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martes, 10 de octubre de 2017

Al-Farabi - El Libro de la Religión.

La religión no es un concepto simple ni de poca estimación para Al-Farabi quien la consideraba el principio del conocimiento antes de la filosofía (aunque en otros textos dice que la filosofía va antes). Recordemos que Al-Farabi era un filósofo musulmán con influencias de la antigua Grecia por lo que no debemos ser sesgado al ver el apunte siguiente. Como el mismo Al-Farabi dice, todo conocimiento es valedero una vez que sea conocimiento. Veamos al filósofo en los siguientes apuntes de filosofía. 

El Libro de la Religión


La religión y el hombre

El gobernante

La religión la dicta el gobernante por medio de opiniones y acciones determinadas por reglas que promulga a la comunidad. Si el gobernantes es virtuoso, entonces la religión que él tenga será igual de virtuosa. Sin embargo, si el gobernante es un ignorante, entonces tanto las leyes y proyectos que promulgue serán malas. 

¿Cómo es que el gobernante puede gobernar virtuosamente? lo hace a través de una iluminación de Dios. 

La opinión en la religión

En las opiniones que hay en la religión, unas son teóricas y otras voluntarias. Las teóricas son las cualidades de Dios altísimo,  la de los seres espirituales, mientras que las voluntarias se refieren a la de los profetas, reyes ilustres o gobernantes piadosos. 

Estos últimos son los que guían a los demás ciudadanos y dictan los comportamientos que son rectos en el alma, y los que son rectos para merecer el cielo. 

La religión virtuosa

Las opiniones definidas de la religión la cual tiene dos clases:

    1. Expresada por su nombre habitual o en sí misma.
    2. Expresada por su nombre a semejanza suya.
Es por esta razón que las opiniones de una religión son verdad, o se asemejan a la verdad. En este sentido, la religión se asemeja a la filosofía, pues la religión es más cercana a las filosofías prácticas. ¿Por qué? a causa de que la religión se sirve de proposiciones universales:

Proposición universal: El hombre
Proposición particular: El hombre escribiente

La ley virtuosa siempre cae bajos los postulados universales que a su vez están en la filosofía práctica. 

Por otro lado, la filosofía teórica no corresponde con la religión, pues la religión demuestra las teorías porque los postulados son aceptados sin demostraciones. Sin embargo, la filosofía teórica explica las cosas teóricas de la religión, por lo tanto, la filosofía concede las demostraciones de la religión virtuosa. Esto realmente no es algo nuevo, pues las ciencias del Derecho y de la Teología son las que finalmente explican las reglas de la religión. 

Cuando el príncipe de la nación es sucedido por otro, éste otro debe hacer lo que el primero no alcanzó a terminar. A su vez, también podrá realizar todos los cambios que no se realizaron en el primer gobierno, además de poder cambiar lo que había hecho el primero. Ahora, esto no quiere decir que el sucesor sea mejor que el primero, pues el primero hizo todo lo que se podía hacer durante su época (considerando que este hombre haya sido virtuoso) y así en todos los sucesores. 

La muerte del Imán 

Cuando el Imán piadoso, virtuoso, bondadoso y gobernador de la ciudad muere, entonces el sucesor debe mantener las buenas bases que dejó el anterior. Quien haga esto será considerado el alfaquí, quien sería el sabio y doctor de la ley musulmán.

Para esto, el sucesor tendrá que servirse de la ciencia del Derecho que es la ciencia que determina las leyes y el comportamiento de las personas. Esta ciencia versa sobre dos partes en la religión:


  1. Opiniones: en esta parte se encuentra todo lo que dijo el predecesor por medio de la palabra (juramentos, pensamientos, reflexiones, etc.)
  2. Acciones: en esta parte se encuentran todas las acciones de las que el predecesor ya había hecho.

En fin, el alfaquí debe conocer absolutamente todo lo que su predecesor dijo e hizo, si quiere ser un buen gobernante. 


Conclusión

Realmente fue un breve libro sobre la religión quizás para enfatizar la labor específica del alfaquí. Sea como fuere, la situación de la religión con respecto a la filosofía es interesante. Al-Farabi resuelve aquí que la religión está por debajo de la filosofía, ya que la demostración de las bondades de la religión deben hacerse sobre una base reflexiva que sólo puede otorgar la filosofía, lo que no significa que la religión quede excluida del conocimiento, pues esta sería una especie de conocimiento primero.