jueves, 5 de marzo de 2015

Platón - Teeteto (o de la ciencia).

Este diálogo sucede al ''Parménides'' que ya vimos anteriormente, de hecho, el orden correcto para seguir los diálogos que vienen es: Parménides, Teeteto, El sofista y El político (en el blog lo abordaremos de igual forma).

Teeteto fue un eminente matemático que vivió entre los años 413 a.C y 369 a. C. En el diálogo se discuten cosas tan importantes como la naturaleza del saber, las matemáticas y la ciencia. Ya en Alcibíades, quien había sido el amante de Sócrates, vimos la discusión de la naturaleza humana y sobre qué autoridad sería la correcta para dar consejos a un pueblo o a un particular. Sigue teniendo una gran importancia el uso de las matemáticas en los textos platónicos; por lo tanto, recomiendo que se lea con mucha paciencia y con un poco de conocimiento matemático.

Definiciones:

(1) Mayéutica: Significa ''dar a luz'' en griego. 
(2) Pletro: Medida de la Antigua Grecia que representaba 100 pies (29,60 metros).

Referencias:

(1) Euclides de Megara fue un filósofo griego quien fundó la escuela de Megara. A menudo se confunde con Euclides de Alejandría, el matemático.
(2) Batalla entre la República Romana y Grecia en el año 146 a.C. Finalmente, Grecia perdió ésta batalla.
(3) Enfermedad que afecta al intestino grueso. Es causada por la contaminación de agua, por el contacto persona a persona o por comida contaminada.
(4) Cirene fue una ciudad antigua de Grecia en la actual Libia.
(5) Véase mi entrada anterior: Parménides,
(6) Tales de Mileto  fue un filósofo y científico griego que nació el 634 a.C. y murió en el 546 a. C.
(7) En muchas versiones de ''Teeteto o de la ciencia'' es usada la frase '' de ninguna manera''

Teeteto


Personajes:

- Euclides
- Terpsion
- Sócrates
- Teodoro
- Teeteto


Encuentro de Euclides y Terpsion

El diálogo comienza con el encuentro del matemático Euclides(1) y Terpsion. Terpsion andaba buscando a Euclides y éste le dijo que se había encontrado con Teeteto, quién se encontraba grave tras tras una infección al luchar en la Batalla de Corinto(2)

Euclides le dice a Terpsion que Teeteto podría morir de disentería(3)Al lamentarse, comienzan a recordar cuando Teeteto tuvo una conversación con Sócrates. Naturalmente, al pedir Terpsion a Euclides que le dijera cómo fue el diálogo, Euclides le dijo que lo tenía escrito y que su esclavo podría leérselo por ellos.

Un estudiante digno de alabanza

Teodoro y Sócrates


En el diálogo relatado por el esclavo de Euclides, Sócrates pregunta a Teodoro si en Cirene(4) se encuentran estudiantes interesados por las matemáticas, la geometría o la filosofía. Teodoro le responde que sí existe un alumno y su nombre es Teeteto, hijo de Eufronio. Aunque este alumno es brillante, parece no ser tan bello a razón de que Teodoro lo compara con el mismo Sócrates.
Teodoro invita a Teeteto a conversar con Sócrates puesto que estaba buscando un alumno con tales características. 

Teeteto y Sócrates

Sócrates y Teeteto se proponen analizar los siguientes ejercicios de lógica. La situación es la siguiente: Sócrates, Teeteto y Teodoro tienen una lira cada uno. Teodoro les dice que esas liras están acordes, pero antes de afirmar el conocimiento musical de Teodoro, primer habría que verificar si él, es una persona competente para emitir tal juicio.

Ahora, supongamos que Teodoro es pintor y emite el mismo juicio que hizo hace un rato, ''Teeteto es parecido a Sócrates''. Al hacer un juicio como éste, Teodoro debió haber investigado en el alma de Teeteto  y éste, al mismo tiempo, debió reconocerlo. Es así como debería proceder un análisis.

La ciencia

El aprendizaje nos hace más sabios en aquello que aprendemos, podemos ver que lo sabios se hacen sabios por la sabiduría y no por otra cosa. ¿Y estará la ciencia relacionada con la sabiduría? Teeteto llega a firmar que sabiduría y ciencia son lo mismo. 

El objeto de la ciencia

Teeteto considera la geometría, la astronomía, la armonía y el calculo, son ciencias en efecto. Incluso, Teeteto nombra como ciencias las técnicas que tienen que emplear los artesanos, como el are del zapatero. Sin embargo, Sócrates considera que ésta definición de ciencia, es una forma abigarrada de nombrar una ciencia.

Lo que se pregunta no es el ''objeto de la ciencia'', sino qué es la ciencia. El arte del zapatero sería el objeto de la zapatería (si a la zapatería se le considerara una ciencia). Por lo tanto, no podemos decir nada de la ciencia del calzado, si aún no se sabe que es

La longitud y la potencia

Teeteto ve éste razonamiento más claro al recordar una de sus clases con Teodoro, quien le decía que las potencias de 3 y 5 no son conmensurables con la de 1. El número de potencias máximo que Teodoro utilizaba era 17 y de ahí no pasaba, puesto que las potencias pueden ser infinitas. Frente a esto, se a Teeteto se le ocurrió dar un nombre a estas potencias infinitas, es decir, reunirlas bajo un único nombre. 

Al quedar asombrado con ésta propuesta, Sócrates le pregunta como podrían llamarse tales números, a lo que Teeteto contesta de la siguiente manera:

  • Un número ''todo'' será designado como un número que sea igual en su propias filas (hablando de potencias).

Quedaría algo así:

3² = 9 o 3x3 = 9



1

2

3

4

5

6

7

8

9

De esta manera, el número ''todo'' quedaría representado por un cuadrado.

*A esto también se le llama en matemáticas ''Cuadrado perfecto''.

Por otro lado, tenemos los números que en sus filas no son iguales. 
  • Todo producto que no se puede expresar de igual por igual, sino en grupo de mayor y menor, se denominará número rectangular.


Si se fijan bien, no hay igualdad en cada uno de ellos como en el caso anterior (3x3), sino que hay disparidad (3x4).

*A estos números también se les llama ''oblongos''.

Los primeros números (número cuadrado) que tienen representan el cuadrado y su igualdad, se llamarán ''longitud''. Mientras que los que representan disparidad se llamarán, ''potencias''.

Las parteras y la mayéutica(1)

A pesar de la detallada explicación de Teeteto sobre la longitud y la potencia, no se ve capaz de dar una definición de ciencia o siquiera contestar a la pregunta ¿Qué es la ciencia? De esta manera, Teeteto culpa a Teodoro de alabanza, ya que éste lo había recomendado para una conversación con Sócrates. No obstante, Sócrates quiere ayudar a Teeteto a responder esta pregunta y lo hará mediante la dialéctica. 

Sócrates era hijo de una partera llamada Fenareta y se decía que era una mujer noble e imponente. De Sócrates, sin embargo, se decía que más que ayudar a las personas, siempre las dejaba en la incertidumbre. 

En cuanto al oficio de su madre, las parteras en general son mujeres que ya no pueden engendrar. En cambio, estas mujeres saben como recibir al nuevo y ser y cuando debe suceder el aborto en el proceso. Incluso, puede saber qué mujer debe unirse a qué hombre para que sus hijos sean bien protegidos. De hecho, las parteras, dice Sócrates, están mas orgullosas de saber ésta ultima técnica, más que en saber como cortar el cordón umbilical. 
Las parteras deben dedicarse a recibir niños al mundo y lo deben hacer en la realidad. Si fuera de otro modo, es decir, si hubieran partos ''ficticios'', las parteras tendrían que distinguir entre lo verdadero y lo falso. 

Sócrates le explica a Teeteto, que el arte mayeutico tiene el mismo efecto que el parto, pero éste ocurre en el alma, no en los cuerpos. Éste método consiste en dar a luz un nuevo conocimiento al alma a través de la distinción de lo verdadero y lo falso. Sócrates ejerce éste arte, pero no puede ''dar a luz'' por sí mismo. La sabiduría no está en manos de Sócrates, él solo hace que los demás den a luz.

¿La razón de esto? Sócrates dice que es Dios quien le encomendó al tarea de ''dar a luz'' a otros y no por sí mismo. Una vez que se descubren por sí mismos, la tarea de Sócrates está completa, pero al mismo tiempo no se lleva nada de la otra persona; al contrario, es la persona que ''da a luz'' la que se ve totalmente beneficiada.

Así, Sócrates ruega a Teeteto que se entregue a él como si fuera un hijo y Sócrates la partera que lo está esperando. Teeteto se anima y aventura una respuesta: ''La ciencia no es otra cosa que la sensación''.

Refutación a Protágoras

La respuesta de Teeteto, Sócrates la relaciona con una de las máximas de Protágoras la cual dice: ''El hombre es la medida de todas las cosas''. Esta frase quiere decir, que lo que a mi me parece verdadero, a otro le puede parecer falso. 

Pero la teoría de Protágoras, no está exenta de inconsistencia. Si siguiéramos la doctrina de Protágoras, tendríamos que decir que el frío no es una cosa en sí misma, por ejemplo, un soplo de viento podría parecer a un hombre algo frío y a otro no; esto podría aceptarse por el momento. Pero no se puede decir que el frío sea al mismo tiempo caliente, como tampoco se puede decir que lo pequeño es grande, o que lo verdadero es falso(5)

Todas las transformaciones que tiene un cuerpo, ocurren por el movimiento y la traslación. En efecto, el calor y el fugo provienen del frote porque sin éste tipo de movimiento, no podrían producirse. Lo mismo pasa con el cuerpo, la pereza y la calma destruyen al cuerpo, y la gimnasia y el movimiento le procuran salud. También ocurre con el alma, cuando el estudio es dejado de lado y nos dedicamos a la calma, el alma comienza a olvidar lo que aprendió. En cambio, si el alma se ejercita mentalmente, no tendrá problemas para recordar. Así, el movimiento es un bien tanto para el alma como para el cuerpo. 

Tres condiciones hasta el momento

Hasta el momento se resumen 3 condiciones:
1.  Nada puede ser mayor ni menor, ya en volumen, ya en número si permanece igual a sí mismo. (2 no puede ser 3 si lo tomamos en sí mismo).
2.  Si a una cosa no se le quita ni añade nada, no puede verse disminuida ni en aumento, sino que permanecerá igual.
3.     Lo que antes no era, es imposible que sea en lo sucesivo. 

Frente a estas 3 condiciones, el juicio de los personajes no puede fallar. Mientras tanto, Teeteto se ve muy complacido por el diálogo y está ansioso de continuar con él. Es ahí cuando Sócrates le dice que justamente es esa la actitud que debe tener el filósofo, la admiración. De ahí que se diga que la filosofía viene de algo espontáneo como el asombro o la admiración, en efecto, éste es el origen de la filosofía.

El movimiento

Todo es movimiento en el universo y éste movimiento tiene 2 clases: el lento y el rápido.

Movimiento lento: Se mueve en un mismo lugar y ejerce acción a los objetos próximos a él.

Movimiento rápido: Se mueve a una distancia mucho mayor afectando a objetos lejanos. Este movimiento consiste en la traslación.

Es el movimiento lo que nos hace percibir las sensaciones. Si existe algo que que es blanco, es solamente porque la visión nos lo hace parecer blanco. Nada puede existir en sí mismo, todo está sometido al devenir, nunca se detiene.

Teeteto, aunque con mucha dificultad, acepta está proposición de que todo está sujeto al devenir. 

La diferencia y la semejanza

Si todo es devenir, nada podemos sentir tal como se nos presenta. Sin embargo, tomemos el ejemplo de los sueños. El estado de vigilia y ensoñación, nos dan las mismas sensaciones, puesto que cuando soñamos nos mantenemos firmes en que lo que está pasando es verdad. Lo mismo se dice de las enfermedades  y las locuras aunque estas difieran en su duración. No obstante, la verdad no radica en la duración de las cosas. 

¿Es posible que una cosa que sea totalmente diferente de otra, tenga la misma propiedad? Sí, lo es. Si una cosa es semejante a otra, entonces serían ''una sola cosa''; en cambio, si son diferentes, cada una se llamará ''otra''.

Crítica a la doctrina de Protágoras

Desde ahora, la crítica a la doctrina de Protágoras comienza por parte de Sócrates aduciendo que si ''el hombre es la medida de todas las cosas'', ¿qué necesidad tendrían los ignorantes de estudiar? porque si seguimos éste razonamiento, significaría al mismo tiempo que todos los hombres tienen la verdad.

En vez de asignar guerreros para la lucha, se podrían asignar zapateros y estaría bien, puesto que todos tenemos la razón. 

Teodoro y Teeteto siguen quedando se con la doctrina de Protágoras, pero Sócrates insiste en hacerles ver la inconsistencia de tal doctrina.

Sigamos con la afirmación hecha por Teeteto sobre las sensaciones: ''La ciencia no es otra cosa que la sensación''. Lo que quiere decir esto es que bastaría solamente la sensación de escuchar para entender lo que nos están diciendo. Por ejemplo, no habría necesidad de aprender un idioma extranjero, ya que solamente al escucharlo podríamos entenderlo. Así sensación y ciencia serían lo mismo.

Sensación y ciencia 

Teeteto insiste que es la sensación lo que nos puede ayudar a entender todas esas cosas. De hecho, lo que enseñan los gramáticos y los interpretes, no se puede entender por medio de las sensaciones. 

Sócrates le pregunta si es posible recordar aún con los ojos cerrados lo que se había visto anteriormente y Teeteto responde que sí. Por otro lado, de aquí se deduce lo siguiente, quien cierra los ojos no puede conocer, quien los abre sí. Es decir, ''solo sabe el que ve''.

Pero si no se lo ve y se aprende de todas maneras, esto sería extraordinario. Entonces, si es posible recordar con los ojos cerrados, entonces ese tipo recuerdo parece ser independiente de la sensación. 

Luego de criticar la obra de Protágoras, Sócrates vuelve a analizar la máxima de Protágoras. Es sabido ampliamente, que para reconocer un enunciado, éste debe expresar una afirmación o una negación, sobre todo las opiniones. Por lo tanto, cuando Protágoras admite algo como verdadero, no está admitiendo algo como falso. Cuando reconoce un error, está identificando una falsa opinión y al hacerlo reconoce que algo tiene una propiedad especial en sí misma que la hace falsa y no verdadera.

Siempre hay un hombre más sabio que otro

Se critica la doctrina de Protágoras en cuanto a las autoridades. Si alguien está enfermo, ¿a quién sería mejor recurrir? ¿a un médico o aun músico? si siguiéramos a Protágoras, tendríamos que decir que cualquiera de los dos sería adecuado, puesto que solamente depende de la perspectiva que uno tenga. Naturalmente, si no la seguimos diremos que es el médico la persona más apropiada para atender a un enfermo.

Los filósofos

Los esclavos

Después de toda la conversación, Sócrates reflexiona sobre un punto acerca de los filósofos. Las personas que recurren a los foros, a los negocios y a los tribunales, parecen no tener tiempo para discutir o cavilar en extensas conversaciones. No quieren perder el tiempo en hablar y cuando quieren hablar, se ven interrumpidos por sus adversarios con argumentos que parecieran ser irrefutables. Estos son los esclavos de las palabras y no tienen relación con los filósofos quienes se dedican al ocio y la reflexión. Es así como en nuestra sociedad actual, el ocio es mal mirado e importa mucho más lo inmediato y lo continuo.

En efecto, el vulgo se burla del filósofo porque éste ni siquiera sabe donde queda la plaza pública. El filósofo es objeto de risa para esas personas que mencionábamos anteriormente como esclavos. De hecho, una mujer Tracia se había burlado de Tales de Mileto(6), cuando éste, que estaba en las afueras de Mileto, se puso a contemplar las estrellas y el universo cuando de pronto cae a un pozo y muere. 

Sin embargo, cuando el vulgo quiere saber sobre la felicidad, sobre lo que se debe hacer y lo que no, entonces deben recurrir inmediatamente al filósofo. Pero cuando el que acude a los filósofos recibe la instrucción, se aturde, se confunde y no llega a saber nada. Y no será el vulgo quien se reirá de él (puesto que son iguales), sino que se reirá el filósofo.

Teodoro está de acuerdo con Sócrates en este aspecto, además, le dice que sería muy bueno convencer a la gente de todo esto, ya que así no habrían más disputas. pero Sócrates responde a Teodoro que eso sería imposible y que además, el mal debe existir en conjunto con el bien. Este mal no puede estar entre los dioses, puesto que son perfectos, pero si están entre los hombres; por lo tanto es preciso que nos alejemos del mal y nos acerquemos mucho más a los dioses, pero el mal nunca se extinguirá.

Los dioses y la justicia

Con toda ésta conversación, Sócrates asegura que Dios no es injusto y que al contrario, siempre ha sido el más justo. Desde luego existen hombres injustos que a pesar de su condición, triunfan por sobre los justos. Así, se reconoce la existencia de dos tipos de seres: los que creen en Dios y los que están alejados de él. Estos últimos no solo no podrán llegar al lugar puro de todo mal, sino que en la tierra tampoco gozarán de aquello. Sólo podrán compartir sus cosas con las personas que son iguales a ellos.

La doctrina de Heráclito

Heráclito de Éfeso fue un filósofo nacido en Éfeso  quien postulaba que todo estaba sujeto a un movimiento perpetuo. Nada es inmóvil. 

''Todas las cosas que percibimos con los sentidos están en flujo y cambio constantes''

 Habíamos visto en al entrada anterior de Parménides que el ser no es es algo que se mueva y de hecho, afirmaba el filósofo que todo está sujeto a la inmovilidad. Recordemos que Parménides negaba el movimiento, puesto que ''El ser'' no puede ''No ser''. El ser es inmutable y no puede cambiar.

Sin embargo, Heráclito es de la posición contraria. Todo está en constante cambio. Por ejemplo, cuando una persona se baña en un río, la segunda vez que se bañe ni él ni el río serán los mismos. 

Sócrates distingue dos tipos de movimiento: el de alteración (cambio en esencia) y el de traslación (cambiar sin moverse de lugar). Pero si todo se está moviendo y no para de moverse, tendríamos que decir que cuando sentimos, nunca estamos sintiendo nada, pues lo que puede estar sin movimiento, luego puede pasar a otra cosa. Por ejemplo: cuando sentimos frío, luego podemos sentir calor; cuando sentimos hambre, luego podemos sentir saciedad. 

Así, también podemos decir que cuando hablamos ''de una manera'', luego podemos ''hablar de otra'' (o es ''así'' y ''no es así''). Aunque por otro lado, éstas expresiones ''así'' y ''no es así'' no serían correctas para explicar el movimiento porque expresan dos cosas fijas y no una continuación. La palabra que mejor se corresponde con estas sería ''ni así'' o ''de ninguna manera''
(7)

Como resumen nos quedan dos conclusiones hasta el momento:

1.     Ningún hombre es la medida de todas las cosas.
2.     La ciencia no puede ser sensación, ya que las sensaciones cambian constantemente.


El juicio

Teeteto, quién está muy animado escuchando a Sócrates, quiere terminar con la teoría de la inmovilidad del todo, pero Sócrates le dice que continúen analizando lo que es la ciencia. 

¿Porqué se niega Sócrates a continuar con el tema planteado por Teeteto? Debido a que la extensión de dicho tema sería muy largo y también por respeto a la figura de Parménides. Recordemos que es Parménides quien nos habla de la inmovilidad del todo.

A pesar de toda la argumentación de Sócrates, Teeteto sigue diciendo que la sensación es ciencia. Sócrates recurrirá a otros medios para ver a que otra conclusión se puede llegar. 

El pensamiento

El cuerpo es el poseedor de todos los sentidos. Ningún sentido se puede experimentar por medio de un órgano que no corresponda, es decir, escuchar por medio de la boca, o degustar por medio del oído. Sin embargo, hay otro ''sentido'' que nos ayuda a percibir cualquier sensación. Esa ''sensación'' es el pensamiento. 

Incluso, es el pensamiento el que nos ayuda a discernir si una cosa ''es'' o ''no es'' luego de haberla sentido. Pero antes del pensamiento, es el alma la que nos lleva estas sensaciones al pensamiento. Así, se forma una relación continua entre: 

  • Sensación → Cuerpo → Alma
Sócrates y Teeteto se quedan conformes con que para llegar a la verdad y al ser, es necesario ahondar en el alma. Si se quiere llegar a la verdad; al mismo tiempo, se quiere llegar a la ciencia. Por lo tanto, no podemos decir que las sensaciones son una ciencia, puesto que no ha llegado a la verdad.

Juicio falso y juicio verdadero

Al fin, con éste argumento, Teeteto acepta que las sensaciones no son la ciencia, pero cuando Sócrates le pregunta nuevamente ''¿Qué es la ciencia?'' Teeteto nuevamente se ve en un aprieto. Tratando de responder, Teeteto declara que la ciencia es la juicio verdadero en contra de la juicio falso

Los mismos conceptos se extrapolan con el saber y así, quedaría de la siguiente manera: el saber y el no saber. Ahora, ¿Cómo podría caber la opinión en el saber y en el no saber, si la opinión es algo intermedio entre el saber y el no saber? 


Juicio falso basada en la inexistencia

Sócrates primero nos dice que el juicio que afirma algo que no ''es'', es un juicio falso. Pero esto no se da en todos los casos. Si una persona afirma que ve algo, y ese algo es real, estaría bien en formarse un juicio. Lo mismo puede decirse si se juzga sobre un objeto que existe, pero ¿será posible juzgar sobre algo que no existe? Evidentemente, no. Y es así como un juicio falso significa la mismo tiempo juzgar sobre lo que no ''es''. 

Confusión en el juicio

Este tipo de juicio se hace cuando se afirma que una cosa es otra. En el ejemplo anterior, que se crea que Sócrates es Teeteto y Teeteto es Sócrates, es otro tipo de juicio falso; sin embargo no se puede confundir lo que se conoce con lo que no, por ejemplo, si juzgo que lo bello es feo, es porque quizás no conozco lo feo, o no conozco lo que es socialmente feo. Por lo tanto, el juicio falso no es una confusión, puesto que no se puede confundir lo que se conoce, con lo que no se conoce.



Revisión del juicio

Sócrates y Teeteto se ven un tanto reticentes a las conclusiones que han sacado y proponen analizarlas nuevamente. 
Si una cosa no se sabe, más tarde se puede aprender. Éste aprendizaje se llevará a cabo a través de los sentidos y luego para aplicar este aprendizaje nos bastará la memoria para utilizarlo. ¿Es posible juntar lo que se sabe con lo que no se sabe? Veamos los casos en cómo las cosas se saben y no se saben:
Casos:
  • Se sabe cuando se tiene recuerdo de una cosa en el alma aunque no se haya percibido por los sentidos. 
  • Es imposible confundir lo que se sabe con lo que no se sabe.
  • Es imposible confundir dos cosas que no se conocen.
  • Juzgar erróneamente a alguien aunque se conozca.
El primer caso es fundamental de analizar. Hay veces que cuando no tenemos la percepción de algo, sabemos que ''es'' y a esto se le llama percepción. Por ejemplo, Sócrates conoce a Teodoro y a Teeteto. ¿es posible confundir a Teodoro con Teeteto si ya los conoce? Aunque Sócrates no tenga al sensación inmediata de Teodoro (verlo, oírlo, tocarlo, etc.), no significa que no sepa quién es. 

El segundo caso, si yo conozco a Teodoro pero no conozco a Teeteto, sería imposible confundirlos, puesto que no sé quién es Teeteto. Para que la confusión pueda darse, es necesario tener dos objetos.

El tercer caso hace relación con el desconocimiento de ambos objetos. Es decir, si no tengo conocimiento ni sensación alguna de Teodoro y Teeteto, será también imposible confundirlos, puesto que no conozco a ninguno. 

Pareciera ser entonces, hasta ahora, imposible formarse un juicio falso sobre algunos objetos. En ninguno de los casos podríamos equivocarnos en cuanto a conocer a Teeteto, o a Teodoro.

Y el cuarto caso suele ocurrir cuando no podemos percibir bien las cosas que sentimos, por ejemplo, si Sócrates ve desde lejos a Teeteto y a Teodoro, eventualmente puede formarse un mal juicio de ellos al no observarlos debidamente. Es solamente aquí donde se puede formar un juicio falso.

Aún queda otro caso por analizar que es más fácil de comprender. Cuando se conoce y se siente un objeto y no se confunde con otro que se conoce y se siente también. Por ejemplo, Sócrates conoce tan bien a Teeteto y a Teodoro que jamás los confundirá.

Sólo un alma que sea buena y virtuosa podrá emitir un juicio verdadero y en cambio, el alma que no se sigue por la rectitud y la virtud, sólo podrá formar juicios falsos.

El saber y la ciencia

Una vez analizado el juicio verdadero y el juicio falso, Sócrates aventura una definición del saber. Para esto, Sócrates comienza distinguiendo el concepto de ''tener'' y ''poseer''. Por ejemplo, quien tiene un vestido, incluso siendo dueño de aquel, pero si no lo está usando, solo se puede decir que lo ''posee'' y no que lo ''tiene''. 

Enseñar, aprender y saber

En este caso, ''el saber'' significa poseer ciencia. y para ''poseer'' la ciencia se debe practicar un arte. Por ejemplo, la aritmética sería el arte con el que se ''posee'' la ciencia de los números. Poner las ciencias en manos de otro sería lo que llamamos ''Enseñar'' y recibir la ciencia sería ''Aprender'' y finalmente, poseer la ciencia significa ''Saber''.

La ciencia ¿un juicio verdadero?


Sería razonable que se pensara que la ciencia es un juicio verdadero, de hecho, Teeteto lo pensaba así. Sin embargo, Sócrates nos deja una duda razonable. Ya resolvimos lo que es el saber, ahora nos concierne lo que puede ser la ciencia. Teeteto considera que la ciencia es un juicio verdadero, pero Sócrates, al ver que muchos jueces son persuadidos por las palabras y el aparente juicio verdadero que hacen los abogados y los sofistas, termina por decir que la ciencia en realidad no podría ser un juicio verdadero. Porque si fuera así, tendríamos que darle la razón a los sofistas que solamente hacen apariencia de un juicio verdadero. 

Teeteto, quien ahora entendía más claramente, comprendió que es necesaria la razón en el juicio verdadero.

Los elementos y los compuestos

Sócrates, de repente, dice que algo le molesta de toda esta conversación. La inquietud tiene que ver con los elementos, los cuales dice que no pueden ser conocidos y los compuestos que si pueden ser conocidos. La manera de explicar esto se representa con las sílabas.

-CRA-TES

S y Ó son los elementos que componen la sílaba SÓ. Ahora, ¿cuales son los elementos de cada una de las letras? La S es una letra consonante mientras que la Ó es una vocal acentuada. No tienen más explicación y sería difícil encontrar más elementos en las letras. Por lo tanto, para Sócrates, los elementos son incognoscibles porque de los elementos de una letra no se puede decir nada; en cambio, a la sílaba si se la puede reconocer.

De este modo, las sílabas, tomadas como un todo, no tendrían partes porque el todo es lo mismo que todas las partes, es decir, los elementos S y Ó son lo mismo que la sílaba SÓ. Teeteto difiere en este punto, ya que él dice que el todo es diferente de sus partes. Para que entienda, Sócrates le da un ejemplo con los números.

- 1,2,3,4,5,6
- 2x3
- 3x2
- 4+2
- 3+2+1 
- 5+1

Todos estos ejercicios darían como resultado 6. Ninguno de estos ejercicios difiere en su resultado; por lo tanto, todos ellos representan 6 y al mismo tiempo, sus partes representa el número ''6''. Así, el todo es lo mismo que sus partes.

Otro ejemplo lo da con el pletro(2). El número del pletro (elementos), es lo mismo que el pletro (compuesto). El número de estadios (elemento), es lo mismo que el estadio (compuesto).

Sin embargo, si la sílaba no tiene partes (porque habíamos dicho que el todo es lo mismo que sus partes) y los elementos tampoco tienen partes; entonces, tendrían que ser iguales. Entonces, sería la sílaba la que es incognoscible, ya que tiene las mismas características del elemento.

De esta manera, Sócrates se da cuenta que los elementos tienen una importancia fundamental en e entendimiento. Si entendemos los elementos de una cosa, podemos entenderlo en su totalidad, por ejemplo, cuando vemos un objeto con ruedas, tablas y un hombre montado en él, sabremos inmediatamente que es un carro. 

Por fin, Sócrates y Teeteto aceptan que el juicio verdadero junto con la razón, son lo que podríamos llamar una ciencia perfecta. En total, el razonamiento de cada elemento, su caracterización, las diferencias que este elemento tiene con otros, acompañado de el juicio verdadero, podríamos llamarlo inmediatamente, ciencia.

''Por consiguiente, y según parece, ese hombre al que se le pregunte qué es la ciencia, contestará que es el juicio verdadero acompañado del conocimiento de la diferencia . Esto sería, a su entender, la adición de la razón''.
Finalmente, Sócrates agradece la estancia de conversación con los dos matemáticos y se retira diciendo que debe compadecer en el Pórtico del rey frente a la acusación que Meleto le había hecho. Sin embargo, Sócrates le dice a Teeteto que se volvieran a encontrar en el mismo lugar, mañana por la mañana; esto da el pase para la lectura de ''El Sofista''
Conclusión

Recuerdo mis clases de lingüística donde los elementos de una letra se veían por montones. Partiendo simplemente desde los morfemas, los fonemas, los sonidos, etc. Supongo que aún no estaba tan desarrollado el lado de la escritura en esas estructuras lingüísticas. Por otro lado, la crítica a Protágoras es formidable junto con las explicaciones de la teoría de Heráclito. Me sorprendió´que Sócrates no se expresara ante la teoría de Parménides que seguramente, por respeto al filósofo, no quiso emitir ningún comentario sobre él. 

Un libro que necesita la lectura previa del Parménides sobre todo para entender la teoría del todo y la parte que casi al final se menciona; si consideran esto, el libro les será más rápido de leer.


¡El próximo libro será ''El sofista o del saber''!

miércoles, 11 de febrero de 2015

Platón - Parménides (o de las ideas).

Parménides fue un filósofo griego que vivió en Grecia, específicamente en la ciudad de Elea. Se caracterizaba principalmente por su teoría del ser, la cual postulaba que el ''ser'' era eterno, infinito e inmutable y que éste ''ser'' no podía ser al mismo tiempo ''no-ser''. Todo lo contrario a su contemporáneo Heráclito quien decía que el ''ser'' va cambiando constantemente. La teoría del flujo postulaba que siempre todo va cambiando, somos como un río el cual nunca tiene las mismas aguas o como el fuego que nunca es el mismo debido a que siempre se está moviendo. Dos posturas irreconciliables que acabaran por influenciar a miles de filósofos posteriores. En este libro tenemos numerosos personajes incluso Aristóteles quien fuera el alumno de Platón.


ANTES DE LEER: Compréndase que ''idea'' y ''forma'' se tratan indistintamente. En muchas versiones de Parménides la palabra ''forma'' es sustituida por ''idea''.

Referencias:

(1) Fue una ciudad perteneciente a la Antigua Grecia. Actualmente es la ciudad de Urla en Turquía.
(2) Personajes del libro La República.
(3) Zenón de Elea (490 a.C - 430 a.C) era discípulo de Parménides y perteneció a la escuela eleática.
(4) Eran unas fiestas dedicadas a Atenea que se hacían en la Antigua Grecia.
(5) Se encuentran en ''Sobre la naturaleza'' versos 37 y 38.
(6) Recordemos la base de la filosofía de Parménides, el ser no puede ser un ''no-ser''.
(7) La misma separación que hará Platón en la alegoría de la linea y la alegoría de la caverna.
(8) Esta es la argumentación que Aristóteles llamará ''Argumentación del tercer hombre'' (ATH)
(9) Esta afirmación se encuentra en ''Sobre la naturaleza'' versos 25, 26 y 27.
(10) Hay dos versiones que he encontrado con respecto a ésta frase. Una dice ''ser en algo'' y la otra ''entrar en una cosa''.


Παρμενίδης

Personajes

- Cefalo
- Adimanto
- Glaucón
- Antifon
- Pytodoro
- Sócrates
- Zenón
- Parménides


Encuentro en Atenas


Céfalo, quien venía desde Clazomenas(1) a Atenas, se encontró con Adimanto y Glaucón(2) en la plaza pública en busca de Antifón, hermano de madre de Adimanto, para que les relatase una conversación que Sócrates habría sostenido con Parménides y Zenón. Adimanto les dice que Antifón vivía en Melite, y se dirigen inmediatamente allá. Después de algunos reparos, finalmente Antifón accedió a dar el relato.


Zenón y la obra

Parménides y Zenón(3) asistían a las Panateneas(4) y se alojaron en casa de Pytodoro donde se acercó Sócrates y otros ciudadanos que quisieron escuchar una obra de Zenón. 

A falta de Parménides, el cual había salido por un rato con Pytodoro, Zenón dio lectura de la obra y todos la escucharon. Cuando estuvo apunto de terminar, justo en ese momento llegaron Parménides, Pytodoro y Aristóteles.

La unidad y la multiplicidad

Sócrates pide que se reconsidere la primera hipótesis del argumento el cual es el siguiente.

  • Es imposible que los seres sean múltiples y a la vez semejantes y desemejantes, puesto que un ser semejante no puede ser a la vez desemejante.

Si es imposible que lo semejante sea desemejante y viceversa, es imposible también que exista lo múltiple. Sin embargo, considerando la obra de Parménides, Sócrates le dice directamente a éste, que Zenón quiere prescindir de su obra(5) y de su amistad porque Parménides afirma que el ''Todo'' es uno. Así, quedarían los dos amigos con posturas muy distintas.

Parménides: El Todo es uno.
Zenón: Lo múltiple no existe.

Esperando una explicación, Zenón advierte a Sócrates que su libro jamás pretendió disentir de la obra de su maestro, al contrario, es una defensa a la filosofía de Parménides. Sócrates acepta esto por el momento, pero prefiere irse al meollo del asunto con la siguiente interrogante.

Si bien la semejanza y la desemejanza son distintas, todos participamos dentro de ellas (lo múltiple), puesto que todos somos distintos. Dentro de ésta multiplicidad, tenemos las cosas que son semejantes y desemejantes, pero también, al estar estas dos características dentro de la multiplicidad, podemos decir que todas estas cosas son semejantes y a la vez desemejantes. Pero esto no es lo que verdaderamente sorprende a Sócrates, lo que realmente le sorprendería sería que la esencia de lo uno pertenezca a lo múltiple y viceversa.

En todo caso, Sócrates ejemplifica aún más su razonamiento diciendo que siendo él un hombre, participaría de la multiplicidad, puesto que tiene un lado derecho, uno izquierdo, una parte trasera, una delantera, una superior e inferior. Como también puede participar de lo uno como hombre, por ejemplo, si se empezara a contar a Sócrates en un grupo de hombres, a él tendría que darse un numero. 

Sócrates:

Participa de la multiplicidad: Todas sus partes son distintas.
Participa de lo uno: Al contabilizarlo como un hombre dentro de un grupo de hombres.




Parménides y su respuesta

Pytodoro comentaba que con mucho respeto y admiración, Parménides y Zenón escuchaban a Sócrates cada palabra que él les ofrecía. De pronto, Parménides interviene para hacer a Sócrates algunas preguntas. ¿Existe una forma separada del hombre y de las cosas? Sócrates, quien en ese tiempo era muy joven, consideraba que no era así, solo las cosas que logramos ver pueden existir. 

La unidad y la multiplicidad según Parménides

La juventud que tenía Sócrates en ese momento, le hacía ignorar las formas, pero Parménides le pregunta si las cosas que participan de la magnitud (multiplicidad), al mismo tiempo participan de lo grande (unidad). ¿Es posible que la forma este presente dentro de la multiplicidad? ¿Que lo grande este en la magnitud? Sócrates contesta que sí, pero si fuera así entonces la forma tendría que estar separada de sí misma.

Sin embargo, el joven Sócrates agrega que no necesariamente es así, puesto que puede una cosa ser única y múltiple al estar expuesta al día (unidad) presente en todas las cosas de la tierra(multiplicidad)

*Voy a darles un ejemplo yo mismo (el autor del blog):

  • Supongamos que tenemos muchos lugares. Estos lugares, que serían lo múltiple, participan del día (la unidad) así como el día participa de ellos. Es decir, el día está presente en los lugares y los lugares en los días. Tenemos por lo tanto, la unidad en lo múltiple y lo múltiple dentro de la unidad.  



Parménides acepta esto, pero le pone otro ejemplo. Si unos hombres se taparan con un velo, estaríamos hablando de que la unidad (el velo) encierra la multiplicidad (los hombres). El velo no está extendido sobre cada uno de los individuos, sino que una parte del velo está extendido a un solo individuo y otra en otro. Así, no se hallará el todo (el velo) en cada una de las partes (los hombres), sino que las partes (los hombres) en cada parte del todo (el velo).

La forma (o idea) y la multiplicidad

Sócrates se niega a aceptar que la unidad este en los hombres sin dejar de ser unidad(6). No obstante, Parménides insiste con más ejemplos. 
  • Imaginemos por un momento que tenemos 5 edificios. A cada uno de ellos se les dará una pequeña parte de la ''magnitud en si'', es decir, se los hará más grandes, pero si nos fijamos en un solo edificio ¿se puede decir que es más grande si a cada uno de ellos se les dio una parte pequeña de la magnitud en sí?

Por lo tanto, si a un edificio le damos una pequeña parte de la magnitud, entonces esa pequeña parte de magnitud tendría que llamarse de otro nombre o bien re definir el concepto de magnitud. 

Podríamos hacer el mismo ejercicio con lo pequeño. Supongamos que tenemos lo pequeño en sí




Si quitamos una parte de lo pequeño en sí, quedaría mas o menos así.





De esta manera, la parte que fue separada de lo pequeño en sí, se llamaría ''más pequeño''. Así, lo pequeño en sí, sería más pequeño que lo ''más pequeño'' lo cual es imposible. En efecto, ¿como podríamos decir que lo pequeño en sí es más grande que lo más pequeño? Sócrates afirma también que esto es imposible.

Lo incognoscible de las formas

Sócrates acepta todo esto y además, Parménides, le dice que los pensamientos también están presentes en las cosas, puesto que no pueden existir los pensamientos de nada. Este tipo de pensamiento es una ''forma'' que representa una pluralidad de cosas en un solo concepto. Hombres (pluralidad) grandes (forma).

Aún hay un problema mayor de resolver, dice Parménides, y este se trata de la cognición de las ''formas''. Por supuesto, alguien que solo se deja convencer por lo que ve (como el joven Sócrates lo había dicho hace un momento), no podría jamás ver las formas. Parménides le aclara a Sócrates que las formas pertenecen a otro tipo de realidad. Por ejemplo.

  • Si alguien fuera señor o esclavo de alguien, éste no participaría del soberano en sí, ni de la esclavitud en sí. Al ser un hombre, solo mantiene una participación con los hombres, puesto que la soberanía y la esclavitud pertenecen a otro tipo de realidad.
Por esta razón, tenemos dos distintas realidades: La de los hombres (realidad sensible) y la de las formas (realidad inteligible)(7). Ninguna de estas realidades inteligibles pertenecen a nuestra realidad ni tampoco podemos interferir en ellas. Tenemos así, dos realidades independientes la una de la otra.

Queda aún algo que decir de la teoría de las formas. Primero tenemos que hay cosas que participan de lo grande, luego tenemos lo que significa lo grande en sí. Pero, ¿en qué modelo se basa lo grande en sí para ser grande en sí? tendría que tener un modelo y este modelo tendría que tener otro y así hasta el infinito (8).

Dios y la ciencia en sí

Divididas así las dos realidades fundamentales, la ciencia en sí, sería el estudio de estas realidades en sí (las formas). No se puede participar de las cosas en sí porque el ser humano no puede alcanzar la ciencia en sí. Por lo tanto, lo bello, lo justo y lo bueno, son incognoscibles para el hombre, puesto que estas cosas participan de las cosas en sí.

Además, este tipo de ciencia sería más perfecta que la ciencia de los hombres. De este modo, el único que podría participar de las cosas que estudia la ciencia en sí, es Dios. Ahora ¿es posible que Dios, quien pertenece a la ciencia de las cosas en sí, pueda participar y conocer la ciencia del hombre? En un principio quizás esto no sea posible porque la ciencia en sí no participa de nuestra ciencia. Entonces, no sería posible conocer a Dios a través de la ciencia de los hombres debido a la diferencia de realidades.

Parménides y Aristóteles: Lo uno y lo múltiple

Aún quedan cosas para discutir y la empresa no es nada fácil según Parménides. Éste le pide a Sócrates que sea Zenón quien pueda continuar con el diálogo, pero él tampoco se siente capaz y todos ruegan a Parménides continuar. Finalmente acepta, pero el participante en esta ocasión sería Aristóteles.

¿Qué es lo uno?

Lógicamente, lo uno no puede ser pluralidad porque de otro modo, tendría que ser parte. 

  • Lo Uno no puede ser parte ni tampoco un todo
  • La parte es una parte del todo y no un todo. 
  • El todo sería aquello a lo que no le falta ninguna parte. 

Por ende, lo Uno, si no tiene partes no tendrá comienzo ni fin porque si tuviera partes, entonces tendría como empezar. Por lo tanto, lo Uno es ilimitado(9) y también carece de figura, ya que no sería recto ni circular y si así fuera, entonces lo Uno tendría partes lo cual es imposible.

Sin embargo, si no participa del origen ni del fin,  si no participa entonces de la realidad en sí y la otra realidad, ¿donde se sitúa lo Uno? Empecemos...

¿Por qué lo Uno no puede participar de las cosas en sí?

R: Porque estaría rodeado por sí mismo. Estar en algo y no verse rodeado es imposible y si está rodeado, significa que tiene límites, pero como dijimos hace poco, lo Uno no tiene límites.

¿Por qué lo Uno no puede participar de las otras cosas?

R: Al estar en otro que no fuera él, tendría que verse rodeado por el ser en el que se encontrase. Siguiendo la misma lógica, esto no puede darse en lo Uno, puesto que no tiene límites.

Como conclusión lo Uno no estaría en ninguna parte. 

La movilidad y la inmovilidad en lo Uno.

Ahora Parménides se propone resolver si lo Uno se mueve o en realidad es inmóvil. Existen dos tipos de movimiento: traslación y alteración. Lo Uno no puede tener movimiento de alteración porque de ser así, ya no sería Uno. ¿Podría tener un movimiento de traslación? En cierto sentido sí, pero tendría que ser un movimiento en un mismo lugar y girar en círculos en su propio eje, o trasladarse de un lugar a otro. Si es así, tendría que descansar en un centro y tendrá que ver moverse alrededor de él, todas las demás partes. Pero si acordamos que lo Uno no tiene partes ¿Cómo podría moverse en sí mismo? Luego, lo Uno no puede moverse.

Con todas estas explicaciones de lo Uno, sería aún más difícil imaginar que lo Uno pueda llegar a ser en algo(10). Porque si aceptáramos el movimiento de traslación, al moverse el ser, tendríamos que decir que el ser llega a ''ser'' en algo. Si alguna cosa tiene la capacidad de recibir algo, ésta cosa solo puede recibir algo por partes y como lo Uno no tiene partes, entonces no podría ser en algo. 


Imaginemos por un momento que ''A'' es lo Uno y ''B'' es la cosa que lo recibe.





Si ''A'' tuviera que entrar en ''B'', solo podría ser en partes.



Así, la única forma que ''A'' pudiera entrar en ''B'' a través del movimiento de traslación, tendría que hacerlo por partes. Puesto que lo Uno no tiene partes, entonces no puede llegar a ser en algo. Tampoco puede moverse porque no puede permanecer en otro lugar y tampoco puede permanecer en el mismo debido a que como es infinito y no termina, puede encontrarse en todas partes.

Lo diferente y lo idéntico en lo Uno

Este pensamiento parece ser más simple. Si lo Uno fuera diferente de sí mismo, tendría que ser otra cosa diferente a lo Uno. Y si fuese idéntico a otro, realmente ya no sería Uno, si no que tendría que ser eso ''otro''. Así, no puede ser idéntico a otro ni diferente de sí mismo.

No puede ser diferente de otro porque lo que es Uno, no puede ser otro. Por lo demás, la naturaleza de lo Uno no es lo mismo que la naturaleza de lo idéntico, puesto que lo Uno no puede ser idéntico a lo otro.

Lo igual y desigual en lo Uno

Si lo Uno fuera igual, tendría que tener las mismas medidas de lo que es igual, lo cual es imposible, ya que lo Uno no puede ser idéntico como lo habíamos visto en el párrafo anterior. Tampoco podría ser desigual con respecto a otras cosas, puesto que si fuera así, tendría que tener partes, por ejemplo, si lo Uno es más grande que una cosa, se asume entonces que lo Uno tiene más partes. Esto es imposible ya que lo Uno no tiene partes.

Lo viejo y lo joven en lo Uno

¿Podría ser viejo o joven lo Uno? Pues aquí tenemos otro imposible, ya que si fuera viejo o joven, tendría que diferenciarse de otro y ya dijimos que lo Uno no se puede comparar. Por lo tanto, al mismo tiempo podremos decir que lo Uno, no participa del tiempo, así como tampoco participa del ser debido a que el ''ser'' por el solo hecho de ''ser'' ya está participando del tiempo. 

El ser y lo Uno

Lo Uno no puede existir sin participar del ser. Por esta razón, el ser será ser de lo Uno, sin ser idéntico a lo Uno. De esta forma, solo se puede decir que lo Uno existe si participa del ser. El ser le da existencia a lo Uno y por eso lo Uno ''es''. 

Se quiere puntualizar que lo que ''es'' es diferente de lo Uno. Porque si lo Uno existe, entonces lo Uno debería tener partes. Así se construye el primer término con relación a lo Unolo Uno que existe.

Hasta ahora tendríamos 3 categorías de lo Uno:

  1. Lo Uno
  2. El ser de lo Uno
  3. El Uno que existe


Lo Uno que existe, es a la vez un todo donde el ''ser'' y lo Uno son partes. Pero si esto llega a ocurrir tendríamos que decir que lo Uno es parte y a la vez pluralidad y esto no podría ser posible. ¿Cual es la diferencia entre el ser y lo Uno? En efecto, Lo uno no se diferencia del ser por su Unidad y el ser no se diferencia de lo Uno por su ser, si no que se diferencian por lo ''otro en sí''. Entonces lo ''otro en sí'' no es idéntico a lo Uno ni tampoco al ser.

Los Números y lo Uno

Es posible nombrar al ser y a lo Uno al mismo tiempo. Y Para nombrar a los dos en una sola unión tendría que decir ''ambos''. Si nombramos dos cosas, es preciso que cada una de ellas sea una, por ejemplo, El ser y lo Uno, los dos serían una unidad. Si se añadiera una cosa más serían 3 y el 3 es impar. De aquí se dice que el número 2 es par y el número 3 es impar. Por lo tanto, no existe ningún número con una existencia innecesaria (o que ''no-sea''). Finalmente, si lo Uno existe es necesario que los números también existan.

Sin embargo, si el número existe tenemos que decir que la multiplicidad también existe. Por otro lado, los números igualmente participan del ser de una manera infinita y los seres; por lo tanto, tienen existencia y no están privados de ella.

El ser ha sido distribuido por todos los seres para que existan. En otras palabras, el ser está dividido en muchas partes, ya que la existencia es múltiple. Es imposible que una parte sea y a la vez no sea. Es imposible que una parte sea a la vez nada. Así, lo Uno se encuentra en cada una de las partes del ser y está dividido. ¿Es correcta ésta afirmación si dijimos que lo Uno no podía ser parte? Evidentemente no.

Lo Uno y el todo

Lo Uno está en todas partes y en todo porque de otra manera, tendría límites y ya dijimos que lo Uno es ilimitado. El todo no puede estar en todas las partes (porque si lo estuviera, tendría que convertirse en una de las partes del ''todo'') ni en algunas (porque si lo estuviera, lo más estaría en lo menos). Luego, es preciso afirmar que el ''todo'', no se encuentra en ninguna parte. 

No obstante, si el todo no se encuentra en ninguna parte, no lo podríamos llamar ''todo'', sino que ''nada'', pero como no es ''nada'' tiene que estar necesariamente en otra cosa. Parménides quiere responder a ésta inquietud con el concepto de movimiento.

Si una cosa está en reposo, significa que está dentro de otra y que además no sale de ahí. Ahora, esa cosa que está dentro de otra, nunca está en lo mismo, puesto que está en otra cosa. Pero si está en otra cosa, también se puede decir que no está en reposo, sino en movimiento. Así, lo Uno que está siempre en sí mismo y en otra cosa al mismo tiempo, esté igualmente en movimiento y en reposo.

Como habíamos establecido anteriormente, lo Uno es idéntico y diferente de sí mismo e idéntico a las otras cosas, como también es diferente. Sin embargo, lo Uno ¿podrá ser distinto que lo Uno? Aristóteles dice que no puede ser distinto de sí mismo. Pero si fuera así, si lo Uno está dentro de una cosa que es también lo Uno, entonces los dos se diferencian. Entonces, lo uno está tanto dentro de sí mismo como en las demás cosas.

Lo mismo y lo otro

Estos dos conceptos, que por lo demás son contrarios, no se pueden encontrar el uno con el otro. Lo mismo y lo otro no son iguales. Y puesto que lo otro jamás está en lo mismo, jamás estará en ningún ser (ni en e que ''es'' ni en el que ''no-es''). Extrapolando esto a lo Uno, lo Uno no podría ser jamás no-Uno. A su vez, lo no-Uno no podría ser un número. Pero dijimos anteriormente que lo Uno se encontraba en todas partes y en todas las cosas, entonces lo Uno y lo no-Uno serían lo mismo. Aristóteles queda un poco confundido con esto y Parménides intenta explicarlo en el siguiente apartado.

Los nombres y lo otro

Un nombre se puede pronunciar muchas veces o una sola vez. No importa cuantas veces se haya dicho el nombre, puesto que siempre ese nombre se va a referir a un mismo objeto y no a otro. Si decimos ''otro'' muchas veces, no estamos cambiando el significado muchas veces, sino que estamos repitiendo el nombre de un mismo objeto.

Cuando se dice que lo ''otro'' es diferente de lo Uno y que lo Uno es diferente de los otros, solo nombramos una misma cosa que sería lo ''otro''. Ahora, los seres que experimentan las mismas cosas (como en este caso lo Uno y lo otro), comparten a la vez cierta semejanza. En este caso se verían dos conceptos: semejanza y desemejanza.

Semejanza: Lo Uno y lo otro experimentan lo mismo.
Desemejanza: Lo Uno y lo otro son diferentes en cuanto a su totalidad.


El contacto y el no contacto de lo Uno

Lo Uno tiene tanto contacto consigo mismo como con los otros porque al estar en las demás cosas, necesariamente debe haber un contacto entre ellas. En efecto, lo Uno tiene contacto consigo mismo y contacto entre las otras cosas. 

No obstante, para que exista contacto deben haber dos participantes (o dos seres) y lo Uno no puede ser dualidad al mismo tiempo que es Uno. Entonces, ¿Cómo es posible que lo Uno se contacte a sí mismo? Simplemente por el hecho de estar consigo mismo, lo Uno esta en contacto consigo mismo. 

Ahora, si dijimos que lo que no es Uno (es decir lo no-Uno) no se puede tomar como un ser, puesto que no tiene número ¿Cómo es posible que lo Uno tome contacto con algo que no es un ser? En efecto no pueden estar en contacto.

En resumen, lo Uno puede y no puede estar en contacto con las demás cosas como consigo mismo.

Revisión de lo Uno

Lo igual y desigual en lo Uno (2)

Si reducimos a lo Uno en cuanto a magnitud o pequeñez, descubriremos que lo otro será o más pequeño o más grande que lo Uno. En todo caso, si la pequeñez o la magnitud han de darse en lo Uno, tendrán que darse en el todo o en las partes.

  • Si se da en el todo, éste se extenderá hasta envolver a lo Uno.
  • Si se da en al pequeñez, ésta se extenderá hasta envolver a lo Uno. 


Pero ¿Será posible que lo pequeño envuelva a lo Uno y tengan la misma proporción? Por supuesto que no. La pequeñez solamente se puede dar en una parte y no en todo, de lo contrario no sería pequeñez. Lo mismo conviene para la magnitud y lo único que puede ser más grande que lo pequeño, es la magnitud en sí y lo más pequeño que la magnitud, es lo pequeño en sí. Por lo tanto, lo Uno no tiene pequeñez ni tampoco magnitud. Solo estará en paridad e igualdad consigo mismo.

Lo viejo y lo joven en lo Uno (2)

Si bien habíamos dicho que lo Uno no participa del tiempo, el ser si participa del tiempo, puesto que conforma los 3 tiempos verbales que conocemos: ''era'', ''es'' y ''será''. No olvidemos que lo Uno también es el ser puesto que el ser tiene un número y lo Uno también. Entonces, lo Uno, al avanzar con el tiempo, se hace más viejo, pero no olvidemos que se hace viejo por ser joven. Por lo tanto, lo Uno se hace más viejo y más joven que sí mismo todo el tiempo como también no se hace ni más viejo ni más joven con respecto a los ''otros''. 

La movilidad y la inmovilidad en lo Uno (2)

En cualquiera de estos dos tipos de movimientos, el lugar donde ocurren deben estar fuera del tiempo. Esto es debido a que un ser no puede moverse y parar de moverse mientras el tiempo transcurre. Sería factible preguntarse ¿donde se da el movimiento del ser? Parménides añade un concepto, ''Instante''. Esta palabra está definida por Parménides de la siguiente manera:

''El punto en que se pasa de un cambio a otro'' 

Es aquí donde lo ''instantáneo'' se sitúa entre el movimiento y la inmovilidad y está situada fuera del tiempo. Lo Uno debe llevar este cambio de inmovilidad y movilidad a través del instante. 

Lo Uno y lo otro

Diferenciamos a lo Uno de los otros porque precisamente, éste último es distinto de lo Uno. Los otros son distintos de lo Uno debido a que tienen partes, pero las partes son partes de un todo; si tuviéramos una parte y la dejáramos aislada, ya no sería una parte, sino que sería un todo. Entonces, la parte, como forma parte de un todo, también participa de lo Uno así como participa del todo.

Si bien participan de lo Uno, los otros no son lo Uno. En efecto, los otros, que son considerados como partes, tienen límites y lo Uno es infinito. De esta forma lo Uno y lo otro son semejantes desemejantes entre sí todo el tiempo.

El ser y lo Uno (2)

Si lo Uno no existe, ¿se podrá decir que lo no-Uno existe? 

  • Si lo Uno no existiese, se tiene que tener un conocimiento de lo Uno, porque de otra manera, no se sabría de qué se está hablando.

Sin embargo, lo que no existe tiene atribuciones como ''aquel'', ''algo'', ''aquello'' o ''estos''. De esta manera se dice que lo Uno no puede existir si no existe. Finalmente la semejanza entre lo no-Uno y lo Uno, no existe, solo el Uno es semejante así mismo.

El ser pasaría del no-ser y lo Uno tendría a su vez una participación en el ser. De este modo, parece ser que lo Uno, aunque pase al no ser, sigue existiendo. Entonces, lo Uno parece ser y no ser al mismo tiempo, como también parece ser que estaba con movimiento y sin movimiento.

Por otra parte, lo Uno que no es, es a la vez ''móvil'' puesto que tienen un cambio del ser al no-ser. Como también se puede decir que no se mueve porque aisladamente, lo Uno que no es, no es  lo Uno que es; por lo tanto permanece inmóvil.

  • Lo Uno que no es permanece inmóvil y se mueve.

Ahora, si lo Uno que no es se mueve, es preciso que lo haga alterándose. Pero si lo Uno que no es no se mueve (que como dijimos antes es perfectamente posible), tampoco se podría alterar.

  • Lo Uno que no es se altera y no se altera.



Si lo Uno que no es se altera, podríamos decir que a la vez perece y si no se altera no perece; por lo tanto..

  • Lo Uno que no es, si se altera, llega a ser y perece y también si no se altera no llega a ser ni perece.



Sin duda, a Parménides le surge un razonamiento muy factible. Lo que no es ¿puede participar del ser? Evidentemente, no puede participar del ser en modo alguno; y en otra perspectiva, lo que no es no puede tener el ser ni tampoco perderle. Así, lo anteriormente explicado, queda rebatido por las siguientes afirmaciones:

  • Lo Uno que no-es no perece ni llega a ser
  • Si no llega a ser no puede alterarse
  • Si no se altera no puede moverse
  • Si no se mueve no se da en ninguna parte
  • Si no se da en ninguna parte no participa de la magnitud ni de la pequeñez
  • Por último, lo Uno que no-es, no tiene determinación alguna

Finalmente, se mantiene la tesis de Parménides al decir que el ser no es lo mismo que el no-ser, o lo Uno no es lo mismo que lo no-Uno




Conclusión


Como podemos ver, es Parménides quien se apodera de todo el diálogo, y no Sócrates con quien ya estábamos acostumbrados. Este libro va a ser una ayuda para estructurar la filosofía platónica sobre todo por la teoría de las formas de Platón. Es curioso ver también al alumno de Platón, Aristóteles, conversando con Parménides, aunque sea solamente haciendo afirmaciones a las aseveraciones de Parménides, o preguntas que en realidad no tenían mayor relevancia. Un libro con bastante complejidad, su lectura debe ser pausada y gradual, de otro modo, no se entiende nada.