domingo, 21 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Officiis (Sobre los deberes) (Libro I: Honestidad en nuestros actos) (44 a. C.).

La muerte de Julio César está cada vez más cerca. Es justo en la escritura de este libro que Marco Tulio Cicerón pedía convocar al Senado para proteger la seguridad pública, pero la llegada es inevitable. El orador ya tenía aproximadamente 62 años y claramente sería difícil que los revolucionarios no se tomaran la República con sus propias manos. Cicerón hace un último esfuerzo para entregarnos nuevamente una obra filosófica, dedicada especialmente a su hijo Marco Cicerón. El tratado quedará para la posteridad, sobre todo cuando lo use la iglesia cristiana, y otros destacados filósofos romanos como Lucio Anneo Séneca.

Referencias:

(1) También tomado como sabiduría.

DE OFFICIIS

LIBRO I: HONESTIDAD EN NUESTROS ACTOS

Primeramente, Cicerón hace una diferencia entre deberes perfectos e imperfectos. El perfecto es absoluto y el imperfecto sólo es plausible. 


Naturaleza de los hombres

Esta claro que todos los seres vivos nos alejamos de lo que es perjudicial y abrazamos lo que es beneficioso. A diferencia de los animales que se mueven inmediatamente por instinto, el hombre se mueve por la razón que lo guía a evitar ciertos procesos que pueden afectarlo. 

Otra de las capacidad es que puede reunirse y formar un lenguaje común para convivir con más de su especie. Por otro lado, también es capaz de buscar la verdad y de apreciar el arte y las cosas bellas que se le presentan. Por último, el hombre tiene la gran capacidad de llegar a ser honesto, característica que debiera estar en todo hombre. 

Las cualidades de la honestidad

Para llegar a ser honesto se debe tomar en cuenta las cuatro virtudes cardinales propuestas por Platón en el cuarto libro de La República.


  • Valor 
  • Moderación
  • Justicia(1)
  • Prudencia

De estas virtudes proviene lo que llamamos honestidad y a su vez estas virtudes nos ofrecen dos maneras de trabajar; la moderación y el valor, orden y equilibrio; la prudencia y la justicia, la búsqueda de la verdad. 



Deberes
Virtudes cardinales

Prudencia
Justicia
Valor
Moderación
Honestidad
Modo de trabajar
Orden y equilibrio
Búsqueda de la verdad



Este es un cuadro que se va entendiendo de izquierda a derecha; es decir, la honestidad es el resultado final. 

La honestidad también tiene que ver con el concepto de decencia y decoro. Todas las cosas que se hacen con justicia son decorosas mientras las que se hacen injustamente son indecorosas. 

El decoro

Para el decoro hay dos especies: uno general que se encuentra en todas las virtudes y otro especial que es subordinado a todas las virtudes. 

General: Todas las acciones que distinguen al hombre de los demás anuimales

Especial: Cuando a todas esas virtudes aparece la moderación y la prudencia. 

Las injusticias

Existen dos modos de cometer injusticia: una es cuando se hace daño y otra es cuando pudiendo hacer algo no se hace. El primero lo mueve la avaricia, pues se intenta conseguir algo, y el segundo es movido por el miedo. Por supuesto, la injusticia será aún más grave cuando sea premeditada que involuntaria. 

En este punto Cicerón lanza una crítica a su gran inspirador Platón, pues este último decía que los filósofos tenía que alabarceles porque están dedicados al ejercicio de descubrir la verdad; sin embargo, ¿qué consecuencias tiene esto? que los filósofos se alejen de la sociedad y no atiendan las injusticias que hay en una ciudad. Esto, por supuesto, pertenece al segundo género de injusticia propuesto por Cicerón, ''quien sabe de una injusticia y no hace nada para detenerla''. 

Es también importante saber tratar las injusticias que proceden del otro, es decir, cuando es el otro quien agrede por medio de la venganza u otras razones. Lo que debe hacerse en esta situación es siempre negociar, porque el uso de la fuerza es propio de bestias.

Un escenario distinto sería el de una guerra, pues esta se hace para conseguir la paz. Aunque se gane la guerra no se debe matar a quienes no fueron salvajes con el bando contrario. Por lo demás, las guerras no son justas a menos que estas se hayan declarado de manera formal y correspondiente. 

Finalmente, Cicerón dice que de todos modos los hombres deben tener criterio al aplicar el derecho, pues como dice la frase en latín:


Summun ius, summus inuiria
(Sumo derecho, suma injuria)

Es decir, que cuando no se aplica el derecho con criterio y con mucha rigurosidad, entonces en vez de ser un acto justo se convierte en injusto. 

Acciones deshonestas

Cicerón no aprueba en absoluto que se robe a unos para darle a otros; al contrario, en el ejercicio del deber nadie debe ser perjudicado. También otro ejemplo es cuando se da muchas cosas a quienes no son familiares; de hecho, esto está muy ligado con la vanidad más que con la prodigalidad. 



El alma y el cuerpo de los hombres

El alma

Cada alma de los hombres tiene principalmente dos cualidades a entender: 

  1. Desprecio de las cosas externas (cuando éstas son inútiles).
  2. Emprender obras difíciles, pero ala vez grandes y útiles. 

La más grande de las dos es la segunda, pero también hay que entender que la primera es el acicate para la segunda. Cuando actuamos de esta manera surgen dos cosas principalmente: el ejercicio de la honestidad y la libertad de cualquier tipo de pasión. 

El cuerpo

Todas las acciones buenas se las debemos al alma, y el cuerpo es la parte que obedece al alma. De hecho, el alma es la única que puede evitar las guerras y los conflictos gracias a que allí reside el intelecto, aunque, si se tiene que pelear, el cuerpo debe estar perfectamente preparado para aquello. 

Por lo demás, el cuidado del cuerpo siempre debe ser equilibrado, si el hambre aparece, la idea es que se satisfaga mediante comidas saludables y no solamente por aplacar un placer. No porque sea cuerpo no debe tener decoro, de hecho, es muy importante que lo tenga porque no sólo hay que tenerlo sino que también aparentarlo. 


Personalidades

En algún sentido, todos tenemos por lo menos cuatro ''personas'' dentro de nosotros:

  1. Primera persona: la que pertenecemos en género (todos los hombres).
  2. Segunda persona: la que tiene sus propias características psicológicas.
  3. Tercera persona: cuando se nos impone alguna circunstancia y por lo tanto, cambia el comportamiento; por ejemplo, cuando se es profesor, militar, médico, etc.
  4. Cuarta persona: cuando tenemos la oportunidad de elegir qué queremos ser. 

En la cuarta persona debemos tener sumo cuidado, pues la elección, la mayoría de las veces se copia a un modelo de persona. Para evitar todo mal comportamiento, el modelo de los padres siempre será un referente, aunque los padres también suelen tener malos comportamientos por lo que se debe tener cuidado en ese aspecto también. 

La conversación

Los tipos de conversaciones familiares debe ser tranquila y no obstinada, donde todos deben ser tomados en cuenta, es decir, no hablar sobre un tema estrictamente personal, sino que común a todos. También hay que considerar cuando el tema en común deja de interesar; por lo tanto, así como empezó justamente, debe saber terminarse el tema oportunamente. 

La conversación debe ser pausada y nunca demostrando ira o ambición de algún tipo. Quizás, en algún momento se puede reprender una acción o un parecer, pero que este nunca parezca una ofensa, sino más bien que sea algo hecho por su propio bien.


Conclusión 

No faltaba más, una guía para saber cómo comportarse en las distintas situaciones de la vida. Generalmente, en este libro rescatamos las teorías del gran Platón y también, ideas y premisas fundamentales del estoicismo. Como podemos ver, si le diéramos a elegir a Cicerón qué escuela filosófica preferiría, seguramente sería una combinación entre la Academia y la escuela estoica. En fin, el libro me parece muy similar a los trabajos y los días de Hesíodo, que también eran consejos de cómo trabajar en la tierra y otras cosas. 

sábado, 20 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Amicitia (Sobre la amistad) (44 a. C).

En base a su propia experiencia, Marco Tulio Cicerón nos habla sobre su propia concepción de la amistad. Ya Platón y Aristóteles nos habían dado algunas directrices sobre la amistad, y es hora que la antigua Roma nos enseñe la experiencia que ha tenido su cultura en cuanto a este tema. Los interlocutores en esta obra son Cayo Lelio Sapiens, quien fuera un amigo muy cercano del orador, y sus dos hijastros: Cayo Fanio y Quinto Mucio Escévola.

Referencias:

(1) Premisa que está en contra de la filosofía epicúrea que postulaba que la amistad necesitaba utilidad. 


DE AMICITIA


La experiencia en la amistad

El mismo Lelio nos dice que siempre recuerda la amistad que tuvo con Escipión, la cual estuvo llena de voluntades, aficiones y pareceres. 

Opinión sobre la amistad

La amistad siempre tiene que darse entre los buenos, pero ¿cómo identificar a los hombres buenos? Primeramente.


  1. Son sabios
  2. Son fieles
  3. Son integrales
  4. Son liberales
  5. Están exentos de todo vicio
  6. Siguen la naturaleza (la mejor guía pues es perfecta)

Ahora, la amistad se da mucho mejor entre los parentescos y por eso es que es más difícil hacer amistad con los extranjeros de buenas a primeras. Por supuesto, la amistad es el mayor acuerdo entre las cosas tanto divinas como naturales. Por lo demás, la amistad siempre estará ligada con la virtud

En otras palabras, la amistad no puede venir de la necesidad de cierta oportunidad, o creada por cierto interés. Al contrario debe surgir del amor y la virtud que las dos personas tienen. Por lo tanto, es necesario que la amistad nunca esté ligada a la utilidad porque sería esta misma la que la destruiría(1).

Nada hay más bueno en la amistad que el cambio de afanes y lealtades, en vez de cualquier cosa material que se pudiera ofrecer.

Condiciones de la amistad

Normalmente se sostienen algunas condiciones para que la amistad pueda existir:

  1. Disposición para el amigo (del mismo modo como para nosotros mismos).
  2. Benevolencia recíproca entre amigos
  3. Uno se estima por cuantos amigos tiene

Seguramente la tercera suena un tanto extraña y puede descartarse, pero para Lelio todas estas se descartan. En efecto, para refutar la primera condición, hay veces que los seres humanos hacemos más cosas por los amigos que por nosotros mismos (y viceversa). La segunda condición tampoco debiera tomarse en cuenta, ya que la amistad no se llevan las cuentas de los favores. Finalmente, la tercera condición será descartada porque incluso uno mismo reprende a los amigos, por su bien, lo cual debería aplicarse a uno mismo también. 

Conclusión

Al igual que ''Sobre la vejez'', ''Sobre la amistad'' es un tratado breve que resume la propia experiencia de Cicerón. Por lo demás es un tratado sencillo y de bastante sentido común. Seguramente, Cicerón no tuvo más que decir porque ya queda cada vez menos tiempo para que el orador perezca en manos de sus enemigos. Suena melancólico y nostálgico que justo al final de su vida comience a escribir sobre estos temas. 

viernes, 19 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Senectute (Sobre la vejez) (44 a.C.).

Todos nos preguntamos cómo sería posible una vida de senectud decente y apacible. Seguramente, la vejez es una etapa en la que el cuerpo se prepara para su expiración total de este mundo. ¿Cómo vamos a saber cómo prepararlo? Marco Tulio Cicerón nos los explica en este brevísimo tratado sobre la senectud. Cabe destacar que este es un tratado que ha traspasado todas las épocas; incluso, la primera traducción de este libro (al inglés) fue hecha por el mismísimo Benjamin Franklin. También, el segundo presidente de los Estados Unidos mencionará en la historia que aquél sería su libro Favorito. Este es un diálogo dedicado a su amigo Catón el Viejo.

Referencias:

(1) La palabra Senador viene de ''senes'' que a su vez significa viejo.

DE SENECTUTE


Conversación entre Catón El viejo y Escipión

Catón comienza diciendo que es siempre típico que el más jóven quiere alcanzar la adultez, pero cuando llega quiere deshacerse de ella cuanto antes. No se debe mirar así la vejez como si fuera algo malo que nos fuera a pasar. 

Lo importante es siempre pasar por este mundo acciones buenas porque de lo contrario, ¿qué se recordará cuando seamos viejos? Siempre es necesario que dejemos alguna obra nuestra que sea buena para todos y para nosotros. 

Cosas que la vejez agrava (según la opinión general)

Los negocios

La primera cosa que dicen que la vejez agrava son los negocios, sin embargo, cuando se es más viejo se es más sabio y por lo tanto, los negocios serían mejores. Por otro lado, solo los ancianos pueden ser senadores(1). 

La fuerza de juventud

No se debe sentir mal por perder las fuerzas de la juventud, puesto que la vejez ha otorgado de fuerza suficiente a los ancianos para mantener sus negocios y sus vidas. 

El mismo Catón, que a ese tiempo tenía 81 años, no extraña aquella fuerza que tenía antes, pues ahora solo quiere descansar. Además, si cuando joven se ejercitó y se cuidó la salud, el temor de enfermarse en la vejez será nulo; de lo contrario, vendrán todos los achaques. 

Carencia de placer

Pero ¿qué mejor que alejarse de los placeres que nos llevan a la perdición? cuando se es jóven, los ímpetus traicionan y luego caemos en la enfermedad de la naturaleza. Cuando se es viejo ya sólo se querrá la virtud en vez de los placeres, lo que es mucho mejor que tener el deseo desenfrenado del placer que sucede en la juventud. 

La cercanía con la muerte

Es cierto que mientras más viejos somos, más cerca de la muerte estamos. Sin embargo, no debemos olvidar que la muerte no sólo está en la vejez, sino que también en la juventud. En efecto, los jóvenes por su temeridad se enfrentan en la guerra a los enemigos y mueren por lo mismo; por otro lado, también se muere por enfermedades y estas no discriminan edad. 

Por lo tanto, ¿para qué temer tanto? la muerte está siempre presente en nuestra vida. 


Conclusión

Clarísima la posición que tiene Cicerón sobre la vejez, es uno de los mejores momentos de la vida. Debemos recordar que es el año 44 a. C., y que sólo faltan meses para que el gran orador sea asesinado. Probablemente, al saber que su oposición al gobierno de la república le traería problemas, Cicerón comenzó a escribir estas obras de alto contenido filosófico, pues ¿qué más filosófico que hablar sobre la muerte? Seguiremos con más temas de Cicerón, aunque ya van quedando pocos...

Marco Tulio Cicerón - De Fato (Sobre el destino) (45 a. C.).

Nuevamente tenemos al filósofo y orador Marco Tulio Cicerón, quien en este libro trata el tema de ''El hado'' o también conocido como ''El destino''. Pareciera ser que el libro es la segunda parte de ''De la adivinación'' en donde su postura estoica, rígida e inquebrantable sobre las cosas futuras, se sobrepone a todos los argumentos de los filósofos de esa época quienes tenían teorías distintas y protegían a toda costa, la existencia de el ''hado'' y su necesidad. Los argumentos de Cicerón, no parecen ser tan diferentes como los anteriores en ''De la adivinación'' pero si dejan mucho que reflexionar sobre el destino y sus causas.



EL HADO

- El libro comienza relatando algunos hechos de la época, los cuales son vinculados al destino, como lo llaman en este escrito ''el hado''. De alguna manera, el libro continúa el tema tratado en el libro anterior ''de la adivinación'', ya que en un comienzo se hace una pregunta alusiva a ello 

''¿Para qué acudir al hado si prescindiendo de él, pueden explicarse todas las cosas por la naturaleza o por la casualidad?''

- Recordemos que Cicerón en el libro ''De la adivinación'', nos decía que lo fortuito no podría existir debido a que todas las cosas tienen su naturaleza y por lo tanto, su causalidad.

- Cicerón nos cuenta el razonamiento que tiene Crisipo frente a los efectos que tienen sobre los ciudadanos, las cosas de la naturaleza y del ambiente; para eso, se hace una descripción de los climas que existen en las distintas ciudades de Grecia y como estos, han influenciado en los ciudadanos.

Por ejemplo:
  • Atenas: Aire tenue; éste da ingenio a los atenienses.
  • Tebas: Aire pesado; éste hace robusto a los tebanos. 
-Sin embargo, Cicerón dice que esto no se aplica a todos los ciudadanos de la ciudad, en cuanto a que existe una diversidad de caracteres, gustos y opiniones entre los ciudadanos. Entonces Crisipo nos dice que, la individualidad de los ciudadanos se desarrolla debido a la naturaleza de los lugares. Cicerón rechaza ésto diciendo que la naturaleza de los lugares podría influenciar a los ciudadanos solo en algunas cosas.

Cicerón alega que Crisipo desde el principio no comprende muy bien el asunto, porque si fuera que la naturaleza de los lugares nos impulsen a hacer cosas, el ser humano no tendría libertad; sin embargo, en éste sí la hay.

Se habla también de Estilpon, filosofo griego de quién se decía que era bastante aficionado al vino y a las mujeres, pero que gracias a su sabiduría tenía tan controlada su naturaleza hedonista, que jamás se le vio embriagado.

Cicerón dice que la causa natural puede producir inclinaciones viciosas, pero depende solamente de la voluntad y la constante disciplina destruir esta naturaleza viciosa (de aquí su postura estoica).

Otro personaje quien pretendía conocer las costumbres y caracteres de las personas a través de la inspección de los cuerpos, era Zópiro. Un fisonomista que al inspeccionar el cuerpo de Sócrates, declaro que éste era un imbécil porque no tenía la garganta cóncava, sus órganos eran robustos y cerrados y también mencionó que era aficionado a las mujeres.

- Cicerón hace una comparación con dos filósofos griegos, Crisipo y Diodoro Crono. Para Diodoro, solo es posible lo que pasa en el presente y si no lo es ahora, será en un futuro. Sin embargo, Crisipo no acepta esta premisa diciendo que lo que no existe, puede existir en un futuro.

Un ejemplo de Diodoro:

      ''El que nace al aparecer la canículano morirá en el mar''
                      (Elemento presente)            (Elemento futuro)

Es decir, lo que es posible en el presente (el nacimiento), es posible en el futuro (la muerte). Es valido decir entonces:

      ''Si Fabio nació al aparecer la canícula, no morirá en el mar''

Sería, por lo tanto, una contradicción decir:

      ''Fabio quien nació al nacer la canícula, morirá en el mar''

Esto sería imposible y por lo tanto ''Es imposible todo lo falso que se dice de lo futuro''.

Crisipo, no admite esto diciendo que lo que no existe, es posible que exista; por ejemplo, romper una joya aunque no se haya de romper jamás.

Cicerón le advierte que aunque piense de esta manera, esta aceptando un destino. Lo que se dice de la primera premisa, es inmutable y necesario, ya que lo pasado es inmodificable y lo que viene después (consecuencia), es igualmente necesario.


      ''Si Fabio nació al aparecer la canículano morirá en el mar''
                       (Pasado inmutable)       (Consecuencia inmutable)

- Crisipo no contento con esta teoría, procede a establecer que:

      ''No hay quien habiendo nacido al aparecer la canícula, deba morir en el mar''


Entonces Diodoro postula que lo posible es real en el momento o lo será en el futuro; lo que significa que no se podrá cambiar el futuro, es decir, está pre-establecido. Lo cual en algunos casos puede ser cierto como por ejemplo en las enfermedades. Si vemos a un hombre que lo ataca una enfermedad mortal se dirá:

     ''Aquel hombre morirá de aquella enfermedad mortal''


Sin embargo, Cicerón dice que los que declaran que el futuro es inmutable y que lo que es, en el futuro no puede dejar de ser, están muy lejos de conocer la necesidad del hado.

Crisipo por su parte, argumenta el concepto de hado apelando a la causalidad aristotélica. La causa eficiente.

Aristóteles postulaba que podría existir un primer motor que impulsa un desarrollo en las demás cosas (causa eficiente), Crisipo nos dice que si existe un movimiento sin causa, no puede decirse que las proposiciones sean verdaderas o falsas (Lo que no tiene causa eficiente, no es verdadero ni falso). Pero toda proposición o es falsa o es verdadera; por lo tanto no hay movimiento sin causa. Finalmente, todo tiene una causa y todo estaría sujeto al hado.

No contesto con esta teoría, Cicerón alega que éste pensamiento de Crisipo esta equivocado. Primero nos dice que lo que pasa en el pasado, solamente corresponde a ese tiempo inmutable e indeterminado y lo que pasará, solamente corresponde a ese futuro inmutable e indeterminado. Lo verdadero y lo falso no corresponden a propiedades inmutables según Cicerón. Sin embargo, sí son inmutables el pasado y el futuro pero estos, no exigen la necesidad de hado. Por último, agrega que esta forma de pensar es muy perezosa.

Por ejemplo:

           ''Si es tu destino curar de esta enfermedad, vayas o no vayas al médico, curarás. Pero si tu destino no es curar de esta enfermedad, vayas o no vayas al médico, no curarás''.

- Existe otro filósofo quien no aprobaba el razonamiento de Crisipo, su nombre es Carnéades. Éste filósofo decía que si existiera el hado, entonces nada dependería de nuestra libertad; sin embargo, hay un poder que existe en nosotros, una voluntad, si no fuera así, entonces no habría nada que hacer, ya que todo está pre-determinado.

Por otro lado, Cicerón nos advierte que no debe entenderse como causa, todo lo que precede al hecho, sino solamente lo que precede en forma eficiente.

Por ejemplo:

  • Bajar al monte, no es causa de que juegue a la pelota.
  • Salir de la casa, no es causa de que tuviera un accidente.
Para terminar con el argumento de Crisipo, Cicerón argumenta que las proposiciones son verdaderas o falsas y si, como Crisipo, una proposición no fuera verdadera ni falsa, solamente podría ser falsa. Todo lo que no sea verdadero, es falso.


Conclusión


Una continuación al libro ''De la adivinación'' que previamente habíamos analizado en la entrada anterior. Una de sus ultimas obras donde hasta el final, su figura estoica permanece inexorable. Por otro lado, está el rígido argumento de que las cosas no están predeterminadas, sino que también podemos hacer que tenga una dirección a través de esta ''voluntad'' de los seres humano al querer llevar a cabo nuestras empresas. Un libro para reflexionar sobre los aspectos temporales y metafísicos que nos inquietan a la hora de pensar en las cosas futuras y sus causalidades. En resumen, El pasado es inmutable en su período y el futuro es inmutable en su período.

Marco Tulio Cicerón - De Divinatione (sobre la adivinación) (45 a. C.).

De la adivinación es un breve escrito de Cicerón que consta de dos libros que describen la adivinación y cómo ésta está relacionada tanto con los dioses, como con los hombres.

Dentro del mismo, su hermano menor Quinto Tulio Cicerón, aporta algunos conceptos de genero que se utilizan a la hora de hablar de la adivinación junto con algunos hechos e historias de la época del Imperio Romano y de la antigua Grecia. Con estos hechos trataban de sustentar la veracidad, y la existencia de la adivinación sin dejar de lado su visión estoica del mundo; visión muy característica por cierto de quien fue senador de Roma.


Libros recomendados antes de leer:

- Platón: Critón.
- Platón: La república.
- Historia del Imperio Romano.
- Historia y cultura de la antigua Grecia. 


Simbología 


  • Traducción (Griego/Latín).
  • Referencia histórica.
  • Máximas.
  1. *Los griegos lo llamaban ματινήν (Matinín).
  2. *El mejor agüero.
  3. *Los griegos lo llamaban είμαρμενον (Eimarmenon= predicción).
  4. *Prodigios: Suceso extraordinario o sobrenatural que no tiene explicación razonable.
  5. Arúspices: Adivinos etruscos que basaban sus predicciones en las entrañas de los animales sacrificados.
*Referencia histórica:
  1. *Constaba en darle comida a unos pollos, si estos comían la offa (una especie de pasta) y no botaban nada al suelo, entonces eso era señal de buen augurio; por el contrario, si caía alimento de su boca, esto era un mal augurio.
  2. *Antigua ciudad de Grecia ubicada al sur de Magnesia.
  3. *Rey de Troya, aparece en el libro la Illíada de Homero, aguardando los dominios de Troya.
  4. *Filósofo griego y presocrático de la Antigua Grecia.
  5. *También conocida como Guerra Social, fue una guerra ocurrida en el Imperio Romano alrededor de los años 91 a. C.-88 a. C.



LIBRO I

- Cicerón se propone examinar la adivinación*, aludiendo primero a como los distintos pueblos hicieron uso de la adivinación, interpretando las señales que les daba la naturaleza.

Asirios: Interpretaban el curso y movimiento de los astros y les daban significados.
Egipto: Los magos del faraón podían predecir el futuro.
Grecia: El oráculo de Delfos. 
Cilicios: A través del canto y el vuelo de las aves.

- Se infiere que gracias a la influencia de los griegos y a la cultura de otros pueblos que practican (o practicaban) la adivinación, Cicerón comienza a dar justificación a la misma. 

- Debido a la influencia cultural, se deduce que si la adivinación existe, entonces los dioses también y viceversa; sin embargo, se aclara que la naturaleza puede revelar el porvenir, sin la ayuda de los dioses. 

Por ejemplo: 
  • De la acumulación de las nubes en el cielo se puede predecir que lloverá. 
  • De los cantos de las aves se deduce que puede llover.


- Su hermano Quinto, explica que existen dos clases de genero en la adivinación:

Adivinación artificial: Basada en la correcta interpretación de los astros, de las aves, etc.
Adivinación natural: Basada en la interpretación de los sueños.

- Quinto explica que cuando ocurren hechos que nos indican augurios o predicciones, normalmente, ignoramos las causas de estos. No nos preguntamos por qué ocurren, sino que solo los tomamos en consideración y actuamos acorde al augurio. Es decir, en la adivinación, no es necesaria la explicación de las cosas que nos hacen crear predicciones.

- Por otro lado, existían métodos de adivinación que según nuestro autor, no presagiaban bien los hechos como en el ejemplo del Tripudium Solistimum**.

- A continuación, se comienzan a relatar todos los sueños que prueban la existencia de la adivinación, considerando tanto a los griegos (e incluso los sueños poéticos de algunos capítulos de la Odisea y la Illíada) como a algunos ciudadanos del Imperio Romano.

- Particular es la mención a los sueños de los filósofos en el cual se menciona que Platón, conversando con su amigo Critón, decía que Sócrates moriría a los tres días de haber estado en el calabozo.

''Refiere Platón que, encerrado Sócrates en una cárcel pública, dijo a su amigo Critón que moriría a los tres días, porque había visto en sueños una mujer de deslumbradora hermosura que, llamándole por su nombre, le citó este verso de Homero: 'Al tercer día de buen viento llegarás a Phthia'*.''

- Otra predicción relacionada con Platón, se encuentra en su vida personal, ya que Cicerón relata que cuando el filósofo era bebe, unas abejas se habían posado en sus labios. Esto se interpreto diciendo que la oratoria de Platón sería la más dulce.


Existe otra mención a Platón y su libro ''La República'', cuando se habla de los sueños y las partes del alma. Se habla de como el cuerpo, al verse embrutecido con el exceso de comidas y bebidas, afecta el alma de la persona haciendo que ésta tenga sueños grotescos; en cambio la persona que se entrega a la sobriedad y la templanza, no solo tendrá en su mente buenos pensamientos, sino que sus sueños serán más tranquilos y verídicos.


- Agrega Cicerón, que mientras el cuerpo está durmiendo, el espíritu no lo está y al contrario del cuerpo, esta lleno de vigor y fuerza. Pero mientras se está despierto, el espíritu queda encerrado por el cuerpo.


- De ésto se desprende las tres formas en que los filósofos describen como los hombres reciben los sueños de los filósofos:

  1. Cuando el espíritu prevé por sí mismo, en virtud de su afinidad con los dioses.
  2. Cuando comunica con las almas inmortales, que llenan el aire y que llevan, por decirlo así, el sello de la verdad.
  3. Cuando los dioses se dignan conversar con nosotros durante los sueños.
- Por otro lado, se nombra la palabra ''furor'' que es definida como ''la separación de nuestro espíritu de la materia, que luego se abraza en divino entusiasmo, excitada vivamente esta facultad, llámese furor.'' En pocas palabras, ''furor'' significa delirio profético.


- Hasta éste punto, se recogen otros dos géneros de adivinación que son el sueño y el furor. Esto prueba la creencia de que el espíritu está separado del cuerpo en cuanto aspectos divinos. 

- Cicerón recalca la importancia de los dioses en los asuntos que tienen que ver con lo venidero, bien dice que si no hay dioses, no hay augurios; Sin embargo los augurios existen; por lo tanto, los dioses también.


- Se vuelve a explicar que la cuestión principal no son las causas de la adivinación, sino decir si existe o no. Adhiere a esto, que sería muy difícil averiguar la causa de las adivinaciones.


- Cicerón nos habla del hado* como hechos que se van desarrollando de forma concomitante y que luego nos dan una predicción de las cosas; es decir, las cosas futuras no pasan de repente, sino que hay un desarrollo tras de ellas que finalmente nos hace dar cuenta que existen.





LIBRO II


- Se comienza un libro con un breve preámbulo sobre sus anteriores libros como: La naturaleza de los Dioses, Las Tusculanas, La República, La senectud, Hortensius, etc. Luego de terminado el preámbulo, se comienza la materia del segundo libro.

- Cicerón se pregunta si la adivinación afecta las cosas sensibles, afirmando inmediatamente que la adivinación no se ejerce en nada que sea objeto de nuestros sentidos, ni tampoco en las artes que también requieren sentidos; por lo tanto, en materias como la música, la medicina o la filosofía corresponderían las personas dedicadas a las mismas disciplinas (el músico, el médico y el filósofo).


- Sin embargo, su hermano Quinto responde que siempre va a ser mucho mejor que un adivino este cerca de un médico o de un piloto, ya que el podrá predecir lo que puede acontecer a un paciente (en el caso del médico) o una tormenta que se pueda aproximar (en el caso del piloto).


Inmediatamente, Cicerón responde a su hermano preguntándose si ¿Sera necesario que un adivino tenga que advertir al médico las cosas que acontecerán en su trabajo, siendo que el médico es una persona experta? Cicerón concluye que la adivinación solo es el presentimiento que está sujeto a la fortuna.


- Quinto responde aludiendo a que si bien, estas personas que deberían ser expertas en sus asuntos, muchas veces se equivocan incluso cuando hacen uso del raciocinio. Por otro lado, Quinto se pregunta ¿Que se entiende por que las cosas pasen accidentalmente, casualmente o por fortuna?. Quinto añade que no se pueden saber las cosas que pasan fortuitamente, incluso, ni los dioses podrían saberlo porque si lo supieran, el acto ocurriría infalible e inmediatamente, y si es de éste modo, entonces la fortuna no podría existir. Sin embargo, la fortuna existe, pero no puede hacerse predicción de las cosas fortuitas.


- Cicerón insiste que el adivino debería predecir infaliblemente las cosas fortuitas, aludiendo de que si ésta no es capaz de predecir las cosas fortuitas, entonces es totalmente inútil. Incluso añade Cicerón que cualquier tipo de predicción de las cosas futuras ya es inútil. Cicerón se pregunta: ¿Qué habría sido del Rey Príamo* si en su infancia hubiera sabido lo que le esperaba en la vejez? ¿Qué habría sido del Cesar al saber que lo iban a matar los senadores que el mismo había elegido? Por consiguiente, para Cicerón, la adivinación traería solamente desgracias puesto que el destino de los grandes héroes de aquellos tiempos, no fueron mas que desgracias.


En el caso de predecir los acontecimientos del porvenir, Cicerón dice que la interpretación de éstos, es de cada uno. Cada uno tiene su propia predicción de las cosas. Llamando a la adivinación un acto de arrogancia, Cicerón sugiere la siguiente cita de Demócrito*:


''No vemos lo que tenemos a los pies y queremos leer en los cielos.''



- Quinto responde diciendo que Cicerón solo se basa en los efectos que puede ocasionar la adivinación, y no en su razón y origen. El hermano de Cicerón, se refiere a que es actitud propia del filósofo, buscar la razón y el origen de las cosas, y no solo investigar los efectos de las cosas (en este caso la adivinación).


Desde otro punto de vista, Quinto ejemplifica el grado de asombro que tenemos cuando se sabe la predicción de las cosas y cuando no. Cuando los prodigios* son imposibles, no suceden; pero cuando si son posibles no nos da mayor impresión.


''Nuestro asombro ante las cosas nuevas nace de la ignorancia de las causas; pero en los casos ordinarios la misma ignorancia no nos produce admiración.''




  • Prodigios: Sucesos nuevos que causan asombro e ignoramos su causa.
  • Eventos ordinarios: No causa asombro y se ignora su causa.

- Cicerón argumenta que la causa está arrojada a múltiples posibilidades y que al mismo tiempo a estas se les dan atributos de ''señales''. Como ejemplo Cicerón nos habla del gallo cantor, debido a que su canto se aduce a muchas causas. Por lo demás, estas ''señales'' que los arúspicesotorgan a ciertos sucesos, son puramente subjetivos y su elemento esencial para que este se perpetúe, es el miedo. El miedo que se impregna en ciertos sucesos, hace que los presagios se crean y no se dude de ellos.


Otro ejemplo que Cicerón nos da, son las Guerras Mársicas*, donde los arúspices presagiaron terribles augurios después de ver a las ratas roer los escudos de los soldados; siguiendo la misma lógica, Cicerón recuerda cuando unas ratas roían su libro de La República de Platón, lo cual según los arúspices, serían malos presagios para la república.


En cuanto al conocimiento de la causa de las cosas, Cicerón nos dice que todo es producto de una causa natural y que las cosas que nos parecen que están fuera de los sucesos ordinarios, si bien pueden sorprendernos no están fuera de la naturaleza. Añade que si se conocieran las causas de las cosas que nos sorprenden y de las que no, entonces ni los terremotos, ni la lluvia, ni el fuego deberían sorprendernos. Por lo tanto, se afirma que Nada puede ocurrir sin causa, ni se hace nada que no pueda hacerse. No puede, por consiguiente, considerarse prodigio que suceda lo que puede suceder. No existen, pues, los prodigios. Cicerón dice que si lo raro fuera prodigio, un sabio sería un prodigio, ya que encontrarlo sería algo muy difícil.


Luego de explicada la inexistencia de los prodigios, ahora se propone examinar las cuestiones que tienen que ver con los sueños (en el sentido de predecir el futuro). En primer lugar, los sueños quedan reducidos a la misma interpretación que viene de la adivinación artificial; así como podemos atribuir de señales premonitorias al movimiento de las aves, al cantar o a su posición, también podemos atribuir a de señales a los sueños. Cicerón dice que los sueños no pueden predecir mejor que el médico las enfermedades, o hacernos dirigir mejor la navegación. De aquí su pregunta:


¿Quién sostendrá que el enfermo debe pedir la curación al interprete de sueños antes que al médico? 


Por otro lado, se trata de sacar el concepto de virtud divina a los sueños. Cicerón argumenta que los sueños no provienen de la divinidad ni mucho menos. Si los dioses quisieran enviar señales a los hombres del futuro, lógicamente lo harían durante la vigilia y no durante el sueño, donde la mayoría de las veces se olvidan o se recuerdan poco. No sería digno de los dioses hacer acciones inútiles como enviar señales de lo futuro en actividades del hombre donde nada puede recordar.


Finalmente, Cicerón advierte acabar con la superstición que muchas veces nos aleja del razonamiento y la naturaleza de las cosas. También advierte la diferencia entre la superstición y la religión de la siguiente manera: 

...Porque (y deseo que esto se entienda bien) destruir la superstición no es destruir la religión. Propio del sabio es respetar las instituciones religiosas y ceremonias de nuestros mayores: la belleza del universo, el orden de las cosas celestes nos obligan a confesar la existencia de una naturaleza superior, excelente y eterna, merecedora de la admiración y respeto del género humano...



Conclusión


Un libro bastante interesante con un mensaje muy claro del triunfo del razonamiento contra cualquier tipo de especulación creada por la cultura (sobre todo por la Antigua Grecia y el Imperio Romano). El destronamiento de la adivinación por Cicerón es tajante. No se admite ningún tipo de adivinación, ya sea por lógica o experiencia, ésta última, relacionada en cuanto al relato de los ciudadanos los cuales decían que preveían el futuro o simplemente tenían suerte. 

Sin lugar a dudas, se deja ver su posición estoica del mundo a lo largo de toda la lectura del libro. Si el libro por su título pareciera sugerir características o conceptos de la adivinación, mucho más que eso, sugiere una crítica fundamental en contra de los arúspices y adivinos de la época. 

Marco Tulio Cicerón - De Natura Deorum (La naturaleza de los dioses) (Libro III:Inexistencia de los dioses) (45 a. C.).

Sin duda que es convincente y conmovedora la explicación de Balbo en el libro anterior, pues la descripción que nos da no contradice el sentido común. Sin embargo, el mismo Cotta plantea que siguen habiendo errores en algunas cosas dichas por Balbo. ¿Qué debemos esperar en este discurso que irá a exponer Cotta, quien refuta la versión de los epicúreos en cuanto a a la existencia de los dioses? Veamos en lo sucesivo de qué trata todo este asunto.

Referencias:

(1) Siendo que la justicia es una creación de los humanos. 

De Natura Deorum


LIBRO III: REFUTACIÓN A BALBO

Cotta empieza diciendo que tiene sumo respeto por las teorías de lso dioses y sobre lo que postulan los pontífices sobre esto. 

En primer lugar, si hubiera sido tan evidente la existencia de los dioses, Balbo no habría tenido necesidad de construir un largo argumento sobre esto. Además, muchas de las razones de Balbo eran basadas en rumores de la gente, pues decir que los guerreros veían a los dioses o criaturas extrañas en las batallas, no es más que un rumor e historias antiguas. Cotta le exige a Balbo que demuestre la existencia de los dioses con la razón. 

Los adivinos

Decía Balbo que los adivinos podían predecir el futuro y comparaba a estos con los médicos, pues los adivinos también fallan en sus pronósticos, así como los médicos con los enfermos, aunque no por eso dejamos de creer en la medicina. 

La respuesta de Cotta es justa porque sabemos que un cuerpo puede enfermar y puede curarse, sabemos cuál es el órgano que falla, pero en la adivinación no hay ningún órgano que nos indique que las cosas pasarán. La medicina está fundamentada por la razón, pero la adivinación no está fundamentada por nada. 

El mundo es dios

Uno de los argumentos establecidos por Balbo era que dios era el mismo mundo, y que por lo tanto, nada hay superior al mundo. Sin embargo, Cotta nos dice que esto es fácil de refutar, pues entonces el mundo debe tener la capacidad de leer y de escribir de tener virtud (lo que no es posible). 

Por lo demás, que las estrellas y los planetas hayan sido creados tendrá que ver más con la naturaleza que con los dioses. 

Las cosas que no fueron creadas por el hombre, fueron creadas por dios

En efecto, si miramos las estrellas los planetas y los cuerpos celestes, nada de esto fue creado por el hombre puesto que no tiene esta capacidad; ergo, debió ser creada por dios. 

Sin embargo, Cotta nos dice que se debe ir a la base del argumento. Si dios existe y es el mundo, entonces el mundo debiera ser inmortal, lo cual es totalmente falso. Todo está hecho de tierra, agua, aire y fuego, elementos que pueden llegar a ser divididos y destruidos. 



Lo que dios hace

Las facultades de dios (?)

Todo animal es animado y por tanto tiene sensaciones; si tiene sensaciones entonces es mortal. Un animal experimentará felicidad y odio según sean las circunstancias en las que se encuentre. Por otro lado, ¿podrá dios experimentar estas sensaciones? Recordemos lo dicho por Balbo al decir que los dioses son felices y virtuosos; no obstante, Cotta nos dice: 

''¿Tiene dios necesidad de sensaciones?, 
''¿Para qué quiere un dios sabiduría e inteligencia?''
''¿Podemos decir que dios es valiente?''
''¿Podrá ser un dios justo?''(1)

En definitiva, si dios tiene sensaciones igual que los animales, entonces dios podría perecer. Sin embargo, si es un ente perfecto, dios no tiene necesidad de sensaciones. Por lo tanto, dios no poseería ni virtud ni razón. ¿Cómo se puede concebir un dios así?

Dios y el mal

El hombres es capaz de cometer las atrocidades más pérfidas que existen. ¿Quien le dió esa capacidad para hacer el mal? tendremos que convenir que la maldad proviene de la razón, pues sin la razón no puede ejecutarse la maldad. 

Se dice cotidianamente que el mal es responsabilidad de los hombres y no de dios, pero es dios quien puso la razón y por lo tanto la maldad en el hombre. ¿Sería la culpa del hombre?

Finalmente, Cotta, a pesar de exponer este discurso, sigue creyendo en los dioses reconociendo que el asunto es aún muy oscuro. 



Conclusión

Realmente es interesante los planteamientos de dios que surgen en esta parte del tratado. En la parte final, Cicerón no está del todo de acuerdo con el argumento de Cotta, sino más bien con el de Balbo diciendo 

''Velleio pensando que era más verdadero el discurso de
Cotta, mientras que yo creía que el de Balbo se
acercaba más a una semejanza de verdad''.

De aquí podemos notar que Cicerón nunca dejó de creer en la divinidad, pues creyó más en el discurso de Balbo. ¿Cómo? eso jamás lo sabremos pues nunca lo aclaró ni lo dejo escrito. 

martes, 16 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses) (Libro II: Existencia de los dioses) (45 a.C.).

Presenciamos en el libro anterior una crítica fulminante a Cayo Velleio, quien defendía la escuela epicúrea. Ahora tenemos que ver qué responde la defensa de la escuela epicúrea luego de las fuertes críticas de Cotta. Por ahora hemos visto un escepticismo irrefutable por parte de la visión estoica. ¿Y cómo no? recordemos las justificaciones inconsistentes sobre dios basado en el epicureísmo. Claramente Balbo tendrá una tarea muy difícil al querer entrar a refutar a la moralista escuela estoica.

Referencias:

(1) No se acierta siempre, pero hay probabilidades de acertar. 
(2) A los dioses se les teme.
(3) Esta idea aristotélica será mantenida muchos siglos después
De Natura Deorum

LIBRO II: EXISTENCIA DE LOS DIOSES

¿De verdad no existen los dioses?


Balbo comienza diciendo que quien es capaz de negar a los dioses, tendrá que ser capaz de negar el mismo sol. Es cierto que el juicio de la gente y la ignorancia que estas llevan, han dejado en el olvido aquellos mitos imaginarios de seres que no existe y nunca han existido (Quimeras, Centauros). 

¿Qué podremos decir de los soldados que han visto a los dioses e las batallas? ¿O que podemos decir de los tributos entregados a los dioses los cuales sirvieron para la guerra y defensa de la República?

Los arúspices son otro tema, pues ellos son los adivinadores de todas las cosas. Claro, algunos han fallado y otros acertado, pero es lo mismo en la medicina; a veces se logra curar al enfermo y otras no y no por eso no creeremos en la medicina. 

Pruebas de la existencia de los dioses

Balbo nos dice que existen cuatro condiciones para probar que los dioses existen:


  1. Conocimiento previo de los acontecimientos futuros(1).
  2. Los beneficios que traen al creer en ellos.
  3. El temor que inspira la naturaleza(2) (rayos, terremotos, etc.).
  4. El movimiento, el orden y la revolución de los cielos. 

En cuanto a la última, es necesario aclarar que el movimiento y todas esas cosas tiene un orden preciso e inalterable. Solo una fuerza muy poderosa podría haberlas puesto ahí en orden (porque el ser humano no pudo ser). 

El calor como principio fundamental

Ya lo decía el mismo Aristóteles en su tercer tratado sobre la naturaleza. El calor es la fuente de toda vida y en efecto, los animales tienen calor porque están vivos, cuando mueren es que están fríos. 

Podemos decir que el calor que tenemos los seres humanos es producido justamente por el movimiento del alma. De hecho, todas las cosas tienen calor por dentro, lo que quiere decir que todas ellas tienen alma (incluyendo los cuerpos celestes). El único que pudo poner el alma en los seres vivos es dios, porque los humanos no tienen esa facultad. 

Esta perspectiva nos indica que los dioses no son ociosos como lo planteaban los epicúreos, sino más bien virtuosos y trabajosos. 

Dios como la totalidad del mundo

Del mismo mundo proviene el calor y es el mismo mundo el que se puede abastecer a sí mismo. En efecto, el mismo mundo da las semillas para que sigan existiendo plantas, da el aire, el calor y el lugar apropiado para que la reproducción de lugar.

Además, ¿a quién podemos atribuir el orden total del universo? pensemos en todas las cosas que tienen un lugar adecuado y que, de alguna manera, están ordenadas incluso matemáticamente. Ningún humano pudo ser responsable de una obra así, más que una sustancia superior a todas. 

La forma circular que representa el mundo es perfecta porque la misma figura de la esfera es perfecta. Es infinita y no tiene partes( lo que la hace perfecta) además de ser el centro del universo(3).

Por último, el plan último de la providencia es el más perfecto de todos, pues en todos puso la semilla de la conservación. Todo animal está preparado para conservar y perpetuar su propia especie para seguir viviendo. 


Conclusión

Bueno debo confesar que es algo inesperado porque pensé que sería una refutación a la no existencia de los dioses, pero sosteniendo que los dioses no existen; es decir, una inexistencia alternativa. No obstante, Balbo hace una apología total a la existencia de los dioses esforzándose todo lo que puede para convencer a los interlocutores. Podemos ver que los argumentos de la existencia de dios son tan verosímiles como los argumentos en contra de la existencia. Sólo falta ver qué respuestas dará Cotta quien responderá en lo sucesivo.