Este diálogo sucede al ''Parménides'' que ya vimos anteriormente, de hecho, el orden correcto para seguir los diálogos que vienen es: Parménides, Teeteto, El sofista y El político (en el blog lo abordaremos de igual forma).
Teeteto fue un eminente matemático que vivió entre los años 413 a.C y 369 a. C. En el diálogo se discuten cosas tan importantes como la naturaleza del saber, las matemáticas y la ciencia. Ya en Alcibíades, quien había sido el amante de Sócrates, vimos la discusión de la naturaleza humana y sobre qué autoridad sería la correcta para dar consejos a un pueblo o a un particular. Sigue teniendo una gran importancia el uso de las matemáticas en los textos platónicos; por lo tanto, recomiendo que se lea con mucha paciencia y con un poco de conocimiento matemático.
Definiciones:
(1) Mayéutica: Significa ''dar a luz'' en griego.
(2) Pletro: Medida de la Antigua Grecia que representaba 100 pies (29,60 metros).
Referencias:
(1) Euclides de Megara fue un filósofo griego quien fundó la escuela de Megara. A menudo se confunde con Euclides de Alejandría, el matemático.
(2) Batalla entre la República Romana y Grecia en el año 146 a.C. Finalmente, Grecia perdió ésta batalla.
(3) Enfermedad que afecta al intestino grueso. Es causada por la contaminación de agua, por el contacto persona a persona o por comida contaminada.
(4) Cirene fue una ciudad antigua de Grecia en la actual Libia.
(5) Véase mi entrada anterior: Parménides,
(6) Tales de Mileto fue un filósofo y científico griego que nació el 634 a.C. y murió en el 546 a. C.
(7) En muchas versiones de ''Teeteto o de la ciencia'' es usada la frase '' de ninguna manera''
Teeteto
Personajes:
- Euclides
- Terpsion
- Sócrates
- Teodoro
- Teeteto
Encuentro de Euclides y Terpsion
El diálogo comienza con el encuentro del matemático Euclides(1) y Terpsion.
Terpsion andaba buscando a Euclides y éste le dijo que se había encontrado con
Teeteto, quién se encontraba grave tras tras una infección al luchar en
la Batalla de Corinto(2).
Euclides le dice a Terpsion que Teeteto podría morir de disentería(3). Al lamentarse,
comienzan a recordar cuando Teeteto tuvo una conversación con Sócrates.
Naturalmente, al pedir Terpsion a Euclides que le dijera cómo fue el diálogo,
Euclides le dijo que lo tenía escrito y que su esclavo
podría leérselo por ellos.
Un estudiante digno de alabanza
Teodoro y Sócrates
Teodoro invita a Teeteto a conversar con Sócrates puesto que
estaba buscando un alumno con tales características.
Teeteto y Sócrates
Sócrates y Teeteto se proponen analizar los siguientes ejercicios de
lógica. La situación es la siguiente: Sócrates, Teeteto y Teodoro tienen una
lira cada uno. Teodoro les dice que esas liras están acordes, pero antes de
afirmar el conocimiento musical de Teodoro, primer habría que verificar si él,
es una persona competente para emitir tal juicio.
Ahora, supongamos que Teodoro es pintor y emite el mismo juicio que hizo
hace un rato, ''Teeteto es parecido a Sócrates''. Al hacer un juicio como éste,
Teodoro debió haber investigado en el alma de Teeteto y éste, al mismo
tiempo, debió reconocerlo. Es así como debería proceder un análisis.
La ciencia
El aprendizaje nos hace más sabios en aquello que aprendemos, podemos
ver que lo sabios se hacen sabios por la sabiduría y no por otra cosa. ¿Y
estará la ciencia relacionada con la sabiduría? Teeteto llega a firmar que
sabiduría y ciencia son lo mismo.
El objeto de la ciencia
Teeteto considera la geometría, la astronomía, la armonía y
el calculo, son ciencias en efecto. Incluso, Teeteto nombra como
ciencias las técnicas que tienen que emplear los artesanos, como el are del
zapatero. Sin embargo, Sócrates considera que ésta definición de
ciencia, es una forma abigarrada de nombrar una ciencia.
Lo que se pregunta no es el ''objeto de la ciencia'', sino
qué es la ciencia. El arte del zapatero sería el objeto de la zapatería (si a
la zapatería se le considerara una ciencia). Por lo tanto, no podemos
decir nada de la ciencia del calzado, si aún no se sabe que es.
La longitud y la potencia
Teeteto ve éste razonamiento más claro al recordar una de sus clases con
Teodoro, quien le decía que las potencias de 3 y 5 no son conmensurables con la
de 1. El número de potencias máximo que Teodoro utilizaba era 17 y de ahí no
pasaba, puesto que las potencias pueden ser infinitas. Frente a esto, se a
Teeteto se le ocurrió dar un nombre a estas potencias infinitas, es decir,
reunirlas bajo un único nombre.
Al quedar asombrado con ésta propuesta, Sócrates le pregunta como
podrían llamarse tales números, a lo que Teeteto contesta de la siguiente
manera:
- Un número ''todo'' será
designado como un número que sea igual en su propias filas (hablando de
potencias).
Quedaría algo así:
3² = 9 o 3x3 = 9
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
8
|
9
|
De esta manera, el número ''todo'' quedaría representado por un
cuadrado.
*A
esto también se le llama en matemáticas ''Cuadrado perfecto''.
Por otro lado, tenemos los números que en sus filas no son
iguales.
- Todo producto que no se puede expresar de igual por igual, sino en grupo de mayor y menor, se denominará número rectangular.
Si se fijan bien, no hay igualdad en cada uno de ellos como en el caso
anterior (3x3), sino que hay disparidad (3x4).
*A
estos números también se les llama ''oblongos''.
Los primeros números (número cuadrado) que tienen representan el
cuadrado y su igualdad, se llamarán ''longitud''. Mientras que los que
representan disparidad se llamarán, ''potencias''.
Las parteras y la mayéutica(1)
A pesar de la detallada explicación de Teeteto sobre la longitud y la
potencia, no se ve capaz de dar una definición de ciencia o siquiera
contestar a la pregunta ¿Qué es la ciencia? De esta manera, Teeteto culpa
a Teodoro de alabanza, ya que éste lo había recomendado para una conversación
con Sócrates. No obstante, Sócrates quiere ayudar a Teeteto a responder
esta pregunta y lo hará mediante la dialéctica.
Sócrates era hijo de una partera llamada Fenareta y se decía que era una
mujer noble e imponente. De Sócrates, sin embargo, se decía que más que ayudar
a las personas, siempre las dejaba en la incertidumbre.
Las parteras deben dedicarse a recibir niños al mundo y lo deben hacer
en la realidad. Si fuera de otro modo, es decir, si hubieran
partos ''ficticios'', las parteras tendrían que distinguir entre
lo verdadero y lo falso.
Sócrates le explica a Teeteto, que el arte mayeutico tiene
el mismo efecto que el parto, pero éste ocurre en el alma, no en los cuerpos.
Éste método consiste en dar a luz un nuevo conocimiento al
alma a través de la distinción de lo verdadero y lo falso. Sócrates ejerce éste
arte, pero no puede ''dar a luz'' por sí mismo. La sabiduría no está
en manos de Sócrates, él solo hace que los demás den a luz.
¿La razón de esto? Sócrates dice que es Dios quien le encomendó al tarea
de ''dar a luz'' a otros y no por sí mismo. Una vez que se descubren por sí
mismos, la tarea de Sócrates está completa, pero al mismo tiempo no se lleva
nada de la otra persona; al contrario, es la persona que ''da a luz'' la que se
ve totalmente beneficiada.
Así, Sócrates ruega a Teeteto que se entregue a él como si fuera un hijo
y Sócrates la partera que lo está esperando. Teeteto se anima y aventura una
respuesta: ''La ciencia no es otra cosa que la sensación''.
Refutación a Protágoras
La respuesta de Teeteto, Sócrates la relaciona con una de
las máximas de Protágoras la cual dice: ''El hombre es la medida
de todas las cosas''. Esta frase quiere decir, que lo que a mi me
parece verdadero, a otro le puede parecer falso.
Pero la teoría de Protágoras, no está exenta de
inconsistencia. Si siguiéramos la doctrina de Protágoras, tendríamos
que decir que el frío no es una cosa en sí misma, por ejemplo, un soplo de
viento podría parecer a un hombre algo frío y a otro no; esto podría aceptarse
por el momento. Pero no se puede decir que el frío sea al mismo tiempo
caliente, como tampoco se puede decir que lo pequeño es grande, o que lo
verdadero es falso(5).
Todas las transformaciones que tiene un cuerpo, ocurren por el
movimiento y la traslación. En efecto, el calor y el fugo provienen
del frote porque sin éste tipo de movimiento, no podrían producirse. Lo mismo
pasa con el cuerpo, la pereza y la calma destruyen al cuerpo, y la gimnasia y
el movimiento le procuran salud. También ocurre con el alma, cuando el estudio
es dejado de lado y nos dedicamos a la calma, el alma comienza a olvidar lo que
aprendió. En cambio, si el alma se ejercita mentalmente, no tendrá problemas
para recordar. Así, el movimiento es un bien tanto para el alma como
para el cuerpo.
Tres condiciones hasta el momento
Hasta el momento se resumen 3 condiciones:
1. Nada puede ser mayor ni menor, ya en volumen, ya en número si permanece
igual a sí mismo. (2 no puede ser 3 si lo tomamos en sí mismo).
2. Si a una cosa no se le quita ni añade
nada, no puede verse disminuida ni en aumento, sino que permanecerá igual.
3.
Lo que antes no era, es imposible que sea en
lo sucesivo.
Frente a estas 3 condiciones, el juicio de los personajes no puede
fallar. Mientras tanto, Teeteto se ve muy complacido por el diálogo y está
ansioso de continuar con él. Es ahí cuando Sócrates le dice que justamente es
esa la actitud que debe tener el filósofo, la admiración. De
ahí que se diga que la filosofía viene de algo espontáneo como el asombro o la
admiración, en efecto, éste es el origen de la filosofía.
El movimiento
Todo es movimiento en el universo y éste movimiento tiene 2 clases: el lento y el rápido.
Movimiento lento: Se mueve en un mismo lugar y ejerce acción a los objetos próximos a él.
Movimiento rápido: Se mueve a una distancia mucho mayor afectando a objetos lejanos. Este movimiento consiste en la traslación.
Es el movimiento lo que nos hace percibir las sensaciones. Si existe algo que que es blanco, es solamente porque la visión nos lo hace parecer blanco. Nada puede existir en sí mismo, todo está sometido al devenir, nunca se detiene.
Teeteto, aunque con mucha dificultad, acepta está proposición de que todo está sujeto al devenir.
La diferencia y la semejanza
Si todo es devenir, nada podemos sentir tal como se nos
presenta. Sin embargo, tomemos el ejemplo de los sueños. El estado de
vigilia y ensoñación, nos dan las mismas sensaciones, puesto que cuando soñamos
nos mantenemos firmes en que lo que está pasando es verdad. Lo mismo se dice de
las enfermedades y las locuras aunque estas difieran en su duración. No
obstante, la verdad no radica en la duración de las cosas.
¿Es posible que una cosa que sea totalmente diferente de otra, tenga la
misma propiedad? Sí, lo es. Si una cosa es semejante a otra, entonces serían ''una
sola cosa''; en cambio, si son diferentes, cada una se llamará ''otra''.
Crítica a la doctrina de Protágoras
Desde ahora, la crítica a la doctrina de Protágoras comienza por parte
de Sócrates aduciendo que si ''el hombre es la medida de todas las cosas'',
¿qué necesidad tendrían los ignorantes de estudiar? porque si seguimos éste razonamiento,
significaría al mismo tiempo que todos los hombres tienen la verdad.
En vez de asignar guerreros para la lucha, se podrían asignar zapateros
y estaría bien, puesto que todos tenemos la razón.
Teodoro y Teeteto siguen quedando se con la doctrina de Protágoras, pero
Sócrates insiste en hacerles ver la inconsistencia de tal doctrina.
Sigamos con la afirmación hecha por Teeteto sobre las
sensaciones: ''La ciencia no es otra cosa que la sensación''. Lo que
quiere decir esto es que bastaría solamente la sensación de escuchar para
entender lo que nos están diciendo. Por ejemplo, no habría necesidad de
aprender un idioma extranjero, ya que solamente al escucharlo podríamos
entenderlo. Así sensación y ciencia serían lo mismo.
Sensación y ciencia
Teeteto insiste que es la sensación lo que nos puede ayudar a entender
todas esas cosas. De hecho, lo que enseñan los gramáticos y los
interpretes, no se puede entender por medio de las sensaciones.
Sócrates le pregunta si es posible recordar aún con los ojos cerrados lo
que se había visto anteriormente y Teeteto responde que sí. Por otro lado, de
aquí se deduce lo siguiente, quien cierra los ojos no puede conocer, quien los
abre sí. Es decir, ''solo sabe el que ve''.
Pero si no se lo ve y se aprende de todas maneras, esto sería
extraordinario. Entonces, si es posible recordar con los ojos cerrados,
entonces ese tipo recuerdo parece ser independiente de la sensación.
Luego de criticar la obra de Protágoras, Sócrates vuelve a analizar la
máxima de Protágoras. Es sabido ampliamente, que para reconocer un enunciado,
éste debe expresar una afirmación o una negación, sobre todo las opiniones. Por
lo tanto, cuando Protágoras admite algo como verdadero, no está admitiendo algo
como falso. Cuando reconoce un error, está identificando una falsa opinión y al
hacerlo reconoce que algo tiene una propiedad especial en sí misma que la hace
falsa y no verdadera.
Siempre hay un hombre más sabio que otro
Se critica la doctrina de Protágoras en cuanto a las autoridades. Si alguien está enfermo, ¿a quién sería mejor recurrir? ¿a un médico o aun músico? si siguiéramos a Protágoras, tendríamos que decir que cualquiera de los dos sería adecuado, puesto que solamente depende de la perspectiva que uno tenga. Naturalmente, si no la seguimos diremos que es el médico la persona más apropiada para atender a un enfermo.
Los filósofos
Los esclavos
Después de toda la conversación, Sócrates reflexiona sobre
un punto acerca de los filósofos. Las personas que recurren a los
foros, a los negocios y a los tribunales, parecen no tener tiempo para discutir
o cavilar en extensas conversaciones. No quieren perder el tiempo en hablar y
cuando quieren hablar, se ven interrumpidos por sus adversarios con argumentos
que parecieran ser irrefutables. Estos son los esclavos de las palabras
y no tienen relación con los filósofos quienes se dedican al ocio y la
reflexión. Es así como en nuestra sociedad actual, el ocio es mal mirado e
importa mucho más lo inmediato y lo continuo.
Sin embargo, cuando el vulgo quiere saber sobre la felicidad, sobre lo
que se debe hacer y lo que no, entonces deben recurrir inmediatamente al
filósofo. Pero cuando el que acude a los filósofos recibe la instrucción, se
aturde, se confunde y no llega a saber nada. Y no será el vulgo quien se reirá
de él (puesto que son iguales), sino que se reirá el filósofo.
Teodoro está de acuerdo con Sócrates en este aspecto, además, le dice
que sería muy bueno convencer a la gente de todo esto, ya que así no habrían
más disputas. pero Sócrates responde a Teodoro que eso sería
imposible y que además, el mal debe existir en conjunto con el bien. Este mal
no puede estar entre los dioses, puesto que son perfectos, pero si
están entre los hombres; por lo tanto es preciso que nos alejemos del
mal y nos acerquemos mucho más a los dioses, pero el mal nunca se extinguirá.
Los dioses y la justicia
Con toda ésta conversación, Sócrates asegura que Dios no es injusto y
que al contrario, siempre ha sido el más justo. Desde luego existen
hombres injustos que a pesar de su condición, triunfan por sobre los justos.
Así, se reconoce la existencia de dos tipos de seres: los que creen en Dios y
los que están alejados de él. Estos últimos no solo no podrán llegar al lugar
puro de todo mal, sino que en la tierra tampoco gozarán de aquello. Sólo podrán
compartir sus cosas con las personas que son iguales a ellos.
La doctrina de Heráclito
Heráclito de Éfeso fue un filósofo nacido en Éfeso quien postulaba
que todo estaba sujeto a un movimiento perpetuo. Nada es inmóvil.
''Todas las cosas que percibimos con los sentidos están en flujo y
cambio constantes''
Sin embargo, Heráclito es de la posición contraria. Todo está en constante cambio. Por ejemplo, cuando una persona se baña en un río, la segunda vez que se bañe ni él ni el río serán los mismos.
Sócrates distingue dos tipos de movimiento: el de alteración (cambio
en esencia) y el de traslación (cambiar sin moverse de lugar). Pero si
todo se está moviendo y no para de moverse, tendríamos que decir
que cuando sentimos, nunca estamos sintiendo nada, pues lo que puede estar sin
movimiento, luego puede pasar a otra cosa. Por ejemplo: cuando sentimos frío,
luego podemos sentir calor; cuando sentimos hambre, luego podemos sentir
saciedad.
Así, también podemos decir que cuando hablamos ''de una manera'', luego podemos ''hablar de otra'' (o es ''así'' y ''no es así''). Aunque por otro lado, éstas expresiones ''así'' y ''no es así'' no serían correctas para explicar el movimiento porque expresan dos cosas fijas y no una continuación. La palabra que mejor se corresponde con estas sería ''ni así'' o ''de ninguna manera''(7).
Como resumen nos quedan dos conclusiones hasta el momento:
1.
Ningún hombre es la medida de todas las cosas.
2.
La ciencia no puede ser sensación, ya que las sensaciones
cambian constantemente.
El juicio
Teeteto, quién está muy animado escuchando a Sócrates, quiere terminar
con la teoría de la inmovilidad del todo, pero Sócrates le dice que continúen
analizando lo que es la ciencia.
¿Porqué se niega Sócrates a continuar con el tema planteado por Teeteto?
Debido a que la extensión de dicho tema sería muy largo y también por respeto a
la figura de Parménides. Recordemos que es Parménides quien nos habla de la inmovilidad
del todo.
A pesar de toda la argumentación de Sócrates, Teeteto sigue diciendo que la sensación es ciencia. Sócrates recurrirá a otros medios para ver a que otra conclusión se puede llegar.
El pensamiento
El cuerpo es el poseedor de todos los sentidos. Ningún sentido se puede experimentar por medio de un órgano que no corresponda, es decir, escuchar por medio de la boca, o degustar por medio del oído. Sin embargo, hay otro ''sentido'' que nos ayuda a percibir cualquier sensación. Esa ''sensación'' es el pensamiento.
Incluso, es el pensamiento el que nos ayuda a discernir si una cosa ''es'' o ''no es'' luego de haberla sentido. Pero antes del pensamiento, es el alma la que nos lleva estas sensaciones al pensamiento. Así, se forma una relación continua entre:
- Sensación → Cuerpo → Alma
Sócrates y Teeteto se quedan conformes con que para llegar a la verdad y
al ser, es necesario ahondar en el alma. Si se quiere llegar a la verdad; al
mismo tiempo, se quiere llegar a la ciencia. Por lo tanto, no
podemos decir que las sensaciones son una ciencia, puesto que no ha llegado a
la verdad.
Juicio falso y juicio verdadero
Al fin, con éste argumento, Teeteto acepta que las sensaciones no son la ciencia, pero cuando Sócrates le pregunta nuevamente ''¿Qué es la ciencia?'' Teeteto nuevamente se ve en un aprieto. Tratando de responder, Teeteto declara que la ciencia es la juicio verdadero en contra de la juicio falso.
Los mismos conceptos se extrapolan con el saber y así, quedaría de la siguiente manera: el saber y el no saber. Ahora, ¿Cómo podría caber la opinión en el saber y en el no saber, si la opinión es algo intermedio entre el saber y el no saber?
Juicio falso basada en la inexistencia
Sócrates primero nos dice que el juicio que afirma algo que no ''es'', es un juicio falso. Pero esto no se da en todos los casos. Si una persona afirma que ve algo, y ese algo es real, estaría bien en formarse un juicio. Lo mismo puede decirse si se juzga sobre un objeto que existe, pero ¿será posible juzgar sobre algo que no existe? Evidentemente, no. Y es así como un juicio falso significa la mismo tiempo juzgar sobre lo que no ''es''.
Confusión en el juicio
Este tipo de juicio se hace cuando se afirma que una cosa es otra. En el ejemplo anterior, que se crea que Sócrates es Teeteto y Teeteto es Sócrates, es otro tipo de juicio falso; sin embargo no se puede confundir lo que se conoce con lo que no, por ejemplo, si juzgo que lo bello es feo, es porque quizás no conozco lo feo, o no conozco lo que es socialmente feo. Por lo tanto, el juicio falso no es una confusión, puesto que no se puede confundir lo que se conoce, con lo que no se conoce.
Revisión del juicio
Si una cosa no se sabe, más tarde se puede aprender. Éste aprendizaje se llevará a cabo a través de los sentidos y luego para aplicar este aprendizaje nos bastará la memoria para utilizarlo. ¿Es posible juntar lo que se sabe con lo que no se sabe? Veamos los casos en cómo las cosas se saben y no se saben:
Casos:
- Se sabe cuando se tiene recuerdo de una cosa en el alma aunque no se haya percibido por los sentidos.
- Es imposible confundir lo que se sabe con lo que no se sabe.
- Es imposible confundir dos cosas que no se conocen.
- Juzgar erróneamente a alguien aunque se conozca.
El primer caso es fundamental de analizar. Hay veces que cuando no tenemos la percepción de algo, sabemos que ''es'' y a esto se le llama percepción. Por ejemplo, Sócrates conoce a Teodoro y a Teeteto. ¿es posible confundir a Teodoro con Teeteto si ya los conoce? Aunque Sócrates no tenga al sensación inmediata de Teodoro (verlo, oírlo, tocarlo, etc.), no significa que no sepa quién es.
El segundo caso, si yo conozco a Teodoro pero no conozco a Teeteto, sería imposible confundirlos, puesto que no sé quién es Teeteto. Para que la confusión pueda darse, es necesario tener dos objetos.
El tercer caso hace relación con el desconocimiento de ambos objetos. Es decir, si no tengo conocimiento ni sensación alguna de Teodoro y Teeteto, será también imposible confundirlos, puesto que no conozco a ninguno.
Pareciera ser entonces, hasta ahora, imposible formarse un juicio falso sobre algunos objetos. En ninguno de los casos podríamos equivocarnos en cuanto a conocer a Teeteto, o a Teodoro.
Y el cuarto caso suele ocurrir cuando no podemos percibir bien las cosas que sentimos, por ejemplo, si Sócrates ve desde lejos a Teeteto y a Teodoro, eventualmente puede formarse un mal juicio de ellos al no observarlos debidamente. Es solamente aquí donde se puede formar un juicio falso.
Aún queda otro caso por analizar que es más fácil de comprender. Cuando se conoce y se siente un objeto y no se confunde con otro que se conoce y se siente también. Por ejemplo, Sócrates conoce tan bien a Teeteto y a Teodoro que jamás los confundirá.
Sólo un alma que sea buena y virtuosa podrá emitir un juicio verdadero y en cambio, el alma que no se sigue por la rectitud y la virtud, sólo podrá formar juicios falsos.
El saber y la ciencia
Una vez analizado el juicio verdadero y el juicio falso, Sócrates aventura una definición del saber. Para esto, Sócrates comienza distinguiendo el concepto de ''tener'' y ''poseer''. Por ejemplo, quien tiene un vestido, incluso siendo dueño de aquel, pero si no lo está usando, solo se puede decir que lo ''posee'' y no que lo ''tiene''.
Enseñar, aprender y saber
En este caso, ''el saber'' significa poseer ciencia. y para ''poseer'' la ciencia se debe practicar un arte. Por ejemplo, la aritmética sería el arte con el que se ''posee'' la ciencia de los números. Poner las ciencias en manos de otro sería lo que llamamos ''Enseñar'' y recibir la ciencia sería ''Aprender'' y finalmente, poseer la ciencia significa ''Saber''.
La ciencia ¿un juicio verdadero?
La ciencia ¿un juicio verdadero?
Sería razonable que se pensara que la ciencia es un juicio verdadero, de hecho, Teeteto lo pensaba así. Sin embargo, Sócrates nos deja una duda razonable. Ya resolvimos lo que es el saber, ahora nos concierne lo que puede ser la ciencia. Teeteto considera que la ciencia es un juicio verdadero, pero Sócrates, al ver que muchos jueces son persuadidos por las palabras y el aparente juicio verdadero que hacen los abogados y los sofistas, termina por decir que la ciencia en realidad no podría ser un juicio verdadero. Porque si fuera así, tendríamos que darle la razón a los sofistas que solamente hacen apariencia de un juicio verdadero.
Teeteto, quien ahora entendía más claramente, comprendió que es necesaria la razón en el juicio verdadero.
Los elementos y los compuestos
Sócrates, de repente, dice que algo le molesta de toda esta conversación. La inquietud tiene que ver con los elementos, los cuales dice que no pueden ser conocidos y los compuestos que si pueden ser conocidos. La manera de explicar esto se representa con las sílabas.
SÓ-CRA-TES
S y Ó son los elementos que componen la sílaba SÓ. Ahora, ¿cuales son los elementos de cada una de las letras? La S es una letra consonante mientras que la Ó es una vocal acentuada. No tienen más explicación y sería difícil encontrar más elementos en las letras. Por lo tanto, para Sócrates, los elementos son incognoscibles porque de los elementos de una letra no se puede decir nada; en cambio, a la sílaba si se la puede reconocer.
De este modo, las sílabas, tomadas como un todo, no tendrían partes porque el todo es lo mismo que todas las partes, es decir, los elementos S y Ó son lo mismo que la sílaba SÓ. Teeteto difiere en este punto, ya que él dice que el todo es diferente de sus partes. Para que entienda, Sócrates le da un ejemplo con los números.
- 1,2,3,4,5,6
- 2x3
- 3x2
- 4+2
- 3+2+1
- 5+1
Todos estos ejercicios darían como resultado 6. Ninguno de estos ejercicios difiere en su resultado; por lo tanto, todos ellos representan 6 y al mismo tiempo, sus partes representa el número ''6''. Así, el todo es lo mismo que sus partes.
Otro ejemplo lo da con el pletro(2). El número del pletro (elementos), es lo mismo que el pletro (compuesto). El número de estadios (elemento), es lo mismo que el estadio (compuesto).
Sin embargo, si la sílaba no tiene partes (porque habíamos dicho que el todo es lo mismo que sus partes) y los elementos tampoco tienen partes; entonces, tendrían que ser iguales. Entonces, sería la sílaba la que es incognoscible, ya que tiene las mismas características del elemento.
De esta manera, Sócrates se da cuenta que los elementos tienen una importancia fundamental en e entendimiento. Si entendemos los elementos de una cosa, podemos entenderlo en su totalidad, por ejemplo, cuando vemos un objeto con ruedas, tablas y un hombre montado en él, sabremos inmediatamente que es un carro.
Por fin, Sócrates y Teeteto aceptan que el juicio verdadero junto con la razón, son lo que podríamos llamar una ciencia perfecta. En total, el razonamiento de cada elemento, su caracterización, las diferencias que este elemento tiene con otros, acompañado de el juicio verdadero, podríamos llamarlo inmediatamente, ciencia.
''Por consiguiente, y según parece, ese hombre al que se le pregunte qué es la ciencia, contestará que es el juicio verdadero acompañado del conocimiento de la diferencia . Esto sería, a su entender, la adición de la razón''.Finalmente, Sócrates agradece la estancia de conversación con los dos matemáticos y se retira diciendo que debe compadecer en el Pórtico del rey frente a la acusación que Meleto le había hecho. Sin embargo, Sócrates le dice a Teeteto que se volvieran a encontrar en el mismo lugar, mañana por la mañana; esto da el pase para la lectura de ''El Sofista''
Conclusión
Recuerdo mis clases de lingüística donde los elementos de una letra se veían por montones. Partiendo simplemente desde los morfemas, los fonemas, los sonidos, etc. Supongo que aún no estaba tan desarrollado el lado de la escritura en esas estructuras lingüísticas. Por otro lado, la crítica a Protágoras es formidable junto con las explicaciones de la teoría de Heráclito. Me sorprendió´que Sócrates no se expresara ante la teoría de Parménides que seguramente, por respeto al filósofo, no quiso emitir ningún comentario sobre él.
Un libro que necesita la lectura previa del Parménides sobre todo para entender la teoría del todo y la parte que casi al final se menciona; si consideran esto, el libro les será más rápido de leer.
¡El próximo libro será ''El sofista o del saber''!