lunes, 18 de junio de 2018

San Anselmo de Canterbury - De Veritate (Capítulos XI - XIII) (1080 - 1085)

Seguimos con la segunda parte de este interesante libro que nos trae San Anselmo de Canterbury. Creo que desde que dejamos hablar de la verdad en San Agustín de Hipona, no ha habido otro filósofo que hable tan lógicamente de la verdad como lo hace Anselmo. Debemos fijarnos que la verdad tiene tres conceptos que la preceden: existencia, rectitud y moral. Llevando estos conceptos a la práctica podremos alcanzar el bien y posteriormente, estar con la seguridad de que estamos con el Ser Supremo. 

De Veritate

Capítulo XI: La definición de la verdad


¿Estará la verdad en el cuerpo o en la mente? pues este es el dilema que ahora tienen el Estudiante y el Maestro. El Estudiante dice primero que la verdad está en los objetos pero de manera distinta como lo está en la mente, de hecho, bajo este argumento, el Maestro indica al Estudiante que podrían considerar esta definición tentativa:

''Aquella rectitud percibible solo en la mente''

En efecto, de los objetos solo podemos ver (si es que tienen) rectitud, pero a través de la mente podemos entenderla. 

Capítulo XII: La definición de justicia

De la misma manera que se define la verdad como una rectitud, también se puede definir la justicia, pues todo lo que es justo es recto. Así, tendríamos que decir que si una piedra se comporta tal como debería comportarse, entonces esta sería tan justa como el hombre que se comporta tal como debería comportarse. 

Sin embargo, ¿son la piedra y el hombre igualmente justos? Por supuesto que no, el Maestro le explica al alumno que una de las cosas fundamentales de la justicia es que necesita voluntad para que sea llamada como tal. La justicia tiene que ver con la rectitud y el conocimiento, pero esta es fundamentalmente voluntad. No podría ser netamente rectitud porque incluso la rectitud necesita de voluntad para existir. 

Ahora, esta voluntad debe ser pura y no provenir de factores externos o por obligación, pues ya no se podría hablar de genuina voluntad ni de genuina justicia. De este modo, el Maestro y el Estudiante llegan a la siguiente conclusión:

 ''La justicia es la rectitud de la voluntad''

Sin embargo, nadie tiene la justicia de manera innata por lo que esta se debe conseguir, y no solo conseguir sino que también mantener; por lo tanto, los dos dialogantes llegan a una tercera definición de la justicia:

''La justicia es la rectitud de la voluntad que es mantenida''

Es aquí donde el Estudiante queda satisfecho con la definición y pasan a tratar otras materias. 

Capítulo XIII: La verdad es una en todas las cosas verdaderas

El genero de la justicia es la verdad misma, y la verdad asimismo es la rectitud. Por lo tanto, si todos los seres tienen la verdad, entonces todos los seres tienen verdades y rectitudes. Sin embargo, esto nos llevaría a un problema pues de ser así, la verdad no sería una sola unidad, y además está sujeta al cambio.

El Maestro le explica que no es necesariamente así, pues si un objeto cambiara la autenticidad de la verdad no cambiaría pues también es algo natural de los objetos que cambien. 

La rectitud quedaría intacta frente a los cambios de todas las cosas. Por más que una cosa esté sometida a los cambios, esta nunca cambiará su verdad, su existencia o su rectitud. 

Entonces ¿acaso no podemos decir ''la verdad de esto'' y ''la verdad de esto otro''? el Maestro dice que la verdad abarca todas las cosas porque el Ser Supremo la contiene. Ahora lo que debemos entender es que todas las cosas están en la verdad del Ser Supremo y no al revés. 


Conclusión

Con esto terminamos el tratado sobre la verdad que nos quería hacer entender Anselmo. Verdaderamente importante es saber en qué sentido podemos entender qué es la verdad, pues nada es tan metafísico y lógico como esto. Debo aceptar que juega mucho con el ingenio y la sabiduría por lo que no en vano ponemos en sus ojos este apunte de la verdad en San Anselmo de Canterbury

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