martes, 22 de diciembre de 2015

Aristóteles - La Política (Libro VII: El Estado ideal).

Este tema no es algo que pertenezca solamente al pasado, hasta el día de hoy se ha querido establecer cómo sería un Estado ideal. Fácilmente podemos hacernos la siguiente interrogante: ahora que han pasado más de 2.000 años, ¿podemos decir que hemos alcanzado el Estado ideal de un gobierno? Quizás la respuesta arrojará una percepción subjetiva dependiendo de la inclinación política que se tenga, pero es indudable que todavía en el mundo hay mucha desigualdad. Platón ya nos describía en La República y Las Leyes lo que para él era un Estado ideal, que en realidad se asemeja mucho a un gobierno utópico y comunista. Veamos lo que nos quiere plantear Aristóteles.

Referencias:

(1) Aristóteles añade que los niños de otros países son sumergido en agua fría y los celtas visten a sus hijos con ropas ligeras. 

La Política


LIBRO SÉPTIMO: EL ESTADO IDEAL

Capítulo I: Los ciudadanos y la ciudad


Para que un Estado sea el ideal debe procurar la felicidad de los ciudadanos, hasta donde la naturaleza se lo pueda permitir. En vista de esto el Estado debe procurar tres cosas principales a los ciudadanos.
  1. Bienes externos
  2. Bienes del cuerpo
  3. Bienes del alma

En efecto, la reunión de estos tres bienes concederán la felicidad que necesita el ciudadano. Uno de los bienes más importantes son los del alma porque estos tienen que ver con la virtud. No sirve de nada tener bienes externos si no se tiene virtud. 

Los bienes externos sólo deben servir para los bienes del alma, es decir, para la virtud. Para esto, la combinación entre virtud y prudencia es esencial, pues así no caemos en los placeres excesivos que nos arrojan muchas veces los bienes externos.

Capítulo II: Vida contemplativa o vida política

El mejor Estado debe ser ese que no impide que las personas quieran ser lo que en realidad quieren ser. Ese es el tipo de felicidad que buscan los ciudadanos, ser quienes son y que esto nos signifique herir a otros.

Ahora, hay dos manera de vivir en un Estado, una es teniendo una vida activa y la otra es teniendo una vida contemplativa. También se pueden denominar vida política (activa) y vida filosófica (contemplativa). 

La vida política pareciera ser la mejor en vista de que se manda a todos y todos deben obedecer. Una buena instrucción y la vida política se convierte en una vida honorífica, de ahí que todos los políticos de la Antigua Grecia hayan sido tan honorables. 

Sin embargo hay un detalle. La vida política también puede ser mala, pues existen políticos que ejercen el poder de manera despectiva o de manera corrupta. Muchas veces los políticos sólo piensan en el bien personal y por eso la vida política quizás sea peligrosa de alguna manera. 

Capítulo III: Vida política como bien

Las opiniones con respecto a estos dos tipos de vida son muy variadas. Unos dicen que el hombre político sólo se dedica a su trabajo de Estado y no dedica tiempo a la virtud, mientras que otros dicen que la virtud no puede ejercitarse sin trabajo, por lo tanto, la vida política es la mejor. 

La vida política no sólo consiste en conocer lo que es la virtud, sino también en obrar conforme a la virtud. Por otro lado, el Estado también deberá tener una actividad política para ejercer la virtud, y si el Estado tiene virtud entonces el hombre también la tendrá. 

Capítulo IV: La población

Para la correcta administración del Estado ideal, el legislador debe conocer el número, la naturaleza, la calidad y extensión de la población en la cual legisla. La felicidad de un país no consta de lo grande que sea, sino más bien de la calidad de nivel político que tenga dicha ciudad. 

Por ejemplo, una ciudad grande que tenga más artesanos que hoplitas será una ciudad mal gobernada, pues sería objeto de ser derribada por fuerzas extranjeras. Frecuentemente, las ciudad más populosas no suelen ser muy bien gobernadas, en contraste a las ciudades que fijan un límite de población. Además, nadie puede manejar lo ilimitado, pues esto pertenece a los dioses y no a los humanos que solo les concierne lo limitado. 

Por lo tanto, como la ciudad debe tener fijado un límite, dicho límite será perfecto siempre y cuando permita desarrollar la vida de los ciudadanos en el Estado. 

Capítulo V: Territorio

En realidad, el territorio parece algo más difícil de administrar porque éste debe ser de difícil entrada para los enemigos y de fácil entrada para los enemigos, lo que resulta ser muy difícil de encontrar. Además, recordemos que el territorio la mayoría de las veces lo da la naturaleza. Por otro lado, un país que sea fácilmente abarcable, será fácilmente invadido, por lo que una ciudad grande en este sentido puede ser mejor. 

En todo caso, si la ciudad no fuera grande, ésta por lo menos debe estar localizada a una distancia prudente del mar y además debe tener tierra firme. Otros métodos son los siguientes.

  1. Establecer un centro para la defensa, asistencia y socorro de todo el territorio.
  2. El transporte y tránsito de los frutos de la tierra, la madera y cualquier otro producto de la ciudad. 

Todo esto en el caso de que la ciudad no fuera grande y además estuviera en peligro de ser atacada. 

Capítulo VI: Proximidad del mar

Como dijimos la proximidad con el mar debe ser prudente , ya que esta es necesaria para el intercambio en el comercio y para los asuntos navales. 

Los marinos no son parte del Estado y por lo tanto no interferirán en el crecimiento de la población. 

Capítulo VII: Carácter del ciudadano

Ya hablamos de la cantidad en una población y ahora enfoquémonos en el individuo mismo. 

En los climas fríos de Europa, los ciudadanos parecen no tener mucha inteligencia y mucho menos capacidad para algunas actividades. Viven de manera libre, pero no poseen ninguna organización política. Por otro lado, los nativos de Asia sí son muy inteligentes y tienen muchas capacidades, pero tienen una vida de esclavitud que les impide ser hombres libres y virtuosos. 

La raza Helénica es la única que entre ellas es la más moderada entre la inteligencia y la valentía, por eso es la mejor ciudad gobernada.  

La pasión es algo inevitable en los ciudadanos y ésta hace que éstos amen a sus amigos y odien a sus enemigos; es una condición natural en el ser humano. El odio que se debe prodigar no debe ser con los desconocidos, sino solamente con los que sean criminales. En todo caso, el ciudadano común se irritará mucho más con quien es amigo que con el enemigo, en efecto, la traición de un amigo duele mucho más. 

El gobernante que se guíe y considere estos preceptos gobernará la ciudada de manera impecable.

Capítulo VIII: Componentes de la ciudad

Entre las cosas que tenga un Estado, sus partes deben ser tanto comunes como propias. Las cosas en común son generalmente el alimento, el territorio y otras cosas que se comparten por medio de la naturaleza. Por otra parte, tenemos las cosas que son de propiedad privada tales como el hogar y la familia. 

Enumeremos las cosas que debe tener la ciudad porque desde ahí podremos conocer sus componentes. 

  1. Alimento
  2. Oficios
  3. Armas
  4. Riquezas
  5. Culto
  6. Justicia

Cada categoría tiene un ciudadano determinado que enriquece los componentes de la ciudad, los sacerdotes en el culto, los administradores en los alimentos, los magistrados en las riquezas, etc. De ahí mismo se derivan las instituciones y componentes de la ciudad. 

Capítulo IX: Las funciones de la ciudad

Las funciones de cada miembro de la ciudad será determinada por el gobierno que esté de turno. Por ejemplo, si es la democracia todos los ciudadanos podrán participar de manera libre, pero en la oligarquía se verán más beneficiados y con más oficios los ricos.  

Cada ciudadano debe dedicarse a lo suyo, pero los ciudadanos libres no deben ser ni mercaderes, ni agricultores porque no tendrán tiempo para dedicarse a la vida contemplativa, ni mucho menos a la política. En todo caso, la naturaleza de los mismos individuos determinará a qué labor se ajustará más; por ejemplo, los que sean más robustos serán guardianes y los que sean más inteligentes a la administración. 

Las clases que se encuentran en la ciudad quedarán divididas en dos: la clase de los guerreros y la clase deliberativa (los ciudadanos libres). 


Capítulo X: Parte pública y privada de la ciudad

Dividir la ciudad en dos clases no es una contribución especial que hace Aristóteles, de hecho, ya había existido en Italia, algunas islas de la Antigua Grecia como Creta y sobre todo en el Antiguo Egipto ya que es la civilización que posee las instituciones más antiguas del mundo. 

Comidas en común y el culto

Las comidas en común son algo que debe existir en una ciudad, pero no como lo considera la teoría platónica donde el Estado corría con los gastos. En cuanto a la adoración, ésta sí debe ser sustentada totalmente por el Estado.

Para esto hay que dividir la ciudad en dos partes; una privada y otra pública. En la pública estará el culto y las comidas en común, mientras que en la privada habrán propiedades cerca de las fronteras y de la ciudad, de este modo, los ciudadanos tendrán dos lotes de tierras privadas.

Capítulo XI: Plan de la ciudad

De cierta manera es difícil planear la localización de una ciudad, pues la naturaleza la da y ésta no se puede modificar. Por lo pronto, una ciudad tendrá una mejor localización si está en un lugar escarpado (como pendiente). 

Aparte de la condición precedente, la ciudad ideal deberá estar favorecida en cuatro aspectos.

  1. Salud: las ciudades del este donde provienen los vientos del este son las más saludables. 
  2. Emplazamiento de la ciudad: la ciudad debe ser apta para la administración política y las actividades de guerra. En este sentido, la ciudad debe ser inaccesible para los enemigos y accesible para los amigos.  
  3. Uso de agua pura: básicamente, la separación de agua para tomar y para otros propósitos (no se deben mezclar).
  4. Fortificaciones: su construcción va a depender del tipo de gobierno establecido: para las monarquías y las oligarquías serán adecuadas las acrópolis. A las aristocracias les convendrá solo algunas murallas y a la democracia una planicie.

Aristóteles añade que en todo caso las murallas deben estar en cualquier ciudad, sin importar el régimen que tenga. Siempre deben haber murallas.

Capítulo XII: Organización de las funciones públicas

Los lugares o ''mesas comunes'' donde trabajan los magistrados deben ser lugares privilegiados. También deben ser lugares privilegiados los que se utilizan para el culto a los dioses, ninguna actividad mercantil puede llevarse a cabo ahí. Tampoco pueden aparecerse, agricultores, artesanos o trabajadores manuales a excepción de que lo haya autorizado un magistrado. 

El mercado debe ser algo distinto de los lugares mencionados anteriormente, debe establecerse de modo que las transacciones se hagan de forma cómoda ya sea por tierra o mar. Las mesas comunes deben estar en la plaza del mercado.

De todos modos, es difícil hablar de todas estas cosas en la práctica, pues todo depende de las circunstancias. Sólo nombrarlas como posibles teorías y lugares dentro de una ciudad.  


Capítulo XIII: Sistema educativo de la ciudad

Es una obviedad decir que una ciudad virtuosa es la que tiene ciudadanos virtuosos. Para ser virtuoso vale ver todos los libros de la Ética a Nicómaco que además fueron analizados en este blog. 

Lo difícil que sería establecer aquí es cómo es que la ciudad, o los organismos de la ciudad hacen que un ciudadano se haga más virtuoso. ¿Cuál sería la solución? Una mejor educación. 

En todo caso, para que el hombre alcance la virtud se debe servir de tres cosas:

  1. Naturaleza
  2. Hábito
  3. Razón

La naturaleza es la que nos permite nacer y formar parte de la naturaleza humana. Las cualidades que nos da la naturaleza luego son modificadas por las costumbres y los hábitos. Todos los animales a excepción del hombre se sirven de la naturaleza y el hábito, el hombre es el único que utiliza la razón de ente todos ellos. 

Capítulo XIV: Responsabilidades del gobernante

La educación es la que establece la diferencia entre los ciudadanos. Los que son más educados y usan su razón más que otros, pues entonces ellos deben ser lo que mandan y los otros sólo obedecer. 

La diferencia que se establece gracias a la educación será la dicotomía gobernante/gobernado. Sin embargo, es preciso que el gobernante mande de manera justo porque de otra manera, podrá recibir el alzamiento del pueblo en su contra y así emprender una revolución. 

Entre el gobernante y el gobernado, el primero es quien imparte la educación a todos los ciudadanos. Él será quien determine como un hombre puede llegar a ser bueno y virtuoso. La misma alma es dividida en dos: una parte es racional mientras que la otra no. No es que el hombre sólo deba inclinarse por una, sino que debe tener la virtud de ambas partes del alma. 

La vida en la ciudad también se divide en dos partes: trabajo y ocio y guerra y paz. Los dos tipos de vida se complementan; por ejemplo, el trabajo es en beneficio del ocio y la guerra en beneficio de la paz, pero ninguna de las dos es al revés. 

La ciudades de la Antigua Grecia

No obstante estas cosas, ninguna de las naciones, incluyendo las islas de la Antigua Grecia, han adoptado estas medidas y al contrario se han convertido en naciones beligerantes que sólo tienen por objetivo la guerra, como lo es en el caso de Lacedemonia. 

No se puede decir que una ciudad es feliz sólo porque ha ejercido el poder absoluto por sobre sus ciudadanos. La actitud de guerra no debe ser utilizada para esclavizar a los ciudadanos, sino más bien proteger a estos de quienes planean esclavizarlos. La supremacía política se debe alcanzar para ayudar a los ciudadanos y no para someterlos a un poder despótico. 

Capítulo XV: Virtudes activas e intelectuales

El fin de la ciudad es el mismo fin de los ciudadanos, los dos deben coincidir. Si tenemos en cuenta que la guerra se hace en beneficio de la paz, el trabajo en beneficio del ocio y por lo tanto, la virtud será para las dos el ocio. El ocio sólo se puede conseguir luego de haber trabajado mucho, de ahí la frase:

''No hay ocio para los esclavos''

Recordemos que en la Ética a Nicómaco vimos que el bien era un fin y por lo tanto el ocio sería un bien y un fin, aparte de ser la actividad fundamental para la filosofía, no sin antes trabajar muy duro para ello. 

Capítulo XVI: Infancia, juventud y adultez en los ciudadanos

La labor del legislador se extiende incluso a las diferentes etapas biológicas y psicológicas que pasa un ciudadano. Debe establecer las actividades par os niños, el matrimonio y la labor de los abuelos en la ciudad. 

Matrimonios

Los matrimonios no deben ser de dos personas con la misma edad ni tampoco deben ser jóvenes. Esto se debe a que sus propios hijos los podrán mirar casi como contemporáneos y el respeto se perderá. Además, cuando lso animales tienen hijos tempranamente estos nacen débiles e imperfectas (sobre todo las hembras). La edad que tienen los hombres para fecundar llega solamente hasta los 70 y las mujeres a los 50; por eso, la edad de procrear debe coincidir con estas edades pero tampoco pueden ser muy jóvenes. 

Por otro lado, es malo fecundar a edad temprana porque las mujeres que practican la sexualidad a dicha edad se vuelven licenciosas, y, por parte de los hombres, estos se trastornan al expulsar el semen que aún no ha sido bien desarrollado en edad temprana. Debido a esto, siempre será mejor que la mujer se una en matrimonio  a los 18 años con un hombre que tenga 37, ya que esa es la edad para procrear de manera efectiva. La mejor estación del año para contraer matrimonio es el invierno.

El adulterio es totalmente condenado por Aristóteles y su acción será castigada severamente.

Hijos

En cuanto al estado físico de los hombres y mujeres, estos deben ser el término medio entre el cuerpo de un atleta y un hombre no tan dedicado al ejercicio. 

Los hijos que tengan problemas de deformidad tendrán que ser muertos inmediatamente. Debe haber una ley que prohiba que estos niños se expongan y también otra ley que limite la cantidad de niños que se pueden tener. Si se supera el límite de población y una mujer está embarazada, entonces aquella mujer debe abortar inmediatamente. 

Capítulo XVII: Educación de la juventud

Los niños deben alimentarse principalmente de leche y evitar a toda costa el vino por las enfermedades que provoca. Los ejercicios también son cosas que beneficiarán mucho a los niños, pero cuidándose de que no sean muy bruscos. Otra utilidad es exponerlos al frío a muy temprana edad porque sirve tanto para su salud como para la guerra(1). La calidez que tienen los niños a la edad temprana les ayudará a soportar el frío al cual se les exponga. 

Hasta la edad de cinco años los niños deben estar expuesto a lo anteriormente mencionado, no se les debe obligar a hacer trabajos que impliquen fuerza para no interferir en su crecimiento. 

Educación formal 

Los cuentos deben estar relacionados con los oficios que harán en el futuro. De acuerdo con Aristóteles, en el libro Las Leyes de Platón los niños deben ser callados cuando se les grite, pero esto sería un grave error, pues el grito tensa la voz para que luego se pueda contener el aliento en los trabajos. 

Deben ser educados en la casa y alejarse de los esclavos lo más posible. La idea de esto es que los niños no deben decir groserías o palabras vergonzosas que pertenecen a gente vulgar y esclava, si llegara a decir dichas palabras será castigado y azotado. Si es un joven quien dice dichas palabras entonces éste será degradado a esclavo. 

Los magistrado serán los encargados de evitar mostrar imágenes vergonzosas a los niños. También tendrán que impedir que asistan a los yambos, a las comedias y a las sátiras. 

Conclusión


Hay que rescatar todo lo que sea referente a la virtud y a la practicidad de tener una ciudad. Muchas de las cosas dichas en este libro por Aristóteles no se aplican en la sociedad actual. Creo que la ética sobresale mucho por la política en este libro, de hecho, creo que es más fundamental que la política misma. Basta con saber que esta se debe ejercer con virtud para darse cuenta. En todo caso, cuando ya se comienza a hablar de educación (que por cierto se entrará de lleno en ese tema) sus aseveraciones parecen ser muy duras. Hoy en día los niños están expuestos a las sátiras y a las comedias que más que un daño, parece ser un beneficio; claro, mientras las comedia o la sátira sea sana. 

sábado, 19 de diciembre de 2015

Aristóteles - La Política (Libro VI: Examen de la democracia y la oligarquía).

La democracia es el gobierno que representa al pueblo y basta acudir a la etimología del griego antiguo para ver que ''demos'' significa pueblo y ''kratos'' poder. Esta forma de gobierno es de la mayoría y actualmente rige en la mayoría de los países. Aristóteles ya lo decía en el libro anterior, ''la democracia es la forma de gobierno más duradera y consistente'', lo que no se aleja para nada de la realidad actual, a pesar de que ya han pasado más de 2000 años. En todo caso, las democracias ya no parecen ser tanto ''el poder del pueblo'', mientras existan gobernantes que no sigan la verdadera voluntad del pueblo y se inclinen más por sus propias ambiciones que por el bien común. Veamos que más nos tiene que decir el gran filósofo de la Antigua Grecia. 

La Política


LIBRO SEXTO: EXAMEN DE LA DEMOCRACIA Y LA OLIGARQUÍA

Capítulo I: Generalidades de la democracia


Volveremos a decirlo, la democracia es la forma de gobierno más duradera y consistente de acuerdo con Aristóteles. La democracia tiene muchos elementos en sus principios y la combinación de estos van formando distintas especies de democracia. 

Las causas de la variedad o especies de democracia son las siguientes:
  • Distintas clases que la componen: labradores, artesanos y mercaderes.
  • Las instituciones de la democracia que cambian por medio de las clases anteriormente mencionadas. 

Desde estos dos puntos surgen distintas especies de democracia, en los siguientes capítulos veremos más en detalle dichos principios. 

Capítulo II: Principios de la democracia

El principio fundamental de la democracia es la libertad porque se gobierna y se es gobernado por turnos. En este sentido, la democracia no se basa en una igualdad por méritos (como en la aristocracia o la oligarquía), sino más bien en una igualdad numérica. Por lo tanto es la mayoría quienes deben tomar las decisiones y dicha mayoría son los ciudadanos.

Ciudadanos 

Así como la elección representa un fundamento de la libertad, la vida de los ciudadanos es llevada tal y como ellos quieran. El ciudadano no está obligado a obedecer, a menos que luego él también tenga que mandar y ser obedecido. 

Procedimientos democráticos

La forma de elegir magistrados o personas que se encarguen de cosas importantes difiere de otras formas de gobierno. Veamos algunas características. 


  • Los cargos públicos se eligen por todos los ciudadanos.
  • Las magistraturas deben elegirse por sorteo sin exigir riqueza.
  • Los magistrados no pueden ejercer dos veces consecutivas el mismo cargo. 
  • La justicia debe administrarse por todos los ciudadanos.
  • Las magistraturas secundarias no deben tener mucho poder.
  • Todos los cargos públicos deben ser remunerados (Asamblea general, tribunales y magistraturas inferiores). 
  • No pueden haber magistraturas vitalicias. Si las hubiera se debe analizar su continuidad por sorteo. 

Estos son los procedimientos y principios que se debe tener en una democracia. 

Capítulo III: Igualdad y justicia en la democracia

La democracia basa su gobierno en la soberanía de las mayorías, mientras que en la oligarquía la minoría ejerce la soberanía; sin embargo, las dos incurren en una injusticia. 

En efecto, la oligarquía, al poner la soberanía sólo en la minoría (los ricos) el gobierno se convertirá directamente a una tiranía. La democracia, por otro lado, distribuirá la riqueza de los ricos entre la mayoría.

Puede ser que sea factible hacer eso, pero se debe hacer imponiendo límites. Aristóteles nos presenta un ejemplo. 

Digamos que tenemos diez ricos y veinte pobres. De entre los ricos, seis de ellos tienen una posición y de los veinte pobres quince sostienen otra. Los cuatro ricos que restan del grupo se unen a los quince pobres y los cinco pobres restantes se unen a los seis ricos quedando algo así: 11 por el lado de los primeros 10 ricos y 19 por el lado de los veinte pobres anteriores. Es obvio que el segundo grupo es el que gana y así tendremos una democracia donde no se excluye a los ricos.  

Si pasara que los grupos tienen iguales votos, se decidirá por sorteo quien gane. 

Capítulo IV: Clase social en la democracia

Labradores

La clase que es más conveniente para el sistema democrático es la de los labradores. Esta clase vive de su propio sustento y no tiene tiempo para acudir a asambleas ni consejos, pues debe estar preocupado de su subsistencia. De este modo, esta clase nunca codiciará las cosas de los otros labradores o ciudadanos. 

Además, esta clase posee una robustez que las otras no poseen y por lo tanto también servirán para la guerra. 

Elección y participación de cargos públicos

Cuando se otorga el derecho a los ciudadanos de elegir ellos los magistrados, al mismo tiempo se satisface las necesidades de mando que tienen. Para las magistraturas de alto nivel es necesario exigir una alta calificación propietaria, así, sólo los mejores pueden ejercer las magistraturas y el pueblo confiará en que se llevarán las cosas correctamente.

Para que los ciudadanos participen de los cargos públicos es necesario que no se les exija mucha renta. 

Mercaderes

Aristóteles no se explaya mucho sobre los mercaderes, salvo que son quienes se pasean por los mercados y no pueden vivir sin el trabajo del agricultor. 

Capítulo V: Conservación de la democracia

Más importante que fundar o establecer un Estado democrático es mejor conservarlo por un largo período de tiempo. 

Los demagogos para agradar al pueblo confiscan todos los bienes materiales de los ricos, pero esto es una pésima forma de hacer democracia. Para esto, es mejor que la ley determine que se disponga de los bienes que fueron recaudados por traición, y que no se vayan al tesoro público, sino como tributo de los dioses. 

Problemas que pueden suscitarse

El vicio en la democracia puede hacerse visible cuando la ciudad es demasiada populosa y el Estado no alcanza a hacer que todos los ciudadanos participen; este es uno de los peligros más frecuentes en las democracias. Su solución sería que el Estado pida contribuciones extraordinarias para abarcar a todos los ciudadanos en la asamblea.  

Si el Estado no puede pedir dichas contribuciones y por lo tanto no puede recurrir a todos los ciudadanos, entonces los ciudadanos se tendrá que reunir en las asambleas pocas veces y por poco tiempo. 

Cuidarse de los demagogos también es importante porque ellos son los que pueden hacer que la democracia se transforme en tiranía. 

Capítulo VI: La oligarquía

Algo característico de la oligarquía es la calificación propietaria, la cual es de dos tipos: una baja y otra muy elevada. Las magistraturas que son de poca importancia tienen calificaciones bajas, mientras que las de calificación más elevada son de gran importancia. 

Eso sí, lo anteriormente escrito pertenece a una primera especie de oligarquía, pero existe otra donde las calificaciones propietarias son muy elevadas y estas oligarquías se llaman dinásticas o tiránicas. Estas oligarquías sólo pueden preservarse por medio del aseguramiento de la vigilancia y el ejército. 


Capítulo VII: El ejército de la oligarquía

El gobierno que mejor se adapte a la caballería tendrá la oligarquía más perfecta y asegurada. Otra especie de oligarquía está compuesta por una infantería pesada, pero no será tan buena como la anterior. Si es una infantería ligera, ya no podrá considerarse como una oligarquía sino más bien una democracia. 

Es muy peligroso que en la oligarquía haya un pueblo armado y sobre todo si la oligarquía sólo está armada con infantería ligera. También será necesario procurar derechos políticos a los ciudadanos para aplacar una posible afrenta, de lo contrario, la oligarquía siempre se verá amenazada.

Capítulo VIII: Las magistraturas

En las magistraturas importantes unas deben estar a cargo del mercado público. Todas las personas en una ciudad compran y venden cosas, por lo tanto, es una actividad fundamental que debe ser regulada por las magistraturas. 

Lo otro que debe estar a cargo una magistratura es de la preservación y restauración de los bienes públicos como edificios deteriorados y caminos públicos. 

La tercera magistratura debe estar administrada por los guardias de la ciudad también llamados astynomía. Deben vigilar todas las actividades que se realizan en al ciudad, incluídos los campos y los bosques. 

La cuarta magistratura tiene que ver con los tesoros del Estado. Es necesario que existan recaudadores o tesoreros de los fondos públicos del Estado. Quien examine las cuentas y las riquezas del Estado, no debe estar relacionado con quién maneja el dinero, su labor solo debe ser supervisar. 

La quinta magistratura corresponde a los asuntos judiciales y condenatorios. Es importante que exista más de una magistratura de este tipo, como por ejemplo, entre los distintos tribunales. Tampoco debe ser vitalicia.

Otra magistratura no menos importante tiene que ver con los llamamientos a los ciudadanos para que asistan a las asambleas. En otros países se llamaban Senadores, pero dentro de las magistraturas los llamaremos procónsules. 

La séptima magistratura (que ya no es tan política) se refiere al culto a los dioses, a los sacrificios públicos y al mantenimiento de los templos. En algunas ciudades los que hacen esto se llaman reyes, arcontes o pritanos. 

Mientras más pequeña sea una ciudad, no harán falta muchos magistrados, pero siendo grande necesitará muchos. 

Las magistraturas que manejan los poderes supremos del Estado son manejadas por el voto y se dividen en tres: los guardianes de las leyes, los consejeros preliminares y el Consejo.


Conclusión

Siendo los gobiernos más contrarios que existen dentro de la teoría aristotélica de los gobiernos, la democracia y la oligarquía tienen su propia esencia, destrucción y preservación de sus elementos. Sin duda que la democracia sigue siendo el modelo por excelencia, pero también tiene riesgos de perecer si se manera de una manera excesiva; por otro lado, la oligarquía durará menos ya que debe protegerse y armarse mucho para no ser derrocada por el pueblo, y además protegerse internamente por alguna disensión que ocurra entre los oligarcas. En todo caso, es claro que los tiempos han cambiado y  junto con eso, las razones para mantener una democracia. Creo que el pueblo no es tan dueño del gobierno como cree...

viernes, 18 de diciembre de 2015

Aristóteles - La Política (Libro V: Las revoluciones).

La extrema insatisfacción del pueblo lleva a éste a derrocar a los gobiernos por los cuales son explotados. Hasta ahora hemos visto los gobiernos con sus descripciones características, pero no hemos analizado las razones del porqué ciertos gobiernos pasan de una forma a otra. En algo se parecen las descripciones que da Aristóteles a las revoluciones socialistas que impactaron el siglo XX en algunas partes del mundo. Pero no solamente veremos la ruptura de un gobierno por la revolución, sino que también veremos la conservación de éste.

Referencias:

(1) Los trierarcos eran los oficiales que tripulaban los trirremes. A estos oficiales se les debía pagar el equipamiento de la flota y los insumos de los trirremes. 
(2) Recordemos que en algunos gobiernos, la calificación propietaria es fundamental para participar en política. 

La Política


LIBRO QUINTO: LAS REVOLUCIONES

Capítulo I: Causas del cambio de régimen


Hemos dicho que todos los gobiernos cambian ya sea por un disgusto o por necesidad. La democracia existe cuando se forma igualdad absoluta entre todos los ciudadanos y la demagogia cuando algunos ciudadanos quieren tener la igualdad absoluta. La oligarquía se produce por la desigualdad producida por riqueza; debido a esto, los ciudadanos que se sienten al por la desigualdad recurren a la revolución.

Sólo los ciudadanos de méritos tienen derecho a ejercer la revolución, aunque también los ciudadanos que han heredado la riqueza luego reclamen el derecho a la desigualdad y desencadenar una revolución. Así, los gobiernos oligárquicos pueden pasar a democráticos o los democráticos a los aristocráticos por medio de la revolución. Los revolucionarios no necesariamente cambian la constitución; al contrario, la mantienen y la ejercen en el gobierno.

Igualdad de mérito e igualdad de número

La igualdad basa en el mérito implica igualdad en proporción (uno es a dos como dos es a cuatro) y la igualdad de número implica igualdad de extensión (tres es mayor que dos). Si un gobierno aplica de manera absoluta sólo un tipo de igualdad, el disgusto será inminente, por eso, es recomendable que un gobierno se guíe por la combinación de estas igualdades. 

Basada en mérito: sólo algunos (oligarcas) ejercen su igualdad como una totalidad.
Basada en número: todos (demócratas) ejercen su igualdad como una totalidad.

En todo caso, la democracia es más consistente y más duradera que cualquier gobierno y está expuesta a menos transformaciones que la oligarquía. Además la oligarquía es la única que se enfrenta contra sí misma y contra el pueblo, mientras que la democracia sólo se enfrenta con la oligarquía, jamás contra sí misma. 

Capítulo II: Tres causas que originan las revoluciones

Las causas que originan las revoluciones mencionadas por Aristóteles son las siguientes: 

  1. Disposición moral de los que se rebelan.
  2. Propósito de la insurrección.
  3. Circunstancias particulares que originan la discordia entre los ciudadanos.



Estas causas suelen ser justas o injustas dependiendo de quién las realiza. Hay veces que los ciudadanos, una vez hecha la revolución por razones de igualdad, se vuelven tiranos y quieren dominar al resto. Otros ciudadanos lo hacen con razón de obtener riquezas más que de una disposición moral. 

Causas en la disposición moral

Cuando la revolución ocurre por disposición moral, tenemos dos primeras razones: riqueza y honores. Sí, dijimos que la riqueza no era una disposición moral, pero podría serlo cuando se trata de equilibrar de maner equitativa la distribución de las riquezas.  

Junto a las dos primeras causas mencionadas tenemos la injuria, el miedo, la superioridad, el desprecio, el crecimiento desproporcionado de algunas partes de la ciudad, la cábala, la negligencia, una causa imperceptible y las diferencias de origen y nacimiento. 

Capítulo III: Los movimientos revolucionarios

Existen dos tipos de insurrecciones: 

Sedición: cuando la soberbia y la codicia de los magistrados y políticos hace que conspiren unos contra otros, sin importar dañar la constitución.

Revolución: cuando la ciudadanía se ve privada de todos los honores y beneficios que les son prodigados sólo a algunos. 

Analicemos las restantes causas de una revolución:

Superioridad: ocurre en el seno del Estado cuando la supremacía es excesiva ya sea de parte de un individuo o de un grupo. 

Miedo: cuando los ciudadanos serán atacados por algún tipo de castigo o injusticia.

Desprecio: cuando la mayoría se rebela contra la minoría oligárquica, o cuando los ricos se rebelan contra los pobres.

El crecimiento desproporcionado: cuando una parte de la ciudad es tan grande que origina disensos con las ciudad más pequeñas. 

Negligencia: cuando se pone a las personas menos indicadas a cargo del gobierno (enemigos). Es el caso de Heracleodoro quien una vez posicionado como magistrado, cambió la oligarquía a democracia. 

Causa imperceptible: cuando en la constitución hay leyes que no son consideradas importantes en un comienzo, pero que luego tienen sus consecuencias. Por ejemplo, en Ambracia, la calificación propietaria no era un problema desde un principio (era baja), pero luego se suprimió por completo porque valía tan poco como no tener ninguna.

Diferencias de origen: cuando un Estado reúne a muchas razas al azar debido a otorgamiento de derechos de ciudadanía a los extranjeros.

Geografía: la sola distribución del suelo es causa de disensiones en una ciudad. La delimitación de una ciudad hace que se produzcan enfrentamientos. 

Virtud y vicio: la confrontación de estos dos componentes hace que se produzcan enfrentamientos en la ciudad. 

Pobreza y riqueza: evidentemente ésta dualidad también provoca enfrentamientos entre ricos y pobres; unos quieren igualdad y otros desigualdad. 

Capítulo IV: Ejemplos de movimientos revolucionarios

Los hechos de la sedición y la revolución son cosas muy graves y responden a circunstancias realmente importantes. Veamos algunos ejemplos que cita Aristóteles.

Cuando los principales ciudadanos tienen problemas, estos mismos problemas se expanden a todo el Estado. 

Siracusa

El asunto de dos jóvenes llevó a cambiar la Constitución de Siracusa, pues los dos eran personas importantes. Uno se fue de Siracusa a hacer cosas importantes y en su ausencia, su amigo aprovechó de conquistar a su esposa. Cuando su amigo volvió a Siracusa, éste se enfureció tanto que emprendió una venganza, enamorar a la esposa de su enemigo. Esto llevó a cambiar la constitución. Por eso, es de suma importancia analizar a tiempo el origen del problema y corregirlo. 

Delfos

Una pareja estaba a punto de casarse, pero el futuro esposo tenía un presagio siniestro que hizo desistir en el matrimonio. Los parientes, enojados contra el futuro esposo, ocultaron los elementos que se necesitan para dar sacrificio y cuando el esposo va a hacer el sacrificio, no encuentra los elementos y lo condenan por sacrilegio. 

Timófanes

Un ciudadano llamado Timófanes había dejado dos hijas y Doxandro, quien no pudo tenerlas para sus hijos emprendió una sedición logrando el apoyo de los atenienses. 

Epidauro

Un ciudadano había prometida a su hija a un joven cuyo padre era magistrado. El padre del joven condenó a pagar una multa al padre de la prometida y éste en venganza hizo que se sublevaran todas las clases de la ciudad que carecían de derechos políticos. 

Otras razones están relacionadas con los cargos y atribuciones excesivas en cualquier magistratura. Los casos más conocidos fueron las atribuciones del Areópago en las guerras médicas, la preponderancia del gobierno del pueblo luego de la guerra de Salamina, el reemplazo de la república por democracia en Siracusa, la victoria del pueblo contra el tirano Foxos y asì muchos otros acontecimientos.

Falacias que conducen a la revolución

Unos de los factores más determinantes para la revolución son las falsas promesas. El pueblo se ve convencido de hacerla y luego de ejercer violencia contra quienes no estaban de acuerdo. Otra forma es utilizar la astucia en los medios que se tengan para convencer al pueblo. 

Capítulo V: Las revoluciones en la democracia

Cuando los demagogos reclaman por la mala distribución de las riquezas, ahí es cuando se produce la revolución en la democracia. Bajo falsas acusaciones, los demagogos persuaden a los ciudadanos restantes para que se les unan y derroquen a los ricos. De esto hay muchos ejemplos. 

Ejemplos de derrocamiento de la y en la democracia 

En Rodas, los demagogos con el fin de derrocar la democracia, utilizaron el dinero de los trierarcos(1) para financiar el derrocamiento a la democracia.

En Heraclea, unos ciudadanos fueron exiliados por los demagogos y estos, al ser exiliados, se reunieron y volvieron a la ciudad a derrocar la democracia.

En Megara ocurrió algo similar. Los ciudadanos al ser desterrados por los demagogos se reunieron en exilio y derrocaron a la democracia para instaurar una oligarquía.

Los demagogos

En la época antigua (más antigua que Aristóteles) los demagogos eran al mismo tiempo generales. De esta forma, las democracias terminaban siendo tiranías, ya que los tiranos antiguamente eran demagogos. Para transformarse en demagogo bastaba con provenir de las filas del ejército. Actualmente (en la época de Aristóteles) con los avances de la retórica han permitido mejorar la retórica, pero la ignorancia de los militares en estos asuntos les impedía producir buenos discursos. 


Capítulo VI: Las revoluciones en las oligarquías

Las causas de la revolución en una oligarquía pueden ser dos:

  1. Sojuzgar a las clases inferiores.
  2. Cuando el jefe del movimiento está en las mismas filas de la oligarquía.

Estas son causas que en realidad son causas internas, veamos ahora las causas externas que originan una revolución en la oligarquía. 

  1. Sedición por parte de oligarcas que no participan del poder. 
  2. Cuando el poder se concentra en unos pocos.
  3. Aprovechamiento de discusiones internas en el gobierno. 
  4. La servidumbre de las clases inferiores.

En general estas son las causas internas y externas de la revolución en una oligarquía.

Problemas en el seno de la oligarquía

Es necesario notar que los oligarcas tienen sus propios demagogos. Pueden encontrarse entre los mismos oligarcas, aunque sean pocos. Estos últimos estarán a favor del pueblo para derrotar a los oligarcas establecidos, en cierto sentido, entre oligarcas se quieren derrocar ya sea utilizando sus propias argucias, o apelando al pueblo. 

A veces lo oligarcas no desea derrocar el gobierno establecido (quizás porque no tenían las herramientas para hacerlo), sino que saquean los fondos públicos para que la discordia surja entre sus filas y los ciudadanos hagan a revolución. 

Para que la oligarquía no sea destruida o no se vea amenazada de una posible destrucción, necesita estar unida y bien establecida en el poder. De acuerdo con Aristóteles, el gobierno de Farsalia fue la única oligarquía que fue moderada y prudente. El mayor peligro que tiene una oligarquía es que se forme otra dentro de la misma. 

Revolución en tiempos de guerra y de paz

Estas revoluciones pasan tanto en tiempos de guerra como de paz. 

En tiempos de guerra: cuando la desconfianza del pueblo es tal, que el gobierno se ve obligado a contratar mercenarios para atacar al enemigo. Posteriormente el gobierno se convierte en una tiranía. 

En tiempos de paz: cuando surge la desconfianza entre los mismos oligarcas. Se contratan mercenarios privados por dicha desconfianza y posteriormente se origina la revolución. 

Capítulo VII: Las revoluciones en la aristocracia

En primer lugar, la revolución en una aristocracia ocurre por la concentración del poder de una minoría. Como podemos inferir, las razones son muy parecidas a la oligarquía, pues una viene de la otra. 

Veamos los tres casos en que se genera una revolución en la aristocracia. 

  1. Cuando una multitud de ciudadanos piensa que tiene los mismos méritos que quienes gobiernan y además se encuentra excluida del gobierno.
  2. Cuando hombres eminentes en virtud se ven ultrajados y degradados por magistrados colocados por encima de ellos.
  3. Cuando se excluye de todos los cargos a los guerreros valerosos. 

Otra de las causas es la desigualdad en cuanto a riquezas lo cual provoca disensiones entre ricos y pobres. Lo mismo pasa cuando un ciudadano que ya es poderoso pretende acumular más y más poder en un gobierno. 

De acuerdo con Aristóteles, la mayoría de las revoluciones ocurren en la aristocracia de manera progresiva y sin que nadie lo advierta. Cuando se logra la revolución, se logra una desviación del gobierno establecido lo que lleva al cambio de la Constitución. Dicho cambio será gradual hasta llegar a una modificación total de aquella. 

Capítulo VIII: Los medios para asegurar una forma de gobierno

En todo Estado sin importar qué forma de gobierno tenga, la derogación indiscriminada de leyes es lo primero que hay que evitar para asegurar el gobierno. La ilegalidad socava el Estado, aunque dicha ilegalidad sea poca. Este proceso de destrucción es gradual y de muy pequeño puede destruir las cosas más grandes. 

Lo otro es no dejarse convencer por los sofismas de algunos ciudadanos porque los hechos siempre serán más fuertes que el sofisma. 

La permanencia de un gobierno no depende tanto de la Constitución o de las leyes que esta tenga, depende mucho más de la gestión que haga el gobernante. El gobernante es el único que puede cambiar la Constitución y sus leyes en favor del pueblo, la Constitución en sí misma no. 

Las funciones deben preservar el gobierno

Cuando los miembros de la oligarquía son numerosos es mejor que las magistraturas sean populares. De esta manera, los cargos en las magistraturas serán de seis meses y así los miembros se turnan en ellas. Es de vital importancia que si hay numerosos miembros se deba impartir un modelo democrático de elección.

Esto evitará que las minorías manden por prolongados períodos de tiempo, y así no se forme violencia. Además, los cargos que son ejercidos por poco tiempo no dan momento para que se ejerza de mala manera, como cuando ocurre con los cargos de larga función. De hecho, esto hace que cualquier tipo de gobierno se convierta en tiranía. 

Cambios en la constitución para preservar el gobierno

La idea siempre será que la constitución y las leyes prevengan las peleas entre ciudadanos poderosos. Obviamente, esto no es pertinente que lo haga un hombre común, sino más bien un hombre político. 

Otra de las cosas que pueden evitar una revolución son las calificaciones propietarias. Porque cuando se elevan los valores excesivamente, los pobres no podrán nunca ser parte de la actividad política u otras(2). Para evitar esto es fundamental que el gobierno actualicen las rentas y los ciudadanos logren una calificación alcanzable. 

Si no se construye un gobierno sobre estas bases para evitar la revolución, entonces es preciso que quien esté ejerciendo el cargo de gobernador lo deje inmediatamente. Si no se puede de buena forma , es urgente que se le destierre o se le envíe al extranjero. 

La combinación de clases, siempre y cuando esté mantenida en un equilibrio, asegurará la existencia de un gobierno moderado. Así se previenen las revoluciones que tienen por objetivo acabar con la desigualdad extrema. También es una buena idea recompensar a los magistrados que los distingan como buenos administradores. 

Capítulo IX: Otras formas de preservar el Estado

Una de las recomendaciones que da Aristóteles para mantener la constitución es tener hombres que tengan un verdadero compromiso con el Estado. Dicho hombre debe tener tres cualidades:


  1. Amor genuino por la Constitución.
  2. Capacidad para el ejercicio de la función.
  3. Virtud y justicia correspondiente para el ejercicio. 

Sin duda que para escoger aquel hombre con tales características va a ser una tarea muy difícil. Por ejemplo, entre un hombre militar que no es proclive a la constitución, mientras que otro no es militar pero sí es proclive a la constitución ¿a quién elegimos? En efecto, podemos decir que el segundo hombre es el más adecuado, pero si no es virtuoso ¿qué podemos hacer? si no es virtuoso se dejará llevar por los placeres. 

Así, la manera de derrocar un gobierno consistirá en inclinarse por los extremos y no por el justo medio. Tanto los hombres como las instituciones deben aspirar a la moderación y a lo medio porque es ahí donde está la virtud.  


Una buena manera de dirigir el gobierno hacia la lealtad constitucional es educar en materia constitucional, es decir, a respetar el gobierno y las leyes de una ciudad (no a respetar la constitución de cierto gobierno, sino que respetar las leyes). 

Libertad y democracia

De acuerdo con Aristóteles, en las democracias se funda un falso fundamento de libertad. Se instaura en la ciudadanía que la constitución es un elemento que esclaviza a los ciudadanos, pero al contrario, la constitución es una entidad que garantiza los derechos a los ciudadanos que provee todos los medios para vivir. Por eso, la educación en cuanto a la Constitución es vital. 


Capítulo X: Las revoluciones en la monarquía

La monarquía es uno de los tipos de gobierno que se acerca mucho más a la aristocracia que a la democracia. En efecto, en la aristocracia mandan los mejores, en la monarquía manda el mejor y en la democracia manda el pueblo. 

Este gobierno surge para proteger a las clases más acomodadas donde se elige a alguien para ser monarca. El tirano, que es lo contrario del monarca, surge del pueblo mismo, recordemos que el tirano proviene de la demagogia. Otro modo en que se puede formar un tirano es desde la misma monarquía, cuando el pueblo mantenía de forma prolongada al rey, este se volvía despótico. 

Los dos gobiernos (aristocracia y monarquía) se parecen en cuanto a que los que mandan lo hacen por herencia, o por riqueza.

Causas de la revolución en la monarquía

Las revoluciones en la monarquía pasan porque el monarca acapara el poder absoluto en la ciudad. La conspiración para sacar al rey del poder toma por objeto al monarca mismo o al poder mismo. También se debe al trato que le monarca tiene con sus súbditos o con el pueblo entero. 

Destrucción de la Tiranía

Una de las causas es que un gobierno cercano a éste gobierno se proponga derrocarlo. En efecto, los Estados fundados con principios diferentes siempre serán enemigos. Aunque, por otro lado, la tiranía también se puede acabar desde su seno interno, cuando los más poderosos discuten con el tirano. 

Quien funda el odio entre la ciudad es el tirano, pero su derrocamiento también es debido al odio pero de los ciudadanos. El odio también va acompañado con cólera, la cual es mucho peor que el primero, de hecho, la cólera tiene más vehemencia que el odio. 

Destrucción de la monarquía

La monarquía se destruye de dos maneras. 

  1. Conspiración de los mismos miembros de la realeza.
  2. Tendencia al despotismo.

Otra que puede ser es la herencia monárquica. El pueblo se enfurece rapidamente con la sucesión hereditaria, lo cual hace que la gente no lo consienta y conspiren contra el gobierno. 

Capítulo XI: Conservación de la monarquía y la tiranía

Como la filosofía ética aristotélica lo indica, la única manera de preservar la monarquía será la moderación. Así, el pueblo no tiene nada que envidiar y el monarca no aspira a ser absolutista o déspota. 

En cambio, la tiranía para preservar su poder suprime todas las cosas que pudieran aportar superioridad a los ciudadanos. Todo lo que tenga que ver con la educación será totalmente destruido, o cualquier tipo de asociación. La guerra también es un medio para mantener al pueblo distraído, dándoles la idea de que necesitan un líder fuerte para enfrentar la guerra. 

Otro de los métodos para que no se conspire contra el tirano es dejar al pueblo sin comida para que, buscando los alimentos de su subsistencia, no piensen en conspirar o armar una revuelta. Un ejemplo de esto son las pirámides de Egipto, se debe mantener al pueblo ocupado en oficios y el empobrecimiento.  

Podemos resumir en tres puntos cómo el tirano mantiene su gobierno.

  1. Envilecimiento de los ciudadanos.
  2. Promover la desconfianza entre los ciudadanos unos con otros.
  3. Agotamiento y empobrecimiento de los ciudadanos. 

Para que el tirano pueda alcanzar el poder debe aparentar ser alguien que se preocupa de los intereses públicos. El tirano debe decir que correrá con todos los gastos del Estado. Por lo demás, el tirano siempre se debe mostrar grave e impenetrable para inspirar temor y respeto entre los ciudadanos; además, debe tener una reputación intachable. 

Cuidar las apariencias

Es imprescindible que el tirano se cuide de las apariencias, que no beba o coma en exceso ni se entregue a los placeres de maner excesiva. Tampoco debe golpear a alguien sea cual sea el motivo, menos insultar a alguien. Si el tirano es golpeado o insultado por alguien no puede recurrir a la venganza ni tampoco a un castigo muy duro. Debe procurar que el castigo sea como el de un padre a un hijo. 

Capítulo XII: Duración de las tiranías

A pesar de todas las precauciones que se puedan tomar para mantener la tiranía o la oligarquía, estos gobiernos son los que menos duran. Una excepción podría ser la tiranía de Ortógoras porque procuró controla hábilmente a sus súbditos, dicha tiranía duró 100 años y es una de las que más ha durado.  

Crítica a Platón

Sócrates, en el libro IX de la República, nos habla de la tiranía, pero no habla sobre las revoluciones en ella. Sólo nos dice que la revolución ocurre porque nada puede ser permanente, pero esto si bien puede ser cierto es un argumento muy simple.

Hay otra crítica que concierne al orden de formas de gobierno , es decir, en qué orden ocurren. Sócrates describe una especie de proceso o circulo vicioso en las formas de gobierno: primero tenemos la timocracia, luego la oligarquía, después la democracia, luego la tiranía y vuelta a la timocracia siguiendo el mismo orden. Sin embargo, Aristóteles por su parte reclama que no siempre es así, pues es posible que de una tiranía surja otra tiranía. Un ejemplo es el de Clístenes sucediendo a la de Mirón en Sicione. Y también puede convertirse en oligarquía como pasó con Antileón de Calcis; o en demagogia como la de Gelón de Siracusa:; o en aristocracia como la de Carilao en Lacedemonia. 

La oligarquía también se puede transformar en tiranía, nombraremos algunos ejemplos.


  • Oligarquía de Leoncium a la tiranía de Panecio.
  • Oligarquía de Gela a la tiranía de Cleandro.  
  • Oligarquiá de Reges a la tiranía de Anaxilas

Es un error también de Sócrates suponer que la oligarquía sólo surge por la ambición de riquezas porque como dijimos en libros anteriores, la oligarquía también sucede a causa de que lso ricos no reconocen derechos igualitarios y necesitan desigualdad para prosperar. 

Lo mismo pasa para todas las formas de gobierno, todas pueden devenir en su contrario. 

Conclusión

En nuestros tiempos, los gobiernos oligárquicos o aristocráticos ya no existen como tal, más bien usamos estos términos para referirnos a las clases altas o a las personas que poseen riquezas por herencia. Hoy en día los gobiernos oscilan entre democracia, tiranía y monarquía; sin mencionar a los gobiernos socialistas donde manda una especie de vanguardia. La revolución es algo inevitable contra el abuso de los que quieren someter a los ciudadanos. Pareciera ser casi un derecho que se extiende para derrocar al poder establecido e instaurar un nuevo régimen. Finalmente, este manual político sirve para reflexionar sobre las distintas formas de gobierno y cómo preservarlas o derrocarlas.