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sábado, 5 de febrero de 2022

Boecio - Contra Eutiques y Nestorio

 

Tal como lo haría San Agustín de Hipona con las herejías de su tiempo, lo mismo hará Boecio con respecto a Eutiquio y Nestorio. Este es el último opúsculo que veremos con Boecio, además de explicar brevemente en que consiste tanto la doctrina de Eutiquio y la de Nestorio. Una vez hagamos esta introducción veremos como trata Boecio a estos dos hombres considerados herejes por la Iglesia Católica. Veamos entonces este pequeño opúsculo que nos queda, para así terminar con la obra de Boecio. 


Referencia:

(1) Subsistencia quiere decir aquello característico de la sustancia, es decir, substar, existir en sí y no en otro. 

(2) En cuanto a esse y essentia (ser y esencia respectivamente), debemos hacer coincidir con la sustancia primera y la sustancia segunda de Aristóteles (respectivamente)

(3) No coincide con lo dicho sobre La Trinidad donde nos decía que la Persona era un accidente de relación.


Cuestiones:

(?) Es probable que este párrafo confunda porque en su texto sobre la Trinidad nos habla de que Dios es más que una sustancia


Vocabulario:

(1) Archimandrita: abad superior a un obispo. Este título se presentaba en las Iglesias Ortodoxas o Católicas de oriente


Contra Eutiquio y Nestorio


Nestorio

Fue un arzobispo de Constantinopla entre los años 428 al 431, además de ser un teólogo cristiano. Fue depuesto de la Sede Episcopal en el Concilio de Éfeso en el año 431. 

El contexto de Nestorio fue encontrarse entre dos posiciones irreconciliables:

  • Aquellos que afirmaban que la Vírgen María era portadora de Dios Cristo (theotokos). 
  • Aquellos que afirmaban que no podía nacer de María porque un Dios no puede nacer de una mortal siendo un ser eterno

A esta discusión Nestorio trató de encontrar el término medio creando la concepción ''Cristotokos'' (portador de Cristo), pero no encontró aceptación. En otras palabras, para Nestorio María no sería la Madre de Dios encarnado, sino la Madre de Cristo hombre

El nestorianismo, su doctrina, consistía en que hay dos naturalezas en Cristo: una divina y otra humana. Hasta ahí pareciera que no hay problema. Sin embargo, en el Concilio de Nicea se postula que si bien existen dos naturalezas, Cristo es un solo Dios, un solo hombre. Pero Nestorio nos dice que en realidad hay dos hipóstasis: la humana y la divina. 

Esta es la diferencia que tiene el nestorianismo con la resolución del Concilio de Nicea. En el Concliio de Éfeso, donde se termina condenando el nestorianismo, se verificará y adoptará el concepto de unión hipostática, es decir, hay una sola hipóstasis, no dos como lo postulaba Nestorio. 

En resumidas cuentas, para el nestorianismo no hay una unión personal; en su lugar, hay dos personas. Por esto, Nestorio y su doctrina sería condenados por la figura opositora de Cirilo de Alejandría.


Eutiques

Nuestra segunda herejía tiene que ver con Eutiquio quien fue un presbítero archimandrita(1) en Constantinopla. Estuvo a cargo de 300 monjes aproximadamente. Se caracterizó por ser el principal oponente del nestorianismo, siendo contemporáneo de Nestorio.

Cuando Nestorio había aseverado que María no era la Madre de Dios, este fue condenado como herético. Para Eutiquio, la naturaleza de Cristo es doble: humana y divina, pero estas son combinadas en una sola Persona.  

Por lo tanto, podríamos decir que Eutiquio estaba de acuerdo con Cirilio de Alejandría, aunque Eutiquio irá más allá diciendo que de las dos naturaleza la divina es la que predomina, pero a su vez exalta la humana. En consecuencia, la naturaleza divina influye en la naturaleza humana de Cristo y de ahí que naciera el eutiquianismo del cual no se ha rescatado ningún texto hoy.

Sin embargo, debe hacerse una aclaración, el eutiquianismo no es monofisismo. En el eutiquianismo, el redentor, en este caso Cristo, tiene que ser más que un humano. Esto lleva a sus detractores a considerarlo hereje porque haría inútil la encarnación, es decir no se convirtió en hombre naturalmente, sino que es más que un humano. Además, el monofisismo afirma que no hay dos naturalezas sino que una sola que es la naturaleza divina.


Boecio contra estas herejías


Definición de naturaleza

Para comenzar, Boecio aclara algunos conceptos previos. En primer lugar nos dice dónde se encuentra la naturaleza: ya sea en los cuerpos solos y las sustancias solas, y en general todo aquello que puede afirmarse. 

Sentidos de la naturaleza:

  1. Cuerpos
  2. Sustancias
  3. Todo lo que puede ser afirmado

A partir de estos tres sentidos, Boecio nos da una definición directa de naturaleza:

''La naturaleza pertenece a aquellas cosas por las cuales, a causa de que existen, pueden, en alguna medida, ser aprehendidas por la mente''

Por lo tanto, esta definición incluye ambas: sustancias y accidentes ya que estas dos pueden ser aprehendidas por la mente. Pero Boecio añadió además ''en alguna medida'' porque Dios y la materia (remota) no pueden ser aprehendidas por la mente, pero sí pueden ser aprehendidos en alguna medida. Por otro lado, añadir la expresión ''a causa de que existen'' es porque la mera palabra ''nada'' ya es algo aunque no denote naturaleza. En efecto, la nada no denota algo que es, sino que más bien denota no-existencia. En consecuencia, si la naturaleza es todo aquello que puede ser afirmado, entonces la definición es correcta. 

Definición de sustancia y naturaleza

Sin embargo, si la naturaleza es la afirmación de las sustancias solas, y comprendiendo que las sustancias pueden ser corpóreas o incorpóreas, entonces tenemos que definir también las sustancias: 

''Naturaleza de aquello que puede obrar o sobre lo que se puede obrar''

Ahora bien, el poder de obrar y de sufrir pertenece a todos los corpóreos y al alma de los corpóreos; porque actúa en el cuerpo y sufre por el cuerpo. Pero sólo el acto pertenece a Dios y a las demás sustancias divinas.

Esta definición no solo será la definición de sustancia sino que también será la de naturaleza. Si se descuida que no se integre a las sustancias incorpóreas, sino que solamente a las corpóreas (como lo piensa Aristóteles y sus seguidores), entonces la definición tendría que darse de la siguiente manera:

''La naturaleza es el principio del movimiento propiamente inherente a los cuerpos y no unido accidentalmente a ellos. Digo “principio de movimiento” porque cada cuerpo tiene su propio movimiento, el fuego moviéndose hacia arriba, la tierra moviéndose hacia abajo. Y lo que quiero decir con "movimiento propiamente inherente y no unido accidentalmente''


El ejemplo por excelencia es el de la cama: se ve en el ejemplo de una cama de madera que necesariamente se lleva hacia abajo y no se lleva hacia abajo por accidente. Porque es arrastrado hacia abajo por el peso y la pesadez porque es de madera, es decir, un material terrenal. Pues no se cae porque sea cama, sino porque es tierra, es decir, porque es un accidente de la tierra que sea cama; de ahí que la llamemos madera en virtud de su naturaleza, pero cama en virtud del arte que la formó.

De alguna forma más sucinta, podemos decir que de acuerdo a Arstóteles la naturaleza se define como:

''La naturaleza es la diferencia específica que da forma a cualquier cosa''

Así, aunque la naturaleza se describe o define de todas estas formas diferentes, tanto los católicos como los nestorianos sostienen firmemente que hay en Cristo dos naturalezas del tipo establecido en nuestra última definición, porque las mismas diferencias específicas no pueden aplicarse a Dios y al hombre.

Definición de Persona

Sin embargo, lo más difícil es tratar de definir el concepto de Persona y relacionarlo con el concepto de naturaleza. Esto porque toda naturaleza tiene una Persona y esto puede ocasionar una gran confusión. 

Lo que si asegura Boecio es que la naturaleza es un sustrato de la Persona, y que la Persona no puede predicarse aparte de la naturaleza. En consecuencia, la Persona no puede predicarse fuera  de la sustancia. 

De las sustancias corpóreas tenemos a los cuerpos vivos y otros no. De las sustancias vivas unas son sensibles y las otras son insensibles, en las sensibles nos encontramos con los racionales e irracionales. Similarmente, de las incorpóreas están aquellas que son racionales e irracionales (ejemplo de estas últimas, los espíritus animales de las bestias). En las sustancias racionales encontramos a Dios(?) que es inmutable e impasible, otra de creación que es mutable y pasible que son los ángeles y el alma (a menos que sean salvas por la Gracia). 

De todas estas reflexiones podemos decir que la palabra Persona no puede predicarse de un ser no-vivo (por ejemplo, una piedra no es una Persona), ni tampoco aquello que está desprovisto de mente y razón (un caballo no es una Persona). Persona se predica en cuanto a los hombres, Dios y todos los ángeles. 

Los universales tienen que ver con todos esos predicados de los individuos: hombre, animal, piedra, ganado y otras cosas que tengan relación con el género y la especie. Sin embargo, los particulares son aquellos que no son predicados de otras cosas como Cicerón, Platón, Agustín, etc. Por lo tanto, Persona no puede ser predicado de un universal, solo a los particulares y a los individuos. 

Como conclusión, si la Persona se encuentra solamente en las sustancias racionales y cada naturaleza es una sustancia, existiendo en individuos y no en universales, entonces hemos encontrado la definición de Persona:

''La sustancia individual de una criatura racional''

Ahora, Boecio nos dice que el concepto de Persona no es propio de los latinos sino que de los griegos por la palabra prosopón, que en realidad tiene otra fuente puesto que ya Aristóteles nos hablaba sobre los personajes de un teatro y la caracterización de los mismos mediante ''máscaras''. La palabra ''máscara'' proviene de la palabra ''personare''

Los equivalentes de los términos griegos οσωσις οσισθαι son respectivamente subsistentia y subsistere, mientras que sus ὑπστασις φστασθαι están representados por nuestra substantia y substare. Pues una cosa tiene subsistencia(1) cuando no necesita accidentes para ser, pero tiene sustancia que da a otras cosas, accidentes a saber, un sustrato que les permite ser; porque "sustenta" esas cosas en tanto que está sujeto a los accidentes. 

Así, los géneros y las especies sólo tienen subsistencia, porque los accidentes no se unen a los géneros y las especies. Pero los particulares no sólo tienen subsistencia sino sustancia, pues ellos, no más que los generales, dependen de los accidentes para su Ser; porque ya están provistos de sus diferencias propias y específicas y permiten que los accidentes sean al suministrarles un sustrato. 

Por lo tanto, esse (ser) y subsistere representan εναι y οσισθαι, mientras que substare representa ὑφστασθαι (sustancia). Porque Grecia no es, como dice en broma Marco Tulio Cicerón, corta de palabras, sino que proporciona equivalentes exactos para essentia, subsistentia, substantia y persona: οσα para essentia, οσωσις para subsistentia, ὑπστασις para substantia, πρσωπον para persona(1)


esse = εναι

subsistere = οσισθαι

essentia = οσα

subsistentia = οσωσις

substantia = ὑπστασις

persona = πρσωπον


Pero los griegos llamaron a las sustancias individuales ὑποστσεις porque subyacen a las demás y ofrecen soporte y sustrato a los llamados accidentes; y en nuestro término las llamamos sustancias por ser sustrato - ὑποστσεις, y dado que también llaman a las mismas sustancias πρσωπ, también podemos llamarlas personas. Entonces οσα es idéntico a esencia, οσωσις a subsistencia, ὑπστασις a sustancia, πρσωπον a persona. 

Pero la razón por la que el griego no usa πρσωπον de animales irracionales mientras aplicamos el término sustancia para ellos es este: este término se aplicó a cosas de mayor valor, para que lo que es más excelente pudiera distinguirse, si no por una definición de la naturaleza que respondiera al significado literal de ὑφστασθαι = substare, en todo caso por las palabras ὑπστασις = sustancia.

Para resumir, ''hombre'' es esencia, subsistencia, sustancia y persona porque no es accidente de ningún sujeto, al contrario, es sujeto de todas las cosas que no son sustancias, mientras que es Persona porque es sustancia racional. 

Luego, Dios es esencia y aquella esencia por la que provienen todos los seres. También en subsistencia porque tiene total independencia ya que es el Ser absoluto, y por esto es el soporte y la fundación de todas las cosas.

Contra Nestorio

La primera diferencia que nota Boecio es la siguiente:

''Naturaleza es la propiedad específica de cualquier sustancia, y la Persona la sustancia individual de naturaleza racional''(3)

Nestorio afirmó que en Cristo la Persona era doble, descarriado por la falsa noción de que la Persona puede aplicarse a toda naturaleza. Pues sobre esta suposición, entendiendo que había en Cristo dos naturalezas, declaró que había igualmente dos personas. Boecio nos dice que la definición dada ya es suficiente para probar que Nestorio está equivocado.

Si la Persona de Cristo no es única, y si es claro que hay en Él dos naturalezas, a saber, la divina y la humana (y nadie será tan tonto como para no incluir ninguna de las dos en la definición), se sigue que aparentemente debe haber dos personas; pues Persona, como se ha dicho, es la sustancia individual de naturaleza racional.

Si esto es así, ¿qué tipo de unión existe entre Dios y el hombre? la única unión que existe entre Dios y el hombre es la localidad y no la cualidad, es decir, la cualidad no alcanza ni a uno ni a otro. Esto es lo que los griegos llaman ''yuxtaposición''. 

Entonces, si la humanidad ha sido unida de esta forma, entonces ninguna cosa ha sido formada de dos. Pero si las dos personas continuaran y se produjera tal unión de naturalezas como la que hemos descrito anteriormente, no podría formarse una unidad a partir de dos cosas, porque nunca podría formarse nada a partir de dos personas.

Luego Cristo, según Nestorio, no es en absoluto uno, y por tanto no es absolutamente nada. Pues lo que no es uno tampoco puede existir; porque Ser y unidad son términos convertibles, y todo lo que es uno es. Incluso las cosas que se componen de muchos elementos, como un montón o un coro, son sin embargo una unidad. Ahora confesamos abierta y honestamente que Cristo es; por eso decimos que Cristo es una Unidad. Y si esto es así, entonces indiscutiblemente la Persona de Cristo es una también. Porque si tuviera dos Personas, no podría ser una; pero decir que hay dos Cristos no es otra cosa que la locura de un cerebro trastornado.

Otro problema grave de dar dos naturalezas a Cristo sería incluirlo en una definición, tal como lo dice Boecio:

''Porque si la sustancia de Dios es diferente de la del hombre, y el único nombre de Cristo se aplica a ambos, y la combinación de diferentes sustancias no se cree que haya formado una sola Persona, el nombre de Cristo es equívoco y no puede estar comprendido en ninguna definición''

Ahora, lo que dice Nestorio es lo siguiente:

''La humanidad y la divinidad mantienen sus Personas propias”

El problema de esto es que entonces fue absolutamente mortal o fue absolutamente divino, y por lo tanto sus sustancias no se mezclarían.

En ese caso, entonces, la naturaleza de Cristo no sería distinta de la de cualquier otro niño, pues su naturaleza humana sería exactamente la misma que de los demás si sus sustancias son dobles y separadas. Porque mientras las Personas permanecen así, no podría haber unión de naturalezas en Cristo más que en cualquier otro hombre con cuya sustancia, aunque sea tan perfecta, ninguna divinidad se unió jamás por la subsistencia de su propia persona. Pero, por el bien del argumento, llame a Jesús, es decir, a la persona humana, Cristo, porque a través de esa persona Dios obró ciertas maravillas. 

Sin embargo, Boecio se pregunta:

''Pero, ¿por qué debería llamar a Dios mismo por el nombre de Cristo?¿Por qué no debería seguir llamando a los mismos elementos por ese nombre?''

Los elementos no podrían serlos porque la característica de Persona solo podría darse en criaturas racionales. Entonces, de acuerdo con la teoría de Nestorio, los santos también deberían ser llamado Cristos ya que Dios también influyo sobre ellos ciertas maravillas. 

Ahora bien, se sigue que mientras permanezcan las Personas, no podemos creer en modo alguno que la humanidad haya sido asumida por la divinidad. Porque las cosas que difieren igualmente en personas y naturalezas son ciertamente separadas, más aún, absolutamente separadas; el hombre y los bueyes no están más separados que la divinidad y la humanidad en Cristo, si las Personas han permanecido.

En verdad, los hombres y los bueyes están unidos en una sola naturaleza animal, porque por el género tienen una sustancia común y la misma naturaleza en la colección que forma el universo. Pero Dios y el hombre serán en todos los puntos fundamentalmente diferentes si hemos de creer que la distinción de Personas continúa bajo la diferencia de naturaleza.

Entonces la raza humana no se ha salvado, el nacimiento de Cristo no nos ha traído salvación, los escritos de todos los profetas han engañado a las personas que creían en ellos, se derrama desprecio sobre la autoridad de todo el Antiguo Testamento que prometió a los salvación del mundo por el nacimiento de Cristo.

Contra Eutiques

Con respecto a Eutiques, Boecio nos dice que el error se ve desde una perspectiva distinta. Para Eutiques, Cristo no tiene dos Personas sino que dos Naturalezas. En este sentido, la humanidad es obliterada por la divinidad al ser esta última la superior. Su error proviene de la misma fuente que Nestorio. 

  • Nestorio: Dos naturalezas y dos Personas
  • Eutiques: Dos naturalezas y una Persona

El problema de Eutiques sería determinar cuándo la naturaleza humana es obliterada por la divina. La pregunta que se hace Boecio es ¿ocurrió en la concepción u ocurrió en la resurrección? Veamos las consecuencias:

Eutiques parece pensar que incluso antes de la concepción tenía carne humana, no tomada de María, sino preparada de otra manera, mientras que la Virgen María fue traída para dar a luz una carne que no fue tomada de ella; que esta carne, que ya existía, estaba aparte y separada de la sustancia de la divinidad, pero que cuando nació de la Virgen se unió a Dios, de modo que la Naturaleza parecía hecha una.

O si esta no es su opinión, ya que dice que hubo dos Naturalezas antes de la unión y una después, suponiendo que la unión se estableció por concepción, una opinión alternativa puede ser que Cristo ciertamente tomó un cuerpo de María, pero que antes tomó en ella las Naturalezas de la Deidad y la humanidad que eran diferentes: pero la Naturaleza asumida se hizo una con la de la Deidad a la que pasó. 

Pero si él piensa que esta unión no se efectuó por concepción sino por resurrección, tendremos que suponer que esto también sucedió de una de dos maneras; o Cristo fue concebido y no asumió un cuerpo de María, o sí asumió la carne de ella, y hubo (hasta que resucitó) dos Naturalezas que se convirtieron en una después de la Resurrección. De estas alternativas surge un dilema que examinaremos a continuación:

Cristo, que nació de María, tomó o no tomó carne humana de ella. Si no la tomó, entonces que Eutiques diga de qué ''hombría'' se vistió para venir entre nosotros: ¿la que había caído por desobediencia pecaminosa u otra? Si era la virilidad de ese hombre de quien descienden todos los hombres, ¿qué virilidad invistió la divinidad? Porque si la carne en la que nació no vino de la simiente de Abraham y de David y finalmente de María, muestre Eutiques de qué carne de hombre descendió, ya que, después del primer hombre, toda carne humana se deriva de la carne humana. 

Pero si esto es asignado a cualquier hijo del hombre, entonces estaríamos en un problema, pues no habriá cómo afirmar las Sagradas Escrituras con respecto a la descendencia. 

Si, por lo tanto, su cuerpo humano no fue tomado de María sino de cualquier otro, pero fue engendrado por María que había sido corrompida por la desobediencia, Eutiques es refutado por el argumento ya expuesto. Pero si Cristo no se revistió de esa humanidad que había padecido la muerte en castigo por el pecado, resultará que de la simiente de ningún hombre podría haber nacido uno que esté, como Él, sin castigo por el pecado original. 

Por lo tanto, carne como la Suya no fue tomada de ningún hombre. Pero, ¿aparecía esta carne a los ojos humanos de tal manera que el cuerpo se consideraba humano que no era realmente humano, porque no estaba sujeto a ninguna pena primaria, o era una nueva carne humana verdadera formada como un improvisado, no sujeto a la pena por el pecado original? Si no era un cuerpo verdaderamente humano, la Deidad es claramente condenada por falsedad al mostrar a los hombres un cuerpo que no era real y así engañar a los que pensaban que era real. 

Pero si la carne hubiera sido formada nueva y real y no tomada del hombre, ¿de qué serviría la concepción? ¿Dónde está el valor de Su larga Pasión? Toda acción humana sería inútil. ¿Y con qué fin útil diremos que esta gran humillación de la Divinidad fue forjada si el hombre arruinado no ha sido salvado por la concepción y la Pasión de Cristo, porque ellos negaron que fue llevado a la Deidad? 

Una vez más, pues, así como el error de Eutiques tuvo su origen en la misma fuente que el de Nestorio, así se precipita a la misma meta en la medida en que según Eutiques también la raza humana no se ha salvado, ya que el hombre que estaba enfermo y la salud necesaria y la salvación no fueron llevadas a la Deidad. Sin embargo, esta es la conclusión a la que parece haber llegado, si erró tan profundamente como para creer que el cuerpo de Cristo no fue realmente tomado del hombre sino de una fuente externa a él y preparado para el propósito en el cielo, porque se cree que Él ascendió al cielo. Que es el significado del texto: nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo.



Otras reflexiones en cuanto la divinidad y humanidad

Se establece entonces que el cuerpo de Cristo no fue tomado de María. Pero si fue tomado de María y las naturalezas humana y divina no continuaron, cada una en su perfección, esto pudo haber sucedido de una de tres maneras:

  1. O la divinidad se traducía en hombría
  2. O la hombría en divinidad
  3. O ambas se modificaban y mezclaban de tal manera que ninguna sustancia conservaba su forma adecuada

Pero si la Deidad se tradujo en humanidad, sucedió lo que la piedad nos prohíbe creer, a saber, que mientras que la humanidad continuó en sustancia inmutable, la divinidad se transformó, y lo que era por naturaleza pasible y mutable permaneció inmutable, mientras que lo que creemos que es por naturaleza inmutable e impasible se transformó en una cosa mutable.

Esto no puede suceder en cualquier muestra de razonamiento. Pero quizás parezca que la naturaleza humana se ha transformado en Deidad. Sin embargo, ¿cómo puede ser esto si la Deidad en la concepción de Cristo recibió tanto el alma como el cuerpo humanos? Las cosas no se pueden cambiar e intercambiar promiscuamente.

Pues siendo algunas sustancias corpóreas y otras incorpóreas, ni una sustancia corpórea puede cambiarse en todo lo incorpóreo, ni llamar a un incorpóreo ser cambiado en lo que es cuerpo, ni tampoco los incorpóreos intercambiar sus formas propias; porque sólo pueden intercambiarse y transformarse aquellas cosas que poseen el sustrato común de la misma materia, ni todas ellas pueden comportarse así, sino sólo aquellas que pueden actuar y ser actuadas entre sí.

Ahora bien, esto se prueba de la siguiente manera: el bronce no puede convertirse en piedra más de lo que puede convertirse en hierba, y generalmente ningún cuerpo puede transformarse en ningún otro cuerpo a menos que las cosas que pasan unas a otras tengan una materia común y puedan actuar sobre y pueden actuar uno sobre el otro, ya que cuando el vino y el agua se mezclan, ambos son de tal naturaleza que permiten una acción e influencia recíproca.

Porque todos los cuerpos que subsisten en condiciones de nacimiento y descomposición parecen poseer una materia común, pero no todos los cuerpos son capaces de acción e influencia recíprocas. 

Pero las cosas corpóreas no pueden en modo alguno cambiarse en incorporales, porque no comparten ninguna materia subyacente común que pueda cambiarse en tal o cual cosa tomando sus cualidades. Porque la naturaleza de ninguna sustancia incorpórea descansa sobre una base material; pero no hay cuerpo que no tenga materia como sustrato. Puesto que esto es así, y puesto que ni siquiera aquellas cosas que naturalmente tienen una materia común pueden pasar unas a otras a menos que tengan el poder de actuar unas sobre otras y ser actuadas unas por otras, mucho menos se intercambiarán aquellas cosas que no sólo no tienen materia común, sino que son diferentes en sustancia, ya que uno de ellos, siendo cuerpo, descansa sobre una base de materia, mientras que el otro, siendo incorpóreo, no puede necesitar un sustrato material.

Por lo tanto, es imposible que un cuerpo se transforme en una especie incorpórea, como tampoco será posible que los incorpóreos se transformen unos en otros por ningún proceso de mezcla. Porque las cosas que no tienen materia común no se pueden cambiar y convertir unas en otras. Pero las cosas incorpóreas no tienen materia; nunca pueden, por lo tanto, cambiarse entre sí. Pero se cree con razón que el alma y Dios son sustancias incorpóreas; luego el alma humana no se ha convertido en la Deidad por la cual fue asumida. 

Pero si ni el cuerpo ni el alma pueden convertirse en Deidad, no es posible que la humanidad se transforme en Dios. Pero es mucho menos creíble que los dos se confundan, ya que ni la incorporabilidad puede pasar al cuerpo, ni tampoco, por el contrario, el cuerpo puede pasar a la incorporabilidad cuando estos no tienen una materia común subyacente que pueda convertirse por las cualidades de uno en dos sustancias.

Pero los eutiquianos dicen que Cristo consiste ciertamente en dos naturalezas, pero no en dos naturalezas, queriendo decir, sin duda, por eso, que una cosa que consta de dos elementos puede llegar a ser una sola, que los elementos de los que se dice que está hecha hasta desaparecer.

Así como, por ejemplo, cuando la miel se mezcla con agua, no queda nada, sino que una cosa se estropea por la unión con la otra y produce cierta tercera cosa, así se dice que la tercera cosa que se produce por la combinación de la miel y el agua consiste en de ambos, pero no en ambos. Porque nunca puede consistir en ambos mientras la naturaleza de ambos no continúe. Porque puede consistir en ambos, aunque cada elemento del que está compuesto haya sido estropeado por la cualidad del otro; pero nunca puede consistir en ambas naturalezas de esta especie, ya que los elementos que se han transmutado uno en otro no continúan, y ambos elementos en los que parece consistir dejan de ser, ya que consiste en dos cosas traducidas una en otra por cambio de calidades.


Visión católica


Dos naturalezas y una Persona 

Luego de ver las herejías que analizó nuestro filósofo, resta ver ahora en qué consiste la visión católica. 

Cuando se habla de que algo consiste en dos naturalezas, esto encierra dos significados:


  1. Cuando se dice que cualquier cosa es una unión de dos naturalezas y los elementos se confunden (por ejemplo, el agua y la miel), y luego una domina a otra o las dos desaparecen
  2. Cuando se dice que dos cosas se unen sin cambiar la naturaleza de una u otra (por ejemplo, la corona que tiene incrustado algunos diamantes, el oro no se mezcla con los diamantes ni los diamantes con el oro). Ambas continúan sin cambiar

La primera mirada, según Boecio, es la mirada tanto de Nestorio como de Eutiques. Por lo tanto, es el segundo sentido el que prevalece en la fe católica, y en ese punto de vista, la Persona de Cristo está conformado de dos elementos continuos. 

En cuanto a lo que Eutiques concierne, la fe católica no podría aceptar su visión ya que esta no considera que las naturalezas continúen, al contrario, una subsume a la otra. 

La unidad que realiza la fe católica hace continua las dos naturalezas en una sola Persona. De este modo, no solo se hace posible que la naturaleza divina y humana estén de forma completa en una Persona, sino que también se completa la Persona de la Trinidad. 

Aunque el pensamiento es capaz de distinguir y combinar la humanidad y la Deidad, sin embargo, uno y el mismo es hombre perfecto y Dios, Dios porque fue engendrado de la sustancia del Padre, pero hombre porque fue engendrado de la Virgen María. Y además, El que es hombre es Dios en cuanto que la humanidad fue asumida por Dios, y El que es Dios es hombre en cuanto que Dios se revistió de humanidad. Y aunque en la misma Persona la Deidad que tomó la humanidad es diferente de la humanidad que tomó, Dios y el hombre son lo mismo.


Por lo tanto, si se puede decir que las siguientes cuatro afirmaciones no están ni más allá ni por debajo de la razón, a saber, que en Cristo hay o dos Naturalezas y dos Personas como dice Nestorio, o una Persona y una Naturaleza como dice Eutiques, o dos Naturalezas pero una Persona como cree la Fe Católica, o una Naturaleza y dos Personas, y por cuanto hemos refutado la doctrina de dos Naturalezas y dos Personas en nuestro argumento contra Nestorio e incidentalmente hemos demostrado que la una Persona y una Naturaleza sugerida por Eutiques es imposible, ya que nunca ha habido nadie tan loco como para creer que Su Naturaleza era única pero Su Persona doble. queda que el artículo de fe debe ser verdadero que la fe católica afirma, a saber, que la Naturaleza es doble, pero la Persona una.

El problema de la Virgen María

El problema es el siguiente:

Aquellos que no creen que el cuerpo humano fue tomado de María, sino que el cuerpo fue de alguna otra manera apartado y preparado, que en el momento de la unión parecía estar concebido y nacido del vientre de María.

Aducen a estas razones de que si su cuerpo no hubiese sido tomado, entonces ¿por qué no había en Cristo ni pecado ni voluntad de pecar? Y ciertamente tal pregunta está acompañada por una dificultad que merece atención. Porque si el cuerpo de Cristo fue asumido de carne humana, está abierto a la duda de qué tipo debemos considerar que es la carne que fue asumida.

La postura de Boecio con este problema es que en Cristo nunca hubo voluntad de pecar, porque especialmente si asumió un cuerpo tan humano como el que tenía Adán antes de su pecado, no podría ser mortal, ya que Adán, si no hubiera pecado, de ninguna manera habría sufrido. muerte. Entonces, como Cristo nunca pecó, cabe preguntarse por qué sufrió la muerte si asumió el cuerpo de Adán antes del pecado. Pero si aceptó las condiciones humanas como las de Adán después del pecado, parece que Cristo no pudo evitar estar sujeto al pecado, perplejo por las pasiones, e impedido, estando oscurecidos los cánones del juicio, de distinguir con la razón despejada entre el bien y el mal, ya que Adán por su desobediencia incurrió en todas estas penas del crimen.

Boecio nos dice que a estos hombres hay que responder de la siguiente manera.

Tres estados del hombre:

  1. El de Adán antes de su pecado, en el que, aunque libre de muerte y aún no manchado por ningún pecado, aún podía tener dentro de sí la voluntad de pecar
  2. Aquella en la que podría haber sufrido un cambio si hubiera elegido permanecer firme en los mandamientos de Dios, porque entonces se le podría haber concedido además no sólo no pecar ni querer pecar, sino ser incapaz de pecar o de la voluntad de transgredir
  3. Es el estado posterior al pecado, al cual el hombre debe ser perseguido por la muerte, el pecado y la voluntad pecaminosa

Un estado habría sido para Adán una recompensa si hubiera optado por acatar las leyes de Dios; el otro fue su castigo por no permanecer en ellos; porque en el primer estado no habría habido muerte ni pecado ni voluntad pecaminosa, en el último había tanto muerte como pecado y todo deseo de transgredir, y una tendencia general a la ruina y una condición impotente para hacer posible un levantamiento después de la Caída . Pero ese estado medio del cual la muerte actual o el pecado estuvo ausente, pero el poder para ambos permaneció, está situado entre los otros dos.

Cada uno, pues, de estos tres estados suministró de alguna manera a Cristo una causa de su naturaleza corporal; por lo tanto, su asunción de un cuerpo mortal para alejar la muerte del género humano pertenece propiamente al estado que le fue impuesto al hombre como castigo después del pecado de Adán, mientras que el hecho de que no hubo en Cristo ninguna voluntad pecaminosa se toma prestado de ese estado. Estado que podría haber sido si Adán no hubiera rendido su voluntad a los fraudes del tentador. Queda, pues, el tercer estado o estado medio, a saber, el que era antes de que viniera la muerte y mientras la voluntad de pecar aún pudiera estar presente. En este estado, por lo tanto, Adán podía comer y beber, digerir la comida, dormirse y realizar todas las demás funciones que siempre le pertenecieron como hombre, aunque estaban permitidas y no traían consigo la pena de muerte.

No hay duda de que Cristo estaba así condicionado en todos los puntos; porque Él comió y bebió y desempeñó la función corporal del cuerpo humano. Porque no debemos pensar que Adán estaba al principio sujeto a tal necesidad que a menos que comiera no podría haber vivido, sino más bien que, si hubiera tomado alimento de cada árbol, podría haber vivido para siempre, y por ese alimento habría escapado de la muerte; y así con los frutos del Jardín satisfizo una necesidad. Y todos saben que en Cristo habitó la misma necesidad, pero yaciendo en su propio poder y no imponiéndose en él. Y esta necesidad estaba en Él antes de la Resurrección, pero después de la Resurrección llegó a ser tal que su cuerpo humano fue cambiado como podría haber sido el de Adán si no hubiera sido por las ligaduras de la desobediencia. 

Conclusión

Sin duda que entre los otros opúsculos este sería el más importante de todos. Se vuelve a determinar la Persona como sustancia, no como relación, se rebaten las herejías de Nestorio y de Eutiques, y además se resuelve el concepto de cuerpo de Cristo en María. Todas estas reflexiones serán la guía de la Escolástica en la Edad Media, pues todos tomarán como base todo lo realizado por Boecio. Sin embargo,esto no quedará incólume de manera absoluta, pues habrán otros hombres que añadirán o redefinirán los conceptos aquí planteados. 

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