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domingo, 17 de diciembre de 2017

Al-Ghazali - El Nicho de las Luces

¿A qué se refiere Al-Ghazali cuando habla de ''El Nicho de las Luces''? la luz siempre ha sido símbolo del razonamiento. Hemos dicho reiteradamente que Al-Ghazali es muy parecido a San Agustín en el sentido que ambos filósofos unen la fe con la razón. En este respecto, Al-Ghazali enfatiza mucho más la razón en el ser humano no en el sentido de darl autonomía al hombre, sino que en el sentido de que esta razón es guiada por Dios. Veamos que nos ofrece Al-Ghazali con esta brevísima obra.

Referencias:

(1) Aunque en la cultura musulmana se decía que era Ismael. 


El Nicho de las Luces

Parte I: Estudios preliminares de la luz

Los diversos conceptos de luz

De acuerdo con Al-Ghazali, el concepto de ''luz'' se divide de tres formas:

La luz sensible o física: es aquella luz que podemos ver normalmente en nuestra vida cotidiana. Esa luz que aparta la oscuridad y nos permite claramente apreciar los objetos. Como una definición clara, Al-Ghazali define a la luz diciendo: ''Aquello que es claro por sí mismo y ayuda a hacer clara otras cosas''.

La luz del ojo normal: tenemos dos cosas importantes: la luz en sí misma (qua) y la percepción de quien la recibe (espíritu). El ojo sensible que está en el cuerpo del ser humano es imperfecto y defectuoso. Muchas veces puede ver lo que está cerca lejos, o lo que está lejos cerca, y otras muchas no puede ver. 

Existen 7 defectos que la luz del ojo contiene:

  1. Primer defecto: el ojo no se percibe a sí mismo.
  2. Segundo defecto: el ojo no puede ver lo que está muy cerca suyo ni lo que está muy lejos suyo. 
  3. Tercer defecto: el ojo no puede ver lo que está más allá de los cielos. Sólo la inteligencia puede saber lo que está más allá de los cielos que es el Reino de Dios. 
  4. Cuarto defecto: el ojo no puede ver el contenido de las cosas cuando están cubiertas; por ejemplo, el ojo no puede ver los interiores de una casa que está cerrada por fuera. 
  5. Quinto defecto: el ojo sólo puede ver una fracción de las cosas que existen. Por ejemplo, no ve la totalidad del color blanco que un objeto puede tener, al igual que los otros colores. 
  6. Sexto defecto: el ojo sólo puede ver lo que es finito y no lo que es infinito. 
  7. Séptimo defecto: el ojo puede confundir lo que es alto con lo que en realidad es bajo. 

Como podemos ver, el ojo tiene inmensos defectos con los cuales no podríamos fiarnos de una realidad total, sino que de una realidad parcial. 


La luz de la inteligencia: esta es la única que merece ser llamada luz porque es la más importante. Su razón es muy simple, la inteligencia puede superar todos los defectos del ojo. Por ejemplo, el ojo no puede ver algo infinito, pero la inteligencia si nos lo permite. Lo mismo que una casa que está completamente cerrada; la inteligencia nos permite saber que puede haber adentro. 

El Corán como el sol de la inteligencia

Siguiendo el mismo patrón de Parménides, Al-Ghazali comienza explicando el principio de no contradicción para decir que lo que existe no puede no existir, y lo que no existe no puede existir.  

El Corán (para Al-Ghazali) es la luz instrumental que el hombre necesita para conocer los misterios del más allá. Solamente aquel que es inteligente podrá comprender el Corán, por lo que la razón es siempre requerida. 

Las luces del mundo visible y del mundo invisible 

Por supuesto, existe un mundo visible y otro invisible (comparado con el mundo sensible e inteligible de Platón) donde existe en cada uno una luz. La luz del mundo visible es por supuesto el sol, mientras que el sol del mundo invisible es el mismo Dios. 

Sin embargo, estos mundos no están separados pues el mundo invisible (o también Mundo Celestial) está por sobre el Mundo visible (o Mundo Terrenal), es decir, el Mundo Celestial es de alguna manera trascendente y no abandona el Mundo Terrenal, mas el mundo terrenal no trasciende al Mundo Celestial. 

La prueba de que el Mundo Celestial está presente en el Mundo Terrenal es la existencia de los profetas, pues ellos son llamados ''iluminados''. Esta iluminación se otorga por la luz del Mundo Celestial. 

La fuente de la luz celestial

Todo lo que viene a la existencia viene por algo que existe, es decir, nada puede venir de la no-existencia. El hijo viene del hombre y los dos son seres existentes. No porque el hijo no haya existido en un determinado tiempo y luego exista, se entiende que el hijo vino del no-ser, pues su existencia exige un ser que le pueda dar existencia; un ser que sea (valga la redundancia). 

El aspecto de la luz de Allah

La luz ya sea del cielo o la tierra es perteneciente a Allah y no existe luz aparte de esta. Esta es una luz que trasciende los dos mundos y además es la principal, es decir, aquella que da vida a todos los seres sean terrenales o celestiales. 

La luz también está presente en el Mundo Terrenal. Muchos hombres dicen que la luz es solo una combinación de colores, pero si lo analizamos de la siguiente manera veremos que es más que aquello. 

Sabemos que de día podemos observar todos los objetos, sin embargo, cuando el sol se va y llega la oscuridad el color que predomina es el negro, a pesar de que las cosas tengan un color definido. No obstante, pese a que no se ven los colores, en la oscuridad podemos distinguir cierta claridad. Dicha claridad parece ser impregnada a las cosas incluso cuando está oscuro. Esa es la luz que sólo puede dar Allah. 

Parte II: La ciencia del Simbolismo

Los simbolismos a los que Al-Ghazali se refiere son el nicho, la lámpara, el vidrio, el árbol, el aceite y el fuego. Sin embargo, antes de empezar el filósofo propone dos métodos de investigación: 

Primera investigación: la relación que el simbolismo tiene en sí misma, en el mundo sensible y en el mundo espiritual. 

Segunda investigación: los grados de los espíritus hechos del barro y el grado de luz que poseen. 

Los dos mundos

La manera de llegar al Mundo Celestial debe hacerse a través del Mundo Terrenal. Para llegar a él se debe traspasar lo que Al-Ghazali llama ''El Santo Valle''. Aquí tenemos el primer simbolismo entre los dos mundos. Una especie de camino que nos lleva a contemplar el mundo inteligible que se nos promete en el Corán. Dicho valle representaría al Árbol.

Simbolismo en la biblia

La historia de Abraham contiene ciertos simbolismos que provienen de los mismos ángeles. Recordemos que Abraham estuvo a punto de matar a su propio hijo Isaac(1) y un arcángel fue quien lo detuvo. Por supuesto, el simbolismo es la mismísima fe en que Abraham confió su hijo al designio de Dios. 

Si queremos observar el simbolismo de Dios en el mundo circundante lo podemos ver a través del sol, de las estrellas y de la luna. Si ese es el símbolo de Dios, entonces el símbolo para los profetas es la Lámpara pues ellos son las luminarias de este mundo. La inspiración que tienen estos hombres es representada por el Fuego de una lámpara, pues esa es la fuente de la luz que emite. El Aceite con que se prende el fuego sería la sustancia de la iluminación.

Tenemos también el simbolismo del Vidrio que Al-Ghazali asocia con la trasparencia del conocimiento. Para los profetas e iluminados el mundo es como un vidrio transparente ya que estos conocen todos los secretos por medio de la luz. 

Las 5 facultades del espíritu

En el Corán se pueden apreciar 5 clases de espíritus:


  1. Espíritu sensorial: es el recipiente de la información extraída de los sentidos. 
  2. Espíritu de imaginación: es el recuerdo guardado que se ha recibido a través de los sentidos. Pertenece a algunos animales; por ejemplo, la polilla no tiene la facultad de imaginar debido a que se acerca a la luz sin importar cuantas veces se queme. El caso del perro es distinto. 
  3. Espíritu inteligente: aprende las ideas más allá de la imaginación y los sentidos. Es propia de los seres humanos y no de los animales irracionales. 
  4. Espíritu discursivo: toma la información de la razón pura para luego informar al conocimiento de tales razonamientos. 
  5. Espíritu trascendente profético: propio de los profetas y algunos santos, este espíritu trata sobre las profecías dictadas en la Torah y sobrepasa la imaginación y la razón. Un ejemplo de esto por supuesto son la profecía y la poesía, que son consideradas inspiraciones divinas. 

Tal y como lo diría Al-Farabi (y Avicena) al parecer Al-Ghazali acuerda con estos filósofos diciendo que el conocimiento está por sobre la fe, pero que la experiencia mística está por sobre el conocimiento. Si lo pusieramos en nivel de superioridad sería algo así:

  1. Experiencia mística
  2. Conocimiento
  3. Fe
La experiencia mística está por sobre el conocimiento y la fe porque los contiene a los dos. 

Parte III: La aplicación de la luz

Las clases de espíritus descritos anteriormente tienen que ver con los 5 símbolos que también habíamos mencionado. 

Espíritus y símbolos

El primero de los espíritus fue el sensorial y este tiene que ver con el nicho, pues el nicho es el contenedor tanto del cuerpo. Luego tenemos la facultad imaginativa que tiene que ver con el vidrio. El espíritu inteligente tiene que ver con la lámpara, pues está en aquellos que llevan la profecía. El espíritu discursivo tiene que ver con el símbolo del aceite, pues este es la sustancia de lo dicho por el profeta. Finalmente, el espíritu profético guarda relación con la misma luz/fuego.

Así tendríamos la relación:

  • Espíritu sensible: Nicho
  • Espíritu imaginativo: Vidrio
  • Espíritu inteligente: Lámpara
  • Espíritu discursivo: Aceite
  • Espíritu profético: Fuego/Luz


Epílogo: el verso oscuro

Con todo lo anterior dicho, vemos que la formación del alma es algo progresivo, pues los bebés no pueden tener la inteligencia en primera instancia. Sin embargo, el hombre puede ensuciar su alma con la oscuridad y volverse tan vil como una bestia. 

Ya sabemos que el nicho de las luces termina en el espíritu profético y lo único que detendría esta progresión sería la oscuridad que está representada en las cosas viciosas del mundo visible (los pecados).

Entre estos que no acatan la progresión del nicho de las luces están los ateos. Los ateos son definidos por Al-Ghazali como aquellos que se centran en el presente y no en el futuro que les espera después de la muerte. Los ateos se rebajan a ser como las bestias, pues el placer es el que siempre se manifiesta en el presente; y, como las bestias sólo actúan por placeres (y aversiones).

Existe otro tipo de no creyentes que son aquellos que combinan (o confunden) la luz con la oscuridad. Existen de tres tipos:


  1. Aquellos que se crean un propio Dios que cumple sus placeres. Así estos tienen la excusa de justificar sus placeres cualesquiera que estos sean. 
  2. Aquellos que confunden las cosas sensibles con las espirituales. Al-Ghazali se refiere específicamente a los turcos que tenían por divinidades a ciertos animales. Por lo tanto, ellos confunden lo sensible (animales) con la espiritualidad (elevarlos a dioses).
  3. Aquellos que exigen que Dios debe ser entendible a la percepción sensible, de lo contrario no se podría creer. 
  4. Aquellos que dicen que la divinidad debe ser algo insuperable y que esté por encima de los hombres. Estos no creyentes adoran a los planetas y a la astrología. 

Estos son más menos los tipos de ateos y no creyentes que existen, y que según la opinión de Al-Ghazali, son aquellos que están sumidos en la oscuridad. 

Conclusión

Me sorprendió el giro que dio el término de este tratado. Primero se habló de todo lo que se describe como las luces, pero no contaba con que se hablara también del ateísmo o de la no creencia en los dioses. Esto podría ser un elemento que San Agustín no abordó de manera tan clara y concisa como Al-Ghazali lo hizo en este pequeño libro.