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viernes, 8 de diciembre de 2017

Al-Ghazali - Resurgimiento de las ciencias religiosas (Libro VIII: Recitación del Corán)

El Corán es el libro sagrado del Islam el cual contiene la palabra de Dios que fue expresada a través de su profeta: Muhammad, más conocido como Mahoma. Tenemos primero la Torá junto con el Tanaj que sería el libro sagrado de los judíos, luego tenemos el Nuevo Testamento que pertenece a los cristianos y finalmente tenemos el Corán que pertenece al Islam. Sin embargo, el Corán no es indiferente de las enseñanzas de los libros del judaísmo y del cristianismo; al contrario, las contiene y las considera. Veamos qué cosas deben ser tomadas en cuenta en relación con el Corán.

Referencias:

(1) Esta es la misma idea que tiene San Agustín de Hipona, pero sobre el bautizo. 

Resurgimiento de las ciencias religiosas


LIBRO VIII: RECITACIÓN DEL CORÁN


El Corán, como hemos dicho en la introducción, es un libro que se añadiría a las Sagradas Escrituras para contar la vida de Mahoma. Todo está contado desde una revelación que Dios hizo a Mahoma y quedó plasmado en el relato de Corán. 

Sección I: Excelencia del Corán

El mismo profeta dice que lo mejor del Corán es aprenderlo y enseñarlo a los demás. Cuando un hombre lee el Corán, en palabras de Al-Ghazali, un ángel lo besa en la frente. 

La lectura del Corán significa que el hombre está comprendiendo qué es el bien y qué es el mal. Desde ese momento no tendrá justificaciones para cometer el mal porque ya lo conoce absolutamente(1)

Sección II: Reglas externas para la recitación del Corán


La recitación debe hacerse antes y después de hacer el salat, y además con todo el cuerpo purificado por el agua. El hombre debe haber tenido muy en cuenta la higiene.

Cada recitación del Corán se haga afuera o se haga dentro de la mezquita, parado o sentado tiene su recompensa. Debe ser recitado tanto en el día como en la noche, no se debe recitar rápido y se debe hacer una vez al mes. Cuando se dice que no se debe leer rápido, es que justamente se debe leer lento para tener tiempo en reflexionar; cada lectura debe ser de importancia reflexiva para el lector y no una mera información.

Sección III: Reglas internas para la recitación del Corán

Debemos considerar que las palabras del Corán no son palabras humanas sino divinas. Aquel que lee el Corán debe entender todos los atributos de Dios los cuales son perfectos y magnánimos, pues nada que no sea perfecto es bueno. 

Todas las ambiciones y deseos pasionales deben estar fuera de la mente de un musulmán cuando recita el Corán. En todo caso, la lectura ya ejerce influencia en la mente desde un principio, pero esta debe ser constante. 

Sección IV: Interpretación del Corán

El Corán no debe ser interpretado a través de la opinión del hombre, debe ser interpretado a través de las palabras del profeta que son la verdad en sí misma. De alguna manera, la interpretación privada está prohibida en el Islam, pues la ley debe ser clara y no relativa a los creyentes. 

Conclusión

Interesante ver cómo el Corán enfatiza la objetividad de las escrituras para evitar justamente lo que pasó con el cristianismo: una interpretación muy variopinta de sus propias escrituras. Sin embargo, qué difícil es no poder interpretar todo bajo la perspectiva subjetiva. La única ayuda para alcanzar la objetividad en el Corán serían las palabras y los dichos de Mahoma, y de los profetas. No obstante ¿cómo saber que ellos no lo interpretan a su manera? porque fue la palabra directa de Dios quien guió a Mahoma

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