martes, 20 de noviembre de 2018

San Alberto Magno - De mineralibus (Sobre los minerales) (Libro III: Metales en general) (Tratado II: Las propiedades accidentales de los metales).

La entrada anterior se trataba sobre las cosas generales (y también fundamentales) sobre los metales y ahora necesitamos ver lo superficial, lo accidental de los metales. Veremos en estas páginas lo que se puede experimentar de los metales, los procesos que los mismos alquimistas consideraban sagrados para el alcance de la famosa Piedra Filosofal. Pongamos atención a los siguientes apuntes de filosofía medieval y comparemos con lo cotidiano, con lo contemporáneo, en fin.

Referencias:

(1) Esta era una creencia generalizada entre los alquimistas. Alberto Magno la creía firmemente.


De mineralibus


LIBRO III: METALES EN GENERAL

Tratado II: Las propiedades accidentales de los metales


Capítulo I: Solidificación de los metales y licuefacción de los metales

Los metales no tienen un proceso de licuefacción parecido a otras cosas. De hecho, estos tienen la particularidad de que su humedad no se separa de la sequedad, la cual es permitida por la tierra. De ahí que el metal no pueda adherirse a una superficie, ya que la característica de la tierra no se lo permite. El olor que suele ser muy fuerte del metal es producido por el azufre que contiene en sí mismo. 

Por otro lado, la solidificación es distinta pues se debe a la presión que ejerce el frío en la sequedad. Esto provoca que la sequedad no pueda salir del metal lo cual lo endurece, sin embargo, cuando se expone a la humedad se hace más blando.

Capítulo II: Maleabilidad de los metales

De acuerdo a Alberto los metales son los objetos más maleables, sobre todo el oro. Su maleabilidad permite de hecho que pueda hacerse una lamina de oro, al igual que el metal. Los metales que no son maleables es debido a que la humedad en ellos es muy gruesa. 

Capítulo III: Color de los metales

En los metales existen tres colores principales:

  1. Común a todos llamado Brillante.
  2. Blanco hasta colores menos blanco, es decir, van mencionándose a partir de grados; por ejemplo, plata, estaño, plomo y hierro).
  3. Amarillo y rojo de mayor a menor partiendo desde el oro hasta el cobre color café-negro.

La blancura en el color del metal se produce por la humedad y la tierra limpia que se encuentra en él. Sin embargo, cuando los metales aparecen más oscuros es cuando el elemento tierra domina a través de la suciedad, y también cuando el azufre es calentado.

En el caso del oro, su color es amarillo y se debe a que el azufre calienta bruscamente la mezcla de humedad con tierra. Por lo tanto, cuando la humedad con la tierra están libres de suciedades e impurezas, entonces tenemos frente a nosotros un metal de color brillante llamado oro. 

Capítulo IV: Sabor y olor de los metales


De acuerdo con Alberto Magno, los olores de los metales son consecuencia de su sabor. Esto es debido a que el azufre tiene un sabor de ''aspereza'' en palabras del mismo Alberto, aunque también nos dice que es menos evidente en el plomo y el estaño. El cobre por ejemplo no solo es áspero sino que también tiene cierto calor interior. Si se consumen alimentos o jugos por este metal, las entrañas se irritarán inmediatamente. Esto hace que los metales sean fétidos. 

Es por eso que el oro tiene muy poco fétido en comparación a otros metales, pues este no tiene la suciedad que los otros tienen. Algo parecido ocurre con la plata porque al ser menos sucia que otros metales, su sabor es algo más dulce que cualquier otro metal. 

Capítulo V:  Capacidad o incapacidad de los metales de ser consumidos por el fuego

Por supuesto, la habilidad que tienen los metales de consumirse es solamente por la cantidad de azufre que contiene. 

La humedad untuosa de los metales puede ser de tres maneras:

  1. Extremadamente ardiente y aireada
  2. Excesivamente acuosa
  3. Limitada a los bordes del metal

Los dos tipos de humedad presentes en los metales podían ser removidos con líquido como el vinagre, leche de cabra o leche agria. De hecho, este era el modo en que los alquimistas trataban de remover las humedades en sus intentos de transmutación

Ahora, también puede ocurrir que los metales no puedan consumirse. Esto ocurre cuando la tierra de estos se adhiere a la humedad rápidamente, pero cuando el metal es sucio entonces puede llegar a consumirse. Así, el oro no puede consumirse como los otros metales debido a la pureza que contiene en sí mismo. Por eso es que el cobre es uno de los que puede consumirse mejor. 

Capítulo VI: Producción cíclica del metal

Algo que es común a  todos los metales es que todos ellos están estrechamente relacionados. Es por esto que el gran Hermes Trismegistus decía que los metales son tan cíclicos como los elementos del mundo sublunar.

Esto tiene sentido cuando decimos que los metales están cerca de las características de sus elementos. De ahí que se diga que los metales son cíclicos y que además se puedan transmutar, pues si los elementos tienen las mismas características no hay porque pensar que los metales, conteniendo elementos en ellos, no puedan ser cíclicos(1).

Conclusión

Aquí tenemos la firme creencia de Alberto Magno en todos los métodos de los alquimistas. Aunque esto es solo especulación del filósofo, él mismo en el texto asegura que la transmutación daba lugar en los talleres de alquimia. En todo caso, la última especulación tiene mucha lógica pues todo está hecho de los cuatro elementos. Sin embargo, hoy en día la teoría de la transmutación de los metales ha sido totalmente descartada, excepto en el ámbito nuclear. 

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