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lunes, 5 de noviembre de 2018

San Alberto Magno - De mineralibus (Sobre los minerales) (Libro I: Minerales. Tratado II: Propiedades accidentales de las piedras).

Anteriormente habíamos comenzado con las propiedades, además de ver este principio ''mineralizador'' que ya lo venía tratando el mismo Avicena. Hoy tenemos algo ligeramente distinto, pues el estudio de las piedras se dará ahora desde un ámbito superficial, es decir, sobre aquello que nos parece ver en ellas como lo colores, la dureza, lo blando de ellas, etc. Veamos esta segunda parte del tratado II de los minerales que se está volviendo cada vez más interesante.

Referencias:

(1) Existe un lago en Tanzania llamado Natron. En este lago se encuentran algunas especies como si estuvieran petrificadas, pero en realidad no lo están. Todo esto se debe a un proceso similar al de momificación por el carbonato de sodio existente en aquel río, lo que da la apariencia de petrificación. 

De mineralibus


LIBRO I: MINERALES

Tratado II: Propiedades accidentales de las piedras

Capítulo 1: Propiedades espontáneas de las piedras


Las piedras pueden producirse a través de la mezcla de material, sobre todo cuando dicho material está seco. El proceso final de una piedra es cuando el vapor se va de aquella, pues este igual tiene algo de lìquido que es necesario para que la piedra se forme. 

Capítulo 2: Los diferentes colores de las piedras

Diversos colores

Para Alberto, el color blanco es el que proporciona la transparencia de ciertas piedras; por ejemplo, la nieve llega a ser transparente por la misma blancura que emite. 

Otras piedras como el cristal o el berilo se acercan màs a las propiedades del agua que a las de la tierra, además de tener las propiedades del aire. El diamante por su parte tiene más propiedad de tierra, ya que esta puede cortar hasta el más duro acero. En esta categoría también cae el zafiro debido a su característico azul transparente. 

Colores opacos

Las piedras de color opaco son siempre de tendencia del elemento tierra. Estas pueden ser manipuladas y pulidas, pero nunca cortadas. Además, en estas también hay una incidencia del fuego para su final conformación. 

Capítulo III: Causa de colores en las piedras que no son transparentes. 

Las piedras que en realidad no tienen color llamativo son los guijarros, sílex y las tobas calcáreas. El color de aquellas se debe a causas similares que hemos nombrado anteriormente, sin embargo, algunas piedras pequeñas son rojas y brillantes cuando son mezcladas o  manipuladas con metal. 

Luego, Alberto sugiere las siguientes combinaciones de piedras a partir de su formación por los elementos:

Negro: Tierra con mucha Agua
Gris: Tierra opaca y mucha Agua
Verde: Mucha Agua mezclada con vapor
Blanca: Tierra mezclada con espuma de Agua

A este último tipo de piedras son las que pertenece la piedra pómez y la toba.


Capítulo IV: La diferencia de dureza en las piedras

Todos sabemos que las piedras tienen ciertas durezas y que estas van variando de una en otra. Pareciera ser que ciertas piedras no se rompen con nada, mientras que si se chocan a sí mismas se puede producir fuego. 

Por otro lado, tenemos piedras que son capaces de cortarse por el viento, o por los rayos del sol una vez expuestas en la intemperie. 

La razón para decir que unas son más duras que otras es muy simple. Las piedras más duras tienen su principio en la sequedad, pues esta es la que consolida su solidez, mientras que las menos duras tienen su principio en la evaporación, es decir, si bien son de tierra es el vapor la que las vuelve más blandas; como por ejemplo, cuando se disuelve la tiza. La humedad de estas últimas se separa una vez que se las soba con algún otro material, en cambio, las piedras como los guijarros no tienen una separación de la humedad, esta está con ellos. 

Capítulo V: Fisuras en las piedras

Las piedras que contienen pueden tener fisuras son aquellas que tienen ''poros'', es decir, pequeños huecos vacíos. Estas fisuras se hacen de manera irregular, al igual como ocurre en la madera la cual también suele tener pequeños huecos. 

Ahora, no es que las piedras sean totalmente fisurales, pues muchas son difíciles de cortar o gastar. De hecho, muchas de ellas se pueden fisurar bastante, pero llegan a un tope donde ya no se puede más. 

Capítulo VI: Causa de la porosidad

La causa de la porosidad en las piedras es bastante simple. Esto se debe a que en el proceso de formación el agua no se mezcló completamente con la tierra. Es por esto también que dichas piedras porosas pueden flotar, ya que al no completarse la mezcla el aire queda circulando por los poros. 

Capítulo VII: Piedras encontradas en las costas

Hay piedras que son encontradas usualmente en las costas y además de que estas piedras siempre son pequeñas. Por otro lado, estas piedras están dispersas por todos lados, y otras muchas veces se les ve ordenadas como si se las hubiera puesto ahí artificialmente. 

Esto último se debe a que en las costas hay cal viva. Esto hace que las piedras contengan un calor en su interior, además de los rayos del sol que refuerzan el calor y la humedad de las costas. Una vez que están calientes, luego se secan y quedan ahí ordenadas. 

Capítulo VIII: Ciertas piedras que tienen figuras de animales

Es sorprendente que algunas piedras tengan figuras de animales. Avicena decía que esto se debía a la petrificación de los animales, es decir, cuando los animales se convertían en piedra(1)

Avicena lo veía muy natural, pues si las piedras se forman de la tierra y el agua, entonces de los animales (que contienen tierra y agua) perfectamente se podrían convertir en piedra.

Conclusión

Este tratado nos puede recordar a tres filósofos: Aristóteles, Anaxímenes y Avicena. Realmente es algo difícil tener la observación tan analítica para estudiar el fenómeno de las piedras. Sin embargo, siempre lo superficial será más fácil de entender, en el sentido de que es visible para todos. Todo aquello de una piedra es visible y por lo tanto estudiable, quizás el problema esté en la teoría de todas estas cosas donde el mismísimo Alberto Magno falló.

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