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sábado, 25 de junio de 2016

Marco Tulio Cicerón - De optimo genere oratorium (Del óptimo genero los oradores) (52 a.C.).

Ya hemos leído a Marco Tulio Cicerón hablando sobre lo importante que es la oratoria; sin embargo, ahora vemos un texto donde la opinión de Cicerón no es intervenida por los grandes oradores, sino que solamente por su subjetividad. Este es un tratado corto pero importantísimo en la historia de la oratoria, pues las contribuciones que hasta ahora se han hecho han servido para los más principiantes oradores. Veamos qué opina uno de los mejores oradores de la antigüedad. 

Referencias:

(1) Ático se refiere a la ciudad de Ática ubicada en la periferia al sur de Grecia.

Marco Tulio Cicerón
De optimo genere oratorium


Oradores y poetas

El orador nos dice que en la antigüedad se decía que habían tantos oradores como poetas. Sin embargo, la poesía tiene algunas divisiones como por ejemplo: 

  • Tragedia
  • Comedia
  • Épica (epopeya)
  • Lírica
  • Ditirámbica


En la tragedia cualquier cosa cómica es un defecto, mientras que en la comedia cualquier cosa trágica está fuera de lugar. Lo mismo pasará en los otros tipos de poesías. 

Esto, sin embargo, no ocurre en la oratoria, pues no tiene la misma división. ¿Por qué? simplemente porque se busca al mejor de los oradores y no al mejor de cada especie. En todo caso, el trabajo del orador es más integral que el del poeta porque éste (el orador) debe enseñar, deleitar y convencer. 

Formas de oratoria

Está más que claro que el orador debe ser una persona que hable natural y correctamente, debido a que esta es la única forma para que funcionen las metáforas. Se debe ser moderado en el uso de metáforas y guardar las correctas proporciones de las distintas diferencias que pueden surgir. Por lo demás, es imprescindible hacer buen uso de términos extranjeros y ser modesto en ellos. 

  • Si queremos enseñar, debemos ser perspicaces en las palabras.
  • Si queremos dar placer, debemos musicalizar las palabras. 
  • Si queremos excitar los sentimientos, debemos dignificar las palabras.

Todo esto debe estar en perfecta armonía y suavidad si queremos ser los mejores oradores. No podemos hablar de oradores de distintas categorías, sino más bien decir quien es mejor o peor. 

Oradores del Ático(1)

Las características mencionadas anteriormente son reunidas por uno de los mejores oradores de la antigüedad: Demóstenes. Los oradores áticos en general siempre cumplieron con estas condiciones en la opinión de Cicerón. Si hay un modelo a seguir para tener una buena oratoria, este sería Demóstenes con todas sus obras. 

En resumen, hablar de buenos oradores sería hablar ''aticamente'', pues Demóstenes es el mejor de los oradores. 

Podría pensarse que Tucídides también podría haber sido un candidato para ser buen orador, sin embargo, no reúne las condiciones, de enseñar o de deleitar; solo se preocupó de convencer. 

Conclusión

Otra de las apreciaciones más evidentes hacia los griegos. Cicerón no puede escapar de quienes han sido sus maestros intelectuales, pues ¿quién podría ignorar a los grandes pensadores griegos? En todo caso, creo que no hay nada más aparte de elogiar a los oradores áticos, para que podamos formarnos una figura del orador. Este no es el único libro que tenemos donde se habla de la oratori, aún nos queda uno dedicado al más grande orador: Brutus. 

Marco Tulio Cicerón - Pro Plancio (En defensa de Cneo Plancio) (54 a.C.).

Acusado de soborno en una elección de ediles, Marco Tulio Cicerón nos deleite con otro loable discurso en defensa de Cneo Plancio. Marco Juvencio Laterense, un político que pretendía ser edil se postuló al cargo al mismo tiempo que Plancio. Al perder, Laterense no aguantó que Plancio estuviera de edil y lo acusó de soborno. A esta acusación se uniría L. Casio, quien fuera amigo de Cicerón quien a su vez decidió defender a Plancio. Teniendo esto en cuenta, el caso puede volverse muy difícil para el orador puesto que tiene a dos amigos poderosos y resentidos con su defensa, que en cierto modo lo tomarán como una traición. 

Pro Plancio
(En defensa de Cneo Plancio)


Problemas al empezar

Es un caso difícil, pues los acusadores de Plancio y Plancio mismo son amigos de Cicerón. Sea como termine el juicio Cicerón se verá en problemas en los dos bandos. 

Defensa

Cicerón nos dice que en las elecciones el pueblo no elige siempre llevado por la razón. ¿Qué quiere decir esto? quiere decir que el verdadero culpable de que Laterense no salga como edil es el pueblo, y no Plancio. 

Pareciera ser que a vista de Laterense, el pueblo romano se equivocó; sin embargo, la labor del pueblo sólo es juzgar quien sale ganador por medio del sufragio. Que esté mal o esté bien, es una cuestión individual.

Por otro lado, Plancio se ha ganado los votos de las personas, pues siempre estuvo con la gente incluso en los momentos más difíciles de la República. Lo que quiere decir el orador, es que Laterense fue vencido, más que por sobornos, fue vencido por el cariño y afecto de la gente. 

Familia de Plancio

Si bien Laterense fue superior que Plancio en cuanto a su estirpe y familia, Plancio lo superó en cuanto al afecto. Plancio siempre fue muy querido por su padre, su madre y sus tíos, y ,seguramente, ese afecto de sus padres lo transmite a los ciudadanos que votaron por él. 

Por qué de la elección

Se dice que Plancio no era un ciudadano muy instruido en las artes o ciencias; no obstante, el pueblo no elige a sus representantes por lo que saben, sino por la virtud que tienen y demuestran. 


Conclusión

Esta es otra de las exitosas defensas de Cicerón, pues plancio fue absuelto y Laterense tuvo que admitir la superioridad de su contrincante. Es tajante y muy apresurada, creo yo, la aseveración de Cicerón al decir que los ciudadanos eligen a sus candidatos por su virtud que por sus conocimientos. Yo creo que más apropiado sería decir que el pueblo ''debiera'' elegir a sus candidatos por esas condiciones. Además, creo que ambas son igual de importantes, sin la virtud el magistrado será un déspota o un mentiroso; y sin conocimientos no podrá ejecutar eficazmente sus acciones.

domingo, 19 de junio de 2016

Marco Tulio Cicerón - Partitionibus Oratorie (Particiones oratorias) (54 a.C.).

Aquí nos encontramos con otro ''manual'' de oratoria perfecto para su hijo menor Marcus. Digo que está perfecto para su hijo, pues también está escrito en diálogo (donde por cierto él mismo participa) porque entre un tratado y un diálogo, la forma más agradable de leer un manual es de esta forma. De esta forma, es obvio que Marco Tulio Cicerón prefiere la oratoria proveniente de la Academia, más que del Liceo u otros lugares educativos. En este libro veremos la típica conversación padre e hijo, pero a un nivel filosófico oratorio más allá de toda enseñanza.

Definición:

(1) Peroración: conclusión
(2) Lugar: Tópico, fuente de los argumentos. 

Referencias:

(1) Cuando habla de la oración se refiere a ensayo, actualmente la oración tiene sujeto, verbo y predicado. 
(2) Cuando se refiere a cosa, también se refiere a ''caso''. 
(3) Técnica muy usada por Cicerón en la mayoría de sus causas. 




Partitionibus Oratorie
Particiones oratorias


Cicerón y Marcus

Este es un diálogo socrático entre padre e hijo donde el hijo pregunta y el padre responde. Marcus está interesado en la oratoria y en las partes que tiene a lo que Cicerón corresponde con su hijo y comienza a contarle. 

Partes de la oratoria

Los dos comienzan hablando sobre las partes de la retórica las cuales se dividen en tres. 

  1. Facultad del orador
  2. Doctrina 
  3. Cuestión

Luego su hijo le pregunta cuántas son las partes de la oración(1)(que corresponde a la doctrina), a lo que Cicerón responde que son cuatro. 


  1. Exordio
  2. Narración
  3. Argumentación
  4. Peroración(1)

Finalmente tenemos la cuestión que se divide en dos partes:

  1. Infinita (llamada consulta)
  2. Finita (llamada causa)

Estas serían las 3 partes de la retórica dividida a su vez con sus subunidades. 

Invención

Esta parte que en realidad corresponde a la facultad del orador consiste en encontrar pruebas que apoyen la veracidad de lo que se defiende, y convencer a su audiencia. 

A su hijo le viene inmediatamente la pregunta ¿cómo convencer a la audiencia? a lo que Cicerón le responde que se debe tomar los argumentos desde los ''lugares''(2) adecuados. Los argumentos se dividen en dos

Argumentos intrínsecos: que surgen de la causa misma.
Argumentos extrínsecos: que surgen fuera de la causa (por ejemplo, el testimonio). 

Los testimonios se dividen en dos:

Divinos: oráculos, auspicios o vaticinios
Humanos: autoridad, palabras tácitas o expresas, juramentos, etc.

Estos conceptos solo competen a lo que llamamos ''invención'' dentro de la retórica. 

Colocación

Es el fin y propósito de la causa, que además se encuentra en la facultad del orador. Por otro lado, las causas están relacionadas con los tipos de retórica que existen, es decir:


  1. Judicial (forense)
  2. Deliberativa (política)
  3. Demostrativa (epidíctico)


Si son tres tipos de causas, entonces se deduce que hay tres géneros de audiencia, los jueces (judicial), los ciudadanos (deliberativa) y ciudadanos con conocimiento del pasado (demostrativa). 

Colocación en cada género

En el género demostrativo, la colocación debe tener en cuenta el pasado, el tiempo y la comparación de los períodos pasados con los actuales.  

El género deliberativo tiene la particularidad de tener un exordio corto que incluso puede suprimirse. No debe narrarse mucho, aunque la narración debe ser de cosas pasadas o presentes. 

Finalmente, en el género judicial quien expone lo hace con vehemencia así como si tuviera el arma en la mano. Su propósito es designar al juez. 


Elocución

La elocución tiene dos géneros: espontáneo y artificioso. Uno se trata de las palabras y el otro de la composición.

Palabras simples: quiere decir el modo de utilizar cada palabra, ya que estas pueden ser largas o breves. La manera de utilizarlas es haciendo uso de la metáfor, la metonimia y la hipérbole.

Palabras compuestas: quiere decir que toma las palabras en su conjunto. Evalúa su concordancia y la armonía que tiene el discurso. Normalmente se evalúa su claridad, brevedad, probabilidad, viveza y suavidad.

La oración (discurso o ensayo) también puede ser convertida o mudada. Estas dos palabras dan origen a una nueva que es conmutación; es decir, dilatación (cuando se añaden palabras) o brevedad (cuando se acortan) del discurso. 


Partes de la oración

Ya habíamos visto en las partes de la oratoria que hay un orden que seguir:

Exordio

Este puede comenzar desde las personas o de las cosas. El exordio tiene tres objetivos que dependen de lo que se quiere obtener. 

Ser escuchado amistosamente: cuando se habla sobre uno mismo y sus propios méritos.

Ser escuchado atentamente: cuando se habla de los contrincantes.

Ser escuchado y entendido: cuando se habla de las cosas en sí mismas, ya sea definiendolas o dividiéndolas. Los asuntos deben ser grandes y necesarios.

Narración

Es la exposición de los hechos y es la base de la argumentación, que a su vez tiene tres preceptos: Intrínseco (necesario), Extrínseco y Ornato. 

Esto tres conceptos no se deben tomar por separado, pues siempre es imprescindible que la narración sea necesaria, pero también debe tener cierto ornato. 

Argumentación

Esta parte del discurso está dividida en confirmación (probar nuestra causa) y refutación (destruir la argumentación del adversario). 

La argumentación comienza postulando tres ideas principales sobre el caso:


  • Conjetura (si la cosa(2) existe): consiste en toda verosimilitud de la existencia de una cosa. Para que una cosa sea inverosímil se necesita que posea una característica verdadera o que generalmente sea verdad; por ejemplo, ''el humo indica fuego''.
    En las personas buscamos verosimilitud en su salud, figura, edad y sexo.
  • Definición (qué es la cosa): consiste en dos géneros, uno de propiedad común y otra de propiedad específica. Luego estos se deben definir por su semejanza, su igualdad o su diferencia. Finalmente viene la descripción y la explicación de la cosa. 
  • Razón (cómo es la cosa): las razones tienen que ver con defender, atribuir a la venganza, a la piedad, a la honestidad, a la religiosidad, al amor a la patria, a la necesidad.

Junto con esto, la argumentación debe ser llevada a través de la convicción, o a través del movimiento de los afectos. La diferencia entre estos dos es que el primero propone lo que va a probar y luego lo confirm, mientras que en el segundo se confirma y luego se presenta lo que se va a probar.

Epílogo (o peroración)

Esta dividido en dos conceptos fundamentales:

  • Amplificación: una afirmación grave que mueve los ánimos y da crédito al orador. Esta parte está muy relacionada con la confirmación que hablábamos en la argumentación. Una forma de amplificar será describir cómo pasa un defendido de ser dichoso a desdichado(3)
  • Enumeración: consiste en hacer recordar a la audiencia las fechas y las cosas que pasaron en un evento particular. Esto ocurre cuando el orador no confía en la memoria de su propia audiencia. 

Esto es todo en cuanto a las partes de la oración (o doctrina). 


Cuestiones

Las cuestiones tienen dos géneros; uno definido llamado causa y otro indefinido llamado proposición o consulta. No hace falta explicar la definida, pues en ella siempre está la indefinida por lo que se empezará a desarrollar la proposición. 

Proposición

También se divide en otros dos géneros: conocimiento centrado en la ciencia y acción centrado en la práctica. Por ejemplo, en el conocimiento, decir la ciencia es conocimiento; mientras que en la acción se dice el ''cómo'' de las cosas. 

La proposición de conocimiento se puede preguntar diciendo si existe la causa o cosa, mientras que por otro lado se puede preguntar su posibilidad.

La acción tiene que ver con lo preceptivo, es decir, que debe ser obligatorio. Por ejemplo, cómo han de ser venerados los padres.

Causas

Las causas también se dividen en dos géneros: una esa la exornación (o alabanza) y la otra que se vuelve a dividir en otras dos categorías: deliberativa y judicial

Exornación

Se debe alabar todo lo que proviene de la virtud y despreciar todo lo que viene del vicio. Es obvio que de la virtud proviene el bien y del vicio el mal, ahora, cada uno de ellos tiene tres especies: Cuerpo, Alma y Extrínsecos (basados en el linaje). 

Deliberación 

Tiene que ver con todo lo referente a la persuasión y la disuasión. Se debe considerar lo que debe hacerse o lo que se hace, lo necesario y lo que debería ser necesario. 

Quien persuade propone lo siguiente: ''Si puede hacerse y es útil hacerlo, hágase''; mientras que quien disuade propone lo siguiente: ''Si no es útil, que no se haga''. En otras palabras, quien persuade trata de convencer a alguien de algo; por otro lado, quien disuade trata de quitar la convicción para que no se haga algo. 

Utilidad

Es todo lo que tiene que ver con la facilidad y la posibilidad, que además se infieren de la misma causa. A su vez, las causas se dividen en dos géneros: completas e incompletas.

Judicial

Su base fundamental es la equidad. Como lo habíamos visto en el diálogo de Sobre el orador, el conocimiento del derecho civil es necesario para entender el término de justicia y con él, el de equidad.

El estado y conflicto que sucede en un juicio contra el adversario se funda en la conjetura (negación del hecho), la segunda en la definición o palabra (el hecho no debe llamarse como el adversario lo llama) y la tercera en la controversia (se defienda lo justo y lo bueno). 


Efectos de las causas

Los efectos de las causas son aquellos que están inherentes a ella, como la sospecha, las pruebas (evidencias) y los indicios. 

Ejemplos

Los testigos siempre deben ser de confianza y que relaten las cosas tan claras como el hecho mismo. De ser oscuros y confusos se desestimarán todos sus testimonios.  

Aquí resumimos un poco lo dicho por Cicerón



Conclusión

Un manual completo sobre las partes de la oración, aunque también un resumen de cómo debe llevarse a cabo un juicio. Las definiciones dadas aquí por Cicerón cambiarán a través del tiempo y otros hombres las tomarán para estructurarlas de otra forma. Está más que claro que las argumentaciones que rescata Cicerón son similares, (sino las mismas) que Aristóteles utilizaba en la retórica; por ejemplo, cuando se habla de los tres géneros de la retórica. En todo caso, esto no termina acá. Cicerón se extenderá en el concepto de la oratoria en dos o tres libros más. 

viernes, 10 de junio de 2016

Marco Tulio Cicerón - De oratore ad Quintum fratrem libri tres (Sobre el orador, tres libros para el hermano Quinto) (Libro III) (55 a.C.).

Al finalizar el diálogo que sostenían los personajes del Libro II, una tragedia ocurre, pues Lucio Craso fallece a los pocos días de terminar el diálogo. Marco Tulio Cicerón le da a su hermano Quinto las últimas palabras lúcidas y que el gran orador plasma aquí en su tercer libro sobre el orador. Este es un diálogo donde Antonio no contribuye mucho, pero sí contribuye su colega Craso, quien en el Libro II no estuvo muy participativo teniendo una actitud más bien pasiva. Veamos la tercera parte sobre el orador de Marco Tulio Cicerón.

Referencias:

(1) En latín, y en ese tiempo, las palabras en desuso serían ''prole'', ''posteridad'', ''nominar''.
(2) Todo esto se ve en el libro Poética

De oratore
Ad Quintum fratrem libri tres




LIBRO III
La muerte de Lucio Craso

Con mucho pesar, Cicerón le cuenta a su hermano que Lucio Craso ha muerto días después de terminar el diálogo anterior. Afortunadamente, Cicerón nos deja las palabras más lúcidas de Craso en este tercer libro sobre el orador. 

El gran orador nos cuenta que si alguna vez Craso se mostró lúcido e imbatible en diálogos, pues que sea este el dichoso diálogo. Sin embargo, el Estado romano y la república en general empezó a caer en decadencia. Cicerón asegura que los dioses no le dieron muerte, sino más bien se la regalaron para no ver mal a su república.  

En medio de una arboleda, Craso y sus dialogantes entran en lo que será el nuevo diálogo. 


Lucio Craso y el ornato en el discurso

El ornato es el elemento deleitoso en el discurso que nos hace querer escucharlo mucho. Dicho deleite es diferente con cada discurso y parece difícil distinguir cuál es el placer que nos llega a través de él. 

Es de suponer que si el discurso es de un sólo género, dos discursos del mismo género debieran tener los mismos resultados placenteros, pero sabemos que no es así; pues, son muy distintos Esquilo, Sófocles y Eurípides: los tres nos provocan cosas distintas a pesar que son del mismo género (tragedia). 

Esto se explica porque el estilo de cada orador es distinto, tanto como Marco Antonio es diferente de Lucio Craso. El ornato dependerá totalmente del estilo del orador y no del género en sí. 

Corrección en el lenguaje

Obviamente, no se puede enseñar a ser un buen orador a quien no saber leer, pues lo primero que debe hacer un orador es leer a sus antiguos. 

Por lo demás, tendrá que tener profundo conocimiento de los distintos casos gramaticales del latín. Más importante aún es la entonación del discurso, pues hasta el hombre menos culto podrá vencer a otro en un discurso (en cuanto al ornato) si tiene una voz distinguida. La buena exposición, la cantidad de expresiones y de pensamientos luminosos harán que el orador sea ovacionado por su audiencia. 

Uno de los más grandes oradores en ese sentido del ornato fue Sócrates, sin embargo, fue él mismo quien separó el ornato (si se entiende por apariencia) de la ciencia, pues la ciencia es algo esencial. Luego tenemos a otros filósofos que aportaron en el mundo de la oratoria como Aristóteles. A este le siguieron los cínicos y finalmente lo que se conoció en la república romana (de ese tiempo) como estoicos. 

Filosofías adecuadas para el orador

La filosofía estoica no podría estar de acuerdo con los oradores, pues la opinión de los estoicos, con respecto a la vida, a la retórica y diversos temas, nunca es la misma; es decir, jamás están de acuerdo con la opinión de la gente. 

En fin, la filosofía apropiada será la griega en conjunto y no por separado, mientras que la técnica y el arte del orador se deberá a los propios oradores romanos. 


Lucio Craso y los modos de conocimiento

De acuerdo con Craso hay tres tipos de conocimiento: conjetura, definición y consecuencia. Entremos a definir brevemente cada una de ellas

Conjetura: lo que busca que hay en la cosa.
  • Por ejemplo: ¿Se da la naturaleza en la especie humana?
Esta a su vez se divide en cuatro clases: Consistencia (en qué consiste cada cosa), origen (comienzo de las cosas), causa y razón (el porqué de las cosas) y el cambio (si la virtud desaparece y torna en vicio). 


Definición: expone cuál es la naturaleza de cada cosa.
  • Por ejemplo: ¿Qué es la sabiduría?
En este concepto puede abrirse un espacio a preguntarse cosas específicas; por ejemplo, si un hombre no muy docto merece la sabiduría. 

Consecuencia: lo que sigue de cada cosa.
  • Por ejemplo: ¿Puede un hombre de bien mentir alguna vez?
Aquí hay dos tipos de cuestiones: 

Las sencillas: donde se encuentra lo que debe buscarse y evitarse , lo justo o lo injusto, lo honroso y lo deshonroso (por ejemplo, si los cargos públicos son deseables). 


Las comparativas: donde se encuentran dos términos que pueden ser iguales o distintos (tirano / autócrata). 

Todos estos tipos de conocimientos son un deber del orador saberlos para no caer en contradicción  ni tampoco en inconsistencias. 

Craso y las palabras apropiadas

Cátulo queda impresionado y elogió a Craso diciendo que incluso es mejor que los sofistas y Sócrates de la antigua Grecia. Ningún romano ha podido superar a los griegos en términos de oratoria, pero Craso si tiene un estilo particular y diferente a ellos. 

Craso trata de reconciliar estas dos posturas entre los griegos y los romanos, ya que en verdad han habido oradores como Pericles, Alcibíades quienes no siendo oradores de profesión, sí lo son a los ojos de los más expertos oradores. 

Arcaísmos y neologismos

Algo que puede lucir perfectamente el discurso son los arcaísmos los cuales son términos que ya están en desuso(1). Por otro lado, tenemos los neologismos que son en realidad la combinación de dos palabras: por ejemplo, ''descorazonar'' o ''tontilocas''. La frecuencia de uso entre los dos debe ser mayor en los neologismos que en los arcaísmos. 

Metáforas

La metáfora es uno de los adornos más brillantes del discurso y consiste en reducir una gran comparación a una sola palabra. También puede utilizarse el símil en dicha metáfora y resultará mucho más adornado. Por ejemplo, el dardo se ''escapó'' de las manos. 

Las metáforas traen al lenguaje un nuevo ornamento, pero que a la vez reemplazan las palabras usadas en el lenguaje oficial. Pareciera ser, nos dice Craso, que cuando se usan palabras de otro idioma el discurso se embellece aún más que si fueran con las del lenguaje oficial. 

Ritmo

Algunos oradores no han puesto verdadera atención al ritmo y lo toman como algo sin importancia. Sin embargo, es esto lo que realmente diferencia a un orador de otro, aunque no solo el ritmo sino que también la entonación de las palabra.  

Ya Aristóteles nos hablaba de que las conversaciones están plasmadas de ritmo como los yambos, los dáctilos o el espondeo(2).

Figuras de pensamiento y dicción

Si hay una diferencia entre la dicción y el pensamiento es que cuando hay una palabra mal escrita (o hablada), la dicción puede corregirla y el error desaparecer, mientras que en el pensamiento la palabra queda ya sea mal o bien escrita (o hablada). Es importante que el pensamiento no influya demasiado en la dicción.

Ejecución del discurso

La ejecución tiene que ver con todo el movimiento delcuerpo junto con la actitud del orador frente a su audiencia, lleva consigo también los gestos que tenga. 

El gesto más importante es el de la cara, ahí se centran todas las miradas del público cuando el orador comienza a hablar. En palabras de Craso, el gesto es el reflejo del alma y el lenguaje del cuerpo. 


Conclusión

Esta síntesis pudo ser la última que Lucio Craso realizó en vida. Considerado por Cicerón como uno de los mejores oradores, Craso nos deja un ''manual del buen orador'' plasmado de referencias griegas y latinas (tardías). Si bien no se aleja de la mirada aristotélica de la retórica, tampoco se queda con ella pues ya hay algunos términos abordados de manera muy distinta a Aristóteles, e incluso a su maestro Platón. Quedará para la posteridad el legado de Craso en este libro de Cicerón para toda la república e imperio romano. 

sábado, 4 de junio de 2016

Marco Tulio Cicerón - De oratore ad Quintum fratrem libri tres (Sobre el orador, tres libros para el hermano Quinto) (Libro II) (55 a.C.).

Seguimos con la segunda parte del diálogo ciceroniano. En el libro anterior quedamos con la opinión de Antonio la cual significaba que el orador debía ser alguien práctico y no tan teórico, como lo proponía Craso. Esta vez, la mayor parte del diálogo se la lleva Antonio, pero no por un arrebato o algo parecido, sino más bien por la permisividad del orador Craso que incluso nos dice ''Estoy feliz de que seas tú el que hable y no yo''. Veamos otro de los diálogos donde Marco Tulio Cicerón no es el protagonista absoluto.

Referencias:

(1) Así como lo dice el mismo Aristóteles en Retórica
(2) Causas judiciales.
(3) Lo que en retórica se conoce como ''commendatio''.
(4) Para ver más en detalle a lo que se refiere Marco Antonio, véase Tópicos.
(5) Una técnica que siempre se ve en los diálogos de Cicerón.
(6) En la Poética de Aristóteles, la comedia es algo que se desprende de lo feo o de la más baja expresión moral. 

De oratore
Ad Quintum fratrem libri tres



LIBRO II
Continuación de la conversación con su hermano Quinto


Cicerón continúa hablándole a su hermanos sobre el diálogo que está relatando, pero también aprovecha de decirle otras cosas que tenían que ver con la familia. Luego de esto, Ciceró se propone continuar con la discusión que aprecia debatirse entre Craso y Antonio. 


Visitantes inesperados

Al día siguiente de la discusión del libro I, dos visitas a cargo de los rumores de Escévola se dirigieron donde estaba Craso y Antonio. Craso estaba un tanto nervioso, pero aún así invito a los dos comensales a disfrutar del debate originado el día anterior. 

Estos dos visitantes eran Lutacio Cátulo, cónsul romano de esa época, y César Estrabón, candidato a cónsul en el año 87.

Marco Antonio y la elocuencia

Antonio nos insiste en que el orador más que teoría tiene práctica, pues el orador no tiene ni siquiera una técnica, sino más bien opiniones. 

Elogio a la oratoria

Marco Antonio se expresa de forma muy distinta a la oratoria y la retórica que en el libro I, definía de forma más técnica. Cátulo le pregunta por qué habla con tanta armonía sobre la oratoria, a lo que Antonio responde que la situación lo ameritaba así, pues debía refutar las teorías de Craso. 

Tipos de elocuencia

Resumiendo y rescatando lo dicho por Craso en el libro anterior, Antonio nos relata qué son para él los tipos de elocuencia que existen: abstracta y concreta.

Elocuencia abstracta: aquella que se desenvuelve en temas generales.  

Elocuencia concreta: aquella que se desenvuelve en temas específicos y bien definidos. 

En este último tipo de elocuencia se encuentran las tres clases de discurso de Aristóteles: epidíctica, demostrativa y forense (judicial). 

Con todo esto, Antonio insiste en que el arte del orador no consiste en mucha teoría, sino más bien en una técnica práctica y concreta ya sea defendiendo, exhortando o consolando. 

Marco Antonio y los deberes del orador

El orador y la historia

Catón comienza diciendo que los modelos a seguir en historia serían justamente los griegos (Tucídides por ejemplo), pero Antonio le advierte que no desestime la labor de los romanos. El mismo Julio César en su campaña en la guerra de las Galias es un ejemplo de una buena oratoria e historia. 

¿Para qué le sirve la historia al orador? Pues, el discurso debe tener una cronología que sólo la historia puede perfeccionar. El estudio del pasado, como la historia lo es, puede darnos la técnica y la estrategia para establecer un orden básico a un discurso. 

Técnica retórica

Ya sabemos de parte de Aristóteles el contenido de la retórica forense en su primer libro de retórica. Antonio, antes de continuar con la retórica forense, explica que el conocimiento del orador necesariamente debe tener un límite; es decir, no puede pretender ser hábil en todas las ciencias. Sólo puede en algunas. 

Por lo demás, una de las habilidades claves del orador es dirigir la simpatía al odio y el odio a la simpatía(1). De este modo, el orador cumple su objetivo fundamental que es manejar el ''pathos'' de su audiencia.

Elementos del discurso

Para entender un poco los componentes primeros del discurso, tenemos tres partes: inicio, desarrollo y conclusión.

Inicio: Captar la atención y recepción de la audiencia. 
Desarrollo: Contar un relato verosímil. 
Conclusión: Rematar con una digresión

Ciertamente no está muy alejado a lo dicho por Aristóteles, con la diferencia de que la verosimilitud sí pertenece al discurso y no a la narración como los antiguos griegos afirmaban.  


Marco Antonio y las cualidades del orador

Antes de describir las cualidades del orador, Antonio establece primeramente el modelo a seguir del orador. 

El aprendizaje para ser un orador no debe ser una cosa rápida y expedita, sino más bien dura y lenta; sobre todo en los menores. Luego, es fundamental conocer muy bien a la figura que se pretende seguir como modelo. Las cosas más fáciles de seguir con las posturas y los gestos, después puede comenzar por imitar exactamente el discurso de aquél orador. 

Oradores griegos y romanos

Antonio reconoce que no hay muchos oradores romanos de lso que seguirse, pues estos no han dejado nada escrito más allá del recuerdo auditivo de sus discursos. 

De los que sí se tiene recuerdo, por supuesto, son los griegos porque los dos primero podríamos nombrar a Pericles, Alcibíades, Critias, Terámenes y Lisias. Todos estos siguieron el ejemplo de Pericles; de hecho, sus discursos están muy empapados de su influencia. Finalmente, tenemos al gran Isócrates que difirió un poco del gran Pericles. 

Lo que se debe aprender

Hay ciertas cosas que no se enseñan en la escuela de retórica en Roma: el aprendizaje de las causas(2). Es decir, el orador debería aprender de ellas:

Estado de cuenta
Declaración de testigos
Parentescos directos y por alianza
Pactos
Contratos y estipulaciones
Providencias del pretor
Dictámenes de expertos

Después de conocer esto podemos entrar a fondo en la causa que envuelve al responsable. 

Naturalmente, en las causas que versa una acusación, la defensa consistirá en negar dicha acusación (siendo las más graves las de concusión). Por otro lado, las causas de deliberación siempre tratarán sobre lo que va a pasar. De acuerdo con lo dicho por Marco Antonio, hay tres tipos de controversia: sobre cosas que pasaron, que puede suceder o que sucederán.

Deberes del orador

El primer deber que debe cumplir el orador es dejar el juicio en manos del juez y del público(3). El segundo deber es cambiar la actitud de la audiencia según la disposición que tenga. 

Luego el orador tiene una tarea un tanto complicada llamara la''fase probatoria'' es decir donde se muestran las evidencias. Esta fase no depende del orador, pues los documentos y los tratados hablan por sí solos y el orador no puede modificarlos: es una de las tareas más difíciles de enfrentar. En segundo lugar está la parte donde todo depende del orador; es decir, su audacia y oratoria podrá revertir la situación en dificultad. 


Marco Antonio y los tipos de argumentos

Para empezar a desarrollar los argumentos, primero que todo debemos analizar los tipos de argumentos. Por lo tanto, lo primero es reconocer tres aspectos.

Agudeza
Método
Diligencia

Los tres aspectos dependen de nosotros, la agudeza está por naturaleza mientras que el método es el arte con que ejecutamos el argumento, y finalmente la diligencia que tiene que ver con escuchar y comprender el argumento del adversario y retenerlo en la mente. 

La dialéctica juzga y no busca la verdad

Cátulo interrumpe brevemente a Antonio, diciéndole que lo dicho hasta ahora no difiere en nada con lo dicho por Aristóteles en su Retórica

Sin embargo, Antonio añade aún más algo que no se ha hablado aún: La dialéctica. El mismísimo Diógenes de Babilonia había establecido que la dialéctica era el ejercicio de descubrir lo verdadero y lo falso; no obstante, para Antonio lo que se puede lograr con dicha dialéctica no es la verdad, sino más bien modos de juzgar.  


Tópicos

Entre las grandes obras de Aristóteles, Tópicos es un libro que muestra los tipos de argumentaciones y falacias. Uno de esos tópicos pueden ser los que apelan a la misericordia, a la generalidad, a lo específico, a la semejanza, a la diferencia, lo contrapuesto, a la causa, lo mayor o lo menor y lo igual(4).

Marco Antonio nos dice que los tópicos son muy buenos para diferenciar los tipos de argumento, pero también nos dice que con la práctica y el trabajo podemos razonar y discernir cuáles son estos. 

Ethos y pathos 


De acuerdo con Marco Antonio, lo más importante en el discurso es la impresión que se deja en la audiencia; en otras palabras, hacer que el público cambie la opinión que tenía desde un principio.  

La primera medida para una defensa es engrandecer la vida del defendido. Es decir, hablar bien sobre la vida del individuo bajo buenos antecedentes que haya tenido(5). Este ejercicio tiene una efectividad admirable, pues decir que el defendido ha sido una persona honesta, tranquila y que además ha sido víctima de injusticias logra convencer a los jueces. 

Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es la disposición de los jueces, pues si las conocemos podremos encauzar su ánimo al convencimiento. 

''La palabra tuerce voluntades y reina de todas las cosas''

En la práctica forense, el discurso sobre desórdenes públicos se vuelve un poco más complejo. En este caso, Antonio sitúa su explicación del ethos y el pathos en las distintas situaciones de desórdenes de la república romana. Sobre todo, aquellas situaciones donde la violencia está conforme al derecho. Para defender estas causas siempre es preferible decir que todo lo ocurrido sucedió por un régimen de excepción, y no por voluntad (en el caso del ofendido). 

La envidia y la compasión

La envidia es uno de los sentimientos que más se deben manejar para tener en claro la naturaleza humana. Los seres humanos siempre sienten envidia tanto a sus iguales como a sus superiores. Obviamente, la dirección para defender a un individuo será decir que tal persona es superior porque todo lo consiguió con esfuerzo, mientras que para acusar se dirá que todo se ha conseguido por corrupción. 

Luego tenemos la compasión la cual debe defenderse diciendo que el defendido sufre de escasez en todos los sentidos, que en definitiva ha sido víctima de la desgracia humana. 

El tono del orador

Se debe saber muy bien que el tono de voz es importantísimo para el orador. Para cualquier tipo de discurso, la entrada de este debe ser pausada mientras que la salida debe ser prolongada. Para los argumentos de convencimiento se debe usar un tono de vehemencia, siempre y cuando las disposiciones sean las correctas; si la audiencia tiene ira, será mejor usar un tono de voz dulce. 


César Estrabón y el buen humor

El mismo Marco Antonio le da el pase a César Estrabón para hablar sobre el humor en la oratoria, pues Antonio también considera que es trascendente hablar este tema. 

Estrabón nos cuenta que gracias a muchos de los estudiosos griegos podemos diferenciar dos clases de humor:

Cavillatio: tener gracia (humor largo)
Dicacitas: ser agudo (humor breve)

En realidad, tener buen humor no tiene una técnica precisa. Estrabón nos dice que armar una frase ingeniosa no tiene mucha dificultad en el discurso. 

Complemento de Marco Antonio

Si bien no hay una técnica para tener gracia (como Antonio acuerda sin miramientos), puede servir en ciertos casos para exasperar al adversario, o al contrario para poner paños fríos a un asunto del defendido. 

Lo risible

Luego de dicha intervención de Marco Antonio, Craso decide colaborar también en el ámbito del humor y para empezar plantean 5 cuestiones básicas para el humor

  1. ¿En qué consiste el humor?

    a) ¿Qué es la risa?
    b) ¿Cómo se provoca?
    c) ¿Dónde radica?
    d) ¿Cómo se provoca?
  2. ¿Dónde toma lugar?
  3. ¿Es propio del orador provocar risa?
  4. Si es así ¿hasta qué punto?
  5. Tipos de gracias

Respuesta a la primera pregunta: La risa es algo espontáneo e incontrolable pues se apodera del hombre, incluso tomando sus pulmones. 

Respuesta a la segunda pregunta: El lugar para la risa se desprende de lo feo y lo deforme(6). En este punto, la risa hace de algo desagradable algo no desagradable. 

Respuesta a la tercera pregunta: Sí, es propio del orador provocar risa, sobre todo para mitigar la tensión, o (como dijo Marco Antonio), para aminorar los asuntos en defensa. 

Respuesta a la cuarta pregunta: Se debe tener mucho cuidado, pues el orador no debe parecer un payaso o un cómico; por lo demás la audiencia puede ofenderse por algún chiste de mal gusto. 

Respuesta a la quinta pregunta: Existen dos tipos de gracia:una basada en la situación; desarrollada en el marco de una anécdota o una imitación, y otra en la palabra(que se basa simplemente en un juego de palabras).

Ejemplo de humor con palabras:  

Avanza un testigo bajito. Y Filipo pregunta: 

"¿Permiso para interrogarle?" 

Entonces el presidente del tribunal: 

"Con tal de que sea breve". 

Entonces Filipo: 

"No tendrá que llamarme la atención: interrogaré por lo bajito"

Nuevamente, es importante que el orador no quede como bufón; así como dice el diálogo. 


''Pues en efecto, lo adecuado del momento, la moderación

y templanza en la mordacidad misma, y lo espaciado

de sus gracias distinguirá al orador del bufón''.

En efecto, el humor sirve para sacar provecho de una situación y no solamente para hacer reír (que es la labor del bufón).

Ambigüedad en el humor

Lo ambiguo sucede en el humor agudo y no en el situacional. No da lugar a muchas risas y sin embargo es un humor a considerar. En realidad, la ambigüedad provoca más asombro que risa, pues la agudeza requiere de mucha precisión y ''técnica''.

Humor basado en la situación

Este es el tipo de humor que causa más risa, pero que a la vez es el más difícil. La narración del humor tiene que ser algo bien planeado y pensado; un ejemplo de esto son las fábulas que causan humor. Otro ejemplo para mantener el humor por situación es acudir a la ironía, y también fingir que no se sabe sobre un tema determinado. 

Uno de los humores de situación que también da resultado es el que tiene su verdadero mensaje escondido. Por ejemplo, Un siciliano buscaba a su mujer porque ella había cometido adulterio. La mujer se escondió subiéndose a una higuera y cuando el siciliano la encontró le dijo ''dame unos esquejes de ese árbol para plantarlos''. 

Por último, el humor que se basa en lo que no puede ser también es muy efectivo en la audiencia. Por ejemplo, Marco se encontraba descansando en el campo y dijo ''Me gustaría que trabajar fuera esto.

Marco Antonio y la persuasión


Luego de que César terminara de hablar sobre el humor, Antonio seguirá hablando de las cosas que el orador debe saber. Una de ellas, la persuasión.

Más que un método general, Antonio nos va diciendo qué hace él cuando trata de persuadir. Primero, se debe afirmar del argumento más favorable y más útil, mientras que con los más débiles e inútiles hay que alejarse. Segundo, no responder a argumentaciones difíciles o capciosas, pero no con la actitud de escape o huida, sino más bien con la actitud de tomar una posición frente a un ataque. 


Marco Antonio orden y disposición del discurso

Tres cosas hace el orador frente a su audiencia para hacer la opinión del público a su favor. Primero debe informar, luego conciliar y finalmente influir en sus sentimientos. 

La primera parte del discurso debe ser la más sólida de las partes, pues es la primera impresión frente al público. Sin embargo, no se debe ser violento ni belicoso al comienzo del discurso, sino más bien se debe deleitar al público; éste no quiere violencia, quiere deleite. Además, en palabras de Antonio, lo más vistoso siempre es la primera parte del discurso, más que la argumentación central. 

Lo que sigue es el preludio el cual debe estar fuertemente conectado con lo dicho al principio. 

Luego tenemos la argumentación donde se deben exponer los preceptos, aunque estos no deben ser largos, sino más bien breves. Sin embargo, en la narración se debe contar como sucedieron las cosas sin omitir nada, y esto hace que pueda extenderse. 

Género deliberativo y demostrativo

Por supuesto, ningún discurso está exento de los géneros demostrativos y deliberativos. En estos, para que exista la persuasión, siempre se debe recurrir al deber moral de los seres humanos. 

Con lo que hay que tener mucho cuidado son con los cambios de humor del público. Estos pueden deberse a un fallo en el discurso, o con arrogancia y sordidez, fuertes rumores o excitación de las masas por el miedo. En esos casos no hay nada mejor que el humor para alivianar la disposición de la audiencia. 


Conclusión

Una notable influencia de los griegos podemos ver en este libro, sobre todo la influencia aristotélica en cuanto a sus libros de retórica y lógica. Por fin vemos palabras como ''tópicos'' (lugares) y argumentaciones lógicas propias de la filosofía griega, sin mencionar a los aportes romanos. Marco Tulio Cicerón fue un admirador de Marco Antonio y de Craso (claro que es Antonio quien realmente se apodera de éste diálogo). Seguimos con la tercera parte de esta introducción antigua a la oratoria ciceroniana.