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viernes, 2 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Sobre la serenidad del alma (53 d. C.).

En Sobre la ira habíamos hablado de lo importante que era evitar la ira y estar tranquilo frente a las adversidades. Esta vez, el filósofo Lucio Anneo Séneca nos hablará de la tranquilidad pero a fondo, es decir, analizaremos todas las cosas referentes a la tranquilidad y el estoicismo. Seguiremos viendo algunas referencias a filósofos anteriores (como Aristóteles y Platón por ejemplo) que eran parte de las lecturas de Séneca cuando se formaba filosóficamente. Este es un libro dedicado a Anneo Sereno quien era un ayudante de Nerón.

Referencias:

(1) Ya habíamos visto en ''Consolaciones a Polibio'' una frase parecida ''la vida es todo suplicio''. 

Sobre la serenidad del alma


Las dudas de Sereno

Sereno le comenta a Séneca que lleva una vida muy, muy sencilla. De hecho, está acostumbrado a estar entre los esclavos y comer cosas sencillas. Es adherente a las ideas de los estoicos como Zenón de Citio, Crisipo de Solos o Diógenes de Babilonia. Se involucra en los deberes del Estado, no tanto por conveniencia propia, sino más bien para ser útil a sus amigos y familia. 

Sin embargo, hay algo que Sereno no logra alcanzar y esta es la tranquilidad del alma, sobre todo cuando se necesita decidir por algunas cosas. Séneca responde a sus inquietudes dela siguiente forma.

Sobre la tranquilidad

La causa más grave de la falta de tranquilidad es el no estar bien con uno mismo. Esto se debe a los deseos mal logrados y aspiraciones frustradas que pudiera tener alojadas el ser humano. 

Las ocupaciones en los cargos públicos y la constante relación con las otras personas son las que tienen debilidad en la tranquilidad. En efecto, acostumbrados a la vida agitada y vertiginosa cuando llega el momento de la tranquilidad no saben qué hacer con ellos mismos; no soportan su soledad, no soportan su casa, no soportan las paredes y se sienten abandonados proporcionándoles poco consuelo esta situación. El espíritu del hombre está acostumbrado al movimiento y a la rapidez. Siempre busca pretextos para moverse, y al estar acostumbrado, le cuesta encontrar la tranquilidad. 

La tranquilidad por otros filósofos

Atenodoro Cananita

Este filósofo era estoico y apostaba por tener una vida llena de movimientos y quehaceres. Esto está bien, pero no se debe olvidar siempre mantener la calma, incluso en trabajos tan agitados como los de la milicia. La gradualidad en los trabajos es un concepto clave para no perder la tranquilidad. 

También es necesario alejarse de todos aquellos que siempre estén tristes, o busquen un motivo para quejarse de las cosas. Probablemente su lealtad sea constante, pero su condición es peligro para la tranquilidad. 

Bión de Borístenes

Bion era un filósofo cínico quien postulaba que los dolores son iguales para todos los hombres. Séneca se sirve de ese filósofo para explicar que los padecimientos de intranquilidad son iguales tanto en los pobres como en los ricos. Los pobres sufren tanto como los ricos cuando les quitan su dinero. 

Diógenes de Sinope

Este es otro filósofo cínico (el más consecuente de todos) quien seguía la misma idea. Por supuesto, es mucho más agradable no adquirir que perder; por lo tanto, es mucho mejor depender de pocas cosas que de muchas. 

Quizás pueda pensarse que vivir así sería vivir miserablemente, pero ¿qué sería más miserable que vivir entre gente avara y tacaña?

Demócrito

Este filósofo dijo ''quien quiera obtener tranquilidad debe abstenerse de tener vida pública y privada''. Quizás esta visión de Demócrito está muy exagerada, pues sólo se carga a un lado. La idea de tranquilidad no es un extremo, sino más bien un equilibrio. 



La tranquilidad y la naturaleza

El hombre en parte se mueve porque siempre quiere tener la libertad de hacerlo, pero, pensemoslo bien ¿Es realmente el hombre libre? en ningún aspecto. Debemos entender que la vida es toda servidumbre(1) y que siempre vamos a estar dependiendo de una cosa o de otra. 

Por otro lado, la muerte es causa de nuestra intranquilidad. Cada vez que se piensa en aquella el espíritu se inquieta; sin embargo, ¿de qué podemos quejarnos? todos conocemos las condiciones de la vida y sabemos que moriremos algún día. 


Conclusión

El uso del concepto de naturaleza en la vida ha sido clave para el estoico Séneca. Es recurrente el concepto de tener las reglas previas de la vida; es decir, si sé que voy a morir ¿por qué me lamento de la muerte? si sé que soy imperfecto ¿por qué me lamento del dolor? Toda respuesta a estas preguntas nos llevará indudablemente a la tranquilidad, pues tendremos la vida ''solucionada'' en ese sentido. Me llama mucho la atención el pensamiento de que cuando no estamos tranquilos, o no podemos estar tranquilos, es solo por el hecho de que no podemos (no aguantamos) estar con nosotros mismos. Me parece que es de lo más acertado. 

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