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lunes, 3 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro I: Investigaciones sobre el alma) (Tratado II: Opiniones acerca del alma)

Anteriormente pudimos entender que la investigación del alma es algo complejo y difícil, aunque en el fondo podemos saber bien qué es el alma. Ahora nos toca ver qué planteaban los filósofos anteriores con respecto al concepto de alma, a pesar de que ya hemos hechos algunas varias reseñas de lo que han establecido estos filósofos anteriores a San Alberto Magno. Es tratado se extenderá un poco más que el anterior, ya que abarcaremos hasta los pensadores más antiguos de la historia.

Referencias:

(1) No he encontrado referencia para esta afirmación.
(2) Probablemente decía esto considerando al aire como ''espacio''.
(3) Este es el mismo fenómeno que se da en personas que tienen hipertensión. La sístole es la contracción del corazón para que luego la sangre llegue a los órganos, mientras que la diástole es la relajación del corazón para que entre la sangre al mismo.
(4) No se pronuncia más allá de lo que dice en estas palabras. Pareciera ser que el descenso del alma se refiere justamente a la teoría platónica de las almas. No hay mayor explicación.


Sobre el alma

Tratado II: Opiniones acerca del alma

Capítulo I: El alma constituida por átomos


Al menos hay dos clases de seres en la realidad: los animados e inanimados. Se dice que los primeros tienen alma, mientras que los segundos no la poseen. 

Los primeros filósofos decían que el alma es una de las cosas que se mueve a sí misma y que en lo posterior también puede mover los cuerpos. Veamos las distintas opiniones que se dieron en al antigüedad:

Demócrito

Si se analizan los cuatro elementos sublunares (aire, tierra, agua y fuego), veremos que de los cuatro el único que se mueve incesantemente es el fuego. Por lo tanto, de acuerdo con este filósofo, el alma debe ser una especie de fuego o calor.

Recordemos que Demócrito creía en los átomos, figuras diminutas y redondas, constituían el alma. El filósofo decía que los átomos están presentes en los rayos del sol de manera tan diminuta que no se pueden ver, pero se pueden sentir. De la misma manera, así como los rayos del sol pueden penetrar un cuerpo, el alma también puede hacerlo ya que está constituída de este material. 

Ahora, de lo mismo se puede extraer que el alma sería de forma circular, no sólo por la constitución de átomos, sino que también porque la circularidad también representa la eternidad. 

Pitagóricos

Los pitagóricos también creían en los átomos como principios indivisibles de la realidad de este mundo. Sin embargo, difieren estos con respecto a sus antiguos y con respecto a Demócrito, ya que estos últimos pitagóricos decían que el alma se mueve por sí misma debido a los átomos. 

De este modo, los pitagóricos decían que el alma es el primer motor que se mueve a sí mismo. 

Anaxágoras

Anaxágoras nos decía que lo primero existente es el intelecto, y así, el alma también sería un tipo del intelecto que mueve a todo lo demás. En efecto, es el intelecto el que mueve las partes del cuerpo y no el cuerpo al intelecto. 

Sin embargo, Anaxágoras caen en un error al decir que el intelecto y los sentidos (más bien, el alma sensitiva) son idénticas. Esto lo pensaba ya que no es posible concebir el intelecto sin un cuerpo material, por eso es que todos los animales deben tener intelecto y sentidos. No obstante, las partes (el intelecto y los sentidos) son partes constitutivas de una misma persona, por lo tanto, son distintas. 

Por lo menos, hasta ahora debemos ponernos en la imágen de que los seguidores de Demócrito tienen la razón. 


Capítulo II: el alma cognoscitiva

Empédocles

Otros filósofos decían que alma debía ser definida por medio de la intelección máxima que sería ''la potencia cognoscitiva''. Sin embargo, también existían aquellos que decían que en realidad, el alma estaría constituída por una ''potencia material'', este sería el caso del filósofo Empédocles.

La materia, según Empédocles, sería la forma prima de todo objeto lo cual es absolutamente cierto. La forma substancial es la que da el límite a la materia, pero es la materia el sustrato o elemento de la cosa. 

Por esto se podría decir básicamente que los principios del alma corresponderían a los de la materia. Además Empédocles aduce una buena razón para creer esto, pues él dice que si el alma lo conoce todo, primero debe conocer las cosas sensibles y luego conocer el intelecto. En efecto, todos aprendemos de esa forma; sabemos que un niño es un niño porque lo vemos como tal, y luego aprendemos la información de él como su nombre o su familia. 

Platón

De acuerdo a Platón, el alma estaría en el mundo de las ideas donde el alma se sostendría pro sí misma, debido a que el mundo inteligible tiene independencia del mundo sensible. 

Por otro lado, Platón decía que el alma estaba compuesto por las unidades más mínimas de la realidad que en este sentido serían los números. Esta también es una opinión pitagórica, (de hecho, Pitágoras creía que el mundo estaba hecho de números), la cual Platón respetaba y la utilizaba en sus propias teorías. 

Capítulo III: Movimiento en el alma

Demócrito

El filósofo decía que el alma y el intelecto eran idénticos y en cierto modo lo son. Sus movimientos pueden ir de una cosa a otra, en efecto, en base a la teoría de Demócrito, el alma debiera ser redonda tal como los átomos.

Anaxágoras

Anaxágoras une tanto el intelecto como el movimiento en un solo lugar, es decir, ambos son lo mismo. Esto lo dice porque en realidad es el intelecto el que da la orden para que el cuerpo se mueva. Sin embargo, Anaxágoras se equivoca pues no puede ser los dos al mismo tiempo, lo correcto sería decir que el intelecto precede al movimiento. 

Otros filósofos

Algunos filósofos tenían tendencias muy marcadas con respecto al alma y el movimiento. 


  • Meliso decía que el alma tiene una especie de imán porque puede atraer el hierro(1).
  • Diógenes decía que el alma era aire porque el movimiento no se puede definir sin él(2)
  • Heráclito decía que el principio de todo era el vapor, ya que este principio es móvil e incorpóreo tal como podría ser el alma.
  • Alcmeón pensaba que como el alma es un principio motriz universal, si esta no se moviera no se movería nada en el mundo. Como todo en el mundo está en movimiento, entonces es de esperar que el movimiento del alma es inmortal.
  • Hipo afirmaba que el alma era un humor aguado tal y como lo es el semen. Esto lo decía lógicamente por la formación incoada que tiene el semen en su interior a la hora de crear seres.
  • Critias decía directamente que el alma tenía que ver con las sensaciones, es decir, que el alma y las sensaciones eran lo mismo. Esto lo decían porque el cuerpo no reacciona a las sensaciones hasta que la sangre se reúne en la zona afectada. Por esto decía que la sangre y el alma eran lo mismo.

Alberto, entre todas estas opiniones considera mucho más la de Alcmeón y no consideraría la de Hipo, tomándola como la más vulgar. 

Capítulo IV: Resumen de las posturas filosóficas

Podemos decir que los filósofos hablaban sobre el alma en tres aspectos:
  1. Movimiento
  2. Sensaciones
  3. Incorporeidad

Probablemente el movimiento y la incorporeidad no traerían problemas a la hora de definir el alma, pero sí las sensaciones. En efecto, ¿cómo algo incorpóreo puede recibir sensaciones? la verdad es que las sensaciones puede percibirlas pero no de la misma manera que el cuerpo. Son sensaciones como podría ser una predicción o una conjetura. 

La incorporeidad del alma se entiende por el concepto de luz, algo que puede sentirse pero no tocarse tangiblemente. Debido a esto, existiría una primera causa, una primera alma mientras todas las otras son sombras de la primera. Por lo tanto, la causa primera de los seres sería el alma y luego el cuerpo. 

Capítulo V: Contradicción en las opiniones del movimiento del alma

San Alberto Magno quiere dejar muy claro que el alma no puede ser sinónimo de movimiento. Dice Alberto Magno:

''Si el movimiento formara parte de su esencia, el alma no seguiría existiendo si sólo fuese constituida por el movimiento''

Un ejemplo de esto sería el concepto de viento, en efecto, el viento se define como movimiento del aire. Pero si el conocimiento sacara ese movimiento entonces ya no sería viento. Podríamos decir que el alma es como el aire, mientras que el movimiento es como el viento; son los dos perfectamente separables teniendo en cuenta que el alma es primera que el movimiento, así como el aire es primera al viento. 

Por lo tanto, el movimiento no es algo que defina al alma y no pertenecería a su substancia. Todo lo contrario, el alma es la que puede producir movimiento, pero no es movimiento en sí misma. De hecho, si fuera movimiento sería imperfecta, ya que todas las cosa con movimiento son imperfectas. 

Problemas con el lugar del alma

Por otro lado, el alma tampoco puede ser movida, puesto que es incorpórea, sin embargo, el alma está en un lugar, pertenece a un lugar. Esto podría ser un argumento bueno para decir que si es móvil porque pertenece a un lugar. Dicho lugar tendría que ser el cuerpo, por lo tanto, no conoce nada puesto que el cuerpo no la dejaría, la limitaría. 

Otro problema asociado al alma es que si ella puede reposar en el lugar naturalmente, también podrá ser movida violentamente, y si es movida violentamente, también podrá moverse naturalmente lo que hace aún más difícil argumentar. 

Si el movimiento del alma, asumiendo que tiene, proviene de su substancia, entonces tendríamos que decir que el movimiento es algo inherente a ella lo que la haría sensible, es decir, igual que algo corpóreo. 

Frente a todas estas dificultades, Alberto Magno debe decir que el movimiento del alma con respecto al cuerpo es accidental, es decir, si se mueve el cuerpo, el alma se mueve accidentalmente. Todo lo que está en nosotros es movido por fuerzas motrices y estas son contenidas en el cuerpo. 


Capítulo VI: Otras dificultades con respecto al movimiento

Para tratar de salir del problema anterior, Alberto Magno explica la teoría de los motores. Existen al menos de tres tipos:


  • Motor solo
  • Motor movido
  • Motor movido solo

El motor movido mueve a partir de un motor que sería en este caso el motor solo. Lo que mueve por sí mismo se mueve así por su substancia y esta misma es el alma, es decir, la que se mueve por sí misma y puede mover a los otros. Es un hecho para Alberto Magno que el alma mueva los cuerpos y de ahí saldría una máxima:

''Nada da a otro lo que no tiene, sino lo que tiene''

Bajo esta cita, Alberto quiere decir que el alma tiene movimiento y lo puede ejercer en lo cuerpos. Si un cuerpo es movido por algo, ese algo debe contener en sí mismo el movimiento; por lo tanto, el movimiento sería algo inherente al alma.

Ahora lo que tiene el movimiento de manera inherente, inevitablemente tiene que ser movido; en consecuencia, el alma puede mover y ser movida al mismo tiempo. Sin embargo, el movimiento que hace el alma no lo hace como causa formal, sino que como causa eficiente. ¿Por qué? porque si el alma es la que mueve, entonces el alma antecede al cuerpo y por lo tanto sería lo primero que existe. Recordemos que la causa eficiente, como es el orígen, no puede ser movido por algo creado por la misma. 

Capítulo VII: Demócrito y Platón sobre el movimiento del alma

Demócrito afirmaba que todas las cosas son movidas por los átomos como él creía, y que en realidad el reposo absoluto en ellas era difícil. La única forma de que algo no se moviera era que aquel objeto o animal estuviera en un espacio repleto de cosas. Sin embargo, San Alberto difiere de esto diciendo que lo único que para el movimiento de un animal o de un objeto es la sola voluntad del mismo. 

Platón por otro lado decía que el alma mueve y es movida al mismo tiempo de manera necesaria. En efecto, muchas cosa tiene un movimiento necesario que mueven además otras cosas; por ejemplo, el planeta tierra se mueve de derecha a izquierda, mientras otros planetas tienen otros giros. Estos giros son siempre necesarios para que se forme vida.

De la misma forma, Platón decía que el alma se movía de la misma forma que lo hacen los planetas. Esto indica que hay una influencia necesaria que el alma y los planetas deben seguir para lograr el movimiento. 

Crítica a Platón

Por otro lado, Platón también afirma que esta alma intelectiva (recordemos que Platón sostenía que existía un alma sensitiva) es el movimiento de la eternidad, pero esto sería asignar un movimiento corpóreo al alma. Platón nos aseguraría que el movimiento del alma es perfecto e infinito, es decir, es de manera circular. Por lo tanto, el intelecto también tendría un movimiento circular.

Es aquí donde Alberto Magno refuta totalmente la teoría platónica de que el alma y el intelecto tienen un movimiento circular, pues utiliza la lógica aristotélica. El intelecto no tiene un movimiento circular, pues toda intelección parte desde una premisa hasta una conclusión. Nada tiene que ver con el movimiento circular que siempre vuelve sobre sí mismo , ya que el intelecto no vuelve sino que siempre va hacia adelante. 

Capítulo VIII: El alma y el cuerpo

Uno de los primeros filósofos en establecer la unión entre el alma y el cuerpo fue Empédocles. Decía que el alma tenía una cierta armonía con el cuerpo, así como todos los elementos forman una cierta armonía para unir al mundo. Sin embargo, esta apreciación estaría equivocada en el juicio de Alberto Magno. Esto es porque todo lo que es compuesto puede dividirse y el alma es indivisible. 

Ahora, entre el cuerpo y el alma existe una relación de superioridad e inferioridad, pero la armonía, valga decir, la mezcla correcta de estos dos conceptos es imposible. 


Capítulo IX: El concepto de movimiento físico en el alma


Se dice que el alma tiene muchas modificaciones, por ejemplo, se dice que el alma se entristece, se alegra o se enoja. Parecieran ser estas características más bien del cuerpo que de algo incorpóreo pero veámoslo con más atención. 

Alberto Magno dice que el alma maneja estas emociones desde el corazón. Nos dice que cuando hay ira, el alma mueve al corazón por el movimiento de sístole por una conturbación y después el movimiento de diástole para expulsar lo nocivo(3).

Muchas otras afecciones pasarían por el mismo proceso en menor y mayor medida. Muchos podrán decir que bajo este respecto, el alma necesita del cuerpo para las emociones que conlleva, sin embargo, estas emociones son parte del hombre, es decir, habría una tríada en todo este fenómeno. Es el hombre quien se irrita, alegra o se entristece y éste lo hace por medio del alma. El hombre escoge una de estas tres emociones y las exterioriza. 

No obstante, el intelecto que es parte del alma puede alterarse en ciertas situaciones, por ejemplo, cuando el hombre se emborracha el intelecto es afectado gravemente. ¿Cómo es esto posible? si bien el intelecto no tiene contacto con el cuerpo, el intelecto si tiene contacto con algunas cosas que pertenecen al cuerpo.


Capítulo X: El alma como número (crítica)

Deberíamos considerar al alma como una unidad en un lugar, pero esto nos llevaría a decir que el alma mueve y además puede ser movida. 

Muchos filósofos aseguraban que el alma era un número pero esto sería incorrecto de afirmar. De ser así, el alma es cuantificable y por lo tanto divisible, cosa que va en contra de lo que hemos hablado. Alberto Magno nos dice que el alma es como una unidad comparable al punto. Si tuviéramos que decir que el punto tiene movimiento, dicho movimiento sería la línea que a su vez formaría una superficie. Tomemos en cuenta la definición de punto que es justamente ''lo que no tiene partes'',. por lo tanto, cabría decir perfectamente que el alma es como el punto. 

Además, los que determinaban que todo estaba compuesto de átomos (como era Empédocles), entonces el alma también sería un cuerpo. Por lo tanto, bajo la teoría de Empédocles tendríamos que decir que el alma es una especie de cuerpo en el cuerpo lo cual es absurdo. 

Capítulo XI: ¿Conoce el alma al hombre?

San Alberto Magno nos dice que el alma definitivamente no es un cuerpo, es decir, es algo incorpóreo, ni siquiera puede ser algo etéreo ni sutil. Ahora, si el alma puede conocer, pareciera que debe tener algo de cuerpo, además de que el alma puede ''percibir'' cualquier ente. Bien podría preguntarse ''¿cómo es que hace todo esto sin ser un cuerpo?''

Además, debemos considerar que nuestra alma conoce a través del cuerpo. El alma ve y conoce a través de los órganos del cuerpo. El mismo filósofo Empédocles decía que 


''Lo semejante conoce a lo semejante''

Sin embargo, esto no es del todo cierto según la mirada de Alberto Magno. Si esto fuera así, entonces la materia simple del hueso que conforma el cuerpo conocería al hombre mismo, lo cual es absurdo. Entonces ¿será que el alma no puede conocer al hombre entonces?

Capítulo XII: Lo similar es conocido por lo similar

Si el alma llegara a conocer algo del cuerpo significa que puede ''sentir'' y sentir es lo mismo que ''padecer''. En el caso del cuerpo no es lo mismo, pues ninguna parte del cuerpo material puede ''sentir'', a excepción de los dientes que parecieran tener cierta sensibilidad y tacto. Sin embargo, por definición el alma no podría padecer o al menos no podría sentir como lo hace el cuerpo siendo totalmente sustancia. 

Los elementos sean simples o compuestos siempre necesitan estar unidos y esa unión sólo la permite la forma. La forma en este caso sería el alma que daría existencia y razón al hombre. Por lo tanto, la conjunción entre cuerpo y alma es de la misma forma que en la de substancia y accidente. 

Si lo similar conoce a lo similar, esto puede darse solamente cuando ''eso similar'' tiene intelecto. De no tenerlo, nada puede conocerse, de ahí que los cuerpos nos puedan conocer lo similar. Solamente el intelecto puede conocer lo que es inteligible. 

Capítulo XIII: El alma es como el aire

Muchos filósofos aseguran que como el alma surgió del soplo divino, entonces el alma es aire o por lo menos una especie de aire. Sin embargo, de esto se seguiría que el aire es una divinidad que se encuentra en todas partes.

Los antiguos filósofos decían que el aire es fundamental para el alma, pues está en todas partes del cuerpo yendo y viniendo. También decían que el alma provenía de la mezcla que ocurre en el semen, pero esto no es verdad ya que es el alma misma la que baja al semen(4). En otras palabras, el alma sería el principio formador que daría desarrollo al semen y al nuevo ser en lo sucesivo. 

Por lo tanto, ninguna de estas razones pueden aducir que el alma proviene de algún elemento, ni siquiera de un elemento simple. Quizás lo que más pueda acercarse al alma es la luz de la inteligencia agente que en este caso sería Dios. 

Capítulo XIV: Lo que los antiguos pensaban sobre lo semejante que conoce a lo semejante

Pareciera ser que todas las cosas se conocen por medio de la semejanza. En efecto, muchas cosas se mueven por algo que es semejante a ellas; por ejemplo, los animales se reúnen con otros animales. 

Sin embargo, este no es el mismo caso que en el alma donde todas las cosas se dan desde un principio y no como un hábito adquirido. Por lo tanto, concluimos de aquí que el alma no tendría como semejante al cuerpo, ni a ninguna fuerza corpórea.

Capítulo V: Las obras del alma

Una de las cosas que Alberto quiere analizar en este aspecto si el alma tiene ''apetitos'' o movimientos abstractos, pues si el alma puede escoger entre el bien y el mal, entonces el alma sí tendría apetitos igual que el cuerpo. 

El alma sería una especie de artífice con respecto a los deseos del hombre, sin dejar lo que es: sustancia simple. El alma tiene potencias, pero todas estas son unidas por sólo una gran sustancia que sería el alma; recordemos que el alma tiene tres partes: intelectiva, sensitiva y vegetativa

Capítulo VI: Lo que une a las potencias del alma

Si el alma está presente en el cuerpo este debe manejarlos por medio de potencias que fueron mencionadas anteriormente. Si esto es así cabría preguntarse ¿qué parte contiene al intelecto? ninguna pues el intelecto no tiene que ver con la materia sensible, esta desprovisto de todo cuerpo. 

Por lo tanto, esta es el alma que gobierna por el resto de las otras potencias del alma. en efecto, aquello que es incorpóreo tiene el mando por sobre aquello que es sensible. 

Conclusión

Tenemos aquí una extensa investigación filosófica del alma, primero a partir de muchos autores hasta llegar al propio análisis de Alberto Magno. Vemos que la idea de un alma en este filósofo junta las ideas platónicas y aristotélicas, quedándose siempre con Aristóteles como la explicación más sensata y complementando con Platón. No obstante, existe una parte fundamental que Alberto considera con relación a las teorías platónicas, y esta se refiere a la división del alma en tres. Tendremos que esperar para ver más sobre el concepto de alma. 

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