sábado, 29 de septiembre de 2018

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte IV: Profecía y filosofía) (1190).

Anteriormente habíamos desarrollado los distintos modos en que la filosofía de Aristóteles nos describía el Universo. Maimónides se encargó de refutar los pensamientos del estagirita y ahora nos ofrece en profundidad la mirada de las Sagradas Escrituras con respecto al Universo y a la naturaleza. ¿Podrá compararse la Sagrada Escritura al escepticismo y análisis de la filosofía? Muchos filósofos han tratado de unir estos dos conceptos, pero les ha sido muy difícil veamos lo que tiene para nosotros Maimónides

 Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo XXVII: Religión y la destrucción del Universo


En la parte III de este tratado Maimónides probó que el Universo había sido creado por Dios y no por designio de la naturaleza, además de tampoco ser eterno. ¿Qué significa esto? ¿que el universo se destruirá irremediablemente? No, de hecho Maimónides dice que no tiene objeción para decir que el Universo puede existir para siempre. 

Dice Maimónides, la existencia o la inexistencia de las cosas solo es posible por la voluntad de Dios. Ningún profeta ha afirmado la extinción o destrucción del Universo; al contrario, hablan sobre la perdurabilidad del mismo.

Capítulo XXVIII: Las Sagradas Escrituras sobre la Indestructibilidad del Universo

En las Sagradas Escrituras parecieran existir evidencias de que el mundo no se destruye; por ejemplo, lo dicho por el rey Salomón:

''Cuanto Dios hace, será para siempre; nada le puede ser añadido ni quitado"
(Eclesiastés 3:14)

Este pasaje hace que Maimónides no tenga una certeza de que el universo fuera a ser eterno. En algunos otros pasajes se presentan otras oraciones que podrían malinterpretarse. 

De hecho, uno de los profetas de las Sagradas Escrituras pareciera ser muy apocalíptico en algunos pasajes, sin embargo, la interpretación en este sentido debe ser cuidadosa. Aquí tenemos algunas de las frases:

''Porque las estrellas del cielo y sus constelaciones no darán su luz; el sol se oscurece en su ocaso, y la luna no hará que brille su luz''
(Isaías 13:10)

"Por eso sacudiré los cielos y arrancaré de su lugar a la tierra, en la ira del Señor de los ejércitos"
(Isaías 13:13)

"Entonces la luna será confundida, y el sol avergonzado, cuando reine el Señor de los ejércitos"
(Isaías 24:23)

''Y cuando te haya muerto, cubriré los cielos, y entenebreceré sus estrellas; y velaré el sol con una nube, y la luna no dará su luz. Todos los brillantes luminares del cielo se oscurecerán, y pondré tinieblas sobre la tierra, dice el Señor"
(Ezequiel 32:3-7)


Muchos profetas han dado declaraciones como esta, pero la verdad es que estas no se deben tomar literalmente, sino que de forma figurada. De hecho, lo que dice Isaías es parte de lo que se vivió en la época de Nabucodonosor y Senaquerib. Por supuesto, toda esta metáfora hablada por Isaías es solo una forma de describir lo terrible que fue. 

Capítulo XXX: Interpretación filosófica del Génesis

Primero y principio

En la lectura bíblica, primero no es lo mismo que principio. Primero sería solamente la posición entre una cosa y otra, mientras que principio es un constructo fundamental de algo. Por eso, cuando decimos principio es que nada más puede ser precedido, pero cuando decimos primero, aquello que es primero puede ser precedido por algo y volverse segundo. 

Capítulo XXXI: Principios del Sabbat

Los principios del Sabbath son fundamentales en la religión judía, ya que se exhorta a adorar a Dios y la creación. Es un día de descanso para aceptar y reflexionar sobre la idea de la creación y celebrar el día que Dios liberó a su pueblo de Egipto. 

Capítulo XXXII: Entender la profecía

Estas son las opiniones de aquellos que entienden la profecía de la siguiente manera:

  1. Dios elige a una persona que le plazca, le infunde el espíritu de la profecía sin importar si la persona es sabia o necia. 
  2. Es un estado de perfección que un hombre ha alcanzado por medio del estudio. Es una facultad natural del hombre que debe desarrollarse
  3. Se alcanza por medio del estudio, pero debe ser por medio de la voluntad de Dios. 

Por supuesto, Maimónides está de acuerdo con la tercera opción de las presentadas. Además, afirman que ningún necio puede recibir la profecía, en cuanto que no representa el mérito para obtenerlo. 

Capítulo XXXIII - XXXV: Moisés en el Sinaí

Moisés fue uno de los profetas más importantes de la historia bíblica. Recordemos que él fue al único que Dios se dirigió tan directamente, a diferencia de otros profetas. Por otro lado, muchas de las cosas que Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí fueron inentendibles para los que lo acompañaban.

 "y no se levantó nunca profeta en Israel como Moisés, que haya conocido al Señor cara a cara"
(Deuteronomio 34:10)

Con este respaldo de la biblia, al menos se dice que antes de Moisés no había existido profeta parecido. 

Capítulo XXXVI - XXXIX: Facultades de los profetas

Primero que todo, los profetas deben pasar por la facultad racional, perfeccionarla y luego pasar por la facultad imaginativa. Ningún hombre puede ser profeta si no tiene desarrollada la facultad imaginativa, pero tampoco si solo tiene la racional.

La facultad imaginativa tiene que ver con los sentidos y la habilidad de formar imágenes.  La función de la profecía se cumple cuando todos los sentidos están en reposo como a veces ocurre en los sueños. La profecía puede suceder tanto como visión o tanto en sueños. 

Sin embargo, deben haber ciertas perfecciones de las facultades:

  • Perfección mental
  • Perfección imaginativa
  • Perfección moral

Hay diversos modos de profeta, pues muchos de ellos eran menos perfectos que otros (como el caso de Moisés). La inspiración nunca caerá sobre un hombre lánguido o triste.

Los filósofos y profetas se distinguen por dos cosas únicamente; los filósofos usan la facultad racional en desmedro de la imaginativa, y los profetas utilizan las dos en perfecto equilibrio. Por lo tanto, todos aquellos que dicen haber alcanzado el nivel de profecía si haber estudiado, realmente no son verdaderos profetas. Estos profetas carecen de lógica y se dejan llevar poderosamente por su imaginación.

Facultad intuitiva

La facultad intuitiva se da cuando la facultad imaginativa se presenta sana y robusta, es decir, en buenas condiciones. Si se da esto, un poco de facultad racional será necesaria para predecir hechos futuros entre otras cosas. 

Diferencias entre Moisés y los otros profetas

Existieron muchos profetas judíos como Eber, Chem, Noé Matusalem y Enoch, pero ninguno de ellos dijo a los hombres que fue encomendado por Dios. 

Abraham habló e instruyó a su familia, pero tampoco dijo que había sido enviado por Dios ni nada parecido. 

Los profetas que continuaron a Moisés nunca tuvieron las mismas facultades que él. Ellos solo advirtieron al pueblo de los acontecimientos que se avecinaban debido al pecado. 


Capítulo XL: Prueba para la profecía

El hombre es por naturaleza un ser social que siempre busca crear comunidades. Entre estas hay hombres muy distintos; unos osan matar incluso a un familiar y otros no matarían ni a una hormiga. Por esta razón, las leyes permiten que estas dos naturalezas puedan convivir juntas por medio de reglas que, si bien no surgen de la naturaleza, no están alejadas de ellas.

Los legisladores y profetas son las autoridades entre los hombres, pero entre ellos existen ciertas diferencias. Veamos algunas de las leyes de los legisladores:


  • Leyes políticas: las que regulan la convivencia
  • Leyes divinas: educación o instrucción

Por supuesto, las segundas son las más importantes porque son las que instruyen al pueblo a seguir un determinado camino. Muchos profetas que parecían letrados se jactaban de los conocimientos que tenían, pero estos no son verdaderos profetas. Aquellos profetas que miran los placeres y los bienes materiales como algo preciado no son profetas. Son profetas aquellos que miran el conocimiento y la voluntad de Dios. 

Capítulo XLI - XLIV: Cómo viene la profecía

Las visiones ocurren regularmente en el sueño y si interlocutor puede ser un ángel o el mismo Dios. La comunicación puede ocurrir de la siguiente manera:

  1. El profeta escuchó las palabras del ángel en el sueño o en una visión.
  2. Relata las palabras del ángel sin decir que fue en un sueño o en una visión.
  3. El profeta no habla sobre el ángel.
  4. Presenta su profecía diciendo que Dios le había hablado. 

Estas son las distintas maneras que en la biblia se ha visto cómo es que los profetas se comunican con la presencia divina. 

Hay que entender las señales de los profetas como alegorías. Entre los profetas, existen muchos símbolos que nos indican variadas alegorías:

Zacarías: Candelabros, Caballos y Montañas
Ezequiel: Cerrojos
Amos: Muro hecho a plomo
Daniel: Animales
Jeremías: Olla hirviente

Sin embargo, esto no solo ocurre con los objetos sino que también con las palabras. Por medio de la etimología, las palabras y sus significados pueden ser descubiertos. 

Capítulo XLV: Diversos grados de profecía

Maimónides comienza a enumerar los grados proféticos:

  1. Auxilio divino que se le da a una persona. El profeta es llamado a hacer un acto de liberación al pueblo, de guiar a un pueblo o de entregar felicidad al mismo. Al principio el profeta dice no ser capaz, pero luego se le infunde el espíritu del señor para hacerlo. 
  2. El profeta siente que algo desciende sobre él y luego se siente capaz de hacer lo que le fue encomendado. En ese momento, el profeta puede hablar sobre temas teológicos, políticos y exhorta a los ciudadanos. 
  3. El profeta ve una alegoría en un sueño como pasó con Zacarías. 
  4. El profeta oye algo en un sueño de manera clara y distintiva sin ver quien la emite, como le pasó a Samuel. 
  5. Una ángel habla al profeta en un sueño. 
  6. Una persona se dirige al profeta en sueños como en la profecía de Ezequiel.
  7. Pareciera que al profeta le hablara Dios en el sueño como le pasó a Isaías. 
  8. Al profeta se le aparece algo como en visión profética; figuras, por ejemplo. 
  9. El profeta oye palabras en una visión profética. 
  10. El profeta ve un hombre que le habla en la visión profética. 
  11. El profeta ve un ángel que le habla en la visión profética. De hecho, este es uno de los grados más perfectos en la profecía.

Estos son los diversos grados, obviamente, los grados más altos son aquellos donde se habla de una ''visión profética'' mientras que los otros grados son inferiores cuando se habla de un sueño. 

Capítulo XLVI - XLVII: Interpretación de las alegorías

Todo lo que los profetas han soñado o manifestado en palabras que a primera vista puede ser fantásticas, en realidad son formas alegóricas de contar lo que vieron. Nada de lo que ellos vieron en sueños ocurría en la realidad al mismo tiempo, todo aquello se debe tomar de forma alegórica. 

Maimónides nos dice que nadie tan necio puede tomar de manera literal las hipérboles que ocurren en la biblia. Veamos algunas:

 "Las montañas y colinas romperán a cantar, y todos los árboles del bosque os aplaudirán con sus manos"
(Isaías 55:12)

"Ciudades amuralladas y fortificadas, que se alzan hasta el cielo" 
(Deuteronomio 1:28)

Por eso, no podemos decir que las Sagradas Escrituras deban tomarse de manera literal.

Capítulo XLVIII: Fenómenos naturales

Si vamos descendiendo a modo de encontrar la causa de todas las cosas nos remitiremos inmediatamente a Dios, esto quiere decir, que Dios es el que acomete todas las causas del Universo. ¿Incluso a aquellos hombres que cometen el mal? si, pero no por esto se dice que Dios cometió el mal. Un ejemplo claro de esto es el de Nabucodonosor II cuando se apoderó de Jerusalén. 

"Yo he mandado a mis santos, y he convocado también a mis héroes, para mi ira"
(Isaías 3:3)

"Yo enviaré al babilonio aventadores que lo avienten" 
(Jeremías 51:2)

Podríamos decir que Nabucodonosor II hizo el mal indirectamente ya que fue mandado por Dios, quien determinó dicho asalto.

Conclusión

Al igual que en el pensamiento árabe, Maimónides pone de manifiesto aquí la superioridad que tiene la profecía por la filosofía. En efecto, la filosofía trata de escapar de la facultad imaginativa mientras que la profecía combina las dos. Sin embargo, es muy difícil (a pesar de que Maimónides lo explique) encontrar un hombre que cumpla con las características de un profeta. Además, ¿cómo saber si aquello es verdad? tendríamos que esperar a que todo lo dicho por él se manifieste, pero la interpretación de los hechos siempre es algo engañoso. Terminamos con el Libro II para seguir con el último libro de esta ''Guía de los perplejos''. 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios ) (Parte III: Naturaleza y Universo) (1190).

Maimónides, no contento con la exposición sobre el Universo que hizo en el capítulo anterior, decide crear otro capítulo sobre lo mismo pero esta vez incluyendo a la naturaleza. Por supuesto, tal y como lo hemos visto a lo largo de este tratado, la guía o la base de Maimónides será el pensamiento aristotélico. ¿Será que nadie puede escapar del pensamiento del estagirita? al menos Maimónides no pudo, pero eso no significó que pudiera modificar e incluso mejorar algunos aspectos. Veamos al filósofo judío de esta entrega.

Referencias:

(1) La misma conclusión que hacía Averroes sobre el Universo.
(2) Un rabino en la época del Tanaim. (Siglo I - II d. C.)



Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo XIX: El designio de la naturaleza


Todos los filósofos sostienen la idea de Aristóteles sobre la inherencia del Universo en Dios. Si es así, todos los demás seres y cosas del mundo quedarían en un estado de permanencia, es decir, no podría perecer. 

Es en este punto que Maimónides construye un diálogo ficticio entre él mismo y un discípulo de Aristóteles


  • Maimónides: Si todas las cosas del mundo sublunar poseen una materia en común ¿cómo es que pueden dividirse en género y especie?
  • Aristotélico: Porque la composición que está en el ser es distinta. 
  • Maimónides: las composiciones capacitan a la sustancia para que se de forma en las cosas, pero ¿qué es lo que preparó a la sustancia primera?
  • Aristotélico: todas las substancias toman la forma o de la tierra o del fuego o del aire o del agua dependiendo de la situación en la que se encuentren. 
  • Maimónides: por lo tanto la sustancia de los cielos ¿es la misma que la de los elementos?
  • Aristotélico: No. La substancia es diferente de la forma. 

Ahora, la pregunta para Aristóteles sería ¿quién dio la forma a las cosas? porque la sustancia no es la que da forma a las cosas. Por lo tanto, tendríamos que decir que la totalidad de las cosas (el Universo) fue hecho por un designio de Dios y no por la naturaleza.

Capítulo XX: Cómo Aristóteles explica los designios de la naturaleza

Como sabemos, Aristóteles rechazaba la creación espontánea por lo que se podría pensar que la naturaleza es designio de Dios (imaginando que nada es espontáneo y todo tiene un orden). De hecho, Aristóteles nos dice que todas las cosas tienen una causa eficiente.

Capítulo XXI - XXII: La necesariedad del Universo

Nada pudo existir antes de la creación, pues Dios lo creó todo. No hay un Universo eterno porque lo creado es designio de Dios, es decir, estuvo planificado de antemano. Si el Universo es la creación, es imposible que este haya existido antes que el creador. 

Sin embargo, Aristóteles y otros filósofos aseguran que lo compuesto no puede salir de lo simple(1). De hecho los axiomas de Aristóteles serían así:


  1. Lo compuesto no puede venir de lo simple
  2. Todo tiene causa y efecto
  3. Un agente con voluntad y designio puede producir cosas diferentes.
  4. Existen elementos compuestos que tienen más simplicidad que otros. 
Si fuimos lo suficientemente perspicaces notaremos que hay una contradicción. ¿Cómo es posible que teniendo todo causa y efecto el Universo no la tenga? ¿cómo es que los aristotélicos dicen que un agente puede producir cosas diferentes, y luego dicen que lo simple no puede producir lo compuesto? recordemos que la primera inteligencia (que es simple) mueve a las demás por medio del concepto de motor. Por lo tanto, es perfectamente posible que el Universo haya sido creado por dicha inteligencia. 

Capítulo XXIII - XXIV: Otras especulaciones

A lo largo de la historia, mucho se ha especulado sobre la naturaleza de las cosas y de las cosas divinas. Sin embargo, el conocimiento, si bien  cada vez es más preciso, no por eso es correcto. Un ejemplo de ellos es el Almagesto, obra de Claudio Ptolomeo que hace algunos cálculos sobre las estrellas y los planetas. No obstante, aún quedan cosas que averiguar con respecto a todo aquello. 

Capítulo XXV: Lo que dicen las Sagradas Escrituras

Maimónides nos dice en este capítulo que las especulaciones de los filósofos han sido probadas como falsas, por lo que la eternidad del Universo no es posible. Por supuesto, también debemos pensar esto como una defensa a las Sagradas Escrituras donde se dice que el Universo fue creado por Dios. 

Aquí se pone un aspecto bastante peculiar que rescata Maimónides, pues el mismo dice que las Sagradas Escrituras despejan las dudas mientras que la filosofía problematiza todo. La especulación sólo puede ser despejada por el toque de la religión y los designios divinos. 

Capítulo XXVI: Palabras del Rabbi Eliezer(2)

Maimónides nos habla sobre unas palabras del Rabbi Eliezer quien dijo lo siguiente:

''¿De dónde fueron creados los cielos? Tomó Él una parte de la luz de Su túnica, la extendió como una tela, y así los cielos fueron dilatándose sin cesar". "¿De dónde fue creada la tierra? Tomó el de la nieve que hay bajo el trono de su gloria, y arrojola, según las palabras: El dijo a la nieve, sé tierra"  

Esta es una composición que ha causado confusión entre la comunidad judía, pues se cree que realmente fue así la creación. Maimónides dice que no nos dejemos llevar por la lectura literal, sino más bien interpretar que el cielo y la tierra tienen dos substancias distintas. 

Conclusión

Hemos llegado al fin de las explicaciones físicas y metafísicas de este tratado. Desde ahora en adelante comenzarán las lecturas de las Sagradas Escrituras judaicas las cuales serán interpretadas para explicar el universo. Anteriormente hemos visto la filosofía aristotélica junto con algunos conceptos judíos, pero ahora viene la parte estrictramente judía, aunque también con algo de filosofía. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte II: Creación del Universo) (1190).

El tema de las esferas ha sido un elemento clave en la parte de la filosofía llamada metafísica, el mismo Aristóteles pasó años de su vida tratando de describirlo. Posteriormente, una seguidilla de filósofos comenzaron también a desarrollar el mismo tema, hasta llegar al filósofo que estamos analizando ahora mismo: Maimónides. Recordemos que cuando se habla de esferas se habla de los planetas. ¿Qué podríamos esperar del filósofo judío? ¿podrá añadir más esferas de las que había propuesto Aristóteles o Claudio Ptolomeo? Veámoslo en los siguientes apuntes de filosofía. 

Referencias:

(1) Los filósofos y los judíos nos dicen que los planetas son seres vivos e inteligentes.
(2) Vuelve a rescatar ideas plotinianas. 
(3) Recuerda el mismo problema plantado por Averroes; si el Universo tenía posibilidad de existir, entonces esa posibilidad fue infinita al igual como lo sería Dios. 
(4) Esta visión que nos da Maimónides puede ser en parte verdad, pero creo que es más verosímil pensar que Aristóteles haya sostenido mucho más la teoría de un universo eterno. 

Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo VIII: La música de las esferas


Antiguamente se decía que las esferas producían unos sonidos muy extraños y potentes. Los pitagóricos decían que eran armoniosos y ordenados, cosa que fue aceptada por el pueblo judío porque las creencias astrológicas judías fueron abandonadas por estas. 

Capítulo IX: El número de esferas celestiales

Número de esferas según los griegos

En tiempos de Aristóteles no se conocía bien el número de esferas. Siguiendo el ejemplo de Eudoxo de Cnido, el número de estrellas era 22, luego Calipo, al mismo sistema pudo añadir 11 por lo que quedaron 33 esferas. Más tarde vendría Aristóteles a añadir un número tal a estas esferas que daría como resultado 55 esferas. 

Ptolomeo y su astrología

Siguiendo un complejo método matemático, Claudio Ptolomeo propuso otro tipo de movimiento a los planetas llamado ''epiciclo'', donde se proponía que los planetas no giraban de manera concéntrica (como lo explicaba Aristóteles), sino más bien de manera irregular. También dijo que las estrellas de Mercurio y Venus eran inferiores a la del sol, sosteniéndolo en su sistema. No añadió ninguna esfera más. 

Capítulo X: El influjo de las estrellas en la tierra

Se dice que los astros sí pueden influenciar algunas cosas del mundo sublunar. Por ejemplo, hay evidencia de que la Luna tiene cierta influencia en el agua por el ascenso y descenso de esta en el mar. El Sol afecta a la tierra en su calentamiento, dependiendo si esta está más arriba o más abajo. 

Más allá de esto, Maimónides sostiene que los astros influencian los 4 elementos del mundo sublunar de manera correspondiente:

  1. Sol: el fuego
  2. Luna: el agua
  3. Planeta: el aire
  4. Las estrellas fijas: la tierra

Además, la esfera tiene cuatro causas de movimiento y el porqué:

  1. Su forma esférica: todo movimiento es posible cuando se es circular.
  2. Su alma: sólo los seres animados se mueven.
  3. Su entendimiento: tienen una idea de porqué girar en dicha dirección.
  4. Su inteligencia(1): sabe que el movimiento circular la lleva a la perfección.

En todo caso, Maimónides cree firmemente en el significado del número 4. Diversos pasajes de la Biblia lo han considerado en la historia de los profetas:

  • Los 4 peldaños en la escala de Jacob.
  • La visión de Zacarías al describir los 4 espíritus.

Debemos considerar la importancia del número 4 también para los siguientes capítulos. 

Capítulo X: Los influjos divinos

Maimónides nos  quiere decir en este capítulo que como el mundo es creación de Dios, entonces todo el Universo, es decir, todo lo que nos rodea está hecho de su presencia. Por lo tanto, todo lo de Dios nos influye porque está en el universo. 

Esto va en orden, pues las inteligencias informan a las esferas, las esferas a la luz y estas a todo ser vivo.

Capítulo XII: En qué consiste el influjo divino y el de las esferas

Las causas de todos los elementos están basadas en la interacción de los cuerpos ya se de manera directa o indirecta a través de un mediador. Por ejemplo, un objeto se calienta con el contacto directo del fuego, o puede calentarse a través de otro objeto que contenga un calor similar al fuego. 

Sin embargo, también hay ciertos elementos lo cuales su movimiento obedece a una fuerza incorpórea. Por supuesto, no podemos decir que lo incorpóreo ''toca'' a lo corpóreo porque sería un ridículo. Tampoco podríamos decir que entre lo corpóreo y lo incorpóreo hay una distancia, pues lo incorpóreo no tiene magnitud, no puede medirse. Por lo tanto, la única manera en que lo incorpóreo puede afectar a lo corpóreo es por vía de emanación o influjo. 

De este modo, decimos que la emanación de Dios cae sobre el mundo hasta llegar directamente a los profetas. De esta forma, todo lo que se dice de Dios de que ''habló'' con los profetas o que los ángeles serían ''corpóreos'' son solo metáforas para los menos entendidos. Todo lo de Dios surge desde la influencia o emanación(2).

Capítulo XIII: Teorías acerca del principio del Universo

Maimónides a continuación presenta 3 teorías sobre el orígen del Universo.

  1. Primera teoría: el ser humano es llevado a la existencia desde la nada (creatio ex-nihilo). Junto con esto también está incluido el tiempo que sería una cosa creada y que depende del movimiento para existir. 
  2. Segunda teoría: la teoría que sostienen los filósofos de que el Universo se creó a través de algo y que incluso dicha substancia que lo creó, coexisten de alguna manera con Dios. De este modo, tanto el Universo como todo lo que hay en él, es perecedero. 
  3. Tercera teoría: propuesta por Aristóteles y sus discípulos enseñando que el Universo es indestructible, ya que la materia prima también lo es. Recordemos que para Aristóteles la materia es imperecedera, pero susceptible de ser afectada.

Por supuesto, Maimónides se queda con la primera teoría pues coincide con la idea de Dios. No obstante, a Maimónides no le parece ''tan mal'' la teoría de Aristóteles ya que es perfectamente verosímil por lo que se propone explicarla en profundidad. 

Pero antes de hacerlo, Maimónides introducirá algunas otras teorías de los filósofos para explicar el orígen.

Capítulo XIV - XV: Aristóteles y el orígen del Universo

Maimónides explica los variados métodos del orígen de Universo. 

  1. Primer método: el movimiento es eterno porque si tuviese un principio necesitaría de otro movimiento que haya llegado a la existencia, ya que el paso de la potencia al acto necesita de movimiento. Junto con esto el tiempo también sería eterno.
  2. Segundo método: la substancia es eterna, los atributos son perecederos. Si el mundo tuvo substancia, entonces no puede perecer. 
  3. Tercer método: las esferas no tienen un movimiento contradictorio, pues lo circular no tiene contradicción. De hecho, es eterno.
  4. Cuarto método: el universo tenía 3 maneras de existir: necesaria, imposible o posible. Si hubiese sido necesaria, entonces nunca podría no existir. Si hubiese sido imposible no habría existido. Si hubiese sido posible existe la duda sobre el substrato del Universo, lo cual derivaría a un absurdo por que la substancia es imperecedera; por lo tanto, necesaria(3)
  5. Quinto argumento: si Dios produjo el Universo de la nada, entonces este debió hacerlo con un agente potencial, porque si fuera en acto ya no sería nada. 
  6. Sexto argumento: si Dios no es susceptible de cambios por lo tanto siempre ha estado activo. 
  7. Séptimo argumento: como Dios es perfecto, todas sus creaciones substanciales lo son; por lo tanto, el universo también es imperecedero. 
  8. Octavo argumento: el Universo es la morada de Dios y sus ángeles y por lo tanto, tanto ellos como el Universo son infinitos. 

Desde el argumento 1 hasta el 4 son métodos aristotélicos, mientras los otros son de otros filósofos.

Sin embargo, Maimónides nos dice que Aristóteles nunca quiso probar la eternidad del Universo con estos argumentos. Al contrario, siempre los mantuvo como opinión y no como prueba. Quizás algo de esto puede ser verdad, porque recordemos que los escritos de Aristóteles fueron recopilados, es decir, eran apuntes que el filósofo tenían y que no necesariamente representaban argumentos directos y absolutos sobre la creación del universo(4).

Capítulo XVI - XVII: La creación ex nihilo

Todo lo que es producido pasa de la inexistencia a la existencia, todo pasa de la potencia al acto, de la nada a algo. Realmente es difícil ver cuando una cosa empieza a ser o ya está siendo. Por eso, Maimónides dice especial cuidado con la existencia potencial, es decir, la que se está desarrollando, y aquella que pasa de no-ser a ser. 

Podríamos decir que un hombre viene de la nada, pues no podemos decir que viene del vientre porque de esa manera tendríamos que decir que siempre estuvo allí. Los filósofos insisten en que las cosas se crearon a través de una materia, pero eso nos haría preguntar infinitamente de donde viene toda esa materia. 

Capítulo XVIII: La eternidad del Universo según los filósofos

Los filósofos primero sostienen lo siguiente:

''Si Dios creara algo, tendría que pasar de la potencia al acto''

Pero Maimónides pone la objeción a esto pues todo lo que pasa de la potencia al acto es corpóreo. En otras palabras, lo de potencia y acto es solamente aplicable entre seres corpóreos, no incorpóreos porque de ellos no saldría ninguna forma (al ser incorpóreos).

Otro argumento de los filósofos es este:

 ''Dios no tiene apetencias ni cambios ni impedimentos''

Claro, los filósofos decían esto para decir que el Universo es eterno porque Dios lo creó. Sin embargo, son las cosas creadas las que tienen apetencias, cambios e impedimentos, no el Ser Supremo.

Y la última objeción sería esta:

''Todo lo que proviene de la sabiduría de Dios es eterno''

Maimónides dice que la objeción carece de fundamento, pues no se sabe exactamente cómo es que Dios hizo el universo. Se tendría que preguntarle directamente a él lo cual es absurdo porque es una mente superior que no podemos lograr a comprender completamente. El argumento sería tan imposible de contestar como decir ¿por que Dios creó ciertos planetas y no más? 

Conclusión

Tenemos aquí una de las más grandes objeciones al filósofo de la Antigua Grecia. No obstante, todo esto se hizo en base a su doctrina que no por nada duró más de 200 años. Vemos que Maimónides hace coincidir de alguna manera parte de la doctrina aristotélica con la doctrina judaica, lo que resulta tremendamente novedoso para la época (y peligroso). Pero mucho más me parece coincidente con Plotino, porque los conceptos de flujo y emanación son propios del filósofo romano. En fin, ya podremos ver mucho más en el capítulo que viene a continuación sobre la naturaleza. 

viernes, 21 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte I: Prueba aristotélica) (1190).

A pesar de haber descrito con lujo de detalles en su anterior libro la existencia de Dios, Maimónides nos vuelve a exponer la existencia del Todopoderoso, pero a través de argumentos racionales y filosóficos. Por supuesto, los argumentos que ocupará Maimónides serán de corte aristotélico, el cual traerà no menores consecuencias a sus lectores incluyendo a quienes son correligionarios de él. Quizás, este libro puede ser uno por los cuales el pensamiento de Maimónides fue juzgado, pues el apoyo filosófico venía de los griegos y no de los judíos. En fin, veamos que nos trae el filósofo.

Referencias:

(1) En el sentido que lo necesario es algo que no cambia. 
(2) Aquí Maimónides se deshace del argumento de Averroes quien afirmaba que las esferas celestes eran eternas. 





Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Introducción: Proposiciones de Aristóteles


Lo primero que hace Maimónides es exponer 26 proposiciones físicas y metafísicas de Aristóteles. Estas proposiciones prueban la existencia de Dios desde el ámbito de la incorporeidad y de la unidad. 

  1. Es imposible que exista magnitud infinita.
  2. Es imposible que exista un número infinito de magnitudes finitas.
  3. Es imposible que exista un número infinito de causas y de efectos.
  4. Existen cuatro categorías de cambio: substancia, cantidad, cualidad y lugar.
  5. El movimiento implica cambio.
  6. El movimiento puede ser esencial, accidental o forzado.
  7. Todo lo que cambia es divisible y por lo tanto corpóreas.
  8. Lo que se mueve por accidente alguna vez se detendrá porque el accidente no es eterno.
  9. Una cosa corpórea no puede mover a otra sin moverse.
  10. Una cosa contenida dentro de un objeto corporal puede estar por dos razones adentro: por accidente o por esencia. 
  11. Hay cosas que existen mediante la materialidad y son divisibles como el color y otras cualidades, mientras que existen cosas mediante la materialidad que son indivisibles como el alma y el entendimiento. 
  12. La fuerza que ocupa todas las partes de un objeto es finita.
  13. Ningún movimiento es continuo con excepción del movimiento circular. 
  14. Locomoción es el movimiento primero y superior en las distintas clases de movimiento; por ejemplo, la generación y la corrupción. 
  15. El tiempo y el movimiento existen conjuntamente. 
  16. Las formas incorpóreas son incalculables, salvo cuando son causa de otra cosa. 
  17. El movimiento de un objeto se debe por un agente externo. 
  18. Lo que pasa de potencia a acto también se mueve por agente externo. 
  19. Una cosa que debe su existencia a otra no tiene nada más que la posibilidad de existir. En otras palabras, su existencia depende de un agente externo. 
  20. La necesidad de existir no puede tener otra causa ajena a su existencia(1).
  21. Todo lo que viene a la existencia tiene una composición. 
  22. Los objetos materiales son siempre compuestos.
  23. Todo lo que existe potencialmente puede carecer de existencia actual. 
  24. Lo que está en potencia siempre es material. 
  25. Todas las substancias compuestas tienen materia y forma, y esta forma la recibe de un agente. 
  26. El movimiento y el tiempo son eternos y en existencia actual. 

Maimónides piensa que las proposiciones de Aristóteles son probables o aceptables, pero no definitivas. Sin embargo, Maimónides las utilizará para probar la existencia de Dios. 

Capítulo I: incorporeidad y unidad de la causa primera

Primer Argumento: Dios como ser incorpóreo

Tenemos en la prueba 25 donde la forma tiene que ser hecha por un agente motor. La causa de este movimiento (para recibir la forma) subyace en un movimiento común o superior a la cosa movida. Sin embargo, esta serie de movimientos no es infinita. 

El único movimiento que es infinito es el esférico (proposición 8) y este movimiento nace ya sea afuera o dentro de la misma esfera. Si el motor es exterior a la esfera, entonces dicho motor es corpóreo o incorpóreo. Si el agente (motor) es exterior a la esfera se dice que es distinto de la esfera. Ahora si el agente reside en la esfera, entonces este motor tendrá que ser algo incorpóreo como el alma o el entendimiento. 

No es posible que un agente exterior a la esfera sea un objeto corporal. Esto es porque si el motor fuese corpóreo, este tendría que moverse mientras pone en movimiento a otro objeto, y luego tendríamos que tener otro objeto que mueva a otro y así sucesivamente. Esto va en contra de la proposición 2 porque ninguna magnitud es infinita. 

Tampoco puede ser el caso inverso, es decir, que una fuerza inherente a la esfera pusiera en marcha dicha esfera. Si esto fuera así, entonces el primer motor estaría afectado por un movimiento accidental, lo cual es absurdo. Además, las cosas que son movidas tienen que llegar a un reposo, pues nada puede moverse eternamente (si la esfera fuera movida no giraría eternamente). 

Por lo tanto, este primer motor del que hablamos debe tener otra causa que no sea externa ni interna. Sin embargo, Aristóteles nos dice que las esferas se mueven ad infinitum si fuera de esta manera, entonces el objeto debiera ser incorpóreo y distinto de la esfera. 

Así, el objeto que mueve la esfera debe ser incorpóreo, indivisible (porque no es un cuerpo) e inmutable. Este motor no puede ser nada menos que Dios. 

Imposibilidades de Dios

Es imposible que Dios sea dos porque lo incorpóreo no puede enumerarse de ninguna manera. Tampoco puede predicarse movimiento porque la relación de tiempo no pasa por él.

En fin, la esfera no puede moverse ad infinitum por sí sola, por lo que necesita un agente externo e incorpóreo que lo haga.

Segundo argumento: movimientos intermedios

Existen otros seres que tienen movimientos luego del primer motor, es decir, objetos que se mueven por otros agentes, objetos que mueven y son movidos, y finalmente objetos que son movidos pero no mueven a ningún otro. 

No obstante, también existe un objeto como primer motor que mueve sin ser él movido. Este sería el gran motor que da movimiento a los demás. 

Tercer argumento: lo que es percibido por los sentidos

Existen muchas cosas de manera actual que son percibidas por los sentidos. Tenemos al menos tres casos.


  1. Cuando las cosas carecen de principio y fin
  2. Cuando estas tienen principio y fin
  3. Cuando estas tienen principio o fin

El primer caso es inadmisible pues nadie puede percibir aquello que no nace ni se destruye. El segundo caso también es inadmisible, pues esto significaría que todo sería transitorio y ningún ser podría crear a otro. Además, vemos a nuestro alrededor cosas que siempre quedan a pesar de que nosotros ya no estemos ahí. Por lo tanto, lo único razonable es decir que algunas cosas tienen principio y otras tienen fin. ¿Cómo se entiende esto? Podríamos decir que las cosas que tienen principio (y no fin) son el alma y el entendimiento, mientras aquellas que tienen fin (y no principio) es el cuerpo y la materia. 

Por lo tanto, debemos decir que existe un ser que tiene un principio que es Dios, mientras que todos los demás tienen fin. 

Cuarto argumento: pasar del acto a la potencia

Pasar del acto a la potencia es una cualidad de la mayor parte de las cosas; sin embargo, las cosas no pasan solas de la potencia al acto, hay algo que las hace pasar. 

Este ''algo'' que hace pasar de la potencia al acto es una esencia, pero una esencia que en absoluto no puede ser potencia ¿por qué? Si fuera una potencia, entonces tendría que venir a la existencia ¿qué significa eso? pasar de la potencia al acto. Sin embargo, lo incorpóreo no puede pasar de la potencia al acto, pues no tiene materia y si pasara no podría existir. 

Esto fue en referencia a la incorporeidad de Dios

Unidad de Dios


Es absurdo pensar en dos divinidades, pues eso nos llevaría a pensar que hay muchas otras que van generando muchas acciones conjuntas. Por ejemplo, habría un Dios ocupado de ciertas tareas y otro de otras.


Capítulo II: Existencia de seres puramente espirituales

Aristóteles dice que las esferas son eternas debido al movimiento que estas tienen. Sin embargo, ¿no son estas también materiales? Si admitimos que son materiales entonces tendremos que admitir un creador que las hizo(2)

Capítulo III y IV: Movimientos de las esferas por Aristóteles

Ahora, ¿por qué las esferas se mueven cómo se mueven? Cuando nosotros nos movemos lo hacemos con una voluntad que nos guía hacia algo bueno. Cuando los planetas giran en círculos sobre su propio eje, entonces decimos que los planetas giran con voluntad en ese movimiento con razón de acercarse a lo más divino (recordemos que el movimiento circular es signo de perfección). En otras palabras, Aristóteles dice que los astros tienen inteligencia.

Por supuesto, estas son las ideas de Aristóteles y de su escuela griega. Maimónides nos revelará hasta qué punto esta doctrina es cierta o no. 

Capítulo V: Coincidencia de la doctrina aristotélica y las Sagradas Escrituras

En las Sagradas Escrituras se sostiene que las esferas no son masa inertes de fuego y tierra, sino que al contrario son inteligentes. No solo eso, el cielo y todo lo perteneciente a él adora a Dios:

''Y las cohortes de los cielos te adoran''
(Nehemías 9:6)

No necesitamos mucha más extensión pues ya vemos que tanto Aristóteles como las Sagradas Escrituras coinciden. 

Capítulo VI: La palabra ángel en la escritura

El mismo Maimónides dice que los ángeles como seres celestiales carecen de corporeidad. De acuerdo con el mismo Maimónides, Aristóteles también identificaría a los ángeles con lo que él llamaba ''inteligencias''. 

En las Sagradas Escrituras, Dios gobierna a través de sus ángeles, mientras que para Aristóteles, el primer motor actúa por medio de inteligencias. 

Ahora, Maimónides discrepa en un punto con Aristóteles. El filósofo griego aseguraba que las esferas coexistían con Dios pues también eran eternas. Esto lo decía por el movimiento circular (que significa perfección y eternidad) de las esferas. Sin embargo, Maimónides ya nos dijo que las esferas no son infinitas pues son corpóreas, por mucha circularidad que tengan. 

Capítulo VII: La palabra ''ángel'' como homonimia

La palabra ángel se ocupa tanto para las esferas, seres celestiales, astros e inteligencias. Por supuesto, todas estas tienen inteligencias y comandan nuestro mundo, mientras que nosotros solo obramos en las esferas de ínfima calidad.




Conclusión

Sin duda Maimónides introduce una novedad en el pensamiento que seguramente tomará toda la Escolástica que se viene después. Inteligentemente, Maimónides combinó la doctrina aristotélica con las Sagradas Escrituras por lo que pudo probar la existencia de Dios por medio de los motores subordinados a un primer motor que lo mueve todo. Este puede significar el fin del debate sobre la eternidad del Universo y la eternidad de Dios. 

martes, 18 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte V: Proposiciones del Kalam) (1190)

Al fin hemos llegado a la parte metafísica de este tratado donde se expondrá la cosmovisión judía de Dios por parte de Maimónides. En esta quinta y última parte del libro I, Maimónides hablará en términos aristotélicos para referirse a la metafísica pero también nos hablar del ''Kalam'', que es el término que ocuparían los filósofos árabes para describir su propia cosmovisión del mundo. Ya hemos visto la metafísica cristian y la musulmana, ahora nos falta analizar la judía. 

Referencias:

(1) Los motacalimes eran teólogos musulmanes.
(2) De hecho, Kalam significa ''discurso''.
(3) Esto iba en contra de lo que decían los filósofos griegos antiguos, quienes sostenían que el vacío es la nada misma y por lo tanto no puede existir.
(4) Los ''instantes'' fueron propuestos por Aristóteles y seguidos por Al-Farabi y Avicena
(5) Podríamos decir que esta teoría es muy parecida al ocasionalismo de los Al-Ghazali.
(6) Curioso argumento pues una acción solo es prueba de que no se sabe cuántos dioses existen. 
(7) Me doy la facultad de pronunciar esta palabra vista en un texto de Borges para denominar algo que no tiene solución. Proviene de la palabra griega ''aporía''. 



Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte V: Metafísica judía)


Capítulo LXIX: La Causa Primera

Hablando en términos aristotélicos, Maimónides dice que Dios es tanto agente forma y fin, y por esto mismo se llama ''causa primera''. ¿Cómo es que Dios es la primera causa de las cosas? de la siguiente manera. 

Todos los seres tienen una causa eficiente que los crea sucesivamente, hasta llegar a un principio único que es Dios. Todo surge por emanación de Dios, por lo tanto, si en un supuesto Dios dejara de existir entonces todas las demás cosas dejarían de existir también, en cuanto estas son emanaciones de Dios. 

Algunos motacalimes(1) decían que si es un supuesto Dios no existiese, la continuidad de las cosas creadas estaría tal como siempre. Esto ocurriría como en el caso de un artesano que crea sus productos; los productos no desaparecen si desaparece el artesano. 

Es por esto que Maimónides no solamente dice que Dios es el creador de las cosas, sino que también es la causa. La causa nunca desaparece porque es la emanación de todo lo demás, por lo tanto, la teoría de los motacalimes quedaría descartada. 

Capítulo LXX: El término ''cabalgar'' aplicado a Dios 

Este término que es dicho ''Racab'' no significa más que el señorío que un ser tiene sobre otro. Ha sido aplicado tanto a Dios como al hombre. En efecto, esta palabra significa la relación que el hombre tenía con los animales, y también de Dios con el hombre.

Capítulo LXXI: Kalam

En la tradición judía se dice que lo hablado entre Dios y Moisés sólo podía ser relatado de manera oral. Sin embargo, Maimónides nos dice que solamente lo escrito era para aquellos hombres comunes, mientras que la tradición oral sería para los más doctos. 

Por otro lado, los sabios judíos como los geonim y los caraítas siguieron las enseñanzas de los motacalimes y su cosmovisión. A partir de los árabes se empezó a desarrollar el ''Kalam'', que es la disciplina donde se tratan de alcanzar los principios teológicos a través de la dialéctica(2).

En esta parte del capítulo, Maimónides lanza una gran crítica hacia los cristianos y mahometanos que se dejaron influenciar por la filosofía griega, adaptando esta a sus propias creencias. Esto Maimónides lo considera erróneo, pero admite que es un proceso natural como cuando Temistio, filósofo exegeta griego, decía:

''No se pueden adaptar las propiedades de las cosas a nuestras creencias, sino que nuestras creencias a las propiedades de las cosas''

Tanto los motacalimes como los filósofos establecen dos teorías en cuanto a la existencia del Universo y de Dios: 

  1. Si el Universo es eterno, Dios no existe.
  2. Si el Universo no es eterno, Dios existe. 

Por supuesto, Mahoma se quedaría con la segunda opción diciendo que el Universo no es eterno pues lo creó Dios. En todo caso, si se dijera que el Universo es eterno, entonces de todas maneras tendríamos que ir cosa por cosa viendo su procedencia hasta encontrarnos con algo que no tiene cuerpo ni tiene energía y además es uno. Ese uno sería Dios. 

Capítulo LXXII: El hombre y el Universo

En el Universo primero debemos comenzar con los cuerpos esféricos que tienen vida propia al girar en su propio eje. Solo pueden cambiar de posición en el espacio. Son girados a través de un quinto elemento que hace que sus propios elementos internos (fuego, aire, tierra y agua) se mezclen los unos con los otros. De esta forma se indican algunas propiedades del mundo sublunar:

  1. La fuerza que mezcla y compone los elementos y crea minerales.
  2. La fuerza que crea la vegetación. 
  3. La fuerza que da vitalidad a los seres vivientes.
  4. La fuerza que dota de inteligencia a los seres racionales. 

Todo esto se produce por el movimiento de la tierra y por la luz que proporciona el sol y la humedad de la noche. 

De la misma forma tenemos al hombre que también está compuesto de elementos, en este caso órganos. Los animales irracionales también están dotados de esto, pero no de la inteligencia que tiene el hombre. Los animales solo ven por su propio bienestar y son autosuficientes en su hábitat, mucho más que el hombre pues este necesita de la sociedad para poder avanzar. 

Capítulo LXXIII: Las doce proposiciones de los motacálimes

Para comprender estos cuatro principios mencionados en el capítulo anterior, los motacálimes tienen doce proposiciones que les sirven para sustentar estos principios. 

Primera proposición: todo está compuesto de átomos

El Universo estaría compuesto de átomos que son indivisibles a causa de su pequeñez. No tiene una magnitud determinada, pero cuando se reúnen varios puede formar cuerpos. 

Segunda proposición: el vacío existe

Los motacálimes decían que el vacío existe porque si existe una infinidad de átomos, es decir, que si el universo estuviera lleno de átomos, estos no se podrían mover. En efecto, los átomos necesitan del vacío (espacio) para poder moverse(3)

Tercera proposición: el tiempo se compone de átomos

El tiempo tendría duraciones tan cortas que no se podrían dividir. De aquí que aquellas unidades indivisibles de tiempo fueran llamadas ''instantes''(4).

Cuarta proposición: no puede existir substancia sin accidentes

Los accidentes son reales y pertenecen de manera exterior a la substancia. Sin los accidentes no podría existir la corporeidad siendo sus características múltiples. 

Quinta proposición: los átomos no pueden existir sin accidentes

El átomo posee todos los accidentes, pero no el de cantidad porque los motacálimes creían que ''cantidad'' realmente no era un accidente. Por otro lado, dicen que las cosas en general son de determinado color porque los átomos son de determinado color. Lo mismo con el movimiento y con las cosas más abstractas. 

Para Maimónides, esto es absurdo y los refuta inmediatamente diciendo que los metales pueden cambiar de color cuando se los altera o reduce a polvo. Lo mismo que el vitriolo que es verde, pero cuando se pulveriza es blanco. Esto prueba que el color es solo un agregado de las cosas.

Sexta proposición: los átomos no siguen existiendo durante dos átomos-tiempo

Esto quiere decir que Dios creó los accidentes junto con las substancias y que es imposible que Dios pudiera crear substancias sin accidentes. En este sentido, los motacalimes rechazan que las propias cosas sean creadoras de sus propios accidentes; por lo tanto, Dios también crea accidentes cada vez que un objeto los va cambiando(5).

Séptima proposición: las propiedades positivas y negativas tienen existencia real como accidentes por la causa eficiente

Siguiendo la proposición anterior, esta proposición reafirmaría lo dicho antes diciendo que Dios interviene en cada posición del átomo en que el objeto se ha modificado. Por ejemplo, si el objeto se mueve es porque Dios intervino directamente para que sus átomos se movieran, y, al contrario, cuando el objeto permanece en reposo Dios interviene para que esto sea así. 

Octava proposición: no existe más que substancia y accidente

Esta proposición declara que todas las substancias son iguales y que un objeto o ser solo difiere en características por sus accidentes. 

Novena proposición: ningún accidente puede ser el substrato de otro accidente

Así como el accidente no puede mantener su existencia permanentemente, entonces estos nunca podrían ser el substrato de alguna cosa. 

Décima proposición: la posibilidad de existencia de un objeto imaginado no depende de su conformidad a las leyes naturales

Los motacálimes admiten como posible todo aquello que el intelecto permite a la imaginación. Sin embargo, esto lo hacen sin poner atención a la realidad por lo que esta teoría podría echar abajo todas las otras proposiciones. 

Undécima proposición: no existe el infinito

Con esto niegan la infinitud de cuerpos sea este contable o incontable, por lo que no existiría para ellos el infinito en potencia ni en acto. 

Duodécima proposición: los sentidos nos engañan y por lo tanto no podemos usar este para respaldar ninguna ley

Se afirman en aquello cuando dicen que los objetos muy pequeños no pueden verse (como los átomos), o cuando la imagen de los objetos cambian de tamaño una vez que se les ponen en agua.

Para Maimónides, todos los argumentos aquí presentados pueden ser objeto de crítica y ser fácilmente refutables. Sin embargo, el argumento que es inadmisible es el décimo donde se dice que lo imaginado es concebible en la realidad. 


Capítulo LXXIV: Pruebas del Kalam para decir que el mundo existió desde la nada

Maimónides nos presenta los argumentos de los motacalimes para decir que el Universo es algo finito.  

  1. Primer argumento: Todo lo que es creado se hizo desde la más mínima partícula: desde el hombre hasta una palmera.
  2. Segundo argumento: Este tiene que ver con la expresión ''creatio ex-nihilo''. Por ejemplo, Zayd nació y luego murió. Se dice que su padre, Omar, es la causa de Zayd y si se busca la causa de Omar puede irse hasta el infinito hasta llegar al primer hombre: Adán. ¿Quién creó a Adán? tendríamos que decir que fue creado desde el barro, pero luego ¿Quién creó el barro? y así podríamos ir hasta el infinito. Por lo tanto, los seres han sido hechos desde la nada y no desde otra materia (porque es infinito). 
  3. Tercero argumento: No hay razones para creer que los átomos estén juntos o separados, pues ya existe un agente que los combina y los separa. 
  4. Cuarto argumento: Así como el universo tiene una substancia, este también tiene accidentes, y lo que hay dentro de él también los tiene. Si el Universo tiene accidentes, entonces este es transitorio y por lo tanto ha sido creado por alguien más. 
  5. Quinto argumento: Dios lo determina todo en cuanto a que todo tiene accidente y forma en el Universo. Podríamos preguntarnos perfectamente, ¿por qué el sol en vez de tener figura circular no tiene una cuadrada o redonda? ¿por qué el mar está debajo de la tierra? por estas cosas vemos que hay un razonamiento detrás que nos exhorta a pensar que existe un creador. 
  6. Sexto argumento: si el Universo tuviera una existencia necesaria (fuera eterno) entonces el Universo mismo tendría que ser Dios, lo cual es absurdo. Por lo tanto, el Universo fue creado. 
  7. Séptimo argumento: como último argumento, los motacálimes dicen que el Universo no es eterno, porque de ser así tendrían que existir infinitas almas, infinitos seres lo cual no es posible, pues los mismos motacálimes niegan la infinitud. 

Estos son los argumentos que se presentan según los motacálimes para decir que el Universo no es infinito. 



Capítulo LXXV: Kalam prueba la unicidad de Dios

Por otra parte, los adeptos al kalam demuestran la unicidad de Dios por medio de otros argumentos que expondremos a continuación:

  1. Primer argumento: si existieran dos dioses, entonces lo átomos tendrían que dividirse para formar dos propiedades lo cual no es posible. Tampoco se puede pensar que dos seres están en un mismo átomo, pues eso nos llevaría a pensar que, en un mismo átomo un Dios podría estar en movimiento y otro en reposo en un mismo cuerpo lo cual es imposible. 
  2. Segundo argumento: si existieran dos dioses tendrían que tener diferencias específicas el uno con el otro. Además uno debería carecer de las características del otro para que puedan ver que son dos. 
  3. Tercer argumento: si existieran dos dioses, uno tendría que querer lo que el otro no. Si los dos quisieran lo mismo entonces no habría caso en tener dos dioses. 
  4. Cuarto argumento: la existencia de una acción es prueba de la existencia de Dios pero no de Dioses(6).
  5. Quinto argumento: si existieran dos dioses, uno se tendría que anular inmediatamente, pues la extensión no alcanzaría para los dos siendo los dos infinitos. 

Todos estos argumentos han sido traídos a la palestra, pero Maimónides no está de acuerdo con ellos en absoluto. ¿En qué no está de acuerdo? no en el enunciado en sí, pues Maimónides sí cree que existe un solo Dios, sino que con el método que tratan de demostrar los motacálimes. 

Capítulo LXXVI: La incorporeidad de Dios según el Kalam

A juicio de Maimónides, el argumento de los motacálimes en cuantoa  la incorporeidad son mucho más débiles que los anteriores. 

  1. Primer argumento: si Dios fuera corpóreo, entonces todos sus átomos ocuparían la infinidad del Universo por lo que todos los otros átomos serían innecesarios. 
  2. Segundo argumento: Dios no se parece en nada a sus criaturas y si es que tuviese, entonces Dios podría ser perfectamente comparable a los demás seres. 
  3. Tercer argumento: si Dios fuera corpóreo entonces tendría que ser finito.

El único argumento que pudiera considerarse verdadero según Maimónides sería el tercero. El primero es rebatible diciendo que Dios no está compuesto de átomos (en caso contrario creó los átomos) y el segundo es refutable diciendo que los seres solo son distintos por sus accidentes. 

Todas estas proposiciones son débiles, pero Maimónides las acepta en cuanto a enunciados o ideas. El método con que se utiliza para probarlo no es el apropiado, pero el filósofo hará esto visible en otro capítulo. 

Conclusión

Tenemos aquí lo esencial de la filosofía Kalam que Maimónides puro recuperar de su tiempo. Estos argumentos son muy parecido y tal vez son fruto de aquellas discusiones que tenían los cuatro filósofos que habíamos visto: Al-Farabi, Avicena, Al-Ghazali y Averroes. Estos cuatro hombres discutían sobre la eternidad del universo y la relación que tenía con Dios, derivando muchas veces a ejercicios aporísticos(7). En fin, mucho nos queda por ver con Maimónides, pues afortunadamente terminamos el primer libro y nos dirigimos al segundo de este mismo tratado.