sábado, 22 de agosto de 2015

Aristóteles - Órganon (o tratados de lógica): Refutaciones Sofísticas.

Dicen que este libro es en realidad el apéndice del libro anterior ''Tópicos'' porque de alguna manera, el tema de las refutaciones sofísticas ya se ha visto suficientemente en los libros precedentes a éste tratado. Es aquí donde veremos, sistemáticamente ordenadas, todos los errores y falacias que se encuentran en el razonamiento lógico. Veremos muchas referencias a libros anteriores de Platón tales como Eutidemo, Gorgias, y Protágoras. Como hemos visto en otros libros, los sofistas solo presentan un argumento aparente, con una solución aparente y que no lleva a ninguna conclusión satisfactoria (o si se prefiere, ambigua). Insisto que la lectura de este análisis requiere de la lectura de los análisis previos: CategoríasPeri HermeneiasPrimeros Analíticos (Libro I)Primeros Analíticos (Libro II)Segundos Analíticos y Tópicos.

Definiciones:

(1) El solecismo es un error de sintaxis. Por ejemplo, decir ''me duele mi cabeza'' en vez de ''me duele la cabeza'' es un error de sintaxis.
(2) Tautología: Palabra que en griego antiguo significa:''decir lo mismo''. 

Referencias:

(1) También llamada falacia de equivocación.
(2) Para más información véase Eutidemo.
(3) También llamada falacia de composición.
(4) También llamada falacia de falsa expresión; en retórica, se llama figura de dicción.
(5) También llamada falacia dicto simpliciter.
(6) Algo parecido a la psicología inversa. 
(7) Aristóteles hace una crítica a la teoría de las ideas de Platón. En efecto, si decimos que un hombre es un hombre porque participa de la idea de hombre, ¿de qué idea participa la idea del hombre? y así iremos hasta el infinito. 

Refutaciones sofísticas

(De las falacias y paralogismos)

SECCIÓN PRIMERA: PARALOGISMOS

Los paralogismos tienen la apariencia de ser silogismos verdaderos, pero en realidad no lo son. Este libro se encargará de revisar las falacias que existen en ellos y su correspondiente ejemplo.

La apariencia tras las argumentaciones

La refutación es la contradicción de una conclusión determinada. Aristóteles nos dice que las refutaciones que hacen los  sofistas no son en realidad verdaderas refutaciones, sólo dan la apariencia de refutación.

Una de las formas de refutar que tienen los sofistas tiene que ver con el uso de palabras. El problema es que dichas refutaciones en base a las palabras, no tienen relación con las cosas que se están discutiendo y es por esto que se da la apariencia de existir refutación. Este es fundamentalmente el papel del sofista; establecer una proposición de manera aparente. 


Primeros objetivos de un sofista

Existen cuatro tipos de razonamientos en el discurso:

  1. Instructivo o demostrativos: Que parte de los principios propios de cada ciencia. 
  2. Dialéctico: Que parte de principios probables y concluye silogísticamente la contradicción.
  3. Ejercitativo: Que parte de principios sentados por el que responde y que el otro interlocutor debe necesariamente conocer. 
  4. Contencioso: Que parte de principios probables, pero que no lo son.

Estos tipos de razonamiento ya los habíamos visto en los libros de los analíticos. De estos cuatro, el último tiene que ver con el argumento que dan los sofistas.

El modo de los sofistas


Las proposiciones con que parten los sofistas son cinco en total:


  1. Refutación: Dar a conocer que refutan al contrincante.
  2. Error: Dar a conocer al que es refutado el error que ha cometido.
  3. Paradoja: Sentar la máxima de un filósofo que implique paradoja.
  4. Solecismo(1): Obligar al refutado a asumir que lo dicho por él es un barbarismo. 
  5. Repetición: Hacer repetir al refutado las mismas cosas. 

Por lo demás, como se dijo anteriormente, los sofistas se ayudan de las palabras para refutar. En el razonamiento existen por lo menos dos maneras de hacer falacias; unas son las que dependen de la palabra y otras que no dependen de la palabra. 

Falacias que dependen de las palabras

Las que dependen de la palabra son las siguientes:

  1. Homonimia 
  2. Anfibología
  3. Combinación
  4. División
  5. Prosodia 
  6. Forma de la palabra

Homonimia(1)

En cuanto a la homonimia, esta se entiende por las palabras que tiene muchos sentidos. Por ejemplo, aprender tiene otros significados como adquirir, conocer y comprender. 

Un ejemplo en contexto sería decir que ''los males son bienes''. ¿Cómo es posible esto? con la ayuda de la frase ''debe ser''. Pensemos en esto, los bienes deben ser porque es de necesidad que existan bienes; por otro lado, los males también deben ser porque es inevitable que existan. Luego, los males son bienes porque existen al igual que los bienes. Así se produce una confusión en la discusión.

¿Recuerdan el libro Eutidemo de Platón? Pues es aquí donde se presenta este tipo de falacia. Clinias, quien era atacado por las incesantes interrogantes de Eutidemo y su hermano Dionisodoro, contestaba mal una y otra vez a las preguntas de los hermanos. 

Si recuerdan bien, la discusión se había originado porque Clinias le decía a Eutidemo que las personas ignorantes no aprendían simplemente porque no sabían las cosas. De este modo, los hermanos provocaban a propósito una confusión a Clinias, usando los homónimos ''aprender'' y ''saber''(2).

Anfibología

Esta palabra viene del griego antiguo ''amfibolos'' que significa ambiguo. Como su misma etimología indica, cuando se produce ésta falacia, al mismo tiempo se genera ambigüedad con respecto a lo que se dice.  Por ejemplo, la siguiente frase ''el que conoce: ¿conoce esto?'' De aquí se entienden dos cosas: quien conoce o conoce en sí (es decir tiene conocimiento de cosas) o que conoce la cosa por la cual se pregunta

Otro ejemplo, ¿el que calla habla? Aquí se entienden dos cosas: una es que si el que habla se calla o que todas las cosas que se callan hablan. 

Volvamos a Eutidemo. Dionisodoro discute con Ctésipo sobre si se puede hablar callado. Ctésipo afirma que esto no sería posible, pero Dionisodoro le dice: ¿no sería posible hablar callado si se nombrasen cosas como piedra, madera o hierro? Lo que quiso decir aquí Dionisodoro es que ''hablar callando'' es lo mismo que ''se hable sobre cosas que callan''.

Combinación(3)

Esta falacia ocurre cuando se unen dos cosas que se pretenden que sean iguales. Por ejemplo, cuando se dice que un hombre sentado camina o que quien no escribe escriba. La idea de resolver ésta falacia es que las ideas se tengan que unir y no separar. Por ejemplo, el hombre sentado puede llegar a caminar y el que no escribe puede llegar a escribir. En este caso, la expresión ''puede llegar'' une las dos ideas que estaban separadas.

División

La división es todo lo contrario de la combinación. Aquí las palabras son erróneas cuando están juntas, y la solución es separarlas. Por ejemplo, ''dos y tres son par e impar, ahora bien dos y tres son cinco, por lo tanto cinco es par e impar''. Como vemos en este evidente error, dos y tres no pueden ser par e impar, por lo tanto hay que separar el uno del otro y decir que dos es par y tres impar. 

Prosodia

La prosodia surge de la acentuación de una proposición, pero que luego se cambia por una cuestión de conveniencia. Por ejemplo, decir ''tomo cerveza'' por ''tomó cerveza''.

Forma de la palabra

Esta falacia ocurre cuando cierta palabra contraria a una cosa, se expresa igual que dicha cosa. Generalmente se usa para dar más énfasis a las palabras(4). Por ejemplo, decir que una ''amante'' es ''flamante'', o que la ''salud'' es ''grande''.


 Falacias que no dependen de las palabras

Las que no dependen de las palabras son las siguientes:

  1. Accidente
  2. Relativos con absolutos
  3. Ignorancia a la refutación
  4. Ignorancia a la consecuencia
  5. Petición de principio
  6. Causa falsa
  7. Preguntas múltiples

Accidente(5)

Esta es una falacia muy común que hasta el día de hoy se utiliza. En realidad, esta falacia es un tipo de generalización donde no se considera ninguna excepción. Por ejemplo, si Corisco es otra cosa que hombre, entonces Corisco es otra cosa que él mismo porque es un hombre. Otro ejemplo sería: ''todas las aves tienen plumas'' lo cual sería falso, puesto que el pingüino es un ave y no tiene plumas.

Relativos con absolutos

La falacia a explicar tiene como característica considerar lo absoluto como algo relativo. La forma en que se construye es a partir de lo particular a lo general; de este modo, se generaliza lo que se hizo particular. Por ejemplo, ''si el gato tiene dientes blancos; entonces el gato es blanco''. Aquí se confunde la parte con el todo. 

Ignorancia a la refutación

Se produce cuando se hace una contradicción aparente ignorando la verdadera contradicción que debiera realizarse. Por ejemplo, ''el número dos es doble y no doble porque es el doble de uno y no es el doble de tres''. 

Ignorancia a la consecuencia 

Esta se da a través de una consecuencia o conclusión recíproca. Por ejemplo, sacar como conclusión que ha llovido porque la tierra está mojada.  

Petición de principio

Para más detalle sobre esta falacia, consultar el apunte del Segundo libro de Primeros Analíticos. Se encuentra en la parte ''vicios del silogismo''.

Causa falsa

Sucede cuando una causa que se toma por verdadera, en realidad es falsa. Esta falacia corresponden a lo que hemos visto en libros anteriores como ''reducción al absurdo''. Por ejemplo, supongamos que el alma y la vida son la misma cosa; luego digamos que la vida y la muerte son contrarias, así como la corrupción y la generación son contrarias. De aquí se saca que la muerte es corrupción y la vida generación. Aquí hay presente un error, puesto que la corrupción cuando se es vida ya se ha sido engendrado y no se está en generación (o proceso).

Preguntas múltiples

Acontece cuando en una pregunta se ha formulado dos preguntas. Por ejemplo, ¿la tierra es mar o cielo? La respuesta que se de va a ser errónea. Aquí sucede que no se divide la definición con la proposición.


Cómo ocurren estos errores

De este modo se construyen trece falacias en total. Es preciso entender que unas ocurren por un doble sentido como en el ejemplo de la Homonimia, Anfibología y forma de la palabra; mientras que otras (combinación, división y prosodia) son paralogismos donde las palabras son diferentes. 

La falta de sentido que tienen las primeras falacias es que no tienen definición, o que ésta misma no se ha logrado alcanzar de manera satisfactoria. 

En la homonimia y en las falacias referidas a la definición, es el doble sentido que tiene cada palabra la que nos trae problemas. Existen errores mucho menos perceptibles como el de la forma de la palabra o la prosodia, donde es mucho más difícil poder refutar. 

Así, los sofistas se dedican a refutar con proposiciones falsas y aparentes a todos su contrincantes. Su objetivo con estos razonamientos es avergonzar y reducir a la ignorancia, a cada contrincante que este dispuesto a dialogar con ellos. Aristóteles define la refutación sofística de la siguiente manera:



''La refutación sofística no es en absoluto una refutación, es una refutación sólo par acierto interlocutor''.


Las refutaciones verdaderas son infinitas puesto que las ciencias también lo son. Si las ciencias son infinitas, entonces las demostraciones también lo son, y si las refutaciones verdaderas son infinitas, pues las falsas también lo serán. Sería una gran tarea (por no decir imposible) tratar de refutar todas las proposiciones falsas, pero al menos hay que tratar de hacerlo con las que se puedan. 

Palabras y pensamiento

¿Será que estos dos conceptos difieren entre sí? La verdad no. Aristóteles asegura que de hecho, el pensamiento es la palabra. En efecto, cuando se discute con palabras, es necesario servirnos sin condiciones del pensamiento. Es el razonamiento del pensamiento el que dirige el razonamiento de las palabras. 

A pesar de esto, pareciera que no hay un tipo de razonamiento propio del pensamiento. De hecho, es más probable que se estime que las dudas que se tengan con respecto a una cosa, sean llevadas o desarrolladas a través de las palabras. Pero si es así, entonces el pensamiento no tendría un género definido en sí. 


Segundo objetivo del sofista

No muy diferente a lo que pensaba Platón, Aristóteles nos dice que los sofistas lucran con sus ''enseñanzas'' basadas en especulaciones y apariencias que dejan asombrados a sus interlocutores. 

Propósitos del sofista:

  • Cuando el sofista quiere obtener una victoria aparente, entonces es contencioso. 
  • Cuando quiere tener una sabiduría aparente, entonces es silogístico.
  • Probar al interlocutor que se engaña y que precisa cosas improbables.

Una cuestión clave dentro del segundo objetivo del sofista es que necesita que su contrincante no establezca ninguna tesis. Esto quiere decir que solamente debe quedarse en las preguntas hechas por los sofistas. La clave para resarcir dichas preguntas sofísticas es establecer una tesis fuerte en argumentos, por supuesto, no siempre es buena la tesis que pueda formularse. 

Tercer objetivo del sofista

El tercer objetivo de los sofistas para argumentar es usar la paradoja. Una paradoja es un principio sentado por algún filósofo o pensador. Por ejemplo, ''es preferible ser pobre con honor que rico en deshonra''.    

Estas paradojas se usan frecuentemente para defender un punto de vista. Para hacer efectiva dicha argumentación, es necesario que el contrincante manifieste su opinión sobre dicha cita, ya que no siempre se condice lo que se dice con lo que se piensa. Aristóteles nos dice que cuando se impone una máxima, se debe pedir la opinión del contrincante y si la expresase, pedir que exprese las ocultas. Así se arrastra a la paradoja porque lo que la persona dice no es equivalente a lo que piensa. 

Un ejemplo lo vemos en el libro Gorgias de Platón. ¿Recuerdan cuando Calicles diferenciaba entre justicia y naturaleza, diciendo que la naturaleza era fea según la ley y la justicia era bella según la ley?

Recordemos más específicamente lo que Calicles quería establecer:


  • En la naturaleza es justo que unos sean superiores a otros.
  • En la ley es injusto que unos sean superiores a otros. 


De esta forma, quien afirme que la naturaleza es justa, bastará responder que en la ley no es así; y si responde que la ley es injusta, bastará responder que en la naturaleza no es así. 

Por lo tanto, la paradoja queda establecida y el contrincante quedará atrapado entre los dos conceptos; no podrá responder correctamente porque cualquier decisión estará equivocada. 

A un nivel más simple, existen muchas preguntas que nos dejan en paradojas:
  • ¿Debería uno obedecer a los sabios o a los padres?
  • ¿Debería uno obrar guiándose por su propio interés o por los de la ley?
  • ¿Es más injusto hacer el mal o padecerlo?

 Estos son los tópicos de donde se construyen las paradojas. 

Cuarto objetivo del sofista

Este objetivo consta de llevar al adversario a aceptar ''simplezas'' o en palabras actuales, Tautología(2). Por ejemplo, decir ''si el doble es el doble de la mitad, se dirá el doble de la mitad de la mitad''. Si lo analizamos, lo que acabamos de decir es totalmente obvio y simple.

Otro ejemplo de tautología sería decir: ''lo vi con mis propios ojos''. Esto es obvio y además de eso, se refiere a una sola cosa dos veces. 

Quinto objetivo del sofista

El último objetivo del sofista es hacer que el contrincante cometa un solecismo sin haberlo cometido realmente. 


Según Aristóteles, la mayoría de los solecismos se cometen con la palabra ''esto''. Esto ocurre cuando ésta palabra no expresa ni género masculino ni femenino, sino que neutro. Sin embargo, a veces también expresa o masculino, o femenino.

Protágoras afirmaba que cólera y coraza son masculinos; y así como eran masculinos, perniciosa estaría mal ya que debería expresarse de forma masculina ''pernicioso''. 

Razonamiento del sofista

La idea de sus razonamientos es ocultarlos a través de diversas técnicas que oscurecen lo que realmente piensan.

Los sofistas al plantear sus razonamientos deben ser rápidos porque no desean que lo que se diga esté claro; el interlocutor debe estar lo más confuso posible. Así lo vimos en el diálogo de Platón llamado Protágoras, donde Sócrates alegaba la rapidez con la que hablaba el sofista. 

Por otra parte, cuando el adversario quiere saber el verdadero pensamiento del sofista, éste ultimo recurrirá a la cólera para que el adversario se asuste y no quiera seguir con la discusión. 

Si se quiere extraer la opinión verdadera del sofista, es necesario recurrir a la negación y la indiferencia(6). De ahí, el sofista estará más accesible a revelar su pensamiento. 


SECCIÓN SEGUNDA: SOLUCIÓN DE PARALOGISMOS

Utilidad del silogismo

Si bien hemos hablado de lo falsos que son los paralogismos, es necesario también que se diga para qué son útiles. 

Una de las razones de su utilidad es que se pueden conocer los diversos sentidos que tiene una palabra, y cómo establecer su sentido original. En segundo lugar, también sirve para investigar cómo se es engañado a través de las palabras. Por último, sirve para mantener una apariencia de sabiduría frente a los menos doctos.


Solución para falacias que dependen del lenguaje

Solución para homonimia y anfibología

La idea de refutar a los sofistas, no es tratando de hablar de cosas verdaderas, sino que hablando igual que ellos; de cosas aparentes. ¿Por qué? porque de esta manera será mucho más fácil mostrarles que hablan de cosas aparentes y no verdaderas. 

La homonimia y la anfibología deben evitarse desde el principio de la discusión. Es decir, debe hacerse una división de los significados antes de aceptarlos. Por ejemplo, se puede decir que Corisco es y no es músico, solo porque otro Corisco no lo es. Para solucionar esto, se debe hacer la distinción (o división) de que al otro Corisco que uno se refiere es otra persona.  

En otro caso de anfibología, si se está hablando de que el que calla habla, entonces se tendrá que aceptar eso en parte, pero que en otra parte no. Así se hace la división y la tesis queda refutada. 

En cuanto a las disensión que se hace el vulgo de las interrogantes cotidianas como: ¿Es el alma mortal o inmortal? La forma de resarcirse de estas preguntas es cambiar la discusión de dirección. Parecerá que se escapa de la interrogante, pero también se debe pensar ¿qué solución hay para esto? la verdad es que no la hay porque existe mucha oscuridad frente a este tema; por lo tanto, no será raro ni irregular cambiar el tema. 

Para que un silogismo sofístico sea refutado se debe atacar principalmente a las proposiciones. Lo que hace que una conclusión sea verdadera (en apariencia) o falsa, son sus proposiciones. 

Solución de paralogismos por división

Recordemos lo dicho por Eutidemo con respecto a la visión. En dicha discusión, Eutidemo pregunta a Ctésipo si un hombre ve lo que ve o ve lo que no ve. Ctésipo responde que ven lo que ven, pero si tal hombre ve un traje, entonces el traje ''ve'' porque es susceptible de vista. 

Otro ejemplo sencillo es decir que el aprendizaje de las cosas es bueno. Si se dice esto, perfectamente se puede decir entonces que el aprendizaje del mal es bueno, puesto que se dijo que el aprendizaje era bueno. 

Para solucionar estos razonamiento sofísticos es preciso establecer más específicamente, qué cosas son tales cosas. Por ejemplo, en el primer caso de los hombres y los trajes, la solución sería decir que ese hombre con sus ojos ve un traje. Para la solución del segundo bastará con establecer que el mal es mal (y no es bien) y es aprendizaje a la vez por lo tanto, el mal es un mal aprendizaje. 

Solución a la prosodia

La solución de la prosodia variará en cada lenguaje, ya que cada idioma tiene su particularidad en los acentos. Por ejemplo, si se quiere indicar que se tomó o se toma vino, bastará con indicar el acento en el lugar correspondiente. 

Solución a la sintaxis

Aquí se presenta un error parecido al de la homonimia. ¿Es lo mismo decir: corté que he cortado? Naturalmente no son lo mismo, pero la gente suele confundirse y admitir que son iguales. ''Cortar'' quiere decir que se debe hacer en el futuro (debo cortar el césped) y haber cortado tiene connotación de futuro (debí haber cortado el pasto).

Luego, Aristóteles comienza a señalar una serie de interrogantes que expresan falta de sintaxis:


  • ¿Pisa alguno con sus pies lo que anda? Lo que verdaderamente se quiere decir es la duración y no sobre lo que anda. 
  • Él bebe una copa. Lo que se quiere decir es que el bebe algo en una copa y no la copa en sí misma.  

Mención a la teoría del tercer hombre


Continuando con los errores de sintaxis, Aristóteles que se comete un error cuando se dice que la palabra hombre y la idea de hombre estén separadas la una de la otra. Por ejemplo, ¿Qué diferencia hay entre Corisco y Corisco músico? La diferencia es que el último es el mismo hombre con un accidente de cualidad. La idea de hombre no puede estar separada del hombre mismo, puesto que sería ridículo que lo que es el hombre, esté separado del mismo(7).   

Solución para falacias que no dependen del lenguaje

Solución a los accidentes

Para resolver esta falacia es necesario separar lo que es esencial de lo accidental, o confundir la esencia con el accidente. 

Un ejemplo es cuando se dice que se conoce y no se conoce a una persona. ''Conozco a Corisco pero no sabía que era músico''; se puede decir inmediatamente que se conoce y no se conoce a Corisco. La solución a esto es separar las relaciones, es decir, conozco quién es Corisco, pero no lo conozco en cuanto a su profesión de músico (Accidente de cualidad).

Solución a los relativos y absolutos

Para ver la solución de los relativos y absolutos, hay que ver la conclusión de aquellos y la contradicción que pueden tener. Una falacia en cuanto al accidente sería plantear lo siguiente:


  • ¿El no-ser puede ser?
    Solución: El no-ser es ciertamente algo, por lo tanto puede ser.

Es por eso que se necesita establecer bien lo que son las cualidades y lo que es absoluto.

Solución a la ignorancia a la refutación

Si queremos resolver la ignorancia a la refutación es necesario dar una contradicción a una conclusión bajo una misma relación, desde el mismo punto de vista, en igual forma y al mismo tiempo. Por supuesto, no debe concederse que sea imposible que una cosa sea doble y no doble al mismo tiempo. 

Requerimiento de petición de principio (Solución a argumentos que tienen principio oculto)

La única forma de solucionar este problema, es reclamar el principio que quizás permanece oculto en el razonamiento de quien esté hablando. 

Solución a la ignorancia a la consecuencia

La forma de solucionar la consecuencia falsa es investigar la verdadera causa de lo que aconteció. Si se dice que llovió porque estaba mojado, es preciso investigar bien si esa es la causa porque puede que alguien haya mojado tal cosa. 

Solución a la causa falsa

La explicación de esta falacia tiene un parecido con un círculo vicioso: Por ejemplo, decir Él es honesto porque dice la verdad; y luego decir que él dice la verdad porque es honesto. En este caso bastará buscar la verdadera causa particular para solucionar la falacia.

Solución a las muchas preguntas

Para solucionar esta falacia bastará responder una sola de las preguntas que se hicieron, o separar la pregunta que contiene dos preguntas en una, en dos preguntas independientes la una de la otra. 




SECCIÓN TERCERA: GENERALIDADES SOBRE EL RAZONAMIENTO 

Finalmente, Aristóteles termina diciendo los propósitos de construir y destruir las proposiciones sofísticas. La idea como vimos en un comienzo era partir con proposiciones verdaderas y probables (a la manera dialéctica) para ensayar las discusiones que se podrían tener con posibles adversarios. 

La crítica de Aristóteles a todos los planteamientos sofístico, es que estos se basan solo en describir cosas y no en solucionarlas, o en mostrar el medio por cuales las cosas se forman.

En este caso, los sofistas han ignorado las siguientes cosas:

  • La especificidad de los argumentos.
  • Los medios por los cuales se forman los argumentos.
  • La causa de las cosas que exponen.

Aristóteles termina admitiendo los vacíos que se encuentran en su obra, pero al mismo tiempo la contribución que tiene al análisis del pensamiento.


Conclusión

Con este último libro terminamos los tratados de lógica, más conocido como Órganon. Es interesante notar que, a pesar de que fue totalmente contrario con su maestro Platón, se basó en muchas de sus ideas para explicar la lógica del pensamiento humano. Claro, las obras platónicas sirvieron como crítica constructiva a las ideas de su maestro. Por otro lado, este tratado guarda una de las contribuciones más grandes a la historia del pensamiento como lo son las falacias. Debo dejar sentada aquí mi admiración por uno de los pensadores y filósofos más grandes de la humanidad. Sin duda, éste es un tratado imprescindible no sólo para entender el pensamiento aristotélico, sino que para entender el razonamiento lógico en general. 

martes, 18 de agosto de 2015

Aristóteles - Órganon (o tratados de lógica): Tópicos.

La palabra Topos (τόποι) es una palabra perteneciente al griego antiguo que significa ''lugar''. Por supuesto, en el contexto de este libro no sólo significa ''lugar'', de hecho, Alejandro de Afrodisias (destacado por ser un gran conocedor de los libros de Aristóteles) nos da una definición de Topos: ''El lugar es un principio o punto de partida para un argumento, y un argumento, el silogismo dialéctico''. Si bien Aristóteles dice que hablará sobre los demás tipos de silogismos, lo que se ve más bien son más características de aquellos. Por ultimo, se describe la utilidad de este tratado en cuanto que ayuda a no cometer paralogismos o silogismos con características falsas. Insisto que la lectura de este análisis requiere de la lectura de los análisis previos: Categorías, Peri HermeneiasPrimeros Analíticos (Libro I)Primeros Analíticos (Libro II) y Segundos Analíticos.

Definiciones:

(1) Como se dijo en la introducción, el lugar es el punto de partida de un argumento.

Referencias:

(1) Crítica a la teoría de las ideas de Platón.
(2) Crítica a la teoría del alma de Xenócrates. 
(3) Dionisio fue un filósofo amigo de Platón. Aparece nombrado en las Cartas de Platón.
(4) Esta es la conocida falacia ''Ad hominem''.

Tópicos


Libro I: Dialéctica y sus instrumentos

Silogismo dialéctico

En los tratados anteriores vimos que el silogismo se comienza con ciertas proposiciones, y que termina con una conclusión diferente a las proposiciones anteriores. Estas conclusiones son verdaderas y principales, pero en el silogismo dialéctico, las conclusiones nacen de proposiciones probables

Los primeros silogismos con conclusiones verdaderas son las que tienen certezas en ellos, en cambio, los silogismos dialécticos sólo tienen cosas que pueden ser como pueden no ser. En otras palabras, el silogismo dialéctico tiene apariencia de conclusión. 

Elementos que componen el silogismo

Los elementos (o predicables) que se deben tener en cuenta para investigar el silogismo dialéctico son cuatro:

  1. La definición
  2. Lo propio
  3. El género
  4. El accidente

Como dijimos en Segundos Analíticos, la definición expresa la esencia de una cosa. Por otra parte, también se encargan de establecer las semejanzas y diferencias de las cosas. Por ejemplo, ''El bien es lo que es decente''. Ahora, si una cosa no es idéntica a la demostración, entonces la definición se destruye. 

Lo propio, si bien no expresa la ciencia de una cosa, nos dice lo que pertenece a aquella. Por ejemplo, el hombre es capaz de aprender gramática porque es susceptible de aprender; la habilidad de aprender le pertenece. No se puede llamar propio a las cosas que también pueden hacer otros animales, por ejemplo, dormir es una propiedad que pertenecen a todos los animales y no exclusivamente al hombre. Por lo tanto, no le pertenece y no le es propio. 

El género es aquello que es atribuido esencialmente a muchas cosas. Como vimos en Categorías, el género se atribuye a muchas especies. Si se pregunta ¿qué es el hombre(especie)? se contestará con el género: el hombre es un animal. Así, el género es un atributo esencial. 

El accidente no tiene que ver con ninguno de lo conceptos precedentes. Es decir, no es definición, no es lo propio, ni género. El accidente puede darse como también puede no darse, por ejemplo, estar sentado (accidente de posición) puede darse en un hombre como puede que no. 


Lo idéntico

Lo idéntico se divide en tres especies:


  1. La especie: Recordemos que en Categorías habíamos visto el término de especie. Con lo que podemos decir que hombre, como especie, es idéntico a otro hombre. 
  2. El género: Puede haber identidad en el género cuando comparamos, por ejemplo, al hombre y al caballo. Ambos son idénticos en cuanto pertenecen al mismo género (animal).
  3. El número: Cuando las cosas son de igual cantidad. Un vestido y un zapato. 

También puede haber una identidad en cuanto al accidente. Pensemos un accidente de posición como ''estar sentado'' en la sustancia ''hombre''. En este caso, el accidente tiene identidad con la sustancia hombre, si se comparten las circunstancias. 

Los predicables en los accidentes

Para comprender esta parte recordemos las categorías:


  1. Sustancia
  2. Cantidad
  3. Cualidad
  4. Relación
  5. Lugar
  6. Tiempo
  7. Situación (o posición)
  8. Posesión
  9. Acción
  10. Pasión


En cada uno de ellos se puede encontrar la definición, el género lo propio y el accidente. Todas estas categorías definen (expresan) algo, la sustancia puede ser género, lo propio está en la sustancia y por último el accidente corresponde a todo lo que no es la sustancia.


Razonamiento dialéctico 

Proposición dialéctica

Es sabido que un razonamiento dialéctico se compone de proposiciones dialécticas. ¿En que se diferencian de las otras? simplemente en que las dialécticas están sujetas a la probabilidad. 

Por otra pare, el razonamiento dialéctico, como tiene que ver con lo probable, también tiene que ver con la opinión. 

Tesis dialéctica

La tesis es una opinión paradójica. Existen varios ejemplos en los pensadores presocraticos.

Antístentes: Nada se puede negar.
Heráclito: Todo está en movimiento.
Melisso: El ser es uno.

¿Por qué es paradójica? la tesis siempre se encuentra en disputa con lo que el vulgo piensa. 


Silogismo e inducción

La diferencia entre estos dos conceptos es clara. La inducción se refiere a una investigación que va desde lo particular a lo universal. El silogismo no solo parte desde lo particular, sino que también puede ir desde lo universal a lo particular. Además, la inducción es mucho más persuasiva que el silogismo, mientras que el silogismo sirve para refutar a los contrarios. 

Procedimientos 

Aristóteles distingue cuatro tipos de procedimientos que conciernen al silogismo y a la inducción.

  1. Saber asentar las proposiciones 
  2. Reconocer las denominaciones diversas de cada cosa
  3. Distinguir las diferencias
  4. Saber discernir lo semejante

1. Asentar las proposiciones tiene que ver con aceptar las diferentes opiniones que puede tener el vulgo o que pueden tener los sabios. La idea es que de una proposición que se crea verdadera, es conveniente presentarla como opuesta para que se cree una discusión.

Por lo demás, las proposiciones más recomendables de tomar en cuenta siempre van a ser las que pertenecen a los sabios. 

De aquí se puede decir que existen tres tipos de proposiciones distintas:
  1. Morales: Cuando uno se pregunta sobre si se debe obedecer a los padres.
  2. Lógicas: Cuando se propone lo contrario a una idea.  
  3. Físicas: Cuando se pregunta si el mundo es o no eterno.

De esta manera se pueden plantear discusiones filosóficas o proposiciones que nos ayuden a construir una idea. 

2. Las diversas denominaciones que existen, no sólo hay que demostrarlas sino que también hay que explicarlas. En efecto, no basta decir que el bien de una manera se llama justicia, sino que también hay que explicar qué es este bien.

Para reconocer las denominaciones, primero se debe partir por el reconocimiento de nombres. Es decir, si un nombre tiene diferencias y similitudes ya sea en género o en especies. Por ejemplo, lo agudo es lo contrario a lo grave. En general, ya habíamos visto las diferencias y similitudes que existen entre las especies y el género. Ahí caen todas las denominaciones existentes y vamos a hacerlas más compactas. 



  • Deben examinarse las denominaciones que son contrarias y no contrarias a una cosa. Por ejemplo, el placer de beber tiene como contrario la pena de beber. Sin embargo, no hay contrario para el placer de entender que el diámetro es inconmensurable con el lado. 



  • Del mismo modo, las denominaciones contrarias también puede tener término medio. Por ejemplo, el valiente es el intermedio entre el cobarde y el temerario. Sin embargo hay denominaciones contrarias que no tienen término medio. Por ejemplo, entre la voz y la ronquera no hay termino medio. 



  • Las denominaciones contrarias tienen muchos sentidos en sí mismas. Por ejemplo, no-ver / no tener vista. También tienen sentidos que no son contrarios en sí mismas, por ejemplo, la salud, lo saludable, saludablemente, etc. 

  • Y por último, las denominaciones también tienen características homónimas. Por ejemplo, la palabra color puede referirse tanto a la armonía como a los cuerpos. 


3. Las diferencias se distinguen principalmente en el género. Hay diferencias entre la justicia, el valor, la prudencia y la sabiduría, no obstante, todas estas especies corresponden a la virtud, pero se diferencian entre sí. 

4. Saber discernir las cosas semejantes es posible en los géneros. Por ejemplo, la ciencia como género tiene semejanza con la cosa sabida, que también es un género. 


Tomando en cuenta todas estas cuestiones se podrá evitar caer en la falsedad y sobre todo, y aún más importante, asentar bien lo que significa cada cosa. De esta forma, también se podrán evadir los paralogismos y las probabilidades.

Además, nos servirá para una de las cosas más importantes dentro de la lógica Aristotélica, alcanzar la esencia de las cosas. Logrando establecer las diferencias y las semejanzas en los conceptos, evitaremos caer en las confusiones de las palabras.




Libro II: El accidente

Suele suceder que el accidente y el atributo se confunden y se dice que el accidente de lo blanco es ser color. La forma correcta de decirlo sería explicar que el color es el género de lo blanco y que lo blanco es una especie del color. Tenemos que entender que el atributo es una cualidad de la esencia, mientras que el accidente es lo que está en otro. 

Lugares de refutación

Habíamos dicho en la introducción una definición de Topoi que significa ''lugar''. En este contexto, lugar quiere decir un punto de partida donde se expone un argumento que no es necesariamente verdadero. 

Argumentos en abundancia

En una argumentación, el adversario al decir una sola aseveración puede llevarnos a asumir muchas más. Si se dice el hombre existe, al mismo tiempo se está diciendo que el animal existe, que el bípedo existe, etc. Si la aseveración primitiva es destruida, todo lo que ésta tenía también se destruye.  

Argumentación en cuanto a contrarios

Otra de las argumentaciones que se dan es cuando se establece un contrario en un objeto cualquiera que este sea. Por ejemplo, pongamos dos contrarios: enfermedad y salud. Estos dos se dan en el cuerpo. Básicamente, si uno de los contrarios se da en un objeto, el otro queda totalmente descartado. 

Argumentación por etimología

Hay quienes para argumentar se dirigen directamente hacia la etimología de la palabra, descartando la propia forma de la palabra para argumentar. 


Los contrarios y sus accidentes

Atributos contrarios

Hay atributos contrarios que se pueden aplicar a dos sujetos. Por ejemplo:

Expongamos la frase de Simónides:

''Hacer bien a los amigos y mal a los enemigos''

Aquí tenemos dos atributos que se dan a dos sujetos. Existen variadas combinaciones 


  • Bien a los amigos y bien a los enemigos
  • Bien a los amigos y mal a los enemigos
  • Mal a los amigos y bien a los enemigos
  • Mal a los amigos y mal a los enemigos
  • Hacer bien y mal a los amigos
  • Hacer bien y mal a los enemigos

Todas estas aserciones son contrarias las unas a las otras y ellas se pueden tomar separadamente para construir una tesis o una proposición. 

Se debe fijar bien que los accidentes que se nombren correspondan adecuadamente al sujeto. Por ejemplo, hay quienes siguen la corriente platónica y afirman que las ideas son inmóviles, inteligibles y están en nosotros. No obstante, si las ideas están en nosotros, entonces no serán inmóviles, ni inteligibles. Una porque cuando nosotros nos movemos, todo lo nuestro se mueve con nosotros. Tampoco será inteligible porque es por la sensación que podemos concebir los objetos(1).



Libro III: El accidente (continuación)

Las cosas superiores que deben preferirse


Es común que cosas como la riqueza y la felicidad deban preferirse ante que sus contrarios. A modo general, Aristóteles nos dice que siempre es preferible elegir lo más durable y permanente. 


  • En cuanto a los hombres, son los ''especialistas'' los que eligen lo mejor para todo en cuando a sus habilidades. Por ejemplo, el médico elegirá lo mejor en cuanto a la medicina
  • La esencia es preferible a lo que solo es en apariencia.
  • La justicia y la virtud son preferibles en el hombre.
  • Lo preferible en sí mejor a lo que es preferible a otra cosa; por ejemplo, la salud es preferible en sí y la avaricia es preferible en favor de otra cosa. 
  • Es preferible la virtud a la fortuna, ya que esta ultima solo es un accidente.
  •  Lo que es absolutamente bueno en sí es preferible a lo que sólo es bueno en parte. Por ejemplo, la salud es preferible a la amputación (la amputación puede ser tanto buena como mala). 
  • Lo que es posible es preferible a lo imposible. 
  • Los bienes numerosos son preferibles a los que no son numerosos. 
  • Lo más útil es siempre preferible a lo menos. Por ejemplo, la sabiduría y la justicia son más útiles que el valor, puesto que éste último es útil en ciertas ocasiones.
  • Las cosas superfluas, a veces, son mejores a las necesarias. Por ejemplo, vivir dichoso es mejor que vivir. Vivir dichoso es lo superfluo y vivir es necesario.  


Así, teniendo en cuenta todas estas preferencias podemos evitar las cosas que no no son favorables. 

Refutar la proposición determinada e indeterminada

Cuando la proposición es indeterminada, la forma de refutarla es la siguiente. Supongamos que tenemos una frase indeterminada como: todo placer es un bien. La forma más fácil de refutar dicha proposición es apelar que se explique por qué universalmente todo placer es un bien. 

Cuando la proposición es determinada, es mucho más fácil que la indeterminada. Por ejemplo, algún placer es un bien o algún placer no es un bien, la forma de refutarla es aclarando que o bien todo placer es un bien o que ninguno es un bien. 

Finalmente, si solamente se dice que sólo un placer es un bien, bastará probar que los placeres son un bien universalmente, o ninguno lo es, o algunos lo son, o más de uno lo es. 




Libro IV: El género

Es necesario ahora ver como se puede refutar el género que se establece a un objeto. Por ejemplo, si se postula que el bien es el género de un placer, entonces bastaría refutar que sólo un placer no es un bien para refutar que el placer no pertenece a ese género. 

También es necesario distinguir las cosas que pertenecen al género, y decir si son accidentes en vez de especie. Por ejemplo, la nieve y el cisne son sustancias, pero lo blanco no es sustancia sino más bien un accidente de cualidad. Por lo tanto, lo blanco no es género ni de nieve ni de cisne. 

Para no caer en la confusión del ejemplo anterior, es preciso establecer lo que pertenece al género de manera sustancial. Sólo así se puede reconocer el verdadero género a una determinada especie. 

Diferencia tomada como género

Se puede pensar que lo inmortal es el género de la divinidad, pero lo que en ese caso ese está haciendo es tomar cierta diferencia por un cierto género. Lo inmortal es solo una diferencia en los animales. Además, la diferencia pertenecería a un accidente de cualidad, por lo tanto, no sería un atributo esencial.  

En el caso del número, lo impar tampoco sería el género del número porque lo impar también es una diferencia. Y si es una diferencia, es un accidente de cualidad.  


Lo que es preciso examinar en el género

Hay por lo menos 15 cosas que se deben examinar antes de hacer proposiciones de género.


  1. Es preciso examinar si lo que se da en el género se da también en el contrario de dicho género.
  2. Es preciso ver que la especie este dotada de algo que no pertenezca absolutamente al género. Por ejemplo, el alma está dotada de vida, los números no tienen vida; por lo tanto el alma no es un número(2)
  3. Es preciso ver si la especie es homónima al género. 
  4. Es preciso ver si la especie pudiera tener un segundo género.
  5. Es preciso ver si el género es atribuido a un objeto por metáfora. Por ejemplo, decir ''la prudencia es una armonía''. La prudencia solo está unida con la armonía por metáfora y no porque realmente sea así.
  6. Es preciso ver si la especie no tiene algún contrario
  7. Es preciso ver si el contrario de la especie está en el mismo género.
  8. Es preciso ver si el contrario de las especie no está en algún otro género.
  9. Es preciso ver si hay termino medio para el género y la especie. 
  10. Es preciso ver si el término medio para el género y la especie no se da también en otros géneros y especies.
  11. Es preciso ver si el contrario del género se encuentra en el término medio y no solamente en el mismo género. 
  12. Es preciso ver si el contrario del género no es contrario al de la especie.
  13. Es preciso ver si lo contrario de la especie se encuentra en el género.
  14. Es preciso ver si el término medio está en el género indicado.
  15. Es preciso ver si lo contrario del género está en el contrario del género indicado. 


Relación de las palabras

Muchas palabras tienen una relación semejante entre ellas y esto puede llevar a confusión. Podemos decir que lo agradable es un placer, lo cual se podría extrapolar a la siguiente frase: lo útil es un bien. Así, lo agradable sería útil y el placer un bien; sin embargo, como vimos anteriormente, esto podría conducirnos a error. 

Si se puede decir que lo agradable es un bien, ya que el bien es el género de lo que es agradable. Lo mismo pasa en sentido negativo, lo que no es un bien no es agradable. Si el género se niega, la especie también lo será.

Por otro lado, es preciso ver si la especie y el género son relativos, es decir, que los dos sean una y otra cosa. Por ejemplo, La ciencia (género) es un relativo, pero gramática (especie) no. La relación entre género y especie siempre va de la mano la una con la otra. Donde haya género, habrá especie (e.g donde haya color, habrá blanco, negro, amarillo, rojo, etc.) 

El género y la especie nunca deben darse en parte. El hombre no es animal en parte, la gramática no es en parte una ciencia.

Modificación en el género

Ocurre un error cuando se quiere modificar un género determinado. Por ejemplo, cuando se dice que la inmortalidad es una existencia eterna. En este caso, la inmortalidad sería una modificación o una circunstancia de la existencia. Pero esto solo se puede dar como verdadero, si de ser mortal pasara ser inmortal y no de pasar de una existencia a otra. De aquí se infiere que la existencia no es género de lo inmortal. 


Libro V: Lo propio

Lo propio puede entenderse como todo aquellos que pertenece a un sujeto de forma permanente y también para cierto tiempo. Si hablamos de Dios lo propio de él es ser inmortal (permanente); en el caso del hombre, que esté paseando en el gimnasio (algo de cierto tiempo).    

Es necesario que lo propio se establezca también respecto de otras cosas; por ejemplo, el hombre relativamente al caballo, es bípedo. El caballo por otro lado tiene su propio que es ser cuadrúpedo.


Lo absoluto

Hay cosas en lo propio que son absolutas, es decir, que no pueden pertenecer a otro sujeto. Verbigracia, el hombre es el único animal que es capaz de producir ciencia. 

Lo perpetuo

También existe lo propio en cuanto a lo perpetuo. Por eso es que el animal tiene una propiedad de alma y cuerpo. Estas dos propiedades nunca cambian, van de manera perpetua en el animal y le son propios. 

Lo relativo

Lo relativo de lo propio se puede encontrar en el alma del hombre. Aveces el hombre se exaspera y su alma irascible toma el control del cuerpo, también puede pasar que el alma racional tome el control del cuerpo y a esto se le llama relativo. 

Lo temporal

Esto corresponde a lo propio vinculado con los accidentes. Es propio del hombre que por un período de tiempo permanezca sentado, o que salga a la plaza a caminar. 


Errores que se presentan en lo propio

Es común que se hagan comparaciones entre dos cosas que en realidad no tienen relación, para evitar esto, se necesita relacionar lo propio con un atributo que sea conocido. Se dice que el fuego es el ser que más se parece a alma, se comete un error puesto que el alma es algo que no se conoce y el fuego sí. ¿Cómo se puede intentar asemejar algo que se conoce con algo que no se ha visto nunca? El mismo error corre si es el atributo es el desconocido. 

Otra cosa necesaria para evitar ser refutad en cuanto a lo propio, es establecer un concepto que no tenga muchos sentidos. Por ejemplo, la sensación tiene muchos sentidos y por lo tanto no sería recomendable usarla. Sí sería recomendable usar la palabra cuerpo y si aún tiene más sentidos, se puede utiliza la frase ''el hombre en absoluto'' y ahí se establece sólo un sentido. 

Más aún, no es recomendable repetir demasiado la palabra. A lo que Aristóteles se refiere con la acción de ''repetir'' no es repetir la misma palabra una cantidad de veces, sino que decirla de manera indirecta; por ejemplo, ''lo propio del fuego es el ser el cuerpo más ligero de todos''. ''Todos'' es la palabra que repite muchas veces la palabra ''cuerpo''. 

Para sentar bien lo propio, es preciso que el sujeto se separe de la otra cosa. Por ejemplo, si queremos hablar de un sujeto cualquiera, el atributo y lo propio debe estar bien sentado y diferenciado de la cosa que se pretende comparar o aseverar.

Emplear lo propio a otra cosa

Puede tomarse como error tratar de instruir algo con las mismas características de una cosa. Por ejemplo, no serviría de nada decir que el animal es una sustancia que pertenece al género de los hombres porque esto es una redundancia. Es decir, dicha pertenencia es obvia, por lo tanto, no enseña nada. 

Emplear lo contrario en lo propio

Otro error común al emplear lo propio es presentar su contrario como explicación, es decir, que se diga que lo propio del bien es ser contrario al mal. Esta no es una buena forma de sentar lo propio, otro ejemplo sería que dijéramos que lo propio del frío es ser contrario al calor. 

Emplear lo variable en lo propio

Hemos visto anteriormente que no es correcto sentar una cosa variable como algo propio, a menos que se especifique bien qué cosa se quiere tomar como propia. Por ejemplo, sería un error decir que lo propio de lo hombre es estar sentado. Una manera de no caer en este error sería especificar lo que actualmente hace el hombre, por ejemplo, decir que lo propio del hombre actualmente es caminar por la plaza pública.

Emplear los sentidos en lo propio

Estaría mal emplear los sentidos que, valga la redundancia, no podemos sentir. Por ejemplo, afirmar que lo propio del sol es girar en sí mismo en torno a la tierra, sería incierto porque eso no se puede sentir. Sí se puede decir que por ejemplo, el sor es coloreado, puesto que eso es susceptible a nuestros sentidos.

Emplear la esencia en lo propio

Un error que es frecuente al tratar de dar al sujeto una definición. Por ejemplo, si se dice que lo propio del hombre es ser un animal bípedo, no estaría bien sentado. La esencia se puede ocultar diciendo que lo propio del hombre es ser un animal manso por naturaleza. Se oculta la esencia y lo propio estará bien sentado.

Emplear lo propio en el género
No es bueno sentar lo propio en el género de la siguiente manera. Por ejemplo, decir que lo propio del animal es tener alma. Por lo tanto, lo propio no puede ir dentro del género. 

Emplear lo propio como una misma cosa

Es uno de los cuantos errores de especificación. Digamos la siguiente frase: Lo propio de lo bello es ser honesto. Aquí no estamos expresando lo que es propio de lo bello, sino más bien, estamos confirmando su existencia. 

Emplear lo propio en los contrarios

Lo propio tiene que analizarse en base a sus contrarios. Si lo propio de la justicia es lo mejor, entonces lo propio de la justicia será lo peor. En otras palabras, lo contrario tiene que ser lo propio de otro contrario. 




Libro VI: La definición


Aristóteles nos dice que el estudio de la definición tiene cinco partes. 


  1. En la primera se analiza si la definición se puede aplicar a una cosa en un modo general. Por ejemplo, cuando se define hombre se define a todo tipo de hombre sin excepción.
  2. La segunda, si en la definición no se ha asentado bien el género en la definición. 
  3. La tercera es si la definición es especial o no es especial de la cosa definida. Es importante que la definición tenga directa relación con la cosa definida. 
  4. La cuarta es que a pesar de todo lo inspeccionado anteriormente, no obstante no se llegue a la esencia de la cosa que se está definiendo. 
  5. Y por último, habiendo considerado todas las cosas anteriormente,  la definición se haya definido mal. 

Estas son las cosas que se han de considerar en el estudio de la definición. Por otra parte, si no se encuentran problemas al definir una cosa, lo otro sería encontrar si lo que se está definiendo en realidad es un accidente. En efecto, si se verifica que el accidente es verdadero o falso, se puede definir de mejor manera. 

En resumen, la definición es errónea cuando su explicación es oscura. En segundo lugar, también es errónea cuando se explica más de lo necesario porque esa extensión es inútil si no se define bien. 

La oscuridad en la definición

La oscuridad ocurre cuando en la definición se emplea una palabra homónima. Por ejemplo, pasa cuando decimos que la salud es el equilibro entre lo frío y lo caliente. En este caso, la salud se entendería como un equilibrio, pero esta definición es incompleta. 

Otra forma de oscurecer la definición es usar la metáfora. Por ejemplo, decir que la tierra es una nodriza, que la templanza es una armonía, etc. ¿Cómo es que la definición no puede ser metáfora? Pensemos en la templanza. Si la armonía pertenece a la templanza, entonces la armonía pertenecerá a dos géneros; a la virtud (porque en base a la metáfora sería templanza) y al sonido (porque pertenece primitivamente a este género). 

También se oscurece la definición cuando se usan palabras inusitadas. Cuando Aristóteles nos dice que es ''inusitada'' se refiere a las palabras científicas; por ejemplo, decir que la médula es osteógena, o decir que una araña saltadora es una salticidae. 

La extensión innecesaria en la definición

Como dijimos anteriormente, la definición se hace innecesaria cuando en un género se ponen atributos que son, por alguna manera decirlos, tácitos. Por ejemplo, decir que ''el hombre es susceptible de ciencia'' no estaría bien definido. si de dicha oración quitáramos ''susceptible de ciencia'', no habría ningún inconveniente porque el hecho se ser hombre es ya ser susceptible de ciencia.

Por otro lado, hay atributos que suelen caracterizar a muchas otras cosas y que se vuelven erróneos cuando se quiere definir solamente una cosa. Por ejemplo, al concepto de hombre, añadamos que es animal, que es bípedo y de cuatro codos de altura. El último atributo 'cuatro codos de altura'' no definiría bien lo que es el hombre, puesto que no todos los hombres tienen cuatro codos de altura.

Finalmente, puede ocurrir que cuando se definen muchas cosas, estas tomen referencia de sólo una cosa. Por ejemplo: La ciencia médica es la ciencia de lo que es sano para el animal y para el hombre. Aquí se dieron varias definiciones de una sola cosa.


La esencia en la definición

La idea de que la definición pueda expresar o alcanzar la esencia de las cosas, es dirigiéndose a los principios de lo que se quiere definir. 

Para dirigirse a los principios es necesario ver las cosas más conocidas. Aristóteles nos da algunos ejemplos: el punto es más conocido que la línea; la línea es más conocida que la superficie;: la superficie es más conocida que el sólido. Se puede pensar que en general no es necesario conocer la superficie o el punto primero, pero piensen que es gracias al punto que podemos conocer la línea. Es por eso necesario conocer el principio de las cosas en la definición. 

Tomando la misma lógica, es factible pensar que el género es más fácil de conocer que la especie. Aquí se sigue que para definir es necesario dirigirse a los principios. Podríamos preguntar ¿Qué es el hombre (especie)? y la respuesta sería un animal (género). Podríamos preguntar ¿qué araña es esa? y tendríamos que buscar entre todas las especies de arañas cuál es la que estamos viendo. Por ende, es más difícil definir la especie que el género.

En todo caso, Aristóteles advierte que las cosas ''conocidas'' pueden variar de una a otra persona. Puede que algunos conozcan mejor las cosas posteriores y otros las anteriores, pero es algo de cada uno.  


El movimiento y el reposo en la definición

Siguiendo con la esencia y los principios, Aristóteles nos dice que el principio se encuentra más en el reposo que en el movimiento porque el reposo existe primero que el otro. 


Lugares(1) que prueban que no se ha definido por anteriores

Primer lugar

Lo primero es cuando no se define por anteriores lo opuesto por lo opuesto. Por ejemplo, que se defina el bien por el mal. Existen algunas excepciones donde la definición debe darse con opuestos. Lo doble no se puede definir sin el concepto de mitad; por lo tanto, este es un caso donde si se define lo opuesto por lo opuesto. 

Otra definición de opuesto ocurre cuando se define un termino de una división con otro termino de otra definición. Por ejemplo, cuando se define lo par utilizando el concepto de impar: lo impar es mayor que el par en una unidad.

Segundo lugar

Consiste en que la definición no corresponde al género que debería corresponder. Por ejemplo, cuando se define que el hombre es lo que sabe contar, o que el cuerpo es lo que tiene tres dimensiones. Es un error porque no explica qué es el hombre ni tampoco lo que es el cuerpo. 

Lo segundo que ocurre en este lugar es cuando en una definición existe una falta de exactitud. Por ejemplo, si se define la gramática como la ciencia de escribir, se incurriría en error porque también no solo es el arte de escribir, sino que también de leer.  

La semejanza y la diferencia en la definición

Semejanzas

Una de las semejanzas que podría confundirse es cuando la definición se vincula con una idea. Aquí se presenta una clara crítica a la teoría de las ideas de Platón. Si decimos que la idea se presenta en el hombre, tendríamos que decir entonces que la idea se mueve y que además está unida a la pasión, puesto que se encuentra en el hombre. Esto sería una dura crítica contra Platón. 

Por homonimia 

Es normal que se confundan ciertas definiciones con algunos sinónimos. Por ejemplo, existe una definición de vida que la dio Dionisio(3): ''La vida es un movimiento innato y consecutivo de un género que se alimenta''. Aristóteles nos dice que no es posible dar el concepto de vida solamente a los animales, sino que también es preciso que sea a las plantas. No se puede generalizar un aspecto de la vida a todas las vidas de las especies. 

Por sustitución  

Se incurre en un error cuando se pretende cambiar las definiciones con palabras ''desconocidas'', o más bien, menos apropiadas a la hora de definir. Por ejemplo, que hombre blanco se sustituya por mortal blanco. Por lo demás, esta sustitución es innecesaria, puesto que es obvio que le ser hombre es ser mortal. 


Diferencias

La diferencia en la definición puede tomarse por error cuando se define una cosa real con otra irreal. Por ejemplo, si se ha definido el color blanco como un color mezclado con fuego. En este caso el color blanco es lo real y el color mezclado con fuego no lo es.


Libro VII: La identidad

Es preciso que la existencia de la identidad se forma a base de la combinación de las unidades. Por ejemplo, Xenócrates decía que la vida dichosa era una vida virtuosa. Esta no sería un ejemplo de identidad, puesto que la una difiere de la otra. 

Tampoco se forma la identidad cuando dos cosas se refieren al mismo objeto. Por ejemplo, amar y desear la cohabitación, no son la misma cosa (en este caso amar y desear). Por lo tanto, aquí no hay unidad. 


Como conclusión de todos los capítulos precedentes hasta ahora, se saca como resultado que es más fácil destruir y refutar que construir y defender una tesis. 




Libro VIII: La práctica de la dialéctica

Lo primero que se verá en éste último libro, es la exposición de la pregunta que se divide en tres fases:

  1. Encontrar el lugar donde debe emplearse.
  2. Interrogarse a sí mismo y preparar todo de manera conveniente.
  3. Exponer la pregunta al contrincante.

Para hacer dichas preguntas es necesario que los axiomas de la proposición estén bien establecidos, así como conocer en profundidad el objeto sobre el cual se interroga. Otro de los métodos para que exista una buena argumentación es interrogarse a sí mismo y refutarse a sí mismo para mayor seguridad. Además, es preciso que se interrogue, o se lleve la discusión a través de un sistema inductivo, es decir, que se parta desde lo particular a lo general, ya que este sistema es más convincente. 

Ocultar el pensamiento

Por otro lado, también convendrá hacer más oscura la proposición para que no se la pueda refutar. Uno de los métodos para hacerlo es que las proposiciones sean particulares. 

También debe considerarse no exponer inmediatamente lo que se quiere defender porque así se le dará más complacencia al adversario, puesto que éste quiere conocer lo que verdaderamente se quiere defender. Por lo tanto, es mejor mantener el verdadero objetivo oculto hasta cuando sea prudente exponerlo. 


Uno de los métodos más fáciles y más conocidos es el de alargar la discusión y exponer cosas que están demás, para ocultar el verdadero propósito, o el error que se quiere ocultar en la argumentación.

Como hemos expuesto anteriormente, la metáfora puede ser un buen medio para ocultar la proposición. En este modo, el contrincante no sabrá si está tratando de alcanzar un definición o en realidad una metáfora. 

Objeciones pertinentes

Lo más difícil de exigir en una argumentación es la proposición universal. El adversario siempre querrá mantenerla oscura y sin que se sepa, una de las cuanta maneras de sacarla a flote es mediante la inducción, aunque puede resultar en fracaso.

Cuando la inducción resulta inútil después de varios intentos, es justo y prudente reclamar que la proposición universal sea revelada. 

Se debe tener cuidado con no objetar con precisión las cosas. Un adversario podría extenderse mucho en una proposición. Si no se objeta nada de lo que se ha planteado, entonces la proposición podrá se admitirá como aceptada. Como dice el dicho popular ''el que calla otorga'' porque para que la objeción exista, se la debe pronunciar. 

El que interroga y el que responde

Esta relación que existe entre estos dos sujetos debe sostenerse de la siguiente manera:

  • El que interroga: este sujeto debe preguntar cuestiones que sea insostenibles de responder (o que las mismas respuestas sean insostenibles) conforme a lo que se está hablando.
  • El que responde: debe hacer notar que lo insostenible no está en él, sino más bien en la cuestión misma que se discute. 

Quien interroga siempre debe partir de términos que sean conocidos para el que responde. Quien responde no debe permanecer en una apariencia derrotada tampoco; sin embargo, Aristóteles asume que es muy difícil hablar sobre estas personas, puesto que sería complicado decirles que deben conceder y que no. Aristóteles nos da una pequeña reseña de cómo puede ser.

Es necesario que el que responda sostenga una tesis cualquiera, con respecto al tema que se está discutiendo. No importa si esto que se sostiene es probable o improbable porque si la proposición es probable, la conclusión será improbable y viceversa. El que responde siempre sostendrá algo contrario a su interlocutor. Puede pasar que quien responda se apoye en la tesis de otros pensadores, pero si lo hace, entonces tendrá que argumentar en función del pensamiento de dicho autor y no del suyo. 

Permisividad 

Para que una discusión tome desarrollo, es importante que al contrincante se le conceda la tesis que está contra argumentando. El que interroga no debe preocuparse de concederla, puesto que la proposición contraria no destruye el principio asentado por el que interroga. 

También se le debe concede que la tesis que está contra argumentando se parezca al principio dado por el que interroga. Esto tampoco debe causar preocupación porque al parecerse a la proposición del que interroga, será más fácil decir que lo que se está contra argumentando es igual que la proposición del que interroga. Y así se destruye el contra argumento. Aristóteles llama a esto condescendencia.

La condescendencia no es permitida si la proposición no ha sido bien formulada. Pasa que cuando se contesta algo que está mal formulado, se cae en u círculo vicioso, o un callejón sin salida porque jamás puede tener solución. 

Razonamientos de los dialogantes 

El que interroga tanto como el que responde debe tener sumo cuidado de plantear cosas improbables porque de esta manera, la discusión podría conducir a un error, resultando en que cualquiera de los dos puede perder. Por otro lado, para reforzar los planteamientos es necesario discutirlos y refutarlos antes de exponerlos. 

Entre dialogantes nunca es bueno acusar a quien hace las proposiciones. Quien recurre a este tipo de prácticas no está argumentando o dialogando, sino más bien creando una disputa. Siempre se debe atacar al argumento y no a quien argumenta(4)

Contra el razonamiento existen cinco críticas que Aristóteles menciona:

  1. Cuando la conclusión entre los dialogantes queda en nada. 
  2. Cuando la tesis no tiene nada que ver con la conclusión o tesis expuesta.
  3. Cuando los datos para contra argumentar no son probables con la conclusión. 
  4. Cuando se toman más datos de los necesarios. 
  5. Cuando los principios con que se quiere refutar son improbables. 

Para comenzar una discusión, es necesario empezar por proposiciones probables y no improbables, partir de lo conocido hasta lo desconocido. 

Los razonamientos también pueden considerarse falsos de cuatro maneras:

  1. Cuando parece concluir bien y no concluye bien (el llamado silogismo contencioso).
  2. Cuando se concluye sin concluir.
  3. Cuando se concluye con relación al objeto. 
  4. Cuando el razonamiento concluye por medio de proposiciones falsas. 

Los razonamiento siempre son falsos cuando quien argumenta los vuelve así. Es decir, quien argumenta hace los razonamiento falsos. Aristóteles admite que puede ser que no sea totalmente culpa de quien use tales razonamientos, cuando ésta misma persona usa razonamientos falsos sin saber que son falsos. 

Conclusión

Incontables son las maneras de argumentar y contra argumentar proposiciones. En este tratado hay puntos que me parecen bastante obvios de analizar, pero no lo digo a modo de queja, sino más bien de impresión. Me impresiona porque lo que está haciendo Aristóteles es crear desde cero un tipo de pensamiento y argumentación lógica. La misma impresión me dio cuando leí el ''Emilio o de la educación'' donde las máximas que se postulaban no sorprendían mucho, pero seguramente en ese tiempo eran revolucionarias. Sin duda que nunca está demás saber de argumentación y las falacias que pueden ocurrir en un diálogo.