bien el hombre es carne, bien puede acercarse más a la divinidad por medio de la virtud cristiana. Por lo demás, Noé se exceptúa de aquellos hombres de carne. También se refiere con espíritu a la indignación.

Un versículo que pudiera ser prueba de la necesidad es el siguiente:

"Yo sé, oh Señor, que el hombre no es dueño de su camino, ni nadie es dueño de decidir cómo ha de andar y cómo ordenar sus pasos"

(Jeremías 10:23)

Pero de acuerdo con Erasmo, este versículo, más que al libre albedrío, se refiere a la buena o mala suerte del hombre. En consecuencia, esto dependería de que el hombre se acerque más a Dios para mejorar su suerte.

Si quieres aplicar esto a toda costa al libre albedrío, cualquiera admitirá que sin la gracia de Dios nadie puede mantener derecho el curso de su vida; sin embargo, esto no quita que sigamos insistiendo en la medida de nuestras fuerzas, porque oramos diariamente: 'Dirige, Señor, Dios mío, mi camino ante tu presencia'; quien solicita ayuda, no cesa en su esfuerzo.

Otro pasaje interesante es el siguiente:

''Cosa del hombre es disponer el corazón, cosa de Dios, empero, gobernar la lengua"

(Proverbios 16:1)

Esto se refiere a los eventos que pueden y no pueden suceder, sin ser necesaria la pérdida de la salvación eterna. Pero sería imposible preparar o disponer el corazón cuando todo es por necesidad, no tendría sentido.


Como Lutero siempre habla de que el libre albedrío solo puede inclinarse a lo malo, sus versículos en que se fundamenta esta idea son los siguientes:

"El intento y el pensamiento del corazón humano están inclinados hacia lo malo desde su juventud"
(Génesis 8:21)

"Todo el pensar del corazón humano continuamente
está dirigido hacia lo malo"
(Génesis 6:5)

La inclinación hacia lo malo, que se halla en la mayoría de los hombres, no quita del todo la libertad del albedrío, sobre todo cuando está con la Gracia.

En todo caso, si solo hubiese necesidad ¿por qué al hombre se le da la opción de hacer penitencia y arrepentirse? Parece existir, entonces, un Libreo Albedrío.

También se habla sobre el siguiente pasaje:

''Donde abunda el pecado, sobreabundó la Gracia''

(Romanos 5:20)

Aun cuando por media de la ley, el pecado abunde, y donde abunda el pecado, abunde también la gracia, sin embargo, de esto no sigue que el hombre, secundado por la ayuda de Dios, no haya podido disponerse de antemano mediante obras moralmente buenas para merecer el favor divino, aun antes de que la gracia lo hiciera aceptable.


Luego, siguiendo son Isaías:

''Toda carne es hierba y toda su gloria como flor de la hierba. Secóse la hierba y marchitóse la flor de la hierba, porque el espíritu del Señor sopló en ella"

(Isaías 40:6)

Aquí se corrobora el concepto de Jerónimo cuando este hablaba sobre cómo el espíritu quiere significar indignación. 

Otra de las interpretaciones de Lutero se refiere a la influencia de Dios.

''Como las divisiones de las aguas, así está el corazón del rey en la mano del señor, lo inclinará a donde deseare''

(Proverbios 20:1)

Erasmo nos dice claramente que inclinar no es forzar a que un hombre haga o deje de hacer algo. Sin embargo, esto no cambia nada en que el hombre pueda decidir igualmente si sigue aquella inclinación o no. 

Otro de los argumentos que arguye Martín Lutero que se encuentra en el Evangelio de Juan.

''Sin mi nada podéis hacer''

(Evangelio de Juan 15:5)

Sin embargo, Erasmo justamente dice que eso es así, sin Cristo no se puede hacer nada, en el sentido que jamás podría alcanzarse el fruto evangélico si el no quisiera estar con Cristo. Por lo tanto, nuevamente tenemos el libre albedrío porque bien el hombre podría no estar con Cristo. 

Erasmo aclara que el concepto de ''nada'' quiere decir de poco interés o inútil. Esto daría chance para decir que algo se puede hacer, si es que es poco lo que se puede hacer, entendiendo que ''nada'' es poco. En efecto, de una persona que no consigue lo que quiere conseguir por lo común se dice que 'no acierta en nada'; y no obstante, es frecuente ver que el que se empeña en alguna cosa, poco a poco va progresando.

Otro versículo importante que sugiere la eliminación del libre albedrío es el siguiente.

''No sois vosotros los que habláis, sino el espíritu de vuestro padre el que habla en vosotros''

(Mateo 10:20)

No obstante, más que obligar o forzar, la verdad es que este versículo tiene un efecto liberatorio ya que no debemos preocuparnos si verdaderamente estamos hablando bien la hora de predicar, justamente porque cada vez que se habla de las cosas divinas, es el espíritu quien habla y no el hombre. 

Comprensión de las sagradas escrituras

Erasmo nos ofrece algunas recomendaciones para interpretar las Sagradas Escrituras. 

  1. Examinar acerca de qué se trata el pasaje a trabajar
  2. Extraer de las parábolas y ejemplos aquello que es pertinente al fin propuesto

Por lo tanto, antes de ver un versículo de la biblia, la verdad es que es importantísimo conocer el contexto de dicha parábola, y no sacar su significado fuera de contexto. 

Discusión de argumentos de Lutero y otros autores

Los argumentos tanto de Lutero como de otros autores eliminan el libre albedrío, pero de ser así entonces no habría mérito para que las personas buenas vayan al cielo y las malas al infierno. Si esto es así, entonces sería más que comprensible que una persona mala dijera ''¿por qué me castigan si hago algo que no depende de mi?'' y en ese caso, el hombre que comete pecado podría seguir cometiéndolos porque estaría ciertamente obligado por necesidad de su naturaleza a hacerlos. Erasmo asegura que si el libre albedrío desapareciera, entonces los conceptos de justicia y misericordia serían inútiles. En efecto, no habría que comparecer a nadie ni hacer justicia a nadie porque todo está planeado por necesidad. 

Erasmo nos trata de explicar el libre albedrío con una parábola.

  • El libre albedrío es como la visión. Nos fue dada para ver y para no ver lo que nosotros queramos. Pero si fuéramos ciegos, no podríamos ver tengamos los ojos cerrados o no. 

Lo que quiere decir Erasmo, es que si de alguna manera no tuviéramos libre albedrío no tendríamos opción de abrir los ojos.

Por otro lado, también esta el factor de si obramos por necesidad a través de Dios, entonces Dios sería el autor de las obras malas como buenas; por lo tanto, si esto es así, se caería en un error, pues todo lo que hace Dios es bueno. 

En segundo lugar, por Lutero y por aquellos que guardan celo a las Sagradas Escrituras y sus preceptos, dicen que el hombre no ha hecho más que pecar, a pesar de conocer el bien. Pretenden que el hombre sea totalmente perfecto, pero por otro lado dicen que hacer lo que piden las Sagradas Escrituras es imposible por lo que caen en una contradicción. 

Visión del futuro 

Erasmo teme que esta discusión tanto del libre albedrío como de otros temas, sea en realidad una excusa para aumentar el auge político que está teniendo el movimiento reformista. Por eso, Erasmo llama a la calma y al apaciguamiento de las fuerzas que de ser accionadas llevarán inmediatamente a la catástrofe evangélica. 

Conclusión

Son realmente loables y comprensible los argumentos que Erasmo de Róterdam atribuye al libre albedrío. De no estar este concepto no habría mérito alguno y por lo tanto, todos harían el mal a sus anchas. La necesidad que imponen los reformistas no parece adecuada a los ojos de Erasmo, pero el mismo filósofo hace un llamado a no beligerar más con estos conceptos y tener por fin la tan anhelada paz dentro de la religión cristiana.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Útero errante


Útero errante

Platón

Este tema del útero errante nace a propósito de los textos de Platón, específicamente en el Timeo. 

Cuando Sócrates habla sobre la reencarnación, este dice en el diálogo que quien obre correctamente reencarnará en un hombre, mientras que el que obre incorrectamente reencarnará en una mujer, y si siendo mujer no obra correctamente reencarnará en un animal

Bajo este concepto, para Sócrates el alma de las mujeres tendría cierta similitud con la de los animales. De hecho, Sócrates dice que las mujeres tienen la misma cólera que ellos cuando habla sobre el ''útero errante'', que hoy en día llamaríamos ''histeria''. 

Este concepto consistía en que una vez que el hombre y la mujer tenían relaciones sexuales, en ese mismo acto se produce un fruto. 

Cuando se deja pasar mucho tiempo sin procrear, las mujeres se ponen ansiosas y sienten que su útero anda errante por el cuerpo, dando una obstrucción de la respiración provocando enfermedades. La única solución a esto, es la procreación del hombre y la mujer; así se acaba dicha enfermedad.

Actualidad

Si bien esta enfermedad se consideró válida por mucho tiempo, la verdad es que la histeria como diagnóstico médico ya no es válida. En realidad, se dice que esta enfermedad nunca existió y por otro lado se dijo que los tratamientos psicológicos sostenidos durante los siglos, han hecho desaparecer dicha enfermedad. 

Ahora se considera más como un trastorno de conversión o trastorno disociativo, donde el paciente básicamente convierte su trastorno mental en uno físico; no puede mover partes específicas de su cuerpo o usar sus sentidos de modo normal. Por lo demás, este no sería aplicable exclusivamente a las mujeres sino que también a los hombres. Tampoco se comprobó la relación que supuestamente tendría con el útero. 

Por lo tanto, la palabra ''histeria'' se tomaría hoy en día como un término antiguo y más bien peyorativo, que significa una ''falta de control temporal sobre las mente o la emoción''.

Conclusión

Es común que a la gente se le llame ''histérica'' por falta de actividad sexual u otro aspecto psicológico. Sin embargo, y a los ojos de la ciencia esta creencia se vuelve absurda y no tiene sentido seguir discutiendo su validez. Este es otro de los ejemplos en que el paso del mito al logos es visible, dándose esta vez en el texto Timeo de Platón para ser luego descartado por la ciencia psicológica.