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jueves, 5 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Vida y obra (1266 - 1308)


Uno de los teólogos más riguroso en sus planteamientos y sutilezas en la argumentación. Esta última característica lo llevó a que lo llamaran el ''Doctor Sutil'', por la agudeza y sutileza de su pensamiento con respecto a la filosofía y a la teología. Contrario a la filosofía tomista-aristotélica, Juan Duns Escoto abraza la teoría agustiniana no sin ciertas dudas y críticas que veremos a lo largo de su obra. Cabe destacar que empezamos a ver el declive de la escolástica en cuanto a pensamiento filosófico preponderante en el mundo.

Referencias:

(1) Para más información véase la siguiente entrada.

Juan Duns Scoto


Vida y obra


Juan Duns Escoto nació el año 1266 en Escocia en el seno de una familia noble. Recibió el hábito de san Francisco en el año 1278 de su mano de su tío Elías Duns y también recibió las órdenes sagradas (que era un sacramento sacerdotal) a los 25 años.

Se dice que en el año 1300 viajó a Oxford para continuar sus estudios como fraile en la universidad de París. Comenzó las lecturas de Pedro Lombardo (sobre todo ''Sentencias) en el año 1302, pero en ese mismo año fue expulsado de la universidad por adherir al Papa Bonifacio VIII sobre el impuesto a la propiedad de la iglesia. 

En el año 1307 volvería a París para continuar sus cátedras ayudado por alumnos y profesores de la época. Luego fue despachado a Colonia (hoy territorio de Alemania) por motivos desconocidos. Esta vuelta hacia París fue totalmente inesperada para todos pues no se sabía por qué razón Escoto se quedó ahí. En el año 1308 muere inesperadamente en Colonia. En su epitafio se puede ver la frase:


Scotia me genuit. Anglia me suscepit. Gallia me docuit. Colonia me tenet
(Escocia me trajo al mundo. Inglaterra me sustentó. Francia me enseñó. Colonia me sostuvo)


Como vemos, la vida familiar y de su infancia nos es mayormente desconocida, sin embargo, todo su pensamiento lo tenemos plasmado en los libros. 

Pensamiento

Realista

En cuanto a la metafísica, podríamos decir que Duns Escoto trata a los universales (la justicia, la belleza, el amor, etc.) como reales, es decir, Duns Escoto era un realista(1). Sin embargo, Escoto nos dice que hay ciertas cosas que tienen una naturaleza común, por ejemplo, Sócrates, Platón y Aristóteles tienen en común la humanidad. 

Univocidad del ser

Tenía un pensamiento abstraído en parte por Aristóteles llamado ''univocidad del ser''. Este planteamiento era contrario al dicho por Santo Tomás de Aquino. Recordemos que Santo Tomás tenía una discusión acerca del ser y la esencia; por un lado, Santo Tomás decía que Dios era el único que tenía tanto ser como esencia juntos, mientras que en todos los otros seres esta distinción sí existía. 

Duns Escoto estaba en contra de esto, decía simplemente que la esencia no se podía concebir sin la existencia, por lo tanto ambos son conceptos unívocos. 

Individuación

Duns Escoto elabora una teoría totalmente diferente al Hilemorfismo. Esta se sustenta en tres puntos:


  1. La materia puede existir sin la forma, ya que las cosas pueden estar en constante cambio
  2. No todas las sustancias creadas vienen de la forma y la materia
  3. Una sustancia puede tener más de una forma sustancial; por ejemplo, el hombre puede tener dos formas: la de su cuerpo y la de su alma

Este original principio de individuación será llamado ''Haecceitas'' (hecceidad), que sería más bien la esencia de una cosa. Una esencia particular de cada individuo con respecto a lo concreto y no concreto. La hecceidad denota la individualidad que consiste en la última realidad del ente, que contrae la forma y la materia a una cosa particular.

Voluntarismo

El voluntarismo es la doctrina que consiste en establecer que Dios hace todo mediante su voluntad y no mediante su intelecto. En efecto, Duns Escoto nos decía que la voluntad es superior al intelecto, ya que sin esta nada que el intelecto hace podría hacer posteriormente. La moralidad, por ejemplo, no saldría del intelecto de Dios, es decir, los Diez Mandamientos no serían consecuencias naturales (leyes naturales) de los hombres sino que justamente preceptos divinos más allá del hombre. 

Esto va en contra de la filosofía socrática del ''intelectualismo'', pues esta estaba basada en que la razón es más poderosa que la voluntad. 

Otro argumento que estaría en contra del voluntarismo proviene del mismísimo Santo Tomás de Aquino, quien nos decía al igual que los griegos que todo lo que hacía Dios era necesario e inmutable. De hecho, Duns Escoto logra probar que esto no es así, pues Dios no puede conocer el futuro, al contrario, solamente conoce la contingencia del ser.

Una última explicación del voluntarismo es la natural y obvia procuración que tenemos hacia la felicidad. En efecto, nadie tiene repulsión a la felicidad; al contrario, todos quieren procurarsela. Cuando el hombre quiere algo, lo quiere porque no le da un mal. Si esto es así, entonces aquello que es bueno es aquello que se quiere; por lo tanto, la voluntad es más importante que la razón, aunque la razón pueda preceder a la voluntad, pues para tener voluntad se necesita razón. Sin embargo, la decisión de hacer el bien o el mal la tiene la voluntad. 

De hecho, se puede ver claramente cuando un hombre quiere algo incluso a falta de razón. Por lo tanto, la voluntad sigue siendo la decidora entre el bien y el mal. Por esto, Duns Escoto nos dice que Sócrates se equivocaba al decir que el mal era producto de los errores que cometía el hombre, al contrario, el mal es producto de la voluntad del hombre. 


Obras

Sus obras son realmente numerosas, pero la barrera del latín nos impide conocer más allá. Anotamos las principales obras y aquellas que analizaremos en el blog. 





Conclusión

Interesante la vida de Juan Duns Escoto, pero aún más interesante es su pensamiento y su modo de ver la voluntad como algo primario dentro de un orden lógico. Ciertamente su obra no puede dejar indiferente a nadie, pero esto también significa una cosa, que vamos dejando de lado poco a poco al racionalismo que caracterizaba a todos los filósofos como Aristóteles, Avicena, Averroes, Santo Tomás de Aquino, quienes también nos dejaron una máxima inspiración en sus obras. Bastará ver cómo se pavimentará el camino después de este intelectual. 



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