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viernes, 16 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VII: Teología civil y los dioses romanos) (413).

Y con las ideas del libro anterior que trataba sobre los diferentes tipos de teología que existen (teología que por lo demás es autoría de Marco Terencio Varrón). Por alguna razón, San Agustín de Hipona entra de lleno a explicar la teología civil que como ya vimos anteriormente, trata sobre el culto que hacen los hombres a los dioses ya sea en los mismos templos o a modo personal. La crítica a los dioses romanos no para y para hacerla más aguda, San Agustín la amplía a lo largo de este libro.

Referencias:

(1) De hecho, si miramos el nombre del mes ''Enero'' en inglés se traduce como ''January''. Cuando los romanos crearon los meses, decidieron que el dios Jano debía comenzar para marcar el inicio de un año. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VII: TEOLOGÍA CIVIL Y DIOSES PAGANOS

El papel de los dioses romanos


Ya habíamos visto la inutilidad de tener cuantiosos dioses, ya que entre todos ellos siempre habrá uno mejor. Los dioses romanos en total son 12 varones y ocho mujeres ¿quienes de todos estos dioses podrán ser elegidos para venerarse? por supuesto que tendríamos que separar los más importantes de los menos importantes. 

Quizás podríamos tomar como dioses selectos a Jano, quien es el dios de las entradas, Saturno que es el dios de la distribución y Líbero o Líbera que corresponden a los miembros reproductores de cada ser humano. Por supuesto, estos cuatro dioses permiten la procreación entre los humanos, pero más allá de eso no podrían significar nada si hasta los animales pueden reproducirse sin mucho mérito. 

En ese argumento, sería mucho mejor que Vitumno, dios de la vida pues a este le deberíamos la vida. Pero quizás podríamos decir que Jano, que es el Dios de todos los comienzos podría ser un dios importante; sin embargo, debemos pensar lo siguiente, para procrear necesitamos vida. 

Otro de los dioses selectos tendría que ser Fortuna, pues de ella se nombran a los dioses selectos y en realidad también se ocupa de muchas otras cosas importantes, y sin embargo no está entre los selectos. Por otro lado, se debe decir que el ciudadano romano promedio adoraba mucho más a Pecunia que era la diosa de la acuñación y por lo tanto, incentivaba la avaricia. 

En cuanto a Fortuna ¿cómo es que ella que maneja la suerte no pudo ser selecta? tendríamos que decir que actuó en contra de sí misma lo que es totalmente ridículo. 

Finalmente, si hay algo que se pueda decir a favor de los dioses que no quedaron selectos, sería decir que al menos estos no estuvieron expuestos a las vergonzosas acciones que sí cometieron los dioses selectos. Bien sabemos que siempre se ridiculizaron a los dioses que fueron elegidos en todos los poemas ya sean de la Antigua Grecia o de la Antigua Roma. 

Los dioses y las explicaciones físicas

Hasta el día de hoy podemos ver en Italia las estatuas y pinturas que representaban a los dioses. De aquí se explica la necesidad de materializar a los dioses, de dejar una imagen o estructura de ellos para conocerlos. No sólo esto, de acuerdo a Varrón, los dioses representan cada parte y miembro del incluyendo las cosas más abstractas (como Minerva con la sabiduría, o Jano con los principios). 

División de los elementos y de Dios

En uno de sus textos, Varrón nos habla del dominio de un sólo Dios, pero luego habla sobre una dualidad en la tierra y también entre otras cosas del mundo:

Cielo - Tierra
Éter - aire (que son divisiones del cielo)
Agua  - Tierra firme (que son divisiones de la tierra)

De estas seis partes de la división tenemos un orden de prioridades:

Éter
Aire
Agua 
Tierra

Como podemos ver, se va desde lo más sutil hasta lo más duro o concreto. Esto nos deja conocer que los dioses paganos estaban en cada uno de estos elementos. Cada uno de ellos era dueño de una parte de estos elementos y se le asignaba una adoración distinta que otro. 

Entre Jano y Júpiter

Jano:

Jano es uno de los dioses que representa los principios de las cosas(1). No obstante, Jano no es el dios de los términos ¿quién lo es entonces? un dios llamado Término. En opinión de San Agustín, Jano debió ser el dios de los principios y términos, para hacerlo coherente con los demás dioses pues fue innecesario haber añadido otro dios más dueño de los fines (como lo es Término). 

Por otro lado, Jano es representado en las monedas romanas por dos caras ¿por qué? porque a Jano lo comparan con una boca; la boca tiene un paladar y una lengua que representarían el cielo el (paladar) y la garganta (el horizonte). Otros hombres dicen que el paladar y la garganta significarían la representación del mundo en dos: occidente (garganta) y oriente (paladar). Con todo esto, Jano es considerado el dios del mundo, porque el comienzo tiene dos puertas: el de los inicios y el del inicio del fin.   

Júpiter:

Júpiter en cambio es el dios de todas las causas. Es el dios más importante de la mitología como ya lo reconoce Virgilio:


''Feliz quien conozca la causa de todas las cosas''

De aquí que Júpiter supera a Jano porque las causas dan cumplimiento a los principios (y a todas las cosas). Sin embargo, aquí tenemos un problema, pues si Jano es el dios del mundo ¿dónde dejaremos a Júpiter que es el dios más importante? muchos romanos decían que Júpiter era el alma del mundo mientras que Jano era el cuerpo, pero esto crea aún más otro problema porque se tendría que decir que Jano no es un dios al ser cuerpo. 

A estos dos dioses les corresponde el mundo, pero ¿cómo pueden haber dos dioses manejando el mundo? ¿es que acaso no basta que un dios todopoderoso lo haga? la verdad es que esta incongruencia sólo hace confundir a los mismos creadores de estos dioses. De hecho, al mismo Júpiter también se le llamaba Pecunia, porque se supone que a Júpiter le pertenecían todas las cosas; no obstante, esto sería una bajeza para el mismo Júpiter porque se piensa que el dinero lo es todo (y Júpiter lo es todo).

Finalmente, a Júpiter, al ser todopoderoso, se le asociaba con todos los dioses y se le daba los nombres de todos los dioses al mismo tiempo. 

Entre Mercurio y Marte

Mercurio:

A Mercurio fue difícil ponerlo en un lugar entre los dioses, por lo que su lugar fue en el lenguaje. Si esto es así, entonces el mismo Mercurio tendría poder entre los dioses para controlar su discurso y que lo digan a voluntad de Mercurio, lo cual lo haría superior a Júpiter (lo cual es absurdo). 

Marte:

Marte tiene un caso muy especial, pues si es el dios de la guerra entonces nunca sería deseado el culto hacia a él. Además, en tiempos de paz ¿qué será de Marte? San Agustín (basado en Varrón) dice que en realidad Marte no debería ser un dios. 

La opinión de Varrón por lo precedente

La verdad es que la opinión de Varrón nos queda oculta, quizás por motivos de autoridad pues la no adoración a los dioses podría traerle consecuencias. Varrón dejó toda la descripción de los dioses sin, aparentemente, demostrar ningún problema pero la verdad es que sí lo hizo. El problema fue que Varrón nunca quiso poner su opinión, pero lo hizo indirectamente (de acuerdo con San Agustín) y por lo tanto, la interpretación queda a juicio del lector. 


El culto a los dioses paganos

Saturno

Saturno era un dios que comía todo lo que nacía de él, porque se decía que todo en el mundo vuelve a ser semilla. También Saturno es el hijo de Júpiter, pues Saturno es hijo del cielo (y aquí tenemos otros nombre para Júpiter: ''cielo''). Su adoración tendría que ser a las semillas, pero mucho antes que las semillas está la fecundación, el éter y muchas otras cosas que por lo demás, sería mucho más inteligente pedir todo a Júpiter.

Líbero

En opinión de San Agustín, los ritos más vergonzosos provienen de este dios pagano llamado Líbero. Como sabemos, Líbero era el dios de las partes ''vergonzosas'' de los seres humanos. En tiempos del Imperio, una representación del miembro viril se enseñaba alrededor de Roma. 

Para calmar la furia de este dios, las matronas tenían sexo con otros hombres en medio de la plaza pública, lo que llevaba el desorden y el descontrol.

Neptuno, Salacia y Venilia

Neptuno estaba casado con Salacia que era la diosa de las profundidades del mar. Luego tenemos a Venilia que representa las olas del mar, de hecho, se decía que Venilia era la ola que salía y Salacia la que se iba, pero ¿cómo podría haber sido esto si la ola que entra y sale es la misma? Este fue un error clave en el relato de los paganos.

Telus

Telus es diosa de la tierra de acuerdo a los paganos. Por supuesto, este es otro de los errores que los paganos cometen, pues ¿por qué se hizo diosa de la tierra si está Júpiter y Jano como dioses del mundo?

Atis

Atis fue un dios que representaba los flores, sin embargo, este dios sufrió una mutilación en sus partes viriles. ¿Mutilado un dios?  

El Dios cristiano y Varrón

Varrón no alcanzó a conocer al Dios cristiano, pero sí logró dar ciertos acercamientos hacia él. No obstante esto, San Agustín nos dice que Varrón estuvo equivocado en ciertos aspectos. 

En todo caso, ya muchos errores podemos evidenciar en la distribución de cosas entre estos dioses. Varrón designa a los dioses hombres al cielo y a las mujeres a la tierra, y sin embargo también hay dioses hombres en la tierra. A Neptuno le corresponde el mar, pero el mar corresponde mucho más a la tierra (a Telus). 

No es esto de sospechar, pues el politeísmo tiene este efecto de complejizar las tareas de cada dios. Esto, precisamente esto, lo hace totalmente refutable. Una teología basada en tal complejización es fácil de derribar con tan sólo unos cuantos argumentos. Sin embargo, no se puede denostar el largo trabajo que hizo Varrón al categorizar a estos dioses. 

El Dios creador en comparación

La distribución de tareas que tienen los dioses paganos es injustificable y algunas veces poco práctica. El Dios cristiano hizo el alma de los hombres, dándoles la oportunidad de ser felices por sí mismos. También Dios hace felices a los hombres a través de los ángeles, pero esto no significa que Dios no tenga el poder de hacerlo, pues si creó a los mismos ángeles es capaz de hacerlos felices a ellos y a los hombres.

Lo que nos puede quedar de Varrón son dos cosas: 

  1. Tratar de explicar a los dioses romanos 
  2. Dar una lectura indirecta de que es imposible concebir el politeísmo

Sea como fuere, la teoría de Varrón nos deja (ya sea paradojalmente) una refutación a los mismos dioses paganos. 


Conclusión

San Agustín sigue haciendo la separación entre los dioses romanos y la superioridad del Dios cristiano. Lo que pudimos ver ahora es quizás una descripción detallada de cómo estos dioses son lógicamente inconsistentes, ya sea poniéndolos como dueños absolutos de una cosa así como también dividiéndolos más y más en más estructuras. No obstante todo lo anterior, esto no ha terminado pues seguiremos ahondando en la filosofía de Marco Terencio Varrón. 

sábado, 1 de abril de 2017

San Agustín de Hipona - Las confesiones (Libro I: Infancia) (397).

Al fin hemos llegado a uno de los libros que hizo famoso al obispo de Hipona: ''Las confesiones''.Ningún libro fue tan emotivo y filosófico al mismo tiempo, pues no sólo veremos aquí reflexiones filosóficas en cuanto a Dios y la vida, sino que también un testimonio de vida y conversión inspirador que trascendió la era cristiana, e incluso la actual por los Papas de la iglesia. Pareciera ser incluso que lo que estoy escribiendo ahora es totalmente innecesario, pues si es así, comencemos inmediatamente con Las Confesiones de San Agustín de Hipona


Las Confesiones

Invocación y alabanza al Señor

El comienzo de este libro trata sobre la inmensidad de Dios en comparación a la pequeñez del hombre. ¿Qué debe hacer un hombre? ¿invocar o alabar a Dios? Sin embargo, antes de hacer alguna de estas dos cosas, se supone que el hombre debe conocer a Dios. Pero ¿es posible que el hombre vea y conozca a Dios? si no puede conocerlo ¿cómo sabe que existe?

Por supuesto, esto es un problema que los traían ya de antaño los antiguos griegos, sobre todo Platón en su texto ''El menón''. donde dice:

''Es inútil que el hombre investigue lo que sabe y es imposible que el hombre investigue lo que no sabe''

Este mito tenía el concepto de ''anamnesis'' del cual deben buscarse los recuerdos para encontrar la verdad. Por supuesto, la frase dicha por Menón es todo lo contrario a la anamnesis, de hecho, Platón considera que la frase es más sofistica que filosófica, pues sólo deja al hombre en un estado de pereza en el cual no investigaría nada.

¿Cuál fue la solución que dio Platón a esta argumentación? que la verdad está en nosotros, y por lo tanto ya sabemos qué tenemos que buscar porque el conocimiento está en nosotros. Agustín ocupará el mismo principio, cambiando el conocimiento por el concepto de Dios. En Platón, para encontrar el conocimiento que está en el interior se necesita recordar, y en el caso de Agustín para encontrar a Dios se necesitará fe.

Dios en un lugar o espacio

Si la invocación puede realizarse a través de la fe ¿cómo es que Dios va hacia el hombre? ¿Acaso Dios cabe en el hombre? ¿Acaso Dios está fuera del hombre para que tenga que ir a él? 

El hombre no tiene como abarcar a Dios de ninguna forma, pero Dios está en todas partes, incluso en el infierno pues así dice:

''Incluso en el infierno estás tú''
(Salmos 139:8)

¿Qué extensión puede tener Dios? si incluso está en el mal debiera ser infinita. En esta parte San Agustín compara la extensión de Dios como un esparcimiento de sí mismo por todas las cosas, así como el Uno que expandía todo su ser dentro de todas las hipóstasis. 

Dios da la vida a todas las cosas que existen y además siempre está en reposo. Puede recibir todas las heridas del hombre sin ser herido, es decir, enojarse sin enojarse, arrepentirse sin arrepentirse. Sin embargo ¿qué necesidad tiene Dios de amar o enojarse dependiendo las actitudes del hombre? ¿para qué necesita que el hombre haga esto o aquello? Es la infinita misericordia de Dios la que puede lograrlo, ya que lo contrario a la misericordia es un defecto. 

Omnipresencia de Dios en todas las cosas

San Agustín dice que cuando era niño era alimentado por su madre quien le daba pecho, pero era Dios quien le daba pecho realmente, porque de todo bien procede Dios y ahí donde las cosas existen, ahí está Dios también. Por supuesto, al ser Agustín un niño no tenía la conciencia para saber quién era Dios, pues el hombre a esa edad aún está amarrado a la carne.

Nadie puede hacerse a sí mismo. Sólo Dios puede hacer a los seres y él, de alguna manera, sería el responsable de la creación de los hombres, sean estos buenos o malos. 

Perdón de los pecados

¿Cómo podemos estar libres de pecado si cuando niños estábamos pecando? Esto ya lo dijo San Agustín en el comentario al libro de los Gálatas donde dice que incluso los gentiles y paganos merecen el perdón aunque pequen en lo más hondo. ¿Por qué? porque el pecado es imperdonable a la hora de ya estar bautizado. En otras palabras, quien peca estando bautizado no tendrá perdón de Dios, porque el bautismo indica que el hombre ya sabe lo que es el bien y no tiene excusas para hacer el mal; en cambio, el hombre que no ha sido bautizado y peca, tendrá el perdón sin ningún problema. 

Por eso es que en este pasaje, Agustín relata algunos arrepentimientos de haber pecado cuando niños, ya porque no tuviera conciencia, ya porque se entregó a sus instintos de niño.

Habilidades que Dios otorga

Agustín nos dice que nadie le enseñó a hablar sino que fue Dios mismo quien le enseñó por medio del entendimiento. Seguimos viendo aquí cierta autonomía intelectual del hombre, por supuesto, con una influencia platónica al punto de decir que el aprendizaje de ciertas habilidades son innatas y no adquiridas

Unas habilidades son mejores que otras, y Agustín condenaba las del juego. En efecto, Agustín dejó los estudios por los juegos de la infancia lo que lo hundieron aún más en una distracción total fuera de las cosas inteligibles. 

Los padres de Agustín

Más allá de todas las cosas que los padres de Agustín hicieron por él, nunca se vieron como los principales artífices, pues siempre Agustín relacionaba todo lo que le pasaba con sus padres a Dios. Su madre, San Mónica, era ya devota de la Iglesia Católica y Agustín, a pesar de tener cierta reticencia a sus creencias, siempre acudía a su madre. ¿Por qué? porque estaba Dios en ella de alguna forma. 

Algunas veces, Agustín se refiere a su madre como ''madre carnal'' lo que significa que Agustín sigue los versículos del Mateo:

''Quien ame a su padre y a su madre más que a mi, no es digno de mi''
(Mateo 10:37)

En efecto, los padres de San Agustín son carnales en vida y serán espirituales una vez que estén en el reino de los cielos. Por eso Jesús exhorta a no amar a los padres, sino que a amarlo a él mucho más que cualquier cosa. 

Dificultad en aprender las cosas relativas a la cultura griega

Para San Agustín nunca fue un agrado estudiar la lengua griega, en cambio si la latina que practicaba sin ningún problema. Sin embargo, ahora grande San Agustín reconoce la importancia de las letras griegas que de antaño no estuvo dispuesto a aprender. Todo ello gracias a Dios quien le permitió entender todo lo relativo a las S.E. y los filósofos griegos y latinos. 

Desprecio a los Dioses romanos

Agustín encontró fútil haber aprendido sobre los dioses paganos que nada de le dejaron en su infancia. No obstante, no hay que olvidar que San Agustín también fue un gran orador, pero su queja va en base a la obligación que tenía de hablar de todos ellos. 

Todo lo aprendían de otros hombres, porque aquellas historias se extraían de los poemas. Nada en comparación a la biblia que fue dictada por Dios para que, a través del testimonio de hombres, los santos pudieran hacer el bien. 

Conclusión

Ya hemos revisado la primera parte de las confesiones de San Agustín. De alguna forma, las cosas aquí dichas las habíamos visto implícitas en los otros textos del obispo. Quizás, las confesiones son el relato de cómo San Agustín fue dando respuestas poco a poco a las cosas de su infancia. En efecto, primero debió haber estudiado las S.E. y debatido mucho para haber creado una obra tal e interpretar todos los momentos de su vida desde una perspectiva tan existencial. Seguimos con la segunda parte de Las confesiones.