domingo, 2 de abril de 2017

San Agustín de Hipona - Las confesiones (Libro III: Conversión maniquea) (397).

Todos tenemos un cierto arrepentimiento cuando escogemos ideas equivocadas sobre la vida, y luego no queremos recordar esos vergonzosos momentos. El arrepentimiento es una opción entre los católicos quienes consideran importante la redención del hombre para con sus semejantes y girar su mirada hacia Dios. No es del todo malo, en todo caso, recordar las razones del porqué cometimos lo que cometimos y por qué luego nos arrepentimos de hacerlo. De esto se trata el siguiente libro de las Confesiones: la conversión de San Agustín de Hipona al maniqueísmo. 

Las Confesiones

LIBRO III: CONVERSIÓN MANIQUEA

Llegada a Cartago y los placeres del lugar

Cartago no estaba exenta de lascivia y cosas pecaminosas pues era una ciudad totalmente arrojada a estos placeres. Agustín comenzaba a ver aquí qué cosa debía amar, pero no encontró la respuesta en esta ciudad. Agustín parecía estar cada vez más hastiado del ambiente generalizado del pecado que estaba por medio de todo el imperio. 

También se vio atraído por el teatro. Este mundo de imágenes que mostraba escenas y situaciones aparentes sobre quienes caracterizaban los personajes. Agustín se dio cuenta de la actitud que tiene el espectador en estos eventos, en lso cuales el espectador llora y se alegra dependiendo de la situación (tragedia y comedia). De aquí se extrae el concepto de ''entretener'', pues todo lo que sea emocional nos hace apreciar las acciones y características del otro. 

Por un lado, no se puede tener misericordia ni perdón si no se ha sufrido. Es por eso que la tragedia puede ''entretener'' porque es ahí donde el espectador entiende y reprueba o aprueba la acción de sus protagonistas; queda una reflexión que no podría alcanzarse si el mismo espectador no hubiera pasado por lo mismo. Sin embargo, este hombre que sabe qué es el dolor no lo desea para nadie, más bien prefiere que nadie tenga dolor. 

Los estudios autónomos de Agustín

Muchos compañeros de Agustín estaban vanagloriándose de sus estudios y de todas las cosas que sabían a tan temprana edad. No obstante, para Agustín todos ellos estaban ciegos si no miraban al señor, aunque él también lo estaba.

Pasó el tiempo y Agustín se encontró con la lectura del Hortensio de Marco Tulio Cicerón, un libro del que en esta época no queda registro alguno. Agustín quedó maravillado con la lectura del Hortensio que era una exhortación a la filosofía. Quedó impresionado con la sabiduría y quería hacer de todo para obtenerla. De esta forma, Agustín piensa que por este camino se iba acercando cada vez más a la gracia divina de Dios, ahora, esto no quiere decir que cambiara una cosa por otra, porque el  Hortensio de Cicerón sólo le sirvió como medio para conocer a Dios. Quizás, San Agustín deja las filosofías anteriores a Cristo por las palabras del Apóstol:

''Mirad que nadie os esclavice, mediante la falacia de una filosofía fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo, porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad''
(Colosenses 2:8-9)

Después de leer el libro de Cicerón, San Agustín volcó su mirada hacia la secta maniquea. Las palabras que estos maniqueos pronunciaban sobre el Evangelio eran seductoras para San Agustín; de hecho, podríamos decir  que los maniqueos eran verdaderos cristianos que tenían su propia visión de las S.E. Podríamos decir que San Agustín considera a la filosofía como un camino para llegar a la contemplación divina de Dios.

Los maniqueos estaban hundidos en una ignorancia tal que, a través de ella, San Agustín comenzó a comprender la verdad. Se dio cuenta por primera vez que el mal proviene justamente de la nada y que estamos hecho a imagen y semejanza de Dios, porque Dios es la existencia misma, y si existimos es por él. 

Delitos y pecados

Todos los pescados son hechos por voluntad nuestra y sólo Dios puede librarnos de ellos a través de la confesión. Muchas cosas pueden parecer malas a muchos hombres; por ejemplo, que un hombre se procure muchas cosas para no pasar escasez que, aunque sea muy mal vista dicha opulencia, sólo Dios conoce la verdadera intención de aquel hombre: las apariencias son distintas de las intenciones. 

San Agustín se fue separando cada vez más de la secta maniquea, sobre todo cuando estos condenaban la ingesta de ciertos alimentos; como por ejemplo, la carne. Sí, los maniqueos eran vegetarianos y para San Agustín esto terminó siendo ridículo debido a la importancia que le dan a la materia. 

La Madre de San Agustín como señal de Dios

Nada más se podía tomar como una señal que la madre de San Agustín, Santa Mónica, llorase todos los días por su hijo. Las incontables oraciones de su madre dieron frutos cuando Agustín quiso dar su mirada a las S.E. y ver la verdad y bondad que están en ellas. 

La misma Santa Mónica tuvo que recurrir a la Iglesia para hablar con el obispo de que lo convenciera inmediatamente de sus malas doctrinas sobre los maniqueos; sin embargo, el obispo respondió:

''Déjale. Ruego por él al Señor. Pues él mismo, leyendo sus libros, descubrirá sus errores y su gran impiedad''

No obstante, la obstinación de Agustín era potente. Estaba muy sumergido y convencido que los textos maniqueos decían la verdad, a lo que la madre de Agustín recurrió nuevamente al obispo quien le dijo:

''Vete en paz, mujer; ¡así Dios te dé vida!, que no es posible que perezca el hijo de tantas lágrimas''


Y así fue, pues Agustín interrogó a todos los maniqueos con preguntas incisivas que estos nunca pudieron responder adecuadamente. 

Conclusión

Podemos ver en este texto claramente que San Agustín advierte tres tipos de realidades: Materia - Filosofía - Fe. Arriesgo de hacer una aseveración tal, pero me parece que desde la lectura e interpretación de este texto se pueden ver ciertos tipos de realidad. Realmente, la conversión de Agustín atravesó todos los ambitos de la realidad, porque no sólo cambió sus hábitos y actitudes, sino que también, por completo, su manera de pensar. En todo caso, ese mismo es el efecto de la filosofía; el cambio total de mente para que pueda entenderse el entorno y la verdad de las cosas. 

San Agustín de Hipona - Las confesiones (Libro II: Adolescencia y concupiscencia) (397).

Seguimos ahondando en la vida de San Agustín de Hipona y sus reflexiones sobre la vida y la divinidad. Puede que la adolescencia sea una de las etapas más difíciles no sólo para el niño, sino que también para los adultos que están con él: una etapa de rebeldía y quejas pero no exenta de percepción y filosofía. Puede ser que en este período el hombre se vea obnubilado por las apetencias de la carne y es ahí cuando se aleja de las reflexiones espirituales de la vida. Veamos que nos trae San Agustín en el segundo libro de ''Las Confesiones''. 


Las Confesiones

LIBRO II: Adolescencia y concupiscencia

Recuerdos de la adolescencia y sus apetencias

San Agustín pecó mucho en su adolescencia entregándose a los placeres más bajos que podría encontrarse en la provincia de Tagaste. No debemos olvidar que en el contexto de dicha provincia, la lascivia era algo cotidiano en las noches, sobre todo con los adolescentes que tenían un poco más de dinero. Así lo decía Agustín:

''Se ajó mi hermosura y quedé hecho podredumbre ante tus ojos buscando agradarme a mí y complacer a los ojos de los hombres''

En efecto, Agustín buscaba a través de esos placeres bastarse a sí mismo y bastar a la mirada de los hombres. Una de las cosas más contrarias que aparece en el N.T. 

''Maldito el hombre que pone fe en el hombre''
(Jeremías 17:5)

Nada es más complaciente para el hombre carnal que desear la aprobación de otros hombres. Por supuesto, Agustín experimentó esto aún más cuando fue retor en Roma defendiendo muchos casos, pero a la vez preguntándose si era ético defender a quien sea. 

Amor y lujuria

Amor y lujuria estaban en San Agustín en esa época adolescente, pero ¿dónde estaba Dios para Agustín en ese tiempo? Dios estaba en completo silencio, esperando que el joven Agustín se diera cuenta de las cosas. No obstante, esto no quiere decir que Dios estuviera lejos de Agustín, pero el orgullo y la soberbia del santo no dejaban apreciar exactamente la gracia de Dios; recordemos que la soberbia es el peor de los pecados. 

Una de las cosas que desvió a Agustín de preocuparse tanto de sí mismo fue justamente el nacimiento de su hijo, y la vida que tuvo con su primera esposa; sin embargo, esto no significaba que estuviera consciente de Dios, pues así lo dicen las escrituras:

''El que está sin mujer piensa en las cosas de Dios y en cómo le ha de agradar; pero el que está ligado con el matrimonio piensa en las cosas del mundo y en cómo ha de agradar a la mujer''
(1 Colosenses 7:32-33)

Agustín tenía 16 años de edad y ya estaba casado. De acuerdo con el relato de Agustín, éste dice que los adultos nunca se preocuparon de este acontecimiento, ya que lo único que querían de él era que aprendiera a leer y escribir, y a persuadir a otros con la palabra (cita textual).

En esta parte de las confesiones se ve una exhortación de San Agustín a cumplir con una vida abstemia y casta. ¿Por qué? esto puede parecer una teoría que proviene de Plotino, pero la biblia también lo dice así cuando se declara que el hombre debe alejarse de la carne. El hombre que ama a Dios jamás se verá afectado por la tristeza, pero quien pone fe en la carne (sea hombre, mujer o animal) tendrá que estar dispuesto a sufrir, a menos que a ellos los ame por Dios y no por ellos mismos. 

De ahí que el celibato sea la forma más sagrada de adoración a Dios, porque suspende todo acto carnal por una vida totalmente espiritual y casta.  

Sobre los estudios

Como habíamos dicho en la biografía, San Agustín no tenía una opinión totalmente buena de su padre, aunque este se preocupaba mucho de él, pues le costeó los estudios en una ciudad vecina a Tagaste: Madaura. 

San Agustín se queja de su padre en esta parte de las confesiones diciendo que nunca le enseñó el camino hacia el catolicismo. Siempre estuvo preocupado de que fuera mejor en sus discursos, pero San Agustín estaba vacío por dentro. Más tarde, en unos cuantos meses Agustín se vio obligado a dejar la escuela y comenzó a quedarse en casa de sus padres. 

De acuerdo con Agustín, Dios no estaba con su padre (?), pero sí estaba con su madre, a quien Agustín dice ''edificabas un templo en ella para que me llevara por el buen camino''.  

La tentación de las materialidades

La vida como adolescente fue ruin y despreciable. Comenta que un día se robó unas peras no para comérselas, sino que para dársela a los puercos. De aquí Agustín hacía el mal ni siquiera para sacar provecho, sino que para sentir el placer del mal en sí mismo. 

En efecto, la acción de robar tenía un placer único cuando se roban objetos hermosos. Dichos objetos son hermosos, pero además Agustín buscaba la aprobación de sus amigos y demases hombres. No se puede negar el deleite que tienen las cosas sobre el cuerpo, pero el deleite más digno es la verdad de Dios más que cualquier otra cosa. 

Pero ¿qué tiene el mal que nos deleita tanto? ¿qué hace que uno tenga que robar o matar a otro? Nada más ni nada menos que la superioridad frente a otro, o la superioridad interior, es decir, la soberbia. Los ladrones roban porque quieren tener abundancia, pero nada es más abundante que Dios; los asesinos matan por justicia, pero no hay nada mejor que la justicia de Dios. El hombre a través del mal busca un privilegio o algo bueno, lo cual le hace caer en un abismo de mal. 

De alguna forma, el hombre quiere imitar a Dios cuando es soberbio. Cree que puede tener todas las cosas que quiere, y además estar por sobre los demás cuando quiere. En todo caso, esto demuestra aún más el hecho de la existencia de Dios, pues el hombre imita al todopoderoso. 

Conclusión

La concupiscencia adolescente podría ser la peor de las etapas por superar. San Agustín llegó de ser un ladrón a ser un santo, obispo y doctor de la Iglesia Católica, en una época donde no habían recursos para tener una situación siquiera igual a la que existe ahora. No obstante, aunque tenemos todos los medios para tener estudios, un trabajo, una buena familia, el ser humanos sigue estando bajo el dominio de los objetos materiales, dedicándose a ellos, sufriendo por ellos y amándolos como si fueran personas. Sin duda que las confesiones de San Agustín son un testimonio que pervivirá por toda la vida. 

sábado, 1 de abril de 2017

San Agustín de Hipona - Las confesiones (Libro I: Infancia) (397).

Al fin hemos llegado a uno de los libros que hizo famoso al obispo de Hipona: ''Las confesiones''.Ningún libro fue tan emotivo y filosófico al mismo tiempo, pues no sólo veremos aquí reflexiones filosóficas en cuanto a Dios y la vida, sino que también un testimonio de vida y conversión inspirador que trascendió la era cristiana, e incluso la actual por los Papas de la iglesia. Pareciera ser incluso que lo que estoy escribiendo ahora es totalmente innecesario, pues si es así, comencemos inmediatamente con Las Confesiones de San Agustín de Hipona


Las Confesiones

Invocación y alabanza al Señor

El comienzo de este libro trata sobre la inmensidad de Dios en comparación a la pequeñez del hombre. ¿Qué debe hacer un hombre? ¿invocar o alabar a Dios? Sin embargo, antes de hacer alguna de estas dos cosas, se supone que el hombre debe conocer a Dios. Pero ¿es posible que el hombre vea y conozca a Dios? si no puede conocerlo ¿cómo sabe que existe?

Por supuesto, esto es un problema que los traían ya de antaño los antiguos griegos, sobre todo Platón en su texto ''El menón''. donde dice:

''Es inútil que el hombre investigue lo que sabe y es imposible que el hombre investigue lo que no sabe''

Este mito tenía el concepto de ''anamnesis'' del cual deben buscarse los recuerdos para encontrar la verdad. Por supuesto, la frase dicha por Menón es todo lo contrario a la anamnesis, de hecho, Platón considera que la frase es más sofistica que filosófica, pues sólo deja al hombre en un estado de pereza en el cual no investigaría nada.

¿Cuál fue la solución que dio Platón a esta argumentación? que la verdad está en nosotros, y por lo tanto ya sabemos qué tenemos que buscar porque el conocimiento está en nosotros. Agustín ocupará el mismo principio, cambiando el conocimiento por el concepto de Dios. En Platón, para encontrar el conocimiento que está en el interior se necesita recordar, y en el caso de Agustín para encontrar a Dios se necesitará fe.

Dios en un lugar o espacio

Si la invocación puede realizarse a través de la fe ¿cómo es que Dios va hacia el hombre? ¿Acaso Dios cabe en el hombre? ¿Acaso Dios está fuera del hombre para que tenga que ir a él? 

El hombre no tiene como abarcar a Dios de ninguna forma, pero Dios está en todas partes, incluso en el infierno pues así dice:

''Incluso en el infierno estás tú''
(Salmos 139:8)

¿Qué extensión puede tener Dios? si incluso está en el mal debiera ser infinita. En esta parte San Agustín compara la extensión de Dios como un esparcimiento de sí mismo por todas las cosas, así como el Uno que expandía todo su ser dentro de todas las hipóstasis. 

Dios da la vida a todas las cosas que existen y además siempre está en reposo. Puede recibir todas las heridas del hombre sin ser herido, es decir, enojarse sin enojarse, arrepentirse sin arrepentirse. Sin embargo ¿qué necesidad tiene Dios de amar o enojarse dependiendo las actitudes del hombre? ¿para qué necesita que el hombre haga esto o aquello? Es la infinita misericordia de Dios la que puede lograrlo, ya que lo contrario a la misericordia es un defecto. 

Omnipresencia de Dios en todas las cosas

San Agustín dice que cuando era niño era alimentado por su madre quien le daba pecho, pero era Dios quien le daba pecho realmente, porque de todo bien procede Dios y ahí donde las cosas existen, ahí está Dios también. Por supuesto, al ser Agustín un niño no tenía la conciencia para saber quién era Dios, pues el hombre a esa edad aún está amarrado a la carne.

Nadie puede hacerse a sí mismo. Sólo Dios puede hacer a los seres y él, de alguna manera, sería el responsable de la creación de los hombres, sean estos buenos o malos. 

Perdón de los pecados

¿Cómo podemos estar libres de pecado si cuando niños estábamos pecando? Esto ya lo dijo San Agustín en el comentario al libro de los Gálatas donde dice que incluso los gentiles y paganos merecen el perdón aunque pequen en lo más hondo. ¿Por qué? porque el pecado es imperdonable a la hora de ya estar bautizado. En otras palabras, quien peca estando bautizado no tendrá perdón de Dios, porque el bautismo indica que el hombre ya sabe lo que es el bien y no tiene excusas para hacer el mal; en cambio, el hombre que no ha sido bautizado y peca, tendrá el perdón sin ningún problema. 

Por eso es que en este pasaje, Agustín relata algunos arrepentimientos de haber pecado cuando niños, ya porque no tuviera conciencia, ya porque se entregó a sus instintos de niño.

Habilidades que Dios otorga

Agustín nos dice que nadie le enseñó a hablar sino que fue Dios mismo quien le enseñó por medio del entendimiento. Seguimos viendo aquí cierta autonomía intelectual del hombre, por supuesto, con una influencia platónica al punto de decir que el aprendizaje de ciertas habilidades son innatas y no adquiridas

Unas habilidades son mejores que otras, y Agustín condenaba las del juego. En efecto, Agustín dejó los estudios por los juegos de la infancia lo que lo hundieron aún más en una distracción total fuera de las cosas inteligibles. 

Los padres de Agustín

Más allá de todas las cosas que los padres de Agustín hicieron por él, nunca se vieron como los principales artífices, pues siempre Agustín relacionaba todo lo que le pasaba con sus padres a Dios. Su madre, San Mónica, era ya devota de la Iglesia Católica y Agustín, a pesar de tener cierta reticencia a sus creencias, siempre acudía a su madre. ¿Por qué? porque estaba Dios en ella de alguna forma. 

Algunas veces, Agustín se refiere a su madre como ''madre carnal'' lo que significa que Agustín sigue los versículos del Mateo:

''Quien ame a su padre y a su madre más que a mi, no es digno de mi''
(Mateo 10:37)

En efecto, los padres de San Agustín son carnales en vida y serán espirituales una vez que estén en el reino de los cielos. Por eso Jesús exhorta a no amar a los padres, sino que a amarlo a él mucho más que cualquier cosa. 

Dificultad en aprender las cosas relativas a la cultura griega

Para San Agustín nunca fue un agrado estudiar la lengua griega, en cambio si la latina que practicaba sin ningún problema. Sin embargo, ahora grande San Agustín reconoce la importancia de las letras griegas que de antaño no estuvo dispuesto a aprender. Todo ello gracias a Dios quien le permitió entender todo lo relativo a las S.E. y los filósofos griegos y latinos. 

Desprecio a los Dioses romanos

Agustín encontró fútil haber aprendido sobre los dioses paganos que nada de le dejaron en su infancia. No obstante, no hay que olvidar que San Agustín también fue un gran orador, pero su queja va en base a la obligación que tenía de hablar de todos ellos. 

Todo lo aprendían de otros hombres, porque aquellas historias se extraían de los poemas. Nada en comparación a la biblia que fue dictada por Dios para que, a través del testimonio de hombres, los santos pudieran hacer el bien. 

Conclusión

Ya hemos revisado la primera parte de las confesiones de San Agustín. De alguna forma, las cosas aquí dichas las habíamos visto implícitas en los otros textos del obispo. Quizás, las confesiones son el relato de cómo San Agustín fue dando respuestas poco a poco a las cosas de su infancia. En efecto, primero debió haber estudiado las S.E. y debatido mucho para haber creado una obra tal e interpretar todos los momentos de su vida desde una perspectiva tan existencial. Seguimos con la segunda parte de Las confesiones. 

San Agustín de Hipona - Réplica a Fausto, el maniqueo (Libros XXX - XXXII) (397).

Seguimos con la última parte del debate contra Fausto, el maniqueo. Esta parte se tratará sobre todo de la autoridad de las Sagradas Escrituras ¿a qué se refiere con autoridad? efectivamente se refiere a creer con fe en la biblia. Este supuesto se refiere a la conocida sentencia de San Agustín de Hipòna ''Nisi credideritis, non intelligetis'', nada más lógico para fundamentar la fe en las Sagradas Escrituras de la biblia. Por cierto, Fausto tratará de refutar a Agustín para que se contradiga en la interpretación de los distintos pasajes. 

RÉPLICA A FAUSTO, EL MANIQUEO


LIBRO XXXI: INTERPRETACIÓN DEL LIBRO DE TITO

Moisés y los profetas

El debate contra Fausto comienza de la siguiente manera:

''Todo es puro para los puros, más para los impuros y manchados nada es puro; antes bien están mancillados su mente y su conciencia''
(1 Timoteo 1:15)

Esta es una acusación directa a Moisés quien vivía de forma diferente a la señalada por las S.E. En efecto, un pasaje de la vida de San Pedro lo prueb, pues Dios le dice a San Pedro:

Dios: Pedro, mata y come cuanto veas en la bandeja.
Pedro: Señor, no tocaré nada que se profano e impuro.
Dios: No llames impuro a lo que yo he santificado.

(Hechos 10:13)

Esto quiere decir que Moisés debería ser condenado por no haber comido las carnes que él consideraba impuras, pues ninguna creación es impura a los ojos de Dios. ¿Cómo puede encajar el planteamiento de Moisés? De aquí que los maniqueos consideren a Moisés un falso profeta, o si él no lo es, quien escribió sobre él.

La pureza de las cosas

De acuerdo con San Agustín, el discurso de Pedro sobre los alimentos impuros se debe solamente a que todavía, en ese momento, estaba bajo el dominio de la carne. Todos los profetas estuvieron en esa edad en que el ser humano consideraba las cosas por medio del cuerpo y no por el espíritu. 

Al ser así, los rituales de no comer ciertas carnes quedarían obsoletos por la nueva ley que es espiritual y no carnal como lo demostraban las otras leyes antiguas. Lo mismo va para el concepto de ''puro para los puros e impuro para los impuros'', ya que en esa época se debía distinguir entre el bien y el mal de forma carnal.

LIBRO XXXII: MANIQUEOS Y CATÓLICOS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Lectura de los maniqueos


Los católicos dicen que respetan tanto el A.T. como el N.T., basándose en lo dicho por Jesús:

''No vine a abolir la ley antigua, sino que a cumplirla''
(Mateo 5:17)

Si es así, entonces obviamente los católicos tendrán que respetar y aprobar la circuncisión como también la prohibición de ingesta de animales impuros. Obviamente, este razonamiento quiere hacer que los católicos acepten la contradicción entre el A.T y el N.T. 

La materialidad y la aceptación del Antiguo Testamento

La respuesta ya la conocemos pues Agustín la ha repetido hasta el cansancio. Las diferencias entre el N.T. y el A.T. son evidentemente espirituales, y todos esos rituales realizados en el A.T. sólo corresponden a una profecía que el N.T. se encargaría de hacer realidad. 

Conclusión

Justo nos hemos quedado con estos dos últimos libros de la exhortación a rechazar los planteamientos maniqueos. Se ve una insistencia final de Fausto por probar que los católicos no pueden ser consecuentes, pero me parece una medida desesperada de parte de ellos ir una y otra vez a los mismos tópicos. Esto no complica en nada a San Agustín quien aplica los mismos argumentos para combatir a la secta maniquea. Terminamos el debate con Fausto para entrar, como ya habíamos dicho, al libro más famoso de San Agustín: ''Las confesiones''. 

San Agustín de Hipona - Réplica a Fausto, el maniqueo (Libros: XXI - XXX) (397).

Los libros que siguen de aquí en adelante tratarán estrcitamente entre los católicos y los maniqueos, a diferencia de los otros libros donde se mencionaban otras religiones. Empezamos aquí a observar el maniqueísmo en su visión más profunda y filosófica. Entraremos en conceptos griegos como ''hyle'' y ''nous'' para referirnos a ciertas características del maniqueísmo, lo que además nos llevará a entender la particular cosmovisión que tenía esta secta.

Referencias:

(1) De acuerdo con Plotino, la naturaleza sólo se encarga de producir todo el tiempo. Respiramos todo el tiempo porque es natural que se haga. Tanto para Plotino como para San Agustín, si las cosas que hacemos son naturales entonces son buenas. Si el mal es naturaleza y el mal está en la materia, sería natural que el ser humano mancillara su carne, lo cual es absurdo (con excepción del sadomasoquismo). 

(2) San Agustín no habla sobre un pasaje específico en cuanto a esto. 

Definiciones:

(1) Catacresis: un recurso retórico para referirse a un objeto utilizando otra palabra; por ejemplo, al no poder tener un término para designar la parte del sillón donde se apoya el brazo, decimos que es ''el brazo del sillón''. 

RÉPLICA A FAUSTO,
EL MANIQUEO


LIBRO XXI: ¿LOS MANIQUEOS SON MONOTEÍSTAS O POLITEÍSTAS?


Los maniqueos no tenían dos dioses

Fausto aclara que los maniqueos no tienen dos dioses, lo que pasa es que ellos consideran a Dios como el primer principio de todas las cosas y al mal lo consideran como ''hyle'', es decir, materia. De hecho, este ''hyle'' sería el denominado demonio como lo llaman los maniqueos. 

Es aquí donde Fausto critica la teoría agustiniana de que el principio de todo ser sea el bien, pues de ese modo el mal también tendría que ser bien. De ahí podríamos decir que el veneno es tan bueno como el antídoto o el mal es tan bueno como el bien. 

Las acciones de Dios

Para Agustín es muy conocida la separación que los maniqueos hacen del bien y el mal. Recordemos que estos dicen que el bien y el mal serían sustancias separadas que se enfrentan la una con la otra.  Para los maniqueos, Dios no puede castigar pues no puede hacer el mal, pero entonces ¿cómo podrá detener a los injustos? Dios hace justicia tanto para los buenos como para los malos; hace que el sol salga para buenos y malos, hace que las cosas de la tierra vivan en los mismos lugares entre buenos y malos. Veamos lo que dice la biblia:

''Estas viendo, pues, la bondad y severidad de Dios; la severidad para con los desgajados, y, en cambio la bondad para ti, si permanece en el bien''
(Romanos 11:17)

De aquí se demuestra la consecuencia de la biblia al mostrar que Dios es todopoderoso y que no necesita enfrentarse al mal, ni se separado de él porque, ciertamente, nada puede contra él que es el supremo bien. 

Error en el concepto de ''hyle'' (Materia)

Los maniqueos pretenden que la materia está separa de Dios, pues es el mismo mal. Sin embargo, ¿cómo puede ser el supremo bien o todopoderoso si no fue el constructor de la materia? tendríamos que decir lamentablemente que todos estamos sometidos al mal y que no tenemos oportunidad de ser buenos, lo cual para San Agustín es un desastre. Si Dios creó todas las cosas y todas las cosas son materia, entonces Dios es el constructor de toda materia existente.  

Por otro lado, si el mal está en la carne (materia, hyle) entonces el ser humano debe deshacerse de la carne por una cuestión natural. En efecto, si el mal puede existir entonces tendría que ser naturaleza y como naturaleza debe ejecutarse(1). Sin embargo, el ser humano cuida su cuerpo y lo trata de conservar lo mejor posible, pues de otro modo se muere. Así lo dice el apóstol:

''Quien ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborrece jamás a su propia carne, antes bien la alimenta y le da calor, como Cristo a su Iglesia''
(Carta a los Efesios 5:28)

Todos temen a la muerte, las bestias arrancan y se procuran el calor y la satisfacción. 

Para los maniqueos, los animales y el cuerpo humano y la hyle en general fueron creadas por la raza de las tinieblas. Es decir, Dios sólo creó las cosas divinas y celestiales, mientras que el diablo creó toda la materia existente que conocemos. 

Fausto nos hablaba sobre las diferencias que hay entre el antídoto y el veneno; la salud y la enfermedad, etc. En efecto, el veneno de la serpiente es fatal para el hombre y por eso podríamos decir que es malo. Sin embargo, no por eso vamos a decir que el veneno es malo o que tiene una naturaleza mala, pues, si fuera así entonces el veneno debería matar a la serpiente por dentro. Lo que pasa es que Dios hizo las cosas en un orden tal, que todas las cosas tienen su lugar propio. Si el veneno mata al hombre, eso es simplemente porque el veneno no está en su lugar. Como conclusión, podemos decir que el veneno es bueno en sí mismo, siempre y cuando esté en su lugar.

Si el veneno que se supone que es el mal para los maniqueos es bueno ¿cómo puede pertenecer éste al reino de las tinieblas? Si el supuesto reino de las tinieblas existe, entonces ¿por qué tiene bienes al tener cosas que existen? Esto, lamentablemente llevará a los maniqueos a decir que existe sólo un bien, o existe sólo un mal lo cual destruiría toda la teología maniquea. 

LIBRO XXII: PATRIARCAS Y PROFETAS

Maniqueos y profetas

Fausto dice que la actitud que tienen los maniqueos hacia los profetas no es del todo mala. Estos dicen que todo lo que se ha escrito de los profetas es falso y que por eso les tienen cierto resquemor. 

Los maniqueos aceptan los diez mandamientos como propuestas sensatas y divinas, mas no aceptan las costumbres hebreas como la circuncisión o el descanso el sábado. No obstante todo esto, los católicos condenan a los maniqueos en cuanto a que no siguen la ley de los profetas.

Actitudes reprochables de los profetas

De hecho, los maniqueos no creen en los relatos que se escribieron de los antiguos profetas a causa de las pecadores acciones a las que se vieron llevadas; por ejemplo, Moisés mató a muchos egipcios, Lot se acostó con sus hijas, Abraham engañó a Sara con una concubina, Isaac que hizo lo mismo que su padre Abraham, Jacob quien fue acusado de tener cuatro mujeres, Judá durmió con Tamara quien era su nuera, Oseas engendró hijos de una prostituta y finalmente David y Salomón que tuvieron innumerables concubinas. 

Todas estas cosas son reprochables desde los diez mandamientos, es decir, lo transgreden de una u otra forma. 

Justificación de la actitud de los profetas

Agustín nos dice que cada acción que realizaron los profetas fueron proféticas y figurativas, es decir, fueron hechas con razón de traer la nueva ley que vendría con Cristo. Por lo demás, todas esas cosas se realizaron para luego ser perdonadas por Cristo a través de su llegada. 

Por otro lado, puede confundir el hecho de que Dios utilice ciertos términos para referirse a los vicios por virtudes. En otras palabras, San Agustín nos quiere decir que la biblia usa el recurso retórico de la catacresis(1) para referirse a ciertas cosas. De ahí que se utilice la palabra ''cólera'', ''celos'', ''venganza'', que obviamente, no son padecimientos de Dios, sino que un medio para explicarla justicia de Dios en la tierra. 


Dios y los profetas maniqueos

Agustín dice que los maniqueos no tienen ninguna ''moral'' de acusar a Dios de no haber castigado a los profetas antiguos, partiendo de que los maniqueos tienen un Dios extraño. 

El Dios de los maniqueos se encontraba en las tinieblas (las cuales temía desde el principio de los tiempos) ¿qué quiere decir esto? que Dios padecía ya desde el principio de los tiempos lo cual es ridículo para el catolicismo.  

Ahora, ¿qué clase de seguidores o profetas son aquellos que siguen a Manés? Mucho menos meritorios y por lo tanto mucho peores que los profetas descritos en el A.T. 

El caso de Abraham

Agustín se propone refutar el caso de Abraham que Fausto expuso al principio del libro. Recordemos que Fausto achacaba que Abraham se acostó con una concubina. 

La idea de acostarse con la concubina no era con el objetivo de encantarse con el placer del acto sexual, sino que de naciera el hombre necesitado por Dios. Es decir, el propósito era totalmente distinto al cual pudiera parecer leyendo la Biblia de manera literal. 

En cuanto a Sara, es ella misma quien acepta que la concubina cometa el acto sexual con Abraham para que el hombre pudiera nacer, y lo hace sólo por el hecho de que es una profecía. Agustín asegura que Sara no cedió ante la concubina, sino que todo lo contrario, la concubina le obedeció a Sara para acostarse con Abraham. 

El caso de Lot

Sabemos que las hijas de Lot se acostaron con él con el propósito de concebir un hijo en los relatos sobre Sodoma y Gomorra. ¿Cómo Dios permitió esto? Simplemente por la misma razón que se justifican las obras de Abraham, por una cuestión profética. Las hijas de Lot no buscaban el placer carnal del acto sexual con su padre, sino que buscaban perpetuar la descendencia de manera profética. 

En todo caso, mucho más culpable de este hecho es Lot quien se emborrachó antes de tener coito con sus hijas; pues recordemos que Lot fue embriagado por sus hijas, aunque Lot lo hizo voluntariamente también. Agustín, realmente no puede justificar la actitud de emborracharse de Lot, por lo que añade que los católicos no justifican a los hombres, sino que a las S.E. 

El caso de Isaac

El Caso de Isaac se justifica de la misma manera que se justificó el caso de Abraham. Sin mucho más que agregar, la acción de Isaac fue una acción profética permitida por Dios para conocer el relato de los grandes hombres que dan testimonio del poder divino. 

El caso de Jacob

Jacob fue acusado de tener cuatro mujeres tal y como lo dice el relato de las S.E. Sin embargo, la acción de Jacob se justifica de la siguiente manera (de acuerdo con San Agustín): Como en ese tiempo era costumbre tener muchas mujeres, no hay quebranto de ninguna ley. 

Bajo este respecto, San Agustín nos dice que hay tres clases de pecado:

Pecado contra la naturaleza
pecado contra la costumbre
Pecado contra los mandamientos

Si lo hecho por Jacob estaba permitido, entonces no se le puede culpar de ninguna clase de pecado descrita anteriormente. 

Otra de las cosas que podría acusarse a Jacob es sobre sus mujeres, es decir, si el estuvo con ellas por una pasión desenfrenada, pero la verdad es que esto no es correcto. De hecho, Jacob finalmente se quedó con la menos hermosa de las mujeres, sin queja, sin reproche y profundamente enamorado. 

Aquí tenemos a las cuatro mujeres de Jacob:


Raquel: libre
Bilhah: libre
Lía: esclava
Zilpah: esclava

Ahora todas estas mujeres tienen una simbolización; fueron cuatro mujeres de las cuales dos eran libres y otras dos esclavas. En cuanto a las dos mujeres libres; una se la ama y a la otra se la tolera ¿por qué se tolera a la segunda? porque esta es fértil y el único propósito de mantenerla es para procrear; por lo tanto, no se le ama en sí misma. 

Por otro lado, tenemos a las dos esclavas llamadas Lía y Zilpah. Lía era la mujer fértil a la cual Raquel, que era la esposa legítima de Jacob, permitió que tuviera un hijo con Jacob.

El caso de Judá

Judá cometió incesto con su nuera Tamara sólo con fines proféticos, claro, sería el mismo caso de Abraham e Isaac. En todo caso, Agustín agrega que Judá no sabía quién era Tamara, por lo que hubiera sido un pecado aún más grave (si se considerara sin fines proféticos) si Judá hubiera sabido quién era. Tampoco podríamos decir que Judá fue beneficiado con esta acción, pues no fue considerado profeta ni mucho menos. 

El caso de Moisés

Por supuesto, todo lo hecho por Moisés tenía fines proféticos, es decir, Moisés estaba prefigurando el futuro al derrotar a los egipcios y formar el camino que seguirían de los demás profetas.


Además, fueron los mismo ángeles quienes anunciaron a Moisés que liberaría a su pueblo de los egipcios.  ¿Qué opción tenía Moisés? por supuesto que no podría haber desobedecido a Dios, por lo que tuvo que tomar acción inmediatamente. 

El caso de David

Son muchas las acciones buenas que David había hecho en su reino y aunque hizo muchas otras malas, de todas estas se arrepintió y pidió perdón. Junto con su profeta, David pidió perdón de todos sus pecados, aunque tampoco se libró del castigo a los que fue azotado; por lo tanto, si se le reprocha de pecado a David, también se le tendrá que alabar por su arrepentimiento. 

El caso de Salomón

Este puede ser un caso controversial y difícil, pues Salomón, aunque muy respetuoso y sabio con los designios de Dios, desobedeció y rompió muchos de los preceptos divinos. Se le llamó mujeriego por todas las concubinas que tuvo y además no obtuvo el perdón de Dios. Finalmente, Salomón cometió uno de los pecados más aberrantes en opinión de San Agustín: ''la soberbia''. 

Lo más lamentable de Salomón es que nunca mostró un signo de arrepentimiento ni tampoco pidió perdón por todas las cosas que hizo. Las S.E. lo condenan totalmente por dejarse llevar por la idolatría. 

El caso de Oseas

También es controversial el caso de Oseas quien tuvo relaciones con una concubina. Fausto, según San Agustín, ignora cuáles fueron los motivos por los cuales Oseas cometió esto, pues también fue otro mandato divino. En todo caso, luego de este acontecimiento, la prostituta cambió su vida y dejó de ser una concubina. Este fue otro de los movimientos proféticos que Dios anunció a Oseas, pues esto fue por mandato divino, y no por voluntad de Oseas. 


LIBRO XXIII: JESÚS Y DAVID

La genealogía de Jesús

Este tema se ha  discutido muchas veces en otros libros de San Agustín quien aclaraba a los maniqueos y a otras religiones que Jesús no tiene una genealogía, sino que él mismo es el Verbo de Dios. 

Fausto es uno de los que no cree que Jesús sea directamente hijo de Dios, sino que más bien hijo de David, o en otras palabras, descendiente del rey David (aunque lo afirman con muchas dudas). Por otro lado, Fausto nos dice que es el mismo Mateo quien se encarga de decir que Jesús es hijo de María y por lo tanto un nacido por hombres.

Los maniqueos aseguran que Jesús se hizo hijo de Dios a partir de la experiencia que tuvo en el Jordán, es decir, en su bautismo. Además, Fausto indica que Jesús tampoco podría ser hijo de David, considerando que María no era descendiente de David, pues ella era descendiente de la tribu de Leví. 

Jesús es hijo de David como hijo de Dios

San Agustín nos sigue diciendo que la descendencia de Jesús proviene carnalmente de David y divinamente de Dios. 

Puede ser que María no tuviera la descendencia de David, pero sí la tenía José. Por lo tanto, por María, Jesús es divino porque nació de una virgen y por José, Jesús tiene la descendencia de David. Además, lo dicho por Fausto que María proviene del linaje de la tribu de Leví no está en ninguna parte de las S.E., y si así fuera, no habría ningún problema en que María fuera descendiente de David.


LIBRO XXIV: ANTROPOLOGÍA MANIQUEA Y CATÓLICA

Antropología maniquea

Fausto dice que los maniqueos tienen una teoría muy particular sobre la creación del hombre, pues estos creen que como están hechos de materia, entonces no son obra divina. En cierto modo, nosotros en tanto hombres no somo creación de Dios al ser carnales, pues como dice en el Evangelio


''Lo que nace de carne es carne y lo que nace de espíritu es espíritu''
(Juan 3:5)

Los maniqueos utilizan las enseñanzas de San Pablo para justificar que el hombre no proviene de Dios, aunque sí puede recibir cierta formación de Dios, posteriormente a su nacimiento. Así lo señala el mismo apóstol 

''Hijitos míos a quienes doy luz de nuevo, hasta que Cristo se forme en nosotros''
(Gálatas 4:19)

Fausto dice que el hombre puede encontrar dos caminos: el de la lascivia y el de la luz. Por supuesto, muchos hombres van por el primero camino, mientras que son pocos los que toman el segundo camino a seguir. 

Deberemos entender ''el hombre nuevo'' de Cristo como un hombre espiritual que sólo puede nacer de Dios y ''el hombre viejo'' como el hombre atado a las carnalidades y a la ley antigua. 

El hombre es uno solo

Agustín no está de acuerdo con la interpretación que da Fausto de las S.E., por lo que entra a argumentar que el hombre viejo y el nuevo son un sólo hombre. En ninguna parte del Evangelio, San Pablo dice que estos dos hombres no sean uno; de hecho, lo son. No hay un hombre creado por una naturaleza distinta a la de Dios, pues todos los hombres nacieron de él.

Uno de los versículos del Colosenses puede aclarar esta combinación de dos hombres. 

''El primer hombre, Adán, fue hecho alma viviente''
(Colosenses 15:39)

El primer hombre es Adán y la representación de este es el hombre viejo; ese hombre pecador que enfoca su mirada hacia la carne, al contrario de aquel hombre espiritual en potencia en el cual se puede convertir. Todos nacemos por medio de la carne y con pecado (por los sucesos de Adán), pero podemos ser espirituales una vez que giramos nuestra mirada a Cristo. 

LIBRO XXV: ¿DIOS ES LIMITADO O ILIMITADO?

Dios está limitado por el mal

En efecto, de acuerdo con la teoría maniquea, Dios no es mal y no podría estar en él, por lo que nos lleva a pensar que Dios limita con el mal. 

Fausto acusa a los católicos de ponerle límites a Dios, pues incluso en el A.T. los judíos se circuncidaban para pertenecer a Dios ¿qué significa esto? ¿que acaso los que no estaban circuncidados estaban al margen de Dios? 

Dios ilimitado y la medida de todas las cosas

Que Dios sea ilimitado y a la vez sea la medida de todas las cosas es algo que los maniqueos no pueden entender. Agustín hace un compendio de preguntas para mostrar en las típicas preguntas maniqueas:

¿Cómo es ilimitado Dios si no lo abarca ningún lugar?
¿Cómo es ilimitado si el Hijo lo conoce en su totalidad?
¿Cómo es ilimitado el que no tiene medida?
¿Cómo es ilimitado el que es la medida de todas las cosas?

Todas estas preguntas para San Agustín son inútiles y carnales, y los maniqueos no podrán entenderlas nunca mientras estén atados a la carne. Aquí San Agustín hace referencia al siguiente versículo:

''La letra mata y el espíritu vivifica''
(2 Corintios 3:6)

Como hemos dicho en otros libros, que la letra mata significa que la lectura literal de los textos no servirán para comprender las S.E.; en cambio, por medio del espíritu se entenderá todo. La mejor respuesta, de acuerdo con San Agustín, sería justamente guardar silencio. 

LIBRO XXVI: EL NACIMIENTO DE JESÚS

Cuestionando la muerte y vida de Jesús

¿Cómo es posible que Jesús haya muerto siendo humano y hombre mortal? ¿Cómo es que puedo sufrir? Los católicos afirman que murió, pero es difícil mantener esa tesis cuando se supone que Jesús era divino. 

En muchas situaciones Jesús pudo morir de otra forma, pero no ocurrió así, murió cuando ''él quiso morir'', Dios aquí concede la vida a Jesús y no sólo eso, lo hace resucitar lo que va en contra de la naturaleza humana. 

Jesús: hombre inmortal

Agustín dice que Dios no hace nada que esté en contra de la naturaleza, y claro, que un hombre resucite o salga de las peores calamidades son cosas que pasan en contra de la naturaleza. Ahora, las cosas que pasan en contra de la naturaleza es un milagro o una maravilla. Nadie puede conocer la voluntad de Dios ni cómo él puede hacer que sucedan las cosas. 

Dios se sirve de la creación tal y como él le place; obviamente al ser todopoderoso no se le puede pedir morir, pues todo lo verdadero existe y no puede no existir (de acuerdo al principio de no-contradicción). 

Por último, Jesús murió y resucitó, e hizo milagros con el propósito de que los hombres creyeran en esta vida espiritual que exaltan las S.E. 

LIBRO XXVII: LA PASIÓN DE CRISTO

Sufrimiento de Cristo

Fausto nos dice que si Jesús nació de madre, entonces este debió sufrir en su nacimiento, pero si nació del Espíritu Santo no pudo haber sufrido nada. 

La elección de Cristo

Entre el sufrimiento y el nacimiento, fue el mismo Cristo quien quiso elegir ser nacido sin sufrimiento alguno. ¿Cuál es la autoridad? las S.E.(2), en cambio, ¿qué autoridad tienen los maniqueos? el mismo Manés quien no estuvo en ese momento y sólo especuló sobre ese momento.  

LIBRO XXVIII: AUTORIDAD DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Sentencias del Evangelio

De acuerdo con Fausto, no hay una lógica clara en que Jesús no haya nacido y que sí haya muerto. Es decir, ¿cómo puede haber nacido divino (no nacer) y luego morir como hombre? No se sigue un argumento claro, o más bien se presenta una contradicción de acuerdo con el pensamiento maniqueo. 

Autoridad en las Sagradas Escrituras

San Agustín no tiene una respuesta directa, es decir, un argumento lógico para refutar lo dicho por Fausto. Lo único que le queda a Agustín es basarse en la autoridad de las S.E., de alguna forma, Agustín  compara entre la creencia a Manés y la creencia a la biblia ¿a quién se le puede creer más? 

LIBRO XXIX: CUERPO Y ALMA DE JESÚS

Los dolores del cuerpo

Fausto dice que Jesús sufrió en cuanto a su cuerpo, pero este dolor sólo fue de apariencia. Todas las cosas que Jesús realizó ya sea con sus discípulos, ya sea con otras personas fue algo corporal, aparente y no divino. 

Relación alma y cuerpo

Las mismas S.E. afirman que Jesús sintió y que pudo hablar con todos de manera real y no aparente. Si fuera que todo es aparente, entonces la resurrección tampoco fue real, así como ninguno de los milagros que realizó. Todo lo que hizo Jesús fue real y trajo consecuencias a todas las cosas que se vieron involucradas con él. 

LIBRO XXX: INTERPRETACIÓN DE TIMOTEO

Uno de los argumentos que Fausto entrega a Agustín para persuadirlo de condenar a Moisés se encuentra en unas sentencias dichas por San Pablo:

''Algunos se apartarán de la fe entregándose a espíritus seductores y a doctrinas demoníacas, hablando mentira en su hipocresía, teniendo cauterizada su conciencia, prohibiendo casarse y absteniéndose de los alimentos que Dios creó para que los tomasen los fieles con acción de gracias''
(1 Timoteo 4:1)

Esto prueba que muchos de los profetas antiguos deberían ser condenados con todo el peso de las S.E. ¿Por qué? Porque Moisés y otros profetas presentaron la circuncisión y la prohibición de ingesta de ciertos animales. Estas doctrinas no están permitidas por el N.T. y deberían considerarse fuera de las cosas queridas por Dios. El gran problema es que estos profetas sí estuvieron con Dios y he ahí la contradicción. Por eso los maniqueos no creen en lso antiguos profetas, pues contradicen en todo el N.T. 

Justificación de los profetas

Las enseñanzas a las que se refiere el pasaje Timoteo es simplemente a los paganos y a los hombres que tenían otras doctrinas, fuera de la hebrea o católica. La prohibición de ingesta de carne no será necesaria realizarla al llegar la nueva ley, además, ningún animal podría ser malo de acuerdo con su existencia, pues toda existencia es buena. 

Conclusión

Esta parte entra de una forma muy teórica en las Sagradas Escrituras, o más bien filosófica, pues entramos en la materia y en la existencia de Jesús en cuanto espíritu y carne. Sin duda que cada vez se va notando más el carácter existencialista que se dará en el próximo libro que analizaremos. Exacto, el debate contra Fausto está pavimentando el camino para comprender el libro de ''Las confesiones'', la cual es una biografía filosófica y existencialista del santo de Hipona. Estemos atentos a los últimos libros del debate contra Fausto para luego terminar con Las Confesiones.