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jueves, 10 de diciembre de 2020

Marsilio Ficino - Vida y obra (1433 - 1499)

 

Marsilio de Ficino

Fue un destacado intelectual, sacerdote y filósofo italiano en el mundo del renacimiento. Fue un astrólogo y un pensador que volvió a revivir el neoplatonismo, además de ser un protegido de los Médici, específicamente de Cosme de Medici. Su impresionante interés por la filosofía de Platón lo llevó a crear una academia platónica renacentista, claro, con la ayuda de los mecenas quienes insistieron en crear una escuela filosófica que promoviera la doctrina. Traductor, pensador, sacerdote, filósofo y mago, Marsilio Ficino nos entrega también una mitrada innovadora y distinta de la filosofía tradicional. 


Marsilio Ficino


VIDA PERSONAL

Nacido en Figline Valdarno el año 1433, Marsilio Ficino vivía bajo la tutela de los Médici, pues su padre, Diotifeci d'Agnolo, era amigo de Cósimo de Medici. Luego de la muerte de su padre, Marsilio fue aceptado a la tutela de Cósimo sin ningún problema. 

El primer profesor de filosofía de Ficino fue Niccolò Tignosi de Foligno, un médico aristotélico que escribió obras como De anima y De ideis. Bajo la influencia de estas enseñanzas, Ficino creó la Summa philosophiae, un conjunto de escritos en latín dedicados a Michele Mercati alrededor de 1454, donde aborda temas de física, lógica, Dios y otras cuestiones filosóficas. En la dedicatoria a su amigo, Ficino menciona que desea iniciarlo en estudios que deben ser relevantes para su época, siguiendo la regla de Platón.

Antes de cumplir los 25 años, Ficino atravesó una profunda crisis espiritual debido al contraste entre su inclinación por el neoplatonismo y las expectativas de su familia y el arzobispo de Florencia, que preferían que se orientara hacia temáticas más ortodoxas. Esto unido a su temperamento inquieto y personales tensiones religiosas marcaron un momento difícil en su vida.

Durante su estancia en Florencia, los Cósimo y su círculo de intelectuales habían conocido al neoplatonista Pletón, cuyos discursos atraían a todos aquellos que vivían en Florencia. Tanto fue así que a Ficino lo llamaron el ''segundo Platón''. Fue en esa época en que Marsilio se hizo pupilo de Juan Argirópuloen el año 1459.

Ficino estudió a Epicuro y Lucrecio y, hacia 1457, escribió el Commentariola in Lucretium, que destruiría en 1492. También escribió obras como De voluptate ad Antonium Calisianum, De virtutibus moralibus, y De quattuor sectis philosophorum, donde aborda cuestiones morales y del alma, explorando las opiniones platónicas, aristotélicas, epicúreas y estoicas, además de realizar ejercicios mnemotécnicos sin pretensiones sistemáticas. 

En 1456, Ficino escribió varios libros titulados Institutionum ad platonicam disciplinam, que se han perdido y que fueron tomados de fuentes latinas; sin embargo, sentía la necesidad de "beber" de la fuente griega directa. Su interés por el platonismo fue tal que llevó al arzobispo florentino Antonino Pierozzi a recomendarle que estudiara medicina en Bolonia y las obras de Tomás de Aquino para evitar posibles desviaciones heréticas. Aunque hay menciones de su estancia en Bolonia entre 1457 y 1458 por Zanobi Acciaiuoli, no está documentada, y Ficino continuó con su interés constante en la filosofía platónica y neoplatónica.

Cuando Cósimo quiso refundar la Academia de Platón que había sido destruida los primeros siglos antes de Cristo, puso inmediatamente a Ficino como su cabeza. De hecho, para ese tiempo, Ficino ya era preceptor de Lorenzo el Magnífico. En el año 1462, Cósimo consiguió manuscritos griegos a Ficino para que éste los pudiera traducir, además de otros encargos a otras lenguas como traductor. En verdad, Ficino sería el gran encargado de llevar la transición de la recuperación de la filosofía platonista en el renacimiento, Florencia sería el lugar ideal.  

En el año 1473, a pesar de tener estudios como médico, Marsilio Ficino se vuelve sacerdote, cuyas características le parecieron iguales a la del filósofo, ser filósofo y ser sacerdote, para Ficino era lo mismo. Esto, porque para Ficino la religión no puede estar fundada en supuestos sencillos, pues para derrotar la incredulidad y el ateísmo se requería de una religión docta que sintetizara filosofía platónica y el mensaje evangélico.  Recibió luego dos comunidades a modo de prebendas por parte de Lorenzo de Médici y fue nombrado canónigo de la catedral de Florencia. A pesar de su ordenación, Ficino siempre tuvo una relación conflictiva con la filosofía y teología escolásticas tradicionales. 

En 1484, Ficino escribe la obra De Amore  y aunque "De amore" se centra principalmente en el amor platónico y su interpretación del diálogo "El Banquete" de Platón, Ficino también explora conceptos que más tarde se asociarían con la magia. Por ejemplo, discute la idea de que el amor es una fuerza cósmica que une el alma humana con el alma del mundo, una creencia que se alinea con las prácticas mágicas de atraer influencias celestiales para afectar el mundo terrenal.

Algunos años más tarde, su obra ''De Vita'' será la que amplíe el concepto de magia donde Ficino sugiere que la armonía cósmica y la astrología pueden influir en la vitalidad y la longevidad, recomendando prácticas que en la actualidad se considerarían mágicas, como el uso de talismanes y piedras preciosas para canalizar energías astrológicas.

Problemas con la iglesia

La Iglesia criticó ciertos aspectos de la filosofía neoplatónica de Ficino por considerarlos incompatibles con la doctrina cristiana ortodoxa. En particular, la idea de una sabiduría antigua y universal que se encontraba en Platón y otros filósofos paganos fue vista con escepticismo por algunos sectores eclesiásticos. Ficino intentó reconciliar el pensamiento platónico con el cristianismo, pero sus intentos no siempre fueron bien recibidos. En todo caso, Ficino siempre fue bien protegido por Lorenzo el Magnífico, aunque de todas maneras se guardó varias obras que compartiría con Giovanni Pico della Mirandola, por el justo temor que consiguieran condenarlo. De todas maneras, Ficino destruyó algunas de sus obras para evitar problemas serios. 

La preocupación por las influencias paganas en el pensamiento de Ficino era notable. A pesar de sus esfuerzos por integrar el platonismo en una visión cristiana, los críticos veían la veneración de los filósofos paganos y los textos no cristianos como un riesgo para la ortodoxia.

La Academia

En el año 1460, Ficino tradujo obras de Alcínoo, Espeusipo, versos atribuidos a Pitágoras, y el Axioco atribuido a Jenócrates. Tras traducir los himnos de Orfeo, Homero, Proclo y la Teogonía de Hesíodo, Cosme de' Medici le regaló un códice platónico y una villa en Careggi, donde en 1462 fundó la Academia platónica para estudiar y difundir las obras de Platón.

El proyecto de la Academia en Florencia comenzó a tomar forma con Cosme de Medici, inspirado tras conocer a Gemisto Pletón durante el Concilio de la unión de las dos Iglesias en 1439. Pletón, crítico de ambas iglesias y defensor de un sistema político-religioso alternativo basado en un platonismo heterodoxo, influyó en Cosme, quien soñó con un Estado platónico en Florencia. Aunque inicialmente el pensamiento platónico perdió protagonismo frente al aristotelismo, Cosme, en sus últimos años, comenzó a apoyar el interés por Platón a través de figuras como Marsilio Ficino. Ficino, respaldado por Cosme y posteriormente por Lorenzo de Medici, consolidó la Academia en la villa de Careggi, asociando el auge del neoplatonismo con el esplendor cultural del período laurenciano y la renovación humanista de Florencia.

En abril de 1463, comenzó la traducción de los Libros herméticos (Corpus hermeticum), los cuales influirían en el pensamiento renacentista europeo. Ficino veía en esta antigua sabiduría una revelación divina que se integró en el cristianismo, y consideraba a Hermes Trismegisto como el primer teólogo, seguido por Orfeo, Pitágoras, y Platón, quienes compartían una tradición teológica consistente. Esta "filosofía piadosa", opuesta a las corrientes ateas y materialistas, buscaba elevar el alma hacia el entendimiento divino y compartir esa iluminación con la humanidad. Su traducción latina del Corpus hermeticum se imprimió en 1471, y continuó traduciendo y comentando los diálogos platónicos, completando algunos trabajos clave entre 1474 y 1494.

Luego de la muerte de Cosme, Piero y Lorenzo siguieron apoyando el trabajo intelectual de Marsilio. 

Entre los principales exponentes de la Academia Neoplatónica estaban, además de Ficino, Pico della Mirandola, Poliziano, Nicolás de Cusa, Leon Battista Alberti, Bartolomeo Scala y Cristoforo Landino, así como miembros de la familia Medici, como Giuliano de' Medici y Lorenzo el Magnífico. Inicialmente se reunían en Villa le Fontanelle, y cuando el número de estudiantes creció, la academia se trasladó a la cercana Villa Medicea de Careggi, en los alrededores de Florencia, hoy parte del Hospital de Careggi, y en la loggia anexa.

Tras la muerte del Magnífico (1492), la Academia se trasladó a la villa de Bernardo Rucellai, en los Orti Oricellai. En esta "segunda generación" participaron Niccolò Machiavelli, el Trissino, Jacopo da Diacceto, Luigi Alamanni y muchos otros. Durante este período, la Academia se destacó por sus posiciones favorables a la República y, por ende, anti-mediceas, lo que trajo varios problemas a los académicos. La Academia Neoplatónica fue disuelta en 1523, como consecuencia de la conspiración contra el cardenal Giulio de' Medici orquestada por algunos de sus miembros.

Según Ficino, existía una tradición filosófica antiquísima, un sustrato de sabiduría común a todas las épocas y lugares, que se extendía sin interrupción desde Pitágoras y el orfismo, pasando por Sócrates, Platón y Aristóteles, hasta llegar al neoplatonismo. Las ideas de Ficino, que tuvieron una influencia extraordinaria en la cultura de su tiempo, también fueron retomadas posteriormente, especialmente por aquellos filósofos con fuertes intereses religiosos, y tuvieron una notable difusión incluso fuera de las escuelas o academias.

El hombre, como ya se había teorizado durante el humanismo de la primera mitad del siglo, era visto como la "copula mundi", es decir, una armoniosa interacción entre alma y cuerpo en la que cada uno es dueño de su propio destino. Los académicos consideraban que la máxima aspiración humana era la felicidad, pero no la veían como un resultado natural de la acción, y en particular de la política, sino más bien de la especulación filosófica. Gracias a esta práctica, los espíritus más nobles y elegidos pueden experimentar la felicidad y alcanzar el conocimiento del verdadero después de la muerte.

Según los neoplatónicos, el mundo estaba organizado en esferas concéntricas, cuyos extremos eran el Iperuranio, entendido como el mundo divino, y la materia, entendida como el mundo animal. El hombre era el único ser en la naturaleza dotado de razón, que le permite elegir conscientemente si elevarse hacia el mundo divino, descender hacia el mundo animal o mantener una distancia equilibrada. Esta elección se realiza a través de la mediación fundamental del amor y la belleza. Ficino escribía que «Amor es deseo de belleza» y es el amor, en sus diversas formas de bestial, humano o divino, el que guía al hombre en su camino de ascenso hacia Dios, considerado la fuente de la belleza verdadera y perfecta.

Un aspecto fundamental en la historia del pensamiento fue el vínculo que el neoplatonismo renacentista, particularmente en Florencia, estableció entre la filosofía clásica y el cristianismo. Una de las obras más importantes en este sentido es la Theologia Platonica, también de Ficino, en la que se realizó el mejor intento hasta entonces de revalorar el pensamiento clásico desde una perspectiva religiosa cristiana.

Con el tiempo, el carácter elitista de la Academia desarrolló corrientes herméticas, mágicas y esotéricas, sin embargo, sin perder su estructura lógica fundamental, basada en el método crítico de la teología negativa.

Muerte

Ficino dejó inconcluso un Comentario sobre San Pablo antes de su muerte a los sesenta y seis años en 1499. Está enterrado en la catedral de Santa María del Fiore, donde un monumento lo honra como el mayor filósofo florentino.

Tras la muerte de Ficino en 1499, el grupo, que anteriormente se reunía en Careggi, continuó sus encuentros en los Orti Oricellari (los jardines del Palazzo Rucellai), gracias al patrocinio de Bernardo Rucellai.

El momento de la disolución del grupo es algo discutido. Algunas fuentes sugieren que el grupo se disolvió en 1522, después del complot para asesinar a Giulio de' Medici. Sin embargo, otras fuentes proponen una disolución más temprana, entre 1492 y 1494, lo que implicaría que las reuniones en los Orti Oricellari no estaban directamente relacionadas con las actividades originales del grupo. A pesar de estas discrepancias, se observa que muchas de las mismas personas continuaron participando en las reuniones de los Orti Oricellari.



OBRAS Y PENSAMIENTO

Arte

Su contribución al arte la podemos ver en la obra de Sandro Boticelli en su pintura: El Nacimiento de Venus. La interpretación de la obra está estrechamente ligada a la Academia Platónica Florentina (ese círculo respaldado por la familia Medici) que influyó en la filosofía, la literatura y las artes. En esta obra, se refleja la visión neoplatónica de Marsilio Ficino sobre el amor, que divide a Venus en dos aspectos complementarios: Venus celeste, que representa el amor espiritual, y Venus terrenal, que simboliza el amor material. Esta dualidad se inspira en El banquete de Platón.

La figura de Ficino también fue representada en el arte. Por ejemplo, se cree que su retrato aparece en el fresco de Benozzo Gozzoli en la Capilla de los Reyes Magos, donde se le muestra en un contexto que celebra la cultura y el pensamiento florentino. Esta representación subraya su estatus como figura central en la vida cultural de la época. Se cree que la figura de Marsilio Ficino aparece en la segunda fila, vistiendo un traje rojo y un tocado azul-gris, mirando hacia abajo. Si esta identificación es correcta, sería probablemente el homenaje más antiguo a Ficino, ya que la capilla fue pintada al fresco cuando el humanista tenía poco menos de treinta años

Astrología

En el año 1474, Ficino había completado su obra sobre la inmortalidad del alma, que en verdad era un tratado de teología platónica, un trabajo de 18 libros aproximadamente. En su entusiasmo sobre las ciencias antiguas, Ficino también descubrió la astrología la que le provocó un profundo interés, y, en efecto, lo llevó también a tener problemas con la Iglesia Católica. De hecho en el año 1489 es acusado de herejía por el papa Inocencio VIII. 

En el año 1492 Ficino escribiría:

''Este siglo, como en la Edad de oro, ha restaurado la luz a las artes liberales las cuales estaban casi extintas: la gramática, la poesía, la retórica, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música... Este siglo parece haber perfeccionado la astrología''

Ficino estaba convencido que los astros jugaban un rol muy importante en la conducta del hombre. Por lo tanto, su filosofía comprendía desde la astrología hasta el neoplatonismo, el cual se juntaba para formar referirse finalmente a una misma cosa. Su amigo, Giovanni Pico della Mirándola no estaría de acuerdo con esta posición. 

Platonismo

La Teología Platónica es una obra de dieciocho libros escrita por Marsilio Ficino. Ficino la elaboró entre 1469 y 1474, y fue publicada en 1482. Se considera una de las obras maestras de la filosofía de Ficino.

La obra se centra en presentar un argumento racional para la inmortalidad del alma humana. Ficino sitúa al alma en una posición intermedia entre Dios y los seres angélicos por un lado, y las cualidades y los cuerpos por el otro. Consideraba que el platonismo era compatible con el cristianismo, a diferencia del aristotelismo, que había predominado filosóficamente desde el siglo XIII.

La obra de Ficino también buscaba competir con la antigua Teología Platónica de Proclo, que estaba disponible para los eruditos occidentales gracias a las traducciones del dominico flamenco Guillermo de Moerbeke en el siglo XIII. Ficino veía a Proclo como un platonista no cristiano, derivado de la teología platónica de Dionisio el Areopagita. Ficino pretendía ofrecer una filosofía platonista similar, pero que confirmara la creencia cristiana.

Amor platónico

Notablemente, Ficino acuñó el término ''amor platónico'' el cual aparece en su carta a Alamanno Donnati en 1476. Sin embargo, se volvió aún más popular el término en las cartas que enviaba a Giovanni Cavalcanti. Éste último vivió durante muchos años con Ficino en su villa, y Marsilio dedicó su ensayo De amore (1484) a Cavalcanti, quien le había instado a componerlo. Ficino dirigió muchas cartas a su Giovanni amico mio perfettisimo ("Giovanni, mi amigo más perfecto"). Pero Ficino añade: este amor es espiritual, no de algo en específico, sino que más bien abraza un amor por la totalidad de las cosas. 

En consecuencia, Ficino une el concepto de amor de Platón con el amor cristiano que en realidad es el verdadero amor. Lo que realmente se ama no son los cuerpos, sino que a Dios que está en todos nuestros cuerpos. 

Magia

Curiosamente, Marsilio Ficino fue atraído por el concepto de magia. Para Ficino existían dos tipos de magia:

Magia natural: la culminación de la filosofía de la naturaleza. Por ejemplo, el modo en que el agricultor cosecha guiándose por los astros o como el doctor trata de buscar el modo de fortalecer nuestra naturaleza.

Por otro lado, Ficino nos dice que la magia también está en los objetos naturales como las piedras o las plantas, pues estas también tienen un efecto sanador

Magia demoníaca: la ayuda que recibe el hombre de parte de los demonios. 

Por lo tanto, para Ficino existiría una interrelación entre lo divino y lo terrenal que es llevada por los ''espíritus'' o demonios. Es así que esto también se vincula con el concepto de astrología. Por lo tanto, Ficino insiste en conexión entre lo terrenal y lo espiritual.

Por cierto que nada esto lo veía como contrario al cristianismo, en efecto, Jesús también había sido un sanador.

Teología

Uno de los que se vio muy influenciado por las teorías de Ficino fue Giordano Bruno. Bruno expande las ideas de Marsilio Ficino, quien, al igual que San Agustín, distingue tres niveles de existencia: el material, el divino y el espiritual. Según esta visión, el espíritu sirve como puente entre el alma y el cuerpo. En el ámbito del espíritu, se generan ideas y percepciones que configuran la sensibilidad del individuo. El alma interactúa con el mundo material a través de imágenes creadas por el espíritu, mientras que el cuerpo se conecta con la inteligencia a través de fantasías reflejadas. 

Bruno, al igual que Ficino, considera que el espíritu no es exclusivo de los humanos, sino una entidad autónoma, un universo en sí mismo. En la teología de Ficino, se diferencia entre "imaginación", que da forma a nuestras percepciones, y "fantasía", que evalúa esas percepciones. La fantasía se enfoca en lo particular, transformando lo universal en específico, mientras que el intelecto abarca lo universal. La habilidad del mago para influir en el mundo radica en su comprensión de la conexión entre todas las cosas, utilizando el lenguaje corporal y los sentidos para canalizar percepciones a través de la imaginación y la fantasía, y elevarse hacia el intelecto.

Prisca Teología y filosofía perenne

En el siglo IV, el obispo neoplatónico Agustín de Hipona sostenía que el cristianismo era la revelación explícita de los antiguos misterios, celebrados desde los inicios de la humanidad. Según Agustín, la religión cristiana ya existía en forma implícita antes de la llegada de Cristo.

El término "prisca theologia" (teología antigua) aparece explícitamente por primera vez en los escritos de Marsilio Ficino en el siglo XV. Ficino y Pico della Mirandola centraron sus esfuerzos en la reforma de la Iglesia católica mediante la búsqueda de esta antigua teología, que consideraban reflejada en diversas disciplinas esotéricas a lo largo de los siglos: neoplatonismo, hermetismo, pitagorismo, qabbalah hebrea, Oráculos caldaicos, y otras tradiciones sapienciales, todas vinculadas a la figura de Zoroastro a través de la traditio simbolizada por la adoración de los Magos a Jesús (Mt.2, 10-11).

Para Ficino, todas estas formas de religiosidad compartían el propósito de elevar el alma más allá de los engaños sensoriales y la superstición hacia el espíritu. Por lo tanto, existía una sola "prisca theologia" que, como depositaria de verdades eternas y trascendentes, era válida en todas las épocas. Contraria a los movimientos ateos y materialistas, así como a la credulidad y la ignorancia de la sociedad cristiana de su tiempo, Ficino la llamaba también «pia filosofía» para subrayar la conexión entre religión y filosofía.

El concepto de prisca theologia es también afín al de filosofía perenne, por lo que a veces se utilizan de manera casi intercambiable. Sin embargo, una de las diferencias más marcadas es que la prisca theologia se entiende como existente en forma pura solo en épocas muy antiguas, habiendo sufrido un proceso de declinación y dilución a lo largo de los tiempos modernos y las diversas disciplinas en las que ha pasado. Ficino y Pico consideraban que las formas y fenómenos religiosos más antiguos eran más puros, al estar más cerca de la forma religiosa original dada por Dios, mientras que las formas y fenómenos más modernos eran menos puros debido a los accidentes de la historia. Por otro lado, la teoría de la filosofía perenne no hace esta distinción, sino que afirma que la "verdadera religión" se manifiesta periódicamente en diferentes lugares, tiempos y formas.


Conclusión

Ficino muere en el año 1499 dejando un fuerte legado platónico que seguirán sus discípulos como Giovanni Pico della Mirandola, quien continuaría la misma filosofía platónica, además de dar continuidad también a la astrología y al concepto de magia. Esto le valió a Ficino ser condenado por la Iglesia Católica, pero de todos modos sería considerado en la historia de la filosofía como un gran neoplatónico. 

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