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domingo, 18 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VIII: Teología natural y filosofía) (413).

Las discusiones más interesantes e inquietantes las han traído los filósofos a lo largo de la historia del mundo. Pero siempre el tema de conversación más esperado es ese aquél que confronta las miradas de los hombres más ilustrados, en cuanto a la existencia de Dios y su creación en el universo. Esto ya se discutía en los tiempos de San Agustín de Hipona, e incluso hasta nuestros tiempos seguimos teniendo discusiones de este tipo, que incluso han llegado a los golpes. Demos paso a otra de las cosas que se dijo en la teología de Marco Terencio Varrón sobre la teología natural y la visión de los filósofos sobre aquella. 

Referencias:

(1) Se deja ver aquí que San Agustín al parecer no se considera filósofo. 
(2) Si quiere verse más sobre los presocráticos véase ''Los presocráticos'' que es el apunte de este blog. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VIII: TEOLOGÍA NATURAL Y FILOSOFÍA

Doctrina de los filósofos


Una cosa es discutir con los paganos sobre la existencia de los dioses, pero una muy distinta es discutir con los filósofos acerca de las divinidades(1). El mismo Agustín acepta la dificultad que esto conlleva, pero la tratará del modo más apropiado posible. De hecho, San Agustín reconoce que los mismos filósofos de Grecia y Roma estuvieron más cerca de la verdad que el mismísimo Varrón. 

Los presocráticos(2)

En este período existían dos escuelas filosóficas principales: la itálica y la jónica. Cada uno de estos filósofos decían que las cosas provenían ya sea de los elementos de la tierra (agua, fuego, tierra o aire) o de cosas más abstractas (unión, infinitud, amistad, etc.)

Realmente, estos hombres nunca hablaron sobre un dios que podía manejarlo todo, pues antes hablaron de la naturaleza de las cosas (lo cual nos lleva a preguntar fácilmente ¿quién hizo estas cosas?). Por lo tanto, hasta estos filósofos no hemos visto ningún rastro de dioses o algo parecido (Según San Agustín).

Sócrates

Sócrates sí estaba mucho más cerca de la concepción cristiana de Dios, pues asumía que existía una inteligencia más allá de las cosas materiales. Recordemos que todo (o la gran mayoría de las cosas) que sabemos de Sócrates las sabemos por su discípulo más destacado que era el mismo Platón.

Platón

Platón ya decía que la pluralidad de las cosas pertenecía al mundo de las cosas sensibles, mientras que la unidad representa el orden y lo más sagrado que tiene el ser humano. La idea del bien es algo singular y no cambiante como podría establecerlo la pluralidad. 

Descripción del platonismo

Monoteísmo

Ninguno de los precedentes a Platón e incluso los que le vinieron después como Epicuro, Zenón, Cicerón y otros pueden contradecir la concepción perfecta que Platón tenía de Dios. Es la más clara y la más lógica entre todas, pues un Dios no puede ser comparado con las cosas sensibles a nuestros estímulos. De ahí que diga San Agustín:

''Cedan todos estos hombres que vinculaban a Dios con las cosas materiales, ante el platonismo''

Ya lo decía Platón en sus textos que el alma es mejor que el cuerpo, así como las cosas inteligibles son mejores que las sensibles. 

Racionalidad

No sólo lso platónicos avasallan a los demás filósofos por medio de la teología, sino que también por medio de la racionalidad, pues todos los demás pusieron importancia en el cuerpo y en la materialidad, desestimando las cosas inteligibles. De hecho, es ridículo (de acuerdo a San Agustín) decir que la cosa por la cual entendemos las cosas materiales (la razón), está por debajo de ésta última.

Moral

Platón decía que todas las cosas buenas nos venían del alma. Ahí están todas las cosas inteligibles y por lo tanto también está el sentido de la virtud la cual nos sirve para ser felices. 

Sin embargo, ¿acaso sólo el alma nos basta para ser felices? No, dice San Agustín, pues más allá de nuestra alma está Dios quien fue el creador de esta, por lo tanto, aquí veríamos la primera crítica de Agustín al platonismo: la dependencia del hombre a Dios. 

Finalmente, Agustín pone al platonismo como la doctrina más cercana al cristianismo. 

Platonismo y cristianismo

San Agustín dice que no es necesario estudiar a los grandes filósofos griegos o romanos para obtener la sabiduría y la felicidad. Bastará para el hombre ser cristianos si quiere ser sabio y feliz, pues como dice la biblia:

''Cuidado con que haya alguno que os capture con ese sistema de vida, vana ilusión tradicional de la Humanidad, basado en lo elemental del mundo'' 

(Colosenses 2:8)

No hay ningún problema en que un cristiano no conozca las leyes de la física, o no conozca la terminología moral de la filosofía pues Dios va mucho más allá de todos esos conceptos. Agustín instala aquí la innecesariedad del conocimiento de la filosofía, porque si los hombres y la sabiduría son creados por Dios entonces no será necesario enfocarse en la creación, sino más bien en el creador. 

Platón cristianizado

Muchos se escandalizan por la unión de las doctrinas de Platón con el cristianismo, pero la verdad es que Platón nunca conoció a Cristo. Se decía que en su viaje a Egipto había conocido a Jeremías, pero eso es imposible ya que Platón nació 100 años después del profeta. 

Es posible que Platón pudiera haber aprendido los escritos de las S.E. porque en ese momento, Ptolomeo, rey de Egipto, se comprometería a traducir las S.E. al griego. Esto lo deduce Agustín porque el Génesis tiene una cierta similitud con el Timeo de Platón. 

Génesis:

''En el principio, Dios creó el cielo y la tierra''
(Génesis 1:1)


''El mundo estaba hecho de tierra y fuego''
(Timeo)

No obstante tenía Platón estas creencias, en la vida normal se comportaba distinto. Una de las cosas que podríamos llamar contradicción, es que si Platón decía que dios era uno sólo ¿por qué entonces hacía sacrificios a varios dioses? La respuesta tal vez es más simple de lo que parece, pues Platón debía seguir las leyes. 

Racionalismo en Platón

Para Agustín, la teoría platónica de las almas nos revela tres categorías:

Dios
Demonios
Hombres

Por supuesto Dios es más poderoso que los hombres y los demonios, pero los demonios son más grandes que los hombres. Podría pensarse, en todo caso, siguiendo este orden de prioridad que los demonios aventajan a los hombres, pero Agustín dice que esto no es así. 

De hecho, si esto fuera así, entonces tendríamos que decir que muchos animales son mejores que los hombres por su agudeza, fuerza e ingenio, lo cual es ridículo. Recordemos que los demonios son aquellas criaturas que están llenas de vicios y que aman los vicios por su naturaleza, en cambio, el hombre que tiene la voluntad de ser bueno, cuando lo es es superior a los demonios. 

Dios, los demonios y los hombres

Los demonios de Apuleyo

Para describir cómo son los demonios, un filósofos neoplatónico nos viene a facilitar el trabajo. Su nombre es Apuleyo. Este filósofos escribió incansablemente sobre filosofía y otros temas; su obra más conocida es ''El demonio de Sócrates'' donde explica los tipos de demonios que existen y su descripción. 

Los demonios son como los animales y muchas veces se parecen a los hombres cuando están en sus peores momentos. Podríamos decir que los demonios, al ser más cercanos a los dioses son superiores a nosotros y en efecto, ellos son tan inmortales como los dioses. Sin embargo, estos no son felices porque si bien viven eternamente, también son miserables eternamente. Aquí vemos otra diferencia entre demonios y hombres, pues los hombres pueden ser felices para siempre si se lo proponen. 

Puede surgir otra duda razonable en cuanto a la comunicación que tiene Dios con los hombres ¿tendrán los demonios más oportunidad de hablar con Dios en comparación a los hombres? Por supuesto que no, pero Dios no habla con los hombres que tienen al demonio por su lado. 

Los demonios y dioses de Hermes Trismegisto

Por otro lado tenemos a Hermes Trismegisto quien decía que los unos dioses eran hechos por un dios superior y los otros dioses eran hechos por los hombres. Es así que Hermes acepta el equívoco de su pueblo al haber construído el politeísmo (de la religión egipcia).

Hermes sitúa la creación de dioses por parte del hombre como una acción destructiva. Además, Hermes predice que este será un problema en los años sucesivos en otras partes del mundo, aunque en parte se equivocaba (de acuerdo a San Agustín) por el apogeo posterior del cristianismo.

Estando de acuerdo con la sentencia de Hermes, San Agustín cita un pasaje del libro de Jeremías:


''¿Podrá un hombre crear dioses? si lo hace no serán dioses''
(Jeremías 16:20) 

Una vez muertos estos dioses se les recordará como criaturas creadas por los hombres debido a cierta necesidad (o necedad), pero la verdad está dicha con el cristianismo. 

Conclusión

San Agustín establece aún más la separación del paganismo con el monoteísmo cristiano. Por otro lado, también une las ideas platónicas, aunque debemos decir que Agustín no acepta en totalidad las ideas de Platón, porque el bien del hombre no se da por sí mismo, sino que por medio de Dios. El hombre no es independiente de Dios sino todo lo contrario, por eso que más allá de él mismo está Dios quien lo guiará por la senda. 

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