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domingo, 26 de febrero de 2017

San Agustín de Hipona - Exposición incoada de la Carta a los Romanos (394).

La palabra ''incoada'' viene del verbo ''incoar'' que significa el comienzo de una actividad. Seguimos analizando la carta a los romanos luego de la exposición precedente de San Agustín de Hipona, donde resolvía ciertos alcances de algunos versículos que eran difíciles de entender. Aquí veremos una visión más general de la carta a los romanos, es decir, no haremos un recorrido por cada pasaje de dicho libro de la biblia, sino más bien daremos un análisis de la carta en sí; lo que nos dice, lo que nos trata de decir, y sus repercusiones. Veamos lo que nos quiere confirmar el gran doctor de la gracia. 

Referencias:

(1) Fue la lengua oficial de la ciudad de Cartago.


EXPOSICIÓN INCOADA A LA CARTA A LOS ROMANOS


Prólogo ¿Todos pueden recibir el Evangelio?

Antes de entrar de lleno a la carta, San Agustín procede hablando sobre los judíos diciendo si en realidad ellos eran los únicos que podrían recibir el Evangelio. Esto se dice a propósito de que el apóstol San Pablo había aceptado a cualquier persona a formar parte de la religión, sin siquiera pedir la circuncisión (algo que es de absoluta necesidad para los judíos). 

San Pablo apunta que la diferencia entre la Iglesia y la Sinagoga es que la Iglesia ha sido llamada para conformarse, y la Sinagoga es totalmente gregaria. ¿Qué quiere decir esto? que en la iglesia se reúnen los hombres por un llamado divino, mientras que en la Sinagoga los hombres se unen para discutir la ley antigua. Esta diferenciación que hizo San Pablo, junto con sus otras convicciones más bien cristianas hicieron que fuera expulsado de la comunidad judía. 

Por otro lado, el apóstol también defendió la ascendencia de Jesús diciendo que era hijo de David, al tenerlo como hombre, pero también una divinidad al poder resucitar de entre los muertos. 

San Pablo, en esta carta a los romanos no quiere ofender a ninguna religión con la intención de permitir que todos puedan entrar en ella, incluyendo a los judíos. De aquí vemos que el concepto de misericordia y caridad cobra un sentido muy importante en los escritos de San Pablo. 

La Carta y su mención a la Santísima Trinidad

El sólo hecho de mencionar al Espíritu Santo ya es razón para incluir al Padre y al Hijo; por lo tanto, cada texto que hable sobre él, hablará de la Santísima Trinidad. 

La ''salud'' en la trinidad

Una vez conversando un cristiano en latín y un púnico hablando púnico(1), el cristiano le preguntó que cual era el equivalente de la palabra ''salud'' en púnico, a lo que éste respondió que era ''tria'' que en latín significa ''tres''. Por lo tanto, cada vez que se dice la palabra salud se nombra a la Santísima Trinidad, de acuerdo a estas dos lenguas de la antigüedad. 

La Carta y los pecados

La ofensa más grande y que es tomada como pecado será proferir malas palabras contra el Espíritu Santo. ¿Qué significa esto? que quien insulte al Padre o al Hijo será considerado impío, al igual que, naturalmente, será considerado impío quien ofenda al Espíritu Santo mismo. 

El perdón del pecado

Será necesario ver el Mateo 12:32

''Al que diga una palabra contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro''

Por supuesto que esto es lo que confirma el análisis de San Agustín. Todos los paganos profieren blasfemias y ofensas al Espíritu Santo, pero el buen cristiano no los ofenderá a ellos, sino más bien los invitará a creer y unirse al cristianismo. 

El pecado y el bautismo

San Agustín dice que proferir ofensas antes de ser bautizado no tiene ningún castigo, pues quienes no están bautizados son ignorantes en cuanto al Espíritu Santo. Sin embargo, quienes están bautizados y profieren ofensas al Espíritu Santo, no podrán ser perdonados porque ya están fuera de la ignorancia. Ahora, ¿qué pasaría con aquellas personas que luego de ser bautizadas siguen en la ignorancia y cometen errores? Esto es imperdonable, pues todos conocen cómo hacer el mal. De hecho, todo lo que signifique dañar al prójimo es mal; por lo tanto, no habrá perdón para ellos que, sabiendo que es el mal, lo cometen encima siendo bautizados. 

Pecar en una vez ya bautizado es imperdonable, pues el hombre lo hace a sabiendas de que el Espíritu Santo lo aborrece. Quién no está bautizado y profiere ofensas sí será perdonado, siempre y cuando se bautice. 

Por lo demás, no es posible hacer el bautizmo dos veces. Ninguna razón puede ser suficiente como para que el hombre vuelva a bautizarse; claro, el hombre lo hace con la intención de recomenzar a vivir nuevamente y tratar de no pecar, pero eso no será posible. 

La Carta y el perdón

Agustín nos dice que los judíos no conocen al Espíritu Santo, al desconocer las obras de Jesús e incluso promoviendo cosas falsas contra los milagros que él hacía. 

Como habíamos dicho, el perdón pasa cuando el hombre aún no se ha bautizado. Ni herejes, ni paganos, ni judíos están excluídos del bautismo siempre y cuando sea voluntario. 

Conclusión

Este fue el análisis general de la carta a los romanos el cual trae una importante crítica al judaísmo. También vemos los conceptos generales sobre el Evangelio, además de saber quiénes pueden acceder a él (que en realidad pueden todos). Sin embargo, no nos podemos ''rebelar'' contra el Espíritu Santo, una vez que se conoce el mismo. Aquí vemos la parte punitiva del catolicismo y de las interpretaciones de San Agustín, quien condena sin temores a aquellos que desconocen al Espíritu Santo una vez realizado el sacramento del bautizo. Por supuesto, no todo podía ser caridad y benevolencia en contra de los infieles.