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domingo, 10 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - Comentarios a San Agustín de Hipona

Comentarios a San Agustín de Hipona

Estos dos han sido los más grandes exponentes de la religión cristiana. Muchas son las convergencias entre estos dos grandes hombres, pero también grandes diferencias que veremos a continuación en estos apuntes de filosofía. 

San Agustín, Platón y Aristóteles

Sabemos que los grandes Padres de la Iglesia han optado por seguir las enseñanzas de Platón mucho más que las de Aristóteles. Esto por la importancia que Platón le dio a las ideas abstractas y sobre todo al alma, la cual es la potencia del hombre en su entorno. 

No obstante, Santo Tomás de Aquino considera que no sólo Aristóteles puede cristianizarse, sino que también puede estar en las enseñanzas del Santo de Hipona, a pesar de que era estrictamente platónico. 


San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino

El alma

En efecto, San Agustín decía que el conocimiento no puede provenir de los objetos conocidos, debe provenir del alma que es separada del cuerpo. Sin embargo, queda la duda de porqué el alma está en el cuerpo si podría ser independiente. Muchas cosas del alma son misteriosas, por ejemplo, que la imagen de una montaña pueda tener espacio en el entendimiento a pesar de su tamaño. El obispo no puede explicar esto y deja esta tarea a otros intelectuales más doctos. 

Sea como fuese, Agustín nos dice que el alma existe, es inmortal y además se conoce a sí misma porque es incorporal; por eso, también conoce los demás inteligibles. Santo Tomás discrepa de esta visión diciendo que en verdad solo necesitamos de la luz de Dios para descubrir la verdad. 

Por cierto, las facultades del alma en uno y otro filósofo son distintas; para Agustín, el alma posee intelecto, memoria y voluntad; para Tomás de Aquino, el alma tiene tres partes que son la vegetativa, la sensitiva y la racional.

La verdad

El concepto de la verdad en San Agustín tiene que ver con la cercanía de Dios. Recordemos que para San Agustín todo lo que existe es bueno y verdadero; por lo tanto, la falsedad sería mala m falsa e inexistente ya que es una privación. 

En una discusión con los académicos (seguidores de Platón) Agustín discutía que la verdad se encontraba en cada uno de los hombres, mientras los académicos decían que si la verdad estaba con Dios, entonces el hombre jamás la alcanzaría porque no puede compararse con Dios para obtenerla. Si bien esto es cierto, Agustín dice que siempre hay algo en la mente del ser humano que le dice que algo es verdad. Además ¿Cómo es que los académicos dicen que el hombre no puede encontrar la verdad si están hablando de ella? 

Tomás de Aquino adhiere totalmente a esta postura, pero no sin antes hacer una diferenciación (tal como lo hace Aristóteles), dividiendo el intelecto divino y el intelecto humano. 

Las creaturas de Dios

San Agustín dedicó muchos libros a la Santísima Trinidad, tal y como lo hemos visto en estas páginas de filosofía. En ese tratado, San Agustín trataba de unir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo reconociéndolos como un solo Dios. Si bien esta conjunción se daba de manera substancial e inmanente entre los tres, la trinidad tenía un aspecto relacional; es decir, el Hijo provenía del Padre y el Padre lógicamente es el que lo engendra, mientras el Espíritu Santo es la procesión. 

Para Santo Tomás, la conjunción entre Padre, Hijo y Espíritu Santo aún es un misterio; sobre todo la generación del Hijo y la procesión del Espíritu Santo. 

Luego tenemos los ángeles que de acuerdo con San Agustín, son seres que tienen una vida y una voluntad. Sin voluntad no se podría explicar la caída de lucifer. Sin embargo, para Santo Tomás de Aquino esto no es del todo correcto. Para el aquinate los ángeles si bien serían seres incorpóreos, estos no tienen una ''vida'' como la tendrían un ser humano. Su existencia es incorpórea, y por lo tanto no puede ser percibida por el humano. 

Conocimiento de la realidad (epistemología)

Para San Agustín de Hipona, si bien el conocimiento entraba por los sentidos, la que realmente conoce es el alma por medio del cuerpo. Los sentidos no son la verdadera fuente de conocimiento para el obispo de Hipona; sin embargo, para Santo Tomás de Aquino sí lo son. Eso lo cree el aquinate porque considera importantísimo la parte del juicio; en otras palabras, Santo Tomás dice que si los sentidos no funcionan bien, entonces el juicio se altera inmediatamente. Por lo tanto, la importancia de los sentidos vuelve a resurgir. 

Las virtudes y los vicios

En cuanto a las virtudes cardinales (justicia, templanza, prudencia y fortaleza), Tomás de Aquino aprueba todas las características y definiciones que el obispo de Hipona ofrece. Es preciso destacar en este punto que San Agustín es mencionado una infinidad de veces por el aquinate, otorgando una autoridad no sólo en el ámbito filosófico sino que también en el religioso: San Agustín sería el gran maestro exegeta del Nuevo Testamento. 


Conclusión

Vemos que la influencia de San Agustín de Hipona en Santo Tomás de Aquino no es en absoluto en vano, pues el obispo siempre estuvo en la presencia de los escritos del aquinate. De todas maneras San Agustín dejó un legado sin precedentes a las generaciones futuras, y Santo Tomás de Aquino se encargó de hacerlo aún más fuerte, explicando al obispo de Hipona y anteponiéndolo como autoridad frente a los más doctos teólogos y filósofos. 

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