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lunes, 13 de septiembre de 2021

Nicolás Copérnico - Vida y obra (1473 - 1543)


Uno de los hombres más importantes del Renacimiento y el Humanismo. Su obra más conocida y recordada fue ''De revolutionibus orbium coelestium'', trabajo que significó uno de los cambios más trascendentes de la humanidad. Estamos hablando de Nicolás Copérnico, astrónomo polaco quien contribuyó a la teoría copernicana de los cielos. Gracias a su magna obra, la tierra ya no sería mirada con los mismos ojos, desde ese momento, la Tierra dejó de ser el Centro del Universo y sería, en consecuencia, uno de los tantos cuerpos celestes conocidos. Sin duda, lo que desarrolló el astrónomo polaco dejará más de una herida en el ámbito religioso, sin embargo, no en el filosófico. Veamos la vida de Nicolás Copérnico.

Nicolás Copérnico


VIDA Y OBRA

Familia

Primeros años

Nació el 19 de febrero de 1473 en la ciudad de Torun en la provincia de la Prusia Real en la Corona del Reino de Polonia, cerca del río Vistula. 

Su padre era mercante de cobre en Cracovia y su madre era la hija de un adinerado mercante de Polonia. Fue el más joven de cuatro hermanos; Andrés, que se convirtió en un canónigo agustino en Frombork; Bárbara, que se convirtió en monja benedictina; Katarina que se casó con un hombre de negocios y canciller de Torun, Barthel Gertner. Copérnico nunca se casó y nunca se le conoció un hijo, aunque se sabe que tuvo relaciones con Anna Schelling, una ama de llaves por la cual se armó un escándalo del cual tuvieron que separarse. Su padre moriría en el año 1484 cuando Copérnico tenía 10 años.

Se decía que Copérnico hablaba latín, alemán y polaco con fluidez, además de hablar griego e italiano, y también con algunos conocimientos de hebreo. Sin embargo, su obra fue escrita en latín completamente.

Educación

En 1491, Copérnico entró a la Universidad de Cracovia donde se interesó por el estudio de la astronomía, y probablemente regresó a casa en el año 1494. Su tío materno, Lucas Waczenrode, lo trató de convencer para que se hiciera canónigo de Frauenburg para tener independencia financiera. Mientras esperaba la vacancia para ser canónigo, su tío lo envió a estudiar a la Universidad de Bolonia para realizar cursos adicionales. Su tío se ocupó tanto de él como de los demás hermanos. 

Por tres años y medio Copérnico estudió griego, matemáticas y los escritos de Platón, además de adquirir los conocimientos de la astronomía de su época. En Bolonia hizo sus primeras observaciones al cielo, donde pudo identificar una ocultación (eclipse) de la estrella Aldebaran por la luna el 9 de marzo de 1497. El mismo año sería seleccionado como canónigo para Fraunburg. Viajó a Roma en el 1500 para la gran celebración, y al año siguiente él visitó brevemente Frauneburg para clamar su puesto en la catedral, regresando prontamente a Italia para continuar sus estudios en Padua. Estudió leyes y medicina. Interrumpió sus estudios en el año 1503 cuando le fue dado el grado de doctor de la ley canónica en la Universidad de Ferrara. 

Cuando regresó a Polonia en el año 1503 visitó Cracovia y después actuó como consejero de su tía hasta su muerte en 1512. Copérnico se asentó permanentemente en Frauenburg, donde trabajó como representante de la catedral. Sus habilidades médicas eran utilizadas especialmente en el auxilio de los indigentes. 

Como resultado de sus estudios, en Cracovia y Padua, Copérnico pudo haber dicho a su maestro todo su conocimientos sobre matemáticas, astronomía, medicina y teología. Pareciera que ya en estos momentos Copérnico había trabajado en un sistema astronómico, aunque no había hecho observaciones más allá. Sus observaciones dieron cuenta de ser suficientes con respecto al Sol, la Luna, la Tierra y el resto de los planetas. Publicó 27 observaciones entre 1497 y 1529, así como también tradujo del griego al latín unos poemas de Teofilacto, un poeta bizantino del siglo 7 d. C., y desde 1519 a 1528 preparó una exposición de los principios de la reforma de la acuñación para ciertas provincias de Polonia. 

Estudios astronómicos

Sistema ptolemaico

Su fama como estudioso astrónomo incrementó rápidamente y en 1514 fue invitado a dar su opinión sobre la reforma del calendario, el cual había sido considerado por el Concilio de Letrán. Copérnico rechazó expresar cualquier aseveración porque sentía que no había suficiente precisión para establecer las posiciones del Sol y de la Luna. 

Sin embargo, con el tiempo Copérnico se sintió insatisfecho con el sistema astronómico ptolemaico. Si bien en su tiempo había servido para hacer ciertas predicciones, con el tiempo se iban descubriendo más fenómenos astronómicos que no coincidían con el modelo ptolemaico. No obstante, a pesar de no estar satisfecho con este sistema, Copérnico observó entre los escritos antiguos que algunos filósofos creían y planteaban que era el Sol el centro del Universo y no la Tierra. En todo caso, pensar que la Tierra se movía por sí misma era absurdo para la época, pero cuando Copérnico aplicó este supuesto creyó que, estéticamente, el modelo era muy superior, aunque también pensaba que sería muy complejo como sistema. Luego de algunos cálculos matemáticos, Copérnico se convenció que su modelo era el correcto pero no lo publicó. 

Los ensayos astronómicos

Entre los años 1510 y 1514 preparó un pequeño manuscrito de sus observaciones para resumir sus ideas. Dicha obra se llamará De hypothesibus motuum coelestium a se constitutis  commentariolus el cual se divulgó privadamente entre sus amigos en 1514. Sus puntos principales eran el movimiento aparente de las estrellas, el movimiento anual del Sol, y los comportamientos retrógrados de los planetas de la Tierra. La Tierra, por lo tanto, no sería el centro del sistema planetario, sino que solamente de la Luna. Con el paso del tiempo, Copérnico desarrolló sus argumentos con diagramas y cálculos matemáticos. Las lecciones de estos principios se expusieron en la obra Commentariolus que fueron mostrados en 1553 al Papa Clemente VII, quien lo aprobó y se le dio la oportunidad de publicarlo en el año 1536. 

Sin embargo, Copérnico se sentía dubitativo. No fue hasta que su amigo Georg Joachim Retico, quien también sería su alumno, que finalmente publicó su trabajo. En el año 1540, a Retico se le permitió llevar el manuscrito completo a Nuremeberg, Alemania, para su impresión. No obstante, para evitar las criticas de Martín Lutero, Filipo Melanchton y otros reformistas, Retico dejó Nuremberg y se dirigió a Leipzig donde otorgó la idea de publicar a Andreas Osiander. Aparentemente, ante el miedo a la critica de un tratado que proponía un movimiento para la Tierra y un Sol estacionario, Osiander aclaró que esto era solamente un medio conveniente para simplificar computaciones plantearias. 

El sistema copernicano

Una examinación cuidadosa del texto hace claro que Copérnico realmente creía en el sistema heliocentrista. Escribió su gran obra ''Sobre las revoluciones de las esferas celestiales'' en seis secciones donde se re-interpreta el sistema ptolemaico. Sus predicciones serían más precisas que la del antiguo sistema, explicaría lo problemático del brillo en los astros, mejoras a la retrogresión y velocidad con un sistema geométrico más simple de puntos y círculos. 

En su primera sección Copérnico da las razones de porqué se creía que la Tierra era fija y luego discutirá el orden de los planetas con respecto al Sol. Por lo tanto, el orden de los planetas cambiaría:

  • Sistema ptolemaico: Tierra, Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno

  • Sistema copernicano: Sol, Mercurio, Venus, Tierra (con la Luna orbitándola), Marte, Júpiter y Saturno

En la segunda sección Copérnico aplicó las reglas matemáticas básicas al aparente movimiento del sistema anterior y atribuyó el movimiento del Sol al movimiento de la Tierra. La tercera sección contiene descripciones matemáticas del movimiento de la Tierra, incluyendo la predicción de los equinoccios que fue causado por la gravitación del eje de la Tierra. Las secciones cuatro, cinco y seis versan sobre el movimiento de la Luna y de los cinco planetas que restan. 

En su sistema heliocéntrico, Copérnico se encontró a si mismo capaz de describir los movimientos de la Luna y los planetas de un modo más elegante que el de Ptolomeo. En el sistema ptolemaico, Ptolomeo había forzado la compensación de los centros regulares de movimiento de la Tierra, y fue esto principalmente lo que causaba conflicto a Copérnico. No obstante, el sistema de Copérnico no es menos complejo que el de Ptolomeo, pero el astrónomo polaco sentía que estéticamente era superior al de su antecesor. 

Consecuencias

Sin duda el sistema copernicano llamó la atención de todos los astrónomos y filósofos de la época, pues Copérnico había derrumbado dos teorías que parecían irrefutables: la fijeza de la Tierra y la Tierra como el centro del universo. En este sentido, Copérnico había refutado tanto el sistema ptolemaico como el aristotélico sobre el universo. La iglesia no lo aceptaría.

Muerte

A fines de 1542, Copérnico tuvo una hemorragia cerebral con parálisis cerebral. Guardó cama en su adusta tirre, donde había vivido treinta años de incomodidad. Fionalmente muere el 24 de mayo de aquel año. Giese, su amigo, se lo contó a Retico en pocas palabras:

''Durante muchos días estuvo privado de la memoria y del vigor mental; vio su libro completo impreso solo a último momento, el día en que murió''

Así terminaría uno de los astrónomos más grandes del Renacimiento y el más grande de la humanidad. 

Personalidad

Al igual que su tío, Nicolás Copérnico era huraño e inseguro. Sus obras nunca fueron publicadas por él mismo, debido al nivel de inseguridad que había tenido. Se sabe que cuando niño era muy callado y sumiso, mientras que a su tío se le tenía por irascible, aunque Copérnico era su favorito. Por supuesto, la inteligencia de Copérnico era notable, pero las experiencias lo habían convertido en un ser adusto, inclinado al disimulo, pues nunca enseñaba sus sentimientos. La verdad  es que Copérnico siempre necesitó de alguien más para apoyarse debido a su personalidad. Quizás, es por eso que la publicación de su obra se debiera en gran parte a su amigo Retico y Giese, quienes lo ayudaron y animaron para que lo hiciera. 

Copérnico desconfiaba de los artefactos astronómicos de su época. Prefería siempre leer a los clásicos y siempre se consideró un matemático más que un observador. 

Conclusión

Sin duda que la vida de Nicolás Copérnico es tan asombrosa como lo fue su única obra que vería la luz solo cuando le quedaban pocos momentos de vida. Si bien podemos decir que la clave de Copérnico fueron sus argumentos matemáticos y astronómicos, creo que en mi opinión, lo que llevó al astrónomo polaco a sus conclusiones científicas, fue más bien su intuición y su insatisfacción sobre la estética del sistema ptolemaico. En ese sentido, Copérnico fue un verdadero filósofo, pues rompió uno de los paradigmas inquebrantables para su época. 

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