Anteriormente habíamos desarrollado los distintos modos en que la filosofía de Aristóteles nos describía el Universo. Maimónides se encargó de refutar los pensamientos del estagirita y ahora nos ofrece en profundidad la mirada de las Sagradas Escrituras con respecto al Universo y a la naturaleza. ¿Podrá compararse la Sagrada Escritura al escepticismo y análisis de la filosofía? Muchos filósofos han tratado de unir estos dos conceptos, pero les ha sido muy difícil veamos lo que tiene para nosotros Maimónides.
Guía de los Perplejos
LIBRO II: La existencia de Dios
Capítulo XXVII: Religión y la destrucción del Universo
Capítulo XXVII: Religión y la destrucción del Universo
En la parte III de este tratado Maimónides probó que el Universo había sido creado por Dios y no por designio de la naturaleza, además de tampoco ser eterno. ¿Qué significa esto? ¿que el universo se destruirá irremediablemente? No, de hecho Maimónides dice que no tiene objeción para decir que el Universo puede existir para siempre.
Dice Maimónides, la existencia o la inexistencia de las cosas solo es posible por la voluntad de Dios. Ningún profeta ha afirmado la extinción o destrucción del Universo; al contrario, hablan sobre la perdurabilidad del mismo.
Capítulo XXVIII: Las Sagradas Escrituras sobre la Indestructibilidad del Universo
En las Sagradas Escrituras parecieran existir evidencias de que el mundo no se destruye; por ejemplo, lo dicho por el rey Salomón:
''Cuanto Dios hace, será
para siempre; nada le puede ser añadido ni quitado"
(Eclesiastés 3:14)
Este pasaje hace que Maimónides no tenga una certeza de que el universo fuera a ser eterno. En algunos otros pasajes se presentan otras oraciones que podrían malinterpretarse.
De hecho, uno de los profetas de las Sagradas Escrituras pareciera ser muy apocalíptico en algunos pasajes, sin embargo, la interpretación en este sentido debe ser cuidadosa. Aquí tenemos algunas de las frases:
''Porque las estrellas del cielo y sus constelaciones no
darán su luz; el sol se oscurece en su ocaso, y la luna
no hará que brille su luz''
(Isaías 13:10)
"Por
eso sacudiré los cielos y arrancaré de su lugar a la
tierra, en la ira del Señor de los ejércitos"
(Isaías 13:13)
"Entonces la luna será
confundida, y el sol avergonzado, cuando reine el
Señor de los ejércitos"
(Isaías 24:23)
''Y cuando te haya muerto, cubriré los
cielos, y entenebreceré sus estrellas; y velaré el sol
con una nube, y la luna no dará su luz. Todos los
brillantes luminares del cielo se oscurecerán, y
pondré tinieblas sobre la tierra, dice el Señor"
(Ezequiel 32:3-7)
Muchos profetas han dado declaraciones como esta, pero la verdad es que estas no se deben tomar literalmente, sino que de forma figurada. De hecho, lo que dice Isaías es parte de lo que se vivió en la época de Nabucodonosor y Senaquerib. Por supuesto, toda esta metáfora hablada por Isaías es solo una forma de describir lo terrible que fue.
Capítulo XXX: Interpretación filosófica del Génesis
Primero y principio
En la lectura bíblica, primero no es lo mismo que principio. Primero sería solamente la posición entre una cosa y otra, mientras que principio es un constructo fundamental de algo. Por eso, cuando decimos principio es que nada más puede ser precedido, pero cuando decimos primero, aquello que es primero puede ser precedido por algo y volverse segundo.
Capítulo XXXI: Principios del Sabbat
Los principios del Sabbath son fundamentales en la religión judía, ya que se exhorta a adorar a Dios y la creación. Es un día de descanso para aceptar y reflexionar sobre la idea de la creación y celebrar el día que Dios liberó a su pueblo de Egipto.
Capítulo XXXII: Entender la profecía
Estas son las opiniones de aquellos que entienden la profecía de la siguiente manera:
- Dios elige a una persona que le plazca, le infunde el espíritu de la profecía sin importar si la persona es sabia o necia.
- Es un estado de perfección que un hombre ha alcanzado por medio del estudio. Es una facultad natural del hombre que debe desarrollarse
- Se alcanza por medio del estudio, pero debe ser por medio de la voluntad de Dios.
Por supuesto, Maimónides está de acuerdo con la tercera opción de las presentadas. Además, afirman que ningún necio puede recibir la profecía, en cuanto que no representa el mérito para obtenerlo.
Capítulo XXXIII - XXXV: Moisés en el Sinaí
Moisés fue uno de los profetas más importantes de la historia bíblica. Recordemos que él fue al único que Dios se dirigió tan directamente, a diferencia de otros profetas. Por otro lado, muchas de las cosas que Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí fueron inentendibles para los que lo acompañaban.
"y no se
levantó nunca profeta en Israel como Moisés, que
haya conocido al Señor cara a cara"
(Deuteronomio 34:10)
Con este respaldo de la biblia, al menos se dice que antes de Moisés no había existido profeta parecido.
Capítulo XXXVI - XXXIX: Facultades de los profetas
Primero que todo, los profetas deben pasar por la facultad racional, perfeccionarla y luego pasar por la facultad imaginativa. Ningún hombre puede ser profeta si no tiene desarrollada la facultad imaginativa, pero tampoco si solo tiene la racional.
La facultad imaginativa tiene que ver con los sentidos y la habilidad de formar imágenes. La función de la profecía se cumple cuando todos los sentidos están en reposo como a veces ocurre en los sueños. La profecía puede suceder tanto como visión o tanto en sueños.
Sin embargo, deben haber ciertas perfecciones de las facultades:
- Perfección mental
- Perfección imaginativa
- Perfección moral
Hay diversos modos de profeta, pues muchos de ellos eran menos perfectos que otros (como el caso de Moisés). La inspiración nunca caerá sobre un hombre lánguido o triste.
Los filósofos y profetas se distinguen por dos cosas únicamente; los filósofos usan la facultad racional en desmedro de la imaginativa, y los profetas utilizan las dos en perfecto equilibrio. Por lo tanto, todos aquellos que dicen haber alcanzado el nivel de profecía si haber estudiado, realmente no son verdaderos profetas. Estos profetas carecen de lógica y se dejan llevar poderosamente por su imaginación.
Facultad intuitiva
La facultad intuitiva se da cuando la facultad imaginativa se presenta sana y robusta, es decir, en buenas condiciones. Si se da esto, un poco de facultad racional será necesaria para predecir hechos futuros entre otras cosas.
Diferencias entre Moisés y los otros profetas
Existieron muchos profetas judíos como Eber, Chem, Noé Matusalem y Enoch, pero ninguno de ellos dijo a los hombres que fue encomendado por Dios.
Abraham habló e instruyó a su familia, pero tampoco dijo que había sido enviado por Dios ni nada parecido.
Los profetas que continuaron a Moisés nunca tuvieron las mismas facultades que él. Ellos solo advirtieron al pueblo de los acontecimientos que se avecinaban debido al pecado.
Los filósofos y profetas se distinguen por dos cosas únicamente; los filósofos usan la facultad racional en desmedro de la imaginativa, y los profetas utilizan las dos en perfecto equilibrio. Por lo tanto, todos aquellos que dicen haber alcanzado el nivel de profecía si haber estudiado, realmente no son verdaderos profetas. Estos profetas carecen de lógica y se dejan llevar poderosamente por su imaginación.
Facultad intuitiva
La facultad intuitiva se da cuando la facultad imaginativa se presenta sana y robusta, es decir, en buenas condiciones. Si se da esto, un poco de facultad racional será necesaria para predecir hechos futuros entre otras cosas.
Diferencias entre Moisés y los otros profetas
Existieron muchos profetas judíos como Eber, Chem, Noé Matusalem y Enoch, pero ninguno de ellos dijo a los hombres que fue encomendado por Dios.
Abraham habló e instruyó a su familia, pero tampoco dijo que había sido enviado por Dios ni nada parecido.
Los profetas que continuaron a Moisés nunca tuvieron las mismas facultades que él. Ellos solo advirtieron al pueblo de los acontecimientos que se avecinaban debido al pecado.
Capítulo XL: Prueba para la profecía
El hombre es por naturaleza un ser social que siempre busca crear comunidades. Entre estas hay hombres muy distintos; unos osan matar incluso a un familiar y otros no matarían ni a una hormiga. Por esta razón, las leyes permiten que estas dos naturalezas puedan convivir juntas por medio de reglas que, si bien no surgen de la naturaleza, no están alejadas de ellas.
Los legisladores y profetas son las autoridades entre los hombres, pero entre ellos existen ciertas diferencias. Veamos algunas de las leyes de los legisladores:
Los legisladores y profetas son las autoridades entre los hombres, pero entre ellos existen ciertas diferencias. Veamos algunas de las leyes de los legisladores:
- Leyes políticas: las que regulan la convivencia
- Leyes divinas: educación o instrucción
Por supuesto, las segundas son las más importantes porque son las que instruyen al pueblo a seguir un determinado camino. Muchos profetas que parecían letrados se jactaban de los conocimientos que tenían, pero estos no son verdaderos profetas. Aquellos profetas que miran los placeres y los bienes materiales como algo preciado no son profetas. Son profetas aquellos que miran el conocimiento y la voluntad de Dios.
Capítulo XLI - XLIV: Cómo viene la profecía
Las visiones ocurren regularmente en el sueño y si interlocutor puede ser un ángel o el mismo Dios. La comunicación puede ocurrir de la siguiente manera:
- El profeta escuchó las palabras del ángel en el sueño o en una visión.
- Relata las palabras del ángel sin decir que fue en un sueño o en una visión.
- El profeta no habla sobre el ángel.
- Presenta su profecía diciendo que Dios le había hablado.
Estas son las distintas maneras que en la biblia se ha visto cómo es que los profetas se comunican con la presencia divina.
Hay que entender las señales de los profetas como alegorías. Entre los profetas, existen muchos símbolos que nos indican variadas alegorías:
Zacarías: Candelabros, Caballos y Montañas
Ezequiel: Cerrojos
Amos: Muro hecho a plomo
Daniel: Animales
Jeremías: Olla hirviente
Sin embargo, esto no solo ocurre con los objetos sino que también con las palabras. Por medio de la etimología, las palabras y sus significados pueden ser descubiertos.
Capítulo XLV: Diversos grados de profecía
Maimónides comienza a enumerar los grados proféticos:
- Auxilio divino que se le da a una persona. El profeta es llamado a hacer un acto de liberación al pueblo, de guiar a un pueblo o de entregar felicidad al mismo. Al principio el profeta dice no ser capaz, pero luego se le infunde el espíritu del señor para hacerlo.
- El profeta siente que algo desciende sobre él y luego se siente capaz de hacer lo que le fue encomendado. En ese momento, el profeta puede hablar sobre temas teológicos, políticos y exhorta a los ciudadanos.
- El profeta ve una alegoría en un sueño como pasó con Zacarías.
- El profeta oye algo en un sueño de manera clara y distintiva sin ver quien la emite, como le pasó a Samuel.
- Una ángel habla al profeta en un sueño.
- Una persona se dirige al profeta en sueños como en la profecía de Ezequiel.
- Pareciera que al profeta le hablara Dios en el sueño como le pasó a Isaías.
- Al profeta se le aparece algo como en visión profética; figuras, por ejemplo.
- El profeta oye palabras en una visión profética.
- El profeta ve un hombre que le habla en la visión profética.
- El profeta ve un ángel que le habla en la visión profética. De hecho, este es uno de los grados más perfectos en la profecía.
Estos son los diversos grados, obviamente, los grados más altos son aquellos donde se habla de una ''visión profética'' mientras que los otros grados son inferiores cuando se habla de un sueño.
Capítulo XLVI - XLVII: Interpretación de las alegorías
Todo lo que los profetas han soñado o manifestado en palabras que a primera vista puede ser fantásticas, en realidad son formas alegóricas de contar lo que vieron. Nada de lo que ellos vieron en sueños ocurría en la realidad al mismo tiempo, todo aquello se debe tomar de forma alegórica.
Maimónides nos dice que nadie tan necio puede tomar de manera literal las hipérboles que ocurren en la biblia. Veamos algunas:
"Las montañas y colinas romperán a cantar, y
todos los árboles del bosque os aplaudirán con sus
manos"
(Isaías 55:12)
"Ciudades amuralladas y fortificadas, que se alzan
hasta el cielo"
(Deuteronomio 1:28)
Por eso, no podemos decir que las Sagradas Escrituras deban tomarse de manera literal.
Capítulo XLVIII: Fenómenos naturales
Si vamos descendiendo a modo de encontrar la causa de todas las cosas nos remitiremos inmediatamente a Dios, esto quiere decir, que Dios es el que acomete todas las causas del Universo. ¿Incluso a aquellos hombres que cometen el mal? si, pero no por esto se dice que Dios cometió el mal. Un ejemplo claro de esto es el de Nabucodonosor II cuando se apoderó de Jerusalén.
"Yo he mandado a mis santos, y he convocado
también a mis héroes, para mi ira"
(Isaías 3:3)
"Yo enviaré al babilonio aventadores que lo
avienten"
(Jeremías 51:2)
Podríamos decir que Nabucodonosor II hizo el mal indirectamente ya que fue mandado por Dios, quien determinó dicho asalto.
Conclusión
Al igual que en el pensamiento árabe, Maimónides pone de manifiesto aquí la superioridad que tiene la profecía por la filosofía. En efecto, la filosofía trata de escapar de la facultad imaginativa mientras que la profecía combina las dos. Sin embargo, es muy difícil (a pesar de que Maimónides lo explique) encontrar un hombre que cumpla con las características de un profeta. Además, ¿cómo saber si aquello es verdad? tendríamos que esperar a que todo lo dicho por él se manifieste, pero la interpretación de los hechos siempre es algo engañoso. Terminamos con el Libro II para seguir con el último libro de esta ''Guía de los perplejos''.