El intelecto posible es uno de los conceptos más bien abordados dentro de la filosofìa Medieval. Los conocimientos intelectuales siempre son eternos y unitarios, mientras que todo lo demàs es compuesto. En otras palabras, cualquier elemento de unidad o abstracción sería uno y no múltiple.
Las cosas, cuando son entendidas, siempre están entendidas en potencia y no en acto, y en efecto, cuando las cosas son en potencia aún no se han formalizado. Parecen confusas y distantes. Este proceso se hace mientras el intelecto queda intacto, es decir, en el espacio temporal del entender, el intelecto conoce primero potencialmente y luego en acto.
Capítulo II: Intelecto verdadero
¿Cuando el intelecto nos falla? San Alberto Magno nos dice que generalmente el intelecto no nos falla. Sin embargo, hay excepciones en que sí, de hecho, el filósofo dice que una de las veces en que el intelecto no puede ser engañado es cuando entiende las cosas sólo por su forma; mientras que puede ser engañado cuando analiza la materia. De acuerdo con este planteamiento, la materia siempre está en lo dividido y en lo diferente; lo cual es característico de la falsedad.
Capítulo III: Un solo intelecto divide los objetos indivisibles
El ser humano se deleita o huye de un objeto sensible, según lo haya percibido su intelecto como algo bueno o malo. Ya habíamos dicho en tratados anteriores que todo se produce a partir de los fantasmas que el alma especulativa mueve. Estos finalmente son los que llevan a la abstracción del intelecto, como un acto final del entendimiento que además es producido unitariamente. Por lo tanto, la abstracción final se da por un solo intelecto.
Capítulo IV: Los fantasmas y el intelecto
Cuando se juzga una cosa, primero la sentimos y luego los fantasmas se encargan de estimular el intelecto para tomar una determinación final con respecto a lo que se entiende.
Los fantasmas, de alguna manera, nos ayudan a tomar la decisión de huir o resistir en una situación de peligro. En efecto, la opinión que se tenga respecto de una situación moverá a los fantasmas, y estos moverán al intelecto.
No sólo eso. Parece ser que los fantasmas en dicha facultad imaginativa pueden generar estímulos, incluso cuando el objeto no está presente. Por ejemplo, cuando un hombre es estimulado por la imagen de una mujer hermosa para tener coito, los órganos realizan su trabajo sin estar la mujer en aquel momento. De ahí que también se produzcan enfermedades como la lepra y otras enfermedades(1).
Finalmente, es el intelecto el que toma la determinación final con respecto a la experiencia recibida por los fantasmas y los sentidos.
Capítulo V: Entendimiento sobre las cosas matemáticas
El entendimiento no requiere de la materia para abstraer ni para comprenden los conceptos matemáticos. En efecto, no se necesitan dos manzanas para conocer el número dos.
Pareciera ser que todo lo que entiende el ser humano lo hace principalmente a través de los fantasmas, y luego el intelecto abstrae o aprehende todo lo de los fantasmas para finalmente comprender la realidad. Quizás bajo este respecto sea posible decir que el intelecto no necesita en absoluto de la materia, pues éste sólo aprehende las cosas.
Capítulo VI: Cómo entender los entes divinos separados
Hemos visto a lo largo de este tratado que el intelecto se ve como un ente separado e independiente de la materia, y tal vez así lo sea. Puede captar las formas de la materia y aprehenderlas, sin embargo, ¿podemos decir que también capta la materia sin atender a sus dimensiones o abstracciones?
El intelecto y lo entendido son sólo una cosa, y si el intelecto puede hacer inteligible las formas de la materia, entonces también puede inteligible a la materia misma. Alejandro, peripatético, nos decía que el intelecto posible era corporal, era materia, pero esto es absurdo, pues todo intelecto no está sometido a nada corporal. Por lo tanto, el intelecto se ajusta a todo lo divino ya sea de manera separada o en conjunto con la materia.
Capítulo VII: intelecto separado de la materia
Yendo en contra de todo lo dicho por Alejandro, Temistio y Teofrasto nos decían que si el intelecto fuera compuesto tendría que estar más relacionado con lo incorpóreo que con la materia. Sin embargo, ya habíamos visto la imposibilidad de que el intelecto estuviera mezclado con la materia; por lo tanto su separación es total.
Capítulo VIII: Al-Farabi y Avempace
Avempace
El filósofo árabe dedicó toda su vida al tema del alma diciendo que el intelecto posible (o material) no existía en ella, es decir, no es una parte del alma porque es corruptible y generable. Al-Farabi pensaba del mismo modo que Avempace, diciendo además que el intelecto agente era el relacionado con la abstracción de la materia, mientras que el Universal se preocupaba de lo abstracto.
En cuanto al intelecto posible y al intelecto especulativo, estos son sólo participantes de lo inteligible porque en realidad son parte de la materia. Esto lo dicen porque si puede captar muchas quididades entonces captan pluralidades, y el intelecto agente no capta pluralidades sino que unidades.
Sin embargo, sería absurdo decir que el intelecto posible se une a la material, siendo que esta última es corruptible, es decir, cómo lo corruptible se une a lo incorruptible. No obstante, si se dice que el intelecto posible es incorruptible, también existirá un problema pues se diría que es imposible que el intelecto posible pueda hacer algo nuevo, en el entendido de que el intelecto no puede abstraer algo nuevo porque entraría a modificarse a sí mismo.
Esto queda de manera irresoluble.
Capítulo IX: Avicena y Al-Ghazali
Avicena y Al-Ghazali traen la respuesta a las dudas anteriores diciendo que el intelecto agente abstrae lo materia ara luego depositar aquello en el intelecto posible.
Sin embargo, el error que cometieron estos intelectuales fue el de decir que el alama guarda todas las formas como si fuera un tesoro. Estas formas quedarían en el intelecto agente y luego se reflejarían en la potencia por medio del objeto entendido, es decir, en el intelecto posible, material. En otras palabras, el intelecto posible se une al intelecto agente.
Todo esto planteado por los dos filósofos se complicado y Alberto Magno tiene 4 argumentos para refutarlos:
- ¿Cómo es posible que el intelecto posible se una al agente por medio del objeto entendido al intelecto agente? No se responde esto.
- No puede ser que el intelecto posible se una al intelecto agente siendo que éste último es separado de toda materia.
- El intelecto agente recibe las formas tanto en su género y especie, Avicena debería explicar cómo es que ésto ocurre.
- Si el intelecto agente se manifiesta de una manera con las formas, las formas que tiene él, y que fluyen hacia la materia también se manifestarán de otra. Lo mismo ocurrirá con el intelecto posible que llevará la materia hacia el intelecto agente, lo cual es absurdo simultáneamente.
Suficiente al hablar de estos autores. Las dudas quedarían solucionadas diciendo que el intelecto posible capta abstrae las formas para luego llevarlas al intelecto agente.
Capítulo X: Solución a algunos problemas
Una pregunta de fondo y la que ha suscitado todo el problema sobre el alma es de preguntarse ¿cómo es que el alma puede aprehender las sustancias? porque de hacerlo, lo hace, pero el ''cómo'' no está muy claro aún.
El conocimiento universal es el mismo siempre, mientras que en el intelecto posible pareciera existir dos potencias que reciben y retienen los objetos entendidos y especulados. Sin embargo, esto es absurdo, es decir, todo esto tendría que ser al revés; el intelecto agente es el que produce y retiene, mientras que el intelecto posible solo los recibe del intelecto agente.
Capítulo XI: La unión del intelecto agente en nosotros
Es innegable la unión que existe entre el intelecto posible y el intelecto agente, a pesar de que racionalmente debería existir una separación. La razón por la cual no se considera es que de todas maneras un hombre es capaz de conocer y entender cientos de cosas.
De hecho, el mismo Alberto Magno nos dice que el intelecto agente es como una causa eficiente que existe en nosotros. El intelecto posible debe llegar al intelecto agente para que el alma pueda comprender todo lo aprehendido.
Capítulo XII: El alma es todo cuanto existe
Recordemos que el sujeto es ese ente que recibe todo lo que el intelecto puede recepecionar. En ese caso, entonces el alma como sujeto tendría el conocimiento de todas las cosas a medida que los puede adquirir, es decir, no solamente conocimientos sensibles sino que también los inteligibles.
En el alma están tanto los fantasmas como el intelecto, aunque debemos decir que los fantasmas no representan ni la negación ni la afirmación ya que eso sólo lo representa el intelecto.
Capítulo XIII y XIV: El alma no muere con el cuerpo
El alma no muere con el cuerpo debido a que es una sustancia separa del último. Esto queda claro al hablar del intelecto y del alma como un ente racional que no sufre privación como sí la sufre el cuerpo.
Es obvio entonces que el alma no nace después del cuerpo, porque de ser así entonces el alma sería compuesta. Podría pensarse que siendo el alma es anterior el cuerpo podría perecer con ella, pero no necesariamente podría ser así, ni siquiera en el caso que esta tuviera una existencia posterior.
Por lo tanto, Alberto Magno nos dice que el alma no fue hecha ni con anterioridad ni con posterioridad al cuerpo. Para explicar esto da el ejemplo de un barco, el cual sin tener un capitán que lo maneje no podría moverse. De este ejemplo, no podemos decir que el barco existía antes del capitán o el capitán antes del barco, pues la vida del barco comienza cuando el capitán está dentro de él. Finalmente, el filósofo difiere de Platón quien decía que el alma nace antes del cuerpo, y nos dice que el alma en verdad nace con el cuerpo y supera la muerte de éste último.
Conclusión
Un escrito conclusivo sobre el alma el cual refuta y apoya ciertas posturas en cuanto a esta sustancia inmaterial e incorpórea. ¿Será que, aún con estas explicaciones sobre el alma ésta pueda ser aún un misterio sin resolver? los conceptos como intelecto y especulación son claramente características abstractas en todos los hombres, pero todavía no tienen ese algo que nos falta para unir todo aquello. Por ahora terminemos con esta explicación del alma y el intelecto agente que teníamos tan pendiente.