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domingo, 10 de diciembre de 2023

Martín Lutero - A los Magistrados de todas las ciudades alemanas para que construyan y mantengan Escuelas Cristianas (1523)

 


A los Magistrados de todas las ciudades alemanas para que construyan y mantengan Escuelas Cristianas

Lutero había estado en silencio desde su excomulgación. Era perseguido en Alemania y tuvo que esconderse, pero al mismo tiempo, su doctrina se ha propagado por todo el territorio. Lutero dice que es Dios quien le está dando la posibilidad de que su doctrina sea conocida por todos. Es una causa, de acuerdo con Lutero, que no es de interés personal, pues sería mejor, en ese caso, que guardara silencio y se mantuviera en ese estado.  

Una vez aclarada su situación, Lutero hace notar el hecho de que las escuelas de Alemania se están derrumbando; las escuelas y los conventos están desapareciendo. 

''Si la hierba se seca se marchitarán las flores''

(Isaías 40:7)

Nadie se decide a enviar a los hijos a las escuelas:

''no se puede ni se debe seguir ingresando a sus hijos, a sus hijas, a sus parientes en los conventos y en los cabildos, ni alejarlos de la casa propia, de las posesiones suyas, para instalarlos en las ajenas''

''¿Para qué mandarlos a estudiar, si no van a ser sacerdotes, frailes o monjas? Que hagan la carrera que les pueda servir de más provecho para su subsistencia?''

Pero esto no es solo culpa de aquellos que no envían a sus hijos, sino que también de aquellos que manejan estas instituciones. Lamentablemente, las escuelas, de acuerdo con Lutero, se han concentrado solo en la carne, en alimentar el vientre, pero no el evangelio. 

Este fenómeno es producido por el demonio, de acuerdo con Lutero, pues Dios no permitiría que la juventud, quienes llevan el evangelio a las futuras generaciones, sean corrompidas de esta forma. Por eso es que el demonio ha formado estos conventos y escuelas clericales a las cuales, los estudiantes ya no están asistiendo. Esto está sucediendo de manera silenciosa, tranquila y de la cual nadie se está dando cuenta.

Lutero advierte que este tema no es de poca monta, no es de poca importancia. Llama a todos sus amigos a que pongan alerta a lo que está pasando, porque tiene total conexión con el Estado Clerical. Todos deberían preocuparse y pensar lo siguiente:

''Si hasta ahora han tenido que perder tanto dinero y tantos bienes en indulgencias, misas, vigilias, fundaciones, mandas, cabos de año, frailes mendicantes, cofradías, romerías y tantas aberraciones por el estilo, y se han visto para siempre liberados de tales robos y donativos por la gracia de Dios, sería muy conveniente entregar parte de lo que suponía como la mejor inversión en beneficio de las escuelas y de la educación de los pobres niños. Porque es evidente que hubieran tenido que dar el décuplo, e incluso más, y sin beneficio alguno, a estos ladrones.''

En segundo lugar, Dios ha visitado Alemania, está allá, pues es la época de los mejores hombres y jóvenes instruidos:

''Contamos en nuestros días con los mejores y más instruidos jóvenes y hombres con conocimiento de las lenguas y adornados con todas las ciencias; serían de gran utilidad si se les quisiera utilizar para la enseñanza de la juventud''

''¿No está patente que, hoy día, en tres años se puede enseñar de tal manera a un muchacho, que a sus quince o diez y ocho años tiene más conocimientos que todo lo que hasta ahora han llegado a saber todas las universidades y conventos? Sí, porque ¿qué otra cosa se ha enseñado hasta ahora en las escuelas superiores y en los conventos sino a convertirse en asnos, zoquetes y zafios?''

''Veinte, cuarenta años ha tenido que estar estudiando uno y aún no ha aprendido latín ni alemán. No digo nada sobre la vida vergonzosa e impía por la que los jóvenes nobles se han corrompido tan lastimosamente''


Lutero dice que preferiría que los estudiantes no sigan asistiendo a esas escuelas, y que estas se cambien por verdaderas escuelas cristianas. 

''mi ruego y mi deseo que se destruyan o se conviertan en escuelas cristianas esos establos de asnos y esas escuelas del diablo''

Otra de las advertencias que nos da Lutero es que ahora es el momento de aprovechar a aquellos hombres y jóvenes instruidos, pues nunca se había escuchado tanto la palabra de Dios como en los tiempos del reformador. 

''Creo que nunca oyó Alemania hablar tanto de la palabra de Dios como ahora; por lo menos no consta en las historias. Si lo dejamos pasar sin dar gracias y alabarlo, es de temer que nos veamos precisados a seguir aguantando tinieblas y calamidades aún mayores. Mis queridos alemanes: comprad mientras el mercado se halla delante de vuestra puerta; recolectad cuando el sol brilla y es favorable el tiempo; usad la gracia y la palabra de Dios mientras la tenéis con vosotros. Porque habéis de saber que la palabra de Dios y su gracia son como un aguacero que pasa veloz y que nunca retorna después que ha descargado. Estuvieron entre los judíos, pero se marcharon; ya no pueden disfrutarlas. Pablo las llevó a Grecia, pero pasó; ahora está bajo el dominio de los turcos. Les tocó su turno a Roma y países italianos: también de allí se marchó; ahora tienen al papa. Y vosotros, alemanes, no os penséis que las váis a tener a vuestra disposición por toda la eternidad, porque la ingratitud y el menosprecio harán imposible su permanencia. Por eso, el que pueda agarrarlas y retenerlas, que las agarre y las retenga con fuerza. Los perezosos tendrán un año malo''

La tercera razón para poner las cartas sobre el asunto es que la instrucción a los hijos es un mandato divino y por el Salmo:

''Ha ordenado estrictamente a nuestros padres que instruyan a sus hijos y enseñen a los hijos de sus hijos''

(Salmo 78:5)

Y a su vez, el cuarto mandamiento dice:

''Honrarás a tu padre y a tu madre''

(Éxodo 20:12)

Como podemos ver, hay una obligación recíproca entre los padres e hijos sobre la instrucción que deben recibir. Por lo demás, no solo los cristianos son capaces y tienen el deber de hacerlo, sino que hasta en los paganos se puede ver que existe un deber de instruir a los hijos, así como también en los animales. 

No hay pecado más grave que no acatar los mandamientos, pero ciertas personas, en los tiempos de Lutero, se decía lo siguiente:

''No es más grave violar a una virgen que descuidar a un escolar''

Lutero dice esto porque la violación a una virgen es

''un pecado físico, reconocido como tal y, por tanto, susceptible-de expiación- en comparación con éste de abandonar y corromper almas nobles, por la sencilla razón de que a este pecado no se le toma en serio, ni se le reconoce como tal y, por tanto, jamás será expiado''

Sin embargo, aunque hay muchas razones por las que se justifica que los padres deben instruir y los niños recibir instrucción, puede que existan causales en las que los padres no puedan enviar a sus hijos a la escuela por tal y tal motivo. 

Antes este problema, Lutero propone tres cosas:


  • Hay muchos (padres) que podrían cumplirlo, pero no son lo suficientemente justos y conscientes de su deber como para hacerlo. Se comportan como las avestruces por la dureza con que tratan a sus pequeños, creen que basta con poner los huevos y engendrarlos y de ahí no pasan. Ahora bien, tales niños tienen que vivir bajo nosotros y entre nosotros en la comunidad ciudadana; ¿cómo va a tolerar la razón, más importante, la caridad cristiana que crezcan sin educación alguna, como veneno y canalla para los niños restantes, y que, en consecuencia, se llegue a corromper toda una ciudad, como pasó con Sodoma, Gomorra, Gibea y con tantas otras ciudades?

  • Segundo. La mayor parte de los padres, por desgracia, no está capacitada para este menester e ignora la forma de educar e instruir a sus hijos, por la sencilla razón de que a ellos no se le enseñó nada más que a preocuparse de su vientre. Por eso, se necesitan personas especiales que eduquen y enseñen debidamente a los niños.

  • Tercero. Incluso en el caso de que los padres estuviesen capacitados para hacerlo y quisieran hacerlo gustosamente, las ocupaciones del mantenimiento de la casa y otros negocios no les dejarían tiempo ni lugar. Por eso se hace necesario contar con educadores comunes para los niños, a no ser que todos estuviesen decididos a mantener por sí mismos a uno propio. Lo último sería una carga insoportable para el común, y no sería excepcional el caso en que un muchacho bien dotado se viese abandonado a causa de la pobreza. No olvidemos, además, que numerosos padres mueren dejando huérfanos. Si no nos lo mostrase con tanta claridad la experiencia, bastaría para darnos cuenta de la forma de comportarse los tutores con estas criaturas el hecho de que Dios se nombra «padre de huérfanos» abandonados por los demás

Lamentablemente, en Alemania las escuelas y conventos no tienen las competencias para instruir a la juventud correctamente. Se ha perdido aquella enseñanza de Roma. 

De ahí que Lutero reflexione: 

''La prosperidad de una ciudad no consiste sólo en acumular gruesos tesoros, en fabricar muros resistentes, casas hermosas, muchos cañones y armaduras, porque cuando se cuenta con buena provisión de estas cosas y de ellas se apoderan locos furiosos la ciudad se encontraría en un peligro mucho más angustioso. La mejor prosperidad, salud y fuerza de una ciudad consiste en disponer de ciudadanos muy inteligentes, razonables, honrados y bien educados''


¿Cómo se comportó la ciudad de Roma? Hizo que sus muchachos se educasen de tal forma, que entre edades de quince, diez y ocho y veinte años aprendiesen a fondo el latín, el griego y todas las «artes liberales», como ahora se las llama. Inmediatamente después se les empleaba en la guerra y en el gobierno, y de ahí salían personas inteligentes, juiciosas y eminentes, cargadas con toda clase de conocimientos y de experiencia. Si ahora se juntase en un montón a todos los obispos, sacerdotes y monjes de Alemania, entre todos juntos no se encontrarían los valores que poseía un sólo soldado romano. 

Los niños de Alemania han sido abandonados en esa educación, y el responsable de esto tiene que ser la autoridad:

¿Quién, si no la autoridad, es el responsable de que en nuestras ciudades sean tan escasas las personas capacitadas? Ha dejado que los jóvenes vayan creciendo como árboles de la selva, sin cuidarse de su enseñanza y educación. Por eso la juventud ha crecido tan desordenadamente, que ya no es posible utilizarla para la construcción de un edificio sino para hacer una hoguera, como si fuese leña de maleza

En aquellos tiempos, Alemania ha sido llamada país de salvajes por la poca instrucción que tienen. Lutero dice que la enseñanza del latín y el griego son necesarias para entender las Sagradas Escrituras y todo el conocimiento clásico de la humanidad. De hecho, los demás idiomas se aprender a partir de estos dos, y Dios así lo ha permitido hasta nuestros días. Aunque Grecia haya caído, su lengua se ha expandido por todo el territorio. 

Si mayor es el amor por el evangelio, mayor será la preferencia por las lenguas. Dios quiso que el Antiguo Testamento sea redactado en hebreo, mientras que el nuevo en griego; ambas son lenguas santas. 

''Quede bien claro que, sin las lenguas, no será posible la recta conservación del evangelio. Las lenguas son la vaina en que se enfunda este puñal del Espíritu, son el cofre en el que se porta esta alhaja, la vasija en que se contiene esta poción, la cámara en que se guarda esta comida, las canastas -en conformidad con el mismo evangelio- que conservan el pan, los peces y los mendrugos de las sobras''

''Si -Dios no lo quiera- nuestro desprecio de esto condujera al extremo de abandonar las lenguas, no sólo habremos perdido el evangelio, sino que llegaremos a vernos imposibilitados al fin para hablar y escribir correctamente el latín e incluso el alemán. Lo ocurrido en las universidades y conventos tiene que servirnos de argumento y de toque de atención: no sólo se ha olvidado en ellos el evangelio, también se han corrompido el latín y el alemán. Las pobres gentes que allí están se han convertido en animales irracionales; no pueden hablar ni escribir correctamente el alemán ni el latín y hasta han perdido la razón natural''

Si no se mantienen las lenguas, asegura Lutero, el evangelio terminará por derrumbarse. Sin embargo, se le puede objetar a Lutero que el evangelio se ha trasmitido igual en otras lenguas; no obstante, esta transmisión ha sido de muy mala calidad interpretativa. En ese sentido, Lutero nombra a Agustín e Hilario cuyas interpretaciones, si bien muchas muy buenas, el resto se hacían de manera muy insegura y poco certera, pues no sabían hebreo.

Lo mismo pasa con los sofistas (escolásticos) quienes dicen que las Sagradas Escrituras son en sí oscuras, pero esto no porque las escrituras sean oscuras sino que lo es porque desconocen los idiomas santos. En ese sentido, Lutero no puede estar de acuerdo con los bohemios quienes desprecian el uso de las lenguas clásicas. 

Gobierno civil

Ahora Lutero quiere hablar sobre la responsabilidad del Estado con respecto a esto:

''Ocupémonos ahora de lo corporal, como si no existiera alma, cielo o infierno de ninguna clase; como si tuviésemos que tratar sólo sobre el gobierno temporal y civil, y consideremos si éste no tiene tanta necesidad de buenas escuelas y de personas preparadas como el espiritual''

A los sofistas no les importa nada el problema de la educación, Se burlan de aquellos que se han casado diciendo: ''miren a ese: se vuelve al mundo y no quiere ser clérigo'', como si el único estado que agradara a Dios es el del clérigo. 

Lutero cree una vergüenza que incluso los paganos, griegos y romanos hayan sido capaces de educar bien a sus pupilos, a pesar de de no preguntarse si el Estado tiene una perspectiva divina o no. Es necesario que el gobierno este dirigido por los mejores hombres, y el modo de hacerlo es darles educación. 

Ahora bien, Lutero dice que se le puede objetar que los padres educan a sus hijos como ellos quieran, o al menos educarlos disciplinariamente. Lutero responde:

''pero ya sabemos cómo andan la enseñanza y la educación. Aunque la educación se lleve con ahínco y resulte bien, no se pasará de infundir unos modales reprimidos y decorosos; por lo demás, seguirán con la misma zafiedad, sin poder mantener una conversación sobre cualquier cosa e incapaces de poder prestar ayuda o consejo''

''Mas, si se les educase en las escuelas o en otros sitios que cuenten con maestros y maestras instruidos e inteligentes, donde se enseñase estas lenguas y las restantes artes e historias, oirían lo que en todo el mundo ha sucedido y se ha dicho, lo que pasó con esta ciudad, con este príncipe, con este hombre o con esta mujer. De esta suerte, en poco tiempo y desde el principio, podrían tener una representación de la esencia, vida, consejos y planes, éxitos y fracasos de todo el
mundo como en un espejo, que les sirviese para formar su propia opinión y para adaptarse a la marcha del mundo con temor de Dios''

''La instrucción que se da en las casas, y al margen de estas escuelas, intenta hacernos sabios a base de la experiencia propia; el hecho es que, antes de que ello se consiga, habremos pasado la vida sin reflexionar, por el tiempo tan excesivo que se requiere para hacerse con experiencia personal''

Lutero no dice que se debe prohibir a los estudiantes que no hagan lo que quieran, sino que llevar esta motivación a las escuelas. 

Luego se le objeta a Lutero:

''De acuerdo, pero ¿quién podrá prescindir de sus hijos para educarlos como aristócratas? Tienen que desempeñar trabajos domésticos, etc.''

Lutero responde: que se permita que los muchachos acudan una o dos horas cada día a esas escuelas, y que el resto del tiempo estén ocupados en casa aprendiendo un oficio manual o aquello a lo que se les piensa destinar, de tal manera que ambas cosas se sepan conjuntar mientras la gente es joven y diligente. Por otra parte, diez veces más tiempo emplean en jugar a los bolos, a la pelota, en corretear y en pelearse.

El tema de los libros es otro que inquieta a Lutero enormemente. De acuerdo con el reformador, los libros que se entregan en su tiempo son altamente perniciosos para la juventud por su inutilidad. Nombra algunos de ellos:

  • Catholicon, 
  • Florista, 
  • Laberinto, 
  • Dormi secure

Se refiere a ellos como estiércol asnal.

Lutero hace las siguientes recomendaciones:

En primer lugar tendría que reservarse a la sagrada Escritura en latín,
griego, hebreo, alemán y en todas las lenguas a que esté traducida. Inmediatamente después, los mejores y más antiguos comentaristas en griego, hebreo, latín, doquiera se encontraren. A continuación los libros útiles para el aprendizaje de las lenguas, como los poetas y oradores, poco importa sean paganos o cristianos, pues de ellos es de quienes hay que aprender la gramática. Después, los libros de las artes liberales y demás ciencias. Por fin, los libros de derecho y medicina, si bien entre sus comentarios se impone una buena selección, estos habría que añadir los principales libros de crónicas e historias, no importa la lengua en que estén redactados, dada su prodigiosa utilidad para conocer la marcha del mundo, para gobernarle y para descubrir las maravillas y obras divinas.

Finalmente, Lutero se despide exhortando a los demás a tomar en serio el tema que se está hablando y seguir el ejemplo de los antiguos.


Conclusión

Esta carta es una de las obras más importantes no solo en la historia de Lutero, sino que también de la educación, pues se plantea por primera vez la obligatoriedad de la educación y de que el Estado debe hacerse cargo de la entrega de la misma. Poco a poco se va estableciendo la responsabilidad del Estado y se le exige accionar en contra de la Iglesia que, a juicio de Lutero, su jurisdicción ya no se justifica. 

1 comentario:

  1. Lutero, adelantado a su tiempo hoy se suprimen las clases de filosofía e historia no para la élite, sino para el pueblo.

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