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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Avicena - Vida y obra (980 - 1037).



Treinta años han pasado ya de la muerte del gran filósofo del Islam llamado Abu Nasr al-Farabi más conocido como Al-Farabi. Sin embargo, el 22 de Agosto del año 980 d. C., nace otro importante filósofo del Islam llamado Ibn Sina, más conocido como Avicena. Uniendo el pensamiento aristotélico, el pensamiento neoplatónico y el espiritualismo oriental, Avicena destaca por su originalidad en el planteamiento metafísico del ser. Muchas de sus dudas con respecto a los filósofos griegos las superó bajo el entendimiento de las obras de Al-Farabi. Veamos a otro de los más importantes filósofos del Islam.

Referencias:

(1) Lamentablemente no podemos ver este libro debido al alto precio que tiene en el comercio. Lo único que podemos encontrar es el Canon escrito en árabe en el siguiente link.

AVICENA

Datos personales

Nombre completo: Abu Ali Al-Husayn Ibn' Abd Allah Ibn Sina.
Fecha de nacimiento: 980 (Uzbekistán)
Fecha de muerte: 1037 (Irán)
Religión: Islam

Primeros años

Educación

Avicena nació en Persia en una aldea llamada Afshana donde se habrían casado sus padres. Luego de que su hermano mayor naciera, la familia se trasladó a Bujara donde pasó la mayor parte de su vida. Estudió bajo la dirección de su padre que era un Ismaili (un miembro de una religión islámica con influencias del neoplatonismo). 

Sin embargo, Avicena no estaba interesado en la religión que profesaba su padre, siendo que la casa de su padre era centro de encuentro de los mejores maestros de la ciudad lo que hacía que Avicena estuviera en compañía de las mentes más sabias. 

Avicena demostró desde pequeño habilidades sorprendentes con la memoria. Se memorizó el Corán de memoria y cuantiosos libros de poesía a la edad de 10 años. Sus conocimientos de medicina llegaron a un nivel tal, que sólo a la edad de 16 años ya comenzaba su carrera médica dirigiendo a médicos famosos, salvando la vida del príncipe samánida Nuh Ibn Mansur. 

A partir de ahí, Avicena tuvo acceso a la biblioteca del príncipe y se dedicó al estudio de la metafísica y la lógica, con profesores que pronto quedarían por debajo de él hasta que decidió educarse autónomamente a la edad de 18 años. 

Finalmente, a la edad de 21 años Avicena consolidó la mayoría de los conocimientos en las ciencias formales, además de tener una alta reputación como médico. 

La muerte de su padre

Avicena se vio completamente afectado por la muerte de su padre quien murió justo cuando los samaníes fueron derrotados por Mahmud de Gazna, un líder legendario del Imperio Turco. Fue aquí donde Avicena, a los 22 años de edad, empezó su período de errante y de trabajo duro que le llevó toda su vida, con pequeñas excepciones eventuales de tranquilidad. 

Los viajes de Avicena

Lamentablemente, Avicena vivió los tumultuosos años de la guerra entre los persas y los turcos que se disputaban el territorio. Los persas estaban tratando de ganar su independencia política del califato Abasí en Bagdad. No obstante, nada de esto obstaculizó que Avicena continuara con su trabajo intelectual y además con mucha consistencia.  

Avicena anduvo en diferentes ciudades como Khorasan, Ravi y luego a Qazvin donde se posicionó como médico. No obstante, ni siquiera en esta ciudad pudo encontrar estabilidad económica ni la paz necesaria para seguir produciendo su pensamiento. De este modo, Avicena se dirigió a Hamadan donde gobernaba el príncipe persa Shams ad-Dawlah. En este lugar, Avicena se transformó en el médico de la corte y consejero político, por lo que se convertiría en un visir (ministro musulmán). 

Sin embargo, a causa de rencillas políticas, Avicena fue perseguido y encarcelado por 40 días; no obstante, esos días fueron de inmensa producción intelectual. Pero pudo escapar gracias a un sabio llamado Abu Said quien lo tuvo 40 días en su hogar. Para poder escapar Avicena se disfrazó y logró evadir la justicia, dirigiéndose inmediatamente a Ispahan con un pequeño séquito. 

Su muerte

En Ispahan pasó los 14 últimos años de su vida en una paz relativa. Estuvo en la corte del emir Ala ad-Dawla quien lo estimaba mucho. 

Un día, Avicena se dirigió a Hamadan para acompañar a Ala ad-Dawla a una expedición, pero Avicena cayó gravemente enfermo y aunque trató de curarse a sí mismo, esto sólo le hizo peor muriendo de cólico y de agotamiento. Murió a los 57 años.

Personalidad

La verdad es que la figura de Avicena representa a un pensador más que a un teólogo o algo por el estilo. Ya el rechazo a pertenecer a una secta marca diferenciadamente su gusto por las ciencias que tanto le llamaban la atención. 

Su carácter debió ser el de un hombre tranquilo dedicado al estudio, muy esforzado en sus materias pues se decía que no dormía estudiando autónomamente los textos de la filosofía. Podemos ver en estos casos, que más que a cualquier otra cosa Avicena se dedicaba a la filosofía y a la religión; nunca se dedicó a la política como sí lo hizo su predecesor y considerado Segundo Maestro Al-Farabi.


Pensamiento

Su pensamiento filosófico se centra en los problemas del ser y su concepción que se adelanta muchos años al pensamiento de Descartes. Para Avicena, la inteligencia es un ente separado del hombre que le permite conocer su lugar en el mundo. Por supuesto, podríamos decir que el pensamiento de Avicena representa la máxima Cogito ergo sum (Pienso, luego existo) que pone la inteligencia en el primer lugar antes de los sentidos. Por otro lado, Avicena separa lo inteligible de la materia por lo que también podemos ver influencias platónicas en su pensamiento.

La mayoría de sus obras tienen una base aristotélica de la cual difiere en un ámbito casi imperceptible. A través de las lecturas de sus obras nos daremos cuenta cómo es que su obra nos rememora los conceptos aristotélicos en lógica, física, metafísica, entre otros.

A consecuencia de ser más filósofo que teólogo, Avicena no se basa en el Corán o en la biblia para dar una descripción de la causa primera. De hecho, sus explicaciones siguen el camino de Aristóteles principalmente, lo que no significa que Avicena haya sido ateo; al contrario, era un profundo creyente del Islam(23).

Quizás, una importante concepción religiosa haga pensar que Avicena no estaba muy de acuerdo con el Corán en cuanto a la resurrección de los cuerpos. 

Influencia

La influencia de Avicena en el pensamiento y en otras áreas del saber es innegable. Fue considerado el Tercer Maestro después del gran Al-Farabi, de quien tomó mucha influencia en sus escritos. Avicena reconoció no haber podido entender a Aristóteles (se dice que lo leyó más de 40 veces sin entenderlo) sin la ayuda de Al-Farabi, pero su contribución al pensamiento aristotélico no ha dejado indiferente a nadie. 

La misma comprensión que él tenía de Aristóteles sirvió para que los grandes exponentes de la Edad Media pudieran comprender de mejor manera al estagirita. Influenció a Averroes quien también era otro pensador de influencia aristotélica, y también hay quienes dicen que se había adelantado al mismísimo Descartes.

Mucho más hizo en la medicina donde estableció las bases del método experimental. Inventó muchos medicamentos y plantas para la salud del hombre en aquellos tiempos. Digamos que fue el primer hombre en establecer lo que hoy llamaríamos como ''diagnóstico clínico''. En la Sorbona puede encontrarse una estatua de Avicena como también de Al-Farabi justamente en la entrada de la misma.

Obras

Se dice que Avicena tuvo alrededor de más de 200 obras, pero hoy en día desgraciadamente no tenemos tantas. En este blog veremos las que se han podido rescatar durante la historia. 

  • El Canón de Medicina: Uno de sus libros más famosos de la medicina de la antigüedad. Su utilidad todavía es considerada en el mundo árabe, ya que es una enciclopedia de consulta de términos médicos(1).

  • Tratado sobre el amor: un tratado sobre el amor desde la perspectiva del filósofo, y tomando las antiguas concepciones del mismo.


Como dijimos, hay muchas más obras de Avicena, pero lamentablemente no han llegado a nuestras manos, e incluso no han sido traducidas al español. En consecuencia, veremos en este blog lo que nos permitan los datos para luego revelarlos. 


Diferencias con Aristóteles

A lo largo de las obras de Avicena, es posible ver ciertas congruencias o acuerdo entre las teorías de estos dos filósofos. No obstante, también hay algunas diferencias que es preciso hacer notar.

Alma

Para Aristóteles, todo en la naturaleza tiene materia y forma. Si pierde cualquiera de las dos no podría existir, por lo tanto, para Aristóteles el alma muerte con la muerte del cuerpo.

Para Avicena, el alma no depende del cuerpo, no es recipiente del cuerpo ni el cuerpo recipiente del alma, es incorruptible. Además, si el alma fuera inherente al cuerpo (como la teoría hilemórfica lo plantearía), entonces el alma debería verse afectada por el cuerpo, pero esto no ocurre así. Por lo tanto, el alma no tiene nada que ver con el cuerpo y por lo tanto sigue viviendo. 

Otro de los argumentos tiene que ver con la potencia y el acto. Si el cuerpo cambia entonces estaría vinculado con la potencia, y si el alma es incorruptible, entonces tendría que estar vinculada con el acto. Si decimos que el alma muere con el cuerpo ¿cómo es que el alma entonces puede cambiar como si fuera materia? Si la propiedad del alma es la materia entonces no debería cambiar.

Instante

Para Aristóteles, cuando se habla en términos de física decía que el instante no tenía movimiento, porque en realidad esta era una frontera entre el pasado y el futuro. El instante es imperceptible y si tuviera partes, entonces tendría que ser o presente o futuro, lo cual es absurdo. 

Para Avicena esto no es preciso pues el instante necesita de movimientos para avanzar. Un instante es sólo una unidad mínima de tiempo que necesita de magnitud para que pueda existir continuidad. 

Conclusión

Tenemos ante nosotros a un importante filósofo quien significó mucho para el mundo árabe. Me da una cierta sensación de que su vida fue muy parecida a la de Confucio, quien murió sin ver lo trascendente que fue para su pueblo. También me impresiona el legado que ha dejado Aristóteles frente a todos estos filósofos árabes, que no han hecho más que citarlo y analizarlo desde distintas perspectivas. Otra de las cosas que me llama la atención ha sido su indiferencia hacia la política, tomando en cuenta los agitados tiempos en que vivía. Habrá que ver lo que nos depara este filósofo.