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jueves, 12 de noviembre de 2020

Erasmo de Róterdam - El Manual del Caballero Cristiano (1503)

Durante una estancia en Tournehem, un castillo cerca de Saint-Omer en el norte de la Francia actual, Erasmo se encontró con un soldado incivilizado pero amistoso que era un conocido de Battus, el amigo íntimo de Erasmo. A petición de la piadosa esposa del soldado, que se sintió menospreciada por el comportamiento de su marido, Battus le pidió a Erasmo que escribiera un texto que convenciera al soldado de la necesidad de enmendarse, lo cual hizo. El trabajo resultante fue finalmente redactado por Erasmo y ampliado al Enchiridion militis Christiani. El Enchiridion es un llamado a los cristianos a actuar de acuerdo con la fe cristiana en lugar de simplemente realizar los ritos necesarios. Se convirtió en una de las obras más influyentes de Erasmo.


EL MANUAL DEL CABALLERO CRISTIANO

Las armas que debe utilizar un cristiano

Erasmo, en un tono conciliador, no pretende inducir a la violencia. Las armas de un cristiano deben ser siempre las de un hombre que reza y conoce, es decir, la oración y el conocimiento deben ser las principales armas de un hombre cristiano.

La piedad no es una cuestión de compasión, sino que más bien de honrar a Dios y adorarlo, ya que es Cristo quien ordenó de alguna manera ser piadosos. 


Los puntos de sabiduría

Un hombre verdaderamente cristiano debe conocerse a sí mismo y es más, debe luchar contra sí mismo. Pero ese conocimiento, no debe ser el conocimiento terrenal, sino que más bien el conocimiento divino. Si bien los filósofos han podido ejercer el conocimiento de este mundo, no podrán ser salvos si no conocen a Cristo. En efecto esto puede ser así al principio en un hombre, pues la razón es el rey del hombre. 


Las tres partes del hombre

El hombre tiene al menos tres partes a saber:

  1. Alma: aquella parte que es tanto sublime como material, es decir, puede estar más cerca de Dios o del cuerpo. 
  2. Espíritu: es la parte que más se asemeja a Dios. Es aquí donde grabó la ley eterna de la honestidad, donde es también posible la injerencia del Espíritu Santo. 
  3. Carne: la parte más vil de nosotros donde está el pecado original a través de la ley del pecado. 

Por lo tanto, el espíritu es la parte más sagrada del hombre y en consecuencia debe darse a este más que a las otras partes. 

Contra el mal de la ignorancia

En este apartado presentamos las reglas generales del Caballero Cristiano. 

  1. Juzgar bien el espíritu de las escrituras
  2. Entrar en el camino de la salvación con jovialidad y valentía
  3. Luchas contra tres enemigos: la carne, el demonio y el mundo
  4. Todo debe ser amado a causa de Cristo
  5. Ser piadoso
  6. Ser ejemplo de virtud y conocimiento
  7. Fijarse en aquellas cosas invisibles (inteligibles)
  8. Debe vivir con la tentación y rechazarla
  9. Estar siempre alerta
  10. Buscar las respuestas a las tentaciones en las Sagradas Escrituras
  11. Tener confort y espíritu
  12. Que las tentaciones sean la renovación del santo propósito
  13. Después de una batalla siempre hay que mirar otra
  14. Diariamente hay que quitar cosas malas y añadir cosas buenas
  15. Demostrar lo que se va a superar
  16. La caída debe dar más animo para continuar
  17. Los afectos deben dejarse de lado
  18. Considerar la inmundicia del pecado y la dignidad del hombre
  19. Se debe tener la beneficencia de Dios y rechazar la malicia del diablo
  20. Se debe ser virtuoso, porque la virtud tiene como recompensa el cielo
  21. Considerar que nuestra vida es transitoria
  22. Hay que temer lo males extremos

Estas son las reglas específicas para ser un caballero cristiano. Recordemos que este texto fue hecho por Erasmo de Róterdam, luego de que encontrara un soldado el cual no era muy culto y de hecho lo calificaba como ''incivilizado'', y con la inspiración de este hecho, escribiría este manual. 

Conclusión

Un libro importante que dará paso a su próxima obra que sería ''La educación del príncipe cristiano'' una obra muy similar a la de Nicolás Maquiavelo ''El Principe''. Por supuesto, este libro no habla de aquellos caballeros cruzados ni mucho menos, sino que más bien habla de los buenos cristianos, aquellos consecuentes con la religión aunque también algo apartados de la religión católica. 

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