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domingo, 17 de julio de 2016

Marco Tulio Cicerón - Paradoxa Stoicorum (La paradoja de los estoicos) (46 a.C.).

Las paradojas son ideas extrañas e irracionales que se oponen al sentido común. En la antigua Grecia, los sofistas se dedicaban a convencer a su audiencia por medio de paradojas. Hoy veremos a Marco Tulio Cicerón opinar sobre las paradojas que los mismos estoicos hacían en esos tiempos. La verdad es un libro bastante corto y dedicado a nuevamente a su amigo Marco Bruto, podríamos decir que este libro trata más de filosofía que de oratoria, pues el mismo Aristóteles trataba las paradojas en su retórica. Veamos las famosas paradojas que dejó esta antigua escuela, aunque Cicerón nunca se las tomó muy en serio... 

Referencias:

(1) Esta es una de las ideas fundamentales del estoicismo, no flaquear ante los problemas y resistirlos. 
Paradoxa Stoicorum



Catón el viejo fue un estoico que convencía a su audiencia no por argumentos forenses o demostrativos, sino que lo hacía por medio de paradojas. Si bien no constituían un argumento fuerte, estas alcanzaban a convencer a su audiencia, pues son probables, es decir, caen en la ley de la probabilidad. Cicerón gustaba de estas paradojas encontrando mucha razón y verosimilitud. Veamos de qué se tratan. 

Paradoja I: Es bueno solo lo que es honesto

Muchos de los antiguos preferían los bienes materiales más que los inteligibles como la honestidad.  La idea de vivir una buena vida, no consiste en vivir colmado de bienes materiales, sino más bien vivir rectamente y honestamente

Paradoja II: Al hombre virtuoso nada le falta para vivir feliz

Esto parece muy de sentido común pues todo hombre aspira a la virtud para encontrar el bien. 

Cicerón recuerda al Cónsul M. Atilio Regio quien tomado y además muerto por los cartagineses, jamás se mostró apenado o atormentado por todo eso. La grandeza de Regio jamás se vio socavado por las insistencias del pueblo de Cartago(1). Estos son lso beneficios que da la virtud, pues un hombre sin virtud, al pasar por la experiencia de Regio se vería miserable y condenado. 

Paradoja III: Los vicios y las virtudes son iguales

¿En qué sentido son iguales las virtudes y los vicios?No hay un grado de vicio ni tampoco un grado de virtud. Estos dos conceptos se toman por igual en su totalidad; es decir, no hay cosas más o menos malas ni más o menos buenas; las cosas son malas o son buenas. 

¿Qué diferencian los vicios de las virtudes? las causas. Dichas causas serán las que marquen la totalidad del hecho, en otras palabras, dirá si es vicio o virtud. 

Paradoja IV: Todos los necios son locos

Una ciudad que no tiene razón es una ciudad que vive en el caos y la desesperación. En realidad, esta no es una paradoja. Es más bien una acusación a Publio Clodio, quien fue su enemigo innumerables veces en textos como In Toga Candida y De Lege Agraria

Paradoja V: Solo los sabios son libres y solo los necios son esclavos

Vivir en libertad significa que el hombre pueda hacer lo que él quiera sin restricciones. La independencia significa libertad y esta corresponde nada más que al sabio. El ignorante siempre será esclavo y por eso son lo que son. 


Paradoja VI: Sólo los sabios son ricos

Esta paradoja no quiere decir que quienes tengan más dinero o propiedades sean los sabios, sino más bien quien busca la moderación en las cosas que quiere. Por ejemplo, quienes desean la virtud serán más ricos que aquellos que quieren bienes materiales, pues siempre les van a sobrar. 

Conclusión

Otro de los textos cortos de Cicerón donde se plasma su filosofía y su moral. En realidad, todas estas paradojas son acusaciones a sus contrincantes políticos, sobre todo a Marco Antonio quien más tarde sería su verdugo. También podemos ver la suma admiración de Cicerón por la filosofía estoica que será la elegida por él para llevar a cabo sus trabajos. Finalmente, con este libro empezamos los libros filosóficos de Marco Tulio Cicerón

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