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domingo, 14 de mayo de 2017

San Agustín de Hipona - La Trinidad (Libro XI: El hombre exterior) (399).

Bastante ya hemos hablado de la interioridad del hombre y la importancia que tiene ésta en la obra de San Agustín de Hipona. Una vez acabada la descripción y análisis del hombre interior, resta analizar los sentidos, percepciones y exterioridades del hombre, sin faltar de relacionar todo esto con la interioridad del mismo. San Agustín nos mostrará todas las partes que el hombre utiliza para conocer la naturaleza que le rodea, tal como si fuera un antropólogo actual que desea buscar y encontrar la verdad. 

LA TRINIDAD

LIBRO XI: EL HOMBRE EXTERIOR

La Trinidad y el hombre exterior

Es evidente que el hombre interior puede comprender y alcanzar los conceptos de la S.T., la pregunta es ¿puede el hombre exterior alcanzarla? Primero se debe examinar si los sentidos pueden hacerlo. 

Visión

Para hablar sobre la visión necesitamos comprender algunas cosas:

  1. El objeto que se ve
  2. La visión 
  3. La atención

Lo primero que debemos entender es que el objeto que se ve es muy distinto de la visión, pues la visión es sólo el sentido que percibimos de las cosas. La visión y el cuerpo son dos naturalezas distintas porque la visión pertenece al sujeto animado, mientras que el cuerpo no necesariamente pertenece a un sujeto animado. 

Ahora, la visión sólo puede ser engendrada por un objeto visible y la imagen de este objeto estará en la mente, dependiendo de cuánta atención se le haya puesto al objeto.

Podríamos decir que los tres elementos que acabamos de nombrar anteriormente se complementan entre sí formando una unidad, pues ninguno podría perdurar sin el otro. La atención, por más pequeña que sea, perdura en la visión y por lo tanto en la mente. 

Finalmente, San Agustín dice que tanto la memoria, la visión y la voluntad son trinitarias del hombre interior. Por lo tanto, tendríamos tres tipos de unidad: la unidad exterior (objeto, visión y atención) la unidad interior (memoria, visión(interior) y voluntad). Por supuesto, lo peor que podemos hacer es guiarnos por la Trinidad exterior que nos hace fijarnos solamente en las cosas corpóreas. 

La ''otra'' trinidad

Hay una trinidad que existe fundamentalmente en la memoria, pues es una de las más importantes. La memoria existe antes que nosotros sepamos sobre ella y es considerada por San Agustín como la madre de todas las acciones humanas. ¿Cómo se forma esta Trinidad? de la siguiente manera:

Recuerdo
Imagen 
Voluntad

¿Voluntad? Sí, la voluntad une la imagen con el recuerdo para que el ser humano logre asimilar lo que ve y ''archivarlo'' en su mente. Lo otro importante para la memoria es la atención, pues si no se recuerda lo dicho no se puede rememorar nada. Existen muchas cosas que vemos y oímos pero que no recordamos, mientras que a estas cosas decimos ''no lo oí'' o '' no lo ví'', pero más correcto sería decir ''no lo recuerdo''. 

La imagen en el ser humano

El proceso que va desde la imagen captada hasta el ''almacenamiento'' de la misma es el siguiente:

Primero: vemos la imagen
Segundo: surge una imagen en la memoria
Tercero: la imagen llega al pensamiento

Parece ser que el pensamiento es el último terminal en el cual la imágen se posa. Sin embargo ¿es posible recordar cosas falsas?  sí, en el sentido de que hay imágenes que pueden distorsionar nuestros recuerdos.  ¿Cómo ocurre esto? es la voluntad misma la que toma distintos elementos de las imágenes y los une para formar una sola. No obstante, esta voluntad nos puede llevar a un error en nuestros recuerdos. 

Sigue siendo la memoria, el elemento más importante de la mente humana porque casi no se maneja a voluntad. La voluntad si puede manejarse siempre que se quiera porque es muy posible que pueda imaginarme (no recordar) a un pato que era blanco de color negro, o a un monstruo de tres cabezas azotando una ciudad. 

Conclusión

Quizás este podría ser un libro complementario al tema de la memoria. Puede pensarse que en este libro no se ha visto nada directamente con la Santísima Trinidad, pero la verdad es que sí se ha visto. Claro, no de forma específica, pero sí dentro de los parámetros de lo que significa lo trinitario. Seguramente, puede deducirse que hay una especie de esoterismo al querer juntar las tres cosas tanto en el hombre interior como en el exterior.