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sábado, 7 de octubre de 2023

Vigilanti iura subveniunt (El derecho ayuda a quien vigila)


Vigilanti iura subveniunt

(El derecho ayuda a quien vigila)

Esta frase se ha conocido de diversas maneras:

  • Vigilantibus non dormientibus iura succurrunt (El derecho protege a los vigilantes, no a los indolentes)
  • Ius civile vigilantibus scriptum est (El derecho civil está escrito para el vigilante)

Pero la idea principal de esta aforismo latino es señalar que el derecho no protege a aquellos que no han observado con debida diligencia sus propios derechos. En efecto, aunque el caso pueda estar a favor de una de las partes, ésta no puede adoptar una posición pasiva, pues debe estar constantemente revisar su causa. Un ejemplo de esto es cuando pasan los plazos para presentar apelaciones o no comparecer en el proceso por su voluntad. 

En cuanto a la pasividad, aquella parte que supuestamente tiene la razón de su lado, no puede esperar a que sea el juez o la otra parte quien resuelva el derecho invocado, como si su causa se resolviera automáticamente sin mediar ningún proceso. 

El origen de esta oración es mucho más conocida del ius commune (Derecho Común que es la combinación del Derecho Canónico, el Derecho del Código de Justiniano y las contribuciones de los glosadores y comentaristas de la Edad Media), y pasó al renacentismo temprano. 

Visión bíblica

Sin embargo, es posible que podamos ahondar mucho más atrás en este principio. Quizás la inspiración de este aforismo puede provenir de las enseñanzas bíblicas, con respecto a la labor de los pastores con su rebaño. En efecto, se señala en el Lucas 2:8

''Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor, los rodeó de un resplandor, y tuvieron gran temor, pero el ángel les dijo: 'No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo...''
(Lucas 2:8)

''Cuiden del rebaño que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que pueden obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios''
(1 Pedro 5:2)


Entre otros versículos que indican la tarea pastoral, se puede inferir la labor de diligencia del pastor con respecto a su rebaño. 

Martín Lutero, en su obra ''Las Buenas Obras'', menciona esta misma máxima que como dijimos, pertenece al renacentismo temprano, pero el reformador la criticaba enormemente. En realidad, Lutero no tenía mucho afecto a la disciplina del derecho por las circunstancias religioso-históricas en las que estaba sumido. Los romanistas eran teólogos al servicio del papa quienes eran expertos en Derecho Canónico. 

Para Lutero, el brocardo vigilanti iura subveniunt hace parecer que el derecho no tiene responsabilidad de proteger al prójimo, y en esa línea, los defensores omiten las acciones que podrían ayudar a una causa justa, invocando esta causal ya sea por lucro, por ignominia o por cualquier otra cosa. El cristiano, de acuerdo a la visión de Lutero, no puede ver solo por el interés propio sino que también por la protección al prójimo. 

Otra variante relacionada

Por otro lado, también existe una frase propia del derecho penal relacionado con el delito de estafa: ''El Derecho no protege a los tontos''. El origen de esta frase no parece provenir del derecho romano, antes parece ser una frase posterior. Esto quiere decir que el ''tonto'', es decir, una persona muy negligente, no será protegida por el derecho. Sin embargo, esto envuelve la obligación de la otra persona de ser absolutamente desconfiada cada vez que esté en frente de un intercambio de bienes, pues solo por una compleja estructura de engaño esa persona sería protegida. De alguna forma, el estafador sería protegido contra aquellos que son negligentes y en consecuencia, tendría una pena menor o incluso no tenerla. Además, esto significa que los sectores más desprotegidos de la población no podrían defenderse ante las estafas.

Conclusión

Como podemos ver, esta frase lleva una controversia enorme con respecto al acceso a la justicia. Claro, por un lado debe existir preocupación por las causas, pero también es cuestionable el interés que se ejerce en estos casos en donde el más astuto prevalece por sobre el menos instruido. Esto nos lleva a la máxima de Trasímaco en la República de Platón: ''La justicia es lo que conviene al más fuerte'', pero si esto es así, entonces todos aquellos que no saben del sistema jurídico, estarán condenados a ser engañados y desprotegidos. 

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