sábado, 8 de noviembre de 2014

Platón - Las Leyes (Libro I y II: Problemas en la educación / Decadencia de estados).

Uno de los últimos libros escritos por Platón, pero no el menos importante, es más, Las leyes y La República, comprenden el desarrollo completo de la ciudad platónica con todas sus características. En esta ocasión, los diálogos no son protagonizados por Sócrates ni sus discípulos, ésta vez solo hay tres personajes que discuten las leyes que deberían ser apropiadas para una ciudad. Que esta sea la última obra escrita por Platón, no significa que se terminen aquí los apuntes de Platón, al contrario, seguiré haciendo más análisis de libros como me lo pueda permitir.

Definiciones:

(1) Creta: Es la isla más grande de Grecia y esta ubicada al norte de este país.
(2) Knosos: Fue una ciudad ubicada en la isla de Creta.
(3) Lacedemonia:  Fue una ciudad ubicada en el Peloponeso; su ciudad más importante fue Esparta.
(4) Plutón: Dios de la mitología griega que representaba la riqueza. Zeus lo cegó para que distribuyera las riquezas sin prejuicios.
(5) Baco: Otro de los nombres que recibe Dioniso, dios del vino.

Referencias:

(1) Criptia: Técnica antigua que consistía en esconderse en el terreno y atacar al enemigo por sorpresa.
(2) Los ciudadanos de Lacedemonia se caracterizaban por ser escuetos en sus palabras. De ahí viene la palabra ''lacónico/a''que se refiere a las personas que hablan poco.
(3) La palabra poeta se designaba en Grecia a todo artista ya sea compositor de música, danzas o melodías.
(4) Tema discutido en La República.


LAS LEYES 

Personajes:
  • Extranjero: el ateniense.
  • Clinias: el cretense.
  • Megilo: el lacedemonio.

LIBRO I
Problemas en educación


El estado y las leyes.

Tres extranjeros se dirigen a Creta(1) desde Knosos(2). El ateniense, quien es uno de los que más habla a través del libro, es el mismísimo Platón, según los escritos de Cicerón. El diálogo comienza de la siguiente manera.

Se encuentran el Ateniense, Clinias y Megilo. El Ateniense pregunta quien fue quien puso leyes ¿Dios o el hombre? Clinias responde afirmativamente que fue un Dios. En Creta fue Júpiter y en Lacedemonia(3) Apolo. 

Creta era conocida por ser una de las ciudades mas fuertes de Grecia, la supremacía que ellos tenían en la disciplina del arco y la flecha era imbatible;por otro lado, tenían leyes prescritas sobre la comida en común, uno de las ideas platónicas más connotadas que ya hemos visto en La República

El Ateniense les dice que un Estado es superior cuando su constitución le permite ser bueno en la guerra. Clinias y Megilo asienten lo dicho por el Ateniense; sin embargo, ¿será bueno mantener esta afirmación con respecto a los pueblos? Vuelven a  responder que sí.

¿Será que cada familia está en la misma condición y nadie es enemigo de nadie? Clinias le dice al Ateniense que todos son enemigos de todos, la primera guerra que tiene le individuo es la guerra interna consigo mismo. La más vergonzosa de las guerras, es justamente perder esa con uno mismo. Ahora, si seguimos este razonamiento, tendríamos que asumir que en la ciudad hay personas que son superiores e inferiores.

Clinias reflexiona sobre esto y admite que los Estados se encuentran en el mismo caso que los particulares, muchos de ellos son superiores y otros inferiores. En todo caso, donde los buenos ciudadanos se sobreponen a los malos, la superioridad del Estado frente a otros es garantizada. Por el contrario, si los malos gobiernan el Estado, éste no sería superior ni siquiera a sí mismo.


Estado superior a sí mismo.
Estado inferior a sí mismo.
Donde gobiernan las buenas familias
Donde gobiernan las malas familias

Los jueces.

Si en el estado donde gobiernan los malos, una familia tuviera muchos hijos y entre hermanos existiera conflicto, ¿no serían la mayoría malos y los pocos buenos? probablemente sí. Es posible en todo caso, que estos hermanos tengan un juez entre ellos. Este juez debe ser alguien que pueda reconciliar a los hermanos entre sí, sin recurrir a la violencia ni al asesinato de ninguno. Clinias acepta que éste sería el mejor juez. Por otro lado, el juez debe prescribir leyes que sean contrarias a la guerra, pero de todas maneras debieran haber leyes que regulen la situación de una guerra intestina, esa guerra llamada sedición. 

Nadie quiere una guerra intestina ni exterior, es por eso que los conflictos deben ser solucionados a través de la paz y el entendimiento. No se debe subordinar la paz a la guerra y ese será el trabajo de los jueces y legisladores. Clinias acepta este razonamiento, no sin antes mostrarse preocupado, ya que las leyes de Lacedemonia se preocupan solo de la guerra.

La descripción de Creta por el Ateniense.

Clinias acepta que el Ateniense haga una descripción de la ciudad Creta. 

El Ateniense dice que las leyes de Creta son apreciadas en toda Grecia. Los bienes están distribuidos en dos clases, humanos y divinos y ambos están relacionados. 

Bienes humanos:
  1. La salud.
  2. La belleza.
  3. El vigor.
  4. La riqueza representada por Pluto(4).
Bienes divinos:

  1. La prudencia.
  2. La templanza.
  3. La justicia.
  4. La fuerza.
Todos estos bienes deben ser acordes con las disposiciones de las leyes y que cada uno de estos bienes se corresponden entre sí. 

La educación de los jóvenes debe estar regulada por los maestros de principio a fin, estudiando incluso lo que ellos sienten; emociones tanto buenas como irascibles. Lo mismo pasaría con la adquisición de riquezas.




Lo que establecen los legisladores.

Una vez terminado la descripción ideal de Creta por el Ateniense, se comienza a  analizar las cosas que establecen los legisladores en cuanto a la guerra. Las 4 cosas que establecieron los legisladores fueron:
  1. La comida en común.
  2. Los gimnasios.
  3. La caza.
  4. La resistencia al dolor.
En cuanto a la última cosa establecida, Megilo dice que para soportarlo se servían de la Criptia(1).

¿Sería correcto considerar ésta última parte? Debe ser mas beneficioso -dice el Ateniense- vencer los placeres de uno mismo, más que rendirse contra el dolor y soportarlo. El Ateniense dice que así debería estar escrito en las leyes de cada constitución (Creta y Lacedemonia). 

El Ateniense crítica esta postura diciendo que los legisladores de tales ciudades les prohíben los placeres y los dolores desde pequeño y luego les piden que sean esclavos del dolor. Si es así, entonces los jóvenes al no conocer lo placeres, jamás podrán saber como superarse a sí mismos en el sentido de evitar estos placeres; si no los conocen ¿como podrán superarlos? 

Otra de las cosas que los legisladores proponen son las comidas en común y la gimnástica. Clinias dice que estos son elementos que demuestran el valor y la templanza. Sin embargo, el Ateniense responde que si bien son beneficiosos desde muchos puntos de vista, también resultan perjudiciales y arrastran consigo los efectos de la sedición. La gimnástica en exceso provoca la intemperancia en la ciudad. 

El Ateniense dice que para crear leyes, se tienen que tener en cuenta dos cosas: El placer y el dolor en las costumbres públicas como particulares. Megilo dice que en Lacedemonia, los legisladores han expresado alejarse inmediatamente de los placeres debido a que en estos se encuentra el exceso y la embriaguez. Megilo añade que en Lacedemonia jamás se encontrará a hombre divirtiéndose en un banquete o algo por el estilo. El Ateniense le dice que los placeres deben ser permitidos siempre y cuando estos sean con moderación. Las comidas en exceso también serían perjudiciales, así como la gimnasia; Como dice el ateniense todo debe ser tomado en moderación.

La causa de las victorias: La educación.

Existen leyes que son prescritas por legisladores y estos han sido educados en dichas leyes. El Ateniense trata de explicar a Clinias que l educación es uno de los elementos que llevan a la victoria a un estado frente a otro.

Pensemos en el ejemplo de una asamblea. En las asambleas, frecuentemente, siempre hay un tumulto y este es conducido por un jefe, pero este jefe debe ser un enemigo de los tumultos, es decir, alguien que sea capaz de proporcionar orden a una asamblea y además ser un conocedor de las leyes que esta asamblea tiene. Por otro lado, en un Estado no solo sera suficiente una persona, todos los ciudadanos deben ser bien educados a modo de que las asambleas pueden ser convenientes y ordenadas. El orden, la disciplina y la educación deben ser las que reinen en todo orden de cosas. Solamente así se obtendrá la victoria de un Estado; de lo contrario, si tenemos a un Estado donde mande un jefe que se embriaga y cae en los excesos, es segura su derrota en todo ámbito. Por ende, la causa de la victoria sería la educación.

Clinias pregunta al Ateniense si es posible y necesario que ese mismo orden debiera estar presente en un banquete. El Ateniense asiente afirmativamente que es posible y pasa a explicarlo.

Hay una característica particular de los atenienses y es que a ellos les gusta hablar mucho; en contraste, los lacedemonios resultan ser un poco más callados(2). Antes de comenzar, el Ateniense quiere establecer lo que se entiende por educación en el hombre: 

  • Para que la educación se logre se necesitan hombres formados desde su infancia en alguna profesión; por ejemplo, el labrador desde pequeño a mover la tierra; el arquitecto a construir pequeños castillos.
  • Los maestros deben educarlos primero en los instrumentos para alcanzar una profesión; por ejemplo, si el niño quiere ser arquitecto, se le debe enseñar a medir, a calcular, a sumare, a restar etc.
  • Cuando sean niños, todo debe ser enseñado a través del juego.

Todos hombre es uno y a cada uno lo puede aquejar el dolor y el placer. El Ateniense agrega también que es preciso establecer que el dolor tiene una espera, esa espera se llama temor y la espera del placer es la esperanza. Por otra parte, es la razón la que preside a estas dos pasiones y cuando la razón se convierte en aun decisión general para el Estado, entonces se le llama ley. 

Sin embargo, las pasiones siempre nos arrastran hacia donde ellas quieran, ya sea cometiendo vicios o virtudes. El Ateniense dice que los seres humanos tenemos ''hilos de hierro'' que conducen nuestras pasiones y existe un hilo dorado que nos conduce a todos nosotros que se llama ''razón'' y también se le llama ''ley común del Estado''. Entonces, todos seríamos como marionetas que debieran ser dirigidas por éste ''hilo de la razón'', es decir, por el Estado.

El Ateniense se pregunta ¿qué pasaría si diéramos de beber vino a esta marioneta hasta embriagarse? pues, volvería a ser niño y no podría ser dueño de sí mismo debido a la embriaguez. No obstante, como habíamos dicho al principio, se tiene que probar que el banquete es un beneficio y que debe existir orden en el mismo. Clinias se pregunta ¿Cómo puede ser bueno reducir al hombre al estado más vergonzoso que tiene (a propósito de hablar de banquetes)? El Ateniense le responde que éste tiene el mismo proceso que ir al médico.
  • Cuando vamos al medico, la medicina que nos da puede dejarnos muy convalecientes y con muchos días de reposo. Por otro lado, es beneficiosos por que es el remedio que nos pondrá bien. ¿No tenemos un estado vergonzoso también aquí como lo tenemos ne el banquete? Por supuesto que sí. 
Clinias cree difícil encontrar en los banquetes lo que se proponían al principio a pesar de las explicaciones del Ateniense. Luego, se proponen analizar los dos temores del hombre:
  1. Uno que viene por el temor de las amenazas.
  2. El segundo por las cosas que se dicen de nosotros debido a nuestras acciones. A este temor se le llama pudor. 
El pudor es una experiencia que puede darnos una lección cuando cometemos ciertas acciones, nos ayuda a no volverlas a repetir, o a pensarlas antes de repetirlas. Así, se necesita pasar por experiencias ya sean estas embarazosas o que nos produzcan pudor, ya que es debido a estas que conocemos. Una vez que conozcamos los vicios, podremos saber a que nos estamos enfrentando, de ahí la importancia de la experiencia. 


LIBRO II
Decadencia de estados (causas)

Los sentimientos: el placer y el dolor.

Los primeros sentimientos de los niños son el placer y el dolor. Es la virtud lo que los hace dirigir estos sentimientos en un buen orden, es decir, sentir atracción por algunas cosas, o sentir aversión por otras. La armonía del hábito y de la razón, conforman precisamente lo que es la virtud. Y ésta virtud es la educación.

Los animales están dotados los sentimientos del placer y el dolor, pero ellos no tienen un sentimiento fundamental en la naturaleza humana y es este el que nos ayuda a disfrutar de los banquetes. Ese sentimiento se llama orden y es el que nos enseña Apolo y las musas.

Los movimientos que se hacen en las danzas son medidos y calculados, así también la música que están en los banquetes tienen la misma característica. Para que un banquete sea bello, se debe cantar y danzar bien, luego la educación sería el arte de cantar y danzar armoniosamente. Así, diremos que quien tenga buena educación cantará y bailará bien y el que no, se señalará como un mal educado.

Los tres dialogantes se proponen discutir las características de lo bello y cómo ésto está presente en el hombre. A este respecto, toda figura y toda melodía que represente las buenas cualidades del alma y del cuerpo son bellas; si no las representan son todo lo contrario. ¿Es posible que todos los bailes y todas las melodías produzcan un mismo placer en todas las personas? 


  • Es posible considerando que los que consideren buenas las danzas y melodías que representan las buenas disposiciones del alma, son personas con buenos hábitos.
  • En cambio, las personas que no consideren buenas las danzas y melodías que representan las buenas disposiciones del alma, son personas con malos hábitos.
A pesar de esto, las personas del segundo apartado, sienten un tipo de placer hacia las danzas que están lejos de representar las buenas disposiciones del alma, pero al mismo tiempo, se hacen un perjuicio ellos mismos debido a que se fomentan las malas disposiciones del alma. 

Los hombres de malos hábitos así como los de bueno hábitos, se complacen con la compañía de sus similares y tarde o temprano, se llegan a parecer a estos.

Los jóvenes y los premios

El Ateniense pregunta a Clinias y Megilo que si sería buena idea dejar un Estado con buenas leyes a disposición de los poetas. Los dos responden negativamente y el Ateniense responde que en Egipto se llevan a cabo leyes que prescriben a los ciudadanos dedicarse solamente a lo que les concierne. A modo de ejemplo, que los pintores se dediquen exclusivamente a la pintura y los músicos a la música.

Así, en los jóvenes también existe lo propio; por ejemplo, ser alegres danzando y cantando a su ritmo. Los jóvenes generalmente no están en reposo a diferencia de los ancianos que por su edad lo están. 

Los jóvenes siempre compiten por premios y elogios que puedan hacer los ciudadanos. En las competencias, el ganador es siempre el que logra atraer al público, es decir, transmitir placer al público. 

Si en un concurso pusiéramos a competir a un joven recitando un poema, a un cantor y a un charlatán con títeres ¿quien ganaría en términos de dar placer al público? Si tuvieran que elegir los niños, ellos elegirían al charlatán; si fueran las mujeres, por el joven recitando un poema y los ancianos se quedarían con la música.


Competidores:
Charlatán
Poeta trágico
Cantor
Jueces que votarían por los competidores:
Niños
Mujeres
Ancianos

Se debiera en todo caso siempre dar el premio al hombre de bien que cause placer porque aquellos son los que trabajan y practican la virtud.

El Ateniense condena absolutamente que se elijan ganadores por medio de una votación popular, es decir, el poeta(3) que levante más manos entre el público, será el que gane. Las razones...

  1. Somete a los artistas a los malos gustos del vulgo.
  2. En vez de purificar el gusto de la multitud, esta se hace peor debido a que la multitud solo quiere ver representada sus costumbres (que generalmente no suelen ser las mejores).
Con esto se puede deducir una vez más lo que decía el Ateniense. La educación es un arte que atrae a los jóvenes a seguir correctamente las leyes de cada Estado. 

El ateniense dice que todo lo que se hablaba en el dialogo, no está representado en las ciudades donde habitan Clinias y Megilo (Esparta y Lacedemonia). Por otro lado, Los legisladores siempre deben abogar por la justicia antes de favorecer los placeres. Deben también establecer las diferencias que existen entre un hombre justo e injusto, que le primero vivirá en la dicha y el segundo en la desdicha(4). Además, el hombre justo es siempre quien está más cerca de la verdad y el injusto mas cerca de tener un alma depravada.

Cómo debe enseñarse a los jóvenes

Así como los legisladores deben dar a conocer las características de la justicia, también se deben enseñar a los jóvenes desde muy pequeños lo dichoso que es vivir en la justicia a través de cantos, bailes o fábulas. Para la enseñanza de los jóvenes, como introducción a la justicia, será ejercida a través de tres tipos de coros.


  1. Coro de las musas: Estaría compuesto de niños que cantarían las máximas de la justicia ante el público y los ciudadanos.
  2. Coro de jóvenes que no pasen los 30 años: Tomarán a Apolo por testigos de la verdad de las máximas.
  3. Coro de hombres de 30 a 60 años: Compondrán fábulas que retraten los oráculos divinos. Estos cantos irán dedicados sobre todo Baco(5).
Clinias no comprende este último tipo de coros y el Ateniense comienza a explicárselo. Nadie puede despreciar la sabiduría y la experiencia de los ancianos, pero es también muy cierto que los ancianos se rehúsan a cantar e incluso si lo hacen, lo hacen con repugnancia y mala voluntad. ¿Que podríamos hacer? El Ateniense dice que es recomendable que los jóvenes no beban vino desde una edad temprana, sino que a partir de los 18 años. Desde ahí, que beban moderadamente hasta los 30 años y que se abstengan de toda clase de placeres. A los 40 años comenzarán a entregarse a los placeres e invitar a sus banquetes a Baco. Con éste régimen, los ancianos estarán más dispuestos a gozar cantando y creando sin mostrar repugnancia a los cantos. 

La mayoría de las veces el placer tiene una doble finalidad, sobre todo cuando se trata de beber y comer. Estos dos son placeres que nos agradan; por otro lado, también son placeres necesarios porque el cuerpo necesita alimentarse para estar saludable. Sin embargo, el placer se sitúa entre las cosas que nos producen agrado, pero que no necesariamente están cerca de la verdad, si bien puede encontrarse utilidad (alimentar el cuerpo), belleza (deleitarse con una obra) y semejanza, estas no quieren decir que sean exactas y que participen de la verdad. Un juicio en las competencias no debe hacerse en base al arte que cause un placer, sino a cuan exacto es éste arte en imitar la realidad. 


La música y el cuerpo.

Para que una obra sea perfecta, debe juzgarse por su proximidad con la realidad y para que esto sea así, el artista debe conocer el objeto que quiere representar, debe conocerlo bien. Porque si no se conoce el objeto en cuestión, ¿como se podrá estimar su belleza si ni siquiera se sabe lo que es?, ¿Se puede obtener un juicio de una cosa que no se conoce? Evidentemente, no.

Lo que se necesita para juzgar un objeto que un artista se propone representar ya sea mediante la pintura o la música es lo siguiente:

  1. El objeto imitado.
  2. Si la imitación es fiel.
  3. Si la imitación es bella.

Por lo tanto, los ancianos que juzguen sobre la música de un artista, deben ser expertos en aquella y demostrar sus conocimientos para emitir juicios correctos sobre el trabajo de un artista. Así, los legisladores deben conocer de cerca los asuntos en donde ellos mismos determinen leyes. No puede fundarse un juicio sobre cosas que no conocemos en lo absoluto. 

Volviendo al tema de la música, el Ateniense le dice a Clinias que ya se ha observado la primera parte de la Corea; es decir, todo lo que vieron correspondía a la música y a los placeres que esta trae. Ahora, se tornaran a discutir sobre los movimientos del cuerpo.

En el desarrollo del cuerpo encontramos dos conceptos claves para entender: la gimnasia y el baile. Es claro que la gimnasia precede al baile y es así como se examinará esta parte. Preciso es que para la gimnasia se necesite un compás. Luego de esto se presentará la idea de la melodía, el sentimiento y el recuerdo. La combinación de estos 4 elementos crearía lo que llamamos baile.
Para terminar, el Ateniense hace una última reflexión sobre los banquetes comparándolo con el Estado. Todo banquete que se funde en los principios de orden y obediencia a las leyes, no será un desastre y al contrario, será beneficiosos para el cuerpo y el alma de todos quienes se sirvan de él; en otras palabras, no se deben ver los banquetes solo por el lado de la diversión. Si es que algo así pasar debe prohibirse el uso del vino. Según el Ateniense, así debe ser en todo orden de cosas, el estado que está dirigido sin orden y sin templanza, estará destinado a caer en la decadencia. 


Conclusión

Pareciera haber cierta semejanza con el pensamiento aristotélico en la parte de que nada es bueno en exceso. En efecto, Aristóteles decía que todo lo que esté fuera de un punto medio, cae en un vicio y no será considerado virtud; ésta solo está situada en el punto medio de dos extremos.


Es interesante ver la comparación que hace Platón en cuanto a los banquetes y el manejo del estado. Es preciso señalar que muchas de las ideas aquí presentes ya se han discutido en libros anteriores como La República.


1 comentario: