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viernes, 12 de mayo de 2017

San Agustín de Hipona - La Trinidad (Libro IX: Razón en la Santísima Trinidad) (399).

La Santísima Trinidad no es sólo un concepto metafórico y abstracto que se puede entender sólo a través del amor; la Santísima Trinidad también puede llevarse al entendimiento y la razón y es así como lo explica San Agustín de Hipona en el siguiente libro a analizar. Ya habíamos visto en el libro anterior algunas virtudes conectadas con la Trinidad y ahora resta ver los conceptos que representan el saber y la mente humana. Veamos lo que nos trae ahora el doctor de la Gracia. 




LA TRINIDAD

LIBRO IX: RAZÓN EN LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Conceptos para la Trinidad

El amor

Cuando se ama a alguien se necesitan identificar tres cosas:

El amor
Quien ama
y quien es amado

Amarse a sí mismo reúne las tres cosas que hablamos aquí, pues uno es el objeto amado, el amor que necesito para amar y yo que soy el que ama. Ahora amar a otro también es amarse a sí mismo, pues me sentiré bien con esa persona al amar y por supuesto hay amor pues con esto es con que amo. 

Por otro lado, hay otro concepto tan importante como el amor para lograr amarse y ese es el conocimiento, es decir, necesitamos conocer lo que vamos a amar. 

La mente y el amor

La mente debe amarse a sí misma para ser unidad entre el amor, la cosa que ama (a sí mismo) y ella misma (la mente). Estas tres cosas son unidad y dicen relación la una con la otra, pues cuando la mente se conoce y ama a sí misma no hay nada con qué comparar. 

Ahora, ¿qué pasa en el caso de que la mente ame a otra cosa que no sea ella misma? a la mente no le quedaría otra cosa que amar que un cuerpo, pero ahí ya no habría unidad pues el cuerpo es infinitamente menor a la mente. Cuando la mente se ama existe una especie de totalidad y unidad porque su conocimiento es total. 

Otro tema es cuando es el hombre el que debe amar porque si se ama a sí mismo, está amando a algo cambiante y pecador. San Agustín nos dice que la idea es que el hombre siempre ame a lo que es superior a su cuerpo, y si hay algo aún más superior entonces que ame a Dios.  Por otro lado, también tenemos dos medios por los cuales conocer; uno es por los sentidos y otro es por el Verbo. Este último es el que nos hace conocer las cosas inteligibles del mundo, en contraste a los sentidos. De ahí que se diga en la biblia:


''Por tus palabras serás justificado, por tus palabras serás condenado''
(Mateo 12:37)

Entendemos esto de que se puede ser justificado por la palabra a través del Verbo, y condenado a través de las palabras que nos ayudan a decir los sentidos. De ahí que se haga otra separación entre Verbo y sentidos, pues lo que estimulan los sentidos es una cosa temporal y mudable.

''El que bebiere de esta agua tendrá sed de nuevo''
(Juan 4:13)

Por supuesto, es una exhortación a guiarse por las cosas más divinas y más cerca del cielo que de la tierra.  

El Verbo

¿Será que todo lo que sale de nuestra boca es el Verbo? El Verbo es todo lo que sale de la mente y de la memoria del ser humano, pero esto no significa que todo lo que diga el hombre es santo. Así dice la biblia:

''No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos''
(Mateo 7:21) 

En fin, el Verbo representará todo lo inteligible, tal y como lo diría Platón separando las dos realidades existentes. El Verbo será válido sólo si el hombre sigue los preceptos divinos dados por el Señor. 

Conclusión

Vemos aquí la justificación racional de la S.T. por parte de San Agustín para probar que en todos los aspectos es posible imaginarse la Trinidad. Si bien la explicación trinitaria es racional, Agustín no deja de poner énfasis en el ámbito bíblico, pues no debe perder de vista la defensa al cristianismo contra quienes no consideraron unir a las tres ''entidades''. Si bien aquí hemos visto el concepto de razón y amor, falta conversar aún más sobre el concepto de amor de manera independiente, y es justo a eso lo que nos invita el siguiente libro. 

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