domingo, 24 de enero de 2016

Aristóteles - La Retórica (Libro III: Organización del discurso).

Ya que hemos analizado de manera general y específica qué es la retórica y qué cosas se deben emplear en un discurso, resta analizar la organización y la forma que debiera tener el discurso. No podemos pronunciar ni una sola palabra si no sabemos cómo empezar o cómo organizar las estructuras para poder convencer de manera efectiva. Es crucial tener un orden no solo en esencia, sino que también en apariencia pues, si la audiencia no lo recibe de esa forma, no se podrá tomar en serio dicho discurso. Por otro lado, Aristóteles también nos hablará de las palabras que debemos usar, qué conectores emplear para juntar las oraciones y así maquillar el discurso, obviamente, sin salirse de lo verdadero.

Definiciones:

(1) Significa asombroso.
(2) Los yambos son una métrica en la poesía que se componen de sílabas; una larga y dos cortas. 
(3) El troqueo es una métrica en la poesía compuesta de una sílaba larga y otra corta. 

Referencias:

(1) Aunque en realidad, Aristóteles nombra al sofista Trasímaco de Calcedonia que hablaba sobre las maneras de provocar la piedad.  
(2) La prosa es una expresión que no está sometida ni a rima ni a versos. 
(3) La aurora de dedos rosados se refiere a Eos quien era diosa de la aurora. 
(4) Todas estas palabras han sido dichas por los sofistas, sobre todo Gorgias. 
(5) Puede resultar confuso; lo que pasa es que en español no hay una construcción similar al griego antiguo. 
(6) Estructura poética que trata sobre la combinación y ordenación de los versos. 
(7) La palabra campo en griego antiguo se dice ''agros'', mientras que yermo se dice ''argos'' de ahí que sean similares los miembros, pero en la traducción al español no podemos notarla.  
(8) La primera frase de la paromeosis es ''autón, paidion tatokenai'' y la otra es ''autón, paidion gegonenai''. 
(9) Para ver más información del entimema véase el libro II de La Retórica.
(10) Aristóteles menciona los cuatro tipos de metáfora en La Poética (aún no tenemos apuntes del libro). 
(11) Aristóteles se refiere a la típica estrategia que Sócrates usaba con sus contrincantes (sobre todo con Meleto). Meleto pensaba que Sócrates no creía en los dioses, pero cuando este dice que sí cree en que los semidioses son hijos de dios y Meleto responde que sí, Sócrates dice ''¿Así que es posible que alguien crea en hijos de dioses y no en dioses?''



La Retórica


LIBRO III: ORGANIZACIÓN DEL DISCURSO


Capítulo I: La voz del discurso

Ya hemos investigado de manera suficiente sobre las emociones que le discurso puede producirse en la audiencia y el carácter que el orador debe tener. Ahora falta analizar el ''cómo'' del discurso y para eso, enfoquemonos primeramente en la voz y la puesta en escena que el orador debe tener. 

En cuanto a la voz es necesario considerar si debe ser en voz alta, baja, normal, aguda, grave, intermedia y el ritmo que debe llevar. Por esto mismo en el estudio de la voz hay que considerar tres cosas:

  1. Volumen 
  2. Modulación
  3. Ritmo
El mismo Aristóteles nos dice que no ha existido ningún tratado que hable sobre estas cuestiones(1). Quizás porque los antiguos no consideraban tan importante la expresión dentro de un discurso, y sí, puede ser que no sea tan importante como el saber expresarse bien. Sin embargo, la expresión de un discurso es inevitable, algo que no se puede obviar y que es necesario aprender. 

En principio los poetas comenzaron con esta habilidad de saber pronunciar correctamente lo que hablan, pero saber expresarse y recitar poesías no es lo mismo

Capítulo II: Virtud y excelencia

Uno de los elementos más apropiados para alcanzar la virtud y excelencia en el discurso es la claridad. La poesía no representa una baja calidad o una falta de comunicación, pero no es apropiado para pronunciar un discurso. 

La poesía es una expresión majestuosa que se evade de la realidad para adornar un ''discurso''. Además, la manera perfecta para dar un discurso, no es a través de un texto preparado ni artificial, sino más bien desde una prosa(2) natural. En todo caso, si se quiere articular un discurso y pronunciarlo de todas maneras es de gran ayudar reemplazar las palabras complejas por las palabras de uso corriente. Las palabras raras, inventadas y poco usadas deben evitarse en el discurso. 

La única forma de conocer el pensamiento del individuo es a través de la palabra, es decir, el hablante da a conocer su pensamiento a través de la palabra, no hay otra forma. 

Metáfora

Para que la prosa suene natural bastará con usar palabras usadas, apropiadas y en algunos casos metáforas. Para los poetas será apropiado el uso de sinónimos y para el sofista el equívoco (pues es ahí donde ocurre su falsedad). 

La metáfora será lo mejor para embellecer un discurso, ya que son las únicas que tienen claridad, encanto y singularidad. Obviamente, siempre se debe escoger la metáfora apropiada en un discurso como por ejemplo, decir ''aduladores de dionisio'' a los artistas, pues recordemos que dionisio era el dios de la fiesta y el vino. Otro ejemplo es que a los piratas se les llame ''suministradores''.

Debe ser la metáfora una expresión cercana y no lejana de lo que se plantea decir. Por ejemplo, en la denominación de que los piratas sean suministradores, podríamos decir que en realidad lo son pues suministran riquezas a su país o a su hogar.  

La elección de palabras en la metáfora debe darse por su sonoridad y no por la realidad que estas tengan. Por ejemplo, decir que a aurora tiene dedos rosados(3) en vez de dedos escarlatas y mucho menos decir de dedos rojos. 

Los epítetos también son una buena forma de metáfora ya sea para mejorar o empeorar la imagen de una persona. Por ejemplo decir en vez de matricida, vengador de su padre la cual suena mucho mejor que matricida. Por otro lado, también tenemos los diminutivos para mejorar, alivianar o burlarse de la palabra que sea: ''insultito'', ''durito'' o ''tontito''. El epíteto y el diminutivo deben ser ocupados con moderación. 

Capítulo III: Frialdad del lenguaje

No es difícil notar cuando es que la frialdad se presente en el lenguaje. De todos modos Aristóteles distingue cuatro formas:


  1. Por las palabras compuestas: son aquellas palabras que en su unión tienen dos o más palabras. Por ejemplo, ''costa angostifranqueable'', ''rostrivariado'' o, ''musimendicantiaduladores''(4).
  2. Por palabras raras: aquellas palabras que ya están en desuso como ''mirífico(1) varón''.
  3. Por epítetos: aquellas palabras que de alguna manera embellecen la poesía, pero no siempre la prosa. Por ejemplo, ''blanca leche''; en poesía puede sonar bien, pero no en prosa ya que sabemos que la leche es blanca no es necesario decirlo. Aunque si se quieren usar, se debe tener cuidado y elegir un epíteto apropiado. Otros ejemplos son ''húmedo sudor'', ''leyes soberanas'', etc. 
  4. Por metáforas inadecuadas: aquellas metáforas que están sobrecargadas de sentido poético. Por ejemplo, ''vergonzosamente sembraste, dañina cosecha recoletas'' o ''La Odisea es el bello espejo de la vida humana''. 

Todas estas cosas quizás pueden ser adecuadas en la poesía, pero en absoluto para la prosa en el discurso.

Capítulo IV: El símil y la metáfora

¿Cuál es la diferencia entre estos dos conceptos? pongamos un ejemplo.

Símil: ''Se lanzó como un león''.
Metáfora: ''Se lanzó el león''. 

Obviamente, esta frase se refiere a un hombre y este hombre es Aquiles. Cuando usamos el símil establecemos una semejanza entre el sujeto y su acción, mientras que en la metáfora decimos que el mismo Aquiles era un león. 

El símil también es útil en la prosa pero debe usarse con moderación y cuidado para que no parezca algo poético, aunque, por otro lado, quien sabe hacer un buen símil puede hacer una buena metáfora y viceversa. 

Capítulo V: La expresión correcta

Aristóteles resume en 5 tipos las maneras de expresarse correctamente. 


1) 
Uso correcto de conjunciones: estas son aquellas palabras que unen y conectan oraciones o frases dentro de un párrafo. Por ejemplo ''por lo tanto'', ''por otra parte'', ''sin embargo'', etc. El uso de estas es imprescindible para dar cohesión al discurso y también para indicar las partes del mismo. 


2) Evitar los rodeos: consiste en no sobrecargar el discurso con largas introducciones. Se debe ir directo al punto. 

3) Evitar la ambigüedad: la ambigüedad es usada por quienes no saben qué decir y recurren a circunloquios que resultan asombrantes para la audiencia, pero que en realidad no tienen contenido valioso. 

4) Distinguir bien entre los géneros: se debe usar adecuadamente los pronombres personales en cada caso. 

5) Uso correcto del singular y el plural: no hay mucho más que decir sobre esto. Cada idioma tiene el uso del singular y el plural de forma particular. 

La idea de estos cinco tipos de expresiones es que la lectura o la audición de un discurso o mensaje sea claro y fácil de leer. 

Capítulo VI: Majestuosidad en el discurso

Veamos otros puntos que contribuyen a la majestuosidad del discurso.

1) Usar una expresión en vez de una palabra: por ejemplo, no decir círculo, sino que superficie equidistante de un centro. También  puede ser al revés siempre y cuando se esté ocultando algo vergonzoso. Suele pasar que aveces describir un proceso es mejor que decir sólo la palabra. 

2) No usar las metáforas y epítetos como poesías: ya lo hemos explicado.

3) Usar plural por singular: 

4) No unir dos palabras con un artículo: solo se puede hacer de la siguiente manera: ''de la mujer, de la nuestra'' y si se busca la concisión ''de nuestra mujer''(5).

5) Conjunciones: como mencionamos anteriormente, el uso de conjunciones usadas correctamente es clave. Si se quiere lograr la brevedad no se necesitarán las conjunciones. Por ejemplo: con conjunción ''habiendo ido y hablado''; sin conjunción, ''habiendo ido, habló''. 

6) Adición de cualidades a algo que no las tiene: se usa frecuentemente en la poesía también. Por ejemplo, ''una ventosa montaña'',  obviamente la montaña no tiene la propiedad de viento. 

Capítulo VII: Expresión de sentimientos

La expresión de sentimientos tiene que corresponderse con el contexto en que se desenvuelven. Se expresa con ira cuando los casos son vergonzosos e ignominiosos y se expresa con admiración cuando son todo lo contrario, sobre todo en hechos lamentables.

Esta manera de expresión es complementario al ethos descrito en el libro anterior, pues para cada edad hay que tener cierto discurso. Hay frases que afectan a todo oyente como por ejemplo, ''¿quién no sabe?'', ''todos saben'' y frente a estas frases todos asienten para no quedar en vergüenza. 

Una de las expresiones más eficaces es censurarse a uno mismo, es decir, reconocer las debilidades que tiene uno para obtener credibilidad por parte de la audiencia. Para esto deberemos ser convincentes en cuanto al tono de voz, por ejemplo, decir cosas blandas con una voz blanda y cosas duras con una voz dura, de lo contrario no habrá convencimiento. 

Capítulo VIII: Expresión de la prosa

La prosa no debe expresarse en verso porque de ese modo se notará artificial. Sin embargo, tampoco debe carecer de ritmo porque lo que es indefinido resulta desagradable para la audiencia. Recordemos que el discurso siempre tiene que ser algo fácil de entender y agradable. Entonces, la prosa debe tener ritmo más no métrica(6).

Clases de ritmo

Existen tres tipos de ritmos:

  1. Heroico: no es propio de una conversación y carece de armonía. Por ejemplo, La Odisea, La Ilíada, o La epopeya de Gilgamesh. Se compone generalmente de Yambos(2).
  2. Troqueo(3): es un ritmo parecido al de una danza desenfrenada. 
  3. Peón: es un ritmo que en realidad adopta varias formas. 

El ritmo que es más adecuado para la prosa es el tercero, el peón. ¿Por qué? simplemente porque no tiene una métrica de poesía, lo que es perfecto para la prosa. 

Capítulo IX: Expresiones continuas o Expresiones estructuradas

La expresión continua del discurso puede construirse a través de dos maneras: 


  • Coordinativa (o continua)
  • Correlativa (o bien estructurada)

La primera es continua en cuanto a que no tiene un lugar de término. Esta expresión coordinativa no produce placer, pues todos los que escuchan el discurso quieren saber cuál es el término. Un ejemplo de esto es la prosa porque esta aunque tiene ritmo, no tiene métrica y es indeterminada.

Por otra parte, la expresión correlativa es la que se distribuye en períodos. De hecho, ésta sí tiene principio y fin y por lo tanto, es la expresión más agradable porque deja claro sus principios y sus fines. Esta expresión por lo tanto es determinada. 

El período

Los períodos en la expresión correlativa se divide en miembros o es simple. 


  • En miembros: completa en sí misma, dividida y con la cual no se nos acaba el aire. 
  • Simple: consta de un solo miembro que puede ser corto o largo. 

En el período dividido por miembros veremos que hay dos tipos de estructura: 

Yuxtapuestas: son las que presentan a cada miembro como similar de otro miembro. Por ejemplo:

''A menudo admiré a los que convocaron las fiestas nacionales y a los que instauraron las competiciones gimnásticas''.

Antitéticas: son las que presentan a cada miembro como contrario del otro miembro. Por ejemplo: 

''Beneficiaron a unos y otros: tanto a los que se habían quedado como a los que los acompañaron; a éstos, porque les consiguieron un territorio mayor que el patrio, a aquellos porque les dejaron una patria que daba abasto para todos''. 

Entre los dos miembros el más agradable es el antitético, pues describe de manera comprensible el discurso. 

Se recomienda que en el período simple sus miembros no sean ni muy cortos ni muy largos. Esto se debe a que si sólo usamos miembros cortos daremos la imagen de tropezar con cada palabra y con miembros largos sólo parecemos que somos el discurso mismo, lo cual no es la idea. 

Pariosis y Paromeosis 

La pariosis refiere a que los miembros de una estrofa son iguales, mientras que la paromeosis se refiere a los miembros que son iguales solo en sus extremos:

Ejemplo de pariosis:

''Recibió de él un campo yermo''(7)

Ejemplo de paromeosis:

''Pensarías no que había engendrado un niño, sino que el niño que había nacido era él mismo''(8)


En realidad, estas dos características son muy parecidas a las rimas, solo que estan pueden suscitarse en cualquier parte de la estrofa. 


Capítulo X: Expresión ingeniosa

Aristóteles se propone investigar cómo armar una expresión ingeniosa para embellecer el discurso. Para esto debemos tener en cuenta el punto de partida que se plantea donde todo lo que se aprende con facilidad es algo agradable. 

Uno de los recursos retóricos más ingeniosos son los entimemas(9), pero para utilizarlos de buena manera se debe evitar la obviedad y la extrema dificultad en cuanto a comprensión del mismo. El entimema siempre será ingenioso si se considera la antitética:

''Pensando que esta paz, de interés común para los demás, era una guerra para el suyo personal''. 

Aquí tenemos tres componentes claves considerando la antitética. Tiene antitética porque anteponemos el concepto de guerra y paz; tiene metáfora porque la guerra ocurre ''en el interior'' del individuo y tiene nitidez pues es fácil para la comprensión. Por lo tanto, lo fundamental es considerar la antitética, la metáfora y la nitidez

La mejor metáfora que puede usarse es la proporcional(10).

Capítulo XI: Visualización retórica

La forma correcta para destacar una visualización retórica es ''poner ante los ojos'' del espectador, la actividad que se quiere describir. Por ejemplo, decir ''en la plenitud de su florecimiento'', ''pero tú que estás libre'', ''entonces los griegos lanzándose con sus pies'', ''echo a volar la flecha''.

Todas estas frases mencionan tanto metáfora como actividad, por supuesto, la metáfora debe ser apropiada y no muy evidente. 

Juegos de palabras y otros recursos

Para hacerse más claros y llamar la atención de la audiencia son de mucha ayuda los juegos de palabras.

Uno de ellos son los apotegmas las cuales son oraciones que contienen un contenido moral. Por ejemplo, ''la ganancia es insaciable'', ''si haces promesas, su incumplimiento no está lejos, ''la ociosidad es castigable''. 

Hay juegos de palabras y paradojas que también servirán para el ingenio, por ejemplo, ''marchaba con los pies calzados de... sabañones''. La idea es que no se diga lo que se espera, sino que algo metafóricamente similar, pero distinto en la lógica.  

La hipérbole también es un recurso efectivo, pues decir que ''parecía un sesto de moras'' cuando alguien tiene el ojo lleno de hematomas. En todo caso, las hipérboles solo son apropiadas para los jóvenes y no para los viejos. 


Capítulo XII: Generos de la expresión

Estos géneros se dividen en dos composiciones; la escrita y la hablada. La primera consiste en conocer muy bien el idioma que se quiere escribir, y la otra consiste en no callar lo que se quiere comunicar a los demás. 

Discursos hablados y escritos

La expresión escrita siempre será la más precisa debido a su planificación. El reconocimiento de dichos discursos escritos radica en que no se utilizan las conjunciones cuando se pronuncian. Por ejemplo, ''Vine, fui a su encuentro, le suplicaba''. Por otro lado, la repetición en el discurso también es un recurso propio de la expresión escrita. 

Además, esta expresión será mucho más útil en las asambleas, ya que en dichas reuniones no puede dejarse nada a interpretación, sino más bien dejar todo claro. La oratoria de exhibición y forense son las más adecuadas para la expresión escrita. 

La expresión hablada se tiene dos divisiones: el comportamiento y los sentimientos. Esta expresión sirve para los debates y la interpretación, aunque también puede utilizarse la repetición para expresar interpretación; por ejemplo,''ése es quien nos ha robado, ése es quien nos ha burlado, ése es el que nos ha traicionado''. 

Capítulo XIII: Partes del discurso

Fundamentalmente, las partes del discurso son dos; la exhibición y la demostración, ya que son en cierto sentido las más importantes. Ahora, si consideramos el discurso en su totalidad debemos tomar en cuenta por lo menos cuatro partes: 

  1. Exordio (o preámbulo)
  2. Proposición (o exposición)
  3. Argumento (o persuasión)
  4. Epílogo

De acuerdo con Aristóteles, el epílogo es la parte imprescindible del discurso porque si el asunto es breve o fácil de recordar se quita del discurso. 

En todo caso, la parte más importante del discurso en términos absolutos es el argumento, la proposición también es importante, pero el argumento es esencial. 

Capítulo XIV: El exordio (o preámbulo)

Todo comienzo de un discurso parte con el exordio, así como el preludio es el comienzo de la música. 

El exordio se usa en el discurso de exhibición ya sea para reprobar o alabar algo o a alguien.También puede resultar en el discurso deliberativo para presentar a alguien como virtuoso o decadente, con el motivo de convencer a la audiencia. Por último, puede ser forense porque el preámbulo puede expresar disculpas a la audiencia con el propósito de apelar a alguna solución. 

Llamada de atención

La atención es algo que debe esperarse en todas las partes del discurso; sin embargo, no es necesario usar el llamado de atención al principio del discurso, pues todos están atentos cuando se comienza un discurso. Algunas frases que plantea Aristóteles para llamar la atención son:

  • ''Hazme caso porque no te interesa menos que a mi''
  • ''Te diré algo tan terrible como nunca has oído''

Sobre todo en los discursos de exhibición es necesario que el oyente sienta que el elogio ha sido construido como si fuera para él. o algo familiar a él. 

Por último, la creación de un preámbulo da la sensación de que algo está hecho de antemano y con dedicación. Si no se construye se notará que el discurso es improvisado. 

Capítulo: XV: La sospecha

Es posible que en un litigio se le culpe a alguien de algún crimen o mala acción. Quien se encuentre en una situación similar deberá sembrar la sospecha entre sus oyentes para que se dicha inculpación se disipe. 

Veamos los argumentos con los cuales se puede resarcir la inculpación:

  • Alegar que el asunto no existe, que no es perjudicial para el oponente, que no es injusto, que no es importante, que no es vergonzoso, etc. 
  • Alegar que hay un error, mala suerte o razones de fuerza mayor. 
  • Alegar que el fin que resultó no era la intención, sino que otro. 
  • Alegar que el acusado también se encuentra imputado.
  • Alegar una generalización (por ejemplo, decir que por vestir así es adultero o adultera). 
  • Alegar una inculpación apresurada sin bases de evidencias.
  • Alegar a una acusación con otra (por ejemplo, que alguien que acusa no tenga mucha credibilidad). 
  • Alegar que la magnitud de la acusación derivaría en otros juicios. 
  • Enfatizar los méritos pequeños y los importantes pasarlos rápidamente. 

Estos son más menos los consejos que nos da Aristóteles en cuanto a la sospecha. 

Capítulo XVI: La proposición (o exposición)

Es en esta parte del discurso de exhibición donde se narran los hechos o las características de alguien. A veces no es necesario nombrar ciertos casos o a ciertas personas porque se conocen de manera suficiente. Por ejemplo, no es necesario hablar de Aquiles, pero sí de Calias pues este último no es tan conocido como Aquiles. 

No es conveniente hacer una argumentación rápida, sino más bien hacerla de forma moderada. No es la rapidez lo que se evalúa; es la calidad del discurso. En todo caso, quien sí puede narrar rápidamente es quien se defiende contra una acusación porque quien la expuso ya la explicó. 

Esta narración del discurso exhibición tiene que ver con los modos de ser. En efecto, sabiendo los modos de ser podremos clarificar cuál fue la intención de dicha persona a realizar cierto acto. Por otro lado, siempre hay que tomar en cuenta los modos de ser que existen en el propio orador, es decir, tener cuidado de cómo se va a expresar sobre ciertos asuntos porque pueden llevar a unos a la ira, a la indignación, etc. En fin, hay que conocer las consecuencias de los modos de ser. 

Finalmente, la narración no debe ir al comienzo sino que en la proposición del discurso y siempre se debe referir a hechos pasados. 

Capítulo XVII: El argumento (o persuasión)

Los argumentos surgen de los pleitos y estos pueden suceder por cuatro cosas. 

  1. Cuando se acusa de una acción que no ocurrió. 
  2. Cuando algo ocurre pero no ocasionó perjuicio.
  3. Cuando se hace algo malo, pero no hubo intención.
  4. Cuando se hace una acción que no fue injusta.

La pronunciación de los hechos debe ser siempre clara y precisa para que la audiencia no se siente confundida. Por otro lado, deben ser creíbles, pero si no lo fueran se deberá recurrir a la demostración

Los ejemplos pertenecen más al discurso epidíctico o de exhibición, mientras que el entimema pertenece al discurso forense. En el primero se habla de sucesos futuros que se ejemplifican con el pasado, y el segundo habla sobre situaciones que no son y que por lo tanto necesitan demostración. En todo caso, los entimemas no deben usarse para provocar una pasión, pues se tienen dos posibilidades: o se apaga la pasión, o el entimema no tendrá valor. 

Discurso ante el pueblo

Estos son algunos de los consejos que Aristóteles añade:

  • Si el discurso trata de los modos de ser, no buscar entimemas.
  • Evitar las digresiones, a menos que se introduzca un tema completamente diferente. 
  • El hombre de bien, más que riguroso debe mostrarse bueno. 
  • El mejor entimema es el refutativo que el demostrativo porque no es necesario demostrar cuando ya se han dado los razonamientos. 
  • Siempre se deben presentar las pruebas a nuestro favor en un juicio acusatorio. Luego refutar los argumentos del oponente. 

Todo esto servirá para la argumentación del discurso. 

Capítulo XVIII: La interrogación

Aquí tenemos nuevamente cuatro puntos sobre cómo plantear las interrogantes. 

  1. Cuando el oponente se contradice basta hacerle una pregunta para ponerlo en ridículo. 
  2. Cuando el oponente asegura algo y luego su adversario le hace admitir cosas evidentes por medio de una conclusión, además de hacer concordar con la opinión del adversario(11).  
  3. Cuando se pone en evidencia la contradicción del adversario.
  4. Cuando el oponente responde solo con preguntas sofísticas. 

Puede que aun con todo esto, el adversario pueda ganarnos en el debate. Es preciso para eso que si el adversario nos va a dirigir con una contradicción, hay que buscar la solución a eso y no dejar tiempo al contrincante de pensar otra respuesta. 

No se debe interrogar nunca después de la una conclusión, ni hacer la conclusión en forma de pregunta, a menos que la verdad esté de tu lado. 

La risa también será adecuada para acabar con la seriedad del argumento del contrincante. 

Capítulo XIX: El epílogo

Otra vez tenemos cuatro puntos en la estructura del discurso; esta vez en el epílogo.

  1. Convencer a los oyentes de que somos buenos y convencerlos de que el contrincante es malo. 
  2. Amplificar o atenuar los hechos en conveniencia nuestra.
  3. Producir determinadas emociones en el oyente para nuestra conveniencia. 
  4. Refrescar la memoria de los oyentes sobre lo que ha ocurrido. 

Todo esto es para resumir que los contrincantes han sido refutados por medio de los argumentos de la tercera parte del discurso. 

Conclusión

Queda más que claro que la retórica es el arte de persuadir y convencer al oponente a través de argumentos sólidos.  Ahora, se pueden tener argumentos sólidos, pero los modos de ser juegan un papel importante en la persuasión. En efecto, conmover puede hacer que la percepción del oyente cambie y se torne a nuestro favor, aplastando al rival. Es necesario notar que tanto los modos de ser nuestros como del oyente hay que tenerlos profundamente en cuenta para llegar a convencer. La estructura del discurso también es importantísima, pues sería ridículo empezar por el epílogo y terminar con la argumentación, todo debe tener su orden y con la retórica no hay excepción.

sábado, 16 de enero de 2016

Aristóteles - La Retórica (Libro II: Efectos del discurso).

La Retórica es una especie de discurso que puede lograr cambiar la forma de pensar de quien sea espectador. Realmente es increíble que las palabras puedan cambiar nuestros estados de ánimo y cambiar la perspectiva de nuestras ideas, e incluso nuestros juicios. Ahondaremos un poco más en los efectos y estructuras de la retórica la cual Aristóteles, como ya habíamos visto en el libro anterior, la define como una habilidad basada en el convencimiento a través de las palabras. En efecto, si lo pensamos de otra manera, la retórica puede ser una habilidad que sirva tanto para hacer el bien como para hacer el mal, pues el engaño puede estar sumamente presente en los discursos.

Referencia: 

(1) Referidas a las fábulas de Esópo.
(2) Entiéndase por ''sentencias'' las frases famosas que quedan en la historia.
(3) Estos nombres los designé para tener una referencia. 
(4) Antigua diosa griega del mar.
(5) Para entender de manera complementaria estas líneas de razonamiento, véase Tópicos.
(7) Será de mucha ayuda analizar el apunte de Refutaciones Sofísticas.
(7) La hermana de Cauno se enamoró de él y al no ser correspondida se suicidó.
 La Retórica


LIBRO II: EFECTOS DEL DISCURSO

Capítulo I: Pathos y Ethos en la retórica


La retórica no sólo consiste en tener un argumento persuasivo y deliberativo para convencer a cierto público o particular, sino que también consiste en modificar la disposición del espectador, sin mencionar la actitud que debe tener el orador al tratar de convencer a su audiencia. 

Cuando se propone deliberar sobre ciertos asuntos es cuando la actitud del orador cobra vital importancia, mientras que en los juicios lo más importante es modificar la disposición de la audiencia


Es importante mencionar que en un discurso se deben considerar la actitud (ethos) y la pasión (pathos) para convencer al público. Sin embargo, muchas veces suele suceder que los oradores no son tomados en cuenta por su audiencia y esto en general se debe a tres causas:



  1. Discreción
  2. Integridad
  3. Buena voluntad

La falta de estos tres factores inciden al desprecio hacia el orador. Es por eso que Aristóteles, en el primer libro de este tratado, señala las virtudes y los sentimientos porque el conocimiento de estos es el que nos dará la discreción necesaria para hablar. También nos otorgará la buena disposición y voluntad para hablar. 

¿Cómo puede hacerse esto? En efecto, si conocemos el porqué de la furia de alguien, sabremos convencerlo para que su ira se aplaque, al igual si conocemos a alguien que nos quiere podremos aplicar distintas palabras según la disposición (o estado) en el que se encuentre el receptor

Capítulo II: Emociones negativas

La ira


Esta emoción es la que promueve el sentimiento de venganza y menosprecio (éste ultimo sin justificación). También denota cierto tipo de placer, pues la realización de la venganza es una especie de satisfacción del individuo como si se cumpliera un sueño. En general nos irritamos contra quienes no valoramos en absoluto y también a los que nos menosprecian. 


Por otro lado, están las acciones por parte del otro que nos molestan, porque sucede que nos irritamos con las personas que se alegran de nuestras desgracias y de igual manera, contra quienes no son preocupados de burlarse de nosotros. Contra quienes ironizan contra nosotros, pues la ironía es señal de desprecio, así como el olvido y despreocupación de fechas importantes. 


El menosprecio


Es la opinión de que algo no se considera en absoluto digno. Se derivan tres formas de menosprecio en total: 



  1. Desprecio: cuando se desprecia lo que no tiene valor.
  2. Humillación: cuando se un sujeto impide los propósitos del otro. 
  3. Ultraje: cuando se dice o hace aquello de lo que la victima se avergüenza. La razón del porqué se hace el ultraje es el complejo de superioridad. El único animo con que se hace es por disfrute. 

Estas son algunas de las emociones que representan los estados de animo contrarios al bienestar. El orador debe tomar esto en cuenta para dirigir la disposición de la audiencia hacia la indignación de quien se acusa. 

Capítulo III: Emociones positivas

Hablemos ahora de las emociones contrarias a la indignación y a la ira. Estas son la calma y la quietud que al mismo tiempo aplacan a la ira. 

Los ejemplos que nos da Aristóteles con respecto a la calma son en referencia a la ira, es decir, nos enojamos contra quienes no reciben un castigo realmente merecido, pero nos calmamos cuando sí lo reciben. 

También sucede contra quienes se humillan y no discuten para nada. En efecto, no hay por qué encolerizarse contra quien comete daño contra sí mismo. A los que nos hablan en serio cuando les hablamos en serio, pues significa que nos tienen en consideración. No nos indignamos con quienes tienen ira contra nosotros porque esa ira significa que nos toman en cuenta, nos reconocen. También estamos en calma cuando el tiempo de ira ya ha pasado. 

Capítulo IV: El amor y el odio

Desde aquí hasta el capítulo XI hablaremos de todas las cosas que implican el ''pathos'', es decir, lo que hace modificar el juicio de la audiencia. Para esto, es fundamental conocer los diversos tipos de emociones y sentimientos para guiar a la audiencia. 

Amistad

Para identificar el amor es necesario nombrar las características de éste en cuanto a la amistad. Recordemos que el amor para los griegos no es necesariamente una relación entre parejas, sino que también entre amigos. Enumeremos las ocasiones en que ocurre la amistad.

  • Cuando alguien comparte nuestras alegrías y derrotas. 
  • Cuando alguien gusta de las mismas cosas que nosotros. 
  • Cuando alguien se porta bien con nosotros.
  • Cuando alguien ama a quien nosotros amamos.
  • Cuando alguien tiene los mismos enemigos que nosotros.
  • Cuando alguien nos ayuda en términos monetarios o de seguridad. 
  • Cuando alguien es razonable y por lo tanto justo. 
  • Cuando la compañía de alguien nos resulta agradable.
  • Cuando alguien es capaz de hacer una broma y aguantarlas.
  • Cuando alguien elogia nuestras cualidades.
  • Cuando alguien no es calumniador.
  • Cuando alguien nos toma en serio. 
  • Cuando alguien es semejante a nosotros.
  • Cuando alguien desea lo mismo que nosotros.
  • Cuando no nos da vergüenza hacer algo frente a ellos.
  • Cuando alguien no nos viene con disimulos. 
  • Cuando alguien nos da ánimos y nos apoya.

En general, estas son las ocasiones en que podemos reconocer la amistad. Obviamente, no podemos permanecer indiferentes ante estas muestras de amistad por lo que es recomendable hacer favores a quienes con nosotros son buenos. 

Enemistad

El odio es lo característico de la amistad y puede darse tanto en situaciones activas (de agresión) como pasivas (indiferencia). Entre el odio y la ira hay algunas diferencias que se deben tomar en cuenta. 

La ira sólo se da en lo general (odio a los hombres) y el odio solo se da en lo particular (odio a Sócrates). Por otro lado, la ira tiene su cura con el tiempo, mientras que el odio no tiene límite de tiempo por lo que no tiene cura. Además, la ira implica un sufrimiento y el odio a provocar el mal. 

Capítulo V: El temor y el ánimo

El temor

Nos basta identificar ahora mismo lo que es el temor y para ello nombraremos algunas características. El temor nace de la turbación de las cosas venideras que además representan algún mal. Por lo tanto, es factible pensar que no se le tiene temor a las cosas venideras que aún están muy lejanas como la muerte. Veamos ahora sí las características. Tenemos temor... 

  • Cuando la ira del enemigo puede hacernos daño en lo venidero.
  • Cuando alguien sabe que hemos hecho algo malo y nos puede denunciar. 
  • Cuando alguien ya ha cometido un delito y puede hacerlo contra nosotros.
  • Cuando alguien es superior a nosotros porque si entra en ira con nosotros, nos podrá hacer mucho daño.
  • Cuando alguien se libra de una persona superior a nosotros.
  • Cuando hacemos daño a alguien calmo, pues sus intenciones serán más difíciles de predecir. 
  • Cuando algo se nos hace imposible o depende absolutamente de los otros. 
  • Cuando las cosas no tienen remedio.

El ánimo

Desde otra perspectiva podemos vincular el temor con el ánimo, pues estas emociones debemos entenderlas a través de sus contrarios. Nos animamos...

  • Cuando las cosas temibles están lejanas y las salvadoras próximas.
  • Cuando disponemos de recursos para arreglar los problemas.
  • Cuando todas las cosas han salido bien.
  • Cuando nos enfrentamos a alguien inferior a nosotros.
  • Cuando no se han cometido delitos.
  • Cuando tenemos buena disposición con los dioses.
  • Cuando confiamos en que no nos pasaran males. 

Estas son algunas dicotomias que debemos tomar en cuenta para construir un discurso. 

Capítulo VI: Vergüenza y desvergüenza

La vergüenza sería una especie de perturbación frente a defectos de pasadas o venideras que causan descrédito en la persona, mientras que la desvergüenza es el menosprecio y la indiferencia respecto a los mismos defectos mencionados anteriormente. 

Vemos los casos en cuales se presenta la vergüenza:



  • Cuando aceptamos ayuda de alguien inferior a nosotros.
  • Cuando se toma a préstamo haciendo parecer que se pide.
  • Cuando se pide haciendo parecer que es reclamo.
  • Cuando no se toleran fatigas soportables. 
  • Cuando se atribuyen los méritos de otro.
  • Cuando no se participa de las cosas honrosas en que la mayoría lo hace.  
  • Cuando no se participa de la misma educación que los demás. 
  • Cuando se siente la culpa de todo.
  • Cuando nos ocurren cosas que nos llevan al descrédito.
  • Cuando hacemos actos deshonrosos
  • Cuando nos va mal y quien nos admiraba lo nota.

Generalmente ocurre que individualmente nos avergonzamos de las cosas (sobre todo considerando la lista anterior), pero ocurre que sentimos aún más vergüenza en presencia de quienes tenemos en cuenta. Estas personas son quienes nos admira, quienes admiramos, quienes deseamos que nos admiren, quienes están en competencia con nosotros y a quienes no despreciamos su opinión.

Para analizar la desvergüenza, basta aplicar la indiferencia a todos los actos mencionados anteriormente.

 Capítulo VII: Generosidad

La generosidad es la asistencia de quien necesita algo sin recibir nada a cambio. Las necesidades son deseos que si no se cumplen resulta doloroso para quien necesita. Por ejemplo, el que es pobre o el que es desterrado, si no recibe ayuda sufrirá enormemente; ahí entra la generosidad. 

Quien no es generoso hará todo lo contrario

Capítulo VIII: Compasión

Este sentimiento es un pesar ante la presencia de un mal destructivo, o un pesar que se siente sobre un daño injusto sobre algo o alguien. Ni los que son absolutamente felices o infelices pueden ser compadecidos pues unos lo tienen todo y lso otros ya no podrían estar peor. 

Veamos en que casos podemos sentir compasión.

  • Cuando ocurre algo relacionado con el mal y la destrucción.
  • Cuando ocurre una muerte o alguna enfermedad grave a un semejante.
  • Cuando un semejantes está falto de amigos. 
  • Cuando un semejante sufre deformidad, debilidad o parálisis.
  • Cuando alguien no puede disfrutar de un bien. 
  • Cuando un semejante de nuestra misma edad sufre porque ese dolor es como si nos perteneciera. 
  • Cuando personas de virtud están a punto de morir. 

Capítulo IX: Indignación

La indignación se presenta en nosotros cuando algo nos ocurre o les ocurre a los demás injustamente. Es todo lo contrario a compadecerse. Veamos cuando surge la indignación. Cuando alguien tiene un éxito inmerecido.

  • Cuando alguien tiene lo que verdaderamente no le corresponde.
  • Cuando alguien que es bueno no logra obtener cosas buenas.
  • Cuando alguien superior compite con alguien inferior. 

Ahora veamos qué clase de personas son inclinadas a indignarse.

  • Quienes poseen los mayores bienes porque quienes no tengan méritos no pueden tener los mismos bienes.
  • Quienes son ambiciosos con los bienes, pues cuando ven a otros tener los mismos se indignan.  

Como vemos, Aristóteles piensa que los hombres inferiores no pueden indignarse, pues no tienen nada para sentirse de ese modo. 

Capítulo X: Envidia

Este sentimiento se da cuando alguien igual a nosotros tienen una fortuna más abundante que nosotros. Veamos las cosas que nos provocan envidia.

  • Las cosas que afectan a nuestro honor y ambiciones de gloria. 
  • Las cosas que otros ganan por suerte.
  • Las personas que tienen nuestra misma edad, espacio y prestigio.
  • Las personas que nos representan competencia.
  • Las personas que están colmadas de prestigio y riquezas. 
  • Las personas que ganan lo que a nosotros nos corresponde.
  • Las personas que consiguen algo rápidamente en contraste a nosotros.

Estas son las cosas que nos afectan internamente y externamente con relación a la envidia. 

Capítulo XI: Emulación

La emulación básicamente consiste en imitar las virtudes y bienes ajenos con afán de superación. Los que emulan se creen dignos de bienes que aún no poseen y entonces comienzan a imitar las acciones de aquellas personas admiradas.

Veamos los casos donde existe la emulación.

  • Los jóvenes frecuentemente admiran a los más dignos. 
  • Existe hacia los hombres benefactores y nobles.
  • Existe hacia los hombres con valentía, sabiduría y poder.
  • Existe hacia los hombres que la gente admira o que nosotros admiramos.

Para identificar lo contrario a la emulación bastará aplicar estos conceptos de manera contraria. 

Capítulo XII: Modos de ser: jóvenes

Ya que hemos hablado del pathos y las distintas emociones y sentimientos que nos sirven para modificar la disposición de la audiencia, ahora baste hablar sobre el ethos. 

El ethos tiene que ver con cuatro cosas principalmente:



  1. Emociones: Todos las causas y efectos de los sentimientos nombrados anteriormente.
  2. Estados: Excelencias y vicios que escoge cada uno.
  3. Edades: Referidas a la juventud, a la madurez y a la vejez.
  4. Don de la fortuna: La nobleza de sangre, recursos y riquezas.

De esto se desprende que los jóvenes, los maduros y los ancianos tienen distintas emociones. Empecemos a analizar a los jóvenes y luego a los otros. 

Veamos algunas características de los jóvenes.

  • Propensos al deseo y a hacer lo que desean.
  • Son incapaces de dominar los deseos sexuales. 
  • Son temperamentales e instintivos. 
  • Desean siempre la superioridad y la victoria.
  • No son deseosos de dinero porque aún no conocen lo que es vivir a falta de este. 
  • Son confiables porque aún no les engañan.
  • Están llenos de esperanza. 
  • Son engañados fácilmente pues por tener mucha esperanza.
  • Son vergonzosos y generosos pues aun no son engañados.
  • Son seguros de sí mismos y creen saberlo todo. 
  • Son propensos a reír y son bromistas.

Estos son los modos de ser de los jóvenes.

Capítulo XIII: Modos de ser: viejos


En esta fase todo es menos excesivo, es decir, todo lo contrario al adolescente, pues el maduro ya ha sido engañado y decepcionado por lo que tiene más precaución. 

Veamos algunas características de éste modo de ser.



  • Son malhumorados ya que todo lo ven por el peor lado.
  • Son suspicaces por su desconfianza y desconfiados por su experiencia.
  • No aman ni odian apasionadamente.
  • Son pobres de espíritu porque sólo necesitan lo necesario para vivir.
  • Son mezquinos por conocen la necesidad del dinero. 
  • Son cobardes.
  • Son desvergonzados porque no les importa lo que puedan pensar de ellos.
  • No son proclives a la esperanza pues han sido engañados muchas veces.
  • Son proclives al pasado más que a la esperanza. 
  • No actúan por sus impulsos, pero si por el ánimo de lucro.
  • Son compasivos por amor a sus semejantes.
  • Son enojosos y no bromistas.
Así es como entendemos que los viejos son lo contrario a los jóvenes en términos de actitud (o ethos).

Capítulo XIV: Modos de ser: maduros

Los hombres maduros son un intermedio entre los jóvenes y los viejos, se encuentran en un justo medio entre ambas actitudes. No sólo eso, el maduro puede tener todas las características provechosas de las dos edad anteriormente mencionadas. ¿Cuándo se llega a ser maduro o madura? según Aristóteles a los 30 años de edad. 


Capítulo XV: Don de la fortuna

Para entender bien esta sección debemos conocer el término de ''abolengo'', es decir, la persona que tiene una descendencia de antepasados con poder y gloria. Cuando los antepasados de estas personas son hombres de bien, su legado de excelencia dura mucho tiempo, pero puede desgastarse y así pueden nacer hombres con no mucha inteligencia. 

Capítulo XVI: Modos de ser: ricos

Así como hemos visto los modos de ser de las edades en general, ahora toca hablar sobre personas que califican como ''ricas''. 

Veamos algunas de sus características.
  • Son insolentes y arrogantes porque son afectados por la posesión y la riqueza. 
  • Son inclinados a la molicie y a la ostentación.
  • Son soberbios e incontinentes. 

Todas las malas acciones que cometen no las hacen simplemente por maldad, sino por soberbia e indiferencia. 

Capítulo XVII: Modos de ser: poderosos

Los poderosos son mucho más arrogantes que los ricos puesto que son más importantes que ellos. Si bien son diferentes, los poderosos también comparten el concepto de fortuna con los ricos. Así como son importantes, estos son vistos por todo el mundo y con razón de eso deben moderarse más que los ricos. 

Capítulo XVIII: El discurso y su forma

A la hora de discutir, disuadir, convencer o persuadir debemos tener en cuenta a la persona que queremos hacer todo esto, pues es justamente ésta persona el juez de nuestra capacidad de convencimiento, ya sea un discurso de exhibición, forense o deliberativo. Muchas veces debemos entender a este juez como un rival porque posterior al discurso puede venir la contra argumentación. 

El discurso debe formarse de manera tal que todos los caracteres (ethos) y las disposiciones (pathos)  nos ayuden a convencer a nuestra audiencia. 

Capítulo XIX: Lo posible y lo imposible

Antes de mirar esta sección será de mucha ayuda revisar los apuntes de Peri hermeneias de éste blog.

Lo posible es todo lo que es y lo que puede llegar a ser y al mismo tiempo, su contrario puede darnos una posibilidad. Por ejemplo que un hombre enferme, también puede significar que sane y viceversa. También se entiende por grados, pues cuando es posible que una casa bella exista, más posible aún será que una casa normal exista. 

Así mismo sucede que quien realizó un acción también tuvo la intención de hacerla y viceversa; por ejemplo, quien sedujo primero tuvo la intención de seducir. Esta forma de posibilidad está unida a la frecuencia con que pasan las cosas, es decir, lo que ocurre mayormente. 

Capítulo XX: Argumentos comunes

Lo que comprende los argumentos comunes son el ejemplo y el entimema. 

Ejemplo

Este tipo de argumento tiene dos tipos; el que se refiere a hechos ocurridos anteriormente y otros se deben a la imaginación (fábulas esópicas(1)). 

  • El primer tipo de ejemplo tiene que ver con recurrir a hechos pasados (en el contexto de Aristóteles ejemplos históricos), donde una realidad es inmodificable; por ejemplo, el sometimiento del rey Darío a Egipto. 



  • Luego tenemos los ejemplos que vienen de la imaginación o de los cuentos; por ejemplo, las fábulas de Esópo donde un caballo estaba un prado y un pájaro le estropeaba el pasto. Para castigarle, el caballo habló con un hombre pero éste último le pidió una condición; ponerle riendas y montarlo. Cuando el caballo aceptó , el animal quedó completamente esclavizado al hombre. Moraleja: cuidado de castigar a los enemigos, pues por malas intenciones nos llega a nosotros el castigo. 



Las fábulas son útiles en el discurso político, pues, al no tener acontecimientos históricos que nos den sustento a la argumentación, podremos recurrir a una fábula que tenga semejanza con la argumentación. A pesar de que éste método es fácil de emplear, es mucho más conveniente servirse de los hechos y ocurridos porque lo que ya ha ocurrido es más probable que vuelva a ocurrir.

Entimema

Decíamos en el primer libro de éste tratado que un entimema es un razonamiento que sólo necesita dos premisas para ser lógico; por ejemplo, de que se llame Ana se deduce que es mujer. 

La idea de utilización de ejemplos y entimemas es que se tenga una estructura argumentativa más sólida. Primero debemos enunciar el entimema para luego dar lugar al ejemplo, si se hace de manera contraria, la argumentación será inductiva (de lo particular a lo general) lo cual no sirve para la retórica. Además si se comienza con ejemplos se tendrá que dar muchos para hacerse entender, si empezamos con el entimema sólo bastará un ejemplo. 

Capítulo XXI: Las sentencias(2) en el discurso

La sentencia es una frase referida a cosas generales y en ningún caso particulares. Frecuentemente (y sobre todo en la Antigua Grecia) dichas frases sólo se usan para referenciar comportamientos o prácticas. Cuando en un entimema se toman las premisas de maneras separadas, tenemos sentencias. 

Sentencia y entimema

Por ejemplo:

''Nunca debe un varón que esté naturalmente en sus cabales instruir a sus hijos hasta hacerlos demasiado sabios''

El ejemplo anterior es una sentencia porque no está indicado el motivo de por qué no se debe instruir a los jóvenes hasta hacerlos demasiado sabios.

Ahora pongamos la razón:

''Porque aparte de la holganza que ello trae consigo, se ganan la envidia y la enemistad de sus conciudadanos''.

Y es con el conjunto de la sentencia y la razón que formamos el entimema. Por lo tanto, la sentencia es parte de un entimema y además no entrega motivo. Veamos otro ejemplo:

Sentencia: ''No hay varón que sea feliz''
Entimema: ''No hay varón que sea feliz porque será esclavo del dinero o de la suerte''. 

Cuatro tipos de sentencia

Por lo que se dijo anteriormente, fácilmente se pueden deducir cuatro tipos de sentencias:


  1. La que lleva añadidura: aquellas que son partes de un entimema; por ejemplo, ''Nunca debe un varón en sus cabales...''. 
  2. La que no lleva añadidura: aquellas que son evidentes a simple vista; por ejemplo, ''Para un varón lo mejor es estar sano''.
  3. Las que son paradójicas y dudosas: aquellas que no son evidentes y necesitan más explicación; por ejemplo, ''así que yo, dado que ni se debe provocar la envidia ni holgazanear, afirmo que no debemos recibir instrucción''.
  4. Las que no expresan paradoja ni duda: si bien no son paradójicas ni dudosas, no son evidentes a primera vista; por ejemplo, ''No se debe ser desmesurado, si no se quiere que las cigarras canten desde el suelo''. 

La utilización de sentencias solo se puede dar en al edad adulta y no en la jóven porque es en esas edad en la que se puede hablar con propiedad debido a la experiencia. 

En un principio siempre se debe recurrir a las sentencias más trilladas hay antiguas si no se puede construir una propia. Los proverbios, la forma más popularizada de sentencias como por ejemplo; ''conócete a tí mismo'', pueden ser contradecidas gracias a las sentencias pues bien podría decir uno: ''Porque si éste se hubiera conocido a sí mismo no habría pretendido ser general''.  

Por supuesto, el ethos será clave en las sentencias ya que la expresión de estas añade un elemento más para el convencimiento. De hecho, las sentencias sirven mucho para el público que es vulgar, pues ellos se sienten muy bien con las cosas que coinciden con su opinión. Así, la sentencia como una oración que expresa generalidad, debe ir acorde con el auditorio para ser generalizable. 

Finalmente, las sentencias proporcionan al discurso un modo de ser (ethos) con el cual puede convencer de mucha mejor manera a la audiencia. 

Capítulo XXII: Argumentos del entimema

Es estrictamente necesario que un entimema comience de cosas generales y conocidas para la audiencia. No sólo el orador debe tener en cuenta esto, sino que también aquellos que son defensores o acusadores. Desde aquí veremos todo el análisis del razonamiento (Logos).

La idea de esto es aclarar la demostración argumentativa que se hace en un discurso. Por eso, también hay que evitar los elogios triviales, pues, si elogiamos a Aquiles por ser hombre, no lo estaríamos elogiando más que a Sócrates. Para evitar esto, diremos que Aquiles fue virtuoso por matar Héctor y Sócrates por refutar a Hipias. 

Líneas de razonamiento

Sigamos con los entimemas y dividamos en dos según las líneas de razonamiento que se dan en los entimemas, pues hay entimemas de dos tipos:

  • Demostrativos: Se forma a través de proposiciones compatibles.
  • Refutativos: Se forma a través de proposiciones incompatibles.

Veamos otras líneas de razonamiento de manera detallada. 

Capítulo XXIII: Otras líneas de razonamiento

El entimema demostrativo hace que una argumentación tenga una defensa, es decir, cuando defendemos una posición. El entimema refutativo, evidentemente, refutamos una posición u opinión. 

Por lo demás, también hay otras líneas de razonamiento(3):

  • Semejanza de las palabras: justo puede ser semejante a beneficioso, aunque no podemos decir que morir justamente es beneficioso por lo que se debe tener cuidado con ésta línea. 
  • Lo más y lo menos: se usa cuando decimos que si algo no se aplica a una determinada cosa, menos se aplicará a otra. Por ejemplo, si la inmortalidad no la tienen los humanos, menos la tendrán los animales. También puede hacerse del modo inverso. 
  • El tiempo: se usa cuando se piensa en una situación pasada y que hubiera pasado si se hubiera hecho de otra manera. Por ejemplo, ''Si hubiera hecho mis cosas, ahora no estaría en problemas''. 
  • Lo dicho por otro: se usa cuando se quiere usar lo dicho o hecho por alguien en su contra. Por ejemplo, ''Dices hay que ser bueno con los adultos, pero no eres bueno con tus padres''. 
  • Definición: se usa cuando quiere probarse las creencias o pensamientos de quien habla. Por ejemplo, ''Si existe un primer motor, entonces crees en Dios''.  
  • Diferencias de términos (Homónimos): se usa para dar otro significado a una palabra. Por ejemplo., la palabra agudo puede significar ''delgado'', pero en otro contexto puede relacionarse con el acento al hablar. 
  • División: cuando de una imposibilidad no se puede plantear una posibilidad: Por ejemplo, si todos los hombres cometen tres tipos de injusticias, si uno no comete las dos primeras, menos la última. 
  • Inducción: cuando se generaliza una situación por semejanza de otra. Por ejemplo, ''Si no cuida sus caballos, no será recomendable que cuide los ajenos''.
  • Decisión: cuando se recurre a un hecho anterior para juzgar con sustento. Por ejemplo, ''La muerte es un mal porque los dioses lo han hecho así, de otro modo, ellos morirían''. 
  • Por partes: cuando del todo se predica sus partes. Por ejemplo, ''Si Sócrates es ateo, ¿a qué Dios ofendió?''
  • Exhortar y elogiar: cuando se exhorta o disuade de dos cosas contrapuestas. Por ejemplo, ''Si tus razones son justas, los dioses te amarán, pero si no lo son los hombres te odiarán''. 
  • Proporción entre términos: guardar proporción entre términos que pueden confundirse. Por ejemplo, decir que los hombres bajos son niños, o que los niños grandes son adultos, en cuanto al tamaño.
  • Igualdad de antecedente y precedente: cuando una causa y un efecto es el mismo. Por ejemplo, ''dar la tierra y el agua es ser esclavo''. 
  • Elección de un antes y después: cuando en un determinado tiempo se hace una cosa y luego de un acontecimiento otra. Por ejemplo, ''Si nos exiliamos para volver a luchar, ahora que hemos vuelto ¿nos exiliaremos para no luchar?''.
  • Lo que resulta increíble: cuando se habla sobre algo inverosímil, pero increíble. Por ejemplo, ''las leyes necesitan leyes que las corrijan'' (pero es inverosímil que un concepto abstracto necesite de otro y encima ser corregido).
  • Contradicción general: cuando se emplea una contradicción sobre cualquier cuestión. Por ejemplo, ''dicen que soy inclinado a los pleitos, pero no pueden probar que he estado en uno''. 
  • Falsa impresión de los hechos: cuando se habla de una situación que parece otra. Por ejemplo, cuando un niño se cayó encima de su madre, parecía que le hacía el amor, pero en realidad solos e cayó encima''.
  • Causa: cuando se habla de una cosa y una causa que necesariamente deben existir, es decir, sin causa no existe cosa y sin la cosa no existe la causa. Por ejemplo, ''para que tu existas debieron existir tus padres''. 
  • Posibilidad de acción: cuando se piensa en cómo una cosa podría haber sido mejor si se hubiera actuado de otra manera. Por ejemplo, ''si hubiera estudiado, no me habría sacado mala calificación''.
  • Contradicción de cosas pasadas: cuando se contradice algo que se ha establecido como hecho en el pasado. Por ejemplo, cuando a Jenofonte le preguntan si debe hacer sacrificios a Leucotea(4), a lo que Jenofonte respondió ''si creen que es una diosa háganlo, si no es diosa, no hagan sacrificios''.
  • Acusación y defensa por errores anteriores: cuando se juzga un hecho reciente a partir de uno antiguo. Por ejemplo, ''mató a sus hijos así como mató a su mascota''.
  • Basadas en la etimología del nombre: cuando se emplea el nombre como una definición a una persona. Por ejemplo, ''Como razón tu nombre es Sidero (''hierro'') por tu modo de pensar''. 

Los entimemas refutativos son mucho más efectivos que lso demostrativos porque nos muestra la breve síntesis de los contrarios. Pero de todas formas, los dos son buenos en cuanto a que unos se pueden entender a primera vista, y por lo tanto toda la gente se complace en escucharlos, y los que no se entienden pero logran entenderse también complacen, pues es gratificante lograr entenderlos(5)

Capítulo XXIV: Entimemas falsos y verdaderos

Así como hay entimemas verdaderos que se expresan en las líneas de razonamiento, también existen entimemas que parecen ser verdaderos o derechamente, falsos. 

Veamos algunos de los entimemas aparentes:

  • Expresión: cuando se llega a una conclusión son haber razonado correctamente. Por ejemplo, decir ''Si no es esto es lo otro''.
  • Parte y conjunto: cuando se afirma de un conjunto una parte o de una parte un conjunto. Por ejemplo, decir que la palabra se conoce porque se conoce las letras, o se conoce las letras por la palabra. 
  • Amplificación: cuando se trata de amplificar un hecho que  ha ocurrido o no ha ocurrido.
  • Signo o indicio: cuando se juzga a partir de ciertos rasgos que nos aportan las personas o cosas. Por ejemplo, ''Si el delinquió, entonces es un hombre malo''. 
  • Accidente: cuando se da una casualidad en los hechos de un evento. Por ejemplo, ''que las arañas eliminen a otros insectos malos en una casa''. No es que estén ayudando en una casa, sino que sólo responden a su naturaleza. 
  • Continuación o consecuencia: cuando se relaciona una actitud con ciertas actividades. Por ejemplo, ''si se viste elegante en la noche es porque es adultero''. 
  • Causa falsa: cuando se presenta algo que no es causa como causa. Por ejemplo, ''La segunda guerra mundial ocurrió porque ocurrió la primera''. 
  • Omisión de momento y circunstancia: cuando en una acción hay un momento o circunstancia que se omite. Por ejemplo, ''golpear a hombres libres es un ultraje'', pero no es un ultraje si dicho hombre ha cometido injusticia. 

Estos son en general los entimemas verdaderos y aparentes que se dan en la retórica. Básicamente, los aparentes consisten en generalizar lo particular o particularizar lo general(6)

Capítulo XXV: Refutación en el entimema

Hay dos maneras de hacer una refutación: una por demostrar un razonamiento contrario y otra por promover una objeción.

Las objeciones puede darse de cuatro maneras:

A partir del mismo entimema

Entimema: ''el amor es bueno''.
Objeción general: ¿el amor incestuoso también?
Objeción particular: ¿el amor de Cauno(7) también es bueno?

A partir de uno contrario:

Entimema: ''El hombre de bien beneficia a todos sus amigos''
Objeción: no a todos sus amigos, pues ni el hombre malo hace mal a todos.

A partir de uno semejante

Entimema: ''Los que son maltratados siempre responden con odio''
Objeción: los que han sido bien tratados tampoco responden con amor. 

A partir de decisiones previamente tomadas:

Entimema: ''Se debe perdonar a los borrachos porque no saben lo que hacen''.
Objeción: entonces Pítaco no es digno de elogio, pues dictó duras penas para los borrachos. 


Es así como un entimema o una oración es fácilmente refutable cuando este es aparentemente verdadero. Bastará aplicar una de las objeciones mostradas anteriormente. 

Conclusión

Será de utilidad saber que este libro es un complemento perfecto de Tópicos y Refutaciones Sofísticas. En efecto, es fundamental conocer la construcción e intención de las falacias para pronunciar un discurso convincente, y bueno, también para refutarlo de la manera más apropiada. Es increíble ver como Aristóteles se dio el tiempo de tomar cada emoción y sentimiento (pathos) para dar una coherencia al discurso, además de analizar el carácter que se debe tener en ellos (ethos). Trabajo que obviamente no ha sido en vano, pues no es fácil definir las actitudes humanas en un solo libro Seguramente, La Retórica fue una especie de manual para los filósofos, políticos, retóricos y oradores posteriores (Séneca o Cicerón por ejemplo).