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martes, 9 de junio de 2020

Nicolás de Cusa - Concordancia Católica (De Concordantia Catholica) (1434)

Cruzados aceptando la orden


Siendo una obra de los más extensa, De Concordantia Catholica representa un esfuerzo enorme de parte de nuestro filósofo por unir las ideas del Imperio con la Iglesia Católica. Una concordancia fuerte que a veces pareciera difícil de unir por las visiones tan opuestas. La importancia de este texto no solo fue propia de su tiempo, sino que hoy también tiene sus problemas; las discusiones entre Estado e Iglesia aún dejan entrever algunas dudas y discrepancia en nuestro mundo contemporáneo.

(1) Advertencia: hacemos la salvedad de que este texto solo tiene disponible el libro II y III

Referencias:

(1) Es posible que esta sea la primera idea de un tribunal electoral
(2) Sin embargo, algunos estudios etimológicos dicen que esta palabra no pertenecía a los reyes, sino que a los caudillos. 


De Concordantia Catholica


Libro II: Toda la legislación está basada en la ley natural


En efecto, toda la legislación está basada en la ley natural, si esta no lo estuviera, entonces esta no sería una legislación válida. Como la ley natural está en la razón humana, es de esperar que esta ley natural se encuentra de manera innata en el hombre. 

Por esto, los hombres más sabios e inteligentes son los que debe gobernar por sobre aquellos que no lo son; naturalmente, esta es una ley natural. Si los más sabios e inteligentes son los que gobiernan, entonces son ellos los que producirán leyes justas. 

Por lo tanto, son los señores y los gobernadores los que pueden mandar a otros, no mediante la violencia o la coercitividad, sino que más bien por leyes justas. Por cierto, las leyes son un acuerdo entre partes, no es una disposición arbitraria en contra de la voluntad de otros. Este acuerdo general reside en que los gobernados aceptan ser como tales por el rey. La sociedad humana entera acepta ser gobernada por el rey naturalmente. 

Jueces generales

Teniendo esto como antecedente, es necesario que se realice una elección de aquel gobernador. Así el gobernador se erige como el juez de aquellos que lo eligieron, pero también deben elegirse jueces generales sobre quienes eligen al gobernador(1)

Estos jueces generales también podrán realizar apelaciones, ya que estos no fueron elegidos por un grupo en particular. En cambio, si solo fueran elegidos por un partido, entonces la decisión que tomara ese partido sería irrevocable. Por lo tanto, se hace necesario la presencia de jueces generales. En efecto, la decisión de estos jueces sería la mejor porque son estudiosos de la ley, un buen juez hace un buen juicio. 

Los cánones tienen su raíz en la ley natural y el príncipe no tiene poder sobre ellas. Pero si esto es así ¿cómo podemos decir que el juez sí tiene poder sobre ellas? el juez podría decidir que su dictamen está basado en la ley natural ¿pero cómo sabríamos que justamente está basado en aquella ley? porque la ley natural es racional y no es contraria a las costumbres del propio país

Por lo demás, como una ley es una cuerdo y por lo tanto, un cánon también lo sería, podemos concluir que la elección o la promulgación de una ley debe realizarse conforme a una decisión de un grupo de personas, y no de una sola persona. 

Libro III: Prefacio

Las leyes naturales tienen antecedentes desde los tiempos de los filósofos más antiguos. En efecto, las leyes naturales preceden a todas las consideraciones humanas, por ejemplo, protegerse de lo dañino, proteger su cuerpo, proteger a los suyos, adquirir aquello que es necesario, etc. 

Bajo este respecto, Nicolás de Cusa adhiere a la idea de Aristóteles de que el ser humano es un ser gregario, es decir, un ser social que se familiariza y se desenvuelve en una sociedad para hacer el bien. De no encontrar su lugar en la sociedad, entonces ese hombre no podrá lograr una unión que lo salve. Es por eso que se construyen las ciudades; para preservar esa unidad bajo las leyes de orden público. En efecto, como el hombre es una animal político, entonces el hombre está naturalmente inclinado a la civilización.

Estas leyes deben tener ciertas condiciones:

  1. Deben ser establecidas en un reino donde el mejor hombre gobierne
  2. Deben ser observadas por los gobernadores
  3. El príncipe o el rey debe ser prudente con aquellas cosas que la ley no ha dictado

Todo debe ir dirigido hacia el bien común, de lo contrario el gobierno se convierte en intemperante por acudir a los extremos. En otras palabras, cuando se aboca por un fin particular. 

Libro III (continuación): los electores

Nicolás de Cusa se pregunta ¿quién le dio el poder de gobernante al emperador en el Imperio Romano? nadie más que la ley natural. El Concilio de Toledo sostenido en el año 584 d. C., establecía que cuando un rey moría, los nobles de la nación junto con los sacerdotes tenían que aprobar su sucesión por medio de la asamblea del reino. De lo contrario, quien fuera en contra de esta asamblea sería condenado a la excomulgación y a la anatema entre otras maldiciones. 

El término ''basileos'' era aplicado a todos los reyes griegos ya que ellos eran la ''base'' que sostenía un acuerdo unificado entre los ciudadanos(2). El término ''tirano'' viene del griego ''tyranni'' venía del término ''reges'', sin embargo, en latín provenía de ''tyro'' que significaba ''fuerza''.

Se debe señalar que tanto los reyes como los hombres son regidos por leyes naturales o divinas, no hay excepción. El gobernantes debe actuar como el padre de cada individuo y comportarse como las leyes naturales lo indican. Por lo tanto, las elecciones de un gobernador o rey deben darse no solo por un concilio, sino que con el consentimiento de toda la provincia que lo elija. 

Libro III: El rey o el príncipe presentan estatutos y leyes generales

En suma, se entiende que el rey o príncipe debe establecer las leyes por acuerdo. Todos los asuntos que se traten a la hora de legislar tienen que ser conducidos por dos Estados; el de los nobles y el de los clérigos. 

El rey debe presidir los concilios, mientras que el príncipe debe asistirlo en el mismo. Los consejeros en estos concilios deben proteger el interés de la comunidad que los eligió, así como también deben dar sugerencias al rey. Estos consejeros serán elegidos por la misma asamblea de la provincia. 

Libro III: El Concilio Imperial

El emperador es la cabeza de todo y comanda con un poder imperial. Sin embargo, de todas maneras el emperador necesita un grupo de expertos que lo asesore, estos se reunirán en un grupo llamado: la sagrada convención. Esta convención está compuesta de:

  1. Ilustres: cercanos al emperador
  2. Exspectatibles: conocedores de rango superior
  3. Clarissimi: conocedores de rango inferior
En una relación superior a la antes mostrada tenemos la siguiente lista:

  1. Emperadores y Patricios
  2. Duques, Gobernadores y prefectos
  3. Marqueses y Terratenientes

En ese sentido, todos los reyes deben someterse a la ley natural y a crear leyes que estén inspiradas en ellas, además de que deben ser creadas por consenso.

Conclusión

Estas partes que hemos expuesto anteriormente son las únicas que nos han llegado traducidas de Nicolás de Cusa. El libro original es muchísimo más largo, pero ya esta parte demuestra la convicción política que tenía el filósofo. Se ve que, aunque es uno de los mejores cristianos, también considera su mirada humanista al dar como mecanismo la elección. En efecto, el rey no solo manda por una voluntad de las leyes naturales, sino que también por consenso de aquellos que gobierna. 


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