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jueves, 1 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Sobre la ira (43 d. C.).



¿Habrá una pasión más incontrolable que la ira? el desate de un agravio a nuestro patrimonio o al de una persona que amamos puede ser el gatillo para desencadenar la furia de cualquiera. Incluso en nuestros tiempos la ira ha traído muchos problemas a más de alguno, pues no todos tienen una inteligencia emocional que les permita estar en paz. Por otra parte, también han existido quienes pueden estar tranquilos a pesar de quienes quieren hacerlos enfadar.

Referencias:

(1) Para más información véase el libro II de la Retórica de Aristóteles.
(2) Además, la ira tiene una característica de rebelión. Por lo tanto, una de las dos debe tomar control: la razón o la ira. 
Sobre la ira


LIBRO I: LA IRA EN LA VIDA


La ira como desenfreno

Definición de ira

Con la ira, el ser humano se olvida de toda conciencia y de toda ventaja. Es decir, ignora los peligros y los beneficios que le traerá comportarse desenfrenadamente. 

La mayor parte de las veces, la ira es provocada por alguien más quien, con debida intención nos ofende. No importa si no lo hace manifiestamente, pues ya pensar y meditar la ofensa es ofender. En otras palabras, la ira sería el deseo de castigar y no la facultad de la misma. De hecho, para Aristóteles, la ira es el deseo de devolver el daño causado(1).  

La ira en los animales

En otro caso, los animales no pueden sentir ira, pues ésta sólo existe gracias a la razón. Los animales solo tienen impulsos que se parecen a las pasiones humanas como la ira. Si ellos conocieran la amistad, tendrían enemistad; si conocieran la discusión, tendrían concordia, pero nada de eso tienen porque el bien y el mal es propio de los seres humanos. 

La ira en el hombre

De acuerdo con Séneca, el hombre ha nacido para formar sociedad y para eso necesita de la amistad. La ira destruye y deshace la amistad. Estas son algunas cosas que la ira destruye cuando el hombre se propone construir.

  • Cuando el hombre socorre desconocidos, la ira los mata.
  • Cuando el hombre quiere ser útil, la ira quiere dañar.
  • Cuando el hombre se sacrifica por otros, la ira hace que el hombre arrastre a otro a su sufrimiento. 

El hombre que es esencialmente bueno no busca la venganza que es esencialmente mala. De hecho, el hombre no nace con el sentimiento de venganza, este es formado por nosotros y por lo tanto, la venganza la ira no pertenecen a la naturaleza, así como tampoco al hombre que es bueno. 

La ira y su utilidad

Aristóteles decía que la ira era necesaria para el hombre, pues con esta se podía enfrentar a los mayores peligros. Luego dice: no hay que dejarse llevar completamente por ella, pero si utilizar un poco de esta para combatir. Séneca nos dice que esto es completamente falso. La razón para el filósofo es muy sencilla porque una vez que la razón toma lugar, la ira se disipa y desaparece(2)

En todo caso, cuando un juez condena a alguien, este no se debe tener por iracundo, pues esa condena será por su bien. Lo mismo cuando una madre castiga a su hijo. 

Se puede discutir si una ira moderada puede ser útil en algún momento, pero es mejor ver si la ira por sí misma es útil. Si la ira nos trae problemas siempre y se rebela contra la razón cada vez que gatilla, entonces es inútil. Un mal moderado es un mal de todas maneras siempre. Además, la justicia, si es buena, no será necesaria cortarla en partes si es totalmente buena. 

¿Será necesaria con los enemigos en la lucha? Tampoco. ¿Por qué?
porque será mucho mejor atacar a los enemigos de forma ordenada y meditada. Incluso en el ejercicio, siempre será mejor hacer todo de manera correcta y con juicio. La ira nos lleva al desenfreno y a la temeridad; nos hace desestimar los peligros. ¿Qué diremos de la embriaguez? tal vez será buena si se hace moderadamente ¿o la embriaguez es mala en sí? Por supuesto que sí. 




LIBRO II: CAUSA U ORIGEN DE LA IRA

Lo primero que debemos entender es que la ira no es algo involuntario. Recordemos que la ira está definida por Séneca como un deseo del ser humano por provocar daño (venganza), y este deseo es voluntarioEn efecto, nada puede estar por sobre los mandamientos del alma, pero cuando el hombre quiere este deseo, el alma lo permite. 

Lo único que puede ser en cierto modo involuntario son las reacciones que tiene el ser humano:


  • Al contacto sorpresivo con el agua fría.
  • El vértigo al mirar el precipicio.
  • El rubor por la vergüenza.
  • La erización de los bellos por las malas noticias. 

A excepción de estas cosas, nada más es involuntario en el hombre y por lo tanto, la ira es voluntaria. 

Aunque por otro lado, podríamos decir que algunas pasiones son involuntarias. Los impulsos involuntarios de la pasión (pathos) hacen que la acción culmine en un arrebato. Estos son al menos tres alicientes.

  1. Primer impulso: preparación de la pasión.
  2. Segundo impulso: voluntad fácil de corregir (debo vengarme porque he sido ofendido, pero es mejor retractarme).
  3. Tercer impulso: acción voluntaria que prescinde de la razón (ira).

Es imposible resarcirse del primer impulso, pues es la primera imagen que se nos viene a la mente. El segundo impulso se puede detener fácilmente por medio de la reflexión.  El tercero la razón se entrega totalmente a la ira. 

La ira y la virtud

Se dice que la virtud se desempeña en las cosas buenas, mientras que la ira se debe enfrentar con las cosas vergonzosas. Pero ¿no será mejor que la virtud enfrente las cosas vergonzosas? ¿Acaso ponen la ira al mismo nivel de la virtud? 

Siempre será preferible la virtud que la ira. Si la ia fuera lo deseable y todos estuviéramos con ella, no podría existir convivencia humana alguna. 

Por otro lado, ¿podemos enfurecernos con los niños que no saben diferenciar entre la ira y la virtud? en efecto no podemos, así como tampoco podemos enfurecernos con la imperfección, pues ya sabemos que es imperfecta. El sabio enseñará a no perseverar en los errores y enseñará al niño a no enfurecerse. 

La ira como algo digno de temer

Esta es una de las cosas que más se discute, la ira se teme porque pareciera ser algo grande e inexpugnable. Sin embargo, no se debe olvidar que las cosas temibles también son las más viles y vergonzosas. El sabio jamás recurrirá a la ira porque no necesita el auxilio de las cosas malas. 



Los remedios de la ira

Para Séneca, en la vida existen dos remedios que nos ayudarán a evitar la ira:

  • Para no caer en ella
  • Para evitarla

El cuerpo de los seres humanos está formado por los cuatro elementos de la naturaleza con sus potencias correspondientes. Cada uno de ellos tendrá una naturaleza de ''temperamento'' determinada:

  • Fuego - calor 
  • Agua - frío 
  • Tierra - sequía 
  • Aire - humedad

La fusión de la tierra con el fuego producirá iracundos, mientras que la fusión del agua con el aire producirá tímidos. Para evitar a los iracundos será necesario darles una buena y cuidadosa educación. 

Los niños juegan y triunfan en sus duelos, lo cual no se debe aplaudir con exceso, sino que más bien debe dejarse festejar al niño su victoria como él la crea. La educación blanda y complaciente es dañina para los niños y peor aún, esto incentivará su ira cuando se exponga. Debe alabar a los abuelos, debe conocer el temor, debe conocer el respeto y que se le repruebe toda mala acción.

Sospecha de daño (prejuicio)

Puede ser que el prejuicio sea la cosa más dañina y la que más provoque ira. En efecto, existen ciertas actitudes que hacen las personas y pensamos inmediatamente que nos están ofendiendo. Por ejemplo, ''esa persona no me saludó'', ''no me ha invitado'' o ''saludó con poca cortesía''. 

Todas estas sospechas nos hacen gatillar la ira, Séneca nos dice que debemos tener un pensamiento más sencillo y benigno sobre las personas; por otro lado, si en verdad la persona ha querido perjudicarnos con su actitud, entonces téngase certeza de aquello y actúe de manera correspondiente. 


LIBRO III: ERRADICAR LA IRA

Lo primero que se debe hacer es reconocer la ira en los demás; es decir, si esta puede llegar a ocurrir, o ya está ocurriendo en la persona. Hay personas que son ciertamente tolerantes hacia la molestia y cuesta que se vuelvan iracundas, mientras que hay otros que se molestan fácilmente. 

Una vez calmados nosotros y estando seguros de que no recurriremos a la ira, entonces debemos pasar a tranquilizar a otros que san iracundos. Para no caer en la ofensa del que ofende (valga la redundancia) recibir sin perturbación alguna su ataque. Es así como lo dice Séneca:


''El que te ofende es más débil o más fuerte que tu: si es más débil, perdonalo; si es más fuerte, perdonate''.  

Para que el hombre no se sienta ofendido ni agredido, este debe mostrarse imperturbable e imparcial a todo ataque que pueda sobrevenirle.

Evitar a personas iracundas

Por supuesto, una de las mejores soluciones para acabar con la ira. Siempre hay que buscarla persona tranquila, humanitaria, que nos inspire templanza. Tampoco la idea es que esa tranquilidad llegue a la adulación.

Las cosas que agradan y evitan la ira

Nombraremos aquí algunas cosas dichas por Séneca para evitar la ira en la vida cotidiana:


  • Abstenerse de estudios demasiado serios.
  • Entregarse a las artes amenas.
  • Entregarse a una armonía tranquilizadora.
  • Evitar los pleitos.
  • Evitar escuchar las injurias.

En este último punto, Séneca nos dice que no escucharlas equivale a no recibirlas.   No debemos ser para las demás personas causa de temor o de peligro. 

Conclusión

Un libro que lleva a la paz y al reconocimiento de que el mal está en nosotros y más aún, depende de nosotros. Nada mejor para nuestros tiempos en donde el enojo es algo normal, incluso, hasta bueno para algunas cosas (como lo dijo alguna vez Aristóteles). No obstante, será mucho mejor permanecer templado y tranquilo frente a toda la vorágine de odio y violencia que existe en este mundo. Séneca nos ofrece la solución de soportar estoicamente (léase de forma literal) los dolores que nos da la vida;oh, perdón, los dolores que dependen de nosotros. 

3 comentarios:

  1. Muy buena y cierta esta reflexión sobre la ira. El manejo de ella en estos tiempos es imprescindible.

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  2. Vaya vaya chuzo que has hecho tio

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  3. Me llevo está frase.
    EL QUE TE AGREDE ES MÁS FUERTE O MÁS DÉBIL QUE TU: SI ES MÁS DÉBIL, PERDONALO; SI ES MÁS FUERTE, PERDONATE.

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