El sol ha sido uno de los astros más intrigantes de la historia antigua, que incluso muchas tribus lo consideraron un dios. Nadie puede quedar indiferente con el poder de dar vida y muerte a los seres vivos dependiendo de cómo se encuentren. Claudio Ptolomeo analiza el sol de manera matemática y con una lógica implacable, pues nada más queda por hacer en una época donde no existía ningún tipo de tecnología.
ALMAGESTO
LIBRO III: TEORÍA DEL SOL
La longitud del año
Lo primero que debemos describir antes de analizar la teoría del sol es comprender la longitud del año. Uno de los primeros en analizar la longitud del año fue Hiparco de Nicea, quien decía que, a través de las vueltas que el sol da a la tierra, se podía deducir que la longitud del año excede los 365 días por menos de 1/4 de día.
Ptolomeo dice que la longitud del año con respecto a las estrellas fijas son de 365 y se excede más que 1/4 de día. Ptolomeo agrega además que la longitud del año se debe medir por las vueltas del sol en sí mismo, y no por la relación de las estrellas fijas (como lo hacía Hiparco).
Equinoccios y solsticios
La longitud del año debe ser medida a partir de la salida de los equinoccios y los solsticios. La medida de Hiparco (exceso menor de 1/4) es lo más preciso que se pudo hacer, pero puede ser mejorado.
En la medianoche, Hiparco observó el equinoccio de otoño 178 años después de la muerte de Alejandro magno. Luego examinó el equinoccio de primavera el 24 de marzo del 145.
Las imprecisiones de Hiparco fueron tomadas por Ptolomeo, pues se concentran en el equinoccio de una estación y después de otra. Sin embargo, cada año toma 12 segundos de un día y así se saca que los 365;15 que es la longitud correspondiente del año solar (365;14,48).
Movimientos de los astros
Para determinar los movimientos de los astros, Ptolomeo plantea la teoría de los epiciclos. ¿Qué es un epiciclo? un órbita circular que se mueve dentro de otro círculo. Esto quiere decir que el movimiento de los astros no es concéntrico con el universo, sino que más bien se mueven dentro de otro círculo.
Supongamos que el punto A es la tierra y que el punto B es un astro cualquiera. Ese es el movimiento de los planetas, como vemos, no es un movimiento circular perfecto, sino que es un movimiento que avanza y retrocede para formar otro círculo y así sucesivamente.
El movimiento de los planetas no es concéntrico, sino que más bien excéntrico. El sol y la luna tienen un movimiento circular uniforme y de cierta forma regular, por lo que podríamos decir que el movimiento que ocurre en los planetas es de retrogradación; es decir, retroceder para después avanzar.
Conclusión
Este fue otro de los grandes descubrimientos de Ptolomeo quien agregaba al movimiento de los planetas, este particular movimiento dentro de un epiciclo. Desde los tiempos de Aristóteles que se pensaba que los planetas tenían un movimiento regular y uniforme tal como el sol y la luna, pero con la llegada de Ptolomeo, sabemos que los planetas tienen este movimiento de retrogradación.
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